Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte – vol. 4 - número 15 - septiembre 2004 - ISSN: 1577-0354
Martinez López, E.J. (2004). Aplicación de la prueba
de Cooper, Course Navette y test de Ruffier. Resultados y análisis estadístico
APLICACIÓN DE
APPLICATION
OF THE COOPER TEST, COURSE NAVETTE AND RUFFIER TEST. RESULTS AND STATISTIC
ANALYSIS IN SECONDARY EDUCATION
Martínez López, E.J.
Licenciado
en Educación Física
Profesor
de Enseñanza Secundaria en Jaén
emilio2000@paidotribo.com
Recibido 16 de agosto de 2003
RESUMEN
Se propone en este artículo
un estudio sobre tres pruebas muy utilizadas en el ámbito educativo para
valorar la resistencia del individuo.
Estas pruebas (test de
Cooper, Course navette y test de Ruffier) destacan entre los más utilizados por
el profesorado de educación física.
Se ha realizado un estudio
sobre los criterios de calidad de los mismos, así como una aplicación a 505
alumnos de educación secundaria.
El análisis de los
resultados permite obtener amplios valores estadísticos y ha facilitado la
elaboración de baremos de calificación clasificados por sexo en cada uno de los diferentes niveles
educativos de la educación secundaria.
PALABRAS CLAVE:
Resistencia, pruebas de aptitud
física, evaluación, condición física.
ABSTRACT
In this article we
present a study on three tests which are widely often used in education to
assess the individual’s endurance.
These tests (Cooper’s
test, Course navette and Ruffier’s test) are remarkable for being widelyly used
by PE teachers.
We have also
studied the quality criteria of these tests and their administration to 505
secondary education students.
The analysis of the
results allows us to obtain a wide range of statistical values and has helped
us to elaborate rating scales/assessment scales for each sex in every secondary
education grade.
KEYWORDS:
Endurance,
physical aptitude test, valuation, physical condition.
INTRODUCCIÓN
La mejora de la condición
física del individuo sigue siendo
determinante para el desarrollo integral del adolescente, de hecho este bloque
de contenido permanece inamovible dentro del curriculum educativo de todos los
niveles, compitiendo con el resto de practicas y conceptos por ocupar un mayor
espacio temporal en el calendario educativo de cada nivel.
El Real Decreto 3473/2000
por el que se establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a la educación
secundaria obligatoria establece, en el campo de la educación física, 11
objetivos que permiten contribuir a la consolidación de hábitos, valores y
actitudes que favorezcan la salud y un
mejor nivel de calidad de vida. De entre estos objetivos podemos
entresacar 5 que están directamente relacionados con la mejora de las
cualidades físicas, entre ellas la resistencia, para consolidar estas
adquisiciones. Creemos que es importante exponerlas a continuación:
1º) Conocer y valorar los
efectos beneficiosos, riesgos y contraindicaciones que la práctica regular de
la actividad física tiene para la salud individual y colectiva.
2º) Practicar de forma
habitual y sistemática actividades físicas con el fin de mejorar las
condiciones de salud y calidad de vida.
3º) Valorar el estado de sus
capacidades físicas y habilidades específicas y planificar actividades que le
permitan satisfacer sus necesidades.
4º) Realizar tareas
dirigidas a la mejora de la condición física y las condiciones de salud y
calidad de vida haciendo un tratamiento discriminado de cada capacidad.
5º) Incrementar sus
posibilidades de rendimiento motor mediante el acondicionamiento y mejora de
las capacidades físicas y el perfeccionamiento de sus funciones de ajuste,
dominio y control corporal.
Es nuestro propósito
presentar un estudio relacionado con la valoración del estado de la resistencia
de los estudiantes de educación secundaria (objetivo nº 3). Para llevarlo a
cabo hemos creído conveniente concentrar nuestro esfuerzo en tres pruebas
físicas creadas para la evaluación de la resistencia. Estas son:
1 – Test de Cooper.
2 – Course navette.
3 – Test de Ruffier.
Para la selección de los mismos se ha tenido en cuenta el estudio llevado a
cabo por Martínez López y col. (2003) sobre 34 tests de resistencia. En esta
investigación se actuó simultáneamente en tres frentes, cada uno de ellos
estaba directamente relacionado con el estudio de las pruebas físicas.
Aportación de los estudios
previos ofrecidos por la literatura científica.
Aportación de los libros de
texto. (se estudiarón los libros de texto de 10 editoriales)
Resultados de una encuesta a
169 profesores de EF.
INICIO DE
Se ha solicitado a
Estos datos son de incuestionable valor para seleccionar una muestra
significativa, fiable, y que garantice un índice de error mínimo sobre la
población de los alumnos que cursan educación secundaria.
La muestra total (505 alumnos) permitió obtener unos resultados que nos
garantizaban un nivel de confianza del 97% y un error máximo del 0,05 en la
aplicación de estas pruebas de aptitud física.
Metodología
Para llevar a cabo la aplicación de estas pruebas de aptitud física
(PAF), ha sido necesaria la colaboración del profesorado de EF que imparte
clases en los centros educativos seleccionados. Esta fase del estudio requiere
la aplicación de pruebas a un gran volumen de alumnos, y esto sólo es posible
realizarlo en horas lectivas; con lo cual se descartó la posibilidad de realizar
esta aplicación en horario de tarde.
Para la aplicación de las pruebas se tuvo en cuenta lo siguiente:
Se eligieron grupos completos, no realizando ningún tipo de selección
sobre alumnos más capacitados.
Para la aplicación de los tests se siguió un orden alfabético.
Se excluyeron de la aplicación del test todos aquellos alumnos cuya
edad no se correspondía con la de su grupo (alumnos repetidores). Así mismo, se
elaboró una ficha en cartón para la anotación de los resultados de las PAF,
correspondientes a cada zona.
Se contó con la autorización de la dirección de cada centro educativo.
A este efecto, se elaboró una carta dirigida al director/a del instituto con el
propósito de explicar los objetivos de nuestro estudio, así como las
necesidades de material y colaboración del alumnado y profesores de EF en la
aplicación de estos tests.
Adiestramiento de los profesores colaboradores
Para llevar a cabo nuestra instrucción decidimos seguir el protocolo de
Howley y Franks (1992) adaptado por Vila (1993).
Durante varias reuniones los colaboradores unificaron sus criterios
hasta lograr que, previo a la realización de cada prueba, el testador pudiera
determinar cuando el grupo de alumnos estaba preparado para ser evaluado. En
este sentido se siguieron los siguientes puntos:
El alumno ha entendido el procedimiento de cada test.
Ha firmado el consentimiento para ser testado (en este caso sólo hemos
contado con su consentimiento oral tras explicarle ampliamente el sentido de
cada prueba, y contando con que su participación era voluntaria en todo
momento.
Ha practicado y se siente cómodo con las pruebas.
Entiende el procedimiento de inicio y finalización.
Entiende las expectativas de antes, durante y después del test.
Ha cumplido todas las instrucciones previas (reposo, vestuario, etc.).
No está enfermo ni lesionado.
Ha realizado un calentamiento apropiado.
Además, para la aplicación de cada una de las pruebas, se elaboró un
protocolo encaminado a concretar cada test, y en el cual se especificaba: Objetivo,
material, instrucciones para el ejecutante, instrucciones para el testador,
medida, ejemplo.
ANÁLISIS DE LOS
RESULTADOS DE LAS PRUEBAS
Una vez realizadas las pruebas físicas hemos procedido a analizar los
resultados de las mismas. El objetivo de esta fase de nuestra investigación es
elaborar una tabla de cada PAF realizada; cada una de ellas formaría un baremo
actualizado y en correspondencia con el nivel de aptitud física de los
escolares.
Consideraciones preliminares
Los resultados de las citadas pruebas han sido analizados utilizando la
hoja de cálculo Excel 2000 y el paquete estadístico Spss v. 10.0.
Inicialmente nos planteamos varias preguntas:
¿Cómo sabremos el lugar que ocupa un alumno dentro del total de
resultados?
¿Qué escala de valores aplicaremos para asignar una calificación
positiva o negativa?
¿Cómo podemos saber la calificación que hemos de asignarle a cada
resultado?
Para llevarlo a cabo decidimos realizar el siguiente proceso:
1º) Averiguar la amplitud de los resultados, restando la marca mínima a
la marca máxima.
2º) Calcular el número de intervalos. En este apartado, lo ideal es que
fueran 20, así lo acomodaríamos a nuestro sistema de calificación de
3º) Obtención del tamaño de los intervalos. Dividiendo la amplitud de
resultados por el número de intervalos.
4º) Obtener la frecuencia de los resultados, es decir, el número de
veces que una marca o resultado se repite dentro del conjunto de los valores
manipulados.
5º) Establecer como valor central la mediana de los resultados, ya que
ello nos garantizaría una distribución por igual del 50% de los individuos
testados.
Así, al valor de la mediana se le adjudicó, en la columna de
puntuación, la calificación de cinco puntos. Se construyó una columna con todas
las demás puntuaciones, asignándoles al intervalo inmediatamente superior a la
mediana + 1 y al intervalo inmediatamente inferior - 1, hasta llegar a la
puntuación de 10 y 0 respectivamente.
En aquellos casos en los que la
distribución de los resultados de un grupo presentó una asimetría excesiva, y
no permitía una correcta distribución de los datos, se decidió igualmente
establecer la mediana como valor central para asignación de puntuaciones, sin
embargo, la visión de la mediana desplazada a un lado del gráfico mostraba cómo
los resultados estaban mucho más agrupados a un lado que a otro.
Esta diferencia de amplitud o variabilidad observada en una zona de la
curva de distribución con respecto a la otra, justifica que se decidiera obtener un nuevo parámetro. Para conseguir
esto, se calculó la desviación mediana a la distribución izquierda y derecha de
cada lado de la mediana. Como ampliación a esto podemos decir que la mediana
serviría a su vez de extremo superior e inferior en cada caso.
A continuación ofrecemos el análisis estadístico de los resultados
obtenidos en cada test. Se han
estructurado en dos cuadros que representan:
El número de alumnos testados en cada nivel y según su sexo, media,
mediana, moda, desviación típica, varianza, asimetría, curtosis, rango,
percentiles 10 y 90.
Igualmente, en cada prueba, se ha representado gráficamente la
frecuencia de los datos obtenidos, teniendo en cuenta el sexo de los testados.
En este caso, se han agrupado todos los resultados de los diferentes niveles de
ESO y 1º de bachillerato; su observación nos muestra la distribución de los
mismos sobre la estructura de intervalos, y una interpretación de la dificultad
de cada prueba en función del agrupamiento de las marcas hacia un lado u otro
de la curva.
Si los datos se agrupan hacia el lado derecho del gráfico, situándose
sobre los intervalos más superiores, nos puede indicar que la mayoría de los
alumnos han obtenido puntuaciones positivas, lo cual se puede interpretar como
una prueba una prueba de fácil ejecución.
Asimismo, se ofrece un cuadro correspondiente a cada PAF, en el que en
cada columna se incluyen los registros
acondicionados a cada nivel y sexo según su intervalo.
A continuación se
expone el análisis estadístico de los
resultados de las pruebas seleccionas así como los baremos de consulta.
Es importante saber que los valores presentados en
cada tabla son exclusivamente de referencia y no es nuestra intención
presentarlos cómo medida estándar. Exponemos los resultados tal y como se ha
realizado el análisis estadístico tras la recogida de datos. De hecho se puede
observar que en alguna prueba los valores en un mismo intervalo se repiten para
diferentes niveles; y es que, en realidad el profesor debe ser muy cauto a la
hora de realizar su baremo de consulta o valoración debido a la gran cantidad
de variables que pueden intervenir.
Test de Cooper
Tiene como principal objetivo medir la capacidad máxima aeróbica de
media duración. Aunque esta prueba está catalogada como de medición aeróbica
(carrera continua durante 12 minutos), es necesario añadir que el sobreesfuerzo
que realiza el sujeto, en los últimos metros o minutos, con el objeto de
aumentar la distancia recorrida crea una situación aeróbico - anaeróbica.
Creada por el Dr. Kenneth Cooper para determinar el VO2 máx.
en atletas varones. En 1977 fue adaptada por Gerchell para su aplicación en mujeres.
García Manso y col. (1996) afirman que según la distancia registrada en
esta prueba, se puede determinar el VO2 max. de un individuo, ya que
éste está relacionado con el agotamiento que sufre el cuerpo tras someterse a
un esfuerzo constante. Sobre la marca
conseguida y atendiendo a las siguientes ecuaciones se puede obtener una estimación
del máximo consumo de oxigeno del alumno, además estos autores han estudiado la
eficacia en la predicción del VO2 máx. y le asignan un coeficiente de validez
de entre 0,24 y 0,94.
Podemos aproximar el consumo máximo de oxigeno (VO2
máx.) de cada alumno atendiendo a la ecuación de Howald, basada en el test de
Cooper (carrera continua durante 12 minutos). Tras finalizar la prueba debemos
multiplicar la distancia métrica obtenida por 0,02 y restar al resultado 5,4.
La cifra obtenida de la ecuación expresa los mililitros de máximo consumo de
oxígeno del alumno. Para concluir la valoración, deberemos multiplicarla por
los kilogramos de peso del sujeto y por el número de minutos corridos.
VO2 (ml/kg/min.) = metros recorridos * 0,02 – 5,4
(Howald)
Aunque algunos de estos resultados no son adaptables según edades, al
profesor le pueden servir como aproximación
para realizar una estimación comparativa sobre el consumo máximo de O2
de cada alumno.
Se le puede reprochar a esta prueba que los intervalos de valoración
por distancias, son demasiado amplios, de forma que en las tablas de
referencias realizadas por distintos autores pueden existir desde 100 hasta
La validez de esta prueba es muy relativa, ya que depende de factores
externos que pueden influir directa o indirectamente en su valoración. Aún
teniendo en cuenta la imprecisión tanto en su control (exactitud de la medida,
ya sea manual o mecánica), como en factores emocionales que precipiten, en una
u otra medida, la frecuencia cardiaca o la calidad del esfuerzo realizado. Esta
valoración puede expresar una información global sobre el nivel de resistencia
de un individuo.
Una vez concluida la prueba se tomará el pulso del ejecutante, con un
control durante 10 seg., posteriormente multiplicamos el dato obtenido por seis
para establecer la relación pulsaciones/min.
Se ha comprobado que la resistencia cardiovascular influye en el tiempo
de recuperación tras un esfuerzo. En este sentido el registro de las
pulsaciones durante el tiempo de recuperación nos informará indirectamente el
grado de resistencia del testado.
De una forma generalizada, se controla el tiempo que transcurre entre
el final del esfuerzo y el momento en que el sujeto se recupera hasta alcanzar
las 100 pul/min. Tras el esfuerzo realizado en el test de Cooper, se
considerarán sujetos con una resistencia buena o muy buena los que pueden
recuperar las 100 p/min. en menos de 3 minutos; y resistencia satisfactoria los
que obtendrían la recuperación de las 100 p/min. en 5 minutos. Por otra parte,
para estandarizar el método de control de pulsaciones de una manera eficaz, se
toman las pulsaciones al sujeto pasados
5 minutos de finalizado el esfuerzo, la lectura de las pulsaciones se puede
interpretar en el estudio de Bohmer y col. (1975) según Zintl, de forma que: más de 130 p/m =
mal; 130 -120 p/m = suficiente; 120 -
115 = satisfactorio; 115 - 105 p/m = Bien; 105 - 100 = muy bien; Inferior a 100
p/m = nivel de alto rendimiento.
Análisis de resultados de la prueba de Cooper
Prueba de Course Navette o test de Luc Legger
Su principal finalidad es medir la potencia aeróbica máxima (PMA) del
sujeto. Entendiéndose esta como la mínima potencia necesaria para alcanzar el
VO2 máx. o, dicho de otro modo, la máxima potencia a partir de la
cual el VO2 es capaz de equilibrarse.
Para García Manso y col. (1996) estas equivalencias teóricas en el test
de Course navette, respecto al VO2 max., tienen una validez de 0,84,
y para obtener esta equivalencia de VO2 max., en jóvenes de ocho a
diecinueve años, se emplea la fórmula siguiente:
VO2 máx. (ml./kg./min.) = 31.025 + (3.238 * V) - (3.248
* E) + (0.1536 * V * E)
Esta prueba es utilizada generalmente para determinar la capacidad
aeróbica de sujetos jóvenes con un nivel de entrenamiento medio o bajo, quedando
progresivamente desestimada para atletas con un alto rendimiento. A través de
los resultados, se pueden realizar equivalencias con el consumo máximo de
oxígeno del sujeto, atendiendo a la velocidad que el individuo pudo realizar en
el último tramo realizado durante la prueba.
Según Legger (1998) no se puede medir la aptitud física de una manera
general y añade que el Course navette tiene un elemento motivador en sí, que no
poseen la mayoría de las pruebas, teniendo en cuenta, por otra parte, que al
aplicarse la misma prueba a todas las edades se pueden comprobar los resultados
de un mismo individuo con los años. Además, una innovación muy importante de
esta prueba es la predicción del consumo máximo de oxígeno en todos los límites
de edad.
La inclusión de esta prueba dentro de la batería Eurofit, es una
demostración más de que la mayoría de los estudiosos de la valoración del
ejercicio, la consideran una de las pruebas más importantes para la medición de
estas capacidades en niños y adolescentes, teniendo una gran objetividad y
fiabilidad.
Análisis de resultados de la prueba Course
navette
Test de Ruffier
Tiene como principal objetivo medir la resistencia
aeróbica de corta duración de un sujeto.
Grosser y col. (1988) establecen un índice de rendimiento extraido a
partir de estos datos, y proponen la
siguiente fórmula:
· Sentado 5 min. antes de la prueba (P1).
· Inmediatamente después de acabar la prueba (P2).
· En los primeros 15 seg. del primer minuto tras la
prueba (P3).
Para su ejecución se precisa un escalón con graduación cada
En la década de los ochenta, el test de Ruffier era la prueba más
utilizada en Francia para valorar el estado físico de los deportistas.
Originalmente este test consistía en realizar 30 flexiones completas de piernas
con la espalda recta y durante 45 seg.
Monod y Flandrois (1986) recomiendan el índice de Ruffier-Dickson, ya
que su aplicación está destinada a minimizar la importancia de las reacciones
emotivas observables sobre los valores de reposo (P0), calculándose
de la siguiente manera:
P1= pulsaciones en los 15 seg. inmediatamente a la
conclusión del esfuerzo.
P2= pulsaciones tras un minuto de recuperación.
Además, añaden que en este test predomina una participación muy
importante del metabolismo anaeróbico, debido a esto, se explican las bajas
correlaciones entre los resultados del test de Ruffier y los valores obtenidos
por pruebas de potencia máxima aeróbica
determinada en los mismos sujetos.
Auste (1994) recomienda el test de Master para valorar la misma capacidad. En este
caso, se utiliza un doble escalón de
Análisis de resultados de la prueba de Ruffier
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