Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte - vol. 9 - número 33 - marzo 2009 - ISSN: 1577-0354
Águila, C.; Sicilia, A.; Muyor, J. M. y Orta, A.
(2009). Cultura posmoderna y perfiles de práctica en los centros deportivos municipales.
Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el
Deporte vol. 9 (33) pp. 81-95 Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista33/artperfiles110.htm
CULTURA POSMODERNA Y PERFILES DE PRÁCTICA EN LOS CENTROS DEPORTIVOS
MUNICIPALES
POSTMODERN CULTURE AND PHYSICAL ACTIVITY PROFILE IN LOCAL SPORTS CENTRES
Águila, C.1; Sicilia, A.
2; Muyor, J. M.3 y Orta, A.4
Proyecto
de investigación "Factores motivacionales relacionados con la adherencia a
la práctica física:" (Ref. DEP2007-73201-C03-03/ACTI)
Recibido
1 de diciembre de
2008
Aceptado 15 de enero de 2009
Clasificación UNESCO: 6399 (Sociología del
Deporte)
RESUMEN
El objetivo de este trabajo fue analizar el perfil
sociodemográfico y de práctica de los usuarios de los centros deportivos
locales de una ciudad andaluza como muestra de la condición posmoderna. Para
ello se empleó una muestra de 727 sujetos (325 mujeres y 402 hombres) de edades
comprendidas entre los 14 y 78 años, que respondieron a un cuestionario
diseñado para esta investigación. Los resultados nos muestran que estos centros
presentan un mayor número de mujeres que la población española y andaluza. Sin embargo,
es destacable el perfil socioeconómico más bajo con respecto a la población
española que practica deporte. Con respecto a las prácticas, la sala de fitness
sigue siendo la actividad más realizada, aunque se apunta una gran frecuencia
de actividades rítmicas, especialmente entre las mujeres.
PALABRAS CLAVE: centros deportivos municipales,
perfil práctica, perfil sociodemográfico, cultura posmoderna
ABSTRACT
Our aim in this article is to analyze practice and
sociodemographic profiles of users of local sports centres of a town in
Andalusia serving as an example of postmodern culture. In order to do this, we
have used a sample of 727 subjects (325 women and 402 men), ages 14 to 78
years, who answered a questionnaire specifically designed for our research.
Results show that the ratio of women using this type of centre is greater than
that present in
KEY
WORDS: local sport centres, practice profile, sociodemographic
profile, postmodern culture
1. INTRODUCCIÓN
La organización y la forma de vida en
las sociedades occidentales avanzadas, entre ellas la española, remiten a un
sistema que se inició alrededor de los siglos XVI y XVII en Europa que conocemos
como modernidad (Giddens, 1993). Muchos fueron los fenómenos que contribuyeron
a la ruptura con las organizaciones premodernas, entre ellos: los avances
tecnológicos que, aplicados especialmente a los procesos de producción y los
transportes, potenciaron el desarrollo industrial alrededor de las ciudades en
perjuicio del sector primario y la vida rural; la expansión de un sistema
económico capitalista; la extensión de un sistema político basado en los
estados-nación; y la progresiva división y especialización del trabajo.
Sin embargo, detrás y como apoyo a
cambios estructurales de tal dimensión, se difundió y aceptó una nueva forma de
pensar, de orientar las relaciones, en definitiva, de explicar y gestionar la
vida social cuyo pilar fue la hipervaloración de la razón. El pensamiento
moderno se basa en la centralidad del ser humano y en la confianza en su
capacidad para, desde los avances científicos, estructurar la vida social
siguiendo criterios racionales. En este contexto, hizo su aparición el deporte
en Inglaterra, convirtiéndose en un medio para la transmisión de valores
propios de la clase dominante como el coraje, el esfuerzo, el espíritu de
superación y el progreso (Bourdieu, 1993), además de incorporar en su práctica
las características racionales modernas, como la cuantificación, el cálculo, la
eficacia, la predicción y el control (Mandell, 1986).
Sin duda, las características y
discursos de la modernidad siguen manteniendo la hegemonía en el mundo de hoy
día (Giddens, 1993). Por ello, es el deporte moderno el más extendido. Pero,
desde hace varias décadas, vienen produciendo cambios estructurales de gran
alcance que afectan a las relaciones sociales, tanto en los ámbitos de
producción, como en las formas y usos del poder y en la propia experiencia
humana (Castells, 1998). Algunos autores, denominan nuestra época posmodernidad
(Lyotard, 2000; Vattimo, 2000), basándose sobre todo en los cambios culturales
y formas de pensar. El posmodernismo cuestiona los ejes centrales del proyecto
modernista, esto es, la razón como arma para la explicación de lo social. De
acuerdo con Rojek (1997), vivimos en un mundo marcado por la fragmentación, la
diferenciación, la diversidad y la movilidad. Los principales atributos de las
sociedades posmodernas son el pluralismo, el individualismo y la subjetividad
(Jameson, 1991; Lyon, 1996; Lyotard, 2000). En esta situación, las categorías
de análisis propuestas por los autores modernos, por ejemplo el género, se
consideran cada vez con menos capacidad explicativa respecto a los asuntos
sociales. En este sentido, Roberts (1997) defiende que las tradicionales formas
de masculinidad y feminidad están siendo cuestionadas y tendemos a modelos
“unisex” elegidos bajo criterios de gusto y desarrollados como actos de consumo.
A partir del análisis más amplio de
Águila (2007), consideramos que los principales rasgos de la cultura posmoderna
son: por un lado, el pluralismo y el mestizaje, como ruptura con el estilo
único modernista y la irrupción de la hetereogeneidad discursiva y estilística;
y, por otro, el individualismo y la
subjetividad, lo cual deviene en una atomización social que maximiza la
importancia de la libre elección del estilo de vida, los valores y los
proyectos personales. A ello, le sumamos la creciente tendencia a la asociación
e identificación sobre la base de afinidades culturales, que podrían llegar a
ser más relevantes que las tradicionales categorías modernistas como la clase
social o el género (Roberts, 1997). Y por último, el esteticismo de la vida cotidiana,
un reflejo de la creciente importancia de las cuestiones de la belleza y la
estética en todos los ámbitos (Jameson, 1991).
Algunos autores han incluido dentro de
estos cambios culturales las nuevas formas de práctica físico-deportiva
surgidas en los últimos años (Águila, 2007; García Ferrando, 2006; Olivera y
Olivera, 1995). Si el deporte moderno se desarrolla bajo principios racionales
y mantiene una rigidez en sus formas y normas, el deporte posmoderno se
caracteriza por la flexibilidad organizativa, del producto deportivo y de la
gama deportiva, lo cual permite múltiples modalidades dentro de un mismo
deporte (Rodríguez, 2003). Así, la práctica deportiva posmoderna es plural,
innovadora, creativa y dinámica (Águila, 2007).
La taxonomía propuesta por Olivera y
Olivera (1995) es una buena muestra del pluralismo y la variedad de las
prácticas culturales en el seno del deporte, donde la elección individual
predomina sobre el control social racional. Estos autores consideran seis
modelos según la dimensión corpóreo-emocional que predomina: el modelo ascético
(recoge el enfoque tradicional del deporte rendimiento); el modelo hedonista
(las nuevas prácticas de aventura y riesgo); el modelo escénico (basado en
juegos paramilitares donde el cuerpo es teatralizado y aguerrido); el modelo
etnomotriz (como una revitalización de los movimientos culturales autóctonos);
el modelo místico (que buscan la naturaleza profunda del ser humano mediante un
cuerpo “vivido y sentido”); y el modelo narcisista (que conjuga la mejora de la
forma física con el placer en pos de una mejora de la salud y la calidad de
vida). Por tanto, hoy día el deporte se considera un sistema abierto, de
difícil acotación y de gran diversificación (Heinemann, 2001), cuestión
reflejada en los diferentes significados que le otorgan los españoles: salud,
evasión, relación social, aventura y reto personal, desarrollo personal y
formación del carácter (García Ferrando, 2006).
Dentro de la diversidad de modelos propuestos por Olivera
y Olivera (1995), es notorio el auge en los últimos años de la corriente
salud-narcisista (García Ferrando, 2001, 2006). Organizaciones internacionales
como el American College of Sport Medicine (ACSM, 1995) han destacado la
necesidad de incluir programas de actividad física en la promoción de estilos
de vida saludables y han contribuido a la expansión de este modelo corporal
narcisista. Así, el punto de partida de dicho modelo es el movimiento sanitario
estatal que propone luchar contra los malos hábitos de la vida moderna
(sedentarismo, consumo de drogas, mala alimentación, etc.), en este caso, a
través de la actividad física (Olivera y Olivera, 1995). Incluye prácticas de
gimnasia aeróbica en sus muchas nuevas formas (p.e. aeróbic, step, bailes,
musculación, gym jazz, Batuka®, Pilates®...), que, en la
actualidad han conformado una importante industria, la del fitness, y está
expandiendo un sistema mercantilizado y profesionalizado que ha ampliado las
formas de consumo deportivo (Águila, 2006).
Desde hace varios años, los gobiernos locales han
incorporado a sus planes de promoción deportiva el uso de centros deportivos y
de fitness semejantes a los del sector privado, que contemplan las últimas
novedades de actividades físico-deportivas. El impacto de tales centros en el
aumento de los practicantes en entornos municipales es patente (Sicilia et al.,
2008), y por ello, creemos que su análisis es de gran importancia para entender
el sistema deportivo local, sobre todo en lo relativo a los cambios en los usos
y formas de práctica.
Actualmente, disponemos de un gran número de estudios que
regularmente nos informan sobre los hábitos deportivos de los españoles (García
Ferrando, 1991; 1997; 2001; 2006), y de los andaluces (Otero, 2000; 2004). Sin
embargo, dichas investigaciones no suelen atender con profundidad la emergencia
de estas nuevas formas de práctica que ofertan los centros deportivos
municipales.
Así
pues, el propósito general de este trabajo es presentar el perfil
sociodemográfico y de práctica de los usuarios de los centros deportivos
municipales de una capital andaluza, como una muestra del modelo corporal narcisista y reflejo del nuevo sistema físico
deportivo que se está configurando en la sociedad posmoderna española. De forma
específica, planteamos los siguientes objetivos: 1) analizar el perfil
sociodemográfico de los usuarios de los centros deportivos locales en
comparación con el perfil del practicante de otros deportes en el territorio
español; 2) conocer el grado de práctica de las diferentes actividades ofertadas
entre los usuarios en general y en función del sexo; y 3) analizar los
resultados desde la visión cultural posmoderna como una muestra de pluralidad y
mestizaje del nuevo sistema deportivo local, así como de una posible
unificación de los gustos entre hombres y mujeres.
2. MÉTODO
La población estudiada estaba compuesta por los usuarios
de las dos instalaciones deportivas municipales de una capital andaluza, un
total de 5250 personas. El tamaño de la muestra fue de 727 usuarios, 402
hombres y 325 mujeres, lo cual representa un porcentaje de 55,3% y 44,7%
respectivamente. El error muestral fue de ±3,44% a un nivel de confianza de 95,5%
(p=q=0,5).
Gráfico 1.- Distribución de la muestra
por sexo
Las características de la muestra según la
edad pueden verse en el gráfico 2, siendo el grupo más numerosos el compuesto
por los encuestados de entre 18 y 29 años, seguido por el grupo que va de los
Gráfico 2.- Distribución de la muestra por
grupos de edad
La situación profesional de los usuarios queda expuesta
en el gráfico 3. Los trabajadores y estudiantes son los dos grupos más numerosos
que componen la muestra.
Gráfico
3.- Distribución de la muestra según
su situación profesional
Finalmente, para analizar la situación económica del usuario,
preguntamos por los ingresos obtenidos por el total de miembros que residen en
el hogar, estando más de la mitad de la misma en unos ingresos entre 1201€ y
2400€ (gráfico 4).
Gráfico 4.- Distribución de la muestra según
los ingresos económicos mensuales
El procedimiento de muestreo fue aleatorio
con afijación proporcional según el porcentaje de asistencia en las franjas horarias
y días de apertura de los centros deportivos. Para este proceso se contabilizó
el número de asistencias a los centros deportivos de lunes a domingo y en cada
franja horaria determinada para esta investigación (de
El instrumento de recogida de datos fue un
cuestionario diseñado específicamente para esta investigación que incluía las
siguientes variables: Sexo, edad, situación profesional, ingresos mensuales de
la familia y práctica físico-deportiva realizada.
El trabajo de campo se llevó a cabo durante
la tercera semana de febrero de 2007 en dos centros municipales de una capital
andaluza. Para la administración del cuestionario se dispuso un lugar con mesas
y espacio suficiente en la entrada de los centros deportivos. La selección de
entrevistados fue aleatoria dirigiéndonos a uno de cada cuatro usuarios que
entraba en el centro, evitando que los entrevistados pertenecieran al mismo
grupo o la misma familia y, de este modo, garantizar una mayor variabilidad en
3. RESULTADOS
Los
resultados sobre las prácticas físicodeportivas que realizan los encuestados
según la oferta disponible en los centros municipales se muestran en el gráfico
5.
Gráfico 5.- Actividades practicadas en los
centros deportivos municipales
La actividad más practicada con
mucha diferencia es el uso de
Si considerados el tipo de actividad física practicada en
función del sexo, los datos pueden observarse en el gráfico 6.
Gráfico
6.- Actividades practicadas en los centros deportivos municipales en función del sexo
Son actividades con mayor frecuencia en las mujeres con
diferencias estadísticamente significativas: Acondicionamiento Físico
(p<.05), Aeróbic (p<.001), Aquagym (p<.001), Batuka® (p<.001),
Body Balance® (p<.001), Body Combat® (p<.01), Body
Pump® (p<.001), Bike (p<.05), Estilos (p<.01), G.A.P.
(p<.001), Pilates® (p<.001), Step (p<.001), y Tono
(p<.001).
Entre las actividades con mayor frecuencia en los
hombres, con diferencias estadísticamente significativas, encontramos: Bike
Extrem (p<.05), Juegos Deportivos (p<.001), Natación adultos (p<.001),
Natación por libre (p<.01), Pádel (p<.001), Squash (p<.05), y Sala
Fitness (p<.001).
Finalmente, no hay diferencias en función del sexo en:
Abdominales y Estiramientos.
4. DISCUSIÓN
El primer objetivo de esta investigación fue comparar el
perfil sociodemográfico de los usuarios de los centros deportivos municipales
de una capital andaluza con el perfil del practicante en la población española.
Para este análisis se consideraron dos variables relativas al estatus económico
de los usuarios, además del sexo.
En el caso del sexo, es destacable que existe un alto
porcentaje de mujeres entre los usuarios de los centros. Históricamente, la
mujer ha presentado siempre en España menores niveles de práctica
físico-deportiva que los hombres (García Ferrando, 1991, 1997, 2001, 2006). En
este sentido, la irrupción de este tipo de centros cuya oferta es amplia y los
horarios flexibles puede ser un factor potenciador de la práctica entre la
población femenina.
Considerando la edad, el grupo de entre 18 y 44 años es
el que presenta mayor número de usuarios. En su explicación, hay que tener en
cuenta que los menores de 18 años, aunque es el grupo de españoles con mayor
índice de práctica (García Ferrando, 2006) no suelen acudir a este tipo de
centros. Por su parte, los mayores de 60 años constituyen el grupo de edad que
menos practican en España (García Ferrando, 2006), por lo que no parece que
estos centros hayan supuesto un incentivo para la población mayor. De este
modo, el perfil de los usuarios en función de la edad no presenta importantes
diferencias con respecto al de practicantes en nuestro país.
El perfil socioeconómico de los usuarios nos muestra que
la mayoría son trabajadores en activo, aunque hay un gran porcentaje de
estudiantes. Los ingresos mensuales, a pesar de su variabilidad, nos indican
que la mayoría se puede situar en la clase social media, existiendo un
porcentaje considerable de usuarios con bajos niveles de ingresos. Según los estudios
sucesivos sobre hábitos deportivos de los españoles (García Ferrando, 1991,
1997, 2001, 2006), la posición social es una variable determinante en la
práctica físico-deportiva. Los españoles de posición social baja son los que
menos practican, y los de posición alta los que más. El ajuste de una
interesante oferta de actividades y una cuota de inscripción no elevada ha
posibilitado la incorporación de un gran número de usuarios con bajos niveles
de ingresos a los centros deportivos municipales. De este modo, se confirma la
importancia de la intervención pública en materia deportiva a través de medidas
que reduzcan las limitaciones de la población de menor nivel socioeconómico.
El análisis del sistema de práctica físico-deportiva ha
mostrado que el uso de
Con respecto al resto de actividades ofertadas no podemos
establecer comparaciones pues las encuestas que venimos analizando sólo
incluyen el aeróbic y la gimnasia de mantenimiento. En España, encontramos un
11,7% de practicantes de aeróbic/rítmica/expresión corporal/gymjazz/danza/step/pilates,
etc., por un 14% de practicantes de gimnasia de mantenimiento en centros
deportivos (García Ferrando, 2006). Por su parte, en Andalucía el 11,7%
practica aeróbic y el 18% gimnasia mantenimiento (Otero, 2004). Sin embargo,
como ya advertimos en la introducción, otras actividades emergentes en el
panorama de los centros deportivos no son tratadas.
En el análisis de las nuevas prácticas desde la óptica
cultural posmoderna, nos centramos ahora en algunas que son especialmente
atractivas y que, en nuestro estudio, son de las que más dicen realizar los
encuestados: el Body Pump® y el Bike. El Body Pump®,
original de Nueva Zelanda, es una actividad impartida por monitores que
consiste en ejercitarse con pesas siguiendo una serie de coreografías, de tal modo
que cada grupo muscular es trabajado según el ritmo de diferentes temas
musicales. El Bike, Spinning o Ciclismo Indoor, es un programa de ejercicios
igualmente dirigidos por monitores especializados, utilizando una bicicleta
fija. Así, a través del pedaleo al ritmo de la música, entrenas tu capacidad
cardiovascular. Son buenos ejemplos del impacto de las nuevas modalidades
deportivas procedentes de países como Australia, Nueva Zelanda o Estados
Unidos, auténticas cunas del fitness. Gracias a la estandarización de sus
características, permiten una práctica en un entorno controlado y eficazmente
enfocada a la mejora de la salud, si bien su éxito se basa también en su
atractivo estético. Su práctica está asociada a iconos, materiales y una cierta
forma de estética que se relaciona con el binomio fitness y apariencia física,
de acuerdo con el modelo corporal narcisista (Olivera y Olivera, 1995), una
tendencia a la alza en nuestro país (Álvarez y López, 1999; Pavón et al., 2003,
2004).
Un segundo elemento de la condición cultural posmoderna
que nos sirve de análisis de las prácticas en los centros deportivos
municipales es el pluralismo y el mestizaje. La gran oferta y la diversidad de
actividades novedosas son muestras de esta pluralidad cultural que favorece la
individualización y la personalización del consumo (Águila, 2007). Por otro
lado, el mestizaje como fusión de distintas tendencias culturales en contra del
estilo único estándar modernista (Jameson, 1991), es parte de la propia
naturaleza de muchas de las prácticas. Con la música y la coreografía como
bases de las actividades dirigidas, el Bike propone un ejercicio en bicicleta,
el Body Pump® utiliza pesas y
barras, y el Body Pump® técnicas de combate.
El análisis cultural de las prácticas debe ser completado
con la revisión de las diferencias en función del sexo. Como planteamos en la
introducción, la condición posmoderna propone la individualización y la
asociación en términos de afinidades culturales como elementos explicativos de
los estilos de vida. Autores como Roberts (1997) o Rojek (1997) argumentan que
el género cada vez es menos relevante para describir las prácticas de ocio de
la población. Sin embargo, nuestros resultados contradicen tales argumentos.
Desde un punto de vista general, podemos destacar que en casi todas las
actividades dirigidas ofertadas existe un mayor porcentaje de participantes del
sexo femenino, lo que parece indicar que existe un mayor ajuste de este tipo de
actividades a los deseos y motivaciones de las mujeres. No obstante, en las
actividades dirigidas de Estiramientos, Abdominales, Juegos Deportivos,
Natación para adultos y Bike Extrem se muestra un mayor porcentaje de hombres
entre sus practicantes. Además de estas actividades con monitor, observamos que
en las actividades practicadas por libre como Pádel, Squash, Natación por libre
y Sala de Fitness, también son actividades con mayor porcentaje de hombres que
de mujeres.
De este modo, encontramos diferencias importantes en los
gustos y elecciones de hombres y mujeres. Son actividades con una gran mayoría
de mujeres: Aeróbic (el 93,4% son mujeres), Batuka® (el 97,6%), Tono
(el 87,0%) y Estilos (el 85,7%). Desde una visión de conjunto, se trata de
prácticas con mayor componente expresivo y rítmico, preferencias que aún
mantienen las mujeres (Macías y Moya, 2002). Por su parte, son actividades con
mayor número de hombres: Juegos Deportivos (un 91,7% son hombres), Natación
para adultos (81,4%) y por libre (64,6%) y Abdominales (57,6%), entre las
actividades dirigidas. Asimismo, Squash, con un 89,9% y Pádel, con un 91,4%,
son actividades casi exclusivamente practicadas por los hombres. El uso libre
de
Así pues, constatamos que a pesar del carácter novedoso
de las prácticas ofertadas por los centros deportivos municipales, se siguen
manteniendo diferencias entre hombres y mujeres. Si bien es cierto que cada vez
un mayor número de hombres se acerca a actividades con carácter rítmico y
musical, aún predominan las actividades con mayor carga competitiva y esfuerzo
físico (Macías y Moya, 2002).
5. CONCLUSIONES
Los resultados aquí presentados son una muestra del
impacto de las nuevas tendencias físicodeportivas en los estilos de vida de los
españoles. Dado su paulatino aumento y su incursión definitiva en el mercado
físico-deportivo parece imprescindible llevar a cabo más estudios de cara a
comprender en mayor profundidad las transformaciones y las novedades en la
práctica, especialmente en el ámbito nacional.
El análisis desde la condición posmoderna nos ha mostrado
que la pluralidad y la variedad como valores culturales se refleja en una
oferta amplia y diversificada, que favorece la elección del usuario según sus
propias posibilidades. Sin embargo, las claras diferencias en función del sexo
contradicen la supuesta tendencia a la unificación de gustos como indicador de
lo posmoderno.
De este modo, creemos fundamental realizar más estudios
socioculturales sobre las nuevas prácticas, identificar qué marcadores pueden
considerarse posmodernos y cuáles modernos, así como atender el significado que
los practicantes le otorgan en contraste con el modo en que son desarrolladas,
cuya organización es estructurada y burocratizada.
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