ORIGINAL
VALORACIÓN DE LA
CONDICIÓN FÍSICA Y TÉCNICA EN FÚTBOLISTAS JÓVENES
PHYSICAL
FITNESS AND TECHNIQUE EVALUATION IN YOUNG SOCCER PLAYERS
Salinero, J.J.; González-Millán, C.; Ruiz-Vicente, D.; Abián Vicén, J.,
García-Aparicio, A.; Rodríguez-Cabrero, M. y Cruz, A.
Universidad Camilo José Cela. Instituto
de Ciencias del Deporte. GIDECS (Grupo de investigación en Deporte, Ciencia y
Salud) jjsalinero@ucjc.edu; crgonzalez@ucjc.edu;
diruiz@ucjc.edu; jabian@ucjc.edu; marchiviris@hotmail.com; amainef_77@hotmail.com;
a.cruz@alumno.ucjc.edu
Código UNESCO / UNESCO code:
5899 Educación Física y Deporte / Physical Education and Sport
Clasificación Consejo de Europa /
Council of Europe classification: 17 Otros: Evaluación del deporte / Others: Evaluation sport
Recibido
16 de marzo de 2011 Received
March 16, 2011
Aceptado
de 27 julio de 2011 Accepted July
27, 2011
RESUMEN
El objetivo de este estudio es valorar la condición
física y técnica a futbolistas de 10 a 17 años mediantes tests inespecíficos y
específicos y establecer diferencias entre las
diferentes edades y la posición que ocupan en el campo. En este estudio
participaron 256 jugadores de fútbol con edades comprendidas entre los 10 y los
17 años. Se midió el salto vertical (CMJ),
sprints repetidos (RSA), la
velocidad de desplazamiento específico con balón y la velocidad, técnica
y precisión en el lanzamiento a portería. Los resultados más relevantes indican
diferencias significativas en función de la edad en las pruebas físicas y
técnicas analizadas, excepto en la conducción. No hay diferencias
significativas en función de la demarcación, excepto en los porteros.
PALABRAS CLAVE: futbolistas, jóvenes, pruebas físicas
y técnicas, demarcación, edad.
ABSTRACT
The aim of
this study was to asses both physical and technical condition of 256 soccer
players aged 10-17, through specific and unspecific tests. Countermovement jump
(CMJ), repeated sprint ability (RSA), goal shooting test, and technique and
shooting accuracy test were performed to establish the differences between age
and playing position. Significant differences were revealed between age and
both physical and technical tests except for technique and accuracy test. No
significant differences were found in playing position, with the exception of
goal keepers.
KEY WORDS: soccer players, youth, physical and ability testing, field position, age
INTRODUCCIÓN
El
rendimiento en muchos deportes, entre ellos el fútbol, es el resultado de la
combinación de diversos factores: la dotación genética, el entrenamiento y la
salud del deportista (Viru
& Viru, 2001). A través
de la evaluación física y fisiológica se pueden analizar estos factores con el
fin de describir el perfil de los jugadores, comparar, repetir para valorar la
progresión y aplicar estrategias adecuadas de entrenamiento.
Las
demandas en el fútbol varían con la edad, el nivel de competición, la posición
de los jugadores y el estilo de juego (Ekblom,
1999). Debido a esto, es normal encontrar diferentes perfiles
de condición física incluso, dentro de un mismo equipo (Carbonell,
Aparicio, & Delgado, 2009).
La
evaluación de la condición física se erige, por tanto, en protagonista
fundamental para determinar la realidad condicional del jugador, sus
posibilidades futuras y la aplicación de los resultados a la planificación de
forma individualizada.
El
fútbol incluye períodos de ejercicio de alta intensidad entremezclados con
periodos de ejercicio de baja intensidad, es por
tanto un deporte intermitente. La
práctica del fútbol requiere de numerosas cualidades, físicas, técnicas,
tácticas y psicológicas (Dauty,
Bryand, & Potiron-Josse, 2002; Mercé, 2003). Desde un punto de vista físico y
fisiológico el fútbol exige jugadores que sean
competentes en varios aspectos de la condición física, como son: la potencia
aeróbica y anaeróbica, la fuerza muscular, la velocidad, la flexibilidad y la
agilidad (Ekblom, 1986; Reilly & Doran, 2003; Reilly & Thomas, 1976). Además requiere que estos aspectos físicos se apliquen en el
desarrollo de los aspectos técnicos y tácticos.
La
fuerza explosiva y la velocidad, que es dependiente de la fuerza, son factores
determinantes en el rendimiento deportivo en los futbolistas (Le
Gall, Beillot, & Rochcongar, 2002). Por lo tanto la evaluación de estos
parámetros es fundamental para determinar la situación actual de los
futbolistas y poder plantear su mejora y desarrollo. Además, la fuerza
explosiva y la velocidad se relacionan con la rapidez con la que los
deportistas realizan las acciones propias. En este sentido Vittori (1990), afirma que la velocidad sólo es una
capacidad derivada de la fuerza, mientras que la fuerza es una cualidad pura
que determina la velocidad que adquieren los cuerpos al desplazarse (Vittori,
1990). La fuerza explosiva en el fútbol habitualmente se ha
relacionado con la ejecución de gestos técnico-físicos tales como los saltos,
los pases o los golpeos, (Masuda,
Kikuhara, Demura, Katsuta, & Yamanaka, 2005; Winkler, 1993). Y
la velocidad, no sólo es fundamental su desarrollo por sí misma, sino
también es importante aplicarla en
acciones con balón.
La valoración de la fuerza explosiva elástica mediante el salto
CMJ ha sido ampliamente utilizada en numerosos estudios (Bosco, Luhtanen, & Komi, 1983; Izquierdo, Aguado, González, &
Hakkinen, 1999; Saez de Villareal, Kellis, Kraemer, & Izquierdo, 2009), con el fin de valorar la
capacidad de utilización de la energía
elástica en el salto.
Por otro lado, en un partido de fútbol es necesario que los
jugadores sean capaces de repetir sprints de varios segundos con breves
períodos de recuperación. En este sentido el RSA o la capacidad de realizar
series de sprints repetidos ha resultado ser un test muy válido y utilizado en
el fútbol (Bishop & Edge, 2006; Ferrari Bravo, Rampini, & Impellizeri, 2007;
Ferrari Bravo, Rampinini, & Impellizzeri, 2006; Ferrari Bravo, et al.,
2005; Rampinini, et al., 2007), además se ha observado
una buena reproducibilidad (Ferrari Bravo, et al., 2005) y que tiene bastante
sensibilidad al entrenamiento específico (Ferrari Bravo, et al., 2006). También se ha observado que es un buen indicador de aptitud
física en los futbolistas (Chaouachi, et al., 2010).
Respecto a la evaluación de los futbolistas en acciones
con balón, los estudios al respecto son bastante escasos (Juárez,
et al., 2008; Mercé, 2003; Mercé, González, Mayo, Pardo, & Sorli, 2004;
Seabra, Maia, & Garganta, 2001), a pesar de la gran relevancia que tienen las acciones
con balón en el fútbol.
En futbolistas jóvenes, existe un predominio de estudios
que se encargan de evaluar la condición física (Abrantes,
Macas, & Sampaio, 2004; Casáis, Crespo, Domínguez, & Lago, 2004; Mercé,
et al., 2004; Seabra, et al., 2001) frente a los estudios que involucran aspectos técnicos (Mercé,
2003; Rösch, et al., 2000; Seabra, et al., 2001) o psicológicos (Boixadós
& Cruz, 1999; Boixadós, Cruz, Torregrosa, & Valiente, 2004).
Mercé y cols. (Mercé
et al., 2004) evaluaron 55 jugadores infantiles y
cadetes, concluyendo que las pruebas físicas inespecíficas, aunque necesarias,
son insuficientes, siendo necesario emplear test específicos para el fútbol.
Casais y cols. (Casáis
et al., 2004) valoraron 328 jugadores infantiles,
cadetes y juveniles, a través de antropometría, fuerza y velocidad. Los
resultados mostraron relación entre las variables y diferentes según la edad,
lo que pone en evidencia los momentos sensibles para el entrenamiento de estos
factores. Asimismo, estos autores señalan el error de emplear valores de
futbolistas profesionales para evaluar el rendimiento en edades más jóvenes, al
existir grandes diferencias entre los valores obtenidos en este estudio y los
valores de futbolistas profesionales.
Abrantes y colaboradores (Abrantes
et al., 2004), realizaron un estudio donde
compararon el rendimiento en un test de 7
sprints repetidos en 146 jugadores de fútbol desde los 12 hasta los 26 años y
encontraron que los efectos de la fatiga se acentuaban entre el quinto y el
séptimo sprint y que los jugadores sub12
y sub14 eran los que necesitaban más tiempo para realizar los sprints. Juárez y
cols. (Juárez,
López de Subijana, Mallo, & Navarro, 2010) estudiaron el rendimiento en las
acciones de golpeo de balón y el salto
vertical en 21 futbolistas jóvenes de alto nivel con una edad media de 16,1 ± 0,2 años y
encontraron que no había una correlación entre la altura del salto y el golpeo
de balón lo que sugiere que el trabajo de fuerza explosiva debe ser específico
para mejorar cada una de estas acciones e intentar optimizar el rendimiento de
las mismas.
Las exigencias físicas de la competición aumentan con la
edad y con el nivel de los sujetos. Es posible tener un mejor conocimiento de
las características de los futbolistas a partir de la evaluación de sus
capacidades con el fin de mejorar el entrenamiento. Para ello, se pueden
utilizar diferentes tests, como el RSA para evaluar los componentes
fisiológicos específicos de rendimiento en el fútbol (Calahorro,
Torres-Luque, Lara, & Zagalaz, 2011).
Estas evaluaciones nos van a aportar información sobre
las posibilidades futuras del joven jugador y nos permitirán la aplicación de estos
resultados a la planificación de forma individualizada.
OBJETIVOS
El objetivo de este estudio es valorar la condición
física y técnica a futbolistas jóvenes de 10 a 17 años, mediantes tests
inespecíficos: salto vertical (CMJ), y sprints repetidos (RSA); y mediante
tests específicos: velocidad de desplazamiento específico con balón y
velocidad, técnica y precisión en el lanzamiento a portería; y establecer
diferencias entre las diferentes edades y la posición que ocupan en el campo.
MATERIAL Y MÉTODOS
Diseño
Este estudio utilizó un diseño descriptivo, mediante el
cual se evaluaron las capacidades físicas y técnicas de los jugadores de
fútbol, con el fin de determinar, analizar y describir su condición
física. Las variables dependientes
medidas en este estudio fueron el salto vertical (CMJ) que nos permitió medir
la fuerza explosiva en miembros inferiores, la velocidad y el índice de fatiga en el RSA (sprints
repetidos), la velocidad y técnica en la conducción de balón y la velocidad y
precisión en el lanzamiento a portería. Las variables independientes han sido
la edad y la demarcación de los jugadores en el campo. Para la edad se
establecieron los siguientes grupos de edad: 10-11; 12-13; 14-15; 16-17.
Participantes
En este estudio participaron 256 jugadores de fútbol con
edades comprendidas entre los 10 y los 17 años, con una edad media de 13.77
(dt=1.85), todos varones y participantes en dos campus de tecnificación de
fútbol de la Fundación Real Madrid realizados en julio de 2010.
Tabla 1. Participantes por
grupos de edad
Edad |
Frecuencia |
Porcentaje |
|
|
10-11 |
37 |
14,5 |
12-13 |
68 |
26,6 |
|
14-15 |
99 |
38,7 |
|
16-17 |
52 |
20,3 |
|
Total |
256 |
100,0 |
Seis participantes fueron excluidos del análisis por desconocer
su demarcación en el campo, al ser ésta una variable independiente del estudio.
Otro participante fue excluido de la prueba de conducción tras realizar sendos
intentos nulos.
Todos los sujetos conocían los objetivos de la
investigación, aceptaron voluntariamente formar parte de ella, fueron
informados de los procedimientos experimentales que se llevarían a cabo y en
cualquier momento podían retirarse del mismo. Asimismo,
el estudio se realizo bajo el consentimiento de los padres y/o tutores. Todos
los procedimientos siguieron las pautas marcadas por la Declaración de Helsinki
y la Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD).
Procedimiento
A los sujetos se les realizaron los tests en un solo día.
Se les realizó un test de salto CMJ en plataforma de contacto Ergo Jump, Bosco
system (Bosco, et al., 1983), realizaron dos intentos y se eligió el mejor. El dato
que se obtuvo fue la altura de vuelo. Posteriormente realizaron el test de
conducción de balón. En una distancia de 10 m se colocaron conos de 30 cm de
altura separados entre sí 2 metros. Los jugadores realizaban conducción en
zig-zag sin tocar los conos en un recorrido de ida y vuelta. Realizaban dos
intentos y se tomaba el mejor tiempo. El jugador se colocaba con el pie
adelantado detrás de la línea de salida. Se emplearon dos personas que
registraban el tiempo, tomando como inicio el momento en que el futbolista
despegaba el pie atrasado del suelo. Se tomaba como tiempo final el momento en
que el tronco cruzaba la línea. Se calculó la media de los dos tiempos registrados
por los evaluadores. A continuación, realizaban el test de lanzamiento a
portería. En él los jugadores realizaban un desplazamiento con balón en carrera
durante 5 metros, luego debían esquivar un obstáculo (cono, 30 cm de altura) y
posteriormente debían realizar un lanzamiento a portería, frente al área
pequeña. Se valoró la velocidad y la precisión. Para valorar la velocidad, se
tomó el tiempo desde que el futbolista iniciaba el movimiento con balón desde
los conos, hasta el momento del golpeo del balón (figura 1). Al igual que en la
prueba de conducción, se tomaron dos tiempos y se calculó la media de ambos.
Para obtener la precisión de golpeo, se establecieron y delimitaron zonas en la
portería en función de la dificultad, como puede observarse en la figura 1.
Figura 1. Esquema de la prueba
de precisión de tiro.
Por último, realizaron el test de sprints repetidos (RSA)
de 6x40m (20 +20m) con 20 segundos de recuperación entre sprints. Se tomaron
los tiempos de cada sprint y el índice de fatiga. Para hallar
este índice hemos utilizado el método planteado por Fitzsimons et al. (1993) calculado
mediante la siguiente ecuación:
Análisis estadístico
Se realizó un análisis descriptivo de todas las variables
medidas para cada uno de los grupos de edad y para cada demarcación. Se
realizaron pruebas Anova (con post hoc de Tukey o Games-Howell en función de la
igualdad o no de varianzas, respectivamente) para las variables paramétricas y
la prueba de Kruskal-Wallis para variables que incumplían la normalidad, para
establecer las diferencias en las variables entre los grupos de edad y entre
las diferentes demarcaciones.
RESULTADOS
Existen diferencias
significativas entre grupos de edad en la prueba de salto CMJ, entre todos los grupos,
excepto entre los grupos de 14-15 y 16-17. (Tabla 2)
Tabla 2. ANOVA de salto por
grupos de edad
|
Media |
Desviación típica |
Error típico |
Intervalo de confianza para la media al 95% |
ANOVA |
|
Límite inferior |
Límite superior |
|||||
10-11 (1) |
0,244 |
0,036 |
0,006 |
0,232 |
0,256 |
P=0.000 1-2;1-3; 1-4; 2-3; 2-4 |
12-13 (2) |
0,282 |
0,051 |
0,006 |
0,269 |
0,294 |
|
14-15 (3) |
0,332 |
0,056 |
0,006 |
0,320 |
0,343 |
|
16-17 (4) |
0,354 |
0,053 |
0,007 |
0,339 |
0,368 |
|
Total |
0,310 |
0,064 |
0,004 |
0,302 |
0,318 |
En la prueba de conducción
de balón, no aparecen diferencias significativas entre los grupos de edad
(tabla 3).
Tabla 3. ANOVA de conducción
por grupos de edad
|
Media |
Desviación típica |
Error típico |
Intervalo de confianza para la media al 95% |
ANOVA |
|
Límite inferior |
Límite superior |
|||||
10-11 |
4,70 |
0,97 |
0,16 |
4,37 |
5,02 |
P=0.185 |
12-13 |
4,59 |
0,89 |
0,11 |
4,37 |
4,81 |
|
14-15 |
4,27 |
1,07 |
0,11 |
4,05 |
4,48 |
|
16-17 |
4,49 |
0,92 |
0,13 |
4,23 |
4,74 |
|
Total |
4,46 |
0,99 |
0,06 |
4,34 |
4,58 |
En
cuanto a la prueba de precisión de tiro, en el tiempo que emplean en la
realización de la prueba, aparecen diferencias significativas entre los dos grupos
extremos, siendo los de mayor edad los más rápidos en la ejecución de la tarea.
Por el contrario, el grupo más joven obtiene la mejor precisión, presentando
diferencias significativas con el resto de grupos.
Tabla 4. Tiempo de tiro en la
prueba de precisión por grupos de edad
|
Media |
Desviación típica |
Error típico |
Intervalo de confianza para la media al 95% |
ANOVA |
|
Límite inferior |
Límite superior |
|||||
10-11 (1) |
3,54 |
0,35 |
0,06 |
3,42 |
3,66 |
P=0.013 1-4 |
12-13 (2) |
3,38 |
0,55 |
0,07 |
3,25 |
3,51 |
|
14-15 (3) |
3,33 |
0,42 |
0,04 |
3,24 |
3,41 |
|
16-17 (4) |
3,22 |
0,46 |
0,06 |
3,10 |
3,35 |
|
Total |
3,35 |
0,47 |
0,03 |
3,29 |
3,41 |
Tabla 5. Precisión de tiro
por grupos de edad
|
Media |
Desviación típica |
Error típico |
Intervalo de confianza para la media al 95% |
Kruskall-Wallis |
|
Límite inferior |
Límite superior |
|||||
10-11 (1) |
2,14 |
0,78 |
0,13 |
1,88 |
2,39 |
P=0.022 1-2;1-3; 1-4 |
12-13 (2) |
1,72 |
0,85 |
0,10 |
1,51 |
1,92 |
|
14-15 (3) |
1,73 |
0,85 |
0,09 |
1,56 |
1,90 |
|
16-17 (4) |
1,61 |
0,91 |
0,13 |
1,35 |
1,86 |
|
Total |
1,76 |
0,86 |
0,05 |
1,65 |
1,87 |
Existen diferencias significativas entre los grupos de edad
en el tiempo empleado en cada uno de los sprints (excepto entre el grupo de
14-15 y el de 16-17). En cuanto al índice de fatiga, presentan de media un
4,7%, sin diferencias significativas entre los diferentes grupos de edad.
Figura 2. Resultados en el test RSA
por grupos de edad
Tabla 6. Índice de fatiga (en
porcentaje)
|
Media |
Desviación típica |
Error típico |
Intervalo de confianza para la media al 95% |
ANOVA |
|
Límite inferior |
Límite superior |
|||||
10-11 |
4,58 |
2,45 |
0,41 |
3,74 |
5,42 |
P=0.840 |
12-13 |
4,95 |
3,07 |
0,38 |
4,19 |
5,70 |
|
14-15 |
4,62 |
2,38 |
0,24 |
4,14 |
5,10 |
|
16-17 |
4,54 |
3,21 |
0,44 |
3,65 |
5,44 |
|
Total |
4,69 |
2,76 |
0,17 |
4,34 |
5,03 |
Por demarcación
No hay diferencias significativas entre demarcaciones en salto
(p=0.067), precisión de tiro (p=0.409), tiempo en la prueba de precisión de
tiro (p=0.266) ni en el índice de fatiga (p=0.073). Sí aparecen diferencias en
la prueba de conducción, en la que el portero obtiene un peor resultado que el
resto de grupos. Igualmente, en el RSA, el portero obtiene peores resultados
que los laterales (sprint 2 a 6), delanteros (sprint 3 a 6), mediocentros
(sprint 4 y 6) y extremos (sprint 6). Entre los demás grupos, no se aprecian
diferencias significativas en ninguna de las pruebas realizadas.
Tabla 7. Resultados en la prueba
de salto (m) por demarcación.
Salto |
N |
Media |
Desviación típica |
Error típico |
Intervalo de confianza para la media al 95% |
ANOVA |
|
Límite inferior |
Límite superior |
||||||
Portero |
17 |
0,29 |
0,08 |
0,02 |
0,25 |
0,33 |
0.067 |
Defensa |
32 |
0,31 |
0,06 |
0,01 |
0,29 |
0,33 |
|
Lateral |
45 |
0,33 |
0,06 |
0,01 |
0,31 |
0,35 |
|
Mediocentro |
75 |
0,30 |
0,06 |
0,01 |
0,29 |
0,32 |
|
Extremo |
24 |
0,30 |
0,06 |
0,01 |
0,27 |
0,32 |
|
Delantero |
57 |
0,31 |
0,06 |
0,01 |
0,30 |
0,33 |
|
Total |
250 |
0,31 |
0,06 |
0,00 |
0,30 |
0,32 |
|
Tabla 8. Resultados en la prueba de conducción (s) por demarcación.
Conducción |
N |
Media |
Desviación típica |
Error típico |
Intervalo de confianza para la media al 95% |
ANOVA |
|
Límite inferior |
Límite superior |
||||||
Portero |
17 |
5,49 |
1,11 |
0,27 |
4,92 |
6,06 |
0.000 |
Defensa |
32 |
4,61 |
0,55 |
0,10 |
4,42 |
4,81 |
Portero vs resto de grupos |
Lateral |
45 |
4,43 |
0,62 |
0,09 |
4,25 |
4,62 |
|
Mediocentro |
75 |
4,61 |
0,85 |
0,10 |
4,41 |
4,80 |
|
Extremo |
24 |
4,31 |
0,46 |
0,09 |
4,12 |
4,51 |
|
Delantero |
56 |
4,37 |
0,63 |
0,08 |
4,20 |
4,54 |
|
Total |
249 |
4,56 |
0,77 |
0,05 |
4,46 |
4,65 |
Figura 3.
Resultados en el test RSA por demarcación.
Tabla 9. Índice de fatiga en porcentaje
Índice de fatiga |
N |
Media |
Desviación típica |
Error típico |
Intervalo de confianza para la media al 95% |
ANOVA |
|
Límite inferior |
Límite superior |
||||||
Portero |
17 |
5,81 |
2,93 |
0,71 |
4,31 |
7,32 |
0.073 |
Defensa |
32 |
5,46 |
3,59 |
0,63 |
4,17 |
6,76 |
|
Lateral |
45 |
4,01 |
2,33 |
0,35 |
3,31 |
4,71 |
|
Mediocentro |
75 |
4,29 |
2,78 |
0,32 |
3,64 |
4,94 |
|
Extremo |
24 |
5,00 |
2,09 |
0,43 |
4,11 |
5,88 |
|
Delantero |
57 |
4,82 |
2,60 |
0,35 |
4,12 |
5,51 |
|
Total |
250 |
4,68 |
2,76 |
0,18 |
4,34 |
5,03 |
|
DISCUSIÓN
CMJ
La media de los saltos de todos los jugadores fue de 30cm.
Si atendemos a los grupos de edad, los jugadores que más saltaron fueron los de
mayor edad (15-17 años). Se observaron diferencias significativas entre todos
los grupos de edad (p<0,05), excepto entre el grupo de edad de 10-11 y
12-13. La media por grupo de edad fue de 24cm para el grupo de 10-11 años, de
27cm para el grupo de 12-13, de 31cm para el grupo de 14-15 y de 35cm para el
grupo de 16-17. Estos datos son inferiores a los encontrados en el estudio de
Casais et al. (2004) en jugadores infantiles, cadetes y
juveniles.
Respecto al grupo de edad de 16-17 años, nuestros datos
(35 cm) son muy inferiores a otro estudio desarrollado en España con
futbolistas de 16 años, donde obtenían una media de 41 cm (Juárez,
López de Subijana, De Antonio, & Navarro, 2009).
En el estudio de Mercé et al. (2004) en jugadores de una escuela de fútbol
con una media de edad de 15 años, los datos del CMJ fueron de 27cm y por lo
tanto, inferiores a los de nuestro estudio en esas edades (31 cm).
En el estudio de Carbonell et al. (2009), la
media del salto CMJ de 23 jugadores cadetes, con una media de edad de 14 años,
fue de 30.80 cm, siendo los datos de este estudio muy parecidos a los nuestros
en ese grupo de edad: 31cm.
Las diferencias en los datos con otros estudios se deben
fundamentalmente a las características de las muestras, a la edad y al nivel de
especialización de los futbolistas. La
muestra de nuestro estudio se refiere a jugadores pertenecientes a escuelas
básicas de fútbol, en las que no se establecen ciclos en el entrenamiento y
cuya especialización es inferior a los jugadores de otros estudios. En el
estudio de Casáis et al. (2004) y en el de Juárez et al. (2009), los
futbolistas eran de la máxima división en sus categorías, de ahí la posible
diferencia con los resultados obtenidos en nuestro estudio. Además, la toma de
datos en nuestro estudio se realizó durante el periodo estival, lo que también
podría influir en un resultado inferior por ser el periodo de descanso de
competición.
Respecto a las distintas demarcaciones, no hemos
encontrado diferencias significativas en el salto entre ninguno de los puestos
analizados. Si bien, los jugadores que más saltan son los laterales (33cm) y
los que menos los porteros (28cm).
Conducción de balón
Respecto al test de conducción de balón, la media de los
256 futbolistas fue de 4,45 seg. No se observaron diferencias significativas en
esta prueba entre los diferentes grupos de edad. Sólo hemos encontrado un
estudio en el que se realiza la misma prueba con el mismo protocolo (Mercé,
2003; Mercé, et al., 2004) a 55 jugadores con una media de edad
de 15 años. El tiempo medio de todos ellos fue de 3,18 segundos, y por lo tanto
superior al de nuestro estudio.
En relación a las diferencias en la conducción de balón
entre las diferentes demarcaciones, sólo se observaron diferencias
significativas (p<0,05) entre el portero y el resto de puestos. El portero
era el más lento de todos con una media de 5,4 segundos. Los que mejores
tiempos presentan son los extremos (4,31 segundos) y los delanteros (4,37 segundos).
Lanzamiento a portería
El tiempo medio de los sujetos hasta el lanzamiento fue
de 3,29 segundos y el valor medio de precisión fue de 1,7 puntos. Respecto al
tiempo de tiro sólo existen diferencias significativas entre el grupo de edad 10-11
y el de 16-17 años. Respecto a la precisión de tiro el grupo de edad con mayor precisión de tiro fue el de 10-11 años con diferencias significativas respecto a los
demás grupos. El de menor precisión fue el de 16-17 años. Esto es debido a que
el grupo de edad de 10-11 años tiraba con menos potencia y buscando las zonas
en la portería que más puntuaban. Sin embargo, el grupo de edad de 16-17 años
daba prioridad a la potencia y por lo tanto fallaba en la precisión. Esta
afirmación se sostiene en la observación directa del grupo de investigación
presente en las pruebas. Si bien es cierto que los de mayor edad realizaban el
recorrido previo al lanzamiento a mayor velocidad (ver figura 1). Cuando
llegaban al momento del lanzamiento la velocidad no era alta, debido al
dribling que estaban obligados a realizar para sortear el cono. Los jugadores
de más edad lanzaban con mayor potencia y buscando la zona de puntuación
máxima, mientras que los de categorías inferiores buscaban la base del poste,
con una menor puntuación pero de mayor facilidad. Por ello, los de mayor edad
corrían el riesgo de hacer dos lanzamientos con puntuación de 0, si fallaban en
sus intentos.
Cuando comparamos estos datos entre las diferentes
demarcaciones no encontramos diferencias significativas, ni en el tiempo de
tiro ni en la precisión en el lanzamiento.
RSA
En un
estudio con futbolistas de élite (Impellizzeri,
et al., 2008), los futbolistas obtenían una media
de 7,2 segundos en esta prueba. La media de todos los sprints de nuestros
jugadores fue de 8,39 seg. Si nos
fijamos exclusivamente en los jugadores de mayor edad, vemos que no hay una
gran diferencia, presentando un valor de
7,90 seg. Esto confirma la afirmación de
Impellizeri et al. (2008) y de Ferrari Bravo et al. (2007), que dicen que los futbolistas
profesionales presentan mejores datos en el RSA que los amateurs.
El descenso de tiempo entre el primer y el último
sprint, en todos los jugadores fue de 0,29 segundos. Estos datos son similares a los encontrados en todos los estudios previos realizados sobre
RSA (Bishop
& Edge, 2006; Edge, Bishop, Hill-Haas, Dawson, & Goodman, 2006;
Glaister, et al., 2006; Heredia, Chirosa, Roldá, & Chirosa, 2009).
Existen diferencias significativas entre los grupos de
edad en el tiempo empleado en cada uno de los sprints (excepto entre el grupo
de 14-15 y el de 16-17). Los más rápidos en todos los sprints son los jugadores
que pertenecen a los grupos de más edad: 10-11 años con una media en todos los
sprints de 8,05 segundos y 16-17 años con una media de 7,1 segundos, de acuerdo
al mayor desarrollo físico. Por lo tanto, los jugadores de mayor edad presentan
una mayor velocidad de desplazamiento, tanto sin balón (RSA) como con
conducción de balón (aproximación en la prueba de precisión de tiro).
Respecto a las demarcaciones sólo encontramos
diferencias significativas entre el portero y el resto de puestos en los 4
últimos sprints. En el estudio de Ferrari Bravo et al. (2007) sí observaron diferencias
significativas entre puestos, presentando los laterales y centrocampistas
mejores tiempos en la RSA que los centrales (7,20 vs 7,38 seg. respectivamente).
Aunque en nuestro estudio no se observan diferencias significativas, los
puestos con mejores tiempos medios en la RSA fueron los delanteros, extremos y
laterales. De la misma forma, en el estudio de Kaplan (2010), no existen diferencias entre
posiciones en el tiempo medio ni en el mejor tiempo en el RSA.
En cuanto al índice de fatiga, presentan de media un
4,7%, sin diferencias significativas entre los diferentes grupos de edad. Estos datos son inferiores a los encontrados
por otros autores cómo Dawson,
Fitzsimons y Ward (1993) y Fitzsimons et
al. (1993) en los que realizaron un protocolo en
ambos casos de 6 × 40 m con un período de recuperación de 30 segundos y
obtuvieron medias del IFF (índice de fatiga) de 5,6 ± 2,7 y 5,3 ± 2,0,
respectivamente. Esto se debe a que la muestra de estos estudios estaba formada
por futbolistas profesionales, no así la nuestra, en donde el índice de fatiga
era menor pero los tiempos en los sprints eran peores (más lentos). Tal cómo
indican Wadley y Le Rossignol (1998) los sujetos que consiguen
un mayor sprint son los que obtienen valores medios de índice de fatiga más
alto. Esto se debe a que los sujetos capaces de realizar un sprint elevado son
los que consiguen deplecionar todas sus reservas de fosfocreatina (PCr)
respecto a otros sujetos más lentos. Al ser la recuperación entre sprints tan
breve, dichos sujetos no resintetizarían la PCr e iniciarían los sprints
sucesivos sin tener repletos sus almacenes de PCr y, por lo tanto, aumentarían
sus niveles de fatiga. Es decir, los sujetos que tienen un peor sprint son los
que presentan un IFF (índice de fatiga) menor. Por lo tanto, según Wadley y Le
Rossignol (1998) los sujetos más lentos (peor sprint)
no agotan totalmente sus reservas de PCr y pueden realizar el siguiente sprint
sin disminuir su rendimiento, ya que sus almacenes de PCr se han restaurado en
gran parte en el tiempo de recuperación.
En cuanto al índice de fatiga respecto a las
demarcaciones, no hemos encontrado diferencias significativas entre los
diferentes puestos. Sin embargo, los que presentan un mayor índice de fatiga y
por lo tanto, en los que aparece un mayor descenso en la velocidad entre el
primer y el último sprint, son los porteros (5,8%) y los
defensas (5,4%). Por el contrario, los laterales son los que menor índice de
fatiga presentan (4%). Estos últimos, tal como hemos
comentado con anterioridad, son los que más saltan y los que presentan mejores
tiempos medios en la RSA, lo que corrobora la relación entre fuerza explosiva y
velocidad. Corroborando estos datos, Kaplan (2010), tampoco encontró diferencias en el índice
de fatiga entre las diferentes demarcaciones.
CONCLUSIONES
Las conclusiones más relevantes del estudio son:
·
Se
han mostrado diferencias significativas en función de la edad en las diferentes
pruebas físicas y técnicas analizadas, excepto en la conducción de balón.
·
No
se han mostrado diferencias significativas en función de la demarcación, a
excepción de los porteros.
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