Piñar López, M.I.; Estévez-López, F.; Ortega
Martín, V.; Conde González, J.; Alarcón López, F. y Cárdenas Vélez, D. (2014). Características de las fases de ataque en
categoría infantil masculina / Characteristics of attack phases in boys’
14-and-under basketball competition. Revista Internacional de Medicina y
Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol. 14 (54) pp. 265-278.
Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista54/artanalisis454.htm
ORIGINAL
CARACTERÍSTICAS DE LAS FASES DE ATAQUE EN CATEGORÍA INFANTIL
MASCULINA
CHARACTERISTICS OF ATTACK PHASES IN BOYS’
14-AND-UNDER BASKETBALL COMPETITION
Piñar López, M.I.1; Estévez-López,
F.2; Ortega Martín, V.3; Conde González, J.4;
Alarcón López, F.5 y Cárdenas Vélez, D.6
1Licenciada y Doctora en Ciencias de la
Actividad Física y del Deporte. Departamento de Educación Física y Deportiva,
Universidad de Granada (España). maribelpinar@ugr.es
2Licenciado y Doctorando en Ciencias de la
Actividad Física y del Deporte. Departamento de Educación Física y Deportiva,
Universidad de Granada (España). festevez@ugr.es
3Licenciado y Doctorando en Ciencias de la
Actividad Física y del Deporte. Departamento de Educación Física y Deportiva, Universidad
de Granada (España). victorortegamartin@gmail.com
4Licenciado y Doctor en Ciencias de la
Actividad Física y del Deporte. Departamento de Educación Física y Deporte,
Universidad de Sevilla (España). jconde2@us.es
5Licenciado y Doctor en Ciencias de la
Actividad Física y del Deporte. Departamento de Ciencias de la Educación Física
y el Deporte, Universidad Católica San Antonio de Murcia (España). falarcon@pdi.ucam.edu
6Licenciado y Doctor en Ciencias de la
Actividad Física y del Deporte. Departamento de Educación Física y Deportiva,
Universidad de Granada (España). dcardena@ugr.es
AGRACECIMIENTOS
Este estudio ha sido financiado por el
Ministerio Español de Economía y Competitividad: DEP2011-13702-E y
PFE-MICINN-OS/10.
Clasificación de la
UNESCO / UNESCO Code: 5899
Educación Física y Deporte /Physical Education and Sport.
Clasificación Consejo de
Europa / Council of Europe Classification: 5. Didáctica y metodología / Teaching and methodology
Recibido 29 de octubre de 2011 Received
October 29, 2011
Aceptado 25 de junio de 2012 Accepted
June 25, 2012
RESUMEN
El objetivo de este estudio fue describir las
características de la competición de baloncesto de categoría infantil masculina,
para analizar si se adapta a las capacidades y necesidades formativas de los
jugadores. La muestra estuvo compuesta por 2252 fases de ataque. Las variables
analizadas fueron número de fases de ataque, tipo de fase de ataque, duración
de la fase de ataque y número de pases por fase de ataque. El estudio se
realizó mediante metodología observacional. En todas las variables se
encontraron diferencias significativas entre equipos. Los datos muestran que la
competición podría ser susceptible de mejorar si se modificasen algunos de los
valores obtenidos en las variables analizadas.
PALABRAS CLAVE: Análisis del juego, metodología
observacional, competición, iniciación deportiva.
ABSTRACT
The aim of this study was to describe the
characteristics of the boys 14-and-under competition, to analyze if basketball is
adapted to children´s capacities and needs. The study sample comprised 2252
attack phases. The variables studied were number of attack phases, type of each
attack phase, duration of each attack phase, and number of passes of each
attack phase. This research did by means of observational methodology. All
variables showed significant differences between teams. The findings of the
present study suggest that the boys’ 14-and-under competition may be likely to
improve if it change some of the values obtained in the analyzed variables.
KEY
WORDS: Match analysis, observational methodology,
competition, youth sport.
INTRODUCCIÓN
El baloncesto en categoría infantil tiene como base el
minibasket que surgió con la intención pedagógica de adaptar el baloncesto a
las capacidades de los niños de entre 8 y 11 años. Estas adaptaciones fueron un
intento por adaptar la competición a las características de los participantes,
lo que les aportaría experiencias formativas y significativas en competición
(Committee on Sports Medicine and Fitness & Committee on School Health,
2001). Éstas no se han hecho de forma coordinada con el resto de categorías,
imposibilitándose el proceso de planificación deportiva en su totalidad
(Ortega, 2010) e incumpliéndose el criterio de enseñanza progresiva defendido
por diversos expertos (Cárdenas, 2003; Ortega, 2006). Más aún, las adaptaciones realizadas en las diferentes categorías
podrían no haber conseguido el objetivo de adaptar la competición a las
capacidades físicas, psicológicas y motrices de los jugadores (Arias, Argudo y
Alonso, 2008; Cárdenas, 2006; Piñar, 2005., Piñar, Cárdenas, Alarcón, Escobar y
Torre, 2009). Por ello los expertos y entrenadores de la categoría infantil
masculina creen que es necesario modificar el reglamento (Ortega, Piñar,
Salado, Palao y Gómez, 2012).
Para conocer cuáles son las características de la competición
en categoría infantil masculina de baloncesto podemos recurrir a la perspectiva
de análisis del juego a través de una observación valida, fiable y objetiva (Hughes,
1996), como es la metodología observacional (Anguera, 2003). En baloncesto, este
tipo de estudios suelen realizarse bajo el paradigma ganadores/perdedores en
equipos profesionales o semi-profesionales. Son escasos los trabajos en los que
se estudian las variables relacionadas con las necesidades formativas de los
jóvenes jugadores que se inician en competición.
La información que se obtiene del análisis del juego
realizado mediante metodología observacional nos puede permitir: 1) adaptar las
tareas de entrenamiento a las exigencias de la competición y 2) adaptar la
competición a las capacidades y necesidades formativas de los jugadores. Este
análisis se puede hacer a través de variables observables que han sido
previamente estudiadas como: número de fases de ataque, tipo de fase de ataque,
duración de la fase de ataque y número de pases por fase de ataque (Arias, 2009;
Arias, Argudo y Alonso, 2009a, 2009b, 2009c; Cárdenas, Pintor, Ortega y Alcalá,
2000; Lorenzo, Gómez, Ortega, Ibáñez y Sampaio, 2010; Ortega, Cárdenas, Sainz
de Baranda y Palao, 2006; Ortega, Palao, Gómez, Lorenzo y Cárdenas, 2007;
Ortega, Piñar y Cárdenas, 1999; Piñar, 2005; Tavares y Gomes, 2001).
Analizar la cantidad de fases de ataque que se producen
por partido nos indicará las oportunidades de practicar los contenidos propios
de la fase ofensiva del juego que ha tenido cada equipo en competición, entre
ellos el de encestar. Este dato debe ser elevado para que se produzca un
aumento en la motivación de los jóvenes jugadores (Biddle, 2001; Chase, 2001;
Piñar, 2005; Piñar et al., 2003) y en
su sensación de competencia y autoeficacia (Chase, Ewing, Lirgg y George, 2004;
Williams, 1998). El tipo y duración de cada fase de ataque nos aportará
información sobre si el estilo de juego de la categoría infantil masculina fomenta
ataques rápidos en los que se producen desajustes defensivos que permiten
atacar en superioridad numérica y que diversos expertos han defendido (American
Sport Education Program, 2001; Cárdenas, 2003; Ortega, 2004; Ortega, Piñar,
Ortega y Palao, 2004). El número de pases realizado en cada fase de ataque posibilita
analizar el grado de participación de los jugadores. La participación activa y
directa con el balón es un requerimiento para mejorar las habilidades
relacionadas con el manejo del balón (Piñar et al., 2009). Un número reducido
de pases en las fases de ataque indicaría que la mayoría de los jugadores en
pista no contactan con el balón, lo que podría deberse a que las condiciones de
práctica no son las más idóneas para las características de los jugadores
(Arias, Argudo y Alonso, 2012). Por el contrario, con un grado de participación
adecuado se producirá una mejora del aprendizaje
que permitirá la adherencia a la práctica del baloncesto (Ommundsen, Roberts,
Lemyre y Miller, 2005).
El objetivo de este estudio fue describir las
características de la competición de baloncesto de categoría infantil masculina
respecto al número de fases de ataque, tipo de fase de ataque, duración de la
fase de ataque y número de pases por fase de ataque, para comprobar si se
adapta a las capacidades y necesidades formativas de los jugadores.
MATERIAL Y MÉTODOS
Participantes
En este estudio participaron todos los equipos que
disputaron la competición regular de la categoría infantil masculina (12-13
años) organizada por la Federación Andaluza de Baloncesto en la provincia de
Granada durante la temporada 2008/2009, siendo un total de setenta y dos
jugadores (edad: M=13.44 años, SD=0.59) pertenecientes a seis equipos. Los
jugadores tenían una experiencia previa media en competición de 3.29 años (SD=0.54)
y habían jugado 2.32 días (SD=0.43) y 2.54 horas por semana (SD=0.68).
Todos los jugadores participaron en un campeonato
organizado con motivo de la investigación. La muestra consistió en 2252 fases
de ataque realizadas en once encuentros, utilizándose un muestreo total de las
acciones ocurridas (Anguera, 2003).
Se fijaron dos criterios de inclusión: a) en el
campeonato celebrado sólo podían participar aquellos jugadores que lo habían
hecho en el campeonato regular de la categoría infantil masculina organizada
por la Federación Andaluza de Baloncesto en la provincia de Granada y b) los
jugadores participantes debían poder participar en todos los encuentros que su
equipo disputara en los dos días de celebración del torneo.
Antes de realizar la parte empírica de la investigación
se informó a la Federación Andaluza de Baloncesto, a través de la Federación
Granadina de Baloncesto, sobre los objetivos del estudio, obteniéndose su
aprobación. Además, los padres de los jugadores y los entrenadores de los
equipo fueron informados, consintiendo todos ellos la participación voluntaria de
los jugadores en el estudio.
Diseño
El estudio se realizó mediante metodología observacional
(Anguera y Blanco, 2003), a través de un diseño observacional de tipo
idiográfico, puntual y unidimensional (Anguera, Blanco, Hernández y Losada,
2011) para analizar variables relacionadas con el juego colectivo: a) número de
fases de ataque, b) tipo de fase de ataque, c) duración de la fase de ataque y d)
número de pases por fase de ataque. Todas estas variables fueron registradas en
cada equipo para poder realizar comparaciones entre ellos.
Estas variables, cumplen los principios de exhaustividad
y mutua exclusividad de la metodología observacional, quedando definidas del
siguiente modo:
a) Número de fases de ataque. Número de fase del juego en la que el
equipo analizado disponía de la posesión del balón.
b) Tipo
de fase de ataque
a.
Contraataque. Se consideró a toda transición rápida
entre fase defensiva y atacante que se producía a máxima velocidad y en la que
se conseguía ventaja numérica, posicional o táctica (Cárdenas, Piñar,
Llorca-Miralles, Ortega y Courel, en
prensa). Sólo se analizaron los
contraataques en primera oleada.
b.
Ataque posicional. Se consideró a toda transición que se
producía contra una defensa organizada tras ser impedida, por el equipo
defensor, la posibilidad de realizar un contraataque efectivo.
c.
Ataque tras rebote de ataque con
lanzamiento inmediato.
Se consideró cuando un jugador atacante capturaba el balón que salía rebotado
del aro o el tablero e inmediatamente realizaba un lanzamiento.
d.
Ataque con finalización inmediata sin
lanzamiento. Se consideró a la fase de ataque que
comenzaba e inmediatamente finalizaba por una falta personal, una pérdida o una
interceptación de balón.
c) Duración de la fase de
ataque.
Se registró, en segundos
(s), la duración
de cada fase de ataque. Consideramos que la fase de ataque comenzaba
cuando un equipo obtenía la posesión del balón y acababa cuando finalizaba la
posesión del mismo según lo descrito en el Artículo 14 del Reglamento Oficial
del Baloncesto (International Basketball Federation, 2010).
d) Número de pases. Número de veces que los
jugadores de un equipo se pasaban
el balón durante cada fase de ataque.
Procedimiento
e instrumental
Inicialmente se realizó la
elaboración del instrumento de observación y del instrumento de registro. El
criterio se determinó a partir del trabajo de Piñar (2005) y de una observación
previa con muestra del universo. Como instrumento de observación se utilizó un
sistema de categorías (Anguera y Blanco, 2003). El instrumento de registro se realizó
a partir de la adaptación de un hoja de cálculo (Microsoft Excel 2007,
Microsoft Corporation, USA) y fue una adaptación del utilizado por Piñar (2005)
y Ortega et al. (2006, 2007).
Posteriormente, se organizó el campeonato
en el que se distribuyeron a los seis equipos en dos grupos. El sistema de
competición fue de todos contra todos en la fase de grupos, a continuación, se
enfrentaron los terceros de cada grupo (quinto y sexto puesto), el primer
clasificado de cada grupo con el segundo del otro grupo (semifinales),
concluyendo con el enfrentamiento de los perdedores (tercer y cuarto puesto) y
ganadores (primer y segundo puesto) de las semifinales. Así, se jugaron un
total de once partidos. Cada equipo jugó cuatro,
excepto el quinto y sexto clasificado que disputaron tres.
Todos los partidos fueron filmados con dos cámaras
digitales de vídeo (DCR-HC19E, SONY, Londres, Reino Unido), cada una situada
transversalmente a cada mitad del terreno de juego a una altura de 1.5 m.
Durante el campeonato se cumplieron los siguientes requisitos de constancia
intersesional: a) los jugadores participantes fueron los mismos en cada equipo
durante todos los encuentros, b) todos los partidos se disputaron en la misma
instalación cubierta (28x15 m), c) cada partido constaba de cuatro periodos de 10
min, d) ningún equipo disputó dos
encuentros seguidos, lo que suponía un descanso mínimo entre partidos de 60 min,
e) el balón fue del número 7 (diámetro: 76 cm; peso: 600 gr) y f) la altura de
la canasta fue de 3,05 m. Las grabaciones fueron analizadas con un programa
específico de análisis de vídeo, SportCode® (V7.5.6, Sportstec, Sydney,
Australia) y un ordenador MacBook Pro® (5.1, Apple, Cupertino, California, EEUU).
Para guiar el proceso de entrenamiento de dos
observadores, se elaboró un manual de entrenamiento que describía: a) el
objetivo del proceso de entrenamiento, b) conceptos básicos de la metodología
observacional, c) las fases de seguimiento del proceso de entrenamiento y d) la
estructura de las sesiones de entrenamiento. La formación de los observadores
siguió las fases de entrenamiento y adiestramiento indicadas por Anguera
(2003), este proceso se produjo durante ocho sesiones en 15 días. Fruto de este
proceso y el seguido por Piñar (2005), se elaboró un manual de instrucciones
para los observadores que constaba de: a) el sistema de categoría, b) la
codificación de las categorías y c) el proceso de registro mediante el instrumento
elaborado con este fin. Una vez finalizado este proceso de formación, se obtuvo
la fiabilidad del registro a través de la evaluación del rendimiento en
relación con observador experto. Este cálculo se
realizó mediante el coeficiente de concordancia Kappa, alcanzándose un valor
superior a 0.95.
Finalmente se realizó la toma de datos mediante un
registro sistemático de observación activa, no participante y directa (Anguera
y Blanco, 2003). Para aumentar la fiabilidad de la observación, se siguió la
estrategia de observar cada posesión de balón tres veces (Arias et al., 2009a). La primera vez la
posesión era observada a velocidad real. Posteriormente, se volvía a observar
la misma posesión, como mínimo dos veces más, a velocidad de 25 fotogramas/s
para identificar con precisión los criterios a alcanzar.
Análisis
estadístico
Se realizó un análisis descriptivo
de las variables (medias y desviaciones típicas). Para determinar si había diferencias significativas entre los
resultados de los equipos se llevó a cabo ANOVA. Si indicaba que había
diferencias significativas entre los equipos, se realizaba el test de
comparaciones múltiples para conocer entre qué equipos en concreto se producían
estas diferencias significativas.
Para realizar estos cálculos se utilizó el software de
análisis de datos SPSS (versión 17.0). Todos los análisis estadísticos se han
realizado con un nivel de significación de p< 0.05.
RESULTADOS
Los resultados muestran que los equipos, de media,
realizan 102.32 fases de ataque por
partido (SD=13.85), con una duración de 7.57 s (SD=5.38), realizando 1.63 pases
por fase de ataque (SD=1,55), existiendo en todas estas variables diferencias
significativas entre equipos (Figuras 1, 2 y 3 respectivamente). Respecto al
tipo de fase de ataque, en todos los equipos el ataque posicional es el más
utilizado (60.9%), seguido del contraataque (22%), ataque tras rebote de ataque
con lanzamiento inmediato (9%) y el ataque con finalización inmediata sin
lanzamiento (8.1%).
* Equipo 1º vs. Equipos 4º (p=0,01) y
6º (p=0,03); † Equipo 2º vs. Equipos 4º (p=0,00) y 6º (p=0,01).
Fig. 1. Medidas descriptivas de la variable número
de fases de ataque por equipo.
* Equipo 1º vs. Equipos 3º (p=0,03),
4º (p=0,01), 5º (p=0,01) y 6º (p=0,00); † Equipo 2º vs. Equipos 3º
(p=0,01), 4º (p=0,00), 5º (p=0,00) y 6º (p=0,00); ¥ Equipo 3º vs.
Equipo 6º (p=0,00); § Equipo 4º vs. Equipo 6º (p=0,00); × Equipo 5º
vs. Equipo 6º (p=0,01).
Fig. 2. Medidas descriptivas de la variable duración
de fase de ataque por equipo.
* Equipo 1º vs. Equipo 5º (p=0,00); †
Equipo 2º vs. Equipo 5º (p=0,00); ¥ Equipo 3º vs. Equipos 5º
(p=0,00) y 6º (p=0,04); § Equipo 4º vs. Equipos 5º (p=0,00) y 6º
(p=0,02); × Equipo 5º vs. Equipo 6º (p=0,04).
Fig. 3. Medidas descriptivas de la variable número
de pases por fase de ataque por equipo.
DISCUSIÓN
El objetivo de este estudio fue describir las
características de la competición de baloncesto de categoría infantil masculina
respecto al número de fases de ataque, tipo de fase de ataque, duración de la
fase de ataque y número de pases por fase de ataque, para analizar si se adapta
a las capacidades y necesidades formativas de los jugadores. Los datos muestran
que la competición infantil masculina de baloncesto podría ser susceptible de
mejorar si se modificasen algunos de los valores obtenidos en las variables
analizadas. De esta forma se podría adecuar la competición a las
características y necesidades formativas de los jugadores en esta categoría.
Número
de fases de ataque
Los equipos analizados presentan una media de 102.32 fases de ataque por partido (SD=13.85),
siendo muy similares a las 105.32 fases de ataque obtenidas por Ortega et al. (1999) en esta misma categoría.
En estudios de otras categorías se observan 191.45 fases de ataque por partido
en categoría minibasket masculina (Piñar, 2005), 96.89 (Ortega, 2004), 81.19
(Ortega et al., 2007) y 78.20 (Lorenzo et al., 2010) en categoría cadete masculina. Se observa que
conforme se avanza en las categorías disminuye el número de fases de ataque que
se realizan, lo que puede ser indicativo del
aumento en la estructuración y sistematización del juego.
Durante la competición, la complejidad del juego en su
fase ofensiva puede ser reducida mediante modificaciones reglamentarias como,
por ejemplo, reduciendo el número de jugadores en pista (Piñar, 2005) o la masa
del balón (Arias, 2009). Como consecuencia de estas adaptaciones podría aumentarse
el número de fases de ataque que los equipos realizan en sus encuentros sin
incrementarse el número de errores cometidos por los jugadores. De esta forma resultaría
un juego más rápido y más dinámico y, por lo tanto, más adaptado a las
características de los jóvenes jugadores (American Sport Education Program,
2001; Cárdenas, 2003; Ortega, 2004; Ortega et
al., 2004). Este aumento de fases de ataque podría incrementar la
posibilidad de encestar, lo que provocaría un aumento en la motivación de los
jóvenes jugadores (Chase, 2001; Piñar, 2005; Piñar et al., 2003) y en su sensación de competencia y autoeficacia
(Chase et al., 2004; Williams, 1998).
Tipo
de fase de ataque
Los resultados muestran que los tipos de ataque que se
repiten con más frecuencia son el ataque posicional (60.9%) y el contraataque
(22%). En estudios descriptivos similares en otras categorías como minibasket masculina (Piñar, 2005), cadete masculina
(Ortega, 2004; Ortega et al., 2007) y
juvenil masculina (Tavares y Gomes, 2001), también se observa que el ataque
posicional es el más frecuente y que conforme aumenta la edad de los jugadores
se produce un aumento en su porcentaje.
A través de la modificación de reglas y equipamiento
puede reducirse la frecuencia del ataque posicional en competición, fomentando
así la aparición de ataques rápidos de acuerdo con las recomendaciones
establecidas (American Sport Education Program, 2001; Cárdenas, 2003; Ortega,
2004; Ortega et al., 2004). En categoría
minibasket masculina reducir la masa del balón a 440 g (Arias, 2009) o un
conjunto de adaptaciones reglamentarias entre las que destaca la reducción de
las situaciones de juego de 5x5 a 3x3 (Piñar, 2005) provocan una disminución en
la frecuencia del ataque posicional y un aumento del contraataque.
Por otro lado, en los resultados destaca el alto
porcentaje de ataque tras rebote de ataque con lanzamiento inmediato (9.00%) y
el ataque con finalización inmediata sin lanzamiento (8.10%). Estos datos muestran
que los jugadores, en categoría infantil masculina, cometen continuos fallos
tanto en el control de balón como en los lanzamientos. Fallos que pueden
deberse a la aglomeración de jugadores que se produce en posiciones cercanas al
aro y al balón (Piñar, 2005). En este tipo de fases de ataque o no se produce
lanzamiento, dado que se produce una interrupción inmediata, o se produce tras
un lanzamiento fallido, lo que conlleva una menor adherencia al minibasket
(Arias et al., 2009b; Piñar, 2005;
Piñar et al., 2003).
Estos datos en conjunto se podrían considerar como un
indicador de que las condiciones de la competición son susceptibles de
adecuarse a las capacidades y necesidades formativas de los jugadores.
Duración
de la fase de ataque
Los resultados muestran que la duración media de las
fases de ataque es de 7.57 s (SD=5.38). En categoría minibasket masculina se
reduce la duración de las fases de ataque a 5.73 s (Piñar, 2005), en cadete
masculina se observa que entre el 54.12%
(Cárdenas et al., 2000) y el
51.8% (Ortega, 2004) de las fases de ataque tienen una duración igual o
inferior a 10 s, en juvenil masculina el 75% de las fases de ataque posicional
duran entre 13 y 18 s, mientras que en contraataque el 70% de las fases duran entre
4 y 6 s (Tavares y Gomes, 2001).
Estos datos muestran que la dificultad para superar la
defensa aumenta conforme se avanza en las distintas categorías. Además, se
observa que entre los equipos de categoría infantil masculina existen
diferencias significativas en la duración de las fases de ataque (Figura 2)
provocadas, posiblemente, por la diferencia de nivel en su juego. En categoría minibasket
masculina se consiguió reducir la duración de las fases de ataque aplicando un
conjunto de adaptaciones reglamentarias (Piñar, 2005). Los resultados indican,
para la mayoría de los equipos analizados, que en la competición infantil
masculina no se realizan ataques rápidos que provocarían más desajustes
defensivos y facilitarían la consecución de éxito en la fase de ataque
(American Sport Education Program, 2001; Cárdenas, 2003; Ortega, 2004; Ortega et al., 2004).
Número
de pases por fase de ataque y por equipo
Los resultados obtenidos muestran una media de 1.63 pases
por fase de ataque (SD=1,55). Hecho que se traduce en que habitualmente, como
máximo, sólo dos o tres jugadores, de los cinco atacantes que hay en pista, participan
con balón en el juego. En categoría minibasket masculina se producen 1.26 pases
por fase de ataque (SD=1.22) para la modalidad de 5x5 y 1.29 (SD=1.18) para la
situación de 3x3, realizándose en el 87.1% las fases de ataque entre ninguno y dos pases
(Piñar, 2005). En categoría cadete masculina, Ortega et al., (2007) encontraron una media de 2.6 pases por fase de
ataque y Ortega (2004) encontró que en el 51% de las fases de ataque se
realizaban de dos a cuatro pases, en el 32% se realizaban uno o ninguno y en el
16% se realizaban entre cinco y ocho.
La realización de este número reducido de pases puede
deberse a que las condiciones de práctica no son las más adecuadas para las
características de los jugadores (Arias
et al., 2012). Para los jugadores resulta difícil atender a un número
elevado de estímulos en continuo movimiento, cuatro compañeros y cinco
defensores, y por tanto, para decidir a quién, cuándo y cómo realizar el pase
(Piñar, 2005). En cualquier caso, la cantidad de pases por fase de ataque es
inadecuada para que todos los jugadores atacantes en pista tengan un nivel de
participación aceptable, ya que en la mayoría de las fases de ataque sólo dos o
tres jugadores tienen contacto con el balón.
Incrementar la participación de los jugadores con el
balón durante la fase de ataque podría ayudar al jugador con balón a adquirir
responsabilidades personales en el juego al tener que resolver los problemas
que se presentan (Maxwell, 2006). Thomas (1994) indica que debe tenerse en
cuenta que una alta participación con balón no garantiza el desarrollo de las
habilidades relacionadas, pero su carencia asegura que no se producirá el
desarrollo de estas habilidades. Por otro lado, se ha comprobado que el hecho
de contactar con el balón conlleva situaciones motivantes para los jugadores
porque les permite tener protagonismo durante el juego (Piñar, Cárdenas, Conde,
Alarcón y Torre, 2007).
En estudios previos se ha comprobado que sólo unos pocos
jugadores son los que obtienen la posesión del balón de forma frecuente (Arias,
2009; Piñar, 2005; Piñar et al.,
2009), lo que supone una limitación importante, desde un punto de vista
formativo, para el resto de jugadores que se ven limitados a la realización de
acciones defensivas y/o atacantes sin posesión del balón (American Sport
Education Program, 2001; Ortega et al.,
2006). En categoría minibasket masculina se consiguió mantener constante el
número de pases por fase de ataque reduciendo el número de jugadores en pista,
lo que significa una mayor participación con balón de los jugadores (Piñar,
2005) y un incremento significativo del número de fases de ataque en las que se
realizan 3-4 pases jugando con un balón de menor masa de la indicada por el
reglamento (Arias, 2009). En categoría minibasket femenina, modificando la
ubicación de la línea de tres puntos, se ha reducido significativamente la
frecuencia de fases de ataque en las que se realiza 0-1 pases, a la vez
que aumentaba el porcentaje de fases de
ataque en las que se producían 2-3 y 4-5 pases (Arias et al., 2009c).
Considerando estos hallazgos, llegamos a la conclusión de
que la participación en el juego en relación con la posesión del balón es
insuficiente, o al menos susceptible de incrementarse. Esta mejora podría
satisfacer las necesidades formativas del niño ayudándole a desarrollar las
habilidades relacionadas con el manejo del balón (Thomas, 1994) y a asumir
responsabilidades personales (Maxwell, 2006), permitiendo así la adherencia a
la práctica del baloncesto (Ommundsen, Roberts, Lemyre y Miller, 2005).
CONCLUSIONES
Tras analizar los resultados obtenidos llegamos a la
conclusión de que la competición infantil masculina de baloncesto podría ser
susceptible de mejorar si se modificasen, a través de un cambio de las reglas
de juego, algunos de los valores obtenidos en las variables analizadas. De esta
forma se podría adecuar la competición a las características y necesidades
formativas de los jugadores en esta categoría. Esta modificación de las reglas
de juego debe reducir la complejidad del juego en su fase ofensiva para alcanzar
de forma específica los siguientes objetivos:
1.
Reducir
la duración de las fases de ataque.
2.
Aumentar
el número de fases de ataque que realizan los equipos durante los partidos.
3.
Reducir
la frecuencia de realización de ataques posicionales.
4.
Aumentar
la participación individual con balón.
Alcanzar estos objetivos provocaría que el baloncesto de
categoría infantil masculina se caracterizara por: a) la realización de ataques
rápidos que provocarían más desajustes defensivos y facilitaría la consecución
de éxito en la fase de ataque y b) la reducción del número de errores del
jugador con balón ya que atendería a un menor número de estímulos. De esta
forma, se adaptaría el juego a las características de los jugadores y se
satisfacerían las necesidades psicoevolutivas del niño, lo que podría conllevar
una mayor adherencia a su práctica deportiva.
La principal limitación de este estudio se debe a que la
muestra procede de una única provincia del territorio español, lo que puede
conllevar sesgos. Estos datos deben ser corroborados por estudios similares en
otras provincias para comprobar si en todas las competiciones de categoría
infantil masculina se encuentran datos similares. En estudios futuros deben
aplicarse modificaciones reglamentarias para tratar de alcanzar los objetivos
enunciados en este apartado.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
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Anguera,
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-
vol. 14 - número 54 - ISSN: 1577-0354