Baena-Extremera,
A. y Granero-Gallegos, A. (2013) Estudio cuasi-experimental de un programa de
supervivencia en el medio natural / Quasi-experimental study of a program for
survival in the natural environment. Revista Internacional de Medicina y
Ciencias de la Actividad F’sica y el Deporte vol.
13 (51) pp. 551-567. Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista51/artestudio384.htm
ORIGINAL
ESTUDIO CUASI-EXPERIMENTAL DE UN PROGRAMA DE SUPERVIVENCIA EN EL
MEDIO NATURAL
QUASI-EXPERIMENTAL STUDY OF A PROGRAM FOR
SURVIVAL IN THE NATURAL ENVIRONMENT
Baena-Extremera, A.1 y Granero-Gallegos, A.2
1
Doctor en Educaci—n F’sica. Profesor de la asignatura de Deportes de Aventura. Facultad
de Ciencias del Deporte (Universidad de Murcia, Espa–a) abaenaextrem@um.es
2
Doctor en Educaci—n F’sica. Profesor de la asignatura de Actividades
F’sico-Deportivas en el Medio Natural. Facultad de Ciencias del Deporte
(Universidad de Murcia, Espa–a) agranero@um.es
C—digo UNESCO / UNESCO code: 6114.02 Actitudes / Attitudes
Clasificaci—n del Consejo de Europa / Council
of Europe classification: 17
Otras (actitudes) / Other (attitudes).
Recibido 30 de mayo de 2011 Received May 30, 2011
Aceptado 5 de diciembre de 2012 Accepted
December 5, 2012
RESUMEN
El objetivo de este trabajo fue analizar los cambios en
las actitudes ambientales y la permanencia en el tiempo de las modificaciones
actitudinales, en un grupo de alumnado universitario, tras recibir un curso de
supervivencia en baja monta–a. La muestra fue de 243 personas, repartidas en un
grupo control (n=75) y un grupo experimental (n=168). Como
instrumento de medida se utiliz— un cuestionario autoadministrado constituido
por escalas relacionadas con las actitudes medio-ambientales: conciencia ecol—gica,
preocupaci—n ecol—gica, escala del nuevo paradigma ecol—gico (NEP) y escala de
preocupaci—n ambiental (ECS). Se tomaron medidas antes (pretest) y despuŽs (postest1)
del curso de formaci—n, y otra (postest2) cuatros meses despuŽs en el grupo
experimental. Tras la intervenci—n se observan cambios actitudinales en la preocupaci—n
ecol—gica y ambiental, en la conciencia ecol—gica y el ecocentrismo. Por œltimo,
se demuestra la permanencia de estos cambios en el alumnado cuatro meses
despuŽs de la intervenci—n.
PALABRAS CLAVE:
educaci—n ambiental, conciencia ecol—gica,
preocupaci—n ecol—gica, NEP, preocupaci—n ambiental.
ABSTRACT
The aim of this study was to analyze changes in
environmental attitudes and retention time of attitudinal changes in a group of
university students, after receiving a survival course in low
mountain. The sample was 243 people, divided into a control group (n =
75) and an experimental group (n = 168). As a measuring instrument used a
self-administered questionnaire consisting of scales related to environmental
attitudes: environmental awareness, ecological concern, the new ecological
paradigm scale (NEP) and scale of environmental concern (ECS). Measures were
taken before (pretest) and after (postest1) training course, and another (postest2)
four months later in the experimental group. After intervention attitudinal
changes are observed in ecological and environmental concerns in environmental
awareness and ecocentrism. Finally, it proves the permanence of these changes
in the pupil four months after intervention.
KEYWORDS: environmental
education, environmental awareness, ecological concern, NEP, environmental
concern.
1. INTRODUCCIîN
La conciencia ecol—gica es definida por
BignŽ (1997), como la informaci—n referida a las cuestiones ecol—gicas y de los
agentes causantes de da–os ecol—gicos. As’, los programas de EA y conciencia ecol—gica se centran en la
educaci—n y mejora del conocimiento, la actitud y el comportamiento de los
participantes en relaci—n a los objetivos de conservaci—n medioambiental, aumentando la satisfacci—n de los
individuos en su relaci—n con la naturaleza y ofreciendo un enfoque prometedor
para cambiar sus comportamientos y actitudes en relaci—n al medio ambiente (Sia,
Hungerford y Tomera, 1985).
Gonz‡lez y AmŽrico (1999), realizaron un estudio en el
campo de las actitudes ambientales en una poblaci—n espa–ola, tratando de
ahondar en el denominado ÒNuevo Paradigma
MedioambientalÓ propuesto por Dunlap y Van
Liere (1978). A partir de este paradigma, se desarroll—
Arcury, Johnson y Scollay (1986) definieron el
ecocentrismo como la informaci—n acerca de las cuestiones
ecol—gicas y de los agentes causantes de da–os ecol—gicos; a diferencia de la preocupaci—n
ecol—gica, que hace referencia a sentimientos de intranquilidad acerca del
deterioro de la naturaleza (Grunert y Jorn, 1995). En diversas investigaciones
se ha encontrado cierta asociaci—n significativa entre conciencia ecol—gica,
preocupaci—n ecol—gica y actitudes (Ling-Yee, 1997). Para medir estos cambios, se han realizado diversas
investigaciones con cuestionarios sobre el an‡lisis de actitudes y
comportamientos sobre el medio ambiente (D'Agostino,
Schwartz, Cimetta, y Welsh, 2007; Smith-Sebasto y Semrau, 2004).
Leeming, Dwyer, Porter y Cobern (1993) realizaron una recopilaci—n de
hasta 34 estudios publicados entre 1974 y 1993, comprobando que se hab’an
producido cambios en el conocimiento, actitud o comportamiento de los sujetos tras un
programa de EA. Un ejemplo puede ser el
trabajo realizado por Hines, Hungerford y Tomera (1987), quienes
encontraron correlaciones entre el conocimiento/actitud y su comportamiento
hacia el medio ambiente en alumnos tras un programa de EA.
Posteriormente,
Bogner y Wiseman (1999) realizaron un an‡lisis lineal de ecuaciones
estructurales para encontrar pruebas adicionales de la capacidad de un
cuestionario sobre la medici—n de las percepciones ambientales espec’ficas de
los adolescentes en Europa occidental. Bogner (1999) efectu— dos estudios
comparando dos tratamientos diferentes, uno al aire libre y otro de interior,
para comparar la evoluci—n de las actitudes hacia el medio ambiente tras un
programa de intervenci—n, pudiendo comprobar las mejoras en el primer
tratamiento.
Respecto
a la conciencia ecol—gica, Kals (1996) la evalu— a travŽs de un cuestionario,
utilizando tres escalas de medici—n de diferentes tipos de preparaci—n (la
disposici—n a adoptar comportamientos que son f‡ciles de realizar, la
disposici—n a adoptar conductas que son dif’ciles de realizar, la voluntad de
aceptar las prohibiciones gubernamentales), como predictores del comportamiento
ecol—gico.
Grodzinska-Jurczak
(2002) realiz— un estudio con 200 estudiantes de educaci—n secundaria para
analizar el nivel que mostraban sobre conciencia hacia el medio ambiente, el
conocimiento del mismo, as’ como su relaci—n hacia comportamientos y actitudes
responsables. Pudieron comprobar los escasos conocimientos y actitudes que
presentaban hacia esta problem‡tica. Kuhar, Bettinger, Lehnhardt, Townsend y Cox (2007b) desarrollaron un programa de
intervenci—n pr‡ctica en el bosque Kalinzu. Este programa de educaci—n para la
conservaci—n comprob— el aumento del conocimiento hacia el medio ambiente, la
mejora de actitudes y el comportamiento de los estudiantes que viven cerca del
bosque, a travŽs de sesiones interactivas de aprendizaje y realizando una
incursi—n pr‡ctica a pie por el mismo. Adem‡s, estos autores demostraron
aumentos a corto plazo en el conocimiento y los cambios de actitud, resultando
positivos tras un programa de educaci—n de medio d’a, llevado a cabo con cinco
ni–os de primaria de escuelas cerca del bosque Kalinzu (Kuhar Bettinger,
Lehnhardt, Townsend y Cox,
2007a).
Por œltimo, y en relaci—n al trabajo
anterior, Kuhar
Bettinger, Lehnhardt, Tracy y Cox, (2010) realizaron una investigaci—n
longitudinal con alumnos de primaria, quienes recibieron un programa de
intervenci—n pr‡ctico en el bosque en 2004, realizando un pretest y un postest.
En a–os posteriores, se han ido realizando actividades de refuerzo de los
objetivos del programa, y con sucesivas tomas hasta el a–o 2006, comprobando
que el aumento en el conocimiento ambiental no es transitorio.
Teniendo en cuenta lo expuesto, el presente trabajo se
plante— como objetivo analizar los cambios en las actitudes ambientales, as’
como la permanencia en el tiempo de las modificaciones actitudinales, en un
grupo de alumnado universitario, tras recibir un curso de supervivencia en baja
monta–a
2. MƒTODO
2.1. Desarrollo de la propuesta de
intervenci—n
Una vez revisada la literatura, es necesario indicar que la
propuesta de intervenci—n que se presenta en este documento se centra en la aplicaci—n de un
curso de supervivencia en baja monta–a para alumnado universitario, dentro de
la oferta de formaci—n universitaria de diversas provincias espa–olas. Se dise–aron
para tal fin varios cursos acogidos por los Vicerrectorados de Formaci—n AcadŽmica
e Innovaci—n en
Los cursos tuvieron como
contenido principal la supervivencia en baja monta–a. Cada curso se
estructuraba en dos clases te—ricas de cuatro horas cada una, en las cuales se
form— a los alumnos en aspectos tŽcnicos de supervivencia en monta–a (refugios,
purificaci—n de aguas, primeros auxilios, etc.). Adem‡s, se presentaron
recursos alimenticios basados en la flora comestible del lugar de acampada y
las diversas tŽcnicas para su preparaci—n (secado, conservaci—n, maceraci—n,
infusi—n, decocci—n), fabricando a partir de las mismas, alimentos, vahos,
pomadas, etc. Las siguientes sesiones se desarrollaron a travŽs de una acampada
de cuatro d’as en baja monta–a, donde se practicaron todos los contenidos
dise–ados para el curso. Durante Žstas pr‡cticas, los alumnos obtuvieron de la
flora silvestre todos los recursos necesarios, como plantas comestibles,
plantas arom‡ticas para infusiones y plantas medicinales para la urgencia del
momento.
Durantes
los d’as de campamento, en la primera hora de cada ma–ana se llev— a cabo una
peque–a charla de una hora aproximadamente, sobre la flora que se recolectar’a ese
d’a, con explicaci—n de las caracter’sticas de cada planta, los cuidados
necesarios, y las posibles orientaciones ecol—gicas imprescindibles para hacer
un buen uso del medio. A partir de aqu’, se organizaron los grupos para
realizar una batida de recolecci—n, primero
para desayunar (arom‡ticas para hacer una infusi—n) y luego para almorzar y
cenar (comestibles). Toda la recolecci—n se llev— a cabo bajo la supervisi—n
del profesorado, intentado evitar al m‡ximo cualquier posible da–o al medio ambiente.
2.2. Dise–o
Dadas las caracter’sticas propias de estos cursos de
formaci—n, se opt— por trabajar con un dise–o cuasi-experimental, descriptivo y
seccional. Se trabaj— con un grupo control no equivalente (puesto que no han
sido asignados al azar), formando parte de Žl, alumnos de otros cursos de
formaci—n que no ten’an relaci—n con la supervivencia en la naturaleza, pero s’
con contenidos relacionados con el medio ambiente. Se incluy— un grupo
experimental sobre el que se aplic— el programa de intervenci—n, para
establecer los contrastes. Se realizaron varias medidas: un pretest antes del
curso, un postest(1) justo al terminar la actividad formativa y un postest(2) a
los cuatro meses de la intervenci—n mediante la aplicaci—n del mismo cuestionario
a los grupos experimentales.
2.3. Poblaci—n y muestra
Siguiendo a Ingenkamp,
Parey y Tent (1973), en estudios de este tipo no se puede comparar al grupo
control con el experimental si los dos no han tenido experiencias al aire
libre, ya que ser’a inadecuado comparar un grupo con experiencias s—lo en el
aula y otro con experiencias en el medio natural. Por ello, el grupo control estuvo
formado por alumnado que recibi— cursos con experiencias en Educaci—n F’sica
relacionadas con el medio ambiente; mientras que el grupo experimental lo formaron,
exclusivamente, aquellos alumnos que participaron en los cursos de supervivencia
ofrecidos por las universidades citadas.
En el proceso de selecci—n de la muestra se sigui—,
adem‡s, el procedimiento que se detalla a continuaci—n: 1) Se introdujo una pregunta
filtro al inicio del cuestionario para conocer la participaci—n de los sujetos en otros cursos de formaci—n; 2) En la
fase de introducci—n de datos, se descartaron los cuestionarios de los
estudiantes que hab’an participado en varios cursos de formaci—n, quedando un
total de 243 participantes en la investigaci—n. De Žstas personas, 75 pertenecieron
a grupos control y el resto, 168, formaron parte de grupos experimentales.
2.4. Hip—tesis
Las
hip—tesis planteadas
para esta investigaci—n son:
1.»
Partiendo de grupos homogŽneos, no existir‡n diferencias significativas de
medias en el pretest, segœn las puntuaciones
de las dimensiones analizadas, entre los sujetos de los grupos experimentales y
los de los grupos de control (pretest intergrupos).
2.» Se
cree que a partir de la intervenci—n se producir‡n diferencias significativas
de medias en el primer postest (postest1) entre los sujetos de los grupos experimentales,
respecto al pretest (postest intragrupos). Se cree que no habr‡ diferencias
entre las medidas de los grupos control respecto a las medidas pretest (postest
intragrupos).
3.» Tras la aplicaci—n del programa, se cree
que permanecer‡n los cambios actitudinales en los sujetos del grupo
experimental (medida postest2).
2.5. Instrumentos
Se acudi— a la bibliograf’a y se seleccionaron variables y
factores probados en relevantes investigaciones relacionadas con las actitudes
medio ambientales. Este instrumento incluy— diversas bater’as de preguntas con
las que se recopil— informaci—n sobre dos tipos de variables actitudinales y
conductuales.
Escala de Conciencia Ecol—gica, adaptada de la propuesta de Bohlen,
Schlegelmilch y Diamantopoulos (1993) para recabar informaci—n acerca del
conocimiento sobre el da–o ecol—gico y el impacto de las propias acciones en la
naturaleza. Esta escala consta de 4 ’tems, con respuestas en escala tipo Likert
de cinco puntos. Ha sido demostrada la validez de su estructura factorial y
fiabilidad en castellano por D’az, Beerli y Mart’n (2004), con valores alfa de
Cronbach (a)=0,88. En el presente trabajo los
resultados de fiabilidad del alfa de Cronbach demuestran una alta consistencia
interna en el pretest (a=0,86), postest1 (a=0,84) y postest2 (a=0,85).
Escala de Preocupaci—n Ecol—gica, adaptada en base a los trabajos de
Dunlap y Van Liere (1984) y Grendstad (1999) con el objeto de recabar
informaci—n acerca de la intranquilidad sobre el equilibrio de la naturaleza y
la posibilidad de una crisis ecol—gica. Esta escala consta de 4 ’tems, con
respuestas en escala tipo Likert de 5 puntos. Ha sido demostrada la validez de
su estructura factorial y fiabilidad en castellano por D’az et al. (2004), con
valores de a=0,67. En el presente trabajo los resultados de fiabilidad
del alfa de Cronbach demuestran una aceptable consistencia interna en el
pretest (a=0,69), postest1 (a=0,70) y en el postest2 (a=0,67). Aunque esta dimensi—n muestra
una fiabilidad o valor alpha inferior al recomendado 0,70 (Nunnally, 1978;
Peterson, 1994), debido al peque–o nœmero de ’tems que la componen (4), la
validez interna observada puede ser aceptada (Hair, Anderson, Tatham y Black,
1999; Nunnally y Bernstein, 1994).
Escala Nuevo Paradigma
Ecol—gico (NEP). Se
utiliz— la versi—n espa–ola (Vozmediano y Sanju‡n, 2005) de la escala NEP de Dunlap et al. (2000). La versi—n
abreviada en castellano consta de 11 ’tems y se demuestra como una herramienta
œtil para estudiar las creencias sobre la naturaleza y las relaciones entre ser
humano y medio ambiente. Se divide en dos subescalas, Antropocentrismo (6 ’tems) y Ecocentrismo
(5 ’tems), siguiendo la terminolog’a de Thompson y Barton (1994). Las
respuestas se recogieron en una escala tipo Likert (de
Escala de Preocupaci—n
Ambiental (ECS), de
la original Environmental Concern Scale
de Weigel y Weigel (1978) y cuya adaptaci—n ya fue utilizada con buenos
resultados por otros autores (AragonŽs y AmŽrigo, 1991; AmŽrigo y Gonz‡lez,
1996; Gonz‡lez y AmŽrigo, 1999). Consta de 16 ’tems con respuestas tipo Likert
de 5 puntos. Esta escala es una medida tradicional de la preocupaci—n
ambiental, tratando la conservaci—n y la contaminaci—n del medio ambiente,
temas indicados para medir este constructo por Van Liere y Dunlap (1981). La
consistencia interna obtenida por Gonz‡lez y AmŽrigo (1999) de la adaptaci—n al
castellano fue de a=0,70. En el presente trabajo los
resultados de fiabilidad demuestran una aceptable consistencia interna en el
pretest (a=0,71), postest1 (a=0,72) y postest2 (a=0,71).
2.6. Agentes educativos y
procedimiento
El programa de intervenci—n se llev— a cabo por cinco
docentes en cada curso, tres de ellos profesores titulados con el Doctorado en
Ciencias de
2.7.
An‡lisis de datos
Se calcularon los estad’sticos descriptivos,
media (M) y desviaci—n t’pica (SD) para cada uno de los ’tems. Se realizaron
las pertinentes pruebas de normalidad y homocedasticidad para asegurar la
homogeneidad de la varianza. Se han calculado los ’ndices de asimetr’a y
curtosis siendo, en general, pr—ximos a cero y <2, tal y como recomiendan Bollen
y Long (1994), lo que indica semejanza con la curva normal de forma univariada
y permite utilizar tŽcnicas factoriales. El an‡lisis de Kolmogorov-Smirnov
confirm— la normalidad en la distribuci—n de la muestra (Z, entre 0,63 y 0,92; p>0,06).
Se ha calculado la
fiabilidad de cada dimensi—n propuesta a travŽs del ’ndice de consistencia
interna alfa de Cronbach. De forma preliminar y para analizar si exist’an
diferencias estad’sticamente significativas en las variables entre los dos
grupos antes de la intervenci—n, se realiz— la prueba T de Student para muestras independientes con los datos recogidos
en la toma pretest (experimental vs control). Asimismo, para estudiar las
diferencias intra-grupo en las diferentes tomas (pre, postest1 y postest2) se
ha realizado un an‡lisis de las puntuaciones de diferencia o an‡lisis de puntuaci—n de ganancia (Best, 1970). Para
ello se ha calculado la diferencia entre las puntuaciones postest1 y pretest para
cada persona, analizando a continuaci—n las diferencias intra-grupo mediante la
prueba T de Student para muestras relacionadas.
De igual manera se calcularon las diferencias transcurridos cuatro meses de la
intervenci—n, aunque, en este caso, se tuvieron en cuenta las puntuaciones
obtenidas en el postest2 y el postest1 del grupo experimental. Se realiz—
tambiŽn un an‡lisis de correlaciones can—nicas. Para todo ello se emple— el
paquete estad’stico SPSS en su versi—n 17.0 para Windows.
3. RESULTADOS
3.1. An‡lisis preliminar
En primer lugar, para comprobar si se part’a de dos
grupos homogŽneos, se analizaron las diferencias inter-grupos mediante
Tabla 1. Media
(M) y desviaci—n t’pica (DT) de pretest, postet1, postest2 y
puntuaci—n de ganancia. Diferencias intra-grupos en grupo experimental y grupo
control. Prueba T para muestras
relacionadas.
|
|
Grupo experimental |
Grupo control |
||||
Variables dependientes |
|
M |
DT |
Puntuaci—n de ganancia |
M |
DT |
Puntuaci—n de ganancia |
Conciencia Ecol—gica |
Pretest |
3,56 |
0,41 |
|
3,45 |
0,40,0 |
|
Postest1 |
4,12** |
0,32 |
0,56 |
3,51 |
0,41 |
0,06 |
|
Postest2 |
4,10 |
0,32 |
-0,02 |
|
|
|
|
Preocupaci—n Ecol—gica |
Pretest |
3,77 |
0,32 |
|
3,68 |
0,33 |
|
Postest1 |
4,43** |
0,17 |
0,66 |
3,48 |
0,32 |
-0,20 |
|
Postest2 |
4,53 |
0,17 |
0,10 |
|
|
|
|
Antropocentrismo |
Pretest |
5,31 |
0,76 |
|
5,24 |
0,77 |
|
Postest1 |
5,80* |
0,68 |
0,49 |
5,35 |
0,79 |
0,11 |
|
Postest2 |
6,15 |
0,68 |
0,35 |
|
|
|
|
Ecocentrismo |
Pretest |
3,87 |
0,87 |
|
3,78 |
0,87 |
|
Postest1 |
4,91** |
0,73 |
0,57 |
3,61 |
0,86 |
-0,17 |
|
Postest2 |
4,74 |
0,73 |
-0,17 |
|
|
|
|
ECS |
Pretest |
4,02 |
0,29 |
|
4,10 |
0,28 |
|
Postest1 |
4,49** |
0,12 |
0,93 |
3,99 |
0,28 |
-0,11 |
|
Postest2 |
4,42 |
0,12 |
-0,07 |
|
|
|
|
*p<0,05;
**p<0,01 |
Tomando como referencia al grupo experimental, y para
comprobar las relaciones existentes entre los diferentes constructos, se
realiz— un an‡lisis de correlaciones bivariadas en los resultados del pretest (tabla
2). Se observa una significativa correlaci—n positiva entre la conciencia ecol—gica y la preocupaci—n ecol—gica, ambiental y ecocentrismo. TambiŽn es importante la correlaci—n entre la preocupaci—n ecol—gica y
Tabla 2. Correlaci—n de las subescalas analizadas en el grupo
experimental en el pretest y postest1.
Dimensiones |
I |
II |
III |
IV |
V |
I.
Conciencia Ecol—gica |
|
0,26** |
-0,13* |
0,20** |
0,29* |
II.
Preocupaci—n Ecol—gica |
0,43** |
|
-0,23* |
0,29** |
0,44** |
III.
Antropocentrismo |
-0,36** |
-0,38** |
|
-0,09 |
-0,37** |
IV.
Ecocentrismo |
0,57** |
0,45** |
-0,19 |
|
0,25** |
V. ECS |
0,61** |
0,64** |
-0,19 |
0,54** |
|
*p<0,05; **p<0,01 Nota.- en la diagonal superior
se indican las correlaciones del pretest y en la diagonal inferior las del
postet1. |
3.2. Efectos de la intervenci—n
Al comparar los resultados obtenidos por el grupo
experimental y el grupo control en el pretest y en el postest1 al finalizar la
intervenci—n (tabla 2), la prueba de T arroja
diferencias significativas intra-grupos entre las medias de las cinco
dimensiones estudiadas. En el grupo control no se encontraron diferencias
significativas. En cambio, en el grupo experimental las m‡ximas diferencias se
hallaron en la preocupaci—n ecol—gica
(F=14,67; p²0,000) y en
Tras la intervenci—n, y con el grupo experimental como
referencia, se llev— a cabo de nuevo un an‡lisis de correlaciones bivariadas
para comprobar, una vez m‡s, las relaciones existentes en los diferentes
constructos. Como se puede observar en la tabla 2, las correlaciones se
intensifican. La conciencia ecol—gica
presenta ahora una alta y positiva correlaci—n, sobre todo con
3.3. Permanencia de la intervenci—n
Trascurridos cuatro meses desde el programa, se compararon
los resultados obtenidos -en el postest(1)- nada m‡s
finalizar la intervenci—n, con los resultados obtenidos tras los meses
indicados con respecto a los mismos alumnos del grupo experimental. Se llev— a
cabo un segundo postest(2) para comprobar la
permanencia en el tiempo de las actitudes y valores analizados en las
diferentes dimensiones estudiadas. En este caso la puntuaci—n de ganancia se
hall— restando los resultados del postest1 a los del postest2. Como se puede
observar en la tabla 1, la prueba T
no arroja diferencias entre la media de las puntuaciones de los dos postest.
Esto indica que las distintas actitudes y valores adquiridos por los
participantes en el programa de intervenci—n se han mantenido y consolidado en
las distintas personas a lo largo del tiempo.
4. DISCUSIîN
Esta investigaci—n se ha
centrado en estudiar la influencia de la aplicaci—n de un curso de supervivencia en baja monta–a como programa de EA, en
las actitudes de alumnado universitario, medidas antes y despuŽs del programa a
travŽs de varias escalas estandarizadas y utilizadas en otras investigaciones
previas.
Los resultados de la primera hip—tesis, est‡n en la l’nea del
trabajo de Bogner (1998), quien asegura que la realizaci—n de simples
actividades al aire libre sin un programa bien desarrollado dentro de un
contexto ecol—gico, terminar’a por no mostrar ningœn cambio en la percepci—n
ambiental por parte de los adolescentes. Por consiguiente, se puede entender
que para fomentar actitudes ambientales es necesaria una propuesta educativa
estructurada y guiada en este sentido, con un car‡cter pr‡ctico e interactivo
con el medio. Tras
la aplicaci—n del programa, se puede decir que existe coincidencia con Bogner
(1998) y Ewert, Place y Sibthorp (2005), al asegurar que es posible influir en
variables como la conciencia ecol—gica y la preocupaci—n ecol—gica hacia el
medio natural, ya que como se ha demostrado en este trabajo, se obtienen
diferencias significativas en todas las dimensiones. Szagun y Pavlov (1995)
sugieren que la conciencia y preocupaci—n ambiental es, en parte, una funci—n dependiente de
la experiencia; por ello, para poder influir en las actitudes de los alumnos, adem‡s
de posibles clases te—ricas, son necesarias actividades pr‡cticas donde los
discentes interactœen con las experiencias ambientales.
Acorde con los resultados de Ewert et
al. (2005) y Kuhar et al. (2007a), se puede apreciar c—mo los alumnos de esta
investigaci—n han modificado sus actitudes hacia el medio ambiente, su conciencia
ecol—gica e interŽs por
Sobre la preocupaci—n hacia el medio ambiente, Gonz‡lez y
AmŽrigo (1999), concluyen que los sujetos que reciclan materiales de forma
habitual muestran unas actitudes m‡s positivas hacia la preocupaci—n ambiental,
y que los sujetos que deciden reciclar habitualmente o alguna vez, son m‡s
ecocŽntricos y menos antropocŽntricos que los que deciden no hacerlo.
Igualmente, este trabajo coincide con el de Kortenkamp y Moore (2001), tambiŽn
con estudiantes universitarios, pues se ha podido comprobar como al incluir
clases te—ricas sobre el impacto ambiental ocasionado por las actividades dise–adas
dentro del programa de intervenci—n, se ha producido un aumento en el
ecocentrismo y el antropocentrismo. As’, se observa que las distintas
actuaciones del alumnado en las sucesivas recolecciones de plantas y recursos
naturales necesarios para sobrevivir, tuvo incidencia en el aumento de la preocupaci—n ambiental y del ecocentrismo (Ewert et al., 2005;
Thompson y Burton, 1994), debido probablemente a la pŽrdida cont’nua de la
riqueza ambiental cercana. En este sentido se manifiestan los resultados
expuestos, tambiŽn en las correlaciones halladas entre las diferentes
dimensiones estudiadas, pues se correlacionan positivamente el ecocentrismo, la
conciencia ecol—gica y la preocupaci—n ecol—gica y ambiental. A los mencionados
estudios se pueden a–adir los de D’az et al. (2004), Fraj, Grande
y Mart’nez (2003), Mart’n y Simintiras (1995) y Ling-Yee,
(1997), pues tambiŽn hallaron una correlaci—n positiva entre conciencia
ecol—gica, preocupaci—n ecol—gica y actitudes medidas a travŽs de escalas como
Por otro lado, la relaci—n del antropocentrismo con las diferentes
variables actitudinales y de protecci—n del medio ambiente fueron
negativas, coincidiendo en esta l’nea, adem‡s de los autores expuestos, con los
datos aportados por AmŽrigo y Gonz‡lez (1999), AmŽrigo, Gonz‡lez y AragonŽs
(1995) y Vozmediano y San Juan (2005), en poblaci—n espa–ola. En cambio, esta
relaci—n negativa difiere de la hallada por Thompson y Burton (1994).
Uno de los resultados obtenidos m‡s interesantes es la
comprobaci—n de que perduraran las modificaciones en las variables estudiadas
tras el programa de intervenci—n de supervivencia, cumpliŽndose de esta manera
la tercera hip—tesis. Incluso, es necesario destacar que la correlaci—n entre
los diferentes constructos estudiados tambiŽn se ve incrementada tras el
programa. Diferentes autores han propuesto para futuras investigaciones, la
posibilidad de comprobar si al terminar el programa de intervenci—n y
transcurrido unas 4-5 semanas, exist’an variaciones en esas variables; as’ lo
proponen (Kuhar et
al., 2010), y como ocurre en los trabajos de
Randler, Ilg y Kern (2005) y Dettman-Easler y Pease, (1999). Varios estudios han mostrado un
incremento a corto plazo en intenci—n de participar en actividades de
conservaci—n, pero las actitudes pueden disminuir en ausencia de refuerzo de
las experiencias posteriores (Dotzour, Houston, Manubay, Schultz
y Smith, 2002). En cambio, otros
investigadores han demostrado, y el presente trabajo coincide con los
resultados de Kuhar et al. (2010), que la mejora de las variables
estudiadas puede perdurar en el tiempo. Los autores anteriores comprueban la retenci—n a largo plazo de los
contenidos de su programa de EA, en el que el rendimiento no s—lo se reduce a
los niveles pre-programa, sino que tambiŽn en algunos casos parece haber una
tendencia con el tiempo a un continuo aumento en el rendimiento.
5. CONCLUSIONES
Como conclusi—n general, se puede afirmar que las tres
hip—tesis se han cumplido segœn lo previsto. En la primera, los datos mostraron
que no exist’an diferencias significativas en ninguna de las dimensiones
analizadas, partiendo por tanto de grupos homogŽneos.
En la segunda hip—tesis, se demostr— que el programa de
intervenci—n result— eficaz, intensific‡ndose las correlaciones entre las
escalas. Mejor— sobre todo la relaci—n entre la conciencia ecol—gica con
En relaci—n a la tercera hip—tesis, podemos concluir destacando
que es uno de los resultados m‡s interesantes de este
trabajo, pues se pudo comprobar la permanencia de las modificaciones en las
variables estudiadas tras el programa de intervenci—n de supervivencia,
cumpliŽndose de esta manera dicha hip—tesis.
De los datos y resultados obtenidos en el presente
trabajo de investigaci—n pueden emanar recomendaciones e informaci—n relevante
para mejorar los planes de EA, tanto llevados a cabo por instituciones
pœblicas, como privadas (vŽase por ejemplo Luque, Baena-Extremera y
Granero-Gallegos, 2011). Aœn as’, una
posible limitaci—n del estudio puede ser la utilizaci—n de una muestra
compuesta por alumnos universitarios
participantes en cursos de supervivencia, pues es predecible que estas personas
presenten interŽs por contenidos desarrollados en este medio, siendo por tanto,
interesante llevar esta experiencia a otras poblaciones o en otras actividades
de formaci—n diferente. Otra de las limitaciones de esta investigaci—n, es la
realizaci—n de una evaluaci—n sobre el cambio actitudinal y no sobre los
comportamientos. En relaci—n a las fortalezas de este trabajo, habr’a
que destacar el objetivo de esta investigaci—n, pues se trata de un trabajo aœn
novedoso dentro de nuestro pa’s y parte de Europa. Otro de los puntos
importantes es la realizaci—n de esta investigaci—n, teniendo como intervenci—n
un curso de supervivencia en el medio natural, siendo totalmente innovador y
muy en la l’nea de la metodolog’a propuesta por Baena-Extremera (2011). Por
œltimo, se–alar que esta investigaci—n ha permitido discutir los trabajos ya
existentes.
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Referencias
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Rev.int.med.cienc.act.f’s.deporte- vol. 13 - nœmero 51
- ISSN: 1577-0354