Ayala, F. y Sainz de Baranda, P. (2013) Calidad metodológica de los programas de estiramiento: revisión sistemática / Methodological quality of stretching
programs: systematic review. Revista
Internacional de Medicina y Ciencias
de la Actividad Física y el Deporte vol. 13 (49) pp.
163-181. Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista49/artcalidad335.htm
REVISIÓN
calidad metodológica DE LOS programas de estiramiento:
REVISIÓN SISTEMÁTICA
methodological quality of stretching programs: SYSTEMATIC REVIEW
Ayala,
F.1 y Sainz de Baranda, P.2
1 Doctor en Ciencias de la Actividad
Física y del Deporte. Centro de Investigación del Deporte, Universidad Miguel
Hernández de Elche. (España). ISEN formación universitaria, centro adscrito a
la Universidad de Murcia (España). fayala@umh.es
2 Doctora en
Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Universidad de Castilla La
Mancha, España. pilar.sainzdebaranda@uclm.es.
Agradecimientos
“Este trabajo
es resultado del proyecto 06862/FPI/07 financiado con cargo al Programa de
Formación de Recursos Humanos para la Ciencia y la Tecnología de la Fundación
Séneca, Agencia de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia, en el marco del
PCTRM 2007-2010, con financiación del INFO y del FEDER de hasta un 80 %”.
Código UNESCO / UNESCO Code: 5899 Educación Física y Deporte
/ Physical Education and Sports
Clasificación Consejo de Europa / Council of Europe
Classification: 11. Medicina del Deporte / Sports Medicine
Recibido 17 enero de 2011 Received January 17, 2011
Aceptado 21 de julio de 2011 Accepted July 21, 2011
Resumen
El objetivo de esta revisión fue
analizar el diseño, características de la muestra y calidad metodológica de los
artículos existentes en lo relativo al diseño de programas de estiramiento.
Material y método. La selección de estudios estuvo basada en los siguientes
criterios: estudios experimentales; la intervención debía estar basada en la
realización sistemática de ejercicios de estiramiento; y las pruebas de
valoración debían medir el rango de movimiento. Resultados. 34 artículos fueron
analizados. Conclusiones. La calidad metodológica de los estudios osciló entre
los 2- 8 puntos, con una media de 5.2 puntos. Son necesarios más estudios que
analicen el efecto crónico del estiramiento empleando: diseños longitudinales
de medidas repetidas; poblaciones con distinto nivel de condición física y
flexibilidad; y evaluadores ciegos.
Palabras clave: flexibilidad, PEDro, calidad, método, diseño.
Abstract
The objective of this systematic review was to analyze the design,
sample characteristics and
methodological quality of scientific articles which used
stretching programs. Material and method. The
selection of the studies was based on the following criteria: (a) experimental,
(b) the intervention should be based on the performance of systematic
stretching routines; and (c) the flexibility assessment tools must measure the
range of motion. Results: 34 articles
were finally analyzed. Conclusions: The methodological quality
of the studies ranged from 2 to 8 points,
with an average of 5.2 points. Further studies are required
to analyze the chronic
effects of stretching on flexibility using: longitudinal
repeated measures designs, populations with different levels of fitness and
flexibility, and (c) blinder tester.
Key words: flexibility, PEDro, quality, method, design.
1.
Introducción
La justificación del trabajo de la
flexibilidad y la introducción de los estiramientos dentro de las sesiones de acondicionamiento
físico, viene dada por la relación que siempre ha existido entre el
entrenamiento de flexibilidad y sus beneficios, entre los que se pueden
destacar: el de aumentar la temperatura de la musculatura (Shellock y Prentice,
1985), la disminución del dolor (Henricson, Fredriksson, Persson y Pereira,
1984), el aumento del rango de movimiento de una articulación en sujetos sanos
y lesionados (Gajdosik, Giuliani, Bohannon, 1990; Magnusson, Simonsen, Aagaard,
Gleim, McHugh y Kjaer, 1995; Murphy, 1991), el aumento de la tolerancia al
estiramiento (Halbertsma, VanBolhuis y Goeken, 1996; Law, Harvey, Nicholas,
Tonkin, De Sousa, y Finniss, 2009; Magnusson, 1998; Magnusson, Simonsen,
Aagaard, Sorensen, y Kjaer 1996), la colaboración en la vuelta a la calma y en
la recuperación del organismo tras un esfuerzo intenso, la reducción del riesgo
de lesiones (Bandy, Iron y Briggler, 1997; Borms, Van Roy, Santens y Haentjens,
1987; Halbertsma, VanBolhuis y Goeken, 1996; Hartig y Henderson, 1999;
Henricson et al., 1984; Letterme, Cordonnier, Mournier y Falempin, 1994) y la
mejora del rendimiento deportivo (Anderson y Burke, 1991; Worrell, Smith, y
Winegardner, 1994). Sin embargo, el trabajo de la flexibilidad en muchas
ocasiones tendrá el objetivo prioritario de mantener y/o mejorar el rango de
movimiento de una o varias articulaciones, dependiendo de los valores iniciales
del usuario.
En este sentido, un gran número
de estudios científicos han informado de un incremento crónico de la
flexibilidad asociado a la realización sistemática de programas de
estiramientos (Ayala y Sainz de Baranda, 2010, Bandy e Irion, 1994; Chan, Hong
y Robinson. 2001; Cipriani, Abel, Pirrwitz, 2003; Halbertsma y Goeken, 1994;
Nelson y Bandy, 2004; Oduanaiya, Hamzat y Ajayi, 2005; Roberts y Wilson 1999;
Russell, Decoster y Enea, 2010; Sainz de Baranda y Ayala 2010). Sin embargo, la
heterogeneidad metodológica existente en la literatura científica en lo
relativo al diseño de programas de estiramiento y muestra objeto de estudio
hace difícil que entrenadores, preparadores físicos, médicos del deporte y
demás miembros del ámbito de la actividad físico-deportiva puedan identificar
la mejor estrategia para la mejora de la flexibilidad (Decoster, Scanlon, Horn
y Cleland, 2004).
Por lo tanto, el objetivo de esta
revisión sistemática fue analizar el diseño, las características de la muestra
y calidad metodológica de los artículos científicos que analizan la eficacia de
rutinas de estiramiento para la mejora de la flexibilidad.
2. Método
2.1. Criterios
de inclusión y exclusión
La selección de estudios
científicos estuvo basada en los siguientes criterios de inclusión: (a)
estudios experimentales (diseños controlados aleatorizados) y
cuasi-experimentales (por ejemplo: pre-test/post-test); (b) la intervención
(variable independiente) debía estar basada en la realización sistemática
(prolongada a lo largo del tiempo) de ejercicios habituales de estiramiento de
la musculatura isquiosural desde un punto de vista clínico y físico-deportivo;
y (c) las pruebas de valoración utilizadas para la estimación de la
flexibilidad isquiosural debían medir el rango de movimiento (ROM) de la
articulación de la rodilla y/o cadera en grados (pruebas de valoración
angular).
La razón principal de focalizar
el análisis de esta revisión sistemática en los programas de estiramientos
destinados a la mejora crónica de la flexibilidad isquiosural se fundó en que
es la musculatura que, con diferencia, más atención recibe por los diversos
estudios, debido principalmente a su implicación con el dolor lumbar (Caillet,
1988) y a que su cortedad podría afectar a la integridad de diversas
estructuras del miembro inferior (Witvrouw, Lysens, Bellemans, Cambier y
Vanderstraeten, 2000; Witvrouw, Bellemans, Lysens, Danneels y Cambier, 2001).
Asimismo, los estudios cuyos diseños metodológicos carecían de grupo control
fueron igualmente incluidos en esta revisión sistemática basándonos en el hecho
bien documentado de que los grupos que no realizan ejercicios sistemáticos de
estiramiento no han demostrado un incremento crónico significativo de la
flexibilidad isquiosural a lo largo del tiempo (Ayala y Sainz de Baranda, 2010;
Bandy e Irion, 1994; Bandy, Irion y Briggler, 1998; Ford, Mazzone y Taylor,
2005; Sainz de Baranda y Ayala, 2010).
Por otro lado, como criterios de
exclusión se establecieron: (a) estudios científicos publicados en forma de
resumen, comunicaciones cortas y/o cuyos datos no estuviesen publicados; (b)
redactados en idioma distinto al inglés o español; (c) que evaluasen el efecto
agudo de una rutina de estiramientos sobre la flexibilidad isquiosural; (d)
cuyos participantes presentasen alteraciones ortopédicas y/o neurológicas que
impidiesen la mejora crónica de la flexibilidad de la musculatura isquiosural;
y (e) en donde las pruebas de estimación de la flexibilidad isquiosural
estuviesen basadas en medidas lineales (pruebas sit and reach).
No se estableció limitación
alguna en cuanto a la edad de los participantes de los diversos estudios
científicos, así como en lo referente a su nivel de condición física
(sedentarios, físicamente activos, deportistas de alto nivel) y grado de
flexibilidad de la musculatura isquiosural (cortedad, valores normales, valores
superiores a la normalidad).
Además, la evaluación de la
eficacia de los programas de estiramiento estuvo determinada en función de si
se consiguieron cambios crónicos significativos en la flexibilidad isquiosural
desde un punto de vista cuantitativo, es decir, si alcanzaron incrementos en el
ROM de la articulación de la cadera y/o rodilla. Así, se declino el análisis
cualitativo de los programas (efecto sobre las propiedades visco-elásticas de
la unidad músculo-tendón), dado el escaso número de estudios científicos que
abordan dicha temática y la naturaleza, en muchos casos especulativa, de sus
conclusiones.
En la tabla 1 se puede encontrar
una descripción esquematizada de todos los criterios de inclusión y exclusión
anteriormente expuestos.
Tabla
1. Criterios
empleados para determinar la elegibilidad de los estudios científicos. |
Criterios
de inclusión |
·
Estudios experimentales y
cuasi-experimentales con y sin grupo control. ·
La intervención (variable independiente)
basada en ejercicios habituales de estiramiento de la musculatura
isquiosural. ·
Las pruebas de estimación de la
flexibilidad isquiosural (variable dependiente) debían estar asentadas en
medidas angulares. |
Criterios
de exclusión |
·
Resúmenes, comunicaciones cortas y/o datos
no publicados. ·
Estudios no publicados en inglés o español. ·
Estudios que evaluasen el efecto agudo de
un programa de estiramientos sobre la flexibilidad de la musculatura
isquiosural. ·
Participantes con afectaciones ortopédicas
y neurológicas que impidieses la mejora crónica de la flexibilidad. ·
Pruebas de valoración de la flexibilidad
isquiosural basadas en medidas longitudinales. |
2.2. Estrategia
de búsqueda bibliográfica
La localización de artículos se
realizó en las dos bases de datos informatizadas on-line más importantes en el
ámbito de las Ciencias del Deporte:
–
PubMed
(http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed):
es la base de datos de la Librería Nacional de Medicina de los Estados Unidos
de América y de los Institutos Nacionales de Salud.
–
SportsDiscus
(http://www.sirc.ca/products/sportsdiscus.cfm):
es la base de datos del Sport Information Resource Centre (SIRC) realizada por
la Coaching Association de Canadá
La palabra “stretching” fue
siempre utilizada como criterio de búsqueda, de tal forma que, en las diversas
exploraciones bibliográficas efectuadas, el término stretching siempre estuvo
presente en uno de los campos de búsqueda, quedando el resto de campos
subordinados con la preposición “and” y completos por una de las siguientes
palabras clave: lower extremity stretching, contract-relax stretching,
ballistic stretching, static stretching, range of motion, flexibility, knee,
hip, skeletal muscle, proprioceptive neuromuscular facilitation y chronic
gains. No fue aplicada limitación en el año de publicación. La búsqueda
finalizo en noviembre de 2010.
Los títulos y resúmenes de los
artículos encontrados a través del empleo de la estrategia de búsqueda anteriormente
expuesta fueron inicialmente analizados por un único investigador experto
(Doctor en Ciencias de
Una vez seleccionados todos los
artículos cuyos títulos y resúmenes potencialmente cumplían los criterios de
inclusión y exclusión se procedió a su obtención en versión electrónica como
artículos completos.
2.3. Extracción
de datos
Todas las variables metodológicas
fueron extraídas, registradas y analizadas en todos los artículos por el mismo
investigador. Aquellos artículos que no especificaron explícitamente alguna de
las variables anteriores recibieron la categorizaciones en dicha sección de “no
informa”, no siendo eliminados de proceso de análisis por este hecho. Este
método de extracción de datos ha sido recomendado por “Cochrane Collaboration
Back Review Group” para la realización de revisiones sistemáticas (Van Tulder,
Furland, Bombardier y Bouter, 2003) y utilizado previamente por numerosos
autores (Decoster, Cleland, Altieriy Russell, 2005; Herbert y Gabriel, 2002;
Simons, Wollersheim y Thien, 2009).
2.4. Evaluación
de la calidad metodológica
La escala “Physiotherapy Evidence
Database (PEDro)” fue empleada para analizar la calidad metodológica de todos
los artículos seleccionados (Verhagen et al, 1998; Maher, Sherrington, Herbert,
Moseley y Elkins, 2003). La escala PEDro es una herramienta diseñada para
evaluar la calidad metodológica de los diseños clínicos (Tabla 2) y empleada en
numerosas revisiones bibliográficas (Decoster et al., 2005; Herbert y Gabriel,
2002; Maher et al., 2003). Esta escala está basada en la lista desarrollada por
Verhagen et al. (1998) utilizando la técnica de consenso Delphi.
La escala PEDro presenta un total
de 11 ítems. El ítem 1 hace referencia a la validez externa del estudio,
mientras que los ítems 2-9 hacen referencia a la validez interna, indicando los
ítems 10 y 11 si la información estadística aportada por los autores permite
interpretar los resultados de forma adecuada. Todos los ítems de esta lista
están dicotomizados como “si”, “no” o “no informa”. Cada ítem contestado como
“si” suma un punto, mientras que los ítems contestados como “no” o “no
informa”, no reciben puntuación alguna.
El primer ítem de la escala PEDro
no fue tenido en cuenta en esta revisión, ya que estaba relacionado con la evaluación
de la validez externa de los estudios. Por lo tanto, solo los ítems del 2 al 11
fueron seleccionados para el análisis de la calidad metodológica. Por ello, la
máxima puntuación de un artículo no será superior a los 10 puntos, pudiendo ser
la mínima de 0 puntos.
Aunque la escala PEDro es
comúnmente utilizada para evaluar la calidad metodológica de los diseños
controlados aleatorizados, en esta revisión sistemática también fue utilizada
para puntuar la calidad de los estudios con diseño de grupo único
pre-test/post-test y permitir con ello, la comparación metodológica entre ambos
diseños.
Tabla
2. Escala
“Physiotherapy Evidence Database
(PEDro)” para analizar la calidad metodológica de los estudios clínicos. |
||
Criterios |
Si |
No |
1.
Criterios de elegibilidad fueron especificados (no se cuenta para el
total) |
1 |
0 |
2.
Sujetos fueron ubicados aleatoriamente en grupos |
1 |
0 |
3.
La asignación a los grupos fue encubierta |
1 |
0 |
4.
Los grupos tuvieron una línea de base similar en el indicador de
pronóstico más importante |
1 |
0 |
5.
Hubo cegamiento para todos los grupos |
1 |
0 |
6.
Hubo cegamiento para todos los terapeutas que administraron la
intervención |
1 |
0 |
7.
Hubo cegamiento de todos los asesores que midieron al menos un
resultado clave |
1 |
0 |
8.
Las mediciones de al menos un resultado clave fueron obtenidas en
más del 85% de los sujetos inicialmente ubicados en los grupos |
1 |
0 |
9.
Todos los sujetos medidos en los resultados recibieron el
tratamiento o condición de control tal como se les asignó, o sino fue este el
caso, los datos de al menos uno de los resultados clave fueron analizados con
intención de tratar |
1 |
0 |
10. Los resultados de
comparaciones estadísticas entre grupos fueron reportados en al menos un
resultado clave |
1 |
0 |
11. El estadístico provee
puntos y mediciones de variabilidad para al menos un resultado clave |
1 |
0 |
3. Resultados
3.1. Selección
de estudios
La estrategia de búsqueda y
selección de artículos empleada en esta revisión obtuvo un total de 42
artículos cuyos títulos y resúmenes parecían cumplir los criterios de inclusión
y exclusión previamente establecidos por los autores. De todos los títulos y resúmenes
seleccionados como aptos (n=42), 4 de ellos tuvieron un acceso restringido y/o
fue imposible su obtención en formato electrónico. Así, un total de 38 fueron
conseguidos como artículos completos en versión electrónica. Sin embargo, 4
artículos fueron desechados por presentar una pobre descripción de la
metodología empleada (n=2) así como por emplear técnicas de estiramiento
alejadas de la práctica habitual, como “micro-stretching” (n=1) y “estiramiento
miofascial” (n=1). Por lo tanto, un total de 34 artículos fueron analizados e
incluidos en esta revisión (figura 1). Todos los estudios analizaron el efecto
crónico de diferentes rutinas de estiramientos para la mejora de la
flexibilidad de la musculatura isquiosural.
Figura
1.
Diagrama de la temporalización de la fase de selección de estudios científicos
sobre efecto crónico del estiramiento sobre la flexibilidad isquiosural.
3.2. Diseño
La tabla 3 muestra el número y
porcentaje de estudios que utilizan cada uno de los diseños experimentales o
cuasi-experimentales más habituales para evaluar la eficacia de un programa de
intervención. Cabe destacar el diseño pre-test y post-test con grupo control
como el más empleado por los diversos autores con un 48,5%, seguido por el
diseño de medidas repetidas con un 36.4% de los casos.
Tabla
3: Diseños
de los estudios científicos seleccionados (n = 33). |
||
Tipo
de diseño |
Número
de estudios
(n) |
Porcentaje
de estudios (%) |
Medidas repetidas |
12 |
36.4% |
Pre-test y
post-test con grupo control |
17 |
48.5% |
Pre-test y post-test sin grupo
control |
5 |
15.1% |
Sesión de familiarización |
10 |
30.3% |
3.3. Población
Un total de 1886 personas fueron incluidas
en los diversos estudios analizados (tabla 4). Así, 17 de los estudios
utilizaron como muestras objeto de estudio a hombres y mujeres (Ayala y Sainz
de Baranda, 2010, Bandy e Irion, 1994; Bandy, Irion y Briggler, 1997; Bandy,
Irion y Briggler, 1998; Chan, Hong y Robinson. 2001; Cipriani, Abel, Pirrwitz,
2003; Covert, Alexandre, Petronis y Davis, 2010, Davis, Ashby, McCale, McQuain
y Wine, 2005; Decoster et al., 2004; Feland, Myrer, Schulthies, Fellingham y
Meason, 2001; Halbertsma y Goeken, 1994; Meroni et al., 2010; Oduanaiya, Hamzat
y Ajayi, 2005; Roberts y Wilson 1999; Russell, Decoster y Enea, 2010; Sainz de
Baranda y Ayala 2010; Webright, Randolph y Perrin, 1997), 6 estudios incluían
solo hombres (Akbari, Moodi, Moein y Nazok, 2006; Ford, Mazzone y Taylor, 2005;
Laroche y Connolly, 2006; Nelson y Bandy, 2004; Voigt, Vale, Abdala, Freitas,
Novaes y Dantas, 2007; Yuktasir y Kaya, 2009), 6 solo mujeres (Ayala, Sainz de
Baranda y De Ste Croix, 2010; Borms et al., 1987; Gribble, Guskiewicz, Prentice
y Shields,1999; Law et al., 2009; Rowlands, Marginson y Lee, 2003; Sady,
Wortman y Blanke, 1982) y 5 estudios no especificaban el sexo de sus
participantes (Hartig y Henderson, 1999; Marques, Vasconcelos, Cabral y Sacco,
2009; Prentice, 1983; Santonja, Sainz de Baranda,
Rodríguez, López y Canteras, 2007; Worrell, Smith y Winegardner, 1994).
La media de edad de los
participantes en los estudios seleccionados no pudo ser establecida porque
ciertos estudios no informan de la edad (Marques et al., 2009; Sady, Wortman y
Blanke, 1982) o simplemente proporcionan un rango de edad, sin informar de la
media (Akbari et al., 2006; Borms et al., 1987; Meroni et al., 2010; Prentice,
1983).
Tabla
4. Características
de la muestra de cada uno de los estudios seleccionados. |
||||||
Estudio |
Número |
Sexo (hombre,
mujer) |
Edad (años
± DS) |
Nivel
inicial flexibilidad* |
Nivel
condición física† |
|
Akbari et al. (2006) |
50 |
50 |
0 |
12-14 |
Acortados |
- |
Ayala, Sainz de Baranda y De Ste Croix (2010) |
18 |
0 |
18 |
21.3±2.5 |
- |
Deportistas (fútbol sala) |
Ayala y Sainz de
Baranda (2010) |
150 |
106 |
44 |
21.3±2.5 |
Normalidad |
Activos |
Bandy e
Irion (1994) |
57 |
40 |
17 |
26.1±5.3 |
Acortados |
- |
Bandy, Irion y
Briggler (1997) |
93 |
61 |
32 |
26.2±5.1 |
Acortados |
- |
Bandy, Irion y
Briggler (1998) |
68 |
41 |
17 |
26.2±5.6 |
Acortados |
- |
Borms et al. (1987) |
20 |
0 |
20 |
20-30 |
- |
Sedentarios |
Chan, Hong y Robinson (2001) |
40 |
24 |
16 |
20±3 |
- |
- |
Cipriani, Abel, Pirrwitz (2003) |
23 |
5 |
18 |
22.8±4.7 |
Acortados |
- |
Covert et al. (2010) |
32 |
16 |
16 |
21.9±2.6 |
Acortados |
- |
Davis et al. (2005) |
19 |
11 |
8 |
23.1±1.5 |
Acortados |
- |
Decoster et al. (2004) |
29 |
7 |
22 |
25.9±6.1 |
Normalidad |
- |
Feland et al. (2001) |
60 |
14 |
46 |
84.7±5.6 |
Acortados |
Sedentarios |
Ford, Mazzone y Taylor (2005) |
35 |
24 |
11 |
22.7±2.4 |
Acortados |
Activos |
Gribble et al. (1999) |
45 |
- |
- |
19.7±1.5 |
Acortados |
- |
Halbertsma y Goeken (1994) |
18 |
8 |
10 |
26.5 |
Acortados |
- |
Hartig y Henderson (1999) |
298 |
298 |
0 |
20 |
- |
Activos |
Laroche y Connolly (2006) |
29 |
29 |
|
31.6±15.2 |
- |
Activos |
Law et al. (2009) |
30 |
15 |
15 |
40±12 |
Acortados |
- |
Marques et al. (2009) |
31 |
- |
- |
- |
Acortados |
- |
Meroni et al. (2010) |
50 |
29 |
21 |
23-44 |
Acortados |
- |
Nelson y Bandy (2004) |
69 |
69 |
0 |
16.4 ±0.9 |
Acortados |
- |
Oduanaiya, Hamzat y Ajayi (2005) |
60 |
37 |
23 |
23.5±2.6 |
Acortados |
- |
Prentice (1983) |
40 |
- |
- |
18-34 |
- |
- |
Roberts y Wilson (1999) |
24 |
19 |
5 |
20.5±1.3 |
- |
Activos |
Rowlands, Marginson y Lee (2003) |
37 |
0 |
37 |
20±1.3 |
- |
- |
Russell, Decoster y Enea (2010) |
47 |
22 |
25 |
21.5±2.4 |
Normalidad |
Activos |
Sady, Wortman y Blanke (1982) |
31 |
0 |
31 |
- |
- |
- |
Sainz de Baranda y Ayala (2010) |
173 |
122 |
51 |
21.3±2.5 |
Normalidad |
Activos |
Santonja et al. (2007) |
62 |
- |
- |
10.3±0.5 |
- |
Activos |
Voigt et al.
(2007) |
59 |
59 |
0 |
23.8±3.6 |
- |
- |
Webright, Randolph y Perrin (1997) |
40 |
22 |
18 |
21.4±3.5 |
Acortados |
- |
Worrell, Smith y Winegardner (1994) |
19 |
10 |
9 |
26.2±3.3 |
- |
Atletas |
Yuktasir y Kaya (2009) |
28 |
28 |
0 |
21.8±1.9 |
- |
- |
DS: desviación
estándar; -: no especifica; *: esta variable presenta 3 niveles: acortados,
normalidad, superior a la normalidad; †: esta variable presenta 4 niveles: sedentarios, físicamente activos, deportista (modalidad deportiva). |
Por otro lado, de todos los
artículos finalmente seleccionados, 16 empleaban participantes con niveles
reducidos de flexibilidad isquiosural (en función de los diversos valores de
normalidad establecidos para cada uno de las pruebas de valoración utilizadas) (Akbari et al.,
2006; Bandy e Irion, 1994; Bandy, Irion y Briggler, 1997; Bandy, Irion y
Briggler, 1998; Cipriani, Abel, Pirrwitz, 2003; Covert et al., 2010; Davis et
al., 2005; Feland et al., 2001; Gribble et al., 1999; Halbertsma y Goeken,
1994; Law et al., 2009; Marques et al., 2009; Meroni et al., 2010; Nelson y
Bandy, 2004; Oduanaiya, Hamzat y Ajayi, 2005; Webright, Randolph y Perrin, 1997),
4 empleaban participantes con valores normales de flexibilidad isquiosural
(Ayala y Sainz de Baranda, 2010, Decoster et al., 2004, Russell,
Decoster y Enea, 2010; Sainz de Baranda y Ayala 2010) y 14 artículos no
informaron específicamente del nivel inicial de flexibilidad isquiosural de sus
participantes
(Ayala,
Sainz de Baranda y De Ste Croix, 2010; Borms et al., 1987; Chan, Hong y
Robinson. 2001;
Ford,
Mazzone y Taylor, 2005;
Hartig
y Henderson, 1999;
Laroche
y Connolly, 2006;
Prentice, 1983; Roberts y Wilson 1999; Rowlands, Marginson y Lee, 2003; Sady, Wortman y
Blanke, 1982;
Santonja et al., 2007; Voigt et al., 2007; Worrell, Smith y Winegardner, 1994; Yuktasir y Kaya,
2009), no
existiendo (desde nuestro conocimiento) estudios que utilicen muestras con
valores de flexibilidad elevados.
En relación al nivel de
condición física de los participantes de los artículos analizados, 24 de ellos
empleaban personas sedentarias (Borms et al., 1987; Feland et al., 2001) o no
informaban específicamente de la realización a nivel cuantitativo de práctica
regular de actividad física (Akbari et al., 2006; Bandy e Irion, 1994; Bandy,
Irion y Briggler, 1997; Bandy, Irion y Briggler, 1998; Chan, Hong y Robinson.
2001; Cipriani, Abel, Pirrwitz, 2003; Covert et al., 2010; Davis et al., 2005;
Decoster et al., 2004; Gribble et al., 1999; Halbertsma y Goeken, 1994; Law et
al., 2009; Marques et al., 2009; Meroni et al., 2010; Nelson y Bandy, 2004;
Oduanaiya, Hamzat y Ajayi, 2005; Prentice, 1983; Rowlands, Marginson y Lee,
2003; Sady, Wortman y Blanke, 1982; Voigt et al., 2007; Webright, Randolph y
Perrin, 1997; Yuktasir y Kaya, 2009), mientras que 8 de ellos utilizaban como
muestra objeto de estudio a personas físicamente activas (practica regular de
actividad física de 2-4 días a la semana, un mínimo de 45 minutos cada día
durante al menos 3 meses) (Ayala y Sainz de Baranda, 2010; Ford, Mazzone y
Taylor, 2005; Hartig y Henderson, 1999; Laroche y Connolly, 2006; Roberts y
Wilson, 1999; Russell, Decoster y Enea, 2010; Santonja et al., 2007), siendo
únicamente identificados 2 estudios con deportistas de alto nivel (Ayala, Sainz
de Baranda y De Ste Croix, 2010; Worrell, Smith y Winegardner, 1994).
3.4. Calidad
metodológica
La calidad metodológica de los
estudios analizados osciló entre los 2 y los 8 puntos, con una media de 5.2
puntos (tabla 5). Dos artículos (6%) obtuvieron una calificación de 8 puntos, 5
artículos (15%) obtuvieron una calificación de 7 puntos, 11 artículos (33%)
obtuvieron una calificación de 6 puntos y 9 artículos (23%) obtuvieron una
calificación de 5 puntos. Mientras que 8 artículos (23%) obtuvieron una
calificación menor de 5 puntos.
A pesar de la relativa
heterogeneidad de los estudios analizados, un cierto número de criterios de
calidad fueron consistentes a través de todos ellos. En la tabla 5 se puede
observar que el criterio que con mayor frecuencia fue conseguido pertenece al
ítem 9 “todos los sujetos medidos en los resultados recibieron el tratamiento o
condición de control tal como se les asignó, o sino fue este el caso, los datos
de al menos uno de los resultados clave fueron analizados con intención de
tratar” (97.1%), seguido del ítem 10 “los resultados de comparaciones
estadísticas entre grupos fueron reportados en al menos un resultado clave”
(94.1%) y 11 “el estadístico provee puntos y mediciones de variabilidad para al
menos un resultado clave” (91.2%). Como aspectos negativos indicar que tan solo
un estudio (Law et al., 2009) cumplió el ítem número 3 (la asignación a los
grupos fue encubierta), y ningún estudio pudo cumplir el ítem 5 (hubo
cegamiento para todos los grupos).
Tabla 5. Análisis de la calidad
metodológica de los estudios finalmente seleccionados (n = 34). |
||||||||||||
Estudio |
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
6 |
7 |
8 |
9 |
10 |
11 |
Puntuación |
Akbari et al. (2006) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
+ |
6 |
Ayala, Sainz de Baranda y De Ste Croix (2010) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
+ |
¿? |
+ |
+ |
+ |
6 |
Ayala y Sainz de
Baranda (2010) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
+ |
¿? |
+ |
+ |
+ |
6 |
Bandy e
Irion (1994) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
+ |
+ |
7 |
Bandy, Irion y
Briggler (1997) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
5 |
Bandy, Irion y
Briggler (1998) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
+ |
+ |
7 |
Borms et al. (1987) |
+ |
+ |
- |
¿? |
- |
- |
- |
- |
+ |
- |
+ |
3 |
Chan, Hong y Robinson (2001) |
+ |
+ |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
4 |
Cipriani, Abel, Pirrwitz (2003) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
+ |
- |
+ |
+ |
+ |
6 |
Covert et al. (2010) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
+ |
- |
+ |
+ |
+ |
6 |
Davis et al. (2005) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
+ |
- |
+ |
+ |
+ |
6 |
Decoster et al. (2004) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
+ |
+ |
+ |
+ |
+ |
+ |
8 |
Feland et al. (2001) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
+ |
¿? |
+ |
+ |
+ |
¿? |
6 |
Ford, Mazzone y Taylor (2005) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
+ |
¿? |
+ |
+ |
+ |
+ |
7 |
Gribble et al. (1999) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
+ |
6 |
Halbertsma y Goeken (1994) |
+ |
¿? |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
+ |
- |
+ |
2 |
Hartig y Henderson (1999) |
+ |
+ |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
+ |
¿? |
2 |
Laroche y Connolly (2006) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
5 |
Law et al. (2009) |
+ |
+ |
+ |
+ |
- |
- |
¿? |
+ |
+ |
+ |
+ |
7 |
Marques et al. (2009) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
5 |
Meroni et al. (2010) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
¿? |
+ |
+ |
+ |
+ |
6 |
Nelson y Bandy (2004) |
+ |
+ |
- |
- |
¿? |
¿? |
¿? |
+ |
+ |
+ |
+ |
5 |
Oduanaiya, Hamzat y Ajayi (2005) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
5 |
Prentice (1983) |
+ |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
|
+ |
¿? |
+ |
2 |
Roberts y Wilson (1999) |
- |
+ |
- |
+ |
¿? |
¿? |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
5 |
Rowlands, Marginson y Lee (2003) |
+ |
+ |
- |
- |
- |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
+ |
5 |
Russell, Decoster y Enea (2010) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
+ |
+ |
+ |
+ |
+ |
+ |
8 |
Sady, Wortman y Blanke (1982) |
+ |
- |
- |
¿? |
- |
- |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
3 |
Sainz de Baranda y Ayala (2010) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
+ |
- |
+ |
+ |
+ |
6 |
Santonja et al. (2007) |
- |
+ |
- |
¿? |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
+ |
+ |
6 |
Voigt et al. (2007) |
+ |
- |
- |
+ |
- |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
+ |
5 |
Webright, Randolph y Perrin (1997) |
+ |
+ |
- |
+ |
- |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
+ |
6 |
Worrell, Smith y Winegardner (1994) |
+ |
- |
- |
+ |
- |
- |
- |
- |
+ |
+ |
+ |
4 |
Yuktasir y Kaya (2009) |
- |
+ |
- |
+ |
- |
- |
+ |
¿? |
+ |
+ |
+ |
6 |
Los números de las
columnas corresponden con los siguientes ítems de la escala PEDro. 1. Criterios de elegibilidad
fueron especificados (no se cuenta para el total). 2. Sujetos fueron ubicados aleatoriamente
en grupos. 3. La asignación a los grupos
fue encubierta. 4. Los grupos tuvieron una
línea de base similar en el indicador de pronóstico más importante. 5. Hubo cegamiento para todos
los grupos. 6. Hubo cegamiento para todos
los terapeutas que administraron la intervención. 7. Hubo cegamiento de todos
los asesores que midieron al menos un resultado clave. 8. Las mediciones de al menos
un resultado clave fueron obtenidas en más del 85% de los sujetos
inicialmente ubicados en los grupos. 9. Todos los sujetos medidos
en los resultados recibieron el tratamiento o condición de control tal como
se les asignó, o sino fue este el caso, los datos de al menos uno de los
resultados clave fueron analizados con intención de tratar. 10. Los resultados de
comparaciones estadísticas entre grupos fueron reportados en al menos un
resultado clave. 11. El estadístico provee
puntos y mediciones de variabilidad para al menos un resultado clave. La puntuación final
estuvo determinada por la suma de los ítems que cumplen los criterios
establecidos, con la salvedad de que el ítem número 1 no se tuvo en
consideración. + indica que el ítem
fue cumplido claramente, - indica que el ítem no fue cumplido, ¿? indica que
no está claro si el ítem fue cumplido o no, en cualquier caso no suma. |
4. Discusión
Es importante que los profesionales
del área de la educación física, entrenamiento deportivo y medicina deportiva sepan reconocer la
calidad metodología de los estudios científicos que llegan a sus manos, ya que
esto les permitirá la selección justificada de
aquellos métodos de trabajo más eficientes y seguros para sus pacientes,
alumnos y/o deportistas. En este sentido, los estudios con una mayor calidad
metodología proporcionarán una mejor evidencia científica sobre que parámetros
de la carga de estiramiento son más adecuados para la mejora de la
flexibilidad.
Labelle et al. (1992) consideran que
una puntuación de al menos 7 puntos debe ser conseguida para considerar un
estudio clínico como válido. Si se utiliza esta referencia, se observa como tan solo 7 estudios
científicos cumplen este requisito (Bandy e Irion, 1994; Bandy et al., 1998,
Decoster et al., 2004; Feland et al., 2001; Ford, Mazzone y Taylor, 2005; Law
et al., 2009; Russell, Decoster y Enea, 2010). Sin embargo, dada la naturaleza longitudinal
de los estudios que evalúan el efecto crónico de programas de estiramientos, y
la gran dificultad que entraña conseguir ciertos criterios de calidad, la marca
de 7 puntos podría ser demasiado exigente. En este sentido, es difícil
conseguir que los sujetos sean “ciegos” en cuanto al grupo de tratamiento,
además de lograr que los sujetos desconozcan los distintos grupos de trabajo.
Sin embargo, es necesario mejorar en la evaluación ciega por parte de los
exploradores, así como el establecer la reproducibilidad del proceso de
valoración empleado (Decoster et al., 2005).
Otro aspecto relevante sobre la
metodología de los estudios analizados, es el hecho de que los diseños con
medidas repetidas son escasos y prácticamente inéditos los diseños longitudinales
ininterrumpidos de medidas repetidas. Por ello, son necesarios estudios
científicos rigurosos que empleen diseños que permitan analizar la evolución de
la flexibilidad durante la realización sistemática de los programas de
estiramiento, y con ello establecer la duración mínima y máxima de cada uno de
ellos.
Las poblaciones más empleadas
como objeto de estudio por los diversos autores han sido adultos jóvenes con
restricción del ROM articular y adultos jóvenes con valores normales de
movilidad, siendo muy escasos los estudios que emplean sujetos físicamente
activos y/o deportistas de alto nivel (Tabla 3).
No se han encontrado estudios
científicos que realicen comparaciones directas entre sujetos con distinto
grado de movilidad y/o nivel de condición física. Por ello, resulta imposible
determinar si el grado de movilidad (restricción, valores normales, elevados
valores) y el nivel de condición física (sedentario, físicamente activo,
deportista de alto nivel) pueden ser variables que influyan en la eficacia de
los programas de estiramiento. Este conocimiento podría ser de vital
importancia para entrenadores, preparadores físicos, médicos
del deporte y demás miembros del ámbito de la actividad físico-deportiva, ya
que puede permitir modular la carga de entrenamiento en función de las
necesidades individuales de los deportistas.
Lo que sí
parece claro, es que el sexo del participante no es una variable que altera la
eficacia de los programas de estiramientos, tal y como han informado estudios
previos (Etnyre y Lee, 1988; Meroni et al., 2010).
Si
extendemos el análisis de la eficacia de los programas de estiramiento a todos
aquellos estudios que emplean sujetos con cortedad o sujetos con valores
normales, y no se tienen en cuenta las diferencias metodologías, al comparar
ambas poblaciones se observa cómo no parece existir una diferencia cuantitativa
importante (tabla 6). En esta línea argumental, los participantes con cortedad
isquiosural parecen ser ligeramente más receptivos a conseguir mayores
incrementos en el ROM (D16.56º)
que aquellos con valores normales de movilidad (D13.16º) tras la aplicación de un programa
sistemático de estiramientos. Sin embargo, dada las inherentes limitaciones
metodológicas de esta hipótesis, es importante considerarla con cautela.
Tabla 6. Estudios que emplean
diferentes poblaciones (criterio: nivel de flexibilidad inicial) para cada
una de las pruebas de valoración de la flexibilidad de la musculatura
isquiosural. |
|||
Prueba de valoración |
Estudios (n) |
Rango de ganancias medias (grados) |
Media de las ganancias del mejor grupo (grados)* |
Posición de estiramiento |
|||
AP / adultos con cortedad |
11 |
3.8º-23.7º |
13.5º |
AP / adultos sin cortedad |
8 |
4.5º-19.2º |
9.9º |
EPR / adultos con cortedad |
4 |
5.3º-35.8º |
19.6º |
EPR /
adultos sin cortedad |
10 |
3.0º-33.6º |
16.4º |
AP:
prueba del ángulo poplíteo; EPR: prueba de elevación de la pierna recta; * media
de los grupos con mayores ganancias en cada estudio |
Por lo tanto, son necesarios estudios
científicos que comparen directamente el efecto de un programa sistemático de
estiramientos sobre distintas muestras objeto de estudio, empleando como criterio
de distinción: (a) el nivel inicial de flexibilidad (restricción,
valores normales, elevados valores) y/o (b) el nivel de condición física
(sedentario, físicamente activo, deportista de alto nivel).
5. Limitaciones y futuras líneas de investigación
Una de las posibles limitaciones de esta
revisión yace en el hecho de que un solo autor realizó la búsqueda
bibliográfica y la categorización como aptos o no aptos de los títulos y
resúmenes de los artículos encontrados. Otra fuente de sesgo podría ser el
conocimiento de los autores, revistas y afiliación de los artículos analizados
durante la búsqueda bibliográfica (Clarke & Oxman, 2001). Además, la gran
heterogeneidad de los estudios analizados y la calidad metodológica de los
mismos imposibilitó la realización de un meta-análisis
de los resultados así como el cálculo de la magnitud del efecto que permitiese
la comparación inter-artículos. Además, los resultados de esta revisión
sistemática no deberían ser extrapolados a otros grupos musculares distintos de
los isquiosurales.
6. Conclusiones
La calidad metodológica de los
estudios analizados osciló entre los 2 y los 8 puntos, con una media de 5.2
puntos. El análisis de la literatura científica pone de manifiesto la necesidad de
estudios científicos con una mayor calidad que analicen el efecto crónico del
estiramiento sobre la flexibilidad de la unidad músculo-tendón empleando: (a)
diseños longitudinales de medidas repetidas; (b) poblaciones con distinto nivel
de condición física y flexibilidad inicial; y (c) evaluadores ciegos ajenos al
estudio.
7. Referencias bibliográficas
Akbari,
A., Moodi, H., Moein, A.A., & Nazok, R. (2006). The effect of therapeutic ultrasound and duration of
stretching of the hamstring muscle group on the passive knee extension. Journal of
Medicine Science, 6(6), 968-973.
Anderson, B., & Burke, E.R. (1991). Scientific, medical, and practical aspects of stretching. Clinical Sports Medical, 63, 63-86.
Ayala,
F., & Sainz de Baranda, P. (2010). Effect
of three different active stretch durations on hip flexion range of motion. Journal of Strength and Conditioning Research, 24(2),
430-436.
Ayala, F., Sainz
de Baranda, P., De Ste Croix, M. (2010). Effect
of active stretch on hip flexion range of motion in female professional indoor
soccer players. The Journal of
Sports Medicine and Physical Fitness, 50:
Bandy, W.D., & Irion, J.M. (1994). The effect of time on static stretch on the flexibility of the
hamstring muscles. Physical
Therapy, 74, 845-50.
Bandy, W.D., Irion, J.M., & Briggler, M. (1997).
The effect of time and frequency of static stretching on
flexibility of the hamstring muscles. Physical Therapy, 77,
1090-1096.
Bandy, W.D.,
Irion, J.M., & Briggler, M. (1998). The effect of static
stretch and dynamic range of motion training on the flexibility of the
hamstring muscles. Journal of Orthopaedic & Sports Physical Therapy,
27(4), 295-300.
Borms, J., Van Roy, P.,
Santens, J.P., & Haentjens, A. (1987). Optimal duration of static
stretching exercises for improvement of coxofemoral flexibility. Journal of
Spots Science, 5, 39-47.
Cailliet R. Low back pain syndrome.
Cipriani, D., Abel, B.,
& Pirrwitz, D. (2003). Effect of lower extremity
position and stretching on hamstring muscle flexibility. Journal of Strength Conditional Research, 17(2), 274-278.
Clarke M,
Oxman A. (2001). Cochrane Reviewers’ Handbook 4.1.
Available at: http://www.cochrane.org. The Cochrane Library.
Covert,
C.A., Alexandre, M.P., Petronis, J.J., & Davis, D.S. (2010). Comparison of ballistic and static stretching on hamstring muscle
length using an equal stretching dose. Journal of Strength and Conditioning Research,,
24(11), 3008-3014.
Chan, S.P., Hong, Y., &
Robinson, P.D. (2001). Flexibility and passive resistance of the hamstrings
of young adults using two different static stretching protocols. Scandinavian Journal of Medicine and Science
in Sports, 11(2), 81-86.
Davis, S., Ashby, P., McCale, K.,
McQuain & Wine, J. (2005). The
effectiveness of 3 stretching techniques on hamstring flexibility using
consistent stretching parameters. Journal
of Strength and Conditioning Research, 19(1), 27-32.
Decoster, L.C., Cleland,
J., Altieri, C., & Russell, P. (2005). The effects of hamstring
stretching on range of motion: A systematic literature review. Journal of Orthopaedic and Sport Physical Therapy, 35, 377-387.
Decoster, L.C., Scanlon,
R.L., Horn, K.D., & Cleland, J. (2004). Standing and supine
hamstring stretching are equally effective. Journal
of Athletic Training, 39, 330-334.
Etnyre, B.R.,
& Lee, E.J. (1988). Chronic and
acute flexibility of men and women using three different stretching techniques. Research Quarterly, 59, 222-228.
Feland, J.B., Myrer, J.W.,
Schulties, S.S., Fellingham, G.W., & Measom, G.W. (2001). The effect of duration of
stretching of the hamstring muscle group for increasing range of motion in
people aged 65 years or older. Physical
Therapy, 81, 1100-1117.
Ford, G.S., Mazzone, M.A.,
& Taylor, K. (2005). The effect of 4 different durations of static hamstring
stretching on passive knee-extension range of motion. Journal of Sport Rehabilitation, 14,
95-107.
Gajdosik, R.L., Giuliani, C.A., Bohannon, R.W. (1990). Passive compliance and length of clinically short
hamstring muscles of healthy men and women. Clinical
Biomechanics,.5, 23-29
Gribble, P.A., Guskiewicz, K.M., Prentice, W.E.,
Shields, E.W. (1999). Effects of static and hold-relax stretching on
hamstring range of motion using the flexability LE1000. Journal of Sport Rehabilitation, 8,
195-208.
Halbertsma, J.P.,
VanBolhuis, A.I., & Goeken, L.N. (1996). Sport stretching: Effect on
passive muscle stiffness of short hamstrings. Archives of Physical Medical Rehabilitation, 77, 658-692.
Halbertsma, J.P.K., &
Göeken, L.N.H. (1994). Stretching exercises: Effect on passive extensibility and stiffness in
short hamstrings of healthy subjects. Archives
of Physical Medical Rehabilitation, 75, 976-981.
Hartig, D.E., & Henderson, J.M. (1999). Increasing hamstring flexibility
decreases lower extremity overuse injuries in military basic trainees. American Journal of Sports Medicine, 27,
173-176.
Henricson, A.S.,
Fredriksson, K., Persson, I., & Pereira, R. (1984). The
effect of heat and stretching on the range of hip motion. Journal of Orthopaedic Sports Physical
Therapy, 6, 110-115.
Herbert, R.D., & Gabriel,
M. (2002). Effects
of stretching before and after exercising on muscle soreness and risk of
injury: systematic review. British
Medical Journal, 325(21), 468-472.
Labelle, H.,
Guibert, R., Joncas, J., Newman, N., Fallaha, M., & Rivard, C.H. (1992). Lack of scientific evidence for the treatment of lateral epicondylitis of
the elbow. An attempted meta-analysis. Journal of Bone and Joint
Surgery, 74, 646-651.
LaRoche, D.P., and Connolly, D.J. (2006). Effects of Stretching on Passive
Muscle Tension and Response to Eccentric Exercise. American
Journal of Sports Medicine, 34,
1001-1008.
Law, R.Y.W., Harvey, L.A., Nicholas, M.K., Tonkin, L.,
De Sousa, M., Finniss D.G. (2009). Stretch
exercises increase tolerance to stretch in patients with chronic
musculoskeletal pain: A randomized controlled trial. Physical Therapy, 89(10),
1016-1026.
Magnusson, S. (1998). Passive
properties of human skeletal muscle during stretch manoeuvres. Medical Science Sports Exercise, 6,
65-77.
Magnusson, S., Simonsen,
E., Aagaard, P., Gleim, G., McHugh, M., & Kjaer, M. (1995). Viscoelastic
response to repeated static stretching in the human hamstring muscle. Scandinavian Journal of Medical Science
Sports, 5, 342-347.
Magnusson, S., Simonsen, E., Aagaard, P., Sorensen, H., & Kjaer, M.
(1996). A mechanism for altered flexibility in human skeletal muscle. Journal of Physiologic, 497, 291-298.
Maher,
C.G., Sherrington, C., Herbert, R.D., Moseley, A.M., & Elkins, M. (2003). Reliability of the PEDro scale for rating quality of randomized
controlled trials. Physical Therapy,
83, 713-721.
Marques, A.P.,
Vasconcelos, A.A.P., Cabral, C.M.N., & Sacco, I.C.N. (2009). Effect of frequency of static stretching on flexibility, hamstring
tightness and electromyographic activity. Brazilian Journal of Medical and Biological Research, 42, 949-953.
Meroni, R.,
Cerri, C.G., Lanzarini, C., Barindelli, G., Morte, G.D., Gessaga, V., Cesana,
G.C., & De Vito, G. (2010). Comparison of
active stretching technique and static stretching technique on hamstring
flexibility. Clinical
Journal of Sport Medicine, 20(1), 8-14
Murphy, D.R. (1991). A critical look at static
stretching: are we doing our patient harm? Chiropractic
of Sports Medical, 5, 67-70.
Nelson,
R.T., & W.D. Bandy (2004). Eccentric training and static stretching improve
hamstring flexibility of high school males. Journal
of Athletic Training, 39(3),
254-258.
Odunaiya, N.A., Hamzat, T.K., & Ajayi, O.F.
(2005). The effects of static stretch
duration on the flexibility of hamstring muscles. African Journal of Biomedical Research, 8,
79-82
Prentice, W.E. (1983). A
comparison of static stretching and PNF stretching for improving hip joint
flexibility. Athletic Training,
18, 56-59.
Roberts, J., & Wilson,
K. (1999). Effect of stretching duration on active and passive
range of motion in the lower extremity. British Journal of Sports Medical, 33(4), 259-263.
Rowlands, A.V., Marginson,
V.F., & Lee, J. (2003). Chronic flexibility gains: effect of isometric
contraction duration during proprioceptive neuromuscular facilitation
stretching techniques. Research Quarterly
Exercise Sport, 74, 47-51.
Russell, P.J, Decoster,
L.C., & Enea, D. (2010). Effects of gastrocnemius, hamstring, and combined
stretching programs on knee extensibility. Athletic
Training & Sports Health Care, 2(2), 67-73.
Sady, S.P., Wortman, M., & Blanke, D. (1982). Flexibility training:
Ballistic, static or propioceptive neuromuscular facilitation? Archive Physical Medical Rehabilitation, 63,
261-263.
Sainz de Baranda, P., & Ayala, F. (2010). Chronic
flexibility improvement after 12 week stretching program
utilizing the ACSM recommendations: Hamstring flexibility. Internacional Journal of Sports Medicine, 31, 1-8.
Santonja, F., Sainz de Baranda, P., Rodríguez, P.L., López, P.A. &
Canteras, M. (2007). Effects of
frequency of static stretching on straight- leg raise
in elementary school children. Journal of
Sports Medicine and Physical Fitness, 47(3), 304-308.
Shellock, F.G., &
Prentice, W.E. (1985). Warming-up and stretching for improved physical performance and
prevention of sports-related injuries. Sports Medical, 2, 267-278.
Simons, s., Wollersheim,
H., & Thien, T. (2009). A systematic review on the
influence of trial quality on the effect of garlic on blood pressure.
Van
Tulder, M., Furlan, A., Bombardier, C., & Bouter, L. (2003). Updated method guidelines for systematic reviews in
the cochrane collaboration back review group. Spine, 28, 1290-1299.
Verhagen, A.P.,
De Vet, H.C.W., De Bie, R.A., Kessels, A.G., Boers, M., Knipschild, P.G. (1998).. Balneotherapy and quality
assessment: interobserver reliability of the
Voigt, L., Vale, R.G.S., Abdala,
D.W., Freitas, W.Z., Novaes, J.S., & Dantas, E.H.M. (2007). Effects of a ten seconds repetition of incentive of the static
method for the development of the young adult men’s flexibility. Fitness Performance Journal, 6(6),
352-356.
Webright, W.G.,
Randolph, B.J., & Perrin, D.H. (1997). Comparison
of Nonballistic Active Knee Extension in Neural Slump Position and Static
Stretch Techniques on Hamstring Flexibility. Journal of Orthopedic
and Sports Physical Therapy, 26(1): 7-13.
Witvrouw, E., Bellemans, J., Lysens, R., Danneels, L.,
& Cambier, D. (2001). Intrinsic risk
factors for the development of patellar tendinitis in an athletic population.
A two-year prospective study, American Journal of Sports
Medicine, 29, 190-195.
Witvrouw, E., Lysens, R., Bellemans, J., Cambier, D. & Vanderstraeten,
G. (2000). Intrinsic risk factors for the development of anterior
knee pain in an athletic population. A two-year prospective
study, American Journal of Sports Medicine 28, 480-489.
Worrell, T.W., Smith, T.L.,
& Winegardner, J. (1994). Effect of hamstring stretching on
hamstring muscle perfomance. Journal
of Orthopaedic Sports Physical Therapy, 20, 154-159.
Yuktasir, B., & Kaya, F. (2009).
Investigation into the long-term effects of static and PNF stretching exercises
on range of motion and jump performance. Journal of Bodywork and Movement Therapies, 13, 11-21.
Referencias totales / Total references: 55 (100%)
Referencias propias de la revista / Journal's
own references: 0 (0%)
Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol. 13 - número 49 - ISSN: 1577-0354