DOI: 10.15366/rimcafd2019.76.009
ORIGINAL
ESQUÍ NÁUTICO RECREATIVO EN PERSONAS CON
PARAPLEJIA: A PROPÓSITO DE TRES CASOS
RECREATIONAL
WATER SKIING IN PEOPLE WITH PARAPLEGIA: A STUDY OF THREE CASES
Suárez-Iglesias, D.1;
Rodríguez-Fernández, A.2; Rodríguez-Marroyo, J.A.3; López-Flores,
M.4 y Villa-Vicente, J.G.5
1 Doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Grupo de
Investigación VALFIS, Universidad
de León (España) dsuai@unileon.es
2 Doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Universidad Isabel I (España)
alejandro.rodriguez.fernandez@ui1.es
3 Titular de Universidad, Grupo de Investigación VALFIS, Universidad de León
(España) j.marroyo@unileon.es
4 Máster Universitario en Innovación e Investigación en Ciencias de la
Actividad Física y el Deporte, Universidad Isabel I (España)
marcos.lopez@ui1.es
5
Catedrático de Universidad, Grupo de
Investigación VALFIS, Universidad
de León (España) jg.villa@unileon.es
Este
trabajo ha sido realizado gracias a una Beca FPU (Convocatoria 2012) del
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte – Gobierno de España
Código UNESCO / UNESCO code: 6103.08 Rehabilitación / Rehabilitation
Clasificación Consejo de Europa / Council of Europe classification: 17. Otras: Actividad física
adaptada/ Others: Adapted Physical Activity
Recibido 26 de noviembre de 2017 Received
November 26, 2017
Aceptado 28 de noviembre de 2018 Accepted
November 28, 2018
Resumen
Objetivos: se analizaron la condición
cardiorrespiratoria y la intensidad de esfuerzo durante la práctica recreativa
del esquí náutico de slalom. Metodología: participaron tres esquiadores
náuticos con paraplejia moderadamente activos. Realizaron un test incremental
en un ergómetro de brazos para determinar su VO2pico y los umbrales
ventilatorios y completaron 3 sesiones de práctica de esquí náutico, separadas
por 48h, registrándose la FC cada 5 s. Resultados: obtuvieron un VO2pico
de 22,3 ± 0,6 mL·kg-1·min-1 y los umbrales ventilatorios
se analizaron al ~80 y ~50% del VO2pico. La FC media en las sesiones
de esquí náutico fue de 111 ppm, lo que representó una intensidad de ~45% de la
FC de reserva (FCR), permaneciendo por encima del 40% de la FCR ~12 min. Conclusión:
la intensidad moderada de la práctica recreativa de esquí náutico de slalom podría
servir para mantener o mejorar la condición cardiorrespiratoria en estas tres personas
con paraplejia.
Palabras clave: intensidad de esfuerzo;
Frecuencia cardiaca; Esquí náutico; Lesión medular; Rehabilitación.
abstract
Objectives:
the cardiorespiratory fitness and the intensity of effort were analyzed during
the recreational practice of slalom water skiing. Methodology: three moderately
active water skiers with paraplegia participated. They performed an incremental
test on an arm ergometer to determine their VO2peak and ventilatory thresholds
and completed 3 sessions of water skiing, separated by 48h, where the HR was
recorded every 5 s. Results: they obtained a VO2peak of 22.3 ± 0.6 mL·kg-1·min-1
and the ventilatory thresholds were analyzed at ~80 and ~50% of the VO2peak.
The average heart rate in the water ski sessions was 111 bpm, which represented
an intensity of ~45% of the heart rate reserve (HRR), remaining above 40% of
the HRR ~12 min. Conclusion: the moderate intensity of recreational slalom
skiing could serve to maintain or improve the cardiorespiratory fitness in
these three people with paraplegia.
key words: Intensity of effort; Heart rate; Waterskiing; Spinal
cord injury; Rehabilitation.
Introducción
La lesión
medular (LM), causa severa de discapacidad, cursa con alteraciones motoras y/o
sensoriales permanentes y de otras funciones corporales por debajo del nivel de
la lesión. Conlleva a menudo utilizar una silla de ruedas o depender del
miembro superior para moverse y realizar las actividades de la vida diaria
(AVD). Esto sitúa a las personas que experimentan una LM como el grupo
poblacional con mayor inactividad física y aumenta en consecuencia el riesgo de complicaciones de salud secundarias (Martin Ginis, Jörgensen, y Stapleton, 2012).
El estilo de vida sedentario coloca a estas personas en el espectro más bajo de
los niveles de condición física (Nash, 2005),
lo que menoscaba su capacidad para un correcto desempeño en las AVD. De hecho,
se estima que sólo el 25% de los jóvenes sanos con paraplejia presentan el
nivel de condición física requerido para ser independientes en su vida (Martin Ginis et al., 2012). La condición
cardiorrespiratoria, como componente de condición física, es relevante para la
independencia, salud y calidad de vida aunque está muy reducida en esta
población (Haisma et al., 2006; Hicks et al.,
2011), más aún con la edad y cuanto más alta y compleja es la lesión (Janssen, Dallmeijer, Veeger, y van der Woude, 2002).
Una peor condición cardiorrespiratoria conduce a una disminución de la
actividad y la participación, lo que reduce aún más la condición
cardiorrespiratoria, y así sucesivamente (Haisma
et al., 2006).
El
mantenimiento o mejora de la condición cardiorrespiratoria en personas con LM
no es posible sólo a través de la realización de las AVD, cuya demanda física
no presenta la intensidad y duración adecuadas (Janssen,
van Oers, van der Woude, y Hollander, 1994). Por el contrario, la participación
regular en programas de ejercicio y deportes les permite prevenir limitaciones
en su movilidad e independencia (Janssen et al.,
1994) y mantener y mejorar la capacidad física (Hicks et al., 2011; Tweedy et al., 2017). Existe una fuerte y
consistente evidencia respecto a la eficacia de programas de entrenamiento
ejecutados con ergometría de brazos o en silla de ruedas, realizados tres veces
por semana, de intensidad moderada a vigorosa (40-80% de la frecuencia cardiaca
de reserva, FCR), para aumentar la capacidad aeróbica (VO2max) en
personas con LM (Hicks et al., 2011). No
obstante, la actividad física en el tiempo libre de personas con LM se suele
llevar a cabo a intensidades más bien moderadas, predominando el entrenamiento
de resistencia, el ejercicio aeróbico y el manejo de silla de ruedas (Martin Ginis et al., 2010). Para evitar
lesiones por el uso excesivo de las extremidades superiores asociado al pedaleo
de brazos y al empuje de silla de ruedas, Durstine,
Moore, Painter, & American College of Sports Medicine (2016) sugieren
variar este tipo de actividades efectuadas típicamente en espacios interiores.
De este modo, Kelly (2016) propone para
mejorar y/o mantener la condición física de las personas con LM ejercitarse a
lo largo de su vida tanto en climas cálidos y fríos como en espacios interiores
y exteriores. Así, no sólo los deportes en silla de ruedas en recintos cerrados
propician un estímulo para mejorarla (Bernardi
et al., 2010; Sindall et al., 2013), sino también las actividades
recreativas y deportivas propias de los meses cálidos realizadas en embalses,
lagos y mares como la vela, el surf o el esquí náutico (Kelly, 2016).
El esquí
náutico adaptado se ha propuesto como posible buena práctica inclusiva según criterios de impacto positivo y
sostenibilidad en el tiempo, y su práctica por personas con paraplejia y
tetraplejia con diferentes capacidades funcionales y niveles técnicos se adapta
mediante una posición sentada (Suárez-Iglesias y
Suárez-García, 2016). Puede realizarse a nivel competitivo, sobre todo
en la disciplina de slalom en las categorías MP1-MP5 (International Waterski & Wakeboard Federation, 2016), o más
frecuentemente a nivel recreativo (Lundberg,
Bennett, y Smith, 2011). Aunque las demandas fisiológicas del esquí
náutico de pie se han investigado recientemente en relación a sus beneficios
para la salud (Papathanasopoulou et al., 2016),
hasta donde llega nuestro conocimiento ningún trabajo ha estudiado las
repercusiones del esquí náutico adaptado. El análisis de estas demandas podría
ser de gran interés para los esquiadores cuya práctica es recreativa, así como
para los competidores y entrenadores. Los objetivos de este trabajo a propósito
de tres esquiadores con paraplejia fueron determinar su condición física
cardiorrespiratoria y analizar la intensidad de esfuerzo realizada durante la
práctica recreativa de esquí náutico en la disciplina de slalom.
MATERIAL Y MÉTODOS
Participantes
Los criterios
de inclusión que cumplieron los tres esquiadores náuticos con LM traumática
participantes en el estudio fueron tener un diagnóstico de paraplejia completa
A en la Escala ASIA (Kirshblum et al., 2011),
no presentar contraindicaciones para realizar ejercicio, ser moderadamente
activos (2-3 horas semanales de actividad física) (Janssen et al., 2002) y acumular una experiencia en la práctica
recreativa de la disciplina de slalom de al menos un año. Se comunicó a todos
los participantes las características del estudio y dieron su consentimiento
informado tras conocer los riesgos y beneficios asociados. El estudio se llevó
a cabo conforme a la Declaración de Helsinki.
Procedimiento
Cada esquiador
llevó a cabo una sesión de práctica de esquí náutico en horario de 10 a 13 h en
cada una de las 3 jornadas analizadas, separadas por 48 h. Dos días antes de la
primera práctica, en los que tenían que abstenerse de realizar actividad
deportiva formal alguna, se determinó en el laboratorio la masa corporal del
esquiador. Ésta fue obtenida restando la masa de la silla de ruedas a la masa
total de la silla de ruedas más el esquiador con una báscula para silla de
ruedas SECA 677 (SECA, Hamburgo, Alemania). Además, se determinó la altura con
el esquiador tumbado en una camilla (Froehlich-Grobe,
Nary, Van Sciver, Lee, y Little, 2011). Inmediatamente después, se
registraron durante tres minutos los valores de FC de reposo (FCreposo)
mediante un monitor de frecuencia cardiaca Polar Team System 2 (Polar Electro
Oy, Kempele, Finlandia) validado (Engström, Ottosson, Wohlfart, Grundström, y Wisén,
2012). A continuación, y sentado en su silla de
ruedas, se valoró la condición cardiorrespiratoria del sujeto mediante un
ergómetro de brazos.
Figura 1.
Configuración experimental de (a) prueba cardiorrespiratoria máxima y (b) sesiones
de práctica recreativa
Prueba
cardiorrespiratoria máxima
Los esquiadores
calentaron pedaleando libremente sin resistencia durante 5 min a 50 rev·min-1,
mediante un ergómetro de brazos con ajuste de la carga por fricción (Monark
Rehab Trainer 881 E, Monark Exercise AB, Varberg, Suecia), habiendo colocado
los ejes de pedal al nivel de las articulaciones acromioclaviculares.
Previamente, habían vaciado sus vejigas y se habían familiarizado con el
ergómetro y la mascarilla cráneo-facial con neumotacógrafo conectada a una
unidad metabólica de análisis de gas respiración a respiración (Medisoft
Ergocard, Medisoft Group, Sorinnes, Bélgica) (Figura 1a). La prueba comenzó con
una carga inicial de 25 W y se incrementó manualmente 5 W cada minuto hasta la
extenuación (De Mello, Silva, Esteves, y Tufik,
2002). La FC fue registrada a lo largo de toda la prueba mediante un electrocardiógrafo
de 12 derivaciones (Medisoft Ergocard, Medisoft Group, Sorinnes, Bélgica) y
cada 5 s usando un pulsómetro (Polar Team System 2, Polar Electro Oy, Kempele, Finlandia). La
prueba finalizó cuando el participante fue incapaz de
mantener la cadencia de pedaleo por encima de 50 rev·min-1. Se
consideró la prueba máxima cuando los sujetos alcanzaron al menos dos de los
siguientes criterios: a) una meseta (≤150 mL·min-1) o un pico
máximo en el VO2 tras el que disminuye con el incremento de la carga
al extenuarse (VO2pico), b) una FC equivalente a ± 10 latidos·min-1 del máximo predicho por la edad (220-edad), c) un cociente
respiratorio ≥ 1,10 (Midgley, McNaughton,
Polman, y Marchant, 2007). El valor de VO2 más alto
promediando los datos cada 30 s se consideró como VO2max, indicador
de capacidad aeróbica. Del mismo modo, el valor de FC más alto hallado al final
de la prueba fue considerado como la FCmax de los sujetos.
Posteriormente, atendiendo a los criterios de
Davis (1985), se
determinó el umbral aeróbico (VT1) y anaeróbico (VT2) o
indicador de resistencia aeróbica. Los umbrales ventilatorios fueron hallados,
de manera independiente, por dos investigadores. Cuando hubo discrepancias la
opinión de un tercer investigador fue considerada.
Práctica recreativa de esquí náutico adaptado
Se acudió a un embalse y se registró cada 5 s la frecuencia cardiaca
(Polar Team System 2, Polar Electro Oy, Kempele, Finlandia). Las
condiciones del tiempo fueron variables, situación habitual en el esquí náutico
(Bray-Miners et al., 2012), registrando
la estación meteorológica más cercana unos promedios de temperatura ambiental de 24,7 ºC (22,2-30,6
ºC) y de velocidad del viento de 17,3 km·h-1 (15,0-30,0 km·h-1).
Tras cinco minutos de calentamiento estandarizado en el barco con ejercicios de
movilidad, los esquiadores se introdujeron en el agua para llevar a cabo en
cada una de las sesiones las diferentes actividades comunes a la práctica de esquí
náutico recreativo (Figura 1b), las cuales fueron descritas, tipificadas y
agrupadas en cuatro categorías (Tabla 1) por un observador experto que registró
por escrito su duración (cronómetro digital manual Traceable VWR, Pennsylvania,
EE.UU.). Para respetar las recomendaciones sobre volumen de ejercicio para una
buena salud cardiometabólica (Tweedy et al.,
2017), se indicó que se realizaran las actividades durante un periodo
≥10 minutos consecutivos sin que el esquiador regresara al barco para
descansar. No obstante, en función de los factores ambientales incontrolables y
de las actividades preferidas por cada esquiador, se podía regresar al interior
del barco en caso de percibir incomodidad personal o aparecer los primeros
síntomas de hipotermia, finalizando de este modo la sesión de práctica, habida
cuenta del riesgo de disreflexia autonómica en paraplejia alta (Nash, 2005). El barco fue manejado por un
piloto experto y se ajustó la velocidad mediante un sistema de control
automático según los requerimientos de cada esquiador, con aumentos mínimos de
3 km·h-1. La longitud de cuerda se mantuvo constante para todos a 18,25
m y la velocidad a 34 km·h-1, aunque el Esquiador 1 demandó un rango
de velocidades que llegó a los 40 km·h-1.
Posteriormente
los registros de FC se transfirieron a un ordenador a través de un software
específico (Polar Pro Trainer 5, PolarTeam,
Polar Electro Oy, Kempele, Finlandia) para su
análisis (Nunan et al., 2009). La FCR se
calculó como la diferencia entre la FCmax y la FCreposo y
el porcentaje de FCR (%FCR) se halló atendiendo a la fórmula de Karvonen, Kentala, y Mustala (1957). Para
determinar la intensidad del esfuerzo, los datos de FC registrados se cruzaron
con la información anotada por el observador y se obtuvieron como variables el
tiempo de práctica en min, la FC media (FCmed) y el tiempo que los
esquiadores permanecieron por encima del 40% de la FCR en cada una de las
categorías analizadas, porcentaje asociado a una intensidad moderada o superior
(Tweedy et al., 2017).
Actividades |
||
Categoría |
Tipo |
Descripción |
Salidas |
|
Desde una posición estática, el esquiador
sale del agua y, mientras gana velocidad progresivamente, adopta una postura
de esquí segura detrás del barco, hasta que tira con fuerza para ir fuera de
la ola |
Aguas libres |
Hacia fuera y hacia atrás |
A un lado y ligeramente fuera de la ola, mientras
se mira al barco, abrirse cortando hacia el lateral del barco, para
retroceder a continuación hasta la ola. Repetir varias veces a cada lado del
barco |
Ritmo |
Alejarse 6 m de la ola e iniciar una serie
de giros a ambos lados de la ola con cadencia baja, controlando la presión
sobre los flancos del esquí y sintiendo los movimientos de contra-rotación y
el balanceo de proa-popa |
|
Atacar la ola |
Cruzar la ola desde ambos lados, sin giros
brucos. Una vez cruzada, dejarse deslizar hasta la altura del barco igualando
la velocidad con éste. Se imita así el movimiento de entrada al campo de
mini-slalom |
|
Campo de mini-slalom |
Anticipar la boya |
Abrirse hacia fuera antes de lo habitual
para encarar la puerta de entrada del campo de mini-slalom, tratando de
mantener este timing a lo largo del
campo y ver cada boya, según se gira, un poco antes de llegar a ella |
Pasada lenta |
Reducir la velocidad del barco y pasar el
campo de mini-slalom enlazando lenta y progresivamente cada boya en una sola
serie rítmica y fluida de giros y cruces de ola, poniendo la atención en
aspectos de la técnica |
|
Transiciones |
En la estela |
El esquiador se mantiene detrás del barco y
justo en la estela que deja éste mientras es arrastrado. Mantiene el agarre
del palonier |
En el agua |
El esquiador se encuentra dentro del agua
tras producirse una caída, tanto voluntaria como no forzada, hasta que vuelve
a prepararse para iniciar una salida. No está agarrando el palonier |
Tabla 1. Categoría, tipo y descripción de actividades
realizadas en las tres prácticas recreativas de esquí náutico
Resultados
La edad, masa corporal, altura y datos clínicos de los tres casos
aparecen en la Tabla 2. El Esquiador 1 presentaba un nivel de esquí náutico
avanzado (Bray-Miners, Runciman, y Monteith,
2012), el Esquiador 2 un nivel intermedio-avanzado y el Esquiador 3 un
nivel intermedio (Runciman, 2011).
Tabla 2. Características personales y de lesión
medular
Esquiador |
Edad (años) |
Masa corporal (kg) |
Altura (cm) |
Nivel LM torácica |
Tiempo lesionado (años) |
Exp. EN (años) |
1 |
28 |
55 |
177 |
5 |
7 |
3 |
2 |
44 |
65 |
173 |
7 |
25 |
4 |
3 |
35 |
70 |
172 |
12 |
9 |
2 |
Nota: LM
= lesión medular; Exp. EN =
experiencia en esquí náutico
Condición física a través
de la medida de la condición cardiorrespiratoria
Los valores máximos y
en el umbral aeróbico y anaeróbico obtenidos en la prueba de laboratorio se
muestran en la Tabla 3. El Esquiador 2, de mayor edad y experiencia, fue quien
alcanzó el mayor tiempo de prueba, potencia máxima (POmax), VO2pico,
cociente respiratorio máximo (QRmax) y ventilación máxima (VEmax).
El Esquiador 3 obtuvo un tiempo de prueba y POmax un 23% y 25%
inferior respectivamente frente al Esquiador 2, con un similar VO2pico
y QRmax. El Esquiador 1, alcanzando una FCmax y VO2pico
similares al Esquiador 2, realizó un tiempo de prueba un 16% inferior y una POmax
un 19% menor que éste. Igualmente, el Esquiador 2 presenta una resistencia
aeróbica (o intensidad de esfuerzo correspondiente al umbral anaeróbico) más
alta tanto en la potencia que moviliza como en el VO2 requerido,
identificándose al 87% del VO2pico y al 82% de la FCmax.
El Esquiador 3 presentó valores de potencia y VO2 intermedios entre
ellos, identificándose al 83% del VO2pico, pero sólo al 76% de la FCmax;
mientras que el Esquiador 1 es el que en la prueba de laboratorio tiene peor
resistencia aeróbica al presentar una potencia un 33% menor y un %VO2pico
un 15% inferior respecto al Esquiador 2, a la vez que presenta la frecuencia
cardiaca más elevada correspondiente al 90% de la FCmax, es decir,
un 7% y un 14% mayor que la de los esquiadores 2 y 3, respectivamente.
Comportamiento similar al que acontece con los valores en el umbral aeróbico al
presentar un similar %VO2pico, una potencia un 17% y un 29% inferior
a la de los esquiadores 2 y 3 respectivamente, y con un % FCmax un
26% y un 16% mayor respectivamente.
Tabla 3.
Valores máximos y en el umbral aeróbico y anaeróbico de esquiadores con
paraplejia en la prueba ergoespirométrica de laboratorio mediante ergómetro de
brazos
Variable |
Esquiador
1 |
Esquiador
2 |
Esquiador
3 |
M
(DE) |
Tiempo
prueba (min) |
13,0 |
15,5 |
12,0 |
13,5
(1,8) |
POmax
(W) |
65 |
80 |
60 |
68,3
(10,4) |
VO2pico
(L·min-1) |
1,2 |
1,5 |
1,6 |
1,4
(0,2) |
VO2pico
(ml·kg-1·min-1) |
22 |
23 |
22 |
22,3
(0,6) |
FCmax (latidos·min-1) |
182 |
173 |
159 |
171
(12) |
QRmax |
1,4 |
1,6 |
1,4 |
1,5
(0,1) |
VEmax
(L·min-1) |
61,0 |
78,5 |
68,7 |
69,4
(8,8) |
PO-VT2
(W) |
40 |
60 |
50 |
50,0
(10,0) |
VO2-VT2
(L·min-1) |
0,9 |
1,3 |
1,3 |
1,2
(0,2) |
VO2-VT2 (ml·kg-1·min-1) |
16 |
20 |
19 |
18,3 (2,1) |
%VO2pico-VT2
(%) |
72 |
87 |
83 |
80,7
(7,8) |
FC-VT2
(latidos·min-1) |
163 |
142 |
120 |
142
(22) |
%FCmax-VT2
(%) |
89,6 |
82,1 |
75,5 |
82,4
(7,1) |
QR-VT2 |
1,1 |
1.2 |
1.1 |
1,1
(0,1) |
VE-VT2
(L·min-1) |
31,0 |
43,1 |
40,0 |
38,0
(6,3) |
PO-VT1
(W) |
25 |
30 |
35 |
30,0
(5,0) |
VO2-VT1
(L·min-1) |
0,6 |
0,7 |
0,9 |
0,7
(0,2) |
VO2-VT1 (ml·kg-1·min-1) |
10 |
11 |
13 |
11,3 (1,5) |
%VO2pico-VT1
(%) |
47 |
47 |
57 |
50,3
(5,8) |
FC-VT1(latidos·min-1) |
143 |
91 |
99 |
111
(28) |
%FCmax-VT1
(%) |
78,6 |
52,6 |
62,3 |
64,5
(13,1) |
QR-VT1 |
1,0 |
0,9 |
0,9 |
0,9
(0,1) |
VE-VT1
(L·min-1) |
21,2 |
19,9 |
23,1 |
21,4
(1,6) |
Nota:
M = media; DE = desviación estándar; POmax
= potencia máxima; W = watios; VO2pico = consumo de oxígeno
máximo; FCmax = frecuencia cardiaca máxima; QRmax = cociente respiratorio
máximo; VEmax =
ventilación máxima; VT2 = umbral
anaeróbico; VT1 = umbral aeróbico
La intensidad de la práctica recreativa de esquí náutico
adaptado a través del tiempo y la frecuencia cardiaca
Tiempos de práctica recreativa de esquí náutico
adaptado
Al computar la duración de las tres sesiones de
práctica, el Esquiador 3 fue quien totalizó más tiempo de práctica, más de la
mitad en aguas libres. El Esquiador 1 acumuló un tiempo de práctica un 8%
inferior, siendo la categoría de transiciones la predominante. Respecto al
Esquiador 2, éste invirtió el menor tiempo de práctica, fundamentalmente en
aguas libres. La categoría de práctica donde los esquiadores invirtieron más
tiempo fue en aguas libres, seguida de las transiciones, las salidas y el campo
de mini-slalom. En todos los esquiadores, el tiempo en el campo de mini-slalom
fue el más reducido o no se produjo (Tabla 4).
Respuestas de frecuencia cardiaca en la práctica recreativa
de esquí náutico adaptado
Son evidentes las diferencias entre esquiadores
para todas las categorías de práctica y sesiones (Tabla 4). El promedio de FCmed
obtenido por los esquiadores en el total de las 3 sesiones de práctica
representó un porcentaje de la FCmax alcanzada en la prueba
ergoespirométrica (promedio de 171 latidos·min-1) del 65%, siendo el
promedio similar en todas las categorías de práctica, aunque algo más intenso
en el esquí en el campo de mini-slalom y en aguas libres. El Esquiador 1, con
menor nivel de resistencia aeróbica en la prueba ergoespirométrica, es el que
esquía a una intensidad de esfuerzo con una FCmed más alta en
términos absolutos y relativos, pues a la intensidad correspondiente al umbral
aeróbico en la prueba ergoespirométrica los valores de FC-VT1 obtenidos son
similares a los promedios en la práctica recreativa de FCmed, de
forma que el Esquiador 1 presenta valores un 26% y 16% mayores que los
esquiadores 2 y 3, respectivamente. A su vez, el Esquiador 3, con similar
capacidad aeróbica, pero menor POmax y FCmax y una resistencia
aeróbica algo menor, presenta una FCmed y una FC-VT1 en el umbral
aeróbico un 10% mayor que el Esquiador 2.
En lo relativo al promedio del %FCR obtenido
por los esquiadores en las sesiones de práctica, este fue similar en todas las
categorías de práctica, aunque algo más intenso esquiando en el campo de
mini-slalom y en aguas libres. El Esquiador 1 esquió a una intensidad de
esfuerzo superior en un 32% y en un 22% en el %FCR respecto a los esquiadores 2
y 3 (diferencia similar en cada una de las categorías de práctica). A su vez,
el Esquiador 3 esquió a una intensidad un 10% menor en el %FCR que el Esquiador
2.
Tabla
4. Duración e intensidad de las categorías de
práctica y de las tres sesiones de práctica de cada esquiador
|
Salidas |
Aguas libres |
Campo de mini-slalom |
Transiciones |
Total 3 sesiones |
Tiempo total, min (%) |
|
|
|
|
|
Esquiador 1 |
3,3 (6,0) |
19,4 (3,6) |
5,8 (10,6) |
26,1 (47,8) |
54,6 |
Esquiador 2 |
11,0 (24,3) |
23,0 (51,0%) |
1,2 (2,7) |
9,9 (22,0) |
45,1 |
Esquiador 3 |
14,9 (25,3) |
34,3 (58,1%) |
- |
9,8 (16,7) |
59,0 |
Total |
29,1 (18,3) |
76,7 (48,3) |
7,0 (4,4) |
45,9 (28,9) |
158,7 |
FCmed,
lpm, M (DE) |
|
|
|
|
|
Esquiador 1 |
132 (14) |
144 (9) |
144 (3) |
140 (10) |
141 (4) |
Esquiador 2 |
90 (7) |
95 (9) |
87 (4) |
92 (6) |
92 (1) |
Esquiador 3 |
101 (9) |
102 (6) |
- |
86 (13) |
100 (9) |
Promedio |
108 (22) |
114 (27) |
116 (40) |
106 (30) |
111 (26) |
%FCR, M (DE) |
|
|
|
|
|
Esquiador 1 |
55,8 (12,4) |
66,7 (8,3) |
66,8 (2,9) |
63,2 (8,4) |
64,0 (3,5) |
Esquiador 2 |
30,3 (6,1) |
34,7 (8,0) |
28,0 (3,6) |
32,3 (5,2) |
32,1 (1,1) |
Esquiador 3 |
43,8 (5,8) |
44,3 (5,6) |
- |
28,6 (12,9) |
42,3 (9,0) |
Promedio |
43,4 (12,6) |
48,6 (16,4) |
47,4 (27,4) |
41,4 (19,0) |
46,1 (16,3) |
Nota:
Valores expresados como M, media (DE, desviación estándar). FCmed = frecuencia
cardiaca media, lpm = latidos·min-1;
%FCR = porcentaje de la frecuencia
cardiaca de reserva
La Figura 2 revela como para el conjunto de
sesiones de práctica, se apreciaron diferencias interindividuales en el tiempo
que estuvieron por encima del 40% de la FCR: un promedio de 18,3 min para el
Esquiador 1; de 3 min para el Esquiador 2; y de 15 min para el Esquiador 3.
También se produjeron diferencias inter e intraindividuales en el porcentaje de
tiempo promedio por encima del 40% de la FCR. El Esquiador 1 estuvo por encima
del 40% de la FCR (límite inferior de una intensidad moderada) el
100% del tiempo de práctica para todas sus sesiones; el Esquiador 2 solamente
contabilizó un 19%, 12% y 24% del tiempo total para la 1ª, 2ª y 3ª sesión,
respectivamente; y el Esquiador 3 la alcanzó el 87% del tiempo total de la 1ª
sesión, el 37% en la 2ª, y el 100% en la 3ª.
Figura 2. Tiempo total (min) y
porcentaje del tiempo total por encima del límite del 40% de la FCR por sesión
individual de práctica de cada esquiador. S1
= sesión 1ª; S2 = sesión 2ª; S3 = sesión 3ª
Discusión
Bajo nuestro
conocimiento, este estudio de tres casos es el primero centrado en el esquí
náutico adaptado. Pese a la limitada disponibilidad de participantes, el esquí
náutico adaptado es un deporte con cifras globales de participación modestas (International Waterski & Wakeboard Federation,
2016). Los objetivos fueron determinar la condición física
cardiorrespiratoria de esquiadores con LM y analizar la intensidad realizada en
las actividades recreativas de esquí náutico. Los resultados muestran que esta
actividad permite lograr una intensidad superior al 40% de la FCR, necesaria
para inducir un estímulo suficiente en el mantenimiento o mejora de la
condición física cardiorrespiratoria (Tweedy et
al., 2017). Por lo tanto, el esquí náutico adaptado podría contribuir a
mejorar la condición física y el desempeño en las AVD en estas tres personas
con paraplejia.
Condición física a través de la medida de la
condición cardiorrespiratoria
No habiendo
apenas referencias en esquí náutico adaptado, el VO2pico obtenido de
media 1,4 (desviación estándar: 0,2) L·min-1 o 22,3 (0,6) ml·kg-1·min-1
es idéntico (1,4 L·min-1) al
descrito para una esquiadora náutica en posición sentada (Goosey-Tolfrey & Tolfrey, 2004) y similar
a los obtenidos con un protocolo parecido mediante ergometría de brazos en
sujetos con LM y similares niveles de actividad, que oscilaba entre 1,0 y 2,3 L·min-1 (media ponderada de 1,5 L·min-1) (Haisma et al., 2006). A su
vez, nuestros resultados no difieren de los valores medios de 23,1 (7,2) ml·kg-1·min-1
reportados por Rotstein et al. (1994),
quienes evaluaron mediante una prueba incremental de ergometría de brazos a
ocho jugadores del equipo nacional de Israel de baloncesto en silla de ruedas,
la mitad con LM (completa T4, T7 y T10, incompleta L5) y recreativamente
activos.
De acuerdo con
los datos normativos de capacidad aeróbica para hombres con paraplejía,
considerada pobre si no alcanzan los 52,7 W y 16,5 ml·kg-1·min-1
y excelente si superan los 97,8 W y los 34,4 ml·kg-1·min-1 (Janssen et al., 2002), los esquiadores de este estudio están entre el límite inferior de una
capacidad aeróbica media (VO2pico 22,7 ml·kg-1·min-1
y POmax 70,5 W) y el rango de una capacidad aeróbica justa (VO2pico 16,5-22,7 ml·kg-1·min-1 y POmax
52,9-70,4 W). Mientras, en
relación a esquiadores náuticos sin discapacidad, se ha encontrado para
deportistas profesionales masculinos un VO2max de 54,5 (6,2) ml·kg-1·min-1
(Leggett, Kenney, & Eberhardt, 1996),
valores por encima del doble de los encontrados en el presente trabajo. Esto se
debe tanto a una menor capacidad física de las personas con paraplejia, con
menor masa muscular funcional y un control simpático para el ejercicio reducido
respecto a individuos sanos que pueden activar la musculatura del tronco y
miembro inferior para lograr el equilibrio dinámico durante la práctica de
esquí náutico (Goosey-Tolfrey y Leicht, 2013;
Leggett et al., 1996), como a la utilización de un ergómetro de brazos
que activa un menor porcentaje de masa corporal originando un menor VO2max
y una mayor fatiga local (Goosey-Tolfrey y
Leicht, 2013). Esto ocurre asimismo entre esquiadores alpinos con
paraplejia y sus homólogos de pie (Goll,
Wiedemann, y Spitzenpfeil, 2015).
El VT2 para los sujetos de este trabajo es
similar al descrito por Rotstein et al. (1994)
para los jugadores israelís de baloncesto en silla de ruedas (142 vs 139
latidos·min-1), con quienes ya coincidían en los valores de
capacidad aeróbica; si bien el VT2 es el indicador más alto de resistencia
aeróbica, mientras que el VT1 es considerado el umbral del entrenamiento
aeróbico o momento en que empieza la primera acumulación de ácido láctico, o
zona considerada de baja a moderada intensidad (Davis,
1985). Nuestros resultados reflejan que el VT1 corresponde a una
intensidad que varía entre el 47% y el 57% del VO2pico, intensidad
ligeramente mayor a la establecida por Tweedy et
al. (2017) de un 40% FCR, que es equivalente según el American College of Sports Medicine (2013) al
40% VO2max en adultos sanos. Esto atestigua que la intensidad de
práctica del esquí náutico en los tres sujetos alcanza el límite necesario para
poder desarrollar la resistencia aeróbica. No obstante, apenas hay
investigaciones que apliquen el VT1 obtenido de las pruebas ergoespirométricas
en laboratorio en personas con paraplejia que llevan a cabo actividades
deportivas competitivas o recreativas. En este sentido, los valores de 1,1 (0,2)
L·min-1 encontrados en esquiadores sentados por Goll et al. (2015) son superiores a los
nuestros de 0,7 (0,2) L·min-1, pero corresponden a
deportistas de élite, pertenecientes a la selección paralímpica alemana de
esquí alpino sentado.
Tiempos de práctica recreativa de esquí náutico adaptado
Este estudio revela un
predominio de la categoría aguas libres en la práctica
recreativa de esquiadores náuticos con paraplejia. Teniendo en cuenta que el
objetivo de un esquiador de la disciplina de slalom es acumular tiempo de
calidad hasta lograr una técnica repetible, el esquí en aguas libres otorga
mayor flexibilidad para pensar y trabajar la técnica, siendo propuesto como
método de acondicionamiento físico al facilitar la continuidad en el esfuerzo (Benzel, 1993; Mullins, 2007).
Además, los
esquiadores emplearon un 47% del tiempo total de práctica en las categorías
salidas y transiciones, caracterizadas porque el esquiador no tiene descanso
como muestra su %FCR. Los periodos de salidas son igualmente frecuentes en la
práctica recreativa de la disciplina de slalom por esquiadores de pie de nivel
intermedio (Runciman, 2011). Asimismo,
los practicantes recreativos sin discapacidad de otro deporte de deslizamiento
con respuestas del medio impredecibles, como el surf (Meir, Lowdon, y Davie, 1991), invierten un elevado porcentaje del
tiempo de práctica parados (35%) o remando transitoriamente (44%), sin que la
intensidad relativa del esfuerzo en estas categorías pueda considerarse de
descanso (frecuencias cardiacas medias del 80% y del 71% de la FCpico
obtenida en laboratorio, respectivamente).
Por el
contrario, en deportes en silla de ruedas de carácter intermitente se han
documentado tiempos de descanso que constituyen sobre el tiempo total de
partido un 48% en el baloncesto (Bloxham, Bell,
Bhambhani, y Steadward, 2001) y un 80-85% en el tenis (Croft, Dybrus, Lenton, y Goosey-Tolfrey, 2010),
por lo que la ratio trabajo-descanso 1:1 del baloncesto o 0.2:1 del tenis
contrasta con la de nuestro estudio, donde apenas existe descanso en las
sesiones. Y dado que la orientación de la práctica se dirigía hacia la
recreación, diversión y mantenimiento físico en vez de hacia el rendimiento, la
categoría campo de mini-slalom totalizó el menor porcentaje de práctica en el
cómputo global de las sesiones. No en balde, las pasadas en el campo son muy
exigentes en términos de fuerza, potencia, resistencia, sincronización,
coordinación y equilibrio dinámico (Mullins,
2007), y esta complejidad técnica afecta psicológicamente incluso a
esquiadores con paraplejia de nivel internacional (de Bressy de Guast, Golby, Van Wersch, y D’Arripe-Longueville, 2013).
Así, el Esquiador 3 no registró tiempo alguno en esta categoría debido a las
limitaciones inherentes a su nivel de habilidad.
Respuestas
de frecuencia cardiaca en la práctica recreativa de esquí náutico adaptado
Los datos presentados son los primeros en
responder a la necesidad de cuantificar este tipo de actividades para conocer
las exigencias fisiológicas que suponen para el esquiador náutico (Bray-Miners et al., 2012), e indican que
durante la práctica recreativa de esquí náutico adaptado, la FCmed
de nuestros esquiadores fue inferior en un 55%, 38%, 37% y 24% respecto a otros
deportistas masculinos paralímpicos de esquí nórdico sentado, esgrima,
baloncesto y tenis en silla de ruedas, respectivamente (Bernardi et al., 2010). También muestran Croft et al. (2010) para el baloncesto y el tenis una FCmed
superior en un 39% y en un 32% respectivamente, al igual que Bloxham et al. (2001) para el baloncesto en un
16% y Sindall et al. (2013) para el tenis
en un 21%.
En nuestro trabajo, incluso esquiar en el campo
de mini-slalom, que demanda una mayor FCmed debido a su exigencia,
sigue suponiendo una intensidad inferior a la mostrada por la literatura para
los deportes adaptados referidos. Debe considerarse que estos datos
corresponden a deportistas de élite en competición, mientras nuestros datos
provienen de esquiadores realizando una práctica recreativa. Al respecto, Coutts (1988) señala como las condiciones de
práctica tienden a provocar frecuencias cardiacas más bajas que las condiciones
de competición en deportes colectivos e individuales en silla de ruedas, a raíz
del predominio en las sesiones de práctica de periodos donde el deportista está
parado o trabaja destrezas técnicas a un menor ritmo. Otro motivo para las
diferencias puede ser el nivel de actividad moderada y la capacidad aeróbica
justa-media que exhiben nuestros participantes (VO2max de 22.3 ml·kg-1·min-1),
mientras que los sujetos de los estudios mencionados muestran valores más
elevados, con 30.6 ml·kg-1·min-1 (Bernardi et al., 2010), 35.7 ml·kg-1·min-1 (Croft et al., 2010) o 37.5 ml·kg-1·min-1
(Bloxham et al., 2001).
Un último factor que puede explicar estas
diferencias son las características de la actividad analizada. Las mayores
intensidades en el baloncesto o el tenis en silla de ruedas obedecen a
movimientos de alta intensidad y naturaleza repetitiva, como esprintar, frenar
y girar (Coutts, 1988; Goosey-Tolfrey y Leicht,
2013). Por el contrario, el esquí náutico destaca por su elevada demanda
de contracciones isométricas sostenidas (Leggett
et al., 1996), en especial de la musculatura de la espalda y el abdomen
para mantener el equilibrio al esquiar en una postura sentada (Goll, Spitzenpfeil, Beer, Thimm, y Bartels, 2015).
Este tipo de contracciones ha mostrado una menor respuesta de la FC (Lewis et al., 1985), pudiendo deberse al
incremento de la tensión arterial que acarrean. Precisamente, el esquí náutico
de pie ha sido categorizado como deporte con un alto componente estático
(>50% de la contracción máxima voluntaria) y un bajo componente dinámico
(<40% VO2max) (Mitchell, Haskell,
Snell, y Van Camp, 2005).
En este trabajo
llama la atención la variabilidad en el comportamiento de la FC entre los
distintos esquiadores. La evidencia refiere que los deportistas con niveles de
LM hasta T6 suelen mostrar valores de FCpico inferiores a los
previstos por la pérdida parcial del control cardiaco simpático y de su menor
masa muscular activa, mientras que las respuestas son normales en aquellos con
lesiones inferiores a ese nivel (Goosey-Tolfrey y
Leicht, 2013). Sin embargo, estas generalidades no se cumplen en los
registros de FC de nuestros esquiadores. El Esquiador 1, con una lesión al
nivel T5, no presenta una FC de ejercicio reducida, siendo en sus tres sesiones
la mayor de los tres esquiadores al exceder el umbral del 40% FCR en
todo momento. Posiblemente, su mayor nivel de habilidad (avanzado) sea la
causa. Ejecutar las actividades a velocidades de arrastre hasta 6 km·h-1
superiores a los demás impone una carga media sobre la cuerda que aumenta en
cada gesto técnico, al coste de una demanda física mayor (Bray-Miners et al., 2012).
Por el
contrario, el Esquiador 2, con la mejor condición física cardiorrespiratoria,
elige esquiar a una velocidad de arrastre menor que elicita una intensidad de
esfuerzo ≤40% FCR durante la mayor porción de sus sesiones de práctica. Janssen et al. (1994) ya reportan una elevada
variabilidad interindividual en el esfuerzo físico en relación inversa con los
parámetros de capacidad física. En consonancia, el Esquiador 2 exhibe en sus
tres sesiones, independientemente de la categoría de actividad, intensidades
medias entre el 28 y el 35% FCR, pero acredita la mejor capacidad aeróbica.
Adicionalmente, la mayor edad del Esquiador 2 y el tipo de
contracción muscular predominante podrían explicar el porqué de su reducida
intensidad de esquí. Es conocido que la respuesta de la FC a una contracción
isométrica manual fatigante disminuye un 50% entre las edades de 20 y 60 años
en personas con paraplejia (Petrofsky y Laymon,
2002), y el esquí náutico es un deporte muy exigente en términos de
fuerza de agarre manual (Rosa, Di Donato,
Balato, D’Addona, y Schonauer, 2016) donde se impone el componente
estático sobre el dinámico (Mitchell et al.,
2005). Incluso a ello pudiera contribuir la escoliosis que presenta este
esquiador y que produce una asimetría funcional, realizando todos sus
movimientos de forma más efectiva hacia un lado de la ola, lo que probablemente
reduce la carga de trabajo el ejercer una menor tracción en los desplazamientos
al lado débil (Goosey-Tolfrey y Leicht, 2013).
Por último, la
variabilidad de la FC entre los participantes de este estudio podría ser
consecuencia de las condiciones ambientales impredecibles (agitación y
temperatura del agua, intensidad del viento) o elementos psicológicos (estado
emocional, tráfico de otras embarcaciones de recreo, presencia de otros
esquiadores) como se ha descrito para el surf (Meir
et al., 1991), pese a que las actividades tuvieron lugar buscando las
áreas del embalse que minimizasen el efecto del viento y la fatiga.
Duración
e intensidad de esfuerzo saludable requerido
La monitorización de la FC durante las sesiones de práctica recreativa de esquí náutico adaptado muestra paralelismos
con situaciones descritas en las AVD y en la rehabilitación. Janssen, van Oers, Veeger, et al. (1994)
observaron a 24 hombres con LM (C4-L5) ejecutando tareas estandarizadas de las
AVD como acceder a un coche, que fue la tarea más exigente al requerir de
promedio el 45,9% FCR, prácticamente igual a la de este estudio (46,1%). Por su
parte, Koopman, Eken, Van Bezeij,
Valent, y Houdijk (2013) monitorizaron en 31 pacientes en
rehabilitación clínica, entre ellos 8 sujetos con paraplejia por LM,
intensidades superiores al 40% FCR durante la realización de cinco terapias, y
más de la mitad del tiempo discurría por encima del 40% FCR. Sin
embargo, el porcentaje de tiempo asociado a una intensidad de ejercicio
moderada es difícil de contrastar con otros deportes, ya que los valores
comparativos existentes proceden sobre todo de modalidades de pista en silla de
ruedas, con esfuerzos dinámicos y contracciones heterométricas, con diferentes
ratios trabajo:descanso, y los umbrales de intensidad se fijaron a una
intensidad superior.
Varias sesiones
de 10 min como mínimo son recomendadas para acumular la cantidad deseada de
ejercicio diario en personas con LM (Tweedy et
al., 2017). Aunque en este estudio las sesiones de práctica se
organizaron en días separados atendiendo a la disponibilidad de instalaciones,
el esquí náutico como actividad recreativa suele consistir en varias sesiones
de esquí por día, por lo general de 15 min, si bien este tiempo de sesión
tiende a flexibilizarse cuando se esquía en aguas libres al no tener que
compartir el campo de slalom con otros esquiadores (Mullins, 2007). Por tanto, el total de minutos de actividad moderada
(> 40% FCR) recomendada a diario en personas con LM (≥ 30 min) por Tweedy et al. (2017) podría alcanzarse en dos o
tres sesiones de práctica recreativa de esquí náutico, como sucede en los
esquiadores 1 y 3. Su adición a un estilo de vida activo debería considerar que
los esquiadores más desacondicionados podrían ser los más beneficiados a
intensidades moderadas más bajas (Tweedy et al.,
2017).
Entre las limitaciones
del estudio, cabe citar la naturaleza impredecible del deporte, lo que unido al
diferente nivel lesional y de habilidad de los esquiadores, imponía
heterogeneidad en las actividades y condiciones de realización de la práctica
para cada sesión. Además, se carecía de un entorno controlado que redujera las
variables que pueden influir en los resultados. De
cara a investigaciones futuras, los esfuerzos deberían concentrarse en
incrementar el tamaño de la muestra, a pesar de ser un factor limitante
habitual en la investigación sobre actividad física adaptada. De esta manera, y
conduciendo otros estudios que analicen parámetros de fuerza o aspectos
biomecánicos del esquí náutico adaptado, podría trazarse un perfil funcional
del esquiador náutico que adopta una posición sentada, lo que permitiría
establecer programas de entrenamiento específicos.
CONCLUSIONES
En este estudio
a propósito de tres casos, esquiadores con paraplejia derivada de una LM
presentaron una condición física justa-media, medida a través de la condición
cardiorrespiratoria. La práctica recreativa de esquí náutico adaptado en la
disciplina de slalom en los tres participantes supone una intensidad de
ejercicio moderada determinada por el %FCR, durante sesiones superiores a los
10 min de promedio. Más del 50% de las sesiones de esquí náutico recreativo de
esta muestra cumplen tanto las recomendaciones generales de cantidad como de
calidad del ejercicio para el desarrollo de la condición cardiorrespiratoria en
personas con LM crónica, si bien estas conclusiones se aplicarían a solo tres
casos heterogéneos en sus condiciones clínicas.
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vol. 19 - número 76 - ISSN: 1577-0354