Leo, F.M.; Sánchez-Miguel, P.A.;
Sánchez-Oliva, D.; Amado, D. y García-Calvo, T. (2014) Análisis de los procesos
grupales y el rendimiento en fútbol semiprofessional
/ Analysis of the group process and the performance in semiprofessional
soccer. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y
el Deporte vol. 14 (53) pp. 153-168. Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista53/artanalisis451.htm
ORIGINAL
ANÁLISIS DE LOS PROCESOS GRUPALES Y EL
RENDIMIENTO EN FÚTBOL SEMIPROFESIONAL
ANALYSIS OF THE
GROUP PROCESS AND THE PERFORMANCE IN SEMIPROFESSIONAL SOCCER
Leo, F.M.1; Sánchez-Miguel,
P.A.2; Sánchez-Oliva, D.2; Amado, D.2 y
García-Calvo, T.2
1 Facultad de Actividad Física y Ciencias del Deporte.
UCAM Universidad Católica San Antonio Murcia. España. fmmarcos@ucam.edu
2 Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de
Extremadura. España. pesanchezm@unex.es,
davidsanchez@unex.es,
diamal@unex.es,
tgarciac@unex.es
Código
UNESCO / UNESCO code: 6199 Psicología del Deporte / Sport psicology
Clasificación
del Consejo de Europa / Council of Europe classification:
15 Psicología del Deporte / Sport psicology
Recibido 9 de noviembre de 2011 Received November 9, 2011
Aceptado 6 de enero de 2013 Accepted January 6, 2013
RESUMEN
El principal objetivo del estudio es aplicar un modelo teórico analizando dos de los antecedentes de la eficacia colectiva, el clima motivacional y la cohesión grupal, y su principal consecuencia como es el rendimiento. Los participantes fueron 203 futbolistas que participaban en el grupo XIV de la Liga Nacional de Tercera División, que rellenaron diversos instrumentos para valorar el clima motivacional, la cohesión y la eficacia colectiva. Los resultados obtenidos señalan que el modelo teórico que se aplica confirma que el clima que implica a la tarea predice la cohesión grupal. Además, la cohesión tarea se manifiesta como el principal predictor de la eficacia colectiva, y ésta a su vez del rendimiento. La principal conclusión es que para optimizar la percepción de eficacia colectiva y con ello, la mejora del rendimiento, parece fundamental que los entrenadores planteen estrategias para fomentar los aspectos tarea del clima motivacional y la cohesión grupal en los jugadores.
PALABRAS CLAVE: Clima motivacional, cohesión, eficacia colectiva, rendimiento, fútbol.
ABSTRACT
The main aim of the study was to test a theoretical model examining two
of the antecedents of the collective efficacy, motivational climate and group
cohesion, as well as performance as their principal
consequence. Participants were 203 footballers who played in the XIV group
of National League in Third Division and filled several instruments to assess
motivational climate, cohesion and collective efficacy. The theoretical model
showed that mastery climate predicted group cohesion. Furthermore, task cohesion
emerged as the strongest predictor of collective efficacy, and this variable
predicted performance. The main conclusion is that to optimize perception of
collective efficacy and so, increase performance, it seems important that
coaches promote strategies to enhance task related motivational climate and
group cohesion in players.
KEYWORDS: Motivational climate, cohesion,
collective efficacy, performance, soccer.
INTRODUCCIÓN
La principal finalidad que persigue el deporte de alto rendimiento es la búsqueda de optimización en los recursos que posee cada jugador y cada equipo para obtener el mayor rendimiento posible. En los últimos tiempos, se ha indagado sobre todos aquellos factores que pueden conducir a conseguir esta excelencia en el deporte. De esta manera, en la mayoría de los deportes se ha focalizado la atención a ámbitos tan diversos como la fisiología, biomecánica, psicología, etc., con un único objetivo, la mejora del rendimiento.
Dentro del campo de la psicología social, han aumentado sensiblemente los estudios que han tratado de analizar las dinámicas que ocurren dentro de la estructura de un grupo deportivo. De esta forma, las investigaciones realizadas hasta la fecha se han centrado en variables como la motivación, la cohesión o la eficacia, debido a su estrecha relación con el rendimiento (Carron, Colman, Wheeler, y Stevens, 2002; Carron, Brawley, y Widmeyer, 1998; Heuzé, Sarrazin, Masiero, Raimbault, y Thomas, 2006; Myers, Feltz, y Short, 2004).
Atendiendo a las investigaciones que han relacionado estos tópicos de investigación, se puede afirmar que la eficacia colectiva es el constructo que mayor incidencia ha manifestado sobre el rendimiento grupal (Heuzé, Raimbault, y Fontaine, 2006; Myers, Feltz et al., 2004; Myers, Payment, y Feltz, 2004; Watson, Chemers, y Preiser, 2001). En este sentido, Bandura (1997) afirma que la eficacia colectiva, entendida como “las creencias del grupo en el conjunto de capacidades para organizar y ejecutar las líneas de actuación requeridas para producir los logros propuestos” (p. 476), está condicionada por una serie de antecedentes que influyen de forma relevante en la percepción adquirida por los jugadores. Estos factores son el tamaño del grupo (Watson y Chemers, 1998; Watson et al., 2001; Zaccaro, Blair, Peterson, y Zazanis, 1995), el liderazgo (Chen y Bliese, 2002; Jung y Sosik, 2002), las experiencias previas o el rendimiento pasado del grupo (Lindsley, Brass, y Thomas, 1995), el clima motivacional (Heuzé, Sarrazin et al., 2006; Leo, Sánchez-Miguel, Sánchez-Oliva; Amado, y García-Calvo, 2012; Magyar, Feltz, y Simpson, 2004) o la cohesión grupal (Spink, 1990; Heuzé, Raimbault et al., 2006; Heuzé, Bosseult, y Thomas, 2007; Paskevich, Brawley, Dorsch, y Widmeyer, 1999). Asimismo, estos antecedentes crearán una percepción de eficacia colectiva concreta en el equipo, que va a desembocar en una serie de consecuencias cognitivas, afectivas y de comportamiento, entre las que se encuentra el rendimiento (Bandura, 1997; Beauchamp, 2007; Feltz y Chase, 1998).
Si se tiene en cuenta que la eficacia colectiva implica la asignación, y coordinación de los recursos del grupo en tareas altamente integrantes que implican al equipo en conjunto, posiblemente un clima motivacional positivo y un fuerte grado de unión entre los miembros de un equipo pueden actuar como dos antecedentes importantes a la hora de obtener una alta percepción de eficacia colectiva (Heuzé, Sarrazin et al., 2006; Heuzé et al., 2007; Magyar et al., 2004; Spink, 1990).
En este sentido, la cohesión grupal nace de las primeras afirmaciones de Festinger, Schacter, y Back (1950), que indican que la cohesión refleja la suma de todas las fuerzas que influyen en que un grupo se mantenga unido. Más tarde, Carron et al. (1998) puntualizaron dicha definición e hicieron una aproximación más profunda a través de su modelo conceptual. Este modelo de cohesión, el cual entendía este constructo psicológico como “un proceso dinámico que se refleja en la tendencia de un grupo a no separarse y permanecer unido con la finalidad de conseguir sus objetivos instrumentales y/o para la satisfacción de las necesidades afectivas de sus miembros” (Carron et al., 1998, p. 214), sugería que los jugadores establecen una percepción de la unidad del equipo en base a una serie de antecedente que afectan al desarrollo de la cohesión en el ámbito deportivo (factores ambientales, personales, de liderazgo y de equipo) y que van a provocar una serie de consecuencias a nivel individual y colectivo como puede ser el aumento de la eficacia y el rendimiento (Carron et al., 2002; Heuzé, Raimbault et al., 2006).
Esta percepción de cohesión gira en torno a dos focos fundamentales, por un lado, la cohesión tarea, que refleja el grado en que los miembros del grupo trabajan juntos para alcanzar objetivos comunes y, por otro, la cohesión social, que refleja el grado en que los miembros de un equipo empatizan unos con otros y disfrutan del compañerismo del grupo (Carron, Widmeyer y Brawley, 1985; Carron et al., 1998). Además, Carron (1982) defiende la idea de que cada miembro de un equipo desarrolla una percepción sobre cómo el grupo satisface sus necesidades y objetivos personales, es decir, la atracción hacia el grupo y otra en relación al equipo como una totalidad, es decir, la integración al grupo. Por lo tanto, a raíz de la apreciación que se genera en los jugadores, se pueden identificar cuatro manifestaciones diferentes: integración
grupal a la tarea, la integración grupal a lo social, la atracción individual hacia el grupo tarea y la atracción individual hacia el grupo social.
Las investigaciones más importantes en torno a la cohesión y la eficacia colectiva han afirmado que los jugadores que perciben mayor cohesión dentro de sus equipos presentan mayores puntuaciones en la eficacia colectiva del grupo (Heuzé, Raimbault et al., 2006; Heuzé, Sarrazin et al., 2006). No obstante, existe una distinción entre los que defienden que la dimensión tarea es la que está más relacionada con la eficacia colectiva (Kozub y McDonnell, 2000; Paskevich et al., 1999) y los que no encuentran ninguna distinción entre ambas dimensiones (Heuzé, Raimbault et al., 2006; Leo, García-Calvo, Parejo, Sánchez-Miguel, Sánchez-Oliva, 2010; Spink, 1990).
A pesar de ello, existe una gran controversia sobre la direccionalidad en la capacidad predictiva entre ambas variables. La mayoría de autores ha defendido que la cohesión de equipo es un antecedente de la eficacia colectiva (Kozub y McDonnell, 2000; Leo, Sánchez-Miguel, Sánchez-Oliva, Amado, y García Calvo, 2011; Leo et al., 2010; Paskevich et al., 1999; Spink, 1990), sin embargo, otros autores han propuesto que la cohesión puede ser antecedente y consecuencia de la eficacia colectiva, es decir, que existe una relación recíproca, donde la atracción individual hacia el grupo sería un antecedente de la eficacia colectiva, mientras que la integración grupal sería una consecuencia de la eficacia colectiva (Zaccaro et al., 1995; Heuzé et al., 2007).
Si se atiende a los aspectos motivacionales, hay que señalar que el tipo de clima motivacional que perciben los jugadores del entrenador es importante para la creación de un ambiente adecuado en el grupo (Jowett y Chaundy, 2004; Weiss y Fretwell, 2005), lo que puede provocar la creación de lazos de unión entre los jugadores y mejorar la percepción de eficacia colectiva del equipo (Magyar et al., 2004; Heuzé, Sarrazin et al., 2006). Desde la perspectiva de la Teoría de las Metas de Logro (Nicholls, 1989), se afirma que el ambiente que rodea a los jugadores durante la práctica deportiva desarrolla situaciones relacionadas con el logro, donde las conductas pueden ser valoradas en términos de mejora y progreso hacia metas individuales, entendido como clima que implica a la tarea, o en relación a cánones establecidos, entendido como clima que implica al ego (Duda y Hall, 2001; Roberts, 2001).
En este sentido, en relación a los trabajos que han abordado los tópicos del clima motivacional, la cohesión y la eficacia colectiva, han manifestado la existencia de una estrecha relación entre el clima motivacional que implica a la tarea del entrenador con respecto a la cohesión de equipo (Chi y Lu, 1995; Heuzé, Sarrazin et al., 2006) y la eficacia colectiva (Heuzé, Sarrazin et al., 2006; Leo et al., 2012; Magyar et al., 2004;). Más importante si cabe, es la relación negativa existente entre el clima que implica al ego con ambas variables (Chi y Lu, 1995; Leo et al., 2011; Leo et al., 2012). Además, diversos trabajos a partir de análisis predictivos, han demostrado que los jugadores que perciben un clima que implica a la tarea por parte del entrenador muestran mayores niveles de cohesión (Balaguer, Duda, y Castillo, 2003; Balaguer,
Castillo, Moreno, Garrigues, y Soriano, 2004; Leo et al., 2011) y de eficacia colectiva (Heuzé, Sarrazin et al., 2006; Leo et al., 2012; Magyar et al., 2004;)
Por lo tanto, a la hora de maximizar la eficacia y el rendimiento, la dinámica interna de los equipos puede representarse mediante diferentes constructos teóricos y la manera de interrelacionarlos puede significar un acercamiento al objetivo planteado. De esta manera, el principal objetivo del estudio es aplicar un modelo teórico analizando dos de los antecedentes de la eficacia colectiva, el clima motivacional y la cohesión, y su principal consecuencia como es el rendimiento. En este sentido, la hipótesis central que guiará el estudio plantea que el modelo teórico facilitará una aproximación sobre cómo actúan la cohesión grupal y el clima motivacional como antecedentes de la eficacia colectiva, y cómo ésta es capaz de predecir el rendimiento.
MÉTODO
Participantes
La muestra de la investigación estaba compuesta por 203 jugadores de fútbol de género masculino, con edades comprendidas entre los 18 y los 37 años (M = 24,71; DT = 3,68). Los participantes pertenecían a equipos semiprofesionales que jugaban en el grupo XIV de la Liga Nacional de Tercera División, poseyendo cada participante una ficha federativa con sus datos personales y deportivos.
Para seleccionar la muestra se ha utilizado el muestreo por selección intencionada. El porcentaje de muestra eliminado no fue superior al 6%, con una tasa de participación de 93,5%, con sólo 14 cuestionarios invalidados sobre un total de 217 recogidos. Todos los jugadores que constituían la muestra del estudio, rellenaron los cuestionarios tanto a mitad de la temporada como al final de la misma.
Instrumentos
Clima motivacional de los entrenadores. Para valora el clima motivacional percibido del entrenador se utilizó la adaptación al castellano del Perceived Motivational Climate in Sport Questionnaire (PMSCQ–2: Newton y Duda, 1993) desarrollada por Balaguer, Guivernau, Duda, y Crespo (1997). Se emplearon los factores de segundo orden, como son el clima que implica al ego (6 ítems, ej.: El entrenador motiva a los jugadores cuando juegan mejor que sus compañeros) y el clima que implica a la tarea (6 ítems, ej.: El entrenador favorece que los jugadores se ayuden en los entrenamientos y partidos). El formato de respuesta empleado es de tipo Likert con un rango de respuesta de 1 a 5, donde 1 corresponde a totalmente en desacuerdo y 5 corresponde a totalmente de acuerdo. En este estudio se analizó la consistencia interna a
través del coeficiente alfa de Cronbach, obteniendo valores de 0,84 para el clima tarea y de 0,85 para el clima ego.
Cohesión. Para valorar la cohesión se empleó una adaptación en castellano del Group Enviroment Questionary (GEQ: Carron et al., 1985) realizada por García Calvo (2006). Este instrumento consta de 12 ítems que están agrupados en cuatro factores, integración grupal a la tarea (GI-T, 3 ítems, ej.: Los miembros del equipo unen sus esfuerzos para conseguir los objetivos durante los entrenamientos y los partidos), integración grupal a lo social (GI-S, 3 ítems, ej.: A los miembros de nuestro equipo les gustaría juntarse en otras situaciones que no fueran los entrenamientos y los partidos), atracción individual hacia el grupo tarea (ATG-T, 3 ítems, ej.: En este equipo puedo rendir al máximo de mis posibilidades), y atracción individual hacia el grupo social (ATG-S, 3 ítems, ej.: Los compañeros del equipo son uno de los grupos sociales más importantes a los que pertenezco). El formato de respuesta empleado es de tipo Likert con un rango de respuesta de 1 a 5, donde 1 corresponde a totalmente en desacuerdo y 5 corresponde a totalmente de acuerdo. La escala de medida mostró valores alfa de Cronbach de 0,74 para la GI-T, 0,77 para la ATG-T, 0,58 para la GI-S y 0,76 para la ATG-S. Como se puede observar, el factor GI-S ha obtenido una consistencia interna por debajo de .70, pero dado el pequeño número de ítems que el factor, la validez interna podría ser aceptada (Lowenthal, 2001).
Eficacia colectiva. Para valorar la eficacia colectiva se utilizó el instrumento diseñado por Leo et al. (2011) siguiendo las propuestas realizadas por Heuzé, Raimbault et al. (2006). El instrumento parte de una frase introductoria (ej.: "La confianza de nuestro equipo en nuestra capacidad…") y un total de 26 ítems que hacen referencia a resolver ciertas situaciones en el fútbol en ataque (13 ítems, ej.: Para mantener la posesión del balón ante presión rival) y en defensa (13 ítems, ej.: Para defender situaciones de balón parado). Las respuestas obtenidas estaban dentro de una escala tipo likert de 1 a 5 puntos, donde 1 hacía referencia a mala y 5 a excelente. El valor de alfa de Cronbach obtenido para la eficacia colectiva fue de 0,92.
Rendimiento. Para valorar el rendimiento del equipo se decidió utilizar un factor que unía la posición final en la tabla clasificatoria del equipo y la percepción de cada jugador sobre la satisfacción de la temporada. Es decir, se creó una variable hallada con la media entre la posición final en la clasificación del equipo al que pertenecía cada jugador y su valoración de la temporada a través de dicha posición, con el objetivo de aproximarnos en mayor medida al rendimiento real.
Procedimiento
El estudio se realizó bajo una metodología correlacional con un diseño longitudinal de análisis evolutivo de grupo, es decir, se realizaron dos mediciones en dos puntos diferentes en el tiempo analizando a una subpoblación o grupo específico a lo largo de un periodo. Las mediciones fueron realizadas a mitad de la temporada (medida 1) y al final de la misma (medida 2) con aproximadamente 20-22 semanas de separación entre las mismas.
Para llevar a cabo la recogida de datos, se desarrolló un protocolo de actuación para asegurar que la obtención de los mismos fuera similar en todos los participantes implicados en la investigación. En primer lugar, se contactó con los entrenadores de los diferentes equipos que podrían formar el conjunto de participantes de la investigación. También se informó a los deportistas de que su participación era voluntaria y las respuestas serían tratadas confidencialmente. Los participantes rellenaron los cuestionarios en el vestuario, sin la presencia del entrenador, de manera individual y en un clima adecuado, que les permitía concentrarse sin tener ningún tipo de distracción. El proceso de realización de los cuestionarios duró aproximadamente 20 minutos. El investigador principal estuvo presente en el momento en que los sujetos completaban los cuestionarios, e insistió en la posibilidad de preguntar cualquier tipo de duda que apareciese durante el proceso.
Análisis de los datos
Para el tratamiento de
los datos se ha utilizado el programa estadístico PASW Statistics
18.0., a través del cual se han realizado diferentes de análisis como han
sido el análisis factorial, análisis de fiabilidad, el análisis descriptivo y
el análisis correlacional. Además, también se ha
empleado el software AMOS 18.0 a través del método de estimación por máxima
verosimilitud con el objetivo de realizar un modelo de ecuaciones
estructurales. Para evaluar el ajuste del modelo testado,
se utilizaron los siguientes
índices: X2 (Chi-Square and his significance),
X2/gl (Chi-Square / degrees of freedom), CFI
(Comparative Fit Index), TLI (Tuker-Lewis
Index), RMSEA (Root Mean Square Error of Approximation) y SRMR (Standardized
Root Mean Square Residual).
RESULTADOS
Estadísticos descriptivos
En la Tabla 1, aparecen los estadísticos descriptivos de cada una de las variables del estudio. En primer lugar, se comprobó la normalidad de los datos, obteniéndose en el índice de Asimetría valores comprendidos entre -0,7 y 0,9 y valores en el índice de Curtosis entre -0,8 y 0,7.
En relación a las medias obtenidas, los jugadores señalan sustancialmente mayores puntuaciones en el clima que implica a la tarea con respecto al clima que implica al ego. Respecto a la cohesión, las medias de sus componentes presentan puntuaciones altas, tanto los factores tarea como sociales. En cuanto a la eficacia colectiva se encuentran medias levemente elevadas.
Análisis
de Correlación
Se
llevó a cabo un análisis de correlaciones bivariadas,
con el objetivo de comprobar las relaciones existentes entre los diferentes
factores que forman parte de la investigación. Como se puede observar en la Tabla
2, en cuanto a las posibles asociaciones entre el clima motivacional y la cohesión de equipo, hay que señalar que el
clima motivacional que implica a la tarea se relaciona de forma positiva y
significativa con todos los factores de la cohesión, obteniendo valores más
elevados las correlaciones con los dos factores tarea, integración grupal a la
tarea y atracción individual al grupo tarea. Por contra, el clima motivacional
que implica al ego percibido del entrenador presenta una correlación negativa con
todos los factores de la cohesión, excepto con la atracción individual al grupo
tarea, ya que no muestra valores significativos.
Esta
misma línea de resultados, aparece al observar la relación del clima
motivacional del entrenador con la eficacia colectiva y el rendimiento. El
clima motivacional que implica a la tarea establece una relación positiva con
la eficacia colectiva y el clima motivacional que implica al ego muestra una
correlación negativa con la eficacia colectiva y el rendimiento final.
Si
se observa la relación entre la cohesión y la eficacia colectiva, hay que
destacar la correlación positiva y significativa de todos los factores de la
cohesión con la eficacia colectiva, teniendo valores más elevados las
correlaciones con los dos factores tarea, integración grupal a la tarea y
atracción individual al grupo tarea. En este sentido, sólo la atracción hacia
el grupo tarea es la que mantiene una relación significativa y positiva con el
rendimiento. Asimismo, hay que señalar que la integración al grupo a lo social
se relaciona de forma negativa con el rendimiento, un resultado a priori
inesperado. En cambio, la eficacia colectiva se correlaciona de forma positiva
con el rendimiento al final de temporada.
Tabla 2. Correlaciones bivariadas
Modelo de
ecuaciones estructurales
Con
el objetivo de comprobar los niveles de predicción mostrados por las diferentes
variables incluidas en el estudio, se realizó un modelo de ecuaciones
estructurales. A través de esta técnica, se trató de establecer relaciones de
direccionalidad con niveles de predicción en las distintas variables. Se empleó
el método de estimación de máxima verosimilitud y el procedimiento bootstrapping, ya que el coeficiente de Mardia
fue de 102,05, lo que indicaba que los resultados de las estimaciones eran
robustos, y por lo tanto, no se veían afectados por la falta de normalidad
multivariada (Byrne, 2001).
A
la hora de desarrollar el modelo de ecuaciones estructurales, se ha tratado de
integrar las variables psicológicas del clima motivacional, la cohesión de
equipo y la eficacia colectiva con el rendimiento de acuerdo con los postulados
de Bandura (1997), donde identifica el clima motivacional y la cohesión de
equipo como dos de los principales antecedentes de la eficacia colectiva.
Además, este autor consideraba el rendimiento deportivo como una de las
principales consecuencias de la eficacia colectiva.
De
esta manera, se introdujo como variable predictora el
clima motivacional del entrenador de la medida 1 dividido en dos variables
latentes que conformaban los dos factores, el clima que implica al ego y el
clima que implica a la tarea, formados a partir de grupos de ítems de cada
factor. A continuación, con la finalidad de analizar la capacidad predictiva
del clima motivacional sobre la cohesión, se incluyó esta variable, también de
la medida 1, diferenciada en dos variables latentes, la cohesión tarea
(integración grupal a la tarea y atracción individual al grupo tarea) y la
cohesión social (integración grupal a lo social y atracción individual al grupo
social), ambas formadas mediante los factores que conforman la variable
principal. Como se puede observar en la Figura 1, el clima que implica a la
tarea predice de forma positiva la cohesión social y tarea, teniendo éste
último factor pesos de regresión más elevados. Igualmente, el clima que implica
al ego predice de forma positiva tanto la cohesión social como tarea pero los
pesos de regresión no llegan a ser significativos.
Seguidamente,
con el fin de analizar la predicción de la cohesión sobre la eficacia colectiva
percibida al final de la temporada, se introdujo este último factor en el modelo.
Ésta aparece mediante una única variable latente formada a partir de grupos de
ítems de esa variable evaluada al final de temporada. Tal y como refleja la
Figura 1, la cohesión a la tarea predice, de forma positiva y con un peso de
regresión elevado, la eficacia colectiva. Sin embargo, la cohesión social
manifiesta una predicción negativa sobre la eficacia colectiva, aunque hay que
señalar que los niveles de la varianza explicada son bajos.
Finalmente,
se incluyó en el modelo de ecuaciones estructurales el rendimiento, con el
objetivo de observar si la eficacia colectiva establecía algún tipo de relación
con una de sus principales consecuencias. Para ello, el rendimiento aparecía
como una variable latente formada a través de dos variables como eran la
clasificación y la satisfacción con la temporada, cuya valoración se realizó al
final de la temporada durante la medida 2. Como se puede observar, la eficacia
colectiva establece una predicción positiva sobre el rendimiento con un peso de
regresión bastante elevado.
Respecto
al modelo de ecuaciones estructurales, hay que señalar que los valores de los
índices de ajuste del modelo son adecuados (χ2 = 36,53; p =
0,00; gl = 118; χ2 /gl =2,62; CFI = 0,91; TLI = 0,90; RMSEA
= 0,08; SRMR = 0,04), ya que se encuentran entre los valores que se
consideran aceptables para determinar los índices de bondad del modelo de
ecuaciones estructurales.
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Figura 1. Modelo de ecuaciones estructurales sobre las
relaciones entre el clima motivacional del entrenador y los factores de la
cohesión (medida 1) con la eficacia colectiva y el rendimiento (medida 2).
DISCUSIÓN
El
principal objetivo del estudio era aplicar un modelo teórico analizando dos de
los antecedentes de la eficacia colectiva, el clima motivacional y la cohesión
grupal, y su principal consecuencia como es el rendimiento. En este sentido, se
discutirán los resultados encontrados guiados a partir de la hipótesis
planteada en el estudio, la cual postulaba que el modelo teórico facilitará una
aproximación sobre cómo actúan la cohesión grupal y el clima motivacional como
antecedentes sobre la eficacia colectiva, y cómo ésta es capaz de predecir el
rendimiento.
Tras
analizar los resultados obtenidos en el modelo de ecuaciones estructurales, se
puede afirmar que el clima motivacional que implica a la tarea predice de forma
positiva y significativa tanto la cohesión social como tarea (Chi y Lu, 1995;
Pardo y Mayo, 1999), teniendo éste último factor pesos de regresión más
elevados (Heuzé et al., 2006). Resultados similares
habían sido
encontrado
por Balaguer y colaboradores (Balaguer et al., 2003; Balaguer et al., 2004),
donde corroboraban que el clima que implica a la tarea actuaba como el mejor
predictor de la cohesión tanto social como tarea, es decir, cuanto mayor es la
percepción por parte de los jugadores de un clima que implica a la tarea del
entrenador, mayor es la cohesión de equipo manifestada por los jugadores.
Por
el contrario, el clima motivacional que implica al ego del entrenador presenta también
una predicción positiva sobre la cohesión a la tarea, pero su capacidad
predictiva es baja y, sin embargo, no establece ninguna interacción con la
cohesión social. Estos resultados son contradictorios con los encontrados por
Balaguer et al. (2003) y Balaguer et al. (2004), que afirmaron la existencia de
una relación negativa entre el clima que implica al ego y la cohesión de
equipo, y Leo et al. (2011) que no hallaron ninguna relación entre ambas
variables. A pesar de los resultados tan dispares, se puede justificar el hecho
de que los participantes de los estudios de Balaguer y colaboradores se
encontraban en etapas de formación (infantil y cadete) donde los niños están
más influenciados por la figura del entrenador. En cambio, el presente estudio y el de Leo y
colaboradores se han realizado con jugadores semiprofesionales,
donde la promoción de un clima motivacional que implica al ego por parte del
entrenador puede que no perjudique la cohesión de los jugadores, ya que parte
de su profesión es competir con los jugadores de su propio equipo para poder
disfrutar de mayor número de minutos en la competición.
Siguiendo
con la discusión de los resultados, se observa que la cohesión social y la
cohesión tarea inciden de forma muy diferente en la percepción de eficacia
colectiva. Mientras que la cohesión a la tarea predice de forma positiva la
eficacia colectiva, la cohesión social la predice de forma negativa, aunque hay
que señalar que el peso de regresión es bajo. En este sentido, si bien es
verdad que estudios anteriores habían afirmado que los jugadores que percibían
mayor cohesión tarea en sus equipos mostraban mayor confianza en las
posibilidad del grupo (Kozub y McDonnell, 2000; Leo
et al., 2011; Leo et al., 2010; Paskevich et al.,
1999), no se había encontrado ningún resultado donde la cohesión social
mostrada por los jugadores incidiera de forma negativa en la eficacia
colectiva, sino que ambas dimensiones predecían la eficacia colectiva (Heuzé, Raimbault et al., 2006; Spink, 1990). Esto puede ser debido a que los jugadores en
equipos semiprofesionales muestran mayor importancia
por cooperar en aspectos relacionados con el juego, ya que su profesión depende
de ello, y no tanto en aspectos personales, ya que como se ha comentado antes
tienen que competir entre ellos para poder participar con el equipo. De hecho,
algunos estudios con jugadores profesionales de rugby (Kozub
y McDonnell, 2000) y jugadores universitarios de voleibol (Paskevich
et al., 1999) revelaron que las dimensiones tarea de la cohesión, integración
al grupo tarea y la atracción individual al grupo tarea, eran mejores predictores de la eficacia colectiva
que las dimensiones sociales.
Finalmente,
se puede observar que, tal como se ha demostrado en numerosos estudios, la
eficacia colectiva se presenta como un fuerte predictor del rendimiento (Heuzé, Raimbault et al., 2006;
Myers, Feltz et al., 2004; Myers, Payment
et al., 2004; Watson et al., 2001). Por tanto, se puede corroborar que la
segunda hipótesis se cumple, ya que el modelo teórico explica cómo el clima
motivacional y la cohesión se manifiestan como antecedentes de la eficacia
colectiva y cómo el rendimiento se comporta como consecuencia de ésta.
Algunas
de las limitaciones que presenta el estudio son que la valoración de las
distintas variables se lleva a cabo bajo la percepción de los deportistas, lo
cual puede estar distorsionado con respecto a la realidad. Además, tal y como
ocurre en estudios anteriores, la medición del rendimiento está sujeta a
aspectos como la clasificación, que puede que no reflejen el verdadero
rendimiento del equipo. Como prospectiva de futuro, sería interesante realizar
estudios experimentales basados en mejorar los procesos grupales (clima
motivacional y cohesión) para demostrar la mejora de la eficacia colectiva y el
rendimiento del equipo.
La
principal conclusión que se puede extraer del estudio es que para optimizar la
percepción de eficacia colectiva en los equipos y con ello, la mejora del
rendimiento, parece fundamental que los entrenadores planteen estrategias para
fomentar un clima que implique a la tarea y la cohesión tarea en los jugadores.
Algunas directrices ya han sido señaladas con anterioridad por otros autores,
tanto para el clima motivacional (García Calvo, 2006) como para la cohesión de
equipo (Leo, García Calvo, Parejo, Sánchez, y García-Más (2009), donde plantean
diferentes herramientas, estrategias y actividades de entrenamiento para
mejorar ambos aspectos en el seno del equipo.
REFERENCIAS
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I., Guivernau, M., Duda, J. L., y Crespo M. (1997).
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte - vol. 14 - número 53 - ISSN:
1577-0354