DOI: https://doi.org/10.15366/rimcafd2022.85.011
ORIGINAL
RANGO DE ACCIÓN DEL COLOCADOR COMO INDICADOR
DE RENDIMIENTO EN VOLEIBOL MASCULINO
SETTER’S ACTION
RANGE AS A PERFORMANCE INDICATOR IN MALE VOLLEYBALL
Mercado-Palomino, E.1;
Millán-Sánchez, A.1; Parra-Royón, M.J.2;
Benítez, J.M.3; Ureña Espa, A.4
1 Estudiante de
doctorado. Departamento de Educación Física y Deportiva. Universidad de Granada
(España) emercado@ugr.es amillansan@gmail.com
2 Investigador.
Departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial.
Universidad de Granada (España) manuparra@gmail.com
3 Catedrático
de Universidad. Departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial.
Universidad de Granada (España) j.m.benitez@decsai.ugr.es
4 Catedrático de
Universidad. Departamento de Educación Física y Deportiva. Universidad de
Granada (España) aurena@ugr.es
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue financiado por el Ministerio
de Educación, Ciencia y Deporte de España bajo la beca número FPU14/02234, el
Ministerio de Economía, Industria y Competitividad de España bajo el proyecto
número TIN2013-47210-P, el Ministerio de Ciencia e Innovación de España bajo el
proyecto número DEP2011-27503 y el Proyecto FEDER/Junta de Andalucía
(Consejería de Economía y Conocimiento) bajo el proyecto con referencia
A-TIC-388-UGR18. Se llevó a cabo como parte de la tesis doctoral de Antonio
Millán-Sánchez en el marco del programa de doctorado de Biomedicina de la
Universidad de Granada, España.
Código UNESCO / UNESCO code: 5899 Otras
especialidades pedagógicas (Educación Física y Deporte)
Clasificación Consejo de Europa / Council of Europe classification: 17. Otras (Análisis del
juego)
Recibido 26 de octubre de
2019 Received October 26, 2019
Aceptado 31 de marzo de
2020 Accepted March 31, 2020
RESUMEN
Este estudio buscó comprobar si la zona ideal de colocación
es la más usada, comparar dicha zona con la Posición Media (AP) del colocador
con disponibilidad de primer tiempo y verificar si la distancia entre ambas
puede considerarse un indicador de rendimiento. Analizamos 2291 acciones de los
12 mejores equipos del mundial masculino de voleibol (2010). Registramos la
posición (latitud y profundidad) del colocador. Calculamos su AP y la distancia
a la zona ideal. Recogimos la eficacia de recepción desde las estadísticas de
la FIVB. Una correlación aportó la Rho de Spearman. Los resultados confirman el
área de latitud 6 y profundidad 1 como la más exitosa, pero los equipos pueden
contar con primer tiempo cuando el colocador sale de ella. La distancia entre
la AP con disponibilidad de primer tiempo y la zona ideal de colocación
correlaciona con la clasificación final más que la eficacia de recepción.
PALABRAS CLAVE: análisis de juego, central,
colocador, posición media, rango de acción, distancia, voleibol.
ABSTRACT
This study aimed to check if the ideal setting zone is the most
frequently used, to compare this zone with the Average Position of the setter
with middle blocker availability (AP) and to verify if the distance between
both can be considered a performance indicator. 2291 actions of the top-12
teams in the 2010 Men’s Volleyball World Championship were analysed. The
position (latitude and depth) of the setter was registered. The AP and the
distance with the ideal setting zone were calculated. The reception efficacy
was retrieved from the FIVB. Spearman’s Rho was obtained through a correlation.
Results confirm the area of latitude 6 and depth 1 as the most successful.
Nevertheless, teams are able to maintain first tempo availability despite
moving the setter out of it. The distance between the AP and the ideal setting
zone correlates to the final ranking more than the reception efficacy.
KEY WORDS: match analysis, middle blocker, setter, average position, action range,
distance, volleyball.
1. INTRODUCCIÓN
En los deportes de equipo el éxito depende de la interacción
cooperativa de los individuos. El rendimiento colectivo es distinto a la suma
de las acciones individuales, ya que el comportamiento de los jugadores está
limitado constantemente por un gran número de variables. Esto significa que los
sistemas tácticos están limitados por varios factores que producen múltiples
efectos, lo cual es una característica general de los sistemas complejos (Duarte, Araújo,
Correia, & Davids, 2012).
En el voleibol masculino, la velocidad del juego se ha
convertido en un factor determinante. En los ataques de primer tiempo, el
rematador salta durante o inmediatamente antes de la colocación, mientras que
en los de segundo tiempo los jugadores realizan dos pasos después de la
colocación (Afonso, Mesquita,
Marcelino, & Silva, 2010). La importancia de la participación del central en ataques
rápidos (ataques de primer tiempo) está reconocida como predictor de éxito (Asterios,
Kostantinos, Athanasios, & Dimitrios, 2009; Palao, Santos, & Ureña, 2007; Zetou, Moustakidis, Tsigilis, & Komninakidou,
2007). Además, toman mayor
importancia cuando se combinan con ataques de segundo tiempo (Marcelino, César,
Afonso, & Mesquita, 2008).
Sin embargo, para jugar rápido los equipos deben realizar
primeros contactos de calidad (por ejemplo, recepción), cuestión demostrada
tanto en voleibol profesional como en categorías de formación (Marcelino, Afonso,
Cicero Moraes, & Mesquita, 2014; Sánchez,
González-Silva, Fernández-Echeverría, Claver, & Moreno, 2019). Como consecuencia, la recepción se considera predictor de
éxito tanto para el ataque como para el rendimiento de los equipos en general (Costa, Barbosa,
& Gama Filho, 2013; Costa,
Mesquita, Greco, Ferreira, & Moraes, 2011; Nikos & Elissavet, 2011).
Tradicionalmente, el éxito del primer contacto se ha
calculado mediante la precisión del pase hacia ciertas áreas (Afonso, Esteves, Araujo,
Thomas, & Mesquita, 2012) o el número de atacantes disponibles (Castro, Souza, &
Mesquita, 2011). Sin embargo, como se
ha mencionado previamente, buscar indicadores lineales que no tienen en cuenta
la naturaleza dinámica del juego no aporta suficiente información sobre el
contexto del mismo (Duarte et al., 2012). Por esta razón, se deberían considerar indicadores más
complejos y no lineales, como las opciones de ataque disponibles, siendo la
disponibilidad del central la más determinante (Costa et al., 2013; Costa et al., 2011; João, Mesquita, Sampaio, & Moutinho, 2006), la toma de decisiones
de los jugadores (Conejero Suárez,
Claver Rabaz, Fernández-Echeverría, Gil-Arias, & Moreno Arroyo, 2017) o el estilo de juego de un equipo (Sánchez-Moreno,
Mesquita, Afonso, Millán-Sánchez, & Ureña, 2018).
Una línea de estudio interesante podría implicar el estudio
de la posibilidad del colocador de interactuar con el atacante de primer
tiempo. ¿Es universal? ¿Depende de la precisión de la recepción? ¿Se puede
establecer un radio de acción? ¿Este radio varía entre equipos? A partir de
estas cuestiones, pretendemos discriminar a los equipos según su disponibilidad
de primer tiempo, basándonos en factores espaciales, como una alternativa a
evaluar la calidad de la recepción exclusivamente según las zonas de colocación
ideales (Afonso et al., 2012; Costa et al., 2013; Costa et al., 2011; Zetou et al., 2007). Asimismo, queremos
determinar si la medida de esta disponibilidad se puede considerar un indicador
de rendimiento.
Por tanto, los objetivos de este estudio fueron 1)
comprobar si la zona ideal de colocación es la más usada, 2) comparar la zona
ideal de colocación con la Posición Media del colocador de cada equipo con
disponibilidad de primer tiempo y 3) verificar si la distancia entre la zona
ideal de colocación y la Posición Media del colocador se puede considerar un
indicador de rendimiento.
2. MATERIAL Y MÉTODOS
2.1. Muestra
Se analizó el Mundial Masculino de Voleibol de Italia en
2010, concretamente 23 partidos (76 sets). La muestra estuvo representada por
12 nacionalidades (ordenadas por clasificación final): Brasil. Cuba, Serbia,
Italia, Rusia, Estados Unidos, Bulgaria, Alemania, Argentina, República Checa,
Francia y España. Siguiendo los criterios de Afonso
et al. (2010), sólo se realizó registro en aquellas jugadas en las que el
equipo en recepción (complejo I) presentaba disponibilidad de su central para
realizar un ataque de primer tiempo, independientemente de que lo llegara a
realizar finalmente. El resultado final fue de 2291 acciones.
Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética para
Investigación en Humanos de la Universidad de Granada.
2.2. Variables
Se registró la Latitud
(de 1 a 9) y Profundidad (de 1 a 9)
de la posición final del colocador cuando había disponibilidad de primer
tiempo. Para aportar un mayor conocimiento del éxito de los equipos, proponemos
un indicador nuevo, la Posición Media
(AP) del colocador (cx,
cy), la
cual se calculó para cada equipo en dos situaciones diferentes (Fórmula 1):
a) AP1: posición media del colocador cuando el central
delantero estaba disponible para atacar.
b) AP2: posición media del colocador cuando el central
delantero estaba disponible para atacar y el Complejo I culminaba en punto para
el equipo.
Fórmula 1. Fórmula para la AP.
La zona ideal de
colocación se define como el centro de la zona en la que la colocación se
debería realizar de forma óptima (Afonso et al.,
2012), y fue establecida en el centro de la celda de 1 metro cuadrado
correspondiente a la latitud 6 y profundidad 1 (5,5, 0,5) (Figura 1).
La variable Distancia
(r) fue definida y
calculada como la distancia euclídea entre la zona ideal de colocación y la AP
del colocador de cada equipo (Figura 1), utilizando la Fórmula 2. Esta
distancia resume el rango de acción del colocador con disponibilidad de primer
tiempo (SARA). Por lo tanto, se calcularon dos distancias diferentes. Además,
la distancia entre ambas AP fue calculada para medir la diferencia entre la AP1
y AP2 (Distancia 3).
Figura 1. Cálculo de la distancia (r) entre la zona ideal de colocación y la AP.
Fórmula 2. Fórmula para calcular la distancia euclídea.
El resultado
del ataque fue registrado únicamente cuando había un ataque punto, y se
tuvo en cuenta para la AP2.
La eficacia media de recepción fue
obtenida a partir de las estadísticas de la Federación Internacional de
Voleibol (FIVB, http://www.fivb.com/).
2.3.
Diseño y procedimiento
La grabación de los partidos se realizó con
una cámara situada en uno de los fondos del campo, a una altura entre 3 y 7
metros y a una distancia de entre 10 y 15 metros de la pista.
Para el análisis observacional, se usó el
software VA-Sports (versión 1.0.74) (http://masvb.com/software.html).
La profundidad y la latitud se registraron utilizando una rejilla ajustable
(Figura 2) de 9x9 metros para valorar la posición exacta del colocador durante
la acción de colocación en el Complejo I.
Figura 2. Imagen del VA-Sports con la rejilla implementada sobre la pista.
Para determinar la fiabilidad, se
seleccionó aleatoriamente el 10% de la muestra para su análisis (Tabachnick, Fidell, & Osterlind, 2007). Los valores de Kappa
de Cohen (Cohen, 1960) para la fiabilidad,
tanto intra-observador como inter-observador fueron superiores a 0,75 para
todas las variables. Se tomaron como referencia los valores propuestos por (Fleiss, 2003).
2.4.
Análisis estadístico
El tratamiento descriptivo de los datos se
realizó a través de un estudio de frecuencias y porcentajes. Para determinar la
asociación entre variables, los valores de Rho de Spearman se obtuvieron con
una correlación bivariada. La significación se estableció para un alpha menor
que 0,05 (p<0,05). El tamaño del efecto también fue analizado a través de
los coeficientes de correlación, siguiendo los umbrales propuestos por Cohen (1988). El
cálculo de las distancias y AP se completó con el software de entorno y
programación para cálculo estadístico R y diversos paquetes disponibles en CRAN
(https://cran.r-project.org) y
github (https://github.com/manuparra/volleyball-performance-analysis).
También se utilizaron el paquete estadístico SPSS (versión 22) y R (versión
3.2.3), además de RStudio IDE para Linux.
3.
RESULTADOS
Se realizó un análisis de frecuencias de
la posición del colocador en recepciones que permitían ataque de primer tiempo.
Respecto a la latitud, del total de 2291 colocaciones, el 42% de los casos
fueron en latitud 6, 24% en latitud 7 y 20% en latitud 5. En cuanto a la
profundidad, el 55% de los casos tuvo lugar en profundidad 1, 31% en
profundidad 2 y el 12% en profundidad 3.
La clasificación, la eficacia de la
recepción, la distancia, la latitud y la profundidad de cada AP de cada equipo
se muestra en la Tabla 1. En cuanto a la eficacia de la recepción, Francia
presentó la mayor (0,706) y Bulgaria la menor (0,566). Tanto para los ataques
con disponibilidad de primer tiempo (Distancia 1) como para los ataques punto
con disponibilidad de primer tiempo (Distancia 2), Cuba tuvo las distancias más
grandes (1,4675 m y 1,4701 m) y Francia las más pequeñas (1,0491 m y 0,9913 m).
La Distancia 3 más grande fue de 0,18 m (Estados Unidos) y la más pequeña 0,03
(Italia).
Tabla 1. Clasificación, eficacia de la recepción, distancias y coordenadas de la
AP para cada equipo.
Clasificación |
Selección |
Eficacia recepción |
Distancia 1
(m) |
Coordenadas AP1 (lat,
pro) |
Distancia 2
(m) |
Coordenadas AP2 (lat, dep) |
Distancia 3 (m) |
1 |
Brasil |
0,699 |
1,1687 |
6,127, 1,486 |
1,0832 |
6,000,
1,461 |
0,13 |
2 |
Cuba |
0,585 |
1,4675 |
5,991, 1,883 |
1,4701 |
6,087,
1,848 |
0,10 |
3 |
Serbia |
0,573 |
1,3577 |
6,045, 1,744 |
1,3096 |
6,052,
1,687 |
0,06 |
4 |
Italia |
0,602 |
1,2530 |
5,961, 1,665 |
1,2469 |
5,983,
1,650 |
0,03 |
5 |
Rusia |
0,660 |
1,2054 |
6,024, 1,585 |
1,2319 |
6,184,
1,524 |
0,17 |
6 |
Estados Unidos |
0,666 |
1,3958 |
6,067, 1,775 |
1,3658 |
5,886,
1,810 |
0,18 |
7 |
Bulgaria |
0,566 |
1,3028 |
6,056, 1,678 |
1,2400 |
5,990,
1,639 |
0,08 |
8 |
Alemania |
0,627 |
1,2687 |
5,785, 1,736 |
1,1258 |
5,696,
1,609 |
0,16 |
9 |
Argentina |
0,638 |
1,2574 |
6,368, 1,410 |
1,1900 |
6,341,
1,341 |
0,07 |
10 |
República Checa |
0,699 |
1,1554 |
5,995, 1,544 |
1,0670 |
6,000,
1,443 |
0,10 |
11 |
France |
0,706 |
1,0491 |
6,125, 1,343 |
0,9913 |
6,097,
1,291 |
0,06 |
12 |
Spain |
0,672 |
1,0775 |
5,753, 1,547 |
1,1046 |
5,873,
1,540 |
0,12 |
Como se ve en la figura 3, la zona ideal
de colocación (6, 1) coincide con la zona más frecuente de colocación con
posibilidad de primer tiempo para todos los equipos excepto para Cuba (6, 2),
Alemania (6, 2) y España (5, 1).
Figura 3. Distribución de la frecuencia de las
zonas de colocación con disponibilidad de primer tiempo y AP1.
Igualmente, la zona ideal de colocación
coincide con la zona de colocación más frecuente cuando hay disponibilidad de
primer tiempo y ataque punto en el Complejo I para todos los equipos menos para
Alemania (5, 1) (Figura 4).
Figura 4. Distribución de la frecuencia de las
zonas de colocación con disponibilidad de primer tiempo y ataque punto en el
Complejo I y AP1.
Los valores de Rho de Spearman de la correlación
entre las variables se muestran en la figura 5. Existió una correlación no
significativa de rs
= -0,42 entre la clasificación y la eficacia de la recepción. También hubo
correlación no significativa (rs = 0,55) entre la clasificación y la Distancia
1. Entre la clasificación y la Distancia 2 hubo una correlación significativa
de rs
= 0,59 (p < 0,05). En cuanto a la eficacia de la recepción, su correlación
con la Distancia 1 fue de rs = -0,77 (p < 0,01) y con la Distancia 2 de rs =
-0,76 (p < 0,01). La correlación entre Distancia 1 y Distancia 2 fue de rs =
0,93 (p < 0,001).
Figura 5. Correlación entre las variables de
clasificación, eficacia de la recepción, Distancia 1 y Distancia 2. * Tamaño
del efecto grande; ** Tamaño del efecto muy grande. (Cohen, 1988). † p <
0,05; †† p < 0,01; ††† p < 0,001.
4.
DISCUSIÓN
Tal y como destacaron Afonso et al. (2010), la disponibilidad del central para
realizar ataques de primer tiempo es crucial para que el ataque de los equipos
sea ágil y ofensivo, siempre que haya una relación espacial apropiada entre el
colocador y el central. Hasta la fecha, los ataques de primer tiempo se han
expresado como parte del número de ataques disponibles para un equipo (Castro et al., 2011).
Otros estudios han calculado la distancia entre el colocador y el central en
las acciones de primer tiempo (Marcelino et al., 2014; Sapena
Peiro et al., 2016). Con nuestro
estudio, hemos pretendido medir cuantitativamente el área en la que este ataque
es posible. Para medir variables espaciales, la investigación en otros deportes
(como fútbol) ha usado el concepto de centroide, encontrándolo útil para
describir la distribución de los jugadores (Folgado, Lemmink, Frencken, &
Sampaio, 2014; Frencken, Lemmink, Delleman, &
Visscher, 2011; Gonçalves, Figueira, Macas, &
Sampaio, 2014; Silva et al., 2014). Sin embargo,
lo han utilizado como un área dinámica que varía dependiendo de la posición de
los jugadores en el campo. Nuestra contribución se deriva de este concepto en
lo referente a la medición del uso espacial, pero se presenta como un punto
fijo que aúna la posición media de un jugador en el momento que se realiza la
colocación.
Uno de nuestros objetivos fue comparar
la zona ideal de colocación con la AP del colocador de cada equipo con
disponibilidad de primer tiempo. Para ello, obtuvimos una distancia que
corresponde con el rango de acción del colocador con disponibilidad de primer
tiempo (SARA). La zona ideal de colocación fue establecida siguiendo la
referencia de Fellingham, Hinkle, and Hunter (2013)
y Afonso et al. (2012).
No obstante, para obtener datos más precisos y determinar la posición exacta
del colocador, dividimos la pista de voleibol en una rejilla de 9x9 m. Como se
puede ver en las figuras 3 y 4, nuestros resultados confirman que, con
disponibilidad de primer tiempo, la celda de latitud 6 y profundidad 1 es la
zona de colocación más frecuente. Respecto al SARA, a partir de nuestros
resultados se puede inferir que la relación espacial entre colocador y central
varió en función del tiempo y su área de disponibilidad de primer tiempo. Por
tanto, podría ser interesante usar este indicador como un descriptor en análisis
táctico, ya que diferencia la capacidad exclusiva de cada equipo de adaptarse
al rendimiento de su recepción.
La eficacia de la recepción más baja fue
de 0,566 para Bulgaria, y la más alta de 0.706 para Francia. Cuba presentó las
mayores Distancias 1 y 2, y Francia las menores. Cuando se cruzó la
clasificación final, en la que la selección de Cuba terminó segunda y la de
Francia undécima, con la eficacia de la recepción y la Distancia 1, encontramos
una correlación de rs
= -0,42 y de rs
= 0,55, respectivamente. Sin embargo, estas correlaciones no fueron
estadísticamente significativas, lo cual podría deberse al tamaño de la
muestra. Sólo la correlación entre la clasificación y la Distancia 2 (rs =
0,59) mostró significación (p<0,05). Así pues, se podría asumir que tener un
área de disponibilidad de primer tiempo más grande puede llegar a mejorar la
clasificación final en el campeonato, a pesar de tener un rendimiento inferior
en recepción. En cualquier caso, esta afirmación debería ser considerada con
precaución, ya que puede haber variables no incluidas en este estudio que
influyan.
Este hecho puede explicarse por las
correlaciones entre la eficacia de la recepción y ambas distancias, 1 (rs =
-0,77; p<0,01) y 2 (rs
= -0,76; p<0,01). Estos datos significan que los equipos que presentaron una
eficacia de recepción inferior podrían estar adaptándose a lo que les requiere
el juego aumentando su área de disponibilidad de primer tiempo, permitiéndoles
todo ello clasificar mejor. Por otro lado, los equipos con una eficacia de
recepción superior no son capaces de mantener sus ataques de primer tiempo
cuando el colocador se aleja de la zona ideal de colocación. Esto es una
consecuencia de la adaptación de los equipos a la naturaleza dinámica del
juego. Según McGarry, Anderson, Wallace, Hughes, and Franks (2002),
un sistema complejo tiene la capacidad de reorganizarse en respuesta a los
cambios en los elementos que dan forma al mismo. Como ejemplo, en estudios
previos se ha mostrado que los equipos presentan diferentes estilos de juego
(más directos o más elaborados) según sus características (Sánchez-Moreno et al., 2018). De forma
similar, podrían estar ampliando su área de disponibilidad de primer tiempo
como consecuencia de un rendimiento inferior en recepción, siendo capaces de
mantener un ataque eficiente, al contrario de lo que ocurre en categorías de
formación, en las que la eficacia de la recepción se muestra como predictora
del ataque posterior (González-Silva, Moreno Domínguez,
Fernández-Echeverría, Claver Rabaz, & Moreno Arroyo, 2016). Lo que es
más, la Distancia 3 (distancia entre AP1 y AP2), fue muy pequeña (valores entre
0,03 y 0,18 m), correlacionándose ambas distancias (rs = 0,93;
p<0,001). En otras palabras, la AP del colocador cuando hubo disponibilidad
de primer tiempo y cuando hubo un ataque punto en el Complejo I con
disponibilidad de primer tiempo fueron muy similares; por lo tanto, una
recepción que permite a los equipos usar a sus centrales juega un papel
fundamental en su éxito, confirmando resultados previos (Asterios et al., 2009; Zetou
et al., 2007).
Futuros estudios deberían comprobar las
características de este nuevo indicador que hemos denominado SARA en otras
muestras, como por ejemplo examinar si se relaciona con la clasificación final
de los equipos en una muestra femenina también o determinar si la zona ideal de
colocación es la misma en categorías inferiores y/o no profesionales. Además,
nuestra muestra data de 2010, y la evolución del juego puede haber causado
cambios en la relación entre el colocador y el central desde entonces. A otro
nivel, nuestros resultados han mostrado tamaños del efecto grandes y muy
grandes (Cohen, 1988), a pesar de la falta de significación de algunos de
ellos. Se plantean necesarios estudios similares con muestras más grandes para
resolver este problema.
5.
CONCLUSIONES
Nuestros resultados han establecido el
área de latitud 6 y profundidad 1 como la zona de colocación más frecuente en
el voleibol masculino de alto nivel, confirmando la asunción de la misma como
la óptima para obtener éxito. Sin embargo, los equipos de voleibol masculino de
élite son capaces de mantener la disponibilidad de primer tiempo a pesar de
desplazar al colocador fuera de esta zona ideal. Proponemos la Posición Media
del colocador y su distancia a la zona ideal de colocación, es decir, el rango
de acción del colocador con disponibilidad de primer tiempo (SARA) como una
nueva variable para estudiar su relación con la clasificación final. Según
nuestros datos, la distancia entre la Posición Media del colocador con
disponibilidad de primer tiempo y la zona ideal de colocación presenta una
mayor correlación con la clasificación final en el campeonato que la eficacia
de la recepción. Por tanto, esta nueva medida podría considerarse como un
indicador de rendimiento en voleibol masculino de alto nivel.
6.
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte - vol. 22 - número 85 - ISSN: 1577-0354