Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte
– vol. 6 - número 24 - diciembre 2006 - ISSN: 1577-0354
Alarcón López, F. Y Ureña Ortín, N. (2006)
Optimización de las ingestas realizadas durante el periodo competitivo en
deportes de invasión. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de
ARTÍCULO DE REVISIÓN
OPTIMIZACIÓN DE LAS
INGESTAS REALIZADAS DURANTE EL PERIODO COMPETITIVO EN DEPORTES DE INVASIÓN
BEST USE OF
FOOD INTAKE IN INVASIVE SPORTS DURING COMPETITION PERIODS
Alarcón López, F. * y Ureña
Ortín, N.**
* Profesor de
**Profesora de
Clasificación
de
Recibido 15 de
mayo de 2006
RESUMEN
La energía es un factor limitante durante la realización de cualquier
actividad física, y concretamente durante la realización de los deportes de
invasión. Para impedir el agotamiento de las reservas de glucógeno muscular y
hepático durante el ejercicio será necesario controlar la ingesta previa a la
competición, la ingesta justo antes de empezar a competir, la que se realiza
durante la competición y la que se realiza después de la misma. Para estos
deportes, que se realizan a unas grandes intensidades de manera intermitente,
las investigaciones han demostrado que se pueden obtener beneficios del consumo
de suplementos de hidratos de carbono, tomados antes y durante la competición.
Estos beneficios aparecen sobre todo en las últimas fases de la competición,
debido fundamentalmente a que, hasta ese momento, se ha evitado parcialmente el
agotamiento de las reservas de glucógeno muscular (Sugiura & Kobayashi, 1998) (Segal, Nyman, Kral, & Kotler, 1985).
PALABRAS CLAVE:
Ingestas, competición, glucogeno muscular, deportes de
invasión.
ABSTACT
Energy is a limiting factor during
the carrying out of any physical activity and, concretely, during the
performance of invasive sports. To avoid running out of liver and muscular
glycogen during exercise, it will be necessary to control the intake of food
previously to competition, just before starting the competition, during the
competition and after it. With these sports, which are done very intensively at
irregular intervals, research has proved that some benefits can be obtained
from taking supplementary carbohydrates before and after competitions. These
benefits appear especially during the last phases of competitions, due mostly
to the fact that, up to that moment, the using up of our body stock of muscular
glycogen has been avoided partially
muscular (Sugiura & Kobayashi, 1998) (Segal, Nyman, Kral, & Kotler, 1985).
KEYWORDS:
Food intake, competition, muscular glycogen, invasive sports.
1. INTRODUCCIÓN
El objetivo
de la nutrición deportiva es poder aplicar los principios nutricionales a la
mejora del rendimiento deportivo. Para ello los investigadores en la
actualidad, tienen como uno de sus objetivos comprobar si la modificación
alimenticias puede mejorar el
rendimiento deportivo en atletas que llevan una dieta equilibrada. Éstos han encontrado
algunos beneficios cuando se realizan
ingestas de hidratos de carbono y líquidos antes y durante la
competición.
Pero todos
estos adelantos que se consiguen en los laboratorios, no son conocidos por la
mayoría de los deportistas, tanto amateur como profesionales. Y los que son
conocidos, por la explosión en el mundo publicitario de estos productos, no son
consumidos de manera habitual, por la falta de credibilidad en su resultados
sobre el rendimiento que puedan tener en cada especialidad deportiva.
En
los últimos años son muchos los estudios que intentan descubrir cuál es la
manera más eficaz de ingerir los alimentos durante la competición para evitar
la aparición de fatiga durante el ejercicio por causa del agotamiento de las
reservas de glucógeno. La mayoría de ellos se preguntan sobre cuál es el tipo,
la cantidad y el tiempo de administración de los hidratos de carbono ideales
para los diferentes tipos de ejercicios de resistencia, aunque existen
muy pocos que intenten dar respuesta a las necesidades de una de las
modalidades deportivas con más auge en las últimas décadas: los deportes de
invasión o colectivos.
2. INGESTA PRECOMPETITIVA
Según Coyle en 1991,
la ingestión de carbohidratos previa al ejercicio produce los siguientes
efectos:
·
Aumenta la resíntesis de glucógeno
muscular cuando estos depósitos no han sido todavía aumentados por
sobrecompensación.
·
Aumenta las reservas de glucógeno en
el hígado y aumenta la cantidad de glucosa almacenada en otras partes del
organismo.
·
Aumenta la utilización de
carbohidratos durante el ejercicio y disminuye la oxidación de ácidos grasos.
Sobre la comida previa a la competición existen estudios con
conclusiones dispares. Así, en algunos
concluyen que el consumo de hidratos de carbono de
En
esta línea, Neufer y cols en 1986 (citado por Costill, 1994) observaron una mejora en el rendimiento
cuando se consumía una comida liviana en CHO (
Existen
estudios que han encontrado efectos negativos en el rendimiento por la ingesta
de carbohidratos 1 hora antes del ejercicio debido al descenso de la glucosa
sanguínea al inicio del ejercicio como consecuencia de la hiperinsulinemia
(Foster et al., 1979 citado por Lopez de Vinaspre, 1994). Aunque la mayoría de estudios más recientes no encuentran efectos
perjudiciales sobre el rendimiento (Lopez de Vinaspre, 1994).
Aunque
la mejora del rendimiento no está clara, se puede decir según los diversos
estudios, que la ingesta de
carbohidratos antes de competir ayudan a mantener las reservas energéticas
hepáticas y el mantenimiento de la glucosa en sangre para el metabolismo
muscular (Costill, 1994), además de
mantener la capacidad de oxidar carbohidratos a un ritmo elevado en las últimas
fases del ejercicio (Segal et al., 1985)
Las
últimas recomendaciones hablan de ingerir unas 500-600 Cal, con una tasa
elevada de hidratos de carbono (entre 4-5 g/Kg, es decir unos 240-
Si
la ingesta se realiza aproximadamente una hora antes del ejercicio la cantidad
de hidratos de carbono que se ha demostrado que mejora el rendimiento es de
Hasta
este momento se ha intentado analizar cómo evitar la depleción de las reservas
de glucógeno aumentando la toma de hidratos de carbono. Otra manera con la que
se puede evitar el agotamiento de las reservas de glucógeno sería que el organismo
utilizase el otro gran combustible, es
decir los ácidos grasos. Existen numerosos estudios donde se emplean diversas
prácticas dietéticas, suplementos y compuestos farmacológicos para demostrar
esto, y muchos de ellos han conseguido resultados positivos, pero siempre
relacionados con ejercicios aeróbicos de larga duración (González, J. & Villa J., 2001; Williams M.H., 2002).
En
el caso de los deportes de invasión, donde las necesidades de energía son
rápidas, no tiene mucho sentido ningún suplemento o cambio en la dieta de
ácidos grasos u otras sustancias similares para aumentar el rendimiento, puesto
que las vías energéticas utilizadas no llegan a metabolizar ácidos grasos
(Green, 1987, citado por López, 1994). Incluso hay estudios que han demostrado
un efecto negativo a consecuencia de un retraso del vaciamiento gástrico
producido por una distensión abdominal (Williams M.H., 2002)
La
cafeína sin embargo, que es una sustancia que aumenta los niveles sanguíneos de
ácidos grasos libres y a priori beneficiosa sólo para aumentar el rendimiento
en ejercicios de resistencia de larga duración y moderada intensidad, se ha comprobado que es capaz de reducir el uso
de glucógeno muscular durante los primeros 15 minutos del ejercicio(Spriet, 1995). En los
últimos estudios parece que los resultados demuestran una mejora en el
rendimiento en algunas pruebas de ejercicios de alta intensidad. Por ejemplo
Wiles et al. (citado por Williams M.H., 2002) hallaron tiempos de carrera significativamente más rápidos para los
Un
caso excepcional dentro de las grasas puede ser el glicerol, producto
intermedio de la hidrólisis de los triglicéridos. Al convertirse éste en
glucosa en el hígado muchos investigadores han intentado analizar su efecto
sobre el rendimiento. Estos estudios realizados no han encontrado ninguna
mejora ni a la hora de evitar la hipoglucemia ni de evitar la depleción del glucógeno muscular. El motivo aparente es
el ritmo bajo con el cual el hígado convierte el glicerol en glucosa (Williams M.H., 2002)
3. INGESTA JUSTO
ANTES DEL EJERCICIO.
Las ingestas que se realizan con menos de una hora de antelación al
ejercicio puede acarrear problemas si los alimentos ingeridos tienen un alto
índice glucémico. Este perjuicio es debido a la aparición de la hipoglucemia
reactiva producida por la respuesta insulínica, la cual hace además acelerar la
utilización del glucógeno muscular (Delgado Fernández M., Gutierrez Saínz A., & Castillo Garzón M.J.,
1999; González Gallego & Villa Vicente J., 2001). Pero esto es así sólo para los individuos con tendencia a la
hipoglucemia reactiva, ya que existen diversos estudios como los de Seifert et
al (1987), que no encontraron hipoglucemia utilizando diferentes soluciones de
hidratos de carbono para elevar los niveles de insulina (Williams M.H., 2002) (Costill, 1994). Incluso
existen otros autores como Jentjens & Jeukendrup (2002), que concluyen que ni si quiera la sensibilidad insulínica es un
factor ligado a la hipoglucemia reactiva.
Si
la ingesta se realiza durante los 10 minutos previos al ejercicio de
resistencia prolongado, los resultados de los estudios han demostrado una
mejora en el rendimiento. Si la intensidad es moderada, la respuesta insulínica
a la ingesta de glucosa es eliminada, además de aumentar la secreción de
adrenalina, la cual mantiene elevada el nivel de glucosa en sangre. En estos
casos la dosis más eficaz es de unos 50-
El
tipo de hidrato de carbono más idóneo, tanto para la ingesta previa como para
la que se realiza durante el ejercicio, va a depender del momento y de su
índice glucémico. Así la fructosa se considera mejor fuente de energía que la
glucosa cuando ésta se ingiere 45 minutos antes del inicio del ejercicio
prolongado. Esto es debido a que se absorbe más lentamente en el intestino, lo
cual evita la respuesta insulínica y una potencial hipoglucemia reactiva, dando
una mayor estabilidad de los niveles de
azúcar en la sangre durante las primeras etapas del ejercicio (Costill, 1994;
Burelle, Peronnet, Massicotte, Brisson, & Hillaire Marcel, 1997).
Cuando
la fructosa se ingiere inmediatamente antes o durante el ejercicio el
efecto sobre los niveles de azúcar en
sangre y el metabolismo de los hidratos de carbono no es muy diferente del
producido por la glucosa. Otros estudios además concluyen que la fructosa no
evita el uso del glucógeno muscular de una manera más o menos efectiva que la
glucosa (Tsintzas & Williams, 1998; Williams M.H., 2002). Además la fructosa puede provocar molestias gastrointestinales y diarreas
debido a un efecto osmótico significativo en los intestinos (Williams M.H., 2002).
Existen
otros estudios que comparan los efectos de azúcares simples con polímeros de
glucosa. Estos últimos poseen un vaciamiento gástrico más rápido debido a una
producción menor de efecto osmótico. Otros estudios además han encontrado que
los polímeros de glucosa se oxidan más fácilmente en comparación con la glucosa
o la sacarosa (Williams M.H., 2002)
4. INGESTA DURANTE
EL EJERCICIO
El
propósito principal de la ingesta de carbohidratos durante la práctica
deportiva extenuante es ayudar a mantener los niveles de glucosa en sangre y
evitar el agotamiento del glucógeno almacenado en los músculos lo cual puede
permitir a los competidores ejercitarse por más tiempo (Coyle, 2000).
Aunque
el mecanismo responsable de la mejoría sobre el rendimiento por parte de la
ingesta de carbohidratos durante el ejercicio es discutible, se ha sugerido que
el consumo de CHO puede producir un ahorro de glucógeno muscular, aunque otros
investigadores apoyan la idea que el CHO es utilizado directamente como
combustible solamente cuando los niveles de glucógeno muscular están
sustancialmente depletados (Costill, 1994)
La
mayoría de los estudios muestran una mejora en el rendimiento con la ingesta de
carbohidratos de
En
ejercicios similares a los deportes de equipo, Mitchell et al. (1998)
observaron que el rendimiento sobre la velocidad, al final de 2 horas de
ejercicio intermitente, era mejorado de igual manera con 33,5; 39,4;
Otros
estudios mezclan ambas formas de ingerir los carbohidratos, es decir utilizar
una concentración muy alta durante los primeros 20 minutos del ejercicio (1g/Kg
de peso corporal) y después usar concentraciones más bajas (0,2-0,3 g/Kg de
peso corporal) a intervalos regulares. También se ha demostrado que puede ser
efectivo en deportes intermitentes como el fútbol tomar una única dosis muy
concentrada; 100-
Sobre
la cuestión si es mejor las formas sólidas o líquidas de hidratos de carbono,
Ellen Coleman (1996) no observó diferencias respecto al mantenimiento de los
niveles de glucosa en sangre y la mejora del rendimiento del ejercicio.
Resultados similares fueron encontrados también por Robergs et al. (1998). Sin embargo Peter, en 1995 ha señalado
que los triatletas que consumían formas líquidas de hidratos de carbono
presentaban un mejor rendimiento durante un ejercicio de tres horas de
ciclismo-carrera. Estos resultados pueden ser debidos a que los deportistas
rechazaron el consumo de alimentos sólidos durante el ejercicio, lo cual pudo
afectar negativamente a su rendimiento.
Optimización
del vaciado gástrico
Para poder optimizar al máximo la
energía ingerida durante la actividad es fundamental intentar que el ritmo con
el que los líquidos abandonan el aparato digestivo sea lo más rápido posible.
En el pasado se consideraba que
agregar carbohidratos a una solución impedía la reposición de líquidos porque
el carbohidrato reduce el ritmo con el cual los líquidos abandonan el estómago
(vaciado gástrico). Sin embargo, el factor más importante que regula el ritmo
de vaciado gástrico y la reposición de líquido es el volumen de líquidos
ingeridos; la concentración de los carbohidratos es de una importancia
secundaria (Coyle E. F., 1992).
Murray, Bartoli, Stofan, Horn, &
Eddy, en 1999, llevó a cabo un estudio para
analizar qué porcentaje de carbohidratos era el más idóneo para el vaciamiento
gástrico; encontró que durante el ejercicio, a intervalos de 15 minutos, los
sujetos consumieron 227±3 ml de agua o carbohidratos (CHO) al 4%, CHO al 6% ó
CHO al 8%. El volumen gástrico fue determinado en cada toma. Los resultados
mostraron que la ingesta repetida de una bebida al 8% de CHO durante el
ejercicio, reduce significativamente la tasa de vaciamiento, mientras que
concentraciones mas bajas de carbohidratos no. Además, según este mismo autor a estas
concentraciones de carbohidratos la osmolaridad de la bebida no es tan
importante sobre la tasa de vaciamiento gástrico, como el contenido de energía.
Esto mismo lo corrobora Coyle, E. F., (1992), el cual afirma que soluciones que
contienen 8% de carbohidratos aparentemente tienen poca influencia en el ritmo
de vaciado gástrico, especialmente cuando el cronograma de ingesta mantiene un
alto volumen gástrico.
En este sentido Burke & Read, (1993), aclaran que las soluciones de CHO
deben estar de
Esta última afirmación no es compartida
por todos los investigadores. Así Moran, en 1981 encuentra que, mientras la
glucosa parece vaciarse en forma lineal, la fructuosa abandona el estómago en
una tasa exponencial. Las soluciones de glucosa se vaciaban a una tasa
constante de 0,1 g/min, mientras que se observó que la fructuosa se vaciaba en
forma rápida durante los primeros 20 minutos luego de la ingesta, dando paso a
una tasa promedio de vaciado de 0,2 g/min.
En lo que se refiere a estudios
durante ejercicio intermitente, como son los deportes de invasión, Mitchell et al. en 1987 (citado por Costill, 1994) no observaron diferencias entre
las tasas de vaciado gástrico de tres soluciones diferentes de CHO que
contenían combinaciones de 5 % - 7,5 % de maltodextrinas, glucosa, fructosa, y
sacarosa. Adicionalmente, Segal et al. en 1985 reportaron que no hubo
diferencias en el tránsito gastrointestinal entre una solución placebo con agua
con sabor vs. una solución de
5. INGESTA EN
Cuando se termina una actividad física, se produce una
adaptación en la redistribución del flujo sanguíneo, que vasodilata el lecho
esplácnico y disminuye el lecho muscular. Por ésta razón se reponen las
reservas de glucógeno hepático aún antes de ingerir nuevamente HC. Pero
inmediatamente después del ejercicio y hasta que esto suceda el flujo sanguíneo
permanece alto en el músculo que trabajó.
Por otro lado el ejercicio sensibilizaría los
receptores musculares a la insulina
En los primeros 10' aumenta la insulina (posiblemente
debido a la falta de catecolaminas inhibidora )lo que aumenta la captación
muscular y hepática de glucosa, y disminuye la excreción hepática , y el
glucagon permanece aumentado favoreciendo
Además,
la insulina no solo permite la entrada de glucosa a
la célula, sino que aparte estimula a la glucógeno-sintetasa (Minuchin, 2003). Por todo ello, es
fundamental que en los primeros 10-20 minutos los sujetos después de un
ejercicio físico ingieran hidratos de carbono.
Uno
de estos factores que influye en la resíntensis de glucógeno según algunos
estudios, puede ser el daño en la fibra muscular asociado con el ejercicio
excéntrico, (elongación forzada del músculo activo), que pueden demorar la
resíntesis glucogénica (Sherman, W). Se ha observado que la demora en la
reacumulación glucogénica, después de un ejercicio excéntrico intenso (como el
que se da en deportes de invasión), persiste durante 7-10 días (González Gallego & Villa Vicente J., 2001).
Otro factor importante, y del cual va a depender la repleción del glucógeno, es el periodo que existe de recuperación entre la finalización de la actividad y la siguiente. Se pueden dar dos casos; uno que exista 24 horas o más entre las sesiones de entrenamiento o partidos; y otra que en el mismo día se compita o entrene en más de una ocasión. Tanto en uno como en otro los estudios han demostrado que la ingestión de hidratos de carbono durante los intervalos de descanso mejora el rendimiento (Williams M.H., 2002).
Para los
ejercicios como los deportes de equipo, Williams M.H. (2002) recomienda el
consumo de
Existen
otros estudios que intentan ver la posible mejora en la reposición del
glucógeno muscular con ingestas mixtas de Hidratos de carbono y proteinas. Así
Zawadzki et al (1993) (citado por (Williams M.H., 2002) han señalado que la combinación de
proteínas e hidratos de carbono induce un ritmo más rápido de la resíntesis del
glucógeno muscular en cuatro horas en comparación con los hidratos de carbono o
las proteínas administrados por separado. La dosis utilizada fue de
En la misma línea Niles et al. (2000) concluye que la suplementación con
una bebida que contenga CHO y PRO, después de un ejercicio que deplete las
reservas de glucógeno, puede facilitar una mayor tasa de resíntesis de glucógeno
que una bebida que contenga solo carbohidratos, así como acelerar los procesos
de recuperación y mejorar el rendimiento en los ejercicios de resistencia
durante un segundo período de ejercicio realizado durante un mismo día.
Cuando la
velocidad de la resíntesis no es tan importante porque existen periodos de
recuperación mayores a las 24 horas, aparecen otros protocolos igual de
efectivos que los anteriores. En estos casos
Williams, (2002) recomienda unos 8-
Esto último
parece carecer de importancia en ejercicios breves e intermitentes de gran
intensidad, como son en su gran mayoría los deportes de equipo. En un estudio
se comparó la reposición del glucógeno muscular tras 24 horas en sujetos que
ingirieron dos dietas diferentes, una normal y la otra rica en HC; los sujetos previa a la dieta realizaron
un ejercicio en cicloergómetro con cargas elevadas de 1 min. con recuperaciones
de 3 min. hasta el agotamiento. En los resultados obtenidos se apreció como la
reposición completa del glucógeno muscular no requiere una dieta de HC superior
a lo normal en periodos de 24 horas (González Gallego & Villa
Vicente J., 2001).
Para
mejorar el rendimiento de un atleta que realiza su actividad física se puede
decir que es necesario que controle sus hábitos alimenticios durante la
competición, en los periodos previos, durante la misma, y al finalizar ésta.
Las pautas más importantes de esta intervención por parte del deportista queda
expuesta a continuación.
Optimización de la ingesta antes de la competición
Un consumo
de hidratos de carbono de
§
Una ingesta de unas 500-600 Cal, con
una tasa elevada de hidratos de carbono (entre 4-5 g/Kg, es decir unos 240-
§
Si la ingesta se realiza
aproximadamente una hora antes del ejercicio la cantidad de hidratos de carbono
necesaria es de
§
La cafeína es capaz de reducir el uso
de glucógeno muscular durante los primeros 15 minutos del ejercicio(Spriet, 1995)
Optimización de la ingesta
justo antes de la competición
Si
la ingesta se realiza durante los 10 minutos previos al ejercicio de
resistencia prolongado, los resultados de los estudios han demostrado una
mejora en el rendimiento. Esta debe ser:
§
La dosis más eficaz es de unos 50-
Optimización de la ingesta durante la competición
La
mayoría de los estudios muestran una mejora en el rendimiento con la ingesta de
carbohidratos durante la competición. La forma de suministrarla varian,
puediendo ser:
§
De
§
Cada 15-30 minutos consumir una
solución al 5-10% que contenga unos 15-
§
Para deportes intermitentes como el
fútbol es conveniente tomar una única dosis muy concentrada de 100-
§
Soluciones que
contengan un 8% de carbohidratos tienen aparentemente poca influencia en el
ritmo de vaciado gástrico, especialmente cuando el cronograma de ingesta
mantiene un alto volumen gástrico Coyle, E. F.,
(1992),
Optimización de la ingesta
después de la competición
Para mejorar
la reposición de glucógeno muscular, dependiendo se va a existir una
competición en un periodo de 24 horas o no se recomiendan diferentes
actuaciones:
§
Si existe competición en las siguientes
24 horas, Williams M.H. (2002) recomienda el consumo de
§
Cuando
la velocidad de la resíntesis no es tan importante porque existen periodos de
recuperación mayores a las 24 horas, Williams, (2002) recomienda unos 8-
1.
Arnett, B. B., Dan. Tedeschi, F.,
& Maughan, R. S. B. (2001). Acelerando
2.
Blom, P., Vange, O., Dardel, k.,
& Hermansen, L. (1982). Effect of different carbohydrates on rate mucle
glycogen resynthesis after prolonged exercise. Med. Sci. Sport Exc., 14,
136.
3.
Bongbele,
J., & Gutierrez, A. (1989). Bases bioquímicas de la fatiga muscular durante
esfuerzos máximos de tipo anaeróbico (
4.
Burelle, Y., Peronnet, F., Massicotte,
D., Brisson, G. R, & Hillaire Marcel, C. (1997). Oxidation of 13C-glucose and
13C-fructose ingested as a preexercise meal: effect of carbohydrate ingestion
during exercise. Int-J-Sport-Nutr, 7(2), 117-27.
5.
Burke, L., & Read, R. (1993).
Dietary supplements in sport. Sports Medicine, 15.
6.
Costill,
D. (1994). Carbohidratos para el ejercicio: Demandas en la dieta para el optimo
rendimiento. Actualiación En Ciencias Del Deporte, 2(7), 31-54.
7.
Coyle, E. F. (1995). Substrate utilization
during exercise in active people. Am-J-Clin-Nutr, 61(4 Suppl),
968S-979S.
8.
Coyle E. F., a. S. J. M. (1992). Carbohydrate and fluid
ingestion during exercise. Med Sci Sport Exerc, 24, 324-330.
9.
Coyle,
E. F. (2000). Reemplazo de Fluidos y Carbohidratos durante el Ejercicio:
¿Cuánto y Por Que? G.S.S.I. Sports Science Exchange.
10.
Delgado
Fernández M., Gutierrez Saínz A., & Castillo Garzón M.J. (1999). Entrenamiento
Físico-Deportivo y Alimentación (de la infancia a la edad adulta). Barcelona:
Editorial Paidotribo.
11.
Doherty, M. (1998). The effects of
caffeine on the maximal accumulated oxygen deficit and short-term running
performance. Int-J-Sport-Nutr, 8(2), 95-104.
12.
Friedman,
J. (2001). Resistencia del Glucógeno Pos-Ejercicio. G.S.S.I.
Sports Science Exchange.
13.
Gaitanos G.C., C.Willians, L.H.
Boobis, & S. Broks. (1993). Human
muscle metabolism during intermittent maximal exercise. J. Appl. Physiol,
75: 712-719.
14.
Gleeson, M., & Bishop, N. C.
(2000). Modification of immune responses to exercise by carbohydrate, glutamine
and anti-oxidant supplements. Immunology-and-Cell-Biology, 78(5),(64), 554-561.
15.
González
Gallego, J., & Villa Vicente J. (2001). Nutrición y ayudas ergogénicas
en el deporte. España: Editorial Sintesis.
16.
Guyton, A. (1981). C.
Fisiología Humana . Cda. de
17.
Hultman, E. (1979). Muscle fuel for
competition. Physician Sport Med.
18.
Jandrain B, Krzentowski G, Pirnay F,
Mosora F, Lacroix M, Luyckx A, & Lefebvre P. (1984). Metabolic availability
of glucose ingested 3 h before prolonged exercise in humans. J Appl Physiol, 56, 1314-1319.
19.
Jentjens, R. L, & Jeukendrup, A. E.
(2002). Prevalence
of hypoglycemia following pre-exercise carbohydrate ingestion is not
accompanied By higher insulin sensitivity. Int-J-Sport-Nutr-Exerc-Metab, 12(4),
398-413.
20.
Katbleen Mahan L./Escott-Stump S.
(1998). Nutrición y Dietoterapia, de Krause. México: Mcgraw-Hill InterAmericana.
21.
Lemon, P. W. (1998). Effects of exercise on
dietary protein requirements. Int-J-Sport-Nutr, 8(4), 426-47.
22.
Lopez de Vinaspre, P. (1994).
Hidratacion y carbohidratos en deportes intermitentes (Hydratation et hydrates
de carbone dans les sports intermittents). Apunts Medicina De L'Esport 119, 37-46.
23.
McArdle W.D., Katch F.I., &
Katch V.L. (1990). Fisiología del ejercicio (energía,
nutrición y rendimiento humano). Madrid: Alianza Editorial.
24.
McNaughton L, & Cedaro R.
(1992). Sodium citrat ingestion and its
effects on maximal anaerobic exercise of different durations. European
Journal Applied Physiology., 64, 36-41.
25.
Minuchin,
P. (2003). Nutrición pre, intra y post competencia (II). Info@Plazadeportes.Com.
26.
Murray,
B. (2001). El Reemplazo de Fluídos: Posición del Colegio Americano de Medicina
del Deporte. G.S.S.I.
Sports Science Exchange..
27.
28.
Odriozola,
J. Mª. (1994). Nutrición y Deporte. Editorial Eudema.
29.
Palao
Andres, J. M., Saenz Ferrer B., & Ureña Espa A. (2001). La fatiga en
voleibol. Revista Digital - Buenos Aires - , Nº 30.
30.
Paul, G. (1989). Dietary protein
requierements of physically active individuals. Sport Medicine, 8,
154-176.
31.
Peter, H. e. al. (1995). Exercise
performance as a function of semisolid and liquid carbohidrate feedings during
prolonged ecercise. International Journal of Sport Medicine, 16,
105-113.
32.
Rankin,
J. W. (2001). Los carbohidratos en las dietas y la perfomace en ejercicios
intensos de corta duración. G.S.S.I.
Sports Science Exchange.
33.
Robergs, R. A, McMinn, S. B,
Mermier, C., Leadbetter, G. 3rd, Ruby, B., & Quinn, C. (1998). Blood
glucose and glucoregulatory hormone responses to solid and liquid carbohydrate
ingestion during exercise. Int-J-Sport-Nutr, 8(1), 70-83.
34.
Santángelo
Magrini, G., & Cohen Grinvald., R. (1999). Regulación del equilibrio
hídrico. Lecturas: Educación Fisica y Deportes. Revista Digital , Año 4. Nº14.
35.
Segal, K., Nyman, A., Kral, J. G.,
& Kotler, D. P. (1985). Effects of glucose ingestion on submaximal
intermittent exercise. Med. Sci. Sports Exerc., 17, 205-211.
36.
Smith, G. J, Rhodes, E. C, &
Langill, R. H. (2002). The effect of pre-exercise glucose ingestion on
performance during prolonged swimming. Int-J-Sport-Nutr-Exerc-Metab, 12
(2), 136-44.
37.
Spriet, L. (1995). Caffeine and
performance. Internacional Journal of Sport Nutrition, 5, 84-99.
38.
Sugiura, K., & Kobayashi, K.
(1998). Effect of carbohydrate ingestion on sprint performance following
continuous and intermittent exercise. Med-Sci-Sports-Exerc, 30(11),
1624-30.
39.
Tsintzas, K., & Williams, C.
(1998). Human muscle glycogen metabolism during exercise. Effect of
carbohydrate supplementation. Sports-Med, 25(1), 7-23.
40.
Underwood,
G. (2000). Nutrición deportiva desde una perspectiva práctica. PubliCE.
41.
Villegas
García, J. A., & Zamora Navarro, S. (1991). Necesidades nutricionales en
deportistas. Archivos De Medicina Del Deporte, VIII(30), 169-179.
42.
Williams
M.H. (2002). Nutrition
for Health, Fitness & Sport (Nutrición para la salud, la condición física y
el deporte).
43.
Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte – vol. 6 - número 24 -
diciembre 2006 - ISSN: 1577-0354