Marcos, M.; Olcina, G.; Timón, R.; Sánchez, F. y Maynar, M. (2016) Efecto ergogénico de la ingesta de fosfato sódico en sujetos físicamente activos / Ergogenic Effect of Sodium Phosphate Intake in Physically Active Subjects. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol. 16 (61) pp. 33-44. Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista61/artefecto619.htm
DOI:
http://dx.doi.org/10.15366/rimcafd2016.61.003
ORIGINAL
EFECTO
ERGOGÉNICO DE LA INGESTA DE FOSFATO SÓDICO EN SUJETOS FÍSICAMENTE ACTIVOS
ERGOGENIC EFFECT OF SODIUM PHOSPHATE INTAKE IN
PHYSICALLY ACTIVE SUBJECTS
Marcos, M.1;
Olcina, G.2; Timón, R.3; Sánchez, F.4 y
Maynar, M.5
1 Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Estudiante de Doctorado en Facultad Ciencias del Deporte. Universidad de
Extremadura. (España). mmarcosserrano@gmail.com
2 Profesor Titular Facultad
Ciencias del Deporte. Universidad de Extremadura. (España). golcina@unex.es
3 Profesor Titular Facultad
Ciencias del Deporte. Universidad de Extremadura. (España). rtimon@unex.es
4 Licenciado en Ciencias de la
Actividad Física y el Deporte Facultad Ciencias del Deporte. Universidad de
Extremadura. (España). fsanchez_martin@hotmail.com
5 Profesor Titular Facultad
Ciencias del Deporte. Universidad de Extremadura. (España). mmaynar@unex.es
AGRADECIMIENTOS
Esta investigación fue financiada
por el Gobierno de Extremadura. Grupo de Investigación CTS-036
Código UNESCO / UNESCO code: 2411.06
Fisiología del Ejercicio / Exercise Physiology
Clasificación Consejo de Europa / Council of Europe classification: 6. Fisiología del
ejercicio / Exercise Physiology
Recibido 25 de junio de 2012 Received
June 25, 2012
Aceptado 30 de julio de 2015 Accepted July 30, 2015
RESUMEN
Este
estudio pretende evaluar los efectos de la ingesta de fosfato sódico a corto
plazo, sobre la composición corporal, serie roja y parámetros
ergoespirométricos máximos y submáximos. A una muestra de 20 sujetos físicamente
activos, separados en dos grupos, se les suministró fosfato sódico durante 7
días (50 mg/kg masa magra) o placebo. Ambos
grupos realizaron una prueba de esfuerzo incremental máxima en cicloergómetro,
siguiendo el protocolo Fatmax, se les determinó la composición corporal y se
les realizó un hemograma antes y después de la suplementación. En el grupo
experimental, se observó una disminución en el peso e índice de masa corporal
(IMC), un aumento en la potencia máxima alcanzada y una mejor eficiencia
energética en la zona Fatmax. No se observaron cambios en parámetros
hematológicos. Estos resultados pueden atribuir un efecto ergogénico al fosfato
sódico en actividades aeróbicas y aquellas donde el peso corporal influya en el
rendimiento.
PALABRAS CLAVE: ayuda ergogénica, masa grasa, IMC,
hematocrito, VO2max, potencia, gasto energético.
ABSTRACT
This study aims to evaluate
the effects of short-term sodium phosphate intake upon body
composition, haemogram, maximal ergospirometer parameters and
submaximal ones in the maximal fat oxidation zone (Fatmax). 20
active subjects participated in this study randomly divided into two
groups: The experimental group which ingested sodium phosphate for 7 days (50
mg/kg lean mass) and the placebo group. Both performed an incremental maximal
cycle ergo meter test following the Fatmax protocol, body composition
assessment and blood analysis (CBC) before and after the supplementation
period. In the experimental group, phosphate supplementation produced a
decrease in weight and body mass index (BMI), an increase in maximal power
output and it also improved energy efficiency in the Fatmax zone. No
changes were observed in the parameters listed in the CBC. These
results may attribute an ergogenic effect of sodium phosphate in aerobic
activities and sports where body weight is considered to be an important factor
for performance.
KEY WORDS: dietary sport supplement, fat mass, BMI, hematocrit,
VO2max, power, energy expenditure.
INTRODUCCIÓN
Las sales de fosfato
están clasificadas como sustancias potencialmente ergogénicas y están
permitidas por las leyes deportivas. Son múltiples los beneficios que se les
han atribuido debido a que están involucradas en numerosos procesos
metabólicos. En el ejercicio físico, estas sales juegan un rol muy importante,
ya que están involucradas en los tres sistemas de obtención de la energía. Los
fosfatos forman parte del ATP y la fosfocreatina (CP), que son los sustratos
básicos en los sistemas de fosfágenos de alta energía; también están
involucrados en la glucólisis anaeróbica, amortiguando el efecto del ácido
láctico producido en ejercicios de resistencia a la velocidad y participan
activamente en el sistema de obtención de la energía por vía aeróbica (Czuba, Zając, Poprzecki y Cholewa, 2008;
Williams, 1998).
Kreider, Miller,
Williams, Somma y Nasser (1990) examinan diferentes hipótesis por las cuales
los suplementos de fosfato en deportistas podrían afectar el rendimiento. En
primer lugar, se produciría una mejora metabólica general, ya que eleva las
concentraciones intra y extracelulares de fosfato, produce mejoras en la
glucólisis, en la glucogenólisis y en la fosforilación oxidativa, lo que
provocaría un efecto ergogénico mejorando el metabolismo energético y/o la
eficiencia energética. Por otro lado, La suplementación también proporcionaría
fosfato inorgánico adicional para reponer ATP y CP durante el ejercicio
(Stryer, 1988). En ejercicios de resistencia puede proporcionar un beneficio
ergogénico mejorando la eficiencia cardiovascular y/o el rendimiento,
aumentando la extracción periférica de oxígeno (Farber, Carlone, Palange, Serra, Paoletti y Fineberg, 1987) y reduciendo
el gasto cardíaco submáximo (Farber, Sullivan,
Fineberg, Carlone y Manfredi,
1984; Lunne, Zauner, Cade, Wright y Conte, 1990).
Uno de los primeros
estudios sobre esta temática fue el realizado por Cade, Conte, Zauner, Mars,
Peterson, Lunne, Hommen y Packer (1984). En este estudio diez corredores
entrenados tomaron fosfato sódico o placebo, realizando posteriormente una
prueba de esfuerzo. Los resultados revelaron un aumento del VO2max,
dependiendo del orden en que se tomaran las sustancias, siendo mayor el
incremento en aquellos sujetos que tomaron fosfato en dos pruebas consecutivas.
Estos resultados proporcionan la primera evidencia de que la suplementación con
fosfato sódico podría mejorar las capacidades de atletas bien entrenados.
Kreider y cols. (1990,
1992) realizaron sendas investigaciones, una con atletas de élite y otra con ciclistas,
en donde observaron que la ingesta de fosfato sódico incrementaba el VO2max
y el umbral anaeróbico ventilatorio. En Stewart, McNaughton, Davies y Tristram
(1990) ocho ciclistas entrenados tomaron fosfato sódico durante tres días antes
de realizar una prueba máxima. Hubo aumentos significativos en el VO2max;
y soportaron más carga durante la prueba.
Estudios más recientes,
realizados con ciclistas entrenados, mostraron aumentos significativos en la
potencia media y un incremento en el volumen de oxígeno (Folland, Stern y
Brickley, 2008), así como descensos en la frecuencia cardíaca máxima y en
reposo (Czuba, Zajac, Poprzecki y
Cholewa, 2008).
Como se puede observar,
son muchos y muy diferentes los protocolos llevados a cabo para observar los
efectos de la suplementación con fosfatos. Sin embargo, no existe unanimidad
respecto a los resultados obtenidos; por ello, Buck, Wallman, Dawson y Guelfi
(2013) en su revisión sobre esta temática, apuntan que es importante valorar
que los resultados obtenidos podrían estar condicionados por las diferencias
entre los tipos de suplementos o el nivel de condición física de los
participantes en los estudios.
Existe cierta
controversia respecto a los protocolos de estudio utilizados, en algunos casos
tomando datos máximos y en otros casos datos submáximos. Por ello, sería
necesario obtener datos referentes a todo el transcurso de la prueba. En este
sentido, durante una prueba de esfuerzo
incremental es posible determinar la intensidad a la cual los sujetos alcanzan
el punto máximo de quema de grasas, a esta zona de entrenamiento se la conoce
con el nombre de Fatmax (Jeukendrup y Acthen, 2001; Achten, Gleeson y Jeukendrup,
2002). Ésta se puede encontrar a una intensidad de ejercicio comprendida entre
el 33 y el 65% del VO2max (Jeukendrup y Acthen, 2001; Venables,
Achten y Jeukendrup, 2005), pero no es posible encontrar estudios que
relacionen la suplementación con fosfato con la utilización de sustratos
metabólicos.
El hecho de que
pudieran producirse diferentes beneficios a la hora de la práctica de actividad
física como por ejemplo una mejora metabólica general y una mejora en la
eficiencia cardiovascular, ambas mencionadas anteriormente, puede llevar a
pensar que se producirán diferentes cambios en parámetros relacionados con la
serie roja o incluso en la composición corporal de los sujetos. No se ha
encontrado nada en la literatura relacionado con el estudio de estos
parámetros, por tanto resulta interesante y novedoso contar con los mismos para
su análisis y estudio.
Así pues, el objetivo
de este trabajo es evaluar el posible efecto ergogénico de la suplementación
con fosfato sódico en sujetos físicamente activos, mediante el análisis de la
serie roja, la composición corporal, y diferentes parámetros ergoespirométricos
(VO2, VCO2, RER, frecuencia cardíaca y potencia) en sus
valores máximos y submáximos en zona Fatmax.
MATERIAL Y MÉTODOS
La muestra de este
estudio fueron 20 sujetos varones físicamente activos, que realizaban actividad
física semanal pero que no seguían ningún protocolo de entrenamiento. La
actividad física realizada por los sujetos no perseguía un objetivo de alto
rendimiento, ya que así se observó después de valorar a los sujetos a través
del cuestionario IPAQ (Craig, Marshall, Sjostrom, Bauman, Booth y Ainsworth,
2003). Todos los participantes en la investigación fueron previamente
informados del protocolo de actuación y firmaron un consentimiento informado de
participación voluntaria, garantizándose la confidencialidad de los datos.
Todos ellos se comprometieron a mantener una dieta similar a la habitual. En el estudio se cumplieron los principios de
la Declaración de Helsinki y sus revisiones posteriores para estudios en
humanos.
Los sujetos se
dividieron aleatoriamente en dos grupos: grupo experimental y grupo placebo.
Las características iniciales de la muestra se exponen en la tabla 1.
Tabla 1. Características
de la Muestra.
|
Grupo
Experimental |
Grupo
Placebo |
Edad
(años) |
23,4±2,3 |
24±3,5 |
Actividad
Física (horas/sem) |
5,3±1,8 |
6,8±1,7 |
Altura
(cm) |
174,7±7,6 |
180±4,5 |
Peso
(kg) |
73,0±10,1 |
72,6±6,9 |
Masa
libre de grasa (MLG) (kg) |
61,4±7,1 |
62,6±5,3 |
Masa
grasa (MG) (kg) |
11,6±3,4 |
10,0±2,5 |
IMC |
23,8±1,9 |
22,3±1,8 |
Se desarrolló un
protocolo de actuación para que todos los sujetos realizasen el estudio en
condiciones similares. Los sujetos fueron sometidos a una entrevista donde
respondieron a diferentes preguntas y el protocolo experimental fue explicado
para que todos los sujetos tuvieran una idea general de todo el proceso que se
llevaría a cabo. Las respuestas más relevantes para nuestro estudio fueron el
número de horas de práctica de actividad física, con el fin de comprobar que
realmente no eran deportistas entrenados a un alto nivel.
La muestra se dividió
aleatoriamente en dos grupos: un grupo experimental, que tomó fosfato sódico
tribásico, en tres dosis diarias durante una semana completa. Las dosis se prepararon teniendo en cuenta la
masa libre de grasa de los sujetos (50mg/kg), al igual que hicieron Minson
(2000) y Czuba, Zajac, Poprzecki y
Cholewa (2008). El grupo placebo tomó como sustituto 50mg/kg de masa
libre de grasa de bicarbonato sódico, también en tres dosis diarias durante una
semana. En total fueron veintiuna las dosis a ingerir y a ambos grupos se les
indicó que a la hora de tomar la dosis en forma de cápsulas, para evitar así
que pudieran identificar la sustancia que estaban tomando.
Antes de comenzar la
ingesta de las sustancias, los sujetos llevaron a cabo el siguiente protocolo.
Todos los participantes fueron citados en ayunas en el laboratorio de medición
en la misma franja horaria (entre las 9 y las 11 de la mañana). Se les realizó
una evaluación de la composición corporal mediante bioimpedancia (Tanita®
BF-350), los parámetros recogidos fueron
el peso (kg), la masa sin grasa (kg. y % respecto al total del peso), la masa
grasa (kg. y % respecto al total del peso), el agua contenida en el cuerpo (kg.
y % respecto al total del peso) y el IMC (índice de masa corporal).
Se llevó a cabo una
extracción de sangre de la vena antecubital para obtener dos tubos de 10 ml.,
que se utilizaron para realizar un hemograma completo inmediatamente (Coulter Ac.T)
del que se recogieron datos de hematocrito (%), hemoglobina (g/dL), glóbulos
rojos (x10 ̑ 3/uL), volumen
corpuscular medio (fL).
Posteriormente, se les
permitió a los sujetos tomar un desayuno estandarizado y una hora después
realizaron una prueba de esfuerzo en cicloergómetro de freno electromagnético
(ERGO-METRICS 900); siguiendo el protocolo Fatmax adaptado (Achten, Gleeson y
Jeukendrup, 2002). La prueba ergométrica comenzó con una carga de 100W e iba
aumentando 25W cada 3 minutos hasta que no pudieran mantener la intensidad de
esfuerzo. Durante toda la prueba se registró la respuesta ventilatoria mediante
un analizador de gases (CORTEX METAMAX)
y la frecuencia cardíaca con un pulsómetro (Polar® S610i). La respuesta
espirométrica fue recogida cada 20 segundos.
Los datos que se
recogieron para su posterior análisis fueron los referidos al consumo de
oxígeno relativo (ml/min/kg), producción de CO2 (l/min) cociente respiratorio
(RER), frecuencia cardíaca (ppm), porcentaje respecto a la frecuencia cardíaca
de reserva y potencia alcanzada (W), tanto en parámetros máximos como aquellos
alcanzados en la zona Fatmax. Esta zona fue determinada siguiendo los
principios de la calorimetría indirecta ya que los carbohidratos, las grasas y
las proteínas al tener una composición química diferente, necesitan diferentes
cantidades de oxígeno y producen diferentes cantidades de dióxido de carbono al
ser oxidados, lo que permite determinar
las zonas en las que predomina un tipo u otro de sustrato (Jeukendrup y Wallis, 2005). Para los cálculos de los
valores obtenidos en cada estadío del test y para el cálculo de la zona Fatmax,
se tomó la media de los datos registrados en cada escalón de la prueba
ergométrica.
Después de una semana
de suplementación, fosfato o placebo según correspondía, se realizó el mismo
protocolo (evaluación de composición corporal, extracción de sangre y prueba de
esfuerzo incremental). De esta manera se evitó que la utilización inicial de
sustratos metabólicos durante la prueba se viese influenciada o condicionada
por ejercicio previo, llevándose a cabo un gasto de energía similar en las dos
pruebas, al estar éstas separadas en el tiempo (Jeukendrup y Walls, 2005).
Una vez recogidos todos
los datos se utilizó el programa estadístico SPSS en su versión 19.0 para el
análisis de los mismos. Se realizó un estudio de la normalidad de los datos
mediante la prueba de Kolmogorov-Smirnov.
Al no cumplir los datos con los criterios de normalidad se procedió a
realizar una prueba estadística no paramétrica para evaluar los efectos de la
ingesta de fosfato sódico. Para ello se utilizó el test de Wilcoxon para 2 muestras relacionadas. Se
tomaron como significativas aquellas diferencias con valor p<0,05. Los resultados se expresaron como
la media ± desviación estándar.
RESULTADOS
A
continuación se describen los resultados obtenidos en el estudio, en la tabla 2
aparecen detallados los datos de composición corporal antes y después de la
ingesta de fosfato sódico o placebo.
Tabla 2. Composición Corporal antes y
después de la ingesta del fosfato sódico o del placebo
VARIABLE |
GRUPO
EXPERIMENTAL |
|
GRUPO
PLACEBO |
|
||
|
Pre-Ingesta |
Post-Ingesta |
Sig. |
Pre-Ingesta |
Post-Ingesta |
Sig. |
Peso
(kg) |
73,08±10,15 |
72,63±9,96* |
0,024 |
72,62±6,91 |
73,24±6,80 |
0,075 |
IMC (peso/altura2) |
23,84±1,99 |
23,70±1,95* |
0,044 |
22,39±1,88 |
22,59±1,91 |
0,079 |
Masa
Libre de Grasa (MLG) (kg) |
61,46±7,10 |
61,48±7,03 |
0,799 |
62,60±5,37 |
63,16±5,20 |
0,079 |
Masa
Grasa (MG) (kg) |
11,62±3,45 |
11,15±3,20 |
0,059 |
10,02±2,53 |
10,07±2,50 |
0,799 |
Agua
(kg) |
45,00±5,21 |
45,00±5,14 |
0,959 |
45,84±3,92 |
46,25±3,80 |
0,090 |
%
MSG |
84,41±2,81 |
84,92±2,51 |
0,092 |
86,32±2,79 |
86,35±2,72 |
0,799 |
%
MG |
15,61±2,82 |
15,08±2,50 |
0,074 |
13,69±2,78 |
13,64±2,71 |
0,674 |
%
Agua |
61,78±2,04 |
62,15±1,86 |
0,092 |
63,19±2,05 |
63,22±1,99 |
0,733 |
p<0,05 en comparación Pre-ingesta vs. Post-ingesta
Se observa como después de la suplementación con fosfato
sódico se produce una disminución estadísticamente significativa en el peso y
en el IMC de los componentes del grupo experimental; a diferencia del grupo
placebo que ha experimentado un ligero aumento en ambos parámetros.
En la tabla 3 aparecen los resultados obtenidos después de
la realización de los hemogramas antes y después de la ingesta de fosfato
sódico o placebo.
Tabla 3. Valores hematológicos antes y después de la ingesta del fosfato sódico o del
placebo
VARIABLE |
GRUPO
EXPERIMENTAL |
|
GRUPO
PLACEBO |
|
||
|
Pre-Ingesta |
Post-Ingesta |
Sig. |
Pre-Ingesta |
Post-Ingesta |
Sig. |
HCT
(%) |
41,74±2,96 |
41,33±2,26 |
0,445 |
41,99±2,31 |
41,73±1,73 |
0,779 |
Hb
(g/dL) |
13,84±0,88 |
13,41±0,72 |
0,114 |
14,12±0,51 |
13,60±0,66 |
0,050 |
GR
(x10 ̑ 3/uL) |
4,91±0,31 |
4,86±0,30 |
0,333 |
4,89±0,28 |
4,96±0,33 |
0,889 |
VCM (fL) |
85,03±3,03 |
85,17±3,18 |
0,507 |
85,87±2,99 |
85,62±2,89 |
0,237 |
HCT: hematocrito; Hb: hemoglobina; GR: glóbulos rojos; VCR:
volumen corpuscular medio
No
se aprecia ningún cambio en los valores de hematocrito en ninguno de los dos
grupos del estudio después de la ingesta de las sustancias. Tampoco hay cambios
en el resto de parámetros de la serie roja: hemoglobina, glóbulos rojos o
volumen corpuscular medio en ningún grupo.
En
las tablas 4 y 5 se muestran los parámetros ergométricos obtenidos en la prueba
de esfuerzo incremental.
Tabla 4. Parámetros
ergoespirométricos en zona Fat Max
VARIABLE |
GRUPO
EXPERIMENTAL |
|
GRUPO
PLACEBO |
|
||
|
Pre-Ingesta |
Post-Ingesta |
Sig. |
Pre-Ingesta |
Post-Ingesta |
Sig. |
VO2
(ml/min/kg) |
19,60±2,59 |
18,10±3,41* |
0,031 |
25,25±12,15 |
25,50±13 |
0,746 |
VCO2 (l/min) |
1,16±0,13 |
1,06±0,17* |
0,038 |
1,43±0,57 |
1,50±0,60 |
0,123 |
RER |
0,85±0,07 |
0,82±0,06 |
0,092 |
0,84±0,04 |
0,86±0,05 |
0,207 |
FC
(ppm) |
121,70±17,88 |
116,40±14,28 |
0,386 |
126,12±31,48 |
120,00±24,24 |
0,176 |
%FC
Reserva |
55,10±12,59 |
50,20±6,65 |
0,507 |
56,50±21,21 |
53,12±16,92 |
0,395 |
Potencia
(W) |
105±15,81 |
105±10,54 |
1 |
131,25±47,72 |
134,38±51,65 |
0,317 |
* p<0,05) en comparación Pre-ingesta vs. Post-ingesta
VO2: consumo oxígeno; VCO2: consumo dióxido de carbono;
RER: cociente respiratorio; FC: frecuencia cardíaca; %FC: porcentaje frecuencia
cardíaca de reserva
Como
se puede observar existen descensos significativos después de la ingesta de
fosfato sódico en los valores de consumo de oxígeno (VO2) y en la
producción de dióxido de carbono (VCO2), no produciéndose ningún
cambio en estas variables en el grupo placebo.
Tabla 5. Parámetros
ergoespirométricos máximos
VARIABLE |
GRUPO
EXPERIMENTAL |
|
GRUPO
PLACEBO |
|
||
|
Pre-Ingesta |
Post-Ingesta |
Sig. |
Pre-Ingesta |
Post-Ingesta |
Sig. |
VO2
(ml/min/kg) |
47,09±10,36 |
47,87±9,99
|
0,203 |
53,71±4,67 |
52,74±8,22 |
1 |
VCO2 (l/min) |
3,25 ± 0,42 |
3,36 ± 0,36 |
0,168 |
3,65 ± 0,56 |
3,89 ± 0,43 |
0,086 |
RER |
1,02 ± 0,03 |
1,01 ± 0,04 |
0,558 |
0,99 ± 0,05 |
1,01± 0,02 |
0,263 |
FC
(ppm) |
184,20±7,38 |
187,20±8,63 |
0,173 |
186,88±7,43 |
185,63±8,4 |
0,348 |
Potencia
(W) |
235,00±39,44 |
247,50±32,17* |
0,025 |
275,00±55,10 |
290,63±55 |
0,059 |
* p<0,05) en comparación Pre-ingesta vs. Post-ingesta
VO2: consumo oxígeno; VCO2: consumo dióxido de carbono;
RER: cociente respiratorio; FC: frecuencia cardíaca
Como
se puede apreciar, no existen diferencias significativas después de la ingesta
de las sustancias, respecto al consumo máximo de oxígeno o en los valores de
frecuencia cardíaca máxima en ninguno de los dos grupos. Sin embargo se puede
observar como después de la suplementación, se produce un aumento en la
potencia máxima alcanzada durante la prueba en el grupo experimental.
DISCUSIÓN
No hay referencias de
otros trabajos que analicen los efectos de la ingesta de fosfato sódico sobre parámetros de composición corporal. En este estudio,
se observa una disminución del peso y el IMC de los sujetos del grupo
experimental, esto puede ser causado por una mejora metabólica general, que
aumentaría la oxigenación de los tejidos y la capacidad para quemar sustratos
metabólicos, como sugieren Kreider y cols. (1992). Este
hecho podría plantear un posible efecto ergogénico de la ingesta del fosfato
sódico a corto plazo sobre la disminución de la masa grasa, lo que sería de
utilidad en deportes que requieran de una disminución de su masa para el
rendimiento (saltos, deportes de resistencia) o para establecer una categoría
de competición, como es el caso de los deportes de combate (judo, taekwondo,
etc) aunque debería ser estudiado en profundidad en futuros trabajos.
Por
otro lado, se realizó un análisis de parámetros sanguíneos relacionados con la
serie roja como son el hematocrito, la hemoglobina, los glóbulos rojos y el
volumen corpuscular medio. El hecho de que en los estudios de Cade y cols.
(1984), Farber y cols. (1987), Kreider y cols. (1990, 1992), Folland y cols.
(2008) y, Czuba y cols (2008) se produzca una mejora en la regulación
metabólica y el consumo de oxígeno, nos lleva a pensar que el estudio de la
serie roja es otra posible vía de mejora del rendimiento aeróbico. El no
obtener aumentos en estos parámetros antes y después de la ingesta puede ser
debido a que el aumento de la temperatura corporal durante el ejercicio afecta
a las células rojas de la sangre. También el
aumento de la velocidad en la circulación sanguínea va a provocar que los
eritrocitos choquen aumentándose la probabilidad de destrucción de los mismos o
a que el estrés producido durante el ejercicio aumenta la fragilidad de las
membranas de los hematíes (Terrados y Leibar, 1995; citado en Legaz Arrese,
2000).
Los
datos obtenidos en la zona Fatmax indican que los sujetos experimentales
disminuyen su consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono en este
tramo de la prueba. Todo ello debido a la ingesta de fosfato sódico, no
consiguiendo estos resultados los sujetos que tomaron placebo. Al no contar con
datos de estudios anteriores con los que comparar los nuestros, se puede decir
que estos novedosos resultados indican que los
sujetos experimentales consiguen una mejora significativa en la quema de
grasas, mejorando la eficiencia energética, al menos bajo las condiciones y
características de nuestro estudio. Estos resultados se relacionan con las
afirmaciones de Jeukendrup, Saris y Wagenmakers (1998) donde indican que la
capacidad aumentada para oxidar ácidos grasos está relacionada con un mejor
rendimiento.
Los
estudios existentes en la literatura han seguido la línea de investigación
iniciada por Cade y cols. (1984), donde encontraron aumentos significativos en
el VO2max. Al igual que en este estudio, Kreider y cols. (1990),
Stewart y cols. (1990), Kreider y cols. (1992), Czuba y cols. (2008),
encontraron también aumentos significativos
en el consumo de oxígeno. Como se puede apreciar en nuestros resultados,
no se producen variaciones en el consumo
máximo de oxígeno, por lo que, nuestro estudio aporta datos contrarios,
siguiendo la tendencia del trabajo realizado por Folland y cols. (2008) donde
los cambios en el VO2max no fueron estadísticamente significativos.
El hecho de que no se encuentren cambios en esta variable puede ser debido a la
falta de entrenamiento de nuestros sujetos durante el periodo de
suplementación, algo que no ocurrió en los anteriores estudios revisados donde los
sujetos eran deportistas entrenados que siguieron con su régimen de
entrenamiento normal durante todo el proceso.
El aumento en los valores de potencia máxima alcanzada de los
sujetos del grupo experimental, nos lleva a hablar de una mejora en el rendimiento
de los sujetos y por tanto un efecto ergogénico. Estos datos están apoyados por
los obtenidos por Stewart y
cols. (1990) y Kreider y cols. (1992); en ambos estudios se encontraron mejoras
en la potencia alcanzada y mejoras en los tiempos de las pruebas. También se
encontraron aumentos significativos en la potencia media, al igual que en
Folland, Stern y Brickley (2008). Estas mejoras podrían ser atribuibles a una
mejora metabólica general, a cambios motivados por la acción de la 2,3 DPG
(Cade y cols., 1984). La disminución del peso corporal y del IMC también
podrían incidir en el aumento de la potencia máxima, pero estos cambios serían
más notables en otras actividades donde hubiese que desplazar el peso corporal,
como podría ser la carrera a pie si las pruebas se hubiesen realizado sobre un
tapiz rodante.
CONCLUSIONES
LIMITACIONES DEL ESTUDIO
En
la mayoría de estudios revisados, Cade y cols. (1984), Farber y
cols. (1984), Kreider y cols. (1990), Stewart y cols. (1990), Bremner y cols. (2002), Czuba y
cols. (2008), se estudiaron parámetros sanguíneos tales como, la concentración
de fosfato en suero o los niveles de 2,3DPG. Estos parámetros no han sido
analizados en nuestro estudio, por no disponer en ese momento de los medios y
técnicas necesarios para llevar a cabo el análisis de los mismos.
Para
futuros estudios sería recomendable alargar en el tiempo la evaluación de la
serie roja, después de pasar un periodo de ‘lavado’ sin ingerir ninguna
sustancia. Así sería posible valorar la posible creación de sustancias formes
que permitan una mejora en el transporte
de oxígeno en el organismo.
También existe la
posibilidad que los sujetos hayan experimentado una mejora en las respuestas
psicológicas al ejercicio gracias al efecto placebo, ya que el hecho de tomar
una sustancia puede haberles permitido realizar ejercicio de mayor intensidad
y/o duración percibiendo el mismo estrés o estando más motivados.
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte - vol. 16 - número 61 - ISSN: 1577-0354