DOI: https://doi.org/10.15366/rimcafd2021.84.010
ORIGINAL
ENTRENAMIENTO
CENTRADO EN LA MUSCULATURA CERVICAL PROFUNDA EN PREVENCIÓN DEL DOLOR DE CUELLO
TRAINING FOCUSED ON DEEP CERVICAL
MUSCLES TO PREVENT NECK PAIN
Granados Lara, J.1; Cid-Yagüe, L.2 y Martínez-de-Haro, V.2
1 Graduado en Ciencias de
la Actividad Física y el Deporte. Colaborador grupo de investigación “Actividad
Física, Educación y Salud”. Departamento de Educación Física, Deporte y
Motricidad Humana. Universidad Autónoma de Madrid (España) gljuan15@gmail.com
2 Profesores del grupo de
investigación “Actividad Física, Educación y Salud”. Departamento de Educación
Física, Deporte y Motricidad Humana. Universidad Autónoma de Madrid (España) lourdes.cid@uam.es, vicente.martinez@uam.es
Código UNESCO / UNESCO
CODE: 2411.99 Otras (Actividad
Física y Salud) / Others (Physical Activity and Health)
Clasificación del
Consejo de Europa / European Council Classification: 17 Otras (Actividad Física y Salud) / Others
(Physical Activity and Health)
Recibido
10 de
septiembre 2019 Received September
10, 2019
Aceptado 6 julio de 2021 Accepted
July 6, 2021
RESUMEN
El objetivo del estudio fue crear un programa
de entrenamiento de la musculatura cervical profunda, para orientar a los
profesionales de la actividad física y del deporte en el trabajo con ella.
Hay muy pocas pautas relacionadas con el
trabajo de ésta, al mismo tiempo que la literatura científica nos muestra su
estrecha relación con el dolor cervical.
Por ello, se utilizan las investigaciones
previas para crear un programa de entrenamiento centrado en la musculatura
cervical profunda. Así como sus correspondientes métodos de evaluación, entre
los que se incluye un nuevo test de extensión cervical con el que se pretende
conseguir una valoración de la fuerza y la resistencia más adecuada.
Finalmente se presenta un estudio de caso de
una mujer sin dolor cervical, pero con factores de riesgo asociados, que sigue
el programa como forma de prevención, mostrando un claro progreso tras la
finalización de este.
PALABRAS CLAVE: Prevención,
semiespinosos cervicales, largo del cuello, largo de la cabeza, fuerza isométrica.
ABSTRACT
The objective of the study was to create a
training program for deep cervical muscles and help physical activity and
sports professionals when exercising them.
There are very few guidelines related to exercising
these muscles, but at the same time, scientific literature demonstrates its
close connection with neck pain.
Therefore, previous research is used in order to
develop a training program focused on deep cervical muscles, as well as its
corresponding evaluation methods, including a new cervical extensor test aimed
at achieving a more accurate estimation of strength and resistance.
Finally, a case study is presented; a woman not
suffering from neck pain but having associated risk factors, who follows the
program as a means of preventing it, showing clear progress after its
completion
KEYWORDS: Prevention, cervical semispinous, neck length, head length, isometric
strength.
1. INTRODUCCIÓN
Hoy en día, se está muy familiarizado con el
dolor de cuello. Pues afecta aproximadamente a 300 millones de personas en el
mundo, siendo una de las principales causas de discapacidad (James et al., 2018). Presenta una prevalencia anual media cercana al 26%, con
mayor incidencia en mujeres y en una población de entre 35 a 49 años (Hoy et
al., 2010), llegándose a estimar que la mitad de la población mundial sufrirá
al menos un episodio de dolor de cuello a lo largo de su vida (Pérez-Fernández et al., 2020). Además no presenta un pronóstico de recuperación muy
esperanzador, pues entre el 50% y el 75% de las personas que han sufrido dolor
de cuello, volverán a experimentar síntomas similares en un plazo de uno a
cinco años más tarde (De Araujo et al., 2020; Pierobon et al., 2017; Tsang
et al., 2021).
Al consultar las guías clínicas se remarca la
importancia de la actividad física para reducir el dolor de cuello.
Estableciéndose como elementos fundamentales el mantener una vida activa y
entrenar tanto los rangos de movilidad, como la fuerza del cuello (Zadro et
al., 2019).
Y es esto lo que se trabaja principalmente a la
hora de atender a personas con dolor de cuello en centros de fisioterapia. Así
como el buen funcionamiento de regiones asociadas como la cintura escapular,
las extremidades superiores (Im et al., 2016; Kay et al., 2012; Lin et al., 2018;
Murray et al., 2015) o
la pared abdominal (He et al., 2019). De manera que encontramos intervenciones en este sentido (De Campos et al., 2018; Lin et al., 2018; Villanueva
et al., 2020). Sin embargo, cuando
se centra en la musculatura cervical (Ludvigsson et al., 2020), se ve que las intervenciones suelen enfocarse sobre la
musculatura superficial cervical (Alpayci & Ilter, 2017; De Campos et al., 2018; Murray
et al., 2015), olvidando la
musculatura profunda. Pues el estudio sobre esta última es escaso, mucho menor,
especialmente cuando nos referimos al campo de la actividad física y el
deporte.
De esta manera, con el objetivo de orientar a
los profesionales de las ciencias de la actividad física y el deporte, se optó
por investigar sobre la musculatura cervical profunda. Para ello, lo primero,
fue recoger información acerca de su importancia en relación con el dolor de
cuello y su aplicación en el contexto de entrenamiento para prevenir y tratar
este dolor.
Asimismo, se utilizó la información obtenida
para desarrollar un programa de entrenamiento centrado en la musculatura
cervical profunda, así como los métodos de evaluación que nos permiten valorar
el progreso de los participantes. El programa se diseñó con el objetivo de
poder aplicarlo a personas sin dolor que pretenden prevenir la aparición de
este, por presentar factores de riesgo asociados.
El objetivo de este trabajo consiste en
presentar una rutina de trabajo de prevención del dolor de cuello centrado en
el trabajo de la musculatura profunda mostrando las evaluaciones a realizar.
2. CONTEXTO DE INVESTIGACIÓN Y METODOLOGÍA
Si se centra la atención en aquellas
intervenciones que persiguen un correcto funcionamiento de la musculatura
cervical (Gross et al., 2015; Kay et al., 2012; O’Riordan et al.,
2014). Se ve que generalmente
se tiene la intención de alcanzar un equilibrio muscular que permita mantener
una postura cervical neutra en situación de descanso (Hrysomallis, 2016), pues en personas con dolor de cuello es frecuente
encontrar una postura en flexión cervical baja y extensión craneocervical (Silva et al., 2009).
Otra de las características comunes que se
encuentran entre personas con dolor cervical, es el cambio de los patrones de
activación muscular. En esta población es frecuente encontrar un aumento de la
activación de la musculatura cervical superficial, conllevando una activación
menor de la musculatura cervical profunda (Bonilla-Barba et al., 2020; Deborah Falla et al., 2004;
Schomacher, Farina, et al., 2012; Schomacher & Falla, 2013). Situación generada por una falta de sincronización entre
las motoneuronas correspondientes (Pierobon et al., 2017), que también se ve reflejada en la activación retrasada de
la musculatura profunda. Situación que expone a la región cervical a mayores
fuerzas de perturbación provenientes principalmente de los movimientos de
extremidades superiores (Deborah Falla et al., 2004; Pierobon et al., 2017).
Esta situación de inhibición de la musculatura
profunda, termina por provocar que la musculatura superficial se vea obligada a
desarrollar labores para las cuales no está preparada (Jull & Falla, 2016), de forma que con el paso del tiempo tiende a
sobrecargarse, generalmente provocando dolor. Aunque no se sabe con claridad si
en algunos casos, estos cambios en los patrones de activación pueden ser
consecuencia del dolor, en lugar de la causa (O’Leary et al., 2011).
Como se ha dicho, las intervenciones de dolor
cervical suelen centrarse en la musculatura superficial. Pero esto no quiere
decir que se haya ignorado por completo en este campo a la musculatura cervical
profunda. Pues cada vez se investiga más acerca de ella, e incluso se
encuentran intervenciones desde el campo que nos ocupa.
Como detalle significativo, Martínez de Haro y
cols. (1995), encontraron que, en chicos de 15 años, los mejores valores en la
prueba de sit-up, estaba relacionado, entre otros factores, con el perímetro
del cuello. Un mayor perímetro indica una masa muscular mayor, y por lo tanto,
más fuerza en esa musculatura. Este hecho lo explicaron como la necesidad de
mantener siempre la cabeza en una posición de equilibrio y por lo tanto mejorar
la fuerza con cada ejercicio que se realice.
2.1. FLEXIÓN CRANEOCERVICAL
Los flexores cervicales profundos, es decir,
principalmente el largo del cuello y largo de la cabeza tienen una influencia
directa sobre la flexión craneocervical, aunque en personas con dolor de cuello
se encuentran patrones de activación muscular distorsionados, dando como
resultado la inhibición de esta musculatura (O’Leary et al., 2011), lo que provoca que los músculos de la zona cervical
superficial tiendan a estar excesivamente excitados (Jull & Falla, 2016).
Para responder a esta situación existen
ejercicios capaces de activar esta musculatura de forma selectiva, como es el
caso de los ejercicios de flexión craneocervical (De Araujo et al., 2020). En los que el sujeto, en
decúbito supino, realiza flexiones craneocervicales controladas. De esta forma,
es capaz de realizar el movimiento utilizando la musculatura profunda. A la vez
que el entrenador puede detectar fácilmente si activa la musculatura
superficial, mediante la palpación de esta. Este último aspecto es fundamental
porque una baja activación de la musculatura
superficial muestra una alta activación de la musculatura profunda (Jull & Falla, 2016). En el caso de que el
examinador note una excesiva activación de la musculatura superficial, se
asocia a un descenso de la activación profunda y el ejercicio finaliza (De Araujo et al., 2020).
En estos ejercicios se coloca un
esfigmomanómetro (Stabilizer Pressure Biofeedback, Chattanooga Group) bajo la nuca del participante. De manera que el
sujeto conoce de forma instantánea la presión que está ejerciendo durante el
ejercicio y puede regularla voluntariamente (De Araujo et al., 2020). Ya que la flexión craneocervical reduce el espacio entre
la camilla y la curva cervical, presionando el aparato. Y así, el participante
puede realizar flexiones craneocervicales isométricas alcanzando diferentes
presiones.
Esta forma de entrenamiento de la musculatura
profunda se ha extendido en gran parte gracias a la creación de un test de
flexión craneocervical que sigue este mismo protocolo, y que nos permite
conocer de forma sencilla la fuerza asociada a esta musculatura profunda (O’Leary et al., 2011). Aunque inicialmente se utilizaban pruebas de flexión
cervical resistidas sobre la frente pero estas generaban una mayor activación
de la musculatura superficial (O’Leary et al., 2007). Existen diferentes versiones de este test, pero la mayor
parte de ellas coinciden en dividir el protocolo en fases que midan la presión
que se es capaz de generar usando la musculatura profunda, y en otras que
valoren la resistencia (Pierobon et al., 2017).
Este entrenamiento dirigido a los flexores
cervicales profundos, se encuentra en diferentes intervenciones, tanto para
personas con dolor de cuello como para asintomáticas, mostrándonos su eficacia
para fortalecer la musculatura deseada, reducir el dolor de cuello y mejorar la
postura (Deborah Falla et al., 2004).
Algunos autores (Pierobon et al., 2017) sostienen que ante el mal funcionamiento de determinadas
regiones musculares es necesario comenzar con ejercicios de activación
selectiva (O’Leary et al., 2011) y utilizar cargas bajas,
para más adelante poder pasar a utilizar cargas mayores y ejercicios genéricos
de fuerza (O’Leary et al., 2011; Schomacher & Falla, 2013).
Entre las diferentes intervenciones sobre
flexores cervicales profundos se encuentran aquellas que utilizan ejercicios
similares al test de flexión craneocervical, es decir, utilizan contracciones
isométricas generalmente de 10 segundos, en diferentes niveles de presión.
Destacan las de Suvarnnato y cols. (2019), Lin y cols. (2018) y Chung y Jeong (2018). También se debe atender a la amplia revisión de Price et al. (2020) con diferentes intervenciones sobre personas con dolor
crónico inespecífico de cuello, entre las que se hace referencia a las de Yildiz et al. (2018), Falla et al. (2013) y Kim y Kwag (2016), por utilizar ejercicios similares a los descritos hasta
ahora. Ejercicios que también utilizan Ludvigsson y cols. (2015) en su intervención. Sin embargo, es importante señalar que
tanto los ejercicios con cinta, como los llevados a cabo en planos inclinados
no trabajan los flexores cervicales profundos de forma específica, ya que la
activación superficial es demasiado elevada (Peolsson et al., 2013).
2.2. EXTENSIÓN CERVICAL
Los estudios que se encuentran asociados con
los músculos extensores cervicales profundos pretenden en su mayoría detectar
de qué manera se pueden activar los semiespinosos cervicales, sin producir una
gran activación de extensores superficiales como el esplenio de la cabeza. Pues
esta condición es fundamental si se quiere modificar el patrón de activación.
Para ello, se evaluó la activación de la
musculatura extensora tanto en ejercicios con bandas de resistencia como en
aquellos que utilizan diferentes inclinaciones,
viéndose que ninguno de estos conseguía activar específicamente la musculatura
profunda (Peolsson et al.,
2013).
Por otra parte, los estudios de Schomacher, Petzke y cols. (2012) y Schomacher y cols. (2015), evaluaron esta relación de activación en diferentes
situaciones, concluyendo que se consigue una gran activación selectiva de los
semiespinosos cervicales (ratio cercano a 2,5) al aplicar resistencia manual en
sentido de flexión sobre la cara dorsal de una vértebra cervical, mientras esta
es resistida por el sujeto a través de una contracción isométrica en sentido
opuesto para mantener una posición neutra de las vértebras cervicales.
Esto se explica atendiendo a la ventaja
mecánica de la musculatura examinada debido a que el esplenio de la cabeza
tiene una mayor influencia sobre la articulación craneocervical, mientras que
los semiespinosos cervicales influyen en mayor medida en una parte más caudal
de las cervicales. Posteriormente, Schomacher y cols. (2015) siguiendo un protocolo similar concluyeron que la mayor
activación se produce en los fascículos cuya inserción es inmediatamente distal
a la resistencia aplicada, es decir, si la resistencia hacia flexión se aplica
sobre C3, el fascículo que mayor activación demuestra es aquel que se inserta
en C4, y los fascículos distales a este presentan una activación
progresivamente menor. Todo ello, se afianza además, en los resultados de un
estudio previo (Schomacher, Dideriksen, et al., 2012) en el que ya se explicaba que la activación de cada uno de
los fascículos de los semiespinosos cervicales variaba en función de su ventaja
mecánica ante una determinada demanda.
Este hecho supone un hallazgo fundamental en
relación con el tema que nos ocupa. Ya que la investigación de Schomacher y Falla (2013) nos muestra que la
debilidad o el mal funcionamiento de la musculatura profunda no tiene por qué
presentarse de forma generalizada entre todos los fascículos musculares, sino
que puede darse en unos más que en otros. Por lo que a la hora de trabajar con
una persona, el entrenamiento se debe adaptar a sus condiciones individuales,
pudiendo incidir en unos fascículos más que en otros.
Como se ha comentado antes, uno de los
principales intereses a la hora de estudiar la activación de los semiespinosos
cervicales es saber de qué forma se puede conseguir su activación selectiva,
para utilizarlos en un futuro como formas de intervención, como por ejemplo, el
ejercicio con presión manual hacia flexión que se ha descrito en los estudios
de Schomacher, Petzke, y cols. (2012) y Schomacher y cols. (2015).
Otro estudio en este sentido, es el de Elliott y cols. (2010). En él, valoraron la extensión craneocervical isométrica,
manteniendo la región cervical neutra desde decúbito prono. En ella encontraron
una gran activación de la musculatura superficial, de forma que no se puede
considerar un ejercicio específico de musculatura profunda.
Schomacher et al. (2015) analizaron la activación muscular en diferentes ejercicios
de cuello. En ellos ejercían resistencia manual sobre un sujeto que respondía
con contracciones isométricas máximas, en sentido opuesto para mantener la
cabeza y las cervicales en una posición neutra. En uno de los ejercicios, el
sujeto se colocaba de pie, inclinado de forma que el tronco, cuello y cabeza
quedan alineados y se apoya con los antebrazos sobre una camilla respondiendo a
una resistencia hacia flexión, mientras que en los demás, el sujeto se
encontraba sentado y recibía resistencia hacia extensión, de tracción o de
compresión. Las ratios de activación muscular, entre esplenios y semiespinosos
cervicales, obtenidos fueron cercanos a 1, de manera que no se pueden
considerar estos ejercicios como específicos de la musculatura cervical
profunda, aunque se plantea su posible utilización en fases finales de
entrenamiento.
Finalmente en la investigación de Rivard y cols. (2017) en lugar de utilizar ejercicios con resistencia manual, se
colocó una cinta rodeando la cabeza a la altura de la frente, a la que se unía
una cuerda con un peso de baja carga en su extremo. El sujeto se colocaba de
pie y se valoraba la activación muscular en función de la posición de la
cuerda. En el plano sagital se encontró una mayor activación de los
semiespinosos cervicales que de los esplenios de la cabeza en las diferentes
direcciones, mostrando todas, ratios cercanas a 1.5. También se incluyó el
estudio de la resistencia a la rotación, colocando la cuerda sobre el plano
frontal, pero se encontraron ratios ligeramente inferiores a 1. Lo que supone
una mayor activación de los esplenios de la cabeza que de los semiespinosos
cervicales, por lo que no se utilizan como forma de entrenamiento de la
musculatura cervical profunda.
No son muchas las propuestas de entrenamiento
de musculatura cervical profunda en las que se incluye el trabajo de los
semiespinosos cervicales. Pero se encuentra la intervención de Suvarnnato y cols. (2019). En ella, para trabajar la extensión cervical se utilizan
ejercicios isométricos de extensión cervical isométrica contra resistencia
manual aplicada hacia flexión sobre C2, siguiendo el protocolo de Schomacher, Petzke, y cols. (2012). Consiguiéndose un aumento de la fuerza de extensión
cervical, así como una mejora de la postura de la cabeza, menor dolor y mayor
funcionalidad.
Para evaluar la resistencia de extensión
cervical generalmente se utiliza el test de extensión en decúbito prono (Sebastian et al., 2015), al que se le añade un dinamómetro sobre occipital cuando
el objetivo es valorar la fuerza (Suvarnnato et al., 2019). Sin embargo, este ejercicio activa en igual medida tanto
la musculatura profunda como la superficial (Elliott et al., 2010), de forma que no resulta adecuado si nuestra intención es
valorar la fuerza de semiespinosos cervicales. Al mismo tiempo que en este tipo
de pruebas, existen factores que influyen de forma fundamental en el resultado
final como puede ser el peso de la cabeza. Es por ello, que en la propuesta de
intervención que supone este trabajo, se explica una nueva forma de valorar la
fuerza de semiespinosos cervicales, ajustándonos a la literatura científica
actual.
3. PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO
La intervención se diseñó generando una fase de
valoración y cuatro fases de entrenamiento. Cada una de estas fases está
compuesta por dos sesiones realizadas en días separados, dentro de una misma
semana. Sin embargo, las dos sesiones de valoración se realizaron una al
comienzo y la otra al final de las fases de la intervención, incluyendo en cada
una de las sesiones las cinco pruebas que nos permiten conocer tanto el punto
de partida de los sujetos que se van a entrenar, como su situación al finalizar
la intervención.
3.1. PRUEBAS DE EVALUACIÓN
Se presentan cuatro pruebas a realizar, previa
y posteriormente, más una quinta que realizarán los profesionales de
fisioterapia, ya que los profesionales de la actividad física y el deporte
trabajarán, en principio y salvo prescripción médica que lo permita, siempre sin
dolor.
3.1.1. ÁNGULO CRANEOVERTEBRAL
Este ángulo informa de lo adelantada que se
encuentra la cabeza en posición de bipedestación relajada. Y aunque exista gran
controversia sobre su relación con el dolor cervical, aquí sí se registra su
evolución, ya que nos permite generar comparaciones con multitud de estudios.
Este ángulo se mide entre la horizontal que
pasa por C7 y la línea que pasa por el trago y C7 desde una vista lateral (Lee et al., 2017). De forma que un ángulo menor muestra una posición más
anteriorizada de la cabeza. El protocolo de medición se basó en el utilizado en
el artículo de Silva y cols. (2009), localizando las vértebras por palpación de las apófisis
espinosas (Schomacher et al., 2013), y tomando una fotografía de perfil al examinado, con este
situado mirando al frente y en una posición de bipedestación cómoda con los
pies a la anchura de los hombros (ver Figura 1).
Figura 1. Medición del ángulo
craneovertebral
Nota. La imagen izquierda
hace referencia a la medición previa a la intervención y la imagen derecha a la
medición después de la intervención.
3.1.2. TEST DE FLEXIÓN CRANEOCERVICAL
Para valorar la fuerza y resistencia de los
flexores craneocervicales profundos, es decir, el largo de la cabeza y el largo
del cuello, se utilizó el test de flexión craneocervical, pues se recomienda en
una gran variedad de artículos y guías clínicas (De Araujo et al., 2020; Pérez-Fernández et al., 2020). Como ya se ha explicado, este se lleva a cabo utilizando
un esfigmomanómetro (Stabilizer Pressure Biofeedback, Chattanooga Group)
situado bajo la nuca del examinado que se encuentra en decúbito supino y
preinflado hasta 20mm Hg. El examinador se coloca a su lado palpando la
musculatura cervical superficial y enseñando el esfigmomanómetro al examinado.
Se puede ver una imagen del test de flexión craneocervical en la representación
del ejercicio de flexión craneocervical con esfigmomanómetro de la Figura 9.
El test de flexión craneocervical que se
utiliza, se realiza en tres etapas.
La primera etapa es de instrucción del
examinado, en la que se pretende que se familiarice con el gesto a realizar,
por lo que se hacen contracciones de 2-3 segundos hasta los niveles de presión
22, 24, 26, 28 y 30mm Hg.
La segunda etapa es la evaluación de la presión
máxima, es decir, el examinado realiza repeticiones controladas de 10 segundos,
pasando por cada nivel de presión, con descansos de 45 segundos entre cada una
de las repeticiones. Se considera presión de activación, aquella presión máxima
que haya conseguido mantener durante 10 segundos sin generar compensaciones (Pierobon et al., 2017).
La tercera etapa se centra en la resistencia.
En ella, se realizan contracciones isométricas de 10 segundos en el nivel de
presión máximo alcanzado en la etapa anterior (presión de activación), con un
descanso de 30 segundos entre ellas. Una vez más, el test finaliza cuando se
producen compensaciones como la activación excesiva de la musculatura cervical
superficial, cuando se pierde más del 20% de la presión objetivo (generalmente
2mm Hg) o cuando se llega a realizar 10 repeticiones. Una vez finalizada esta
etapa se calcula el índice de performance multiplicando el número de
repeticiones por el aumento de presión generado, es decir, si se han hecho 5
repeticiones de 26mm Hg, el índice sería 30 (5 repeticiones x 6 mm Hg = 30).
3.1.3. TEST DE EXTENSIÓN CERVICAL
Con el objetivo de evaluar la fuerza y
resistencia de la musculatura cervical profunda encargada de la extensión,
concretamente los semiespinosos cervicales, se propone un test basado en lo
expuesto previamente en el apartado de extensión cervical, acerca de cómo
lograr una activación selectiva de los semiespinosos cervicales.
Este test se lleva a cabo con el examinado
sentado en una silla, con los pies apoyados en el suelo, rodillas y cadera a 90
grados y las manos sobre las rodillas. La espalda se apoya contra el respaldo
para evitar compensaciones con el movimiento del cuerpo, una cinta de 1,5 cm de
ancho rodea el cuello del examinado contactando con este en sus laterales y
parte posterior. Se comienza en ligera flexión cervical baja y se realiza una
extensión cervical baja isométrica de forma controlada para alcanzar la
posición cervical neutra, ejerciendo fuerza contra la cinta.
Esta contracción isométrica se realiza contra
una cinta que provoca resistencia hacia flexión, en dirección horizontal, unida
a una resistencia fija. Para medir la fuerza ejercida se coloca un dinamómetro
(Suiff Pro, Grup Estel), entre la cinta y la resistencia fija. El examinador es
el encargado de detectar y evitar que el sujeto genere compensaciones con el
movimiento del tronco o de los hombros.
El test de extensión cervical que se propone se
divide en tres fases.
La primera fase se dedica a educar en el gesto
al examinado, para que se familiarice con este y sea capaz de realizarlo sin
compensaciones como movimientos torácicos o de los hombros. Se explica al
sujeto que debe hacer una extensión cervical baja y una vez comprende cómo
hacerlo, se le indica que en el test deberá hacer una contracción isométrica
similar contra una cinta que le generará resistencia hacia flexión en dirección
horizontal. Se permite al examinado que haga contracciones isométricas de 2-3
segundos, aplicando poca fuerza y variando la colocación de la cinta sobre
diferentes vértebras cervicales.
La segunda fase pretende evaluar la fuerza de
los extensores cervicales profundos. Para ello, el examinado hace extensiones
isométricas de la región cervical baja, sin llegar a sentir dolor, con el
objetivo de medir el pico de fuerza alcanzado en ese espacio de tiempo. Se
realizan dos contracciones isométricas máximas de cinco segundos, sobre las
apófisis espinosas de C1, C3 y C6 (ver Figura 2). Como en esta fase nuestro
objetivo es detectar picos de fuerza máxima, se pretende que las mediciones se
realicen con la menor fatiga posible. Por lo que entre repeticiones se descansa
30 segundos y entre niveles cervicales 3 minutos. El test se interrumpe si se
realizan compensaciones indeseadas como movimientos del tronco o los hombros.
Figura 2. Test de extensión
cervical
Nota. En la esquina superior
izquierda se representa la posición inicial sobre C1, en la que la examinada ejerce
presión con su índice contra sus pómulos para mantener la cinta en una posición
correcta antes de ejercer fuerza; en la esquina superior derecha la contracción
sobre C1; en la esquina inferior izquierda la contracción sobre C3; y en la
esquina inferior derecha la contracción sobre C6.
Para localizar cada una de las apófisis
espinosas se considera C2 como el primer hueso detectable por palpación caudal
al occipital y C1 como la zona inmediatamente proximal a C2; y para detectar C3
y C6 se cuentan cada una de las vértebras en sentido caudal a C2 y se comprueba
contando en sentido contrario desde C7, siendo C7 la apófisis espinosa más
prominente y por tanto fácil de identificar (Schomacher et al., 2013).
Al aplicar la fuerza sobre diferentes alturas
de las cervicales, conseguimos activar los diferentes fascículos selectivamente
y así evaluar la fuerza de estos (Schomacher, Dideriksen, et al., 2012), pues la pérdida de funcionalidad puede darse de forma
irregular entre ellos. Sin embargo, no se realiza el test en cada una de las
vértebras porque fatigaría en exceso al examinado, distorsionando los
resultados obtenidos en las últimas repeticiones.
La tercera fase, se centra en la resistencia.
Así que en este caso se realizan contracciones isométricas máximas sin dolor de
5 segundos de duración, con 20 segundos de descanso entre ellas. El objetivo es
realizar el máximo número de repeticiones posible, aguantando los cinco
segundos y sin generar picos de fuerza por debajo del 80% de la fuerza máxima,
es decir, si se pierde más de un 20% de la fuerza máxima se finaliza. El test
finaliza si se realizan cinco repeticiones cumpliendo las condiciones marcadas
o se infringe alguna de ellas. Una vez más, se lleva a cabo sobre C1, C3 y C6
con un descanso de 4 minutos entre niveles.
En la Figura 3 se ven dos ejemplos de la
representación gráfica que nos aporta el dinamómetro
(Suiff Pro, Grup Estel) al realizar las mediciones tanto de fuerza
máxima, como de resistencia en el test de extensión.
Figura 3. Representación gráfica
obtenida a través de Suiff Pro
Nota. A la izquierda se ve un
ejemplo de test de fuerza máxima y a la derecha un ejemplo de test de resistencia.
3.1.4. NECK DISABILITY INDEX
Con la intención de valorar qué afectación
supone el dolor de cuello sobre la vida de cada sujeto, se utiliza el test Neck
Disability Index. Este test es uno de los más utilizados en contextos como
el que nos ocupa (Young et al., 2018) y en este caso se utilizará la versión traducida al
castellano, cuya validez está demostrada por Andrade Ortega y cols. (2010). Es complementario a los tres test anteriores y se utiliza
para valorar si hay algún tipo de limitación funcional.
3.1.5. NUMERIC PAIN RATING SCALE
Para conocer el dolor de cuello percibido por
cada sujeto, los fisioterapeutas utilizan el test Numeric Pain Rating Scale,
escala validada para su utilización en contextos clínicos por Young y cols. (2018). En este test la intensidad del dolor se mide con una
escala de 11 puntos, del 0 al 10. Siendo 0 dolor inexistente y 10 el peor dolor
imaginable.
RUTINA DE TRABAJO
3.2. CALENTAMIENTO
Al inicio de cada sesión de la intervención se
lleva a cabo el calentamiento que está compuesto por movilidad articular y
masaje de la musculatura cervical superficial. Se puede ver más en detalle en
la tabla 1.
Aunque exista cierta controversia sobre el uso
de los masajes en el calentamiento, diversas investigaciones (MacDonald et al., 2013; Sullivan et al., 2013; Wiewelhove
et al., 2019), muestran que el masaje previo a la práctica de
actividad física sobre un determinado grupo muscular permite aumentar la
flexibilidad de este, sin disminuir su capacidad de contracción. De forma que
se recomienda incluirlo dentro del calentamiento. En este caso, fuera del
ámbito clínico y sin la presencia de un fisioterapeuta, se recurrirá al
automasaje por parte del ejecutante.
CALENTAMIENTO |
||
Ejercicio |
Descripción |
Observaciones |
Movilidad articular |
Flexo-extensión
craneocervical |
Hacer
todos los movimientos de forma lenta y controlada. Realizar
la circunducción inferior y superior de forma separada para evitar riesgo
lesivo. |
Flexo-extensión
cervical baja |
||
Separación
lateral derecha e izquierda (en la nomenclatura anatómica no existe la
flexión lateral) |
||
Rotación |
||
Circunducción |
||
Masaje de musculatura
superficial |
Extensores cervicales y de la cabeza: Trapecio
superior Elevador
de la escápula Esplenio
de la cabeza Esternocleidomastoideo |
Utilizar
una pelota y masajear suavemente en círculos. |
Flexores cervicales: Escaleno
anterior Cutáneo
del cuello |
Tabla 1. Calentamiento
3.3. FASES DE ENTRENAMIENTO
El entrenamiento se centra en conseguir una
mayor activación y posterior fortalecimiento de la musculatura cervical
profunda, en concreto, la responsable de la flexión cervical alta o
craneocervical y la extensión cervical baja, pues es el patrón del que carece
la mayor parte de la población con dolor de cuello (Mahmoud et al., 2019; Silva et al., 2009).
A la hora de estructurar las fases de un programa
de entrenamiento de la musculatura cervical profunda, se debe atender al motivo
por el que esta se encuentra debilitada, ya que no nos vale de nada aplicar
grandes cargas a la musculatura que se encuentra inhibida. Antes de eso, se
necesita aumentar su activación (O’Leary et al., 2011), de esta manera, en fases iniciales (fase 1 y fase 2) será
imprescindible realizar ejercicios cuyo objetivo sea facilitar la activación de
la musculatura que se encuentra inhibida, por lo que se utilizarán ejercicios
de cargas bajas y con ratios de activación altos sobre la musculatura objetivo,
pues se necesita centrarse en el componente neuromuscular (O’Leary et al., 2011; Schomacher & Falla, 2013), aunque en el paso de la primera a la segunda fase se ve
un aumento de la carga y el volumen de trabajo, con descansos amplios para
evitar la fatiga que desencadenase el uso de la musculatura superficial.
Sin embargo, en fases más avanzadas del
programa, cuando el sujeto active con más facilidad la musculatura profunda, se
puede aumentar la carga de los ejercicios porque en este momento pasará a
cobrar un papel fundamental del entrenamiento la fuerza y la resistencia a
través de un punto de vista morfológico muscular (O’Leary et al., 2003; Pierobon et al., 2017; Schomacher &
Falla, 2013). Es por ello, que en
la fase 3 se continúa aumentando la carga y aparece un ejercicio que sigue
generando una mayor activación profunda que superficial, pero con un ratio
menor, ya que en este punto de la intervención lo que nos interesa es
fortalecer esa musculatura en planos y situaciones diferentes de la vida diaria
(Pierobon et al., 2017), como aquellas en las que se tiende a descender la mirada (Yoon et al., 2020). En la misma línea, en la fase 4 se pasan a utilizar ejercicios
con ratios de activación similares entre musculatura superficial y profunda
porque en esta fase nos interesa generar grandes activaciones de la musculatura
profunda, a la vez que contracciones sinérgicas que estabilicen el movimiento.
Las fases de entrenamiento se ven de forma detallada en las tablas 2 a 5.
FASE 1 |
|
OBJETIVO |
Activar
selectivamente la musculatura cervical profunda. |
CONTENIDOS |
Flexión
craneocervical y extensión cervical baja. |
Flexión craneocervical |
|
EJERCICIO |
Flexión craneocervical con
esfigmomanómetro |
DESCRIPCIÓN |
Desde
una posición inicial similar al test de flexión craneocervical (20mm Hg). Se
realizan flexiones craneocervicales alcanzando 22mm Hg en cada repetición y
volviendo a la posición de inicio. Se repite lo mismo para los niveles 24,
26, 28 y 30mm Hg. |
CARGA/ VOLUMEN/ DESCANSO |
-
3 series x 10 repeticiones. Una serie incluye realizar las repeticiones en
cada nivel de presión. -
Descanso: 30’’ entre niveles de presión, 2’ entre series. |
Extensión cervical baja |
|
EJERCICIO |
Extensión cervical baja contra
resistencia manual. |
DESCRIPCIÓN |
Desde
una posición inicial similar al test de extensión cervical baja, se hacen
contracciones isométricas de este mismo movimiento, contra la resistencia opuesta
por el entrenador. Este resiste hacia flexión el movimiento, ejerciendo
presión con el pulgar y dedo corazón sobre una vértebra en cada serie
(llevarlo a cabo sobre C1, C3 y C6). El
entrenador responde con la misma fuerza que genera el sujeto, para mantener
las cervicales en una posición neutra. |
CARGA/ VOLUMEN/ DESCANSO |
-
Fuerza isométrica del 50% sobre la contracción voluntaria máxima sin dolor. -
3 series x 10 repeticiones isométricas de 5’’. Una serie incluye realizar las
repeticiones en cada uno de los niveles cervicales. -
Descanso: 30’’ entre niveles cervicales, 2’ entre series. |
Tabla 2. Fase 1
FASE 2 |
|
OBJETIVO |
Fortalecer
la musculatura cervical profunda de forma selectiva. |
CONTENIDOS |
Flexión
craneocervical y extensión cervical baja. |
Flexión craneocervical |
|
EJERCICIO |
Flexión craneocervical con
esfigmomanómetro. |
DESCRIPCIÓN |
Similar
al ejercicio de flexión craneocervical con esfigmomanómetro de la fase 1,
pero manteniendo una contracción isométrica en la presión objetivo de cada
repetición. |
CARGA/ VOLUMEN/ DESCANSO |
-
3 series x 10 contracciones isométricas de 5’’. Una serie incluye realizar
las repeticiones en cada nivel de presión. -
Descanso: 1’ entre niveles de presión, 3’ entre series |
Extensión cervical baja |
|
EJERCICIO |
Extensión cervical baja contra
resistencia manual. |
DESCRIPCIÓN |
Similar
al ejercicio de extensión cervical baja contra resistencia manual de la fase
1. |
CARGA/ VOLUMEN/ DESCANSO |
-
Fuerza isométrica del 50% sobre la contracción voluntaria máxima sin dolor
(primera serie), segunda y tercera serie al 75%. -
3 series x 10 repeticiones isométricas de 10’’. Una serie incluye realizar
las repeticiones en cada uno de los niveles cervicales. -
Descanso: 1’ entre niveles cervicales, 2’ entre series. |
Tabla 3. Fase 2
FASE 3 |
|
OBJETIVO |
Fortalecer
la musculatura cervical profunda de forma selectiva. |
CONTENIDOS |
Flexión
craneocervical y extensión cervical. |
Flexión craneocervical |
|
EJERCICIO |
Flexión craneocervical con
esfigmomanómetro. |
DESCRIPCIÓN |
Similar
al ejercicio de flexión craneocervical con esfigmomanómetro de la fase 2. |
CARGA/ VOLUMEN/ DESCANSO |
-
3 series x 10 contracciones isométricas de 10’’. Una serie incluye realizar
las repeticiones en cada nivel de presión. -
Descanso: 2’ entre niveles de presión, 4’ entre series |
Extensión cervical baja |
|
EJERCICIO 1 |
Extensión cervical baja contra
resistencia manual. |
DESCRIPCIÓN |
Similar
al ejercicio de extensión cervical baja contra resistencia manual de la fase
1 y 2. |
CARGA/ VOLUMEN/ DESCANSO |
-
Fuerza isométrica del 75% sobre la contracción voluntaria máxima sin dolor. -
2 series x 10 repeticiones isométricas de 5’’. Una serie incluye realizar las
repeticiones en cada uno de los niveles cervicales. -
Descanso: 1’ entre niveles cervicales, 2’ entre series |
EJERCICIO 2 |
Extensión cervical con banda frontal. |
DESCRIPCIÓN |
Se
comienza en bipedestación con una banda rodeando la cabeza a la altura de la
frente. La banda se encuentra unida a una cinta rígida conectada a un
dinamómetro con origen fijo. El entrenador sujeta el dinamómetro para evitar
que el sujeto entrenado tenga que soportar su peso. Se
hacen contracciones isométricas de extensión cervical resistidas por la
cinta. La inclinación de la cinta varía: -
30 grados sobre la horizontal (inclinado) -
Horizontal -
30 grados bajo la horizontal (declinado) -
Vertical |
CARGA/ VOLUMEN/ DESCANSO |
-
Fuerza isométrica de 0.6 kg en la primera serie y 1 kg en la segunda serie. -
4 Flexiones series x 10 repeticiones isométricas de 10’’). - Se varía la
flexión después de hacer 2 series. -
Descanso: 2’ entre series, 3’ entre inclinaciones diferentes |
Tabla 4. Fase 3
FASE 4 |
|
OBJETIVO |
Fortalecer
la musculatura cervical profunda y generar contracciones sinérgicas de esta
junto a la musculatura superficial y de flexores con extensores. |
CONTENIDOS |
Flexión
cervical y extensión cervical baja. |
Flexión cervical |
|
EJERCICIO |
Flexión cervical contra resistencia
manual. |
DESCRIPCIÓN |
Desde
una posición de sedestación, con los pies apoyados en el suelo, la espalda
contra el respaldo de la silla, las manos sobre los muslos y las caderas y
rodillas a 90 grados, se hacen contracciones isométricas cervicales. En este
caso de flexión cervical, contra la resistencia opuesta por el entrenador.
Este resiste hacia extensión el movimiento, ejerciendo presión con la palma
de la mano sobre una parte del cuerpo en cada serie (llevarlo a cabo sobre la
frente, la zona ventral de C1 o de C6). El
entrenador responde con la misma fuerza que genera el sujeto, para mantener
las cervicales en una posición neutra. |
CARGA/ VOLUMEN/ DESCANSO |
-
Fuerza isométrica del 50% sobre la contracción voluntaria máxima sin dolor. -
3 series x 10 contracciones isométricas de 10’’. Una serie incluye realizar
las repeticiones en cada una de las partes señaladas (frente, C1, C6). -
Descanso: 1’ entre partes señaladas, 2’ entre series |
Extensión cervical baja |
|
EJERCICIO |
Extensión cervical baja contra
resistencia manual, con apoyo de antebrazos. |
DESCRIPCIÓN |
Para
la posición inicial el sujeto flexiona las caderas y las rodillas hasta
apoyar sus antebrazos sobre una camilla, manteniendo la columna de forma
neutra. Una vez colocado hace contracciones isométricas de extensión cervical
baja contra la resistencia opuesta por el entrenador. Este resiste hacia
flexión el movimiento, ejerciendo presión con el pulgar y dedo corazón sobre
una vértebra en cada serie (llevarlo a cabo sobre C1, C3 y C6). El
entrenador responde con la misma fuerza que genera el sujeto, para mantener
las cervicales en una posición neutra. |
CARGA/ VOLUMEN/ DESCANSO |
-
Fuerza isométrica del 50% sobre la contracción voluntaria máxima sin dolor. -
3 series x 10 repeticiones isométricas de 10’’. Una serie incluye realizar
las repeticiones en cada uno de los niveles cervicales. -
Descanso: 1’ entre niveles cervicales, 2’ entre series |
Tabla 5. Fase 4
3.4. EJERCICIOS DE ENTRENAMIENTO
Los ejercicios utilizados a lo largo de las diferentes
fases de entrenamiento se representan en la Figura 4.
EJERCICIO |
IMAGEN |
Flexión craneocervical con
esfigmomanómetro |
|
Extensión cervical
baja contra resistencia manual |
|
Extensión cervical
con banda frontal |
|
Flexión cervical
contra resistencia manual |
|
Extensión cervical
baja contra resistencia manual, con apoyo de antebrazos |
|
Figura 4. Ejercicios de
entrenamiento
4. ESTUDIO DE CASO
El programa de entrenamiento se puso en
práctica en una mujer de 23 años, sin dolor cervical en el momento de la
intervención. Pero esta sí había tenido episodios de dolor durante el último
año, además de tener una postura con cabeza adelantada. Como ya se ha explicado
anteriormente, ambas situaciones suponen factores de riesgo para desarrollar
dolor cervical en el futuro (Blanpied et al., 2017; Mahmoud et al., 2019). De esta manera se aplica el programa de entrenamiento
propuesto, con la intención de prevenir un posible dolor de cuello.
Los entrenamientos se llevaron a cabo los lunes
y miércoles durante 5 semanas consecutivas, formando un total de 10 sesiones.
Los resultados obtenidos en las pruebas Numeric
Pain Rating Scale, Neck Disability Index y ángulo craneovertebral se
reúnen en la tabla 6. Aunque las mediciones de este último se pueden ver
más en detalle en la tabla 1. Los resultados del test de flexión craneocervical
se encuentran en la tabla 7.
Tabla 6. Resultados de NPRS, NDI
y el ángulo craneovertebral
NPRS (0-10) |
NDI (0-50) |
Ángulo CV (grados) |
|||
Pre |
Post |
Pre |
Post |
Pre |
Post |
0 |
0 |
3 |
2 |
42 |
51 |
Nota. NPRS
= Numeric Pain Rating Scale; NDI = Neck Disability Index; CV = Craneovertebral
Tabla 7. Resultados del test de
flexión craneocervical
Presión de activación
(mm
Hg) |
Índice de performance |
||
Pre |
Post |
Pre |
Post |
30 |
30 |
4 repeticiones = 40 |
8 repeticiones = 80 |
En la fase de fuerza máxima del test de
extensión se realizaban dos mediciones para reducir la influencia de posibles
intentos fallidos. Los resultados de estas aparecen reflejados en la tabla 8.
Tabla 8.
Resultados de la parte de fuerza máxima del test de extensión cervical
Nivel cervical |
Medición de fuerza (kgfuerza) |
|||
Pre |
Post |
|||
C1 |
4.3 |
5.3 |
6.9 |
7.1 |
C3 |
5.1 |
5.6 |
6.3 |
6.5 |
C6 |
5.3 |
5.5 |
5.8 |
6.8 |
Una vez se conocen ambos resultados, se utiliza
el mayor de ellos como valor de fuerza máxima de cada nivel cervical, para poder
evaluar la evolución del sujeto analizado. Estos resultados se pueden ver en la
Tabla 9, junto a los de resistencia, aunque es necesario señalar la importancia
de conocer los valores que suponen el 80% de la fuerza máxima en cada nivel
cervical, pues estos son imprescindibles para decidir cuántas repeticiones de
la prueba de resistencia se ajustan a lo establecido (ver Tabla 10).
Tabla 9. Resultados totales del
test de extensión cervical
Nivel cervical |
Fuerza máxima (kgfuerza) |
Resistencia (0-5) |
||
Pre |
Post |
Pre |
Post |
|
C1 |
5.3 |
7.1 |
3 |
5 |
C3 |
5.6 |
6.5 (6.8)* |
3 |
5 |
C6 |
5.5 (5.8)* |
6.8 |
5 |
5 |
Nota. *Valor
de fuerza máximo obtenido en la prueba de resistencia
Tabla 10. Valor mínimo de fuerza
considerado válido en el test de resistencia
Nivel cervical |
80% Fuerza máxima (kgfuerza) |
|
Pre |
Post |
|
C1 |
4.24 |
5.68 |
C3 |
4.48 |
5.44 |
C6 |
4.64 |
5.44 |
Para analizar los resultados obtenidos es necesario
atender a cada una de las pruebas de la fase de valoración.
El ángulo craneovertebral cobra un especial
interés a la hora de valorar la evolución de la participante, ya que, al
haber aplicado el programa de entrenamiento como forma de prevención de dolor
de cuello, se suele reflejar de forma muy pobre la evolución de este con
pruebas de dolos y discapacidad.
En este caso se ve un valor inicial del ángulo
craneovertebral de 42 grados, este resultado tan bajo puede resultar
sorprendente al provenir de una persona sin dolor habitual, sin embargo puede
entenderse por la gran variabilidad que encuentran algunos autores (Ghamkhar & Kahlaee, 2019) respecto a esta variable y el dolor cervical. Asimismo, se
ve una evolución considerable pues en la valoración final se alcanzan los 51
grados, demostrando una postura cervical más adecuada, cercana a los valores
medios encontrados por Silva y cols. (2009) y Suvarnnato et al. (2019), y lejos de la posición de cabeza adelantada que se
encontró en un inicio. Sin embargo, este
gran cambio a lo largo de la intervención no debe explicarse únicamente
atendiendo al aumento de la fuerza, ya que existen factores que también
influyen determinantemente como puede ser su propiocepción o control postural
de esta región.
Cuando nos referimos a la fuerza del largo del
cuello y del largo de la cabeza, se ve que el test de flexión craneocervical
también nos muestra una evolución positiva ya que la presión de activación se
mantiene en el máximo posible (30mm Hg), situándose por encima de la media de
personas asintomáticas que se encuentra cercana a 28mmHg (Chiu et al., 2005; Fernández-De-Las-Peñas et al., 2007). Y en la prueba destinada a medir la resistencia se
comenzó con 40 puntos, valor inferior a la media esperada, cercana a 60 (Fernández-De-Las-Peñas et al., 2007; Jull et al., 1999, como se citó
en Lin et al., 2018), mostrando debilidad de la musculatura cervical profunda,
y justificando en mayor medida la participación del sujeto en el programa. Y se
finalizó la intervención con un índice de performance de 80, superando con
creces los valores medios.
De esta manera, se comprueba que se produjo un
aumento de la fuerza de los flexores cervicales profundos, cumpliendo con uno
de los objetivos del programa.
Finalmente, al analizar los resultados de los
test de extensión, se ve un claro aumento tanto de la fuerza como de la
resistencia. Pues la fuerza máxima pasa de valores cercanos a 5,5 kgfuerza,
hasta valores alrededor de los 7 kgfuerza. Y en cuanto a la resistencia, se
aumenta el número de repeticiones en cada uno de los niveles cervicales. De
esta manera, al haber realizado la valoración de la fuerza de extensores
cervicales profundos mediante un test de creación propia, no se disponen de
estudios previos con los que comparar nuestros resultados pero se observa que
la evolución del sujeto de estudio ha sido evidente.
5. CONCLUSIONES
Como conclusión de este artículo, se debe
remarcar la gran importancia de la musculatura profunda del cuello por su
estrecha relación con la salud cervical pues un mal funcionamiento de esta
musculatura se asocia con la aparición de dolor de cuello y la correspondiente
discapacidad asociada a este.
Asimismo, la literatura actual sobre el tema
muestra diferentes formas de intervenir a través de la actividad física, para
alcanzar un mejor funcionamiento de la musculatura cervical profunda. Es por
ello, que este estudio utiliza esta información para crear un programa de
entrenamiento con el que se da respuesta a los profesionales del sector de la
actividad física, ante su necesidad de orientación en el trabajo de la
musculatura cervical profunda, con intención de prevenir y reducir el dolor
cervical al mismo tiempo que se propone un nuevo método de evaluación de la
fuerza y resistencia de los músculos semiespinosos cervicales, acorde a los
recientes descubrimientos.
Finalmente, el estudio de caso expuesto aporta
resultados en la línea de lo esperado, mostrando una evolución positiva del
sujeto, y enfatizando así la utilidad del programa.
6.
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- vol. 21 - número 84 - ISSN: 1577-0354