Zapico, A.G.; Benito, P.J.; Díaz, V.; Ruiz,
J.R. y Calderón, F.J. (2014) Perfil de la frecuencia cardiaca en triatletas altamente entrenados / Heart rate profile
in highly trained triathletes. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad
Física y el Deporte vol. 14 (56) pp. 619-632 Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista56/artperfil505.htm
ORIGINAL
PERFIL DE LA FRECUENCIA CARDIACA EN TRIATLETAS ALTAMENTE ENTRENADOS
heart rate profile in highly trained triathletes
Zapico, A.G.1; Benito, P.J.2; Díaz,
V.3; Ruiz, J.R.4 y Calderón, F.J.2
1. Profesor Contratado Doctor. Facultad de Educación,
Universidad Complutense de Madrid, Spain. azapico@edu.ucm.es
2. Profesores Titulares de Universidad. Departamento de Rendimiento Humano,
Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte – INEF, Universidad
Politécnica de Madrid, Spain. pedroj.benito@upm.es,
franciscojavier.calderon@upm.es
3. Investigador Post-doctoral. Institute of Veterinary Physiology and
Zurich Center for Integrative Human Physiology (ZIHP), Vetsuisse Faculty and
University of Zurich, Switzerland. /Departamento de Rendimiento Humano,
Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte – INEF, Universidad
Politécnica de Madrid, Spain.diaz@vetphys.uzh.ch
4. Grupo de Investigación PROFITH “PROmoting FITness and Health through physical activity” Departamento de Educación Física y Deportiva,
Facultad de Ciencias del Deporte, Universidad de Granada, Granada, España.
ruizj@ugr.es
Agradecimientos
Este
estudio ha sido parcialmente financiado por la Universidad Politécnica de
Madrid mediante una beca de doctorado a Zapico, AG. Así como el Programa Marier
Curie – COFUND (contract UNITE 246565) ha becado a Díaz,
V., y el Ministerio de Ciencia e Innovación a Ruiz, J. (RYC-2010-05957). Los
autores quieren agradecer a Dario Fuentes y el Dr. Bob Garofano del Exercise
Physiology Laboratory en el Morgan Stanley Children´s Hospital
NY-Presbiterian/Columbia University Medical Center por sus aportaciones a la
discusión y corrección del artículo en inglés.
Código UNESCO / UNESCO code:
2411 Fisiología humana / Human physiology
Clasificación Consejo de Europa /
Council of Europe classification:
6. Fisiología del
Ejercicio / Exercise Physiology
Recibido 18 de enero de 2012 Received January 18, 2012
Aceptado 8 de abril de 2013 Accepted April 8, 2013
RESUMEN
Nueve triatletas hombres (68,0 ± 2,0 mL·kg-1·min-1,
25 ± 1,9 años, 68,3 ± 2,2 kg y 1,77 ± 0,22 m), realizaron un test incremental
en cicloergómetro en tres ocasiones correspondientes con el inicio de la
temporada, periodo precompetitivo y periodo competitivo. El consumo de oxígeno
máximo y los umbrales ventilatorios (aeróbico y anaeróbico respectivamente)
fueron medidos en cada visita. A pesar de los cambios en la distribución del
entrenamiento entre disciplinas, tiempo total de entrenamiento, tiempo de
entrenamiento por semana, e intensidad del entrenamiento, potencia máxima,
consumo de oxígeno máximo, frecuencia cardiaca submáxima, y concentración de
lactato permanecieron estables a lo largo de la temporada. Dada la estabilidad
mostrada con la relación entre la frecuencia cardiaca y los umbrales
ventilatorios en nuestra muestra, concluimos que un único test de laboratorio
al comienzo de la temporada podría ser suficiente para prescribir intensidades
de entrenamiento (al menos en ciclismo) basándose en zonas de frecuencia
cardiaca en triatletas altamente entrenados. Estos resultados deberán ser
comprobados además con muestras mayores para poder ser generalizados.
PALABRAS CLAVE:
rendimiento, estudio
longitudinal, consumo de oxígeno máximo, potencia, umbrales ventilatorios,
triatlón
Abstract
Nine male triathletes (68.0 ± 2.0 mL·kg-1·min-1,
25 ± 1.9 years, 68.3 ± 2.2 kg, 177.4 ± 2.2 cm), performed an incremental
maximal cycle exercise test on three separate occasions corresponding to the
start of the season, pre-competitive period, and competitive period. Maximal
oxygen uptake and ventilatory thresholds (aerobic and anaerobic respectively)
were assessed in each visit. Despite changes in the distribution of training
among disciplines, total training time, training time per week, and intensity
of the training, maximal power output, maximal oxygen uptake, submaximal heart
rate, and lactate concentration remained stable throughout the season. Due to
the stability displayed by the heart rate ventilatory thresholds relationship
in our sample, we conclude that a single laboratory testing at the start of the
season could be enough to prescribe training intensities (at least for cycling)
based on heart rate zones in highly trained triathletes. These results should
be compared in future studies with longer samples in order to be generalised.
Key words: performance, longitudinal study, maximal oxygen
uptake, power output, ventilatory thresholds, triathlon
INTRODUCCIÓN
El triatlón olímpico es un deporte de resistencia cuya
competición dura más de una hora. Por ello, tanto el consumo de oxígeno máximo
(VO2max), como la habilidad de mantener un alto porcentaje del VO2max
durante largos periodos han sido utilizados como indicadores del rendimiento en
triatlón (Bentley, Millet, Vleck, y McNaughton,
2002; O´Toole y Douglas, 1995). A diferencia de otros deportes de
resistencia, el triatlón combina en un mismo evento la natación, el ciclismo y
la carrera. Esta combinación de disciplinas incrementa el tiempo de
entrenamiento comparado con otros deportes de resistencia de una sola
disciplina. Los triatletas, por tanto, entrenan más que los correspondientes
atletas de cada una de las tres especialidades por separado (Rowlands y Downey, 2000). Además, se han
comprobado efectos específicos del entrenamiento combinado en este tipo de
deportistas (Millet, Vleck, y Bentley, 2009),
aunque aún no entendemos los mecanismos que explican estas peculiaridades.
Estas características hacen que los test específicos de triatlón sean un reto
para los entrenadores.
Debido al potencial de adaptación que aporta la combinación
de disciplinas, una descripción detallada de la evolución de las variables
fisiológicas a lo largo de un año de entrenamiento, es necesaria para controlar
la intensidad de entrenamiento y las adaptaciones a las cargas. La literatura
científica sobre las modificaciones del VO2max, o de la
potencia máxima (POmax), en triatletas de élite o altamente
entrenados, es limitada. Kohrt y col. encontraron mejoras en el VO2max y
el umbral láctico solamente durante el ciclismo (Kohrt,
O'Connor, y Skinner, 1989). Sin embargo, los triatletas de Kohrt no
pueden ser considerados élite o altamente entrenados ya que presentaban VO2max
por debajo de 60 mL·kg-1·min-1. En ciclistas de
élite, tanto el VO2max, como la potencia en los umbrales
ventilatorios mejoró entre los datos del inicio y final de la temporada (Lucia, Hoyos, Perez, y Chicharro, 2000; Zapico y
col., 2007). Pese a las mejoras en VO2max y parámetros
submáximos, las zonas de entrenamiento basadas en los datos de frecuencia
cardíaca (FC) no se modificaron en toda la temporada, sugiriendo que un sola
evaluación a principio de temporada podría ser suficiente para prescribir
entrenamiento el resto del año (Lucia y col.,
2000; Zapico y col., 2007). De todos modos, una extrapolación de estos
datos al triatlón podría ser errónea debido a las peculiaridades del
entrenamiento combinado de tres especialidades y la falta de literatura
científica con triatletas de élite que apoye estos resultados.
Con el objetivo de evaluar si un solo test incremental, a
principio de temporada, es suficiente para prescribir la intensidad de
entrenamiento el resto del año, el presente trabajo estudia la evolución de los
parámetros fisiológicos a máximas y submáximas intensidades en un grupo de
triatletas altamente entrenados, durante una temporada de entrenamiento.
MATERIAL Y MÉTODOS
Participantes
Un total de nueve triatletas entrenados participaron
voluntariamente en el estudio. Todos los participantes pertenecían al equipo
que quedó segundo en el Campeonato de España por equipos en distancia Olímpica en
el año del estudio. Dos de los triatletas competían regularmente en
competiciones internacionales (competiciones de la European Triathlon Union) y
el resto lo hacía en competiciones nacionales. Los tiempos durante las jornadas
clasificatorias para la distancia Olímpica oscilaban entre 1h 54min 43s y 2h
04min 36s.
Todos estaban familiarizados con los test de laboratorio y
seguían un plan de entrenamiento similar bajo la supervisión de un entrenador
con experiencia. Antes del estudio, los participantes pasaron un reconocimiento
médico, y fueron informados de los objetivos del estudio. Todos los
participantes firmaron su consentimiento para participar en el estudio. El
estudio se llevó a cabo siguiendo las normas deontológicas reconocidas por
Tabla I. Características de los participantes en cada
visita.
|
Inicio de la
temporada |
Periodo
precompetitivo |
Periodo competitivo |
Edad
(años) |
25±1,9 |
25±2,5 |
26±2,0 |
Masa
corporal (kg) |
68,3±2,2 |
67,6±2,0 |
67,8±2,1 |
Altura
(m) |
1,77±0,2 |
1,77±0,2 |
1,77±0,2 |
Σ
pliegues cutáneos (mm) |
47,4±4,4 |
40,8±3,2 |
42,8±3,9 |
Masa
libre de grasa (kg) |
35,3±1,2 |
35,0±1,2 |
35,4±1,2 |
Grasa
corporal (%) |
8,0±0,5 |
7,5±0,5 |
7,3±0,4 |
Los datos se muestran como media ± DE.
Protocolo
Cada participante realizó una serie de test en noviembre,
otra en febrero y la última en junio. Se eligieron estos momentos por
considerarlos representativos del inicio de la temporada o periodo preparatorio
(de noviembre a enero), el periodo pre-competitivo (de febrero a mayo) y
periodo competitivo (de junio a agosto).
Variables antropométricas
Se midió el peso y la talla de los participantes siguiendo
métodos estándar (Marfell-Jones, Olds, Stewart, y Carter, 2006). Se tomaron los
pliegues cutáneos del tríceps, subescapular, supraspinal, abdominal, muslo y
pantorrilla. Se calculó el porcentaje de masa grasa mediante la ecuación de
Yuhasz (1974), (Heyward y Stolarczyk, 1996):
Masa grasa (%) =
[(Σ 6 pliegues cutáneos x 0.097) + 3.64] / 100
Masa libre de grasa
(kg) = peso – masa grasa.
Test
incremental
Cada participante realizó un test
incremental hasta el agotamiento en un cicloergómetro (Jaeger ER800, Erich Jaeger, Germany).
El test empezaba con una carga de 0 vatios (W) que se incrementaba 25W por
minuto. El test finalizó cuando el sujeto fue incapaz de mantener la cadencia
de pedaleo dentro del intervalo 70-90 revoluciones por minuto. Además, el test se consideró máximo cuando se
alcanzaban dos de los tres criterios de maximalidad propuestos por Basset y
Boulay (2000): (i) cociente respiratorio
mayor de 1,10; (ii) variaciones en el consumo de oxígeno menores de 100 mL·min-1
a pesar de incrementar la carga (esto es, se alcanzaba un plateau); (iii) el sujeto alcanzaba el
98% de su frecuencia cardiaca (FC) máxima teórica (220-edad). Las condiciones
ambientales del laboratorio fueron similares en las todas las ocasiones (25±2
ºC, 55±3% humedad relativa). Se les informó sobre la
importancia de acudir al laboratorio en estado postabsortivo y sin haber realizado esfuerzos físicos extenuantes
durante las 24 horas precedentes a cada una de las pruebas. Todos los sujetos
fueron animados a dar el máximo en cada prueba.
Durante la realización del test se monitorizó los gases expirados
respiración a respiración con un analizador de gases automático (Jaeger Oxycon
Pro ®, Erich Jaeger, Germany), que había sido previamente validado (Carter y Jeukendrup,
2002; Foss y Hallen, 2005). El sistema se calibraba antes de cada test
utilizando una concentración de gases conocida. Los valores VO2, la producción de
dióxido de carbono (VCO2) y
la ventilación (VE) se
promediaron cada 10 segundos para el posterior cálculo del VO2max y
los umbrales ventilatorios, aeróbico (VT1) y anaeróbico (VT2).
El VO2max se
calculó como la media de los dos puntos medios más altos en el momento en el
que se alcanzó la máxima carga de trabajo en el test (Hawley y Noakes, 1992). Los umbrales ventilatorios se calcularon
por dos investigadores independientes en un proceso de doble ciego (coeficiente
de variación entre investigadores = 1,6%), tal y como se ha descrito
anteriormente (Rabadán y col., 2011).
El VT1 se determinó
como (i) el primer incremento no lineal en la VE (Skinner y McLellan, 1980); (ii) como el primer
incremento en el coeficiente VE/VO2 sin un incremento en
el coeficiente de VE/VCO2 (Davis,
Whipp, y Wasserman, 1980); y (iii) como el punto de inflexión entre la
relación VO2-VCO2 (Beaver,
Wasserman, y Whipp, 1986).
El VT2 se determinó
como (i) el segundo incremento no lineal en VE (Skinner y McLellan, 1980) y ii) y como el
segundo incremento no lineal en el cociente VE/VO2 con un
incremento concomitante en el cociente VE/VCO2 (Davis y col., 1980).
Además, se tomaron muestras de sangre capilar del dedo cada
2 minutos durante el ejercicio así como en el tercer y quinto minuto tras la
finalización del test. Se midió la concentración de lactato [La] inmediatamente
después mediante fotometría (Dr. Lange LP-20, Bruno Lange, Germany).
Variables de entrenamiento
Las variables de entrenamiento se registraron cada semana
durante toda la temporada. Cada triatleta tenía un pulsómetro (Polar S720i,
Polar Electro OY, Finland). El investigador utilizaba la dinámica de la FC
durante los test incrementales hasta el agotamiento para establecer las zonas
de entrenamiento. Se les pidió a los triatletas que registraran la FC durante
cada entrenamiento así como durante las carreras. El entrenador fue el
encargado de realizar la distribución de las cargas de entrenamiento de
natación, bicicleta y carrera. El volumen de entrenamiento se expresó en tiempo
(horas a la semana) e intensidad, calculada ésta en horas de entrenamiento
realizadas en cada una de las tres zonas de FC (Zapico,
y col., 2007): (i) por debajo de VT1, (ii) entre VT1
y VT2, y (iii) por encima de VT2. El estímulo del
entrenamiento se calculó siguiendo la puntuación TRIMP (Banister y Calvert, 1980) mediante la siguiente ecuación:
w(t) = T x [(FCejer
– FCrepos) / (FCmax – FCrepos)]
donde
w(t) es el estímulo de entrenamiento
o puntuación TRIMP, T es la duración
del ejercicio en minutos, FCejer
es la FC durante el ejercicio, FCrepos
es la FC durante el reposo y FCmax
es la FC máxima obtenida en
el test.
Análisis estadístico
Se utilizó el análisis de la varianza, ANOVA de medidas
repetidas de una vía para comparar las medias de las variables registradas en
los tres periodos de la temporada (noviembre, febrero y junio). Previamente, se
realizó el test de Mauchly (Mauchly, 1940) para confirmar la esfericidad de la
distribución. Se utilizó el ajuste del valor de la p siguiendo el método de Greenhouse-Geisser method (Greenhouse y
Geisser, 1959) en aquellos casos en los que el test reveló una estructura de la
covarianza que no era en tipo de H. La diferencia en la distribución del
entrenamiento, la intensidad del entrenamiento y el tiempo del entrenamiento
entre dos periodos se calculó mediante una t-Student para muestras
relacionadas. Los análisis estadísticos se realizaron con el paquete estadístico
Statistical Package for Social Sciences (SPSS, v. 15.0 para WINDOWS; SPSS Inc,
Chicago). Se aceptó la significación cuando p≤0,05.
RESULTADOS
Las características de los participantes se muestran en la
Tabla I y las referentes al volumen e intensidad de entrenamiento en cada
periodo en la Tabla II.
El tiempo total de entrenamiento aumento (p=0,02) entre el
inicio de temporada y el periodo precompetitivo. Este aumento fue acompañado de
un descenso del entrenamiento por debajo del VT1 (p<0,01) y de un
aumento del tiempo de entrenamiento por encima del VT2 (p<0,01).
Además, la distribución del entrenamiento en cada una de las disciplinas a lo
largo de la temporada también varió. De acuerdo al plan de entrenamiento
facilitado por los entrenadores, dentro del primer periodo de la temporada
(desde el inicio de la temporada al inicio del periodo precompetitivo), los
triatletas emplearon un 36,1±4.3% del tiempo en entrenamiento de natación,
43,4±3.6% en bicicleta y 20,5±4.1% corriendo. Esos porcentajes se alteraron
entre el periodo precompetitivo y competitivo a un 28,6±5,1% de natación (p
< 0,01), 45,2±3,4% de bicicleta (no significativo) y 26,2±4,3% de carrera (p
= 0,02).
Tabla II. Volumen e intensidad
del entrenamiento a lo largo de la temporada.
|
Entre el inicio de la
temporada y el periodo precompetitivo |
Entre el periodo
precompetitivo y el periodo competitivo |
Volumen
total de entrenamiento (horas) |
158,7±0,6 |
166,6±0,7* |
Volumen
total de entrenamiento (horas/semana) |
13,7±2,2 |
14,4±3,8* |
Puntuación
TRIMP por semana |
695±62,0 |
977,3±69,4* |
Entrenamiento
por debajo de VT1 (%
volumen total) |
57,3±0,4 |
48,3±0,6* |
Puntuación
TRIMP bajo VT1 por semana |
264,7±42,5 |
251,8±62* |
Entrenamiento
entre VT1 y VT2 (% volumen total) |
39,4±0,5 |
39,3±0,6 |
Puntuación
TRIMP entre VT1 y VT2
por semana |
267,2±51,4 |
292,2±67,8 |
Entrenamiento
por encima de VT2 (% volumen total) |
3,3±0,6 |
12,4±0,4* |
Puntuación
TRIMP por encima de VT2 por semana |
163,1±53,2 |
433,3±71,3* |
Los datos se muestran como media ± DE. *
p ≤ 0.05 entre periodos. Las
puntuaciones TRIMP fueron calculadas siguiendo las instrucciones de Banister y
Calvert (1980).
Las variables fisiológicas medidas durante la temporada se
muestran en la Tabla III.
Comparado con el inicio de la temporada, el VO2max permaneció estable en el
segundo periodo y aumento en el periodo competitivo (p < 0.01). Por otro lado, la PO, FC y [La] permanecieron
estables a lo largo de la temporada cuando fueron medidas a máxima intensidad y
a VT2. Sin embargo, a la intensidad del VT1 se observó
una mejora en PO (p < 0.01) y VO2 (p = 0.03) para el periodo precompetitivo. Esta
adaptación se mantuvo en el periodo competitivo. No se observaron
cambios en la FC ni a intensidades máximas ni submáximas a lo largo de la
temporada.
Tabla III. Variables medidas
durante las tres visitas.
|
Inicio de la
temporada |
Periodo
precompetitivo |
Periodo competitivo |
POmax
(W) |
383±15,8 |
396±17,0 |
402±23,0 |
POmax
(W·kg-1) |
5,6±1,1 |
5,85±1,3 |
5,92±1,5 |
FCmax
(beats·min-1) |
184±4 |
182±4 |
183±5 |
VO2
max (mL·min-1) |
4640±182 |
4593±125 |
4929±196 |
VO2 max (mL·kg-1·min-1) |
68,0±2,0 |
68,1±1,6 |
72,9±2,0*† |
[La]max
(mmol·L-1) |
12,1±1,4 |
10,3±1,4 |
14,1±1,3 |
POVT1
(W) |
169±12,9 |
221±12,5* |
200±15,5 |
POVT1
(%POmax) |
44,1±2,4 |
55,8±2,6* |
49,8±3,0† |
FCVT1
(beats·min-1) |
128±4 |
132±4 |
130±4 |
VO2VT1
(mL·min-1) |
2325±142 |
2820±130* |
2778±200 |
VO2VT1
(%VO2max ) |
50±2,4 |
61±2,1* |
56±2,0† |
[La]VT1
(mmol·L-1) |
2,4±0,2 |
2,3±0,2 |
2,3±0,1 |
POVT2
(W) |
319±12,8 |
326±10,0 |
336±13,5 |
POVT2
(%POmax) |
83,3±3,0 |
82,3±2,4 |
83,6±2,8 |
FCVT2
(beats·min-1) |
168±3 |
167±4 |
168±4 |
VO2VT2
(mL·min-1) |
3870±172 |
3883±121 |
4247±208 |
VO2VT2
(%VO2max ) |
83,3±2,0 |
83,2±1,2 |
86,2±1,6 |
[La]VT2
(mmol·L-1) |
6,7±0,7 |
5,6±0,7 |
6,6±0,5 |
Los datos se muestran como media ± DE.
Potencia (PO), frecuencia cardiaca (FC), consumo de oxigeno (VO2), concentración
sanguínea de lactato ([La]). Los
subíndices max, VT1 y VT2 indican máximo, primer umbral
ventilatorio y segundo umbral ventilatorio respectivamente. * p ≤ 0.05 comparado con
el inicio de la temporada. †p ≤
0.05 comparado con el periodo precompetitivo.
DISCUSIÓN
Este estudio proporciona nuevos datos sobre el
comportamiento de las variables fisiológicas (medidas en cicloergómetro), a lo
largo de una temporada de entrenamiento, en triatletas altamente entrenados. Los
resultados muestran que la FC permanece estable pese a los cambios en la
distribución del entrenamiento, la intensidad, o la PO correspondiente al VT1.
Pese a que existen algunos test específicos para triatlón en la literatura,
tanto de laboratorio (Hue, Le Gallais, Boussana,
Chollet, y Prefaut, 2000; Millet, Dreano, y Bentley, 2003; Millet, Millet, y
Candau, 2001) como de campo (Bernar y
col., 2003; Díaz y col., 2011; Vleck, Santos, Bentley, y Alves, 2005),
monitorizar y prescribir intensidades de entrenamiento en triatletas aún
representa un reto para los entrenadores (Vleck
y col., 2005). Por tanto, la estabilidad de la relación FC/umbrales
ventilatorios podría representar que un solo test de laboratorio, a principio
de temporada, sería suficiente para prescribir entrenamiento (al menos en
bicicleta) basado en zonas de FC. Esta observación ya ha sido aportada en otros
deportes como patinaje de velocidad (Foster,
Fitzgerald, y Spatz, 1999) o ciclismo de élite (Lucia y col., 2000; Zapico y col., 2007), en los cuales la FC
permanecía estable a lo largo del año usando los mismos métodos que el presente
estudio para determinar la relación entre la FC y los umbrales.
Por otro lado, la PO mostró una tendencia ascendente (solo
significativa para POVT1) entre el principio de la temporada y el
periodo competitivo (Tabla III), cambiando la relación FC/PO y PO/Umbrales a lo
largo de la temporada. En consecuencia, el uso de medidores de potencia, en
lugar de pulsómetros, para prescribir entrenamiento requeriría de varias
evaluaciones a lo largo de la temporada. A su vez, el estudio de las relaciones
entre PO y Umbrales a lo largo de una y varias temporadas, sería interesante
para conocer las adaptaciones debidas al entrenamiento. En corredores con más
de siete años de experiencia, la velocidad al VT2 ha sido utilizada
para discriminar entre fondistas y mediofondistas, sugiriendo que este
parámetro es más sensible a las adaptaciones crónicas (Rabadán y col., 2011). Maffulli y col (1991) también afirman esto tras evaluar la relación entre el
umbral anaeróbico y la velocidad de competición en 112 corredores de varias
distancias. Esta relación, solo fue significativa en corredores de largas
distancias (5000 o 10000 metros). Finalmente, un metanálisis determinó que el
VT2 es más sensible a los cambios inducidos por el entrenamiento que
el VT1 (Londeree, 1997). Si
los cambios en la PO a VT2 y VT1 refleja o no
adaptaciones al entrenamiento permanece una incógnita y necesita ser más
investigado, resultados como los aquí presentados son opuestos a los de Galy y
col. (2003) que encontraron un descenso
en la PO a VT2 a lo largo
del periodo competitivo.
La POmax y el VO2max de nuestros participantes es comparable a la obtenida con triatletas de élite por
Schneider y col. (1990) y Hue y col. (2000). Además,
encontramos un aumento de ~6% en el VO2max entre el principio de temporada y el
periodo competitivo. Pese a que estos cambios son similares a estudios previos (Kohrt, Morgan, Bates, y Skinner, 1987), el
aumento en el VO2max de un ~6% es sorprendente, ya que
normalmente los deportistas de este nivel necesitan periodos más largos para
conseguir estas mejoras (Calderon, Díaz,
Peinado, Benito, y Maffulli, 2010; Londeree, 1997). Otros estudios ni
siquiera han aportado mejoras a lo largo de un año de entrenamiento (Gal y col., 2003). En nuestro estudio, la
magnitud de la intensidad de entrenamiento expresada en TRIMPS para todas las
disciplinas ronda las ~800 unidades a la semana, ya propuestas en otros
estudios de deportistas de resistencia como en los corredores kenianos (Billat y col., 2003) y esquiadores nórdicos (Seiler y Kjerland, 2006), así como en la
distribución de entrenamiento por disciplinas(Basset y
Boulay, 2003; Millet, Vleck, y Bentley, 2011). En cualquier caso, en nuestro
estudio la intensidad de entrenamiento varía entre el principio de temporada y
el periodo competitivo, no solo por el aumento del volumen (ver tiempo de
entrenamiento), si no por el aumento del volumen de entrenamiento por encima
del VT2 (Tabla II). Además, notamos un descenso significativo del
volumen de entrenamiento de natación y un aumento del de carrera según avanza
la temporada. Es importante destacar de nuevo que los triatletas pueden
conseguir adaptaciones distintas a los especialistas debido al efecto de la
combinación de entrenamientos (Millet y col.,
2009). Si el cambio de volumen de
entrenamiento, de natación a carrera, unido al cambio en las intensidades de
entrenamiento, a lo largo de la temporada, afecta al VO2max en
bicicleta es una incógnita y futuros estudios deberán investigar las
consecuencias de modificar las intensidades a iguales volúmenes de
entrenamiento en esta disciplina.
El aumento del VO2max
en el periodo competitivo fue acompañado de un descenso en el VO2VT1 y un ligero, pero no
significativo, aumento del VO2VT2. Galy y col. mostraron un descenso en la PO a
VT1 y VT2 a lo largo de una temporada (Galy, y col., 2003). En contraste, un efecto
positivo del entrenamiento a lo largo de la temporada en el VO2VT1 ha sido demostrado en
ciclistas (Lucia y col., 2000; Zapico y col.,
2007) y triatletas (Kohrt y col. , 1987).
En comparación con otros estudios, nosotros controlamos el entrenamiento
semanalmente y observamos más tiempo de entrenamiento sobre el VT2 antes
del periodo competitivo. Estos cambios
en el entrenamiento a lo largo de la temporada podrían explicar nuestros
resultados. Sin embargo, la falta de cambios significativos en el VT2
es curioso, ya que Kohrt y col. (1987)
demostraron una mejora en el umbral de lactato (4 mmol·L-1) entre el
inicio de la temporada y el periodo competitivo. En este mismo contexto,
Schneider y col. (1990) observaron un
umbral de lactato (4 mmol·L-1) al
~67% VO2max, Kohrt y col. (1987)
al ~72-76% VO2max, y Hue y col. (2000) al ~65% VO2max. En nuestro
estudio, el VT2 se situó en los ~6 mmol·L-1. Estas
diferencias entre estudios pueden ser debidas a las diferentes metodologías
usadas para determinar el umbral anaeróbico. Mientras que hay estudios que
fijan el umbral en una concentración de lactato de 4 mmol·L-1,
nosotros elegimos calcular el umbral ventilatorio ya que su determinación se ha
demostrado más reproducible (Amann, y col.,
2004; Dickhuth, y col., 1999; Weston y Gabbett, 2001) y es un buen
predictor del rendimiento en atletas con similares VO2max (Coyle, Coggan, Hopper, y Walters, 1988; Coyle, y
col., 1991).
Finalmente, es importante saber que los cambios en VO2 y PO en la bicicleta, siempre
fueron acompañados de una estabilidad en los valores de FC. Esta estabilidad,
observada tanto en intensidades máximas como submáximas, ha sido antes
demostrada en ciclistas (Lucia y col., 2000;
Zapico y col., 2007), pero este es el primer estudio que la demuestra en
triatletas altamente entrenados que compiten a nivel nacional e internacional.
Este hallazgo, es de gran importancia, ya que sugiere que una sola prueba d
esfuerzo a principio de la temporada (obteniendo la relación entre la FC y los
umbrales) sería suficiente para prescribir y monitorizar el entrenamiento en
bicicleta para el resto de la temporada.
LIMITACIONES
En primer
lugar, pese a que el estímulo de entrenamiento es similar al de otras
disciplinas de resistencia (Billat y col., 2003;
Seiler y Kjerland, 2006), y la intensidad de entrenamiento también es similar
a estudios previos (Basset y Boulay, 2003;
Millet y col., 2011), no pudimos obtener la intensidad de entrenamiento
en cada disciplina por separado. Además, nuestros datos fueron siempre
recogidos en test realizados en cicloergómetro, mientras que en el triatlón se
combinan tres disciplinas que pueden verse afectadas por su combinación en el
entrenamiento (Millet y Vleck, 2000). Por
lo tanto, los resultados de los test en bicicleta podrían no ser los mismos
para la carrera o la natación, y estos resultados deberían ser confirmados en
las otras disciplinas. Sin embargo, un estudio ha demostrado la relación entre
los resultados de test en bicicleta y carrera en triatletas, para la FC y el VO2
(Basset y Boulay, 2003), lo que sugiere
que los test en una de las disciplinas son suficientes para prescribir
entrenamiento en las otras. Además, los umbrales ventilatorios son indicadores
submáximos de eventos fisiológicos (Davis y
col., 1980; Meyer, Lucia, Earnest, y Kindermann, 2005; Skinner y McLellan,
1980; Wasserman, Whipp, Koyl, y Beaver, 1973) lo que los hace
independientes del tipo de test, lo que significa que la relación FC umbrales
ventilatorios debería ser estable en natación y carrera también. No obstante,
la dificultad de llevar a término este tipo de estudios longitudinales con
muestras grandes, nos hace ser cautos en la generalización de los resultados y
los adscribimos a nuestra muestra.
Por último, la falta de un grupo de control no permite la
posibilidad de comparar los resultados independientemente del
entrenamiento. Sin embargo, nuestros
resultados son valiosos ya que la literatura científica en este campo es
limitada. Hemos podido presentar datos de entrenamiento de gran parte de la
temporada (~90% de las sesiones de entrenamiento han sido registradas), así
como indicadores fisiológicos de triatletas que compiten a nivel nacional e
internacional.
ConclusiONES
La relación FC umbrales ventilatorios, en nuestra muestra,
permanece estable a lo largo de la temporada pese al aumento en la magnitud de
algunas variables fisiológicas máximas y submáximas. Esta relación permanece
estable pese a los cambios en la intensidad total del entrenamiento y la
distribución del mismo en cada una de las disciplinas (natación, ciclismo y
carrera). Por lo tanto, sugerimos que un test incremental al principio de la
temporada podría ser suficiente para prescribir la intensidad de entrenamiento
basada en las zonas de FC. Al obtener estos datos en test realizados en
cicloergómetro, no son directamente aplicables para prescribir entrenamiento en
natación y carrera. Para obtener una visión más amplia y poder generalizar
estos resultados, sugerimos ampliar la muestra en futuros estudios, así como
estudiar la estabilidad de la FC, en triatletas, a lo largo de la temporada en
test de carrera y natación.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Amann, M., Subudhi, A. W., Walker, J.,
Eisenman, P., Shultz, B., y Foster, C. (2004). An evaluation of the predictive validity and reliability of ventilatory
threshold. Med Sci Sports Exerc, 36,
1716-1722.
Banister, E. W., y Calvert, T. W. (1980). Planning for future performance:
implications for long term training. Can
J Appl Sport Sci, 5, 170-176.
Basset, F. A., y Boulay, M. R. (2000). Specificity of treadmill and cycle
ergometer tests in triathletes, runners and cyclists. Eur J Appl Physiol, 81, 214-221.
Basset, F. A., y Boulay, M. R. (2003). Treadmill and cycle ergometer tests
are interchangeable to monitor triathletes annual training. J Sports Sci Med, 2, 110-116.
Beaver, W. L., Wasserman, K., y Whipp, B. J. (1986). A new method for
detecting anaerobic threshold by gas exchange. J Appl Physiol, 60, 2020-2027.
Bentley, D. J., Millet, G. P., Vleck, V. E., y McNaughton, L. R. (2002).
Specific aspects of contemporary triathlon: implications for physiological
analysis and performance. Sports Med, 32,
345-359.
Bernard, T., Vercruyssen, F., Grego, F., Hausswirth, C., Lepers, R.,
Vallier, J. M. y col. (2003). Effect of cycling cadence on subsequent 3 km
running performance in well trained triathletes. Br J Sports Med, 37, 154-158; discussion 159.
Billat, V., Lepretre, P. M., Heugas, A. M., Laurence, M. H., Salim, D., y
Koralsztein, J. P. (2003). Training and bioenergetic characteristics in elite
male and female Kenyan runners. Med Sci
Sports Exerc, 35, 297-304; discussion 305-296.
Calderon, F. J., Díaz, V., Peinado, A. B., Benito, P. J., y Maffulli, N.
(2010). Cardiac dimensions over 5 years in highly trained long-distance runners
and sprinters. Phys Sportsmed, 38,
112-118.
Carter, J., y Jeukendrup, A. E. (2002). Validity and reliability of three
commercially available breath-by-breath respiratory systems. Eur J Appl Physiol, 86, 435-441.
Coyle, E. F., Coggan, A. R., Hopper, M. K., y Walters, T. J. (1988).
Determinants of endurance in well-trained cyclists. J Appl Physiol, 64, 2622-2630.
Coyle, E. F., Feltner, M. E., Kautz, S. A., Hamilton, M. T., Montain, S.
J., Baylor, A. M. y col. (1991). Physiological and biomechanical factors
associated with elite endurance cycling performance. Med Sci Sports Exerc, 23, 93-107.
Davis, J. A., Whipp, B. J., y Wasserman, K. (1980). The relation of
ventilation to metabolic rate during moderate exercise in man. Eur J Appl Physiol Occup Physiol, 44,
97-108.
Díaz, V., Peinado, A. B., Vleck, V.
E., Alvarez-Sánchez, M., Benito, P. J., Alves, F. B. y col. (2011).
Longitudinal changes in response to a cycle-run field test of young male
National "Talent identification" and Senior Elite Triathlon Squads. J Strength Cond Res. In press. DOI: 10.1519/JSC.0b013e31823a3c6b
Dickhuth, H. H., Yin, L., Niess, A., Rocker, K., Mayer, F., Heitkamp, H.
C. y col. (1999). Ventilatory, lactate-derived and catecholamine thresholds
during incremental treadmill running: relationship and reproducibility. Int J Sports Med, 20, 122-127.
Foss, O., y Hallen, J. (2005). Validity and stability of a computerized
metabolic system with mixing chamber. Int
J Sports Med, 26, 569-575.
Foster, C., Fitzgerald, D. J., y Spatz, P. (1999). Stability of the blood lactate-heart
rate relationship in competitive athletes. Med
Sci Sports Exerc, 31, 578-582.
Galy, O., Manetta, J., Coste, O., Maimoun, L., Chamari, K., y Hue, O.
(2003). Maximal oxygen uptake and power of lower limbs during a competitive
season in triathletes. Scand J Med Sci
Sports, 13, 185-193.
Greenhouse, S. W., y Geisser, S. (1959). On methods in the analysis of
profile data. Psychometrika, 24,
95-112.
Hawley, J. A., y Noakes, T. D. (1992). Peak power output predicts maximal
oxygen uptake and performance time in trained cyclists. Eur J Appl Physiol Occup Physiol, 65, 79-83.
Heyward, V. H., y Stolarczyk, L. (1996). Applied body composition assesment (1ª ed.). Champain
(Il): Human Kinetics.
Hue, O., Le Gallais, D., Boussana, A., Chollet, D., y Prefaut, C. (2000).
Performance level and cardiopulmonary responses during a cycle-run trial. Int J Sports Med, 21, 250-255.
Hue, O., Le Gallais, D., Chollet, D., y Prefaut, C. (2000). Ventilatory
threshold and maximal oxygen uptake in present triathletes. Can J Appl Physiol, 25, 102-113.
Kohrt, W. M., Morgan, D. W., Bates, B., y Skinner, J. S. (1987).
Physiological responses of triathletes to maximal swimming, cycling, and
running. Med Sci Sports Exerc, 19,
51-55.
Kohrt, W. M., O'Connor, J. S., y Skinner, J. S. (1989). Longitudinal
assessment of responses by triathletes to swimming, cycling, and running. Med Sci Sports Exerc, 21, 569-575.
Londeree, B. R. (1997). Effect of training on lactate/ventilatory
thresholds: a meta-analysis. Med Sci
Sports Exerc, 29, 837-843.
Lucia, A., Hoyos, J., Perez, M., y Chicharro, J. L. (2000). Heart rate and
performance parameters in elite cyclists: a longitudinal study. Med Sci Sports Exerc, 32, 1777-1782.
Maffulli, N., Capasso, G., y Lancia, A. (1991). Anaerobic threshold and
performance in middle and long distance running. J Sports Med Phys Fitness, 31, 332-338.
Marfell-Jones, M., Olds, T., Stewart, A., y Carter, L. (2006). International standards for anthropometric
assessment. . Potchefstroom, South Africa: I.S.A.K.
Mauchly, J. W. (1940). Significance test for sphericity of a normal n-variate distribution. Annals of Mathematical Statistics, 11,
204-209.
Meyer, T., Lucia, A., Earnest, C. P., y Kindermann, W. (2005). A
conceptual framework for performance diagnosis and training prescription from
submaximal gas exchange parameters--theory and application. Int J Sports Med, 26 Suppl 1, S38-48.
Millet, G. P., Dreano, P., y Bentley, D. J. (2003). Physiological
characteristics of elite short- and long-distance triathletes. Eur J Appl Physiol, 88, 427-430.
Millet, G. P., Millet, G. Y., y Candau, R. B. (2001). Duration and
seriousness of running mechanics alterations after maximal cycling in
triathletes. Influence of the performance level. J Sports Med Phys Fitness, 41, 147-153.
Millet, G. P., y Vleck, V. E. (2000). Physiological and biomechanical adaptations to the cycle to
run transition in Olympic triathlon: review and practical recommendations for
training. Br J Sports Med, 34,
384-390.
Millet, G. P., Vleck, V. E., y Bentley, D. J. (2009). Physiological
differences between cycling and running: lessons from triathletes. Sports Med, 39, 179-206.
Millet, G. P., Vleck, V. E., y Bentley, D. J. (2011). Physiological
requirements in triathlon. J Hum Sport
Exerc, 6, 184-204.
O´Toole, L. M., y Douglas, S. P. (1995). Applied Physiology of Triathlon. Sports Med, 19, 251-267.
Rabadán, M., Díaz, V., Calderón, F. J.,
Benito, P. J., Peinado, A. B., y Maffulli, N. (2011). Physiological determinants of speciality of elite middle- and
long-distance runners. J Sports Sci, 29,
975-982.
Rowlands, D. S., y Downey, B. (2000). Physiology of Triathlon. In J.
William E. Garret, y Donald T. Kirkendall (Ed.), Exercise and Sport Science (pp. 919-939). Philadelphia: Lippincott
and Wilkins.
Schneider, D. A., Lacroix, K. A., Atkinson, G. R., Troped, P. J., y
Pollack, J. (1990). Ventilatory threshold and maximal oxygen uptake during
cycling and running in triathletes. Med
Sci Sports Exerc, 22, 257-264.
Seiler, K. S., y Kjerland, G. O. (2006). Quantifying training intensity
distribution in elite endurance athletes: is there evidence for an
"optimal" distribution? Scand J
Med Sci Sports, 16, 49-56.
Skinner, J. S., y McLellan, T. H. (1980). The transition from aerobic to
anaerobic metabolism. Res Q Exerc Sport,
51, 234-248.
Vleck, V., Santos, S., Bentley, D., y Alves, F. (2005). Influence of prior cycling on the OBLA
measured during incremental running in triathletes. Paper presented at the
Annual Congress of the British Association of Sports and Exercise Scientists.
Wasserman, K., Whipp, B. J., Koyl, S. N., y Beaver, W. L. (1973).
Anaerobic threshold and respiratory gas exchange during exercise. J Appl Physiol, 35, 236-243.
Weston, S. B., y Gabbett, T. J. (2001). Reproducibility of ventilation of
thresholds in trained cyclists during ramp cycle exercise. J Sci Med Sport, 4, 357-366.
Zapico, A. G., Calderon, F. J., Benito, P.
J., Gonzalez, C. B., Parisi, A., Pigozzi, F. y col. (2007). Evolution of physiological and haematological parameters with
training load in elite male road cyclists: a longitudinal study. J Sports Med Phys Fitness, 47, 191-196.
Referencias
totales / Total references: 46 (100%)
Referencias
propias de la revista / Journal's own
references:
0 (0%)
Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte - vol. 14 -
número 56 - ISSN: 1577-0354