Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol.12 - número 46 - ISSN: 1577-0354
Sánchez-Oliva, D.; Leo Marcos, F.M.;
Sánchez-Miguel, P.A.; Amado Alonso, D. y García-Calvo, T. (2012). Antecedentes
motivacionales de los comportamientos prosociales y
antisociales en el contexto deportivo / Motivational antecedents of prosocial and
antisocial behaviors in the
sport context. Revista Internacional de Medicina y
Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol. 12 (46) pp. 253-270 Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista46/artantecedentes235.htm
ORIGINAL
ANTECEDENTES
MOTIVACIONALES DE LOS COMPORTAMIENTOS PROSOCIALES Y ANTISOCIALES EN EL CONTEXTO
DEPORTIVO
MOTIVATIONAL ANTECEDENTS OF PROSOCIAL AND ANTISOCIAL
BEHAVIORS IN THE SPORT CONTEXT
Sánchez-Oliva,
D.1; Leo Marcos, F.M.2; Sánchez-Miguel, P.A.3;
Amado Alonso, D.4 y García-Calvo, T.5
1
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Becario FPI en el
Departamento de Didáctica de
la Expresión Musical, Plástica y Corporal de la Universidad
de Extremadura. Cáceres (España). davidsanchez@unex.es
2
Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Profesor en la Facultad
de Ciencias del Deporte. Cáceres (España). Universidad de Extremadura. franmilema@unex.es
3
Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Profesor en la Facultad
de Formación del Profesorado. Cáceres (España). Universidad de Extremadura. pesanchezm@unex.es
4
Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Becaria FPU en el
Departamento de Didáctica de
la Expresión Musical, Plástica y Corporal de la Universidad
de Extremadura. Cáceres (España). diamal@unex.es
5
Doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Profesor en la Facultad
de Ciencias del Deporte. Cáceres (España). Universidad de Extremadura. tgarciac@unex.es
Trabajo
realizado gracias al proyecto concedido por el Consejo Superior de Deportes,
dentro de las “Ayudas para la realización de actuaciones contra la violencia,
el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte” (Código CSD 60/2009 -
1853B7).
Código
UNESCO / UNESCO Code: 6199 “Psicología del
Deporte” / Sport psychology / Sport psychology.
Clasificación del
Consejo de Europa/ Council of Europe Classification: 15. Psicología del
Deporte /
Recibido 12 de febrero de
2010 Received February 12, 2010
Aceptado 16 de marzo de 2012 Accepted March 16, 2012
RESUMEN
A través del presente estudio se
pretendió testar el modelo de la motivación intrínseca y extrínseca de
Vallerand (1997), con el objetivo de comprobar en qué medida la percepción del
clima motivacional se relacionaba con la motivación autodeterminada, y cómo
estos niveles de autodeterminación podían predecir los comportamientos
prosociales y antisociales de los jóvenes deportistas. Para ello, se
seleccionaron 216 jugadores de fútbol de categoría infantil y cadete, donde se
ha podido comprobar cómo el clima que implica a la tarea predice positivamente
la percepción de autonomía, competencia y relaciones sociales, mientras que el
clima que implica al ego predice los sentimientos de presión. Asimismo, la
percepción de autonomía y relaciones sociales predicen positivamente los
niveles altos de autodeterminación, mientras que ésta variable predice
positivamente los comportamientos prosociales y negativamente los
comportamientos antisociales.
PALABRAS CLAVE: Clima motivacional, motivación
autodeterminada, deportividad, adolescentes.
ABSTRACT
Through this work we achieved to test the Hierarchical Model of
Intrinsic and Extrinsic Motivation by Vallerand (1997) with the aim to measure
the relationship between perception of motivational climate regarding
self-determined motivation, and how these self-determination levels could
predict prosocial and antisocial behaviors in young participants. However, 216 football players from infantile and cadet categories were recruited, whom showed that
mastery climate was a positive predictor of perception of autonomy, competence and relatedness, whereas performance climate positively predicted pressure feelings. Furthermore, perception of autonomy and relatedness were positive predictors of higher levels of self-determination, whereas this variable positively predicted prosocial behaviors and negatively predicted antisocial behaviors.
KEYWORDS: Motivational Climate, self-determined motivation, Sportpersonship,
adolescents.
INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente,
el deporte se ha catalogado como un excelente vehículo para el desarrollo de
los valores y los aspectos morales (Kavussanu y Boardley, 2009), considerándose la competición deportiva
como un gran determinante de los comportamientos de los participantes
(Kavussanu, Seal y Phillips, 2006). De esta manera, cuando el deporte se enfoca
desde una perspectiva educativa, éste contribuye decisivamente a la promoción
de la moralidad, ya que se encuentra ubicado dentro de todas las esferas de la
vida, desempeñando un papel muy importante en la conducta humana (Sage, 2006).
Así, la influencia que los procesos motivacionales tienen sobre la moralidad en
el deporte ha sido uno de los temas más estudiados en los últimos tiempos
(Kavussanu, 2008), determinando en qué medida estas variables pueden ser el
desencadenante de determinados comportamientos prosociales y antisociales.
Según
el modelo de la motivación intrínseca y extrínseca (Vallerand,
2001), la explicación de los procesos motivacionales en el contexto deportivo
gira en torno a la Teoría de la Evaluación Cognitiva (Deci y Ryan, 2000; Ryan y
Deci, 2000), donde se considera la existencia de un continuo motivacional, a
través del cual se pueden distinguir los diferentes niveles de
autodeterminación. El primer gran bloque es la motivación intrínseca, que
representa el nivel más alto de autodeterminación y se refiere al compromiso
con una actividad por propia iniciativa, por el placer y por la satisfacción
que supone la participación en dicha actividad. El segundo gran bloque se
denomina motivación extrínseca, que surge cuando una persona se involucra en
una actividad para logar ciertos objetivos extrínsecos, es decir, no tienen un
fin en sí mismo, e involucra diferentes tipos de regulación, que de mayor a
menor autodeterminación son la regulación identificada, introyectada y externa.
Por último, la desmotivación constituye el nivel más bajo de autodeterminación,
y se caracteriza porque el sujeto no tiene intención de realizar una actividad,
y por lo tanto, existe una falta total de motivación, tanto intrínseca como extrínseca.
Asimismo,
Vallerand (2001) expone que estos tipos de motivación estarán influenciados por
los factores sociales, distinguiendo entre determinantes situacionales,
contextuales y globales. En nuestro caso, analizaremos la importancia que
adquiere uno de los factores contextuales más estudiados en el ámbito
deportivo, el clima motivacional creado por el entrenador. Este término fue
introducido por Ames (1992) para describir el ambiente que crea el entrenador
en el contexto deportivo, diferenciando entre clima motivacional que implica a
la tarea, donde se promueven valores como la diversión, la satisfacción, el
interés o la motivación intrínseca (Leo,
García-Calvo, Sánchez-Miguel, Gómez y Sánchez-Oliva, 2008; Theodosiou,
Mantis y Papaioannou, 2008) y clima motivacional que implica al ego, que se
encuentra relacionado positivamente con la afectividad negativa y los
sentimientos de presión, y las recompensas se establecen de manera pública y
basadas en la demostración de un rendimiento superior (Leo et al., 2008; Theodosiou et al., 2008).
Continuando
con el modelo, la satisfacción que los sujetos tengan sobre las necesidades
psicológicas básicas actuarán como mediadores entre éstos factores sociales y
los tipos de motivación mostrados por estos. De esta manera, la percepción que
los jugadores tengan sobre las necesidades de autonomía (deseo de ser el origen
de sus comportamientos), competencia (deseo de actuar eficazmente en el
contexto que le rodea) y relaciones sociales (sensación de conexión con los individuos
del entorno social) mediarán entre el clima motivacional percibido y los
niveles de autodeterminación mostrados hacia la práctica deportiva (Vallerand,
2007). Además, como ya hicieron otros autores (Hagger,
Anderson, Kyriakaki y Darkings,
2007; Hagger, Chatzisarantis,
Barkoukis, Wang y Baranowski,
2005), también decidimos analizar la presión que los jugadores sentían a la
hora de realizar las tareas deportivas, y valorar cómo esta variable podía
actuar también como mediador entre el clima motivacional percibido y el tipo de
regulación.
Por
último, tal y como expone Vallerand (2001), los diferentes niveles de
autodeterminación provocarán la aparición de unas determinadas consecuencias,
clasificadas como cognitivas, afectivas y conductuales. En este estudio, nos
detendremos en la valoración de una de las consecuencias afectivas más
candentes en la actualidad, las conductas prosociales y antisociales de los
jóvenes deportistas. En este sentido, Kavussanu (2006), basándose en Eisenberg y Mussen (1989), denominó
“comportamiento prosocial” a aquellas acciones que conllevan consecuencias
positivas y que tienen como objetivo ayudar, animar o beneficiar a otras
personas, mientras que con el término “comportamiento antisocial” se refería a
las acciones asociadas a consecuencias negativas, cuyo objetivo es dañar,
perjudicar o despreciar a otras personas.
Teniendo
en cuanta lo anteriormente explicado, es importante ahondar en el estudio de los
procesos motivacionales que pueden explicar la realización de comportamientos
prosociales y antisociales, con el fin de determinar los posibles antecedentes
motivacionales que desencadenan las conductas de los adolescentes, y poder
desarrollar propuestas de intervención con el objetivo de disminuir los
comportamientos desadaptativos realizadas parte de los participantes. En este
sentido, numerosos estudios se han apoyado en el modelo de la motivación para
explicar diferentes comportamientos, pensamientos y emociones de los
deportistas, como pueden ser la vitalidad, el autoestima, la satisfacción con
la vida o la intención de ser físicamente activo (Almagro, Saénz-López,
González-Cutre y Moreno-Murcia, 2011; Balaguer, Castillo y Duda, 2008; Ommundsen, Lemyre, Abrahamsen y Roberts, 2010), comprobando la influencia que
el clima motivacional tiene sobre el tipo de motivación a través de la
satisfacción de las necesidades psicológicas básicas.
Por
ejemplo, Balaguer et al., (2008) realizaron un estudio con jugadores de
diferentes deportes, a través del cual comprobaron cómo el apoyo a la autonomía
predecía la satisfacción de las necesidades de autonomía y relaciones sociales,
mientras que estas dos variables, junto con la satisfacción de competencia, se
asociaban a una motivación más autodeterminada. En la misma línea, Ommundsen et al. (2010) utilizaron una muestra formada por
jugadores adolescentes de fútbol para comprobar cómo la percepción de un clima
motivacional que implica a la tarea predecía la motivación intrínseca a través
de la satisfacción de la necesidad de competencia y autonomía. Por otro lado,
Almagro et al., (2011) realizaron un modelo de ecuaciones estructurales para
predecir la intención de ser físicamente activo con una muestra formada por jugadores
de diferentes deportes. En el análisis de los resultados, comprobaron la
predicción que el clima tarea tenía sobre la satisfacción de las necesidades de
autonomía, competencia y relaciones sociales, y cómo estas variables se
mostraron como predictores positivos de la motivación intrínseca de los
deportistas. Por último, Sánchez-Oliva, Sánchez-Miguel, Leo, Amado,
González-Ponce y Chamorro (2011) se apoyaron en el modelo de motivación para
predecir el compromiso deportivo de 958 jugadores de los principales deportes
colectivos (fútbol, baloncesto, balonmano y voleibol), en el que comprobaron
cómo la percepción de un clima que implica a la tarea predecía positivamente la
satisfacción de autonomía, competencia y relaciones sociales, mostrándose estas
variables como predictores positivos de la motivación intrínseca de los
deportistas.
Del
mismo modo, existen menos estudios que hayan incluido en el modelo como
consecuencias aspectos relacionados con los comportamientos de deportividad de
los jugadores. En este sentido, Ntoumanis y Standage (2009) llevaron a cabo un
estudio con jugadores de diferentes deportes individuales y colectivos, en el
que pudieron comprobar cómo la percepción de apoyo a la autonomía del
entrenador predecía positivamente la satisfacción de las necesidades de
autonomía, competencia y relaciones sociales. Del mismo modo, estos autores
evidenciaron la capacidad predictiva que las necesidades psicológicas básicas
tenían sobre el tipo de motivación de los deportistas, siendo positiva la predicción
en el caso de los tipos de motivación más autodeterminadas y negativa en los
tipos de motivación menos autodeterminadas. Además, el estudio puso de
manifiesto cómo la motivación autodeterminada predecía positivamente los
comportamientos de deportividad y negativamente los comportamientos
antisociales, ocurriendo a la inversa en el caso de la motivación no
autodeterminada. Por último, Luckwü y Guzmán (2011)
analizaron la importancia de los antecedentes motivacionales para predecir los
comportamientos de deportividad en jugadores adolescentes de balonmano. El
modelo de ecuaciones estructurales indicó la capacidad predictiva que el clima
tarea tenía sobre las necesidades de autonomía, competencia y relaciones
sociales, siendo estas variables predictoras del índice de autodeterminación,
que a su vez predijo positivamente el respeto a las reglas y las convenciones
sociales.
En base a esto, el objetivo principal
del presente estudio fue testar el modelo de la motivación de Vallerand (2001),
para comprobar la incidencia del clima motivacional percibido por los jugadores
sobre la motivación autodeterminada a través de la satisfacción de las
necesidades psicológicas básicas, y cómo el índice de autodeterminación se
relacionaba con la percepción de comportamientos prosociales y antisociales en
jóvenes jugadores de fútbol. Asimismo, y teniendo en cuenta los resultados
obtenidos en otros estudios similares (Almagro et al., 2011; Balaguer et al.,
2008; Luckwü y Guzmán, 2011; Ntoumanis
y Standage, 2009; Ommundsen
et al., 2010), las hipótesis del estudio postulaban que: 1) el clima que
implica a la tarea se mostraría como predictor positivo de la satisfacción de
las necesidades de competencia, autonomía y relaciones sociales, y el clima que
implica al ego de los sentimientos de presión; 2) la satisfacción de las
necesidades psicológicas básicas iban a predecir positivamente el índice de
autodeterminación; 3) la motivación autodeterminada destacaría como predictor
positivo de los comportamientos prosociales y negativo de los comportamientos
antisociales.
MÉTODO
Participantes
La
muestra de este trabajo estaba compuesta por 216 jugadores de fútbol de
categorías infantil (n = 114) y
cadete (n = 102). Los sujetos eran de
género masculino (n = 202) y femenino
(n = 14), con edades comprendidas
entre los 13 y los 16 años (M = 15.2;
DT = 1.28). Todos los jugadores
incluidos en la muestra pertenecían a 19 equipos que participaban en la Segunda
División Autonómica infantil y cadete de la provincia de Cáceres, poseyendo
cada uno de ellos su ficha federativa.
Instrumentos
Clima
motivacional percibido en los entrenamientos. Se utilizó la validación al
castellano realizada por Balaguer, Guivernau, Duda y Crespo (1997) del Perceived
Motivational Climate in Sport Questionnaire (Newton y Duda, 1993; Newton, Duda
y Yin, 2000). Dicha escala está precedida de una frase introductoria (“Tu
entrenador…”), acompañada de 21 ítems, donde nos centramos en los factores de
segundo orden, como son el clima que implica al ego (9 ítems, ej.: “Motiva a
los jugadores cuando juegan mejor que sus compañeros”) y el clima que implica a
la tarea (12 ítems, ej.: “Favorece que los jugadores se ayuden unos a otros en
los entrenamientos y partidos”). La escala mostró valores alfa de Cronbach de
.87 para el clima que implica al ego y .76 para el clima que implica a la
tarea.
Tipo de motivación. Se empleó la
validación al castellano realizada por Núñez, Martín-Albo,
Navarro y González (2006) de la Escala de Motivación en el Deporte (SMS:
Pelletier, Fortier, Vallerand, Tudson, Brière y Blais, 1995), adaptando
la frase introductoria a la muestra de nuestra investigación. Así, este
instrumento constaba de una frase introductoria (Yo practico fútbol…), continuada
por 28 ítems que miden los distintos motivos de práctica. Dicho cuestionario se
divide en 5 factores, de los cuales, el primero se refiere a la motivación
intrínseca (13 ítems, ej.: “Por la satisfacción que siento al aprender técnicas
nuevas que nunca había realizado”). Otros 3 factores están relacionados con la
motivación extrínseca, dividida en regulación identificada (3 ítems, ej.:
“Porque es una de las mejores formas de mantener buenas relaciones con mis
amigos”), introyectada (4 ítems, ej.: “Porque me sentiría mal si yo no dedicase
el tiempo necesario para practicarlo”) y externa (4 ítems, ej.: “Porque me
permite estar bien visto por la gente que conozco”). El último factor de la
escala lo componen ítems que valoran la desmotivación (4 ítems, ej.: “No lo sé;
tengo la impresión de que es inútil seguir practicando deporte”). Para
simplificar los resultados, utilizamos un Índice de Autodeterminación (IAD),
calculado a través de la siguiente fórmula: (2 x Regulación Intrínseca +
Regulación Identificada) – ((Regulación Introyectada + Regulación Externa) / 2
+ 2 x Desmotivación) (Vallerand y Rousseau, 2001). Este índice se ha mostrado
como válido y fiable en varios trabajos (Moreno et al., 2007; Ntoumanis, 2005;
Sarrazin et al., 2002). En este estudio, el índice osciló entre -1.81 y 18.45.
Satisfacción
de las necesidades psicológicas básicas. Se utilizaron las aportaciones de trabajos
previos (Sarrazin, Vallerand, Guillet, Pelletier y Cury, 2002; Standage, Duda y
Ntoumanis 2003; Reinboth y Duda, 2006), para adaptar al castellano los
instrumentos utilizados y desarrollar la Escala de Mediadores Motivacionales
(EMM: García-Calvo, Sánchez-Miguel, Leo, Sánchez-Oliva y Gómez, 2009). Este
instrumento consta de 17 ítems, que fueron agrupados en 3 factores: autonomía
(6 ítems, ej.: “Cuando juego a fútbol, me siento libre de poder expresar mis
ideas y mis opiniones”), competencia (5 ítems, ej.: “Estoy satisfecho de mi
rendimiento en el fútbol”) y relaciones sociales, constituida por (6 ítems, ej: “Algunos de mis mejores amigos forman parte de este
equipo”). Esta escala mostró valores alfa de .71 para la percepción de
autonomía, .81 para la percepción de competencia y .70 para la percepción de
relaciones sociales.
Sentimientos de presión. Se realizó una adaptación antagónica
de la Escala de Autonomía Percibida en el deporte, elaborada por Reinboth y
Duda (2006). Así, invertimos el enunciado de los ítems con el objetivo de
valorar la presión que sentían los jóvenes jugadores durante la práctica del
fútbol. Este instrumento está precedido de la frase “Durante la práctica del
fútbol…”, seguida de 5 ítems que evalúan los sentimientos de presión (Ej: “Me siento presionado y controlado cuando practico
fútbol”). La fiabilidad de esta escala ha sido confirmada en investigaciones
previas (Sánchez-Oliva, 2009), mostrando en nuestro estudio valores alfa de
.71.
El
formato de respuesta empleado en los instrumentos anteriores es una escala tipo
Likert en la que cada ítem tenía un rango de respuesta de 1 a 5, donde 1
correspondía a totalmente en desacuerdo y el 5 a totalmente de acuerdo con la
pregunta formulada.
Percepción
de comportamientos prosociales y antisociales. Se empleó el factor
actuación prosocial y actuación antisocial de la adaptación del Cuestionario
sobre Intenciones y Comportamientos Antisociales en Fútbol (CICAF: García
Calvo, 2006). Este instrumento está formado por siete escenarios antisociales (Ej: “Un jugador rival te ha dado un patada/codazo muy
fuerte durante un partido y posteriormente tienes la oportunidad de
“devolvérsela” sin que el árbitro te vea”) y cuatro prosociales
(Ej: “Tirar el balón fuera del terreno de juego si un
rival está lesionado”. A cada situación, se le acompañaba de la pregunta: “¿has
hecho alguna vez esto o algo similar?”, valoradas con una escala Likert de 1 a
5, donde 1 equivalía a la respuesta no deseada y 5 a la respuesta deseada. En
ambos casos, los valores Alfa de Cronbach
son aceptables, alcanzando el comportamiento antisocial .80 y el comportamiento
prosocial .70.
Procedimiento
Para
llevar a cabo la recogida de datos, se desarrolló un protocolo de actuación
para que la obtención de datos fuera similar en todos los sujetos. Se informó a
los entrenadores sobre cuáles eran los objetivos de nuestra investigación y se
pidió permiso a los padres, indicándoles cuál iba a ser la utilización de los
resultados. También se informó a los deportistas de que su participación era
voluntaria y las respuestas serían tratadas confidencialmente. Los
cuestionarios fueron rellenados durante 15-20 minutos antes del entrenamiento,
estando el investigador presente para explicar el procedimiento y poder
resolver las posibles dudas que surgieran entre los participantes.
RESULTADOS
Análisis
de los datos
El
análisis de los datos fue desarrollado mediante el software SPSS 18.0, a través
del cual se realizaron análisis descriptivos, análisis de fiabilidad a través
del alfa de Cronbach y análisis de correlaciones bivariadas mediante el
coeficiente de correlación de Pearson. Posteriormente, se realizó un modelo de
ecuaciones estructurarles con el software AMOS 6.0, utilizando el método de
estimación por máxima verosimilitud. Para evaluar el ajuste de los diferentes
modelos testados, se utilizaron los siguientes índices: X2 (Chi-Square and his significance), X2/gl
(Chi-Square / degrees of freedom), CFI (Comparative Fit Index), TLI (Tuker-Lewis Index), IFI (Incremental Fit
Index) y RMSEA (Root Mean Square Error of Approximation).
Estadísticos descriptivos y
correlaciones bivariadas de todas las variables
En la Tabla 1, aparecen recogidos los valores
descriptivos de cada una de las variables pertenecientes al estudio. En cuanto
al clima motivacional percibido por los jugadores, el clima que implica a la
tarea alcanza un valor más elevado que el clima que implica al ego. En
referencia a los mediadores, la necesidad de autonomía y relaciones sociales
registran las puntuaciones más altas, mientras que los sentimientos de presión
obtienen claramente la media más baja. En relación al índice de
autodeterminación, y teniendo en cuenta los valores en los cuales podía oscilar
esta variable, se obtuvieron puntuaciones elevadas, mientras que en lo que a
los comportamientos de deportividad se refiere, la percepción de los
comportamientos prosociales obtuvo una media sensiblemente superior a la
percepción de los comportamientos antisociales.
Del mismo modo, y con
el objetivo de comprobar las relaciones entre la percepción del clima
motivacional, las necesidades psicológicas básicas, el tipo de motivación y los
comportamientos prosociales y antisociales, se realizó un análisis de
correlaciones bivariadas. Dicho análisis muestra cómo el clima que implica a la
tarea se correlaciona positivamente con la percepción de autonomía, competencia
y relaciones sociales, mientras que el clima que implica al ego lo hace con los
sentimientos de presión. Asimismo, el índice de autodeterminación se asocia
positivamente con el clima que implica a la tarea y negativamente con el clima
que implica al ego, siendo en ambos casos significativo. Por otro lado, la
percepción de autonomía y relaciones sociales se relacionan positivamente con
los niveles altos de autodeterminación, mientras que el sentimiento de presión
lo hace de forma negativa, alcanzando la significatividad en todos los casos.
En cuanto a los comportamientos prosociales y antisociales, el
clima que implica a la tarea se relaciona positivamente con los comportamientos
prosociales y negativamente con los antisociales, alcanzando en ambos casos
valores significativos. Por el contrario, el clima que implica al ego tan sólo
alcanza relaciones significativas con los comportamientos antisociales, siendo
esta asociación positiva. Además, el índice de autodeterminación obtiene
relaciones significativas con los comportamientos de deportividad, siendo estas
relaciones positivas en el caso de los comportamientos prosociales y negativas
en los comportamientos antisociales. Por último, los sentimientos de presión se
asocian positivamente con los comportamientos antisociales, mientras que tan
sólo la percepción de autonomía alcanza relaciones significativas con los
comportamientos prosociales, en este caso positivas.
Tabla 1. Análisis descriptivo y correlaciones bivariadas del
clima percibido, los mediadores psicológicos, el índice de autodeterminación
y los comportamientos prosociales y antisociales. |
||||||||||
M |
DT |
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
6 |
7 |
8 |
|
1.
Clima Ent. Tarea |
4.10 |
.66 |
- |
|||||||
2.
Clima Ent. Ego |
2.47 |
.77 |
-.21(**) |
- |
||||||
3.
Presión |
2.55 |
.96 |
-.12 |
.35(**) |
- |
|||||
4.
Autonomía |
4.06 |
.61 |
.48(**) |
-.01 |
-.11 |
- |
||||
5.
Competencia |
3.58 |
.75 |
.25(**) |
.05 |
-.09 |
.45(**) |
- |
|||
6.
Relaciones sociales |
4.01 |
.64 |
.49(**) |
-.05 |
-.12 |
.51(**) |
.36(**) |
- |
||
7.
IAD |
9.78 |
2.40 |
.33(**) |
-.33(**) |
-.33(**) |
.35(**) |
.06 |
.27(**) |
- |
|
8.
Comport.
Antisocial |
2.12 |
.72 |
-.25(**) |
.20(**) |
.24(**) |
-.13 |
.08 |
-.07 |
-.26(**) |
- |
9.
Comport.
Prosocial |
3.83 |
.85 |
.23(**) |
-.08 |
-.04 |
.26(**) |
-.07 |
.11 |
.36(**) |
-.36(**) |
**p<.01; *p<.05. Nota: Ent = Entrenador. IAD = Índice de Autodeterminación. Comport. = Comportamiento. |
Análisis del modelo de ecuaciones estructurales
Con
el objetivo de testar el modelo de la motivación propuesto por Vallerand
(2001), se decidió realizar un modelo de ecuaciones estructurales, a través del
cual se pretendía establecer relaciones de direccionalidad con niveles de
predicción en las distintas variables. Para proporcionar estimadores a los
parámetros del modelo, se utilizó el método de estimación por máxima
verosimilitud, junto con el procedimiento de bootstrapping
(coeficiente de Mardia = 30.03). En todos los casos,
el modelo estaba formado por variables latentes, utilizando como indicadores
las medias de dos grupos homogéneos de ítems. En el caso del índice de
autodeterminación, se utilizaron dos indicadores, introduciendo por separado
las medias de las puntuaciones obtenidas en los dos grupos de ítems en la
fórmula del IAD descrita anteriormente.
Así,
en primer lugar, se incluyó el clima motivacional percibido por lo jugadores,
para valorar las relaciones que guardaban con la satisfacción de las
necesidades psicológicas básicas y cómo estas variables predecían los niveles
de autodeterminación. Por último, el modelo trataba de comprobar el nivel de
predicción que el índice de autodeterminación tenía sobre la percepción de los
comportamientos prosociales y antisociales. Como se puede observar en la Figura
1, el clima motivacional que implica a la tarea predice positivamente la
satisfacción de las necesidades de autonomía, competencia y relaciones
sociales, mientras que el clima que implica al ego se muestra como predictor
positivo de los sentimientos de presión. Por
otro lado, la percepción de autonomía y relaciones sociales predicen
positivamente el índice de autodeterminación. Por el contario, la percepción de
competencia y presión lo hacen negativamente, aunque en ambos casos los pesos
de regresión no alcanzan la significatividad. Por último, el modelo muestra
cómo el índice de autodeterminación predice positivamente los comportamientos
prosociales y negativamente los antisociales.
.51 .18 .09 .52 .23 .52 CLIMA TAREA CLIMA EGO AUTONOMIA COMPETENCIA RELACIONES SOCIALES -.28 .39 .75 PRESION -.11 .28 -.15 .58 .45 -.27 IAD COMPORTAMIENTO ANTISOCIAL COMPORTAMIENTO PROSOCIAL .45 .73 -.49 Figura 1. Modelo de ecuaciones estructurales. .16
Una vez desarrollado
el modelo de ecuaciones estructurales, en la Tabla 2 se aprecia cómo los
valores de los índices de ajuste del modelo son adecuados, ya que los índices
CFI, TLI y IFI son superiores a .90, y el índice RMSEA
es inferior a .08.
Tabla 2.
Índices de ajuste del Modelo de Ecuaciones Estructurales. |
||||||||
|
χ2 |
g.l. |
p |
χ2/g.l. |
CFI |
TLI |
IFI |
RMSEA |
Valores |
213.54 |
108 |
.00 |
1.98 |
.92 |
.90 |
.92 |
.06 |
En
la Tabla 3 se exponen los pesos de regresión estandarizados, los ratios
críticos y su significación, donde se observa cómo la gran mayoría de las
relaciones establecidas en el modelo son significativas. Tan sólo las
puntuaciones obtenidas en las relaciones entre la percepción competencia y
presión y el índice de autodeterminación no alcanzan valores significativos.
Por el contrario, los mayores pesos estandarizados los obtienen las relaciones
existentes entre el clima que implica a tarea y las percepciones de autonomía y
relaciones sociales.
Tabla 3. Pesos de
Regresión Estandarizados, Ratios Críticos y Significación de las relaciones
establecidas en el Modelo de Ecuaciones Estructurales. |
|||
|
Pesos Estandarizados |
C. R. |
P |
Clima Entrenador
Tarea → Autonomía |
.73 |
7.60 |
.00*** |
Clima Entrenador
Tarea → Competencia |
.45 |
5.18 |
.00*** |
Clima Entrenador
Tarea → Relaciones Sociales |
.73 |
6.55 |
.00*** |
Clima Entrenador
Ego → Presión |
.39 |
5.29 |
.00*** |
Autonomía →
IAD |
.58 |
-1.63 |
.00*** |
Competencia →
IAD |
-.15 |
3.45 |
.10 |
Relaciones Sociales
→ IAD |
.28 |
1.96 |
.05** |
Presión → IAD |
-.11 |
-1.61 |
.11 |
IAD →
Comportamiento Antisocial |
-.27 |
-2.84 |
.00*** |
IAD → Comportamiento
Prosocial |
.45 |
4.88 |
.00*** |
**p<.05;
***p<.01 |
A
través de este estudio se pretendía testar el modelo de Vallerand (2001), con
el objetivo de analizar los antecedentes motivacionales que podían influir
relevantemente en la percepción de realización de comportamientos prosociales y
antisociales de los jóvenes jugadores de fútbol.
Tras
el análisis de los resultados, y atendiendo a las relaciones entre el clima
motivacional y las necesidades psicológicas básicas, se ha comprobado cómo el
clima tarea predice positivamente la satisfacción de autonomía, competencia y
relaciones sociales, mientras que el clima ego predice los sentimientos de
presión, comprobando con ello cómo se cumple la primera de las hipótesis. Los
resultados en referencia al clima que implica a la tarea ya fueron apuntados
por diferentes autores (Almagro et al., 2011; Ommundsen
et al., 2010), evidenciando la enorme relevancia que tiene por parte del
entrenador el promover este tipo de clima, consiguiendo con ello una mayor
libertad en la toma de decisiones de los jugadores, mayores niveles de cohesión
y una mayor percepción de competencia, elementos que sin duda facilitarán el
desarrollo de comportamientos más adaptativos. Sin embargo, no se han encontrado
estudios que avalen nuestros resultados en referencia a la relación entre el
clima que implica al ego y los sentimientos de presión, siendo necesarios más
trabajos encaminados a la valoración de estas cuestiones.
Asimismo,
los resultados revelan que la segunda hipótesis del estudio no se cumple, ya
que tan sólo la satisfacción de autonomía y relaciones sociales se muestran
como predictores positivos de los niveles altos de autodeterminación, mientras
que la satisfacción de competencia y los sentimientos de presión predicen la
motivación autodeterminada de forma negativa, aunque en ambos casos los pesos
de regresión no se consideran significativos. Estos resultados coinciden
parcialmente con los apuntados en varios estudios (Almagro et al., 2011;
Balaguer et al., 2008; Blanchard, Amiot,
Perreault, Vallerand y Provencher, 2009; Ntoumanis y
Standage, 2009; Sánchez-Oliva et al., 2011), en los que encontraron las tres
necesidades psicológicas básicas como predictores positivos de los niveles
altos de autodeterminación, y son contrarios a los encontrados por Ommundsen et al. (2010), donde destacaron la satisfacción
de las necesidades de competencia y autonomía como predictores positivos de la
motivación intrínseca. En el presente estudio, la relación negativa entre la
satisfacción de competencia y la motivación autodeterminada puede deberse a las
características de la muestra, ya que los participantes en el estudio son
jugadores con bajos niveles de habilidad, lo que se traducirá en una baja
percepción de competencia, pudiendo aparecer jugadores que presenten motivos de
práctica intrínsecos a la propia actividad, pero por el contrario su percepción
de competencia sea baja. En cuanto a los sentimientos de presión, parece
razonable que los jugadores que sientan una menor autonomía en sus acciones
sean los que presenten menores niveles de diversión y satisfacción, por lo que
practicarán fútbol por motivos extrínsecos a la propia actividad, ocurriendo a
la inversa en los jugadores con una buena percepción de autonomía.
Por
último, en lo referente a las relaciones encontradas entre el tipo de
motivación y la percepción de comportamientos de deportividad, el modelo indicó
cómo el índice de autodeterminación predecía positivamente la percepción de
comportamientos prosociales y negativamente los comportamientos antisociales,
cumpliéndose con ello la tercera hipótesis del estudio. Concretamente, los
deportistas que presentan una motivación más autodeterminada serán aquellos que
perciban la realización de mayores comportamientos prosociales, resultados que
ya fueron apuntados anteriormente en otros estudios (Chantal, Robin, Vernat y Bernache-Assollant, 2005; Donahue,
Miquelon, Valois, Goulet, Buist y Vallerand, 2006; Ntoumanis y Standage, 2009; Luckwü y Guzmán,
2011; Sánchez-Oliva, Leo, Sánchez-Miguel, Gómez, y García-Calvo, 2011). Estos
hallazgos evidencian la enorme importancia que tiene el hecho de fomentar entre
los jóvenes deportistas motivos de práctica intrínsecos a la propia actividad,
como pueden ser la diversión, el placer o la satisfacción con la práctica
deportiva, provocando con ello la aparición de comportamientos más adaptativos
y la reducción de conductas antideportivas. En cuanto a los comportamientos
antisociales, se ha podido demostrar cómo los niveles altos de
autodeterminación predicen negativamente los comportamientos antisociales, es
decir, los jugadores que presenten motivos de práctica autodeterminados serán
los que realicen menos comportamientos desadaptativos. Estos resultados van en
la misma línea que los encontrados en el estudio de Ntoumanis y Standage
(2009), donde la motivación autónoma (intrínseca e identificada) predecían negativamente las actitudes antisociales.
A
modo de síntesis, este estudio permite evidenciar la eficacia del modelo
propuesto por Vallerand (2001) para explicar los procesos motivacionales en el
deporte escolar, explicando la enorme importancia que el clima motivacional
tiene sobre la satisfacción de las necesidades psicológicas básicas, y cómo
estas variables actúan como mediadores entre dicho clima y el tipo de
regulación motivacional. Del mismo modo, el tipo de motivación determina la
aparición de numerosas consecuencias, entendidas en nuestro caso como
percepción sobre el desarrollo de comportamientos prosociales y antisociales.
Del
análisis de nuestros resultados, se puede extraer como principal conclusión la
necesidad por parte del entrenador de crear un clima que implique a la tarea,
con el objetivo de conseguir que los deportistas tengan una mayor satisfacción
de sus necesidades de autonomía y relaciones sociales, hecho que se traducirá
en la aparición de motivos de práctica más intrínsecos y en la aparición de
mayores comportamientos prosociales y la reducción de conductas antisociales.
Para poder obtener un clima de entrenamientos basado en el aprendizaje, donde
se fomente la autonomía y las buenas relaciones entre los deportistas, se
sugiere la utilización de las estrategias derivadas del TARGET (Ames, 1992),
donde esta autora propone seis escenarios de aprendizaje, encaminadas a
conseguir una implicación a la tarea de los sujetos. Además, García Calvo
(2006) sugiere la necesidad del establecimiento de objetivos de manera
correcta, no solamente en las sesiones de entrenamiento, sino también con una
visión más global que desemboque en la creación de un adecuado clima de
entrenamiento. Del mismo modo, también resulta importante la puesta en marcha
de programas de intervención con los principales significativos en la práctica
deportiva de los jóvenes jugadores. Así, destaca la campaña desarrollada por
García-Calvo, Sánchez-Oliva, Sánchez-Miguel, Leo y Amado (2012), donde realizan
actividades formativas con deportistas, padres y entrenadores en el contexto de
la iniciación deportiva, con el objetivo de transmitir los valores positivos de
la actividad física y deportiva y disminuir comportamientos agresivos y
antisociales.
La
principal limitación que hemos encontrado en este estudio versa sobre la
valoración de los comportamientos prosociales y antisociales de los jugadores,
habiendo sido valoradas estas cuestiones a través de cuestionarios. Sin
embargo, hubiera sido de gran utilidad la posibilidad de contrastar estos
resultados con la medición directa de estos comportamientos, pudiendo
relacionar la respuesta que emiten en el cuestionario con los comportamientos
reales que los jugadores muestran, como ya ha sido utilizado por otros autores
(Kavussanu, Stamp, Slade y Ring, 2009). Otro factor limitante del estudio
podría estar relacionado con el estilo de liderazgo del entrenador, ya que en
el presente trabajo tan sólo se ha incluido la percepción del clima
motivacional creado por el entrenador como factor social. De esta forma, el
análisis del tipo de liderazgo del entrenador podría dar una información
relevante sobre los antecedentes que influyen en los procesos motivacionales
desarrollados por los jóvenes deportistas.
En
cuanto a las futuras líneas de investigación, sería interesante realizar
estudios de corte experimental basados en la intervención con entrenadores, en
los que se desarrollen programas de formación basados en la aplicación de
estrategias motivacionales para el fomento de un clima que implica a la tarea
(Conde, Sáenz-López y Moreno-Murcia, 2012), comprobando los efectos provocados
sobre los procesos motivacionales, y como consecuencia, con la percepción sobre
el desarrollo de comportamientos prosociales y antisociales. Además,
consideramos interesante realizar un estudio similar utilizando muestras de
diferentes deportes y con distintas edades, con el objetivo de analizar la
aplicabilidad del modelo de Vallerand en diferentes poblaciones.
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Referencias totales / Total references: 44 (100%)
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol.12 - número 46 - ISSN: 1577-0354