Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol. 10- número 39- septiembre 2010 - ISSN: 1577-0354
Romero, S.; Carrasco, L.; Sañudo, B. y
Chacón, F. (2010). Actividad física y percepción del estado de
salud en adultos sevillanos. Revista Internacional
de Medicina y Ciencias de
ORIGINAL
ACTIVIDAD
FÍSICA Y PERCEPCIÓN DEL ESTADO DE SALUD EN ADULTOS SEVILLANOS
PHYSICAL ACTIVITY AND PERCEIVED HEALTH STATUS IN ADULTS FROM SEVILLE
Romero,
S.; Carrasco, L.; Sañudo, B. y Chacón, F.
sanrome@us.es; lcarrasco@us.es; bsancor@us.es; fchacon@us.es
Departamento
de Educación Física y Deporte. Universidad de Sevilla.
Grupo de Investigación HUM-507: “Educación Física, Salud y
Deporte”.
Códigos
UNESCO: 5206 Características de la población.
Clasificación
Consejo de Europa: 16 Sociología del deporte.
Recibido: 19 mayo 2009
Aceptado:
25 mayo 2010
RESUMEN
Los objetivos del presente estudio
fueron valorar el nivel de práctica de actividad física de la población adulta sevillana
y determinar su relación con la percepción de su estado de salud. 1002 sujetos
mayores de 18 años participaron en el
estudio. Mediante entrevista individual se estableció el nivel de práctica de
los sujetos atendiendo especialmente a la frecuencia, duración e intensidad de
la práctica y a la relación entre dichos parámetros y la percepción del estado
de salud. Los resultados muestran cómo la población adulta de Sevilla presenta
unos elevados porcentajes de práctica de actividad física (50.8%), siendo ésta
más notoria en los hombres que en las mujeres (56.7% y 45.6%, respectivamente)
y disminuyendo a partir de los 45 años. Además, se observó una importante
relación entre el nivel de práctica de actividad física y la percepción del estado
de salud de los participantes, especialmente en los hombres.
PALABRAS
CLAVE: Actividad física, hábitos saludables, percepción
de la salud, calidad de vida.
ABSTRACT
The aims of
this study were to assess the level of physical activity of the sevillian adult
population and its relationship to the perception that they have of their
health status. 1002 subjects older than 18 years participated in this
investigation. By using an individual survey, the level of subjects´ practice,
with special attention to its frequency, duration and intensity and the relationship
between those parameters and the perceived health status of subjects was
established. The results showed a high physical activity practice rate (50.8%);
being more remarkable in males than in females (56.7% and 45.6%, respectively) and
decreasing after 45 years of age. Also, an important relationship was observed
between physical activity practice level and the subjects´ perception of their
health status, especially in males.
KEYWORDS:
Physical activity, healthy habits, health perception, quality of life.
INTRODUCCIÓN
En la actualidad, no hay duda sobre
los beneficios que proporciona una vida físicamente activa1-3. En
este sentido, diversos grupos de expertos y comités especializados han venido
desarrollando programas globales de promoción de actividad física (AF) para la
mejora de la capacidad física y la salud. Recientemente, el Colegio Americano
de Medicina Deportiva (ACSM) y la Asociación Americana del Corazón (AHA) han
revisado dichas recomendaciones en adultos4. En uno de sus informes
se señala que, para este sector de la población (18-65 años), la característica
de la práctica para la mejora de la capacidad cardiorrespiratoria debe ser de
tres sesiones semanales de 20 min de duración, desarrollando una intensidad de
ejercicio equivalente al 40-85% de la frecuencia cardiaca de reserva o del
64-94% de la frecuencia cardiaca máxima. A pesar de ello, la proporción de
sujetos que no realizan la mínima cantidad de AF recomendable sigue creciendo
notablemente5-7. El incremento del sedentarismo a nivel mundial y
más concretamente en los países de la Unión Europea, entre los que destaca
España, plantea de forma imperiosa la necesidad de actuación8. En
este sentido, los datos recogidos por el Eurobarómetro 58.2, elaborado en 2003,
informan de una prevalencia de práctica de AF saludable del 29%, oscilando
entre el 23% de Suecia y el 44% de Holanda9. Estas cifras indican
que dos tercios de la población adulta europea son insuficientemente activos.
En España la situación es, si cabe,
menos alentadora. En el Eurobarómetro del Deporte, realizado por la Comisión
Europea en 200410 (Special Eurobarometer 213, Wave 62.0), España
aparece por debajo de la media europea en número de personas que realizan
deporte, encabezando, además, la clasificación de países en cuanto a tasa de
inactividad física11. A esto hay que añadir que, entre los españoles
que practican deporte, apenas la mitad lo hace con la suficiente frecuencia
(tres o más veces a la semana), y son pocas las personas que caminan
diariamente, ya que tan sólo un tercio afirma caminar al menos una hora al día12.
En base a la reciente evidencia
científica, se ha insistido en la práctica de AF como factor inductor de salud12.
Esta relación entre práctica de AF y salud puede tener diferentes
repercusiones, tanto a nivel social como personal. Por un lado, el gasto
público destinado al servicio de salud podría verse disminuido, ya que un buen
porcentaje de la población acudiría con una menor frecuencia a centros
sanitarios, consumiendo un menor número de recursos13,14. Sin
embargo, es al plano personal al que deberían orientarse los objetivos de todo
tipo de programas de promoción de AF, ya que, según parece, la práctica de AF
incide de forma positiva en la percepción del estado de salud de los sujetos y,
por ende, en su calidad de vida. Para ello es necesario tener en cuenta las
diferentes motivaciones que empujan a las personas hacia la práctica de AF.
Según la Encuesta de Hábitos Deportivos de los Españoles15, los
principales motivos de práctica son la diversión y la mejora o mantenimiento de
la salud. En este sentido, se ha postulado que los sujetos que realizan
ejercicio físico regularmente se encuentran en un estado más saludable y son
menos propensos a padecer enfermedades que aquellos que no lo hacen16.
Sin embargo, no existe suficiente información sobre los efectos que la práctica
de AF puede ejercer sobre la percepción del estado de salud de las personas
asiduas o no al ejercicio físico. Parece lógico, por tanto, determinar la
relación existente entre ambos parámetros con objeto de poder establecer
posibles líneas de actuación.
OBJETIVOS
Por todo lo mencionado con
anterioridad, el presente estudio tiene como objetivos: a) valorar el nivel de
práctica de actividad física de la población sevillana atendiendo a las
recomendaciones establecidas al respecto por organismos internacionales, y b)
establecer la relación entre práctica de actividad física y la percepción de la
salud.
MATERIAL
Y MÉTODOS
Muestra
Un total de 1002 sujetos sevillanos
mayores de 18 años (471 hombres y 531 mujeres) participaron en el estudio,
siendo seleccionados por el sistema de rutas aleatorias y ajustándose a cuotas
cruzadas de edad-sexo. Considerando los datos de población facilitados por el
Ayuntamiento de Sevilla en el año 2006, y determinándose un nivel de confianza
del 95.5%, el error estimado para el conjunto de la muestra fue de ± 3.01%.
Instrumento
Se aplicó un cuestionario estructurado
y cerrado, cuyo contenido incluye elementos correspondientes a instrumentos
utilizados con anterioridad en estudios de índole nacional e internacional
sobre hábitos de AF y deporte, teniendo especial relevancia lo desarrollado a
este respecto por el proyecto COMPASS (Coordinated Monitoring of Participation
in Sports in Europe), patrocinado por el Consejo de Europa en países como
Finlandia, Irlanda, Italia, Holanda, España, Suecia y Reino Unido. Asimismo, el
cuestionario integra aspectos pertenecientes al Cuestionario Internacional de
Actividad Física (IPAQ), que fue desarrollado para obtener datos de población
comparables internacionalmente sobre AF relacionada con la salud. Además, la
herramienta permite evaluar la frecuencia (días por semana), duración (minutos)
y nivel de intensidad (ligera, moderada, vigorosa) de la AF. Utilizado en estudios anteriores, el
cuestionario aquí empleado mostró elevados índices de validez y consistencia
interna17,18.
Procedimiento
La recogida de información se realizó
mediante entrevista individual por personal cualificado. En cualquier caso, y con
el fin de facilitar las respuestas de los sujetos entrevistados, se informaba
sobre el concepto o definición de “Actividad físico-deportiva” que sería
utilizada en todo momento. Se empleó el enunciado descrito en el estudio
COMPASS, a partir del cual se pudo clasificar a los sujetos como practicantes
(personas que caminan a diario más de 45 minutos y/o realizan otras actividades
físico-deportivas) y no practicantes (personas que no practican actividad
físico-deportiva alguna o únicamente caminan menos de 45 minutos). De igual
forma, se aclararon otros términos, atendiendo, especialmente, a aquellos
vinculados con la intensidad de la práctica.
Análisis estadístico
Una vez determinada la normalidad de
las variables incluidas por medio de la prueba Kolgomorov-Smirnov, se
obtuvieron tablas de frecuencias para las variables sociodemográficas y
clínicas de carácter cualitativo y medias y desviaciones típicas para todas las
demás variables de carácter cuantitativo. Por otro lado, la posible relación
entre el tipo de práctica y género con la percepción de la salud se determinó
por medio de un análisis Chi cuadrado y para determinar qué dirección toma esa
relación en cada caso, se ha aplicado el estadístico Gamma (para datos
ordinales).
RESULTADOS
Las características descriptivas de la
muestra en función del género, de los rangos de edad y de la práctica de
actividad física se resumen en la Tabla 1.
Tabla 1. Frecuencias y porcentajes de la muestra en relación con la práctica de
actividad física en función de su edad y sexo.
Sexo |
Edad |
N |
% |
Práctica |
|||
Si |
% |
No |
% |
||||
Hombre |
18-24 |
64 |
51.2 |
51 |
19 |
13 |
6.4 |
25-44 |
201 |
49.3 |
118 |
44 |
83 |
41 |
|
45-64 |
141 |
47.8 |
76 |
28 |
65 |
32 |
|
>64 |
65 |
37.4 |
22 |
8.2 |
43 |
21 |
|
Total |
471 |
47.0 |
267 |
56.7 |
204 |
43.4 |
|
Mujer |
18-24 |
61 |
48.8 |
32 |
13 |
29 |
10 |
25-44 |
207 |
50.7 |
86 |
36 |
121 |
42 |
|
45-64 |
154 |
52.2 |
79 |
33 |
75 |
26 |
|
>64 |
109 |
62.6 |
45 |
19 |
64 |
22 |
|
Total |
531 |
53.0 |
242 |
45.6 |
289 |
54.4 |
|
Total |
|
1002 |
100 |
509 |
50.8 |
493 |
49.2 |
En la Tabla 2 se muestran los
elementos condicionantes de la práctica de actividad física y deportiva,
atendiendo, especialmente, a la intensidad, duración y frecuencia en función
del género y edad de los sujetos. Es importante tener en cuenta que la
intensidad del la AF practicada se ha dividido en 3 niveles; el nivel 1 se
corresponde con la posibilidad de realizar la actividad durante una hora o más
sin cansancio (sin una alteración cardiaca y respiratoria sensible); el nivel 2
se relaciona con una práctica que provoca un aumento importante de la
frecuencia cardiaca y de la respiración, mientras que el nivel 3 equivale a una
práctica en la que se produce un máximo esfuerzo con la correspondiente
aparición de fatiga.
Tabla 2. Características de la práctica de actividad física en función de la edad
y el sexo (frecuencias).
Sexo |
Edad |
Intensidad |
Frecuencia
(semanas) |
Duración
(minutos) |
|||||||||
Nivel 1 |
Nivel 2 |
Nivel 3 |
< 4 |
< 1 |
2 |
> 2 |
5 a 15 |
15 a 30 |
30 a 45 |
45 a 60 |
>
60 |
||
Hombre |
18-24 |
39 |
8 |
4 |
2 |
11 |
8 |
30 |
0 |
2 |
4 |
9 |
36 |
25-44 |
83 |
31 |
4 |
5 |
26 |
22 |
65 |
1 |
7 |
10 |
40 |
60 |
|
45-64 |
46 |
25 |
5 |
1 |
12 |
10 |
53 |
0 |
8 |
11 |
20 |
37 |
|
>64 |
11 |
10 |
1 |
1 |
0 |
1 |
20 |
0 |
3 |
2 |
8 |
9 |
|
Total |
179 |
74 |
14 |
9 |
49 |
41 |
168 |
1 |
20 |
27 |
77 |
142 |
|
Mujer |
18-24 |
22 |
9 |
1 |
0 |
3 |
10 |
19 |
1 |
0 |
4 |
12 |
15 |
25-44 |
57 |
27 |
2 |
1 |
9 |
19 |
57 |
1 |
6 |
12 |
38 |
29 |
|
45-64 |
47 |
25 |
7 |
2 |
3 |
8 |
66 |
1 |
6 |
13 |
24 |
35 |
|
>64 |
20 |
18 |
7 |
2 |
1 |
7 |
35 |
0 |
9 |
9 |
14 |
13 |
|
Total |
146 |
79 |
17 |
5 |
16 |
44 |
177 |
3 |
21 |
38 |
88 |
92 |
|
Total |
|
325 |
153 |
31 |
14 |
65 |
85 |
345 |
4 |
41 |
65 |
165 |
234 |
Si se hace referencia a los grupos de
edad, son los jóvenes entre 25-44 años los que más practican con un moderado
nivel de intensidad, seguido de los sujetos entre 45-64 años. Por otro lado,
cabe resaltar que un porcentaje muy reducido (3%) de los sujetos entre 25 y 44
años practican con una intensidad elevada.
En lo que a la frecuencia de la
práctica se refiere, la mayoría de hombres y mujeres lo hacen más de dos días
semanales (63% y 73% respectivamente), siendo ese porcentaje muy reducido para
aquellos sujetos que realizan su actividad con una frecuencia menor a una vez
al mes. Respecto a la frecuencia con la que los diferentes grupos de edad
practican su actividad física, son los jóvenes entre 25-44 años los que practican
con mayor frecuencia en los hombres y, sin embargo, este porcentaje es superior
entre las mujeres de 45-64 años.
La duración de las actividades
reflejadas por los sujetos muestra unos valores superiores entre los hombres y
mujeres que practican por más de 45 min, y aún mayor para los que lo hacen con
una duración mayor a 1h. Menos de un 9% de los hombres y mujeres participantes
en el estudio reportaron practicar AF con una duración inferior a los 30 min.
Respecto a los grupos de edad, se repite el mismo patrón reflejado para la
frecuencia, si bien son los jóvenes entre 25-44 los que realizan AF por más de
una hora en un mayor porcentaje, en el caso de las mujeres este porcentaje se
sitúan en el grupo entre 45 y 64 años, aunque un 15% de las mujeres entre 25-44
años practican AF con una duración menor (entre 45 y 60 min).
Por último, la tabla 3 muestra la
percepción de su salud que tienen los adultos sevillanos en función del género,
edad y práctica de actividad físico-deportiva.
Tabla 3. Percepción de la salud en función de la edad, sexo y práctica de
actividad física (porcentajes).
Sexo |
Edad |
Practica |
No
practica |
||||||||
Muy malo |
Malo |
Normal |
Bueno |
Muy
Bueno |
Muy malo |
Malo |
Normal |
Bueno |
Muy
Bueno |
||
Hombre |
18-24 |
0 |
0 |
15.7 |
35.3 |
49.0 |
0 |
7.7 |
30.8 |
23.1 |
38.5 |
25-44 |
0 |
1.7 |
19.7 |
46.2 |
32.5 |
1.2 |
3.6 |
28.9 |
31.3 |
34.9 |
|
45-64 |
0 |
5.3 |
31.6 |
42.1 |
21.1 |
1.5 |
15.4 |
46.2 |
20.0 |
16.9 |
|
>64 |
0 |
13.6 |
45.5 |
18.2 |
22.7 |
0 |
20.9 |
53.5 |
18.6 |
7.0 |
|
Mujer |
18-24 |
3.1 |
0 |
12.5 |
53.1 |
31.3 |
0 |
10.3 |
27.6 |
34.5 |
27.6 |
25-44 |
1.2 |
4.7 |
32.6 |
30.2 |
31.4 |
0.8 |
6.6 |
23.1 |
44.6 |
24.8 |
|
45-64 |
0 |
2.5 |
39.2 |
41.8 |
16.5 |
2.7 |
14.7 |
33.3 |
30.7 |
18.7 |
|
>64 |
0 |
11.1 |
46.7 |
26.7 |
15.6 |
4.7 |
32.8 |
40.6 |
17.2 |
4.7 |
Tanto los hombres como las mujeres
practicantes de AF tienen una percepción buena de su salud; sin embargo, los
sujetos que no practican AF, perciben que su salud es normal, y el porcentaje
de los que la perciben como buena o muy buena es notablemente inferior al de
aquellos que si realizan algún tipo de práctica. Por lo general, las mujeres
consideran que su salud es normal o buena en un mayor porcentaje que los hombres,
mientras éstos, por lo general, la perciben como muy buena en mayor medida que
las mujeres.
Los hombres de mediana edad (entre
25-64 años) suelen manifestar que su salud es buena si éstos practican
actividad físico-deportiva; sin embargo, para el mismo grupo de edad entre los
que no practican AF, la percepción es que su salud es normal. Esta tendencia es
similar en las mujeres, en las que hay una clara diferencia entre aquellas que
practican y las que no, sobre todo entre las más jóvenes.
El contraste entre la práctica o no de
AF y la percepción de salud de los sujetos refleja una relación significativa
(p<0.001) y más positiva (percepción “muy buena”) para aquellos sujetos que
practican AF (gamma= -0.259). Por su parte, la relación al contrastar el sexo
con la percepción de salud igualmente significativa y más positiva en hombres
que en mujeres (gamma= -0.207; p=0.003).
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos en el
presente estudio permiten definir el porcentaje de práctica de AF y deportiva
de los sujetos sevillanos mayores de 18 años, así como las características de
dicha práctica (intensidad, frecuencia y duración), con especial atención a la
posible relación que dichos aspectos puedan tener sobre la percepción de la
salud de los sujetos.
Si bien ya se había comentado que la
prevalencia de adultos activos en Europa se acercaba al 30% (23-44% entre
países), España se situaba en el grupo de cola junto a países como Austria,
Italia, Bélgica o Francia, donde menos de un cuarto de la población podría
considerarse activa8. Los primeros antecedentes en esta línea
derivan del proyecto COMPASS, donde se alcanzaron tasas de práctica totales del
81% en países como Finlandia y que, sin embargo, no llegaron al 25% en países
como Italia o España. En nuestro entorno europeo más cercano, pudo apreciarse
una evolución en la práctica desde 2002 a 2004, alcanzando la práctica de AF,
al menos una vez a la semana, entre los Países de la Unión el 38%10.
Sin embargo, y atendiendo a los datos disponibles para la población española15
y andaluza19, puede observarse una tasa de práctica deportiva
similar, cercana al 32%. Del presente estudio se desprende que el porcentaje de
práctica de los adultos sevillanos (50.8%), supera los registros anteriores, lo
que podría explicarse, en parte, por el aumento de práctica alcanzado en los
últimos años15, aunque
también, y tal y como reflejaron Sjöström et al.8, por el
hecho de que países como Dinamarca, Finlandia y España reportan realizar una
actividad notable, aunque ésta no sea suficiente para la mejora de la capacidad
cardiorrespiratoria si se atienden a los criterios expuestos por diferentes
organismos internacionales4.
Estas tasas están influenciadas por la
edad y género de los encuestados, de modo que los hombres serían más activos y
menos sedentarios que las mujeres y, a medida que aumenta la edad se tendería a
una menor actividad total y un mayor sedentarismo8. El presente
apoya estos indicios reflejando como los hombres (56.7%) tienen tasas
ligeramente superiores a las mujeres (45.6%) y está en la línea de los valores
alcanzados en Europa, donde los hombres eran significantemente más activos que
las mujeres (43% frente al 31%)8.
Atendiendo a la edad de los sujetos,
al igual que ocurre en el presente estudio, los mayores porcentajes de práctica
se sitúan en las franjas de edad entre 25-44 años y entre 45-64 años. A
diferencia de la tendencia referida por los andaluces, en la que, a medida que
aumenta la edad, disminuyen las tasas significativamente, siendo el porcentaje
de practicantes mayores de 65 años inferior al 7%.
Intensidad
de la práctica
Si se alude a la intensidad con la que
los sujetos practican sus actividades físico-deportivas, se pudo observar cómo
el mayor porcentaje de los pacientes se ejercitaban a una intensidad moderada,
mientras que un pequeño porcentaje (menor al 7%), lo hacía de forma intensa.
Estos porcentajes coinciden con la población de Gipuzkoa, en la que la mayoría
de los sujetos se ejercitan con una intensidad moderada-baja (97.6%), mientras
tan sólo un 2.4% lo hace de forma muy intensa, dado que realizan la actividad
casi al máximo esfuerzo y les produce fatiga17,18. Estos porcentajes
en AF intensa corresponden casi en su mayoría a los hombres, como previamente
ya se había reflejado, aunque no ocurre lo mismo en el caso de la AF de
moderada intensidad20.
Frecuencia de la
práctica
Un aspecto que ha demostrado tener una
gran importancia para la prescripción del ejercicio y en la adherencia a los
programas es la frecuencia de práctica. En 2004, el 38% de los ciudadanos en
los 25 estados de la unión declararon practicar deporte al menos una vez a la
semana, siendo este porcentaje superior al reflejado en 2003, por lo que la
expectativas fueron positivas10. En la mayoría de los países miembros
la frecuencia de práctica aumentó, fundamentalmente en los sujetos más jóvenes,
como se reflejó previamente; sin embargo, sorprende el elevado porcentaje
reflejado en el presente estudio (68%), porcentaje ligeramente superior en
mujeres que en hombres (73% y 63% respectivamente). Por su parte, un 21.7% de
los hombres reportó realizar su práctica con una frecuencia menor a un día a la
semana, frente al 8.7% de las mujeres, quienes sí coincidieron con el
porcentaje experimentado por la población Guipuzcoana (8.4%) y en diversos
países de la Unión8,21.
Además, en la medida que la edad
aumenta, los practicantes tienden a realizar su actividad físico-deportiva con
una mayor frecuencia hasta llegar a los 64 años, donde la práctica cae de forma
notable, hecho que podría condicionar la programación y prescripción de AF para
diversos colectivos.
Duración de la
práctica
Las guías internacionales sobre AF
saludable recomiendan una práctica por un mínimo de 30 min al día4.
Atendiendo a estas recomendaciones, el presente estudio refleja que un 46% de
los adultos sevillanos practican su actividad preferente durante más de una
hora, porcentaje inferior al mostrado por los practicantes Guipuzcoanos (63%).
Sin embargo, el de aquellos sujetos que tienden a realizarla de 45 a 60 min
alcanzó un 27.1% en este último estudio, frente al de 32.4% los adultos
sevillanos, de modo que un amplio porcentaje en ambas provincias cumplirían las
recomendaciones en lo que a la duración de la práctica se refiere. De nuevo, al
contrastar la duración de la práctica con el género de los sujetos, se
encuentra que son los hombres los que practican su actividad por más tiempo, al
igual que ocurrió en estudios anteriores17,18, aunque estos
porcentajes se invierten ligeramente al considerar la práctica por más de una
hora de duración (56.8% en mujeres frente al 69% de los hombres). En
definitiva, según los datos obtenidos, son los hombres los que invierten un
mayor tiempo en la práctica de actividades físico-deportivas.
Percepción de la
salud
Se ha demostrado que la participación
en programas de AF permite modificar la percepción que los sujetos tienen de su
salud22-24, afectando positivamente su calidad de vida. Diversos
estudios han establecido comparaciones entre los datos relacionados con la salud
entre sujetos participantes y no participantes en actividades físico-deportivas22,24,
y en este sentido se ha argumentado que los participantes en AF poseen una
mejor percepción de su salud que los sujetos de la población general22.
En esta línea, Lamb25
mostró una correlación muy positiva entre la percepción de la capacidad física
y la de la salud. En dicha investigación tanto los hombres (17.6%) como las
mujeres evaluadas (10.5%) consideraron que su salud era excelente, mientras la
mayoría de ellos (61.0% de los hombres y 66.3% de las mujeres) consideraron que
su salud era “buena”. Tan sólo un 4.1% de los hombres y un 3.6% de las mujeres
la perciben como mala22. Estos datos son muy similares a los
reflejados en el presente estudio, lo que vuelve a poner de manifiesto que la
práctica de AF se traduce en una mejor percepción de la salud y, a su vez, en
una mejor calidad de vida de los sujetos.
Si se atiende a la edad como factor
que puede condicionar la percepción de la salud, puede apreciarse claramente
cómo a medida que la edad aumenta, va empeorando la percepción de la salud,
siendo esta tendencia aún más acuciada en aquellos sujetos que no practican AF,
independientemente de su género. Esta tendencia ya fue reflejada previamente en
el estudio de Krause y Jay26 en el que los más jóvenes (14-24)
tenían una percepción de la salud más positiva de su salud que los sujetos
mayores (>60). Parece ser que los componentes de la percepción de la salud
en los jóvenes difieren de los reflejados por los mayores22 y que la
práctica de AF es un factor determinante entre los hombres y entre los más
activos físicamente. En nuestro país, la valoración del propio estado de salud
muestra cómo los mayores son los que manifiestan peor salud. En la encuesta
nacional de salud27, el 68.8% de la población valoraba como buena o
muy buena su salud, siendo este porcentaje del 76.5% en el barómetro sanitario
andaluz 2007 realizado por el IESA-CSIC; unos porcentajes muy superiores a los
observados en el presente estudio28.
Relación
entre hábitos de práctica y la salud percibida por los sujetos.
Uno de los objetivos del presente
estudio era comprobar si la estimación del estado de salud sufre alguna
alteración según los niveles de práctica de AF mostrada por los participantes.
Este planteamiento surge, a priori, de la asociación entre mantener una vida
físicamente activa y una mejora de la salud y de la calidad de vida. En este
sentido, es importante considerar que la práctica de AF orientada hacia la
salud ha experimentado un cierto auge en los países occidentales en los últimos
años. Concretamente, en España, según la Encuesta de Hábitos Deportivos de los
españoles15, el 70% de las personas que practican lo hacen sin
preocuparse de competir. Según este mismo estudio, entre los motivos de
práctica más destacados figuran el realizar ejercicio físico (60%), por
diversión (47%), o por mantener y/o mejorar la salud (32%)29.
En esta línea se ha demostrado como
una mayor práctica de AF era asociada positivamente con una mejor salud24.
Diversos estudios han evaluado los aspectos por los que la AF afectaría a la
percepción de la salud, teniendo en cuenta los condicionantes de dicha práctica
(frecuencia, duración e intensidad). Así, se ha demostrado que los
participantes en AF poseen una percepción más positiva de la salud
controlándose los factores edad y género25. De hecho, la
participación en deportes podría incrementar la preocupación por la salud,
especialmente entre los sujetos más jóvenes12,22. La mayoría de los
expertos comparte la opinión de que el deporte sólo contribuye a mejorar
nuestra salud si se realiza con unos condicionantes determinados. En este
sentido, se ha comprobado que a medida que aumenta la frecuencia de práctica
deportiva entre los individuos mejora también la valoración subjetiva de su
salud12.
Se podría pensar en cómo la percepción
de la salud y la propia AF podrían comportarse como factores predictivos el uno
del otro. En este sentido, García Lanzuela et al.30, demostraron que
sedentarismo y la percepción de la salud se relacionan de manera inversa: a
mayor sedentarismo peor es la valoración del estado de salud actual. Estos
indicadores se traducen en que el índice general de salud es más positivo en
las personas que practican algún tipo de AF. En el presente estudio, al igual
que en otros trabajos previos22, se encontró una asociación muy
significativa entre la percepción de la salud y el género, así como entre la
propia práctica de AF y la percepción de la salud. Recientemente, Moscoso y
Moyano12 estudiaron las relaciones entre salud y AF en España,
observando una alta correlación entre ambos indicadores. El estudio demuestra
que los individuos que realizan deporte y ejercicio físico de forma habitual
tienden a valorar su salud y su calidad de vida en términos más positivos, lo
que constituye una información muy importante de cara a la promoción de la
salud en los adultos sevillanos, resaltando el papel de la AF dentro de dicha
asociación.
CONCLUSIONES
Como conclusión al presente estudio,
se debería destacar que la población adulta de Sevilla ha reflejado unos
elevados porcentajes de práctica de AF. Esta práctica suele realizarse con una
intensidad moderada, con una frecuencia de dos días semanales y con una
duración media de 45 a 60 min. Esta práctica parece ser diferente en función
del género y la edad, decayendo, especialmente, a partir de los 45 años. La
percepción que los sujetos tienen de su salud está influenciada por estos
factores, de modo que se debería promover con mayor insistencia la práctica de
AF ya que este factor puede tener una influencia directa y positiva en la salud
de los sujetos.
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol. 10- número 39- septiembre 2010 - ISSN: 1577-0354
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