Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol. 10- número 39- septiembre 2010 - ISSN: 1577-0354
Zurita Ortega, F.; Fernández García, R.; Rojas Ruiz, F.J.
y Cepero González, M. (2010). Lateralidad
manual y variables geográficas, antropométricas, funcionales y raquídeas. Revista Internacional de Medicina y Ciencias
de
ORIGINAL
LATERALIDAD MANUAL Y VARIABLES GEOGRÁFICAS,
ANTROPOMÉTRICAS, FUNCIONALES Y RAQUÍDEAS
MANUAL LATERALITY AND GEOGRAPHIC VARIABLES,
ANTHROPOMETRICAL AND FUNCTIONAL SPINAL
Zurita Ortega, F.1; Fernández
García, R.2; Rojas Ruiz, F.J.3 y Cepero González, M.4
1 felixzo@ugr.es
Doctor Profesor del Área de Corporal del Departamento de
2 rubenfer@ual.es
Doctor Profesor del Área de Fisioterapia del Departamento de Enfermería y
Fisioterapia de
3 frojas@ugr.es
Doctor Profesor Titular de
4 mcepero@ugr.es
Doctor Profesora Titular del Área de Corporal del Departamento de
Código UNESCO: 58 Pedagogía y 3213 Ciencias Médicas.
Clasificación del Consejo de Europa: 11.- Medicina del Deporte
Recibido 3 de junio 2009
Aceptado 12 de mayo de 2010
RESUMEN
El presente
estudió evaluó la relación entre lateralidad derecha (diestro) e izquierda (zurdo)
y un conjunto de variables de tipo geográfico, antropométrico, funcional y
raquídeo. La selección
definitiva de la muestra, compuesta por 2956 participantes, con edad comprendida
entre 8 y 12 años, pertenecientes a la provincia de Granada, se realizó por
muestreo; atendiendo a una composición natural de los grupos. Se seleccionaron
varios instrumentos de medición (inventario de lateralidad manual de Ediburgh,
test de Adams, IMC y prueba de flexibilidad) para recoger las variables
seleccionadas. Los resultados indicaron que el 10 % (n=295) eran zurdos y el
90% restante, diestros. No se encontraron diferencias estadísticamente
significativas entre lateralidad y las variables de
tipo geográfico, antropométrico, funcional y raquídeas seleccionadas. Como principales conclusiones cabe resaltar
la necesidad de desarrollar programas
de prevención de la obesidad en la población infantil y programas adaptados
para prevenir y tratar las patologías del raquis en escolares.
PALABRAS CLAVE: Dominancia, lateralidad, zurdo, obesidad,
flexibilidad, escoliosis, hipercifosis, escolares.
ABSTRACT
This study evaluated the relationship between laterality right (right
handed) and left (left handed) and a set of variables of geographical,
anthropometric, functional and spine. The final selection of the sample,
comprising of 2956 participants, aged between 8 and 12 years, belonging to the
KEYWORDS:
Dominance, laterality, left-handed, obesity, flexibility, scoliosis,
hipercifosis, school.
1.-
INTRODUCCIÓN
El concepto de lateralidad implica desarrollar un
conjunto de habilidades espontáneas y utilitarias (García, Guzman y Carratalá,
1998) a la vez que la comprensión de una conciencia integrada sensorio-motriz
(Da Fonseca, 1998). Este concepto, muy ligado con la dominancia hemisférica
(Rigal, 1987 y Fonseca, Muñiz y Lemos, 2007), también está relacionado con la
preferencia para utilizar una de las partes simétricas del cuerpo humano, es decir, mano, ojo, oído y pierna. Entendemos en este
sentido que, un niño estará homogéneamente lateralizado a la derecha- en este
caso será diestro- o a la izquierda –zurdo- si usa consistentemente los
elementos del lado derecho o izquierdo, respectivamente. En caso de que la
ejecución del niño sea igual de elevada con ambas manos se le llamará
ambidextro y si la ejecución es igual de reducida, será ambilateral.
De forma general, se entiende que a la edad de 5 años, el
niño ya conoce la existencia entre derecha e izquierda, sin localización correcta
al respecto (Cratty, 1982). A la edad de 7-8 años, la lateralidad básica se
instaura de forma definitiva (Rigal, 1987 y Zarco, 1992).
Actualmente, todavía se plantean muchas dudas en torno a
los mecanismos implicados en la especialización hemisférica. Por otro lado,
tampoco se tiene un adecuado conocimiento sobre los aspectos psicológicos
implicados en dicha diferenciación (Mandal, Asthana y Maitra, 1998; y Barrera y
Melero, 2006).
Son abundantes los estudios que intentan dar cuenta del
“porqué” se produce la especialización. Se habla, entre otras variables, de la
influencia del cuerpo calloso (Levy y Reid, 1976), el papel de la novedad y la
ambigüedad (Goldberg y Costa, 1981),
el procesamiento global versus local
(Lamb, Robertson y Knight, 1990; Fink, Halligan y Maradi, 1996), las destrezas
motoras (Mattingly y Studdert-Kennedy, 1991), los procesos emocionales (LeDoux,
1993; Torras, Portell y Morgado, 2001; Buchanan, Granel y Adolphs, 2004). En
el campo de
Desde un punto de vista probabilístico, la posibilidad de
que dos padres diestros tengan un hijo zurdo es 0,09, elevándose a 0,19 si uno
de los dos progenitores es zurdo y a 0,26 si lo son ambos (McManus y Bryden,
1992).
Al hilo de lo escrito más arriba se ha barajado el
posible efecto del estrés de nacimiento y condición de zurdo. En este sentido,
se aprecia que la incidencia de zurdos en gemelos fluctúa entre el 15 y 18%,
aproximadamente el doble de los niños que nacen solos (Coren y Previc, 1996).
Este porcentaje podría estar hablando del elevado número de trastornos
neurológicos y de otro tipo que sufren los gemelos debido posiblemente a lesión
cerebral derivada del agolpamiento intrauterino, producido durante el
desarrollo fetal y el parto (Akerman y Fischbein, 1991).
Existen otras variables, además de las ya descritas, que
han sido estudiadas para intentar entender la condición diestro-zurdo. Por
ejemplo, Geschwind y Galaburda (1987) han evaluado la influencia de la
testosterona en el desarrollo del sistema inmunológico y el crecimiento de
ciertas partes del hemisferio izquierdo, durante la vida fetal. A este
respecto, una investigación llevada a cabo con niños superdotados para las
matemáticas, donde se observó que estos sujetos sufrían el doble de alergias y
la proporción de zurdos era doble que en la población general, parece
corroborar las ideas de estos dos autores (O, Boyle y Benbow, 1990).
También se ha investigado sobre la condición diestro o
zurdo y lateralidad del lenguaje. Cabe reseñar los resultados obtenidos
mediante el test del amobarbital sódico. En este caso se vio que, el habla en
el 95% de los diestros estaba localizada en el hemisfério izquierdo, patrón
mostrado también por el 70% de los zurdos. El restante 30% exhibía indicios de
representación bilateral del habla (Loring, Miador y Leen, 1990). La conclusión
fue que la mayoría de los zurdos, en cuanto a la representación del habla, son
iguales a los diestros. En relación a este aspecto, muchos investigadores
consideran que para recuperarse de una
lesión generalizada en el hemisferio del habla es fundamental la capacidad del
otro hemisferio no dañado para tomar el “control”. Parece comprobarse que la
funciones lingüísticas pueden representarse bilateralmente en un mayor número
en las personas zurdas y además, puede que éstos últimos, con el habla
controlada predominantemente por un hemisferio tengan el otro disponible con
mayor facilidad que las personas diestras (Luria, 1974).
Se ha considerado la postura de la mano como variable de
estudio para clasificar a los zurdos en diferentes grupos sobre la base de la
organización cerebral, argumentándose en este sentido como la postura invertida
de la mano puede indicar que el hemisferio del habla es ipsilateral respecto a
la mano preferida. De esta manera, el habla de un zurdo que use dicha postura
estará controlada por el hemisferio izquierdo (Levy y Reid, 1976).
Otro aspecto interesante sobre la
condición diestro-zurdo es su relación con las distintas capacidades
cognitivas. Algunas investigaciones que han comparado las ejecuciones de
diestros y zurdos en test de funciones mentales superiores, han obtenido pocos
datos que respalden predicciones de ejecución inferior en estos últimos (O,
Boyle y Hellige, 1989).
Se han realizado también estudios para comprobar si
efectivamente las personas zurdas viven menos años que las diestras, citándose
la posible influencia de los factores sociales en la mayor o menor longevidad
de los diestros. Tal y como han expuesto Taras, Berhman y Degnan (1996) es
importante percatarse del diseño de mucha maquinaria laboral, diseñada únicamente
para diestros; convirtiéndose esta situación en otro factor que influye en el
desarrollo de la preferencia por una mano.
El hecho de ser zurdo puede influir en que éstos sean más
proclives a padecer accidentes, incluyendo aquí la predisposición a sufrir un
mayor número de lesiones esqueléticas (Coren y Halpern, 1991; Coren y Previc,
1996). En línea con estos autores se
halla Paul (1994), que expone la mayor probabilidad de padecer anormalidades de
tipo raquídeo en los zurdos, motivado por el modus operandi que han desarrollado mientras escriben, esta teoría se
contrarresta con Nissinen, Heliovaara y Seitsamo (1995), donde su estudio con
una población de personas hipercifóticas no halló relación alguna entre
diestros y zurdos; al igual que Milenkovic, Kocijancic y Belojevic (2004). En
relación con esta temática, algunos autores han comentado los distintos
trastornos que pueden llegar a tener las personas zurdas (Geschwind y Behan
,1982 y Coren, 1989). Incluso se ha llegado a hablar de un síndrome de zurdera
patológica en niños y adultos (Satz,1972).
En el proceso de consolidación de la lateralidad, a lo
largo de la maduración del niño, se debe tener en cuenta el concepto de
dextralización. Este proceso viene
marcado por el progresivo aumento en el uso de la mano derecha y, aunque la
lateralidad se encuentra bastante condicionada genéticamente, no se debe
olvidar la influencia de los factores sociales, la educación física (EF) y el
entrenamiento (García, Guzmán y Carratalá, 1998; Del Valle y De
En otros
estudios, al respecto de la lateralidad izquierda, se indica cómo esta
tendencia favorece ciertas ventajas en distintas modalidades deportivas (tenis,
boxeo, kárate,…), motivadas por el hecho de ser minoría y tener el hábito de
jugar contra diestros, aportándoles en este sentido, una gran experiencia y
ventaja (Wood y Aggleton, 1989; Raymond, Portier y Dufour, 1996).
Son varios los objetivos que nos hemos planteado en esta
investigación:
·
Establecer
un criterio de prevalencia respecto al número de zurdos existentes en la población
escolar de Granada.
·
Determinar
la influencia de variables de tipo geográfico, antropométrico y funcional en la
lateralidad manual.
·
Detectar
si la predominancia manual incide en la aparición de diversas patologías de
columna.
2.- MATERIAL Y MÉTODOS
2.1.- Participantes
En esta investigación se empleó un diseño de carácter
descriptivo y tipo transversal, para registrar distintas variables de interés, en
una muestra de 2956 participantes, con media de edad de 9,61 años (rango entre 8
y 12 años), pertenecientes a diecinueve centros escolares de la provincia de
Granada. En cuanto al género, la
muestra reflejó la composición natural de los grupos, con una proporción de
50,1 % de niños (n =1481) y un 49,9 % de niñas (n =1475).
2.2.- Diseño de la
investigación
La selección de los participantes se realizó atendiendo a
técnicas de estratificación, proporcionalidad y aleatorización en las
siguientes variables:
·
Sexo:
Masculino y Femenino.
·
Edad
·
Carácter Geográfico, con dos categorías: zona rural
o urbana.
·
Grado de Obesidad; con cuatro tipos –bajo peso,
normopeso, sobrepeso y obesos-.
·
Flexión profunda de tronco.
·
Alteraciones raquídeas. Organizada en tres niveles
(sin patología, escoliosis o hipercifosis).
·
Lateralidad, estructurada en dos categorías: diestro
y zurdo.
2.3.- Instrumentos
Las variables de nuestro estudio fueron registradas por
los siguientes instrumentos de valoración:
·
Índice
de Masa Corporal (IMC). Se utilizó para medir el grado de obesidad. Este índice
se calcula dividiendo el peso (en kilogramos) por la talla (en metros)
al cuadrado. En el adulto la obesidad se define a partir de un IMC superior a
30, pero en los niños/as ésta tiene un carácter más relativo, por lo que se debe
recurrir a las gráficas para cada edad y sexo, como citan Seedo (1996), Serra,
Ribas y Aranceta (2003) y Salas, Rubio y
Barbany (2007).
·
Test
de flexión profunda de tronco. Medía las modificaciones establecidas en el
raquis durante el movimiento de flexión anterior de tronco (Arregui y Martínez,
2001; Martínez, 2003; Zurita, Romero, Ruiz, 2008). Dicho test se realiza con el
participante colocado en bipedestación, sin calzado, de manera que los talones
coincidan con las líneas marcadas a nivel del cero de la escala; pasando a
continuación a ejecutar la prueba de flexión profunda del tronco, que se
acompañará de flexión de rodillas, con el fin de llegar con las manos (que han
pasado entre las dos piernas) tan atrás como sea posible sobre la regla centimetrada.
(Delgado, Martín y Zurita, 2009).
·
Test
de Adams. Fue el recurso utilizado en la detección de las alteraciones
ortopédicas del raquis (Reamy y Slakey, 2001; Skaggs, Early y D`Ambra, 2006). Se
valora la columna vertebral del individuo estableciendo que el aumento del
relieve dorsal o lumbar genera una imagen de la giba y/o protuberancia que, en
el caso de la escoliosis, será asimétrica, si es lateral y en el caso de la hipercifosis
será central (Zurita, Moreno y Ruiz, 2008). El aumento del relieve se consideró
positivo en la valoración del test.
·
Inventario de Lateralidad Manual de Edinburgh (Oldfield, 1971). Ampliamente
utilizado en investigación (Dragovic, 2004; Barrera y Melero, 2006; y Del Valle
y De
2.4.- Procedimiento
El universo de población que
utilizamos para nuestro estudio fue seleccionado de un total de 19 centros de la
provincia de Granada, en función de sus características (líneas, tipo de centro
y características del alumnado), con el fin de reunir una población lo
suficientemente representativa. En función de las zonas de la provincia, se
escogieron unos centros -pertenecientes
al ámbito rural y urbano- llamados principales y otros de reserva.
Para establecer el
carácter rural o urbano de las distintas poblaciones objeto de estudio se
estableció una clasificación atendiendo a la oficina de
Se concertó
una entrevista personal del responsable del programa con los directores de los
centros de Enseñanza Primaria seleccionados, así como con los servicios médicos
correspondientes del área, informándoles del trabajo de investigación que se
pretendía llevar a cabo. Adjunto a ello se le entregó una carta-solicitud
dirigida a la dirección del centro educativo explicando todo el proceso a
seguir y solicitando la colaboración del colegio, con la aceptación de todos
los estamentos implicados (Consejo escolar, profesores, padres, servicios
médicos, etc.). Igualmente se les solicitó la revisión de un modelo de carta
informativa para pedir la autorización de los padres de los escolares.
Una vez aceptada la propuesta
se acordó con el centro la temporalización y espacialidad (gimnasio o aula
multiuso con habitación adjunta) y las normas a respetar (principalmente
atuendo deportivo). En todos los casos y para mantener el anonimato, la
identificación de los participantes se
realizó mediante codificación numérica en su ficha de registro, cuya coherencia
y resolución permitió emitir los correspondientes informes personalizados a los
centros educativos y a los padres de los escolares en relación a las
detecciones realizadas.
La selección de la muestra definitiva de los escolares se
realizó por muestreo atendiendo a la composición natural de los grupos en los
centros solicitados, sin existir ningún otro criterio de inclusión ni exclusión
que la conformidad en la participación en el estudio reclutando los grupos al
100%, los datos fueron tomados durante el curso académico 2006/2007.
3.- RESULTADOS
De las 2956 personas analizadas, un 50,1% (n=1481)
pertenecían al sexo masculino y un 49,9 % (n=1475) al sexo femenino. En lo
referente a la edad, se procedió a realizar una agrupación de la muestra en
cinco grupos (Figura 1), determinados
según el año natural, observándose homogeneidad proporcional entre los diversos
grupos, exceptuando el de 12 años, que fueron los menos representativos
(repetidores de curso, alumnos que han perdido algún curso por situaciones
extraescolares o bien que fueron escolarizados posteriormente a la edad mínima
exigida). A pesar de ello, se tuvieron en cuenta y fueron incluidos en nuestro
estudio para establecer los grupos al 100%.
.
Figura 1.- Distribución de la edad.
Por
otro lado, cabe comentar que el 77,1% (n=2279) de los niños pertenecían al
ámbito urbano (poblaciones superiores a 2500 habitantes) y los 677 niños
restantes (22,9%) al ámbito rural. Tabla 1.
Carácter
geográfico |
Frecuencia |
Porcentaje |
Urbano |
2279 |
77,1% |
Rural |
677 |
22,9 % |
Total |
2956 |
100,0 % |
Tabla 1.- Carácter urbano o rural de la población de
estudio.
En
lo referente al descriptivo grado de obesidad, el 5% (n=147) de los
participantes tenían bajo peso, el 68,7% (n=2032) estaban en niveles normales
de obesidad, el 18,5% tenían sobrepeso y el 7,8% eran obesos. (Figura 2)
Figura 2.- Distribución de los
niveles de obesidad.
En lo que respecta a la prueba de flexión profunda de tronco, los
2956 participantes obtuvieron una media de
Figura 3.- Patologías raquídeas de la muestra.
Los resultados en
la variable lateralidad indicaron que uno de cada diez niños eran zurdos de
mano (10%; n=295), por lo que 2661 participantes (90%) usaban la mano derecha. Más
concretamente, centrando la atención en la población zurda (n=295), hemos
observado que el 51,2% (n=151) eran chicas y el 48,8% (n=144) varones. Por edad,
reflejamos en la siguiente figura, como dato mas representativo, el mayor
índice de zurdos aparecido en niños con 10 años de edad (28,1%; n=83), siendo
los 12 años el porcentaje donde se hallaron menos niños con lateralizad
izquierda (3,7%; n=12), aunque debemos recordar que era el grupo de edad menos
representativo. (figura 4).
Figura
4.- Distribución
de la edad en los participantes zurdos.
Estableciendo
una relación entre participantes zurdos y variable carácter geográfico, tenemos
que 63 niños/as (21,4%) procedían de zona rural, y 232 (78,6%) residían en zona
urbana (figura 5).
Figura 5.- Relación de zurdos según el carácter geográfico de
procedencia.
Los resultados
descriptivos de la población zurda en cuanto a las variables antropométricas
(obesidad) indicaron que, los normopesos zurdos eran un total de 200 (67,8%). Del
mismo modo, el 21,4% (n=63) tenían sobrepeso, el 7,5% (n=22) eran obesos y 3,4%
(n=10) presentaban bajo peso.
Asimismo, los participantes con
lateralidad izquierda presentaron una flexibilidad media de
Desde
el punto de vista del análisis correlacional, los resultados obtenidos
indicaron que no existían diferencias significativas entre las variables sexo y
edad según el tipo de lateralidad (p=0,641
y p=0,446).Tabla 2 y Tabla 3.
Lateralidad |
Género |
Total |
||
Masculino |
Femenino |
|||
Diestro |
Recuento |
1337 |
1324 |
2661 |
% de Lateralidad |
50,2% |
49,8% |
100,0% |
|
Zurdo |
Recuento |
144 |
151 |
295 |
% de Lateralidad |
48,8% |
51,2% |
100,0% |
|
Total |
Recuento |
1481 |
1475 |
2956 |
% de Lateralidad |
50,1% |
49,9% |
100,0% |
Tabla 2.- Lateralidad en función del sexo de la población (p=0,641)
Lateralidad |
Edad |
Total |
|||||
8 años |
9 años |
10 años |
11 años |
12 años |
|||
Diestro |
Recuento |
661 |
595 |
661 |
628 |
116 |
2661 |
% de Lateralidad |
24,8% |
22,4% |
24,8% |
23,6% |
4,4% |
100,0% |
|
Zurdo |
Recuento |
70 |
55 |
83 |
76 |
11 |
295 |
% de Lateralidad |
23,7% |
18,6% |
28,1% |
25,8% |
3,7% |
100,0% |
|
Total |
Recuento |
731 |
650 |
744 |
704 |
127 |
2956 |
% de Lateralidad |
24,7% |
22,0% |
25,2% |
23,8% |
4,3% |
100,0% |
Tabla 3.- Lateralidad en función de la edad de la población (p=0,446)
Por otro lado, el
carácter geográfico urbano o rural no deparó significatividad estadística en relación a la variable lateralidad (p=0,500). Tabla 4.
Lateralidad |
Carácter geográfico |
Total |
||
Urbano |
Rural |
Urbano |
||
Diestro |
Recuento |
2047 |
614 |
2661 |
% de Lateralidad |
76,9% |
23,1% |
100,0% |
|
Zurdo |
Recuento |
232 |
63 |
295 |
% de Lateralidad |
78,6% |
21,4% |
100,0% |
|
Total |
Recuento |
2279 |
677 |
2956 |
% de Lateralidad |
77,1% |
22,9% |
100,0% |
Tabla 4.- Distribución de la lateralidad en función del
carácter geográfico objeto de estudio ( p=0,500)
Tampoco
se apreciaron diferencias
entre la variable grado de obesidad y lateralidad (p=0,358). En este sentido, tanto los diestros como los zurdos
presentaron proporciones prácticamente idénticas en las cuatro categorías
definidas para la obesidad. Figura 6.
Figura 6.-
Distribución del grado de obesidad en función de la lateralidad (p=0,358)
Según
la prueba de Levene para igualdad de varianzas, no hubo significatividad estadística
entre diestros y zurdos (p=0,50) en relación
a la variable flexión profunda de tronco
(flexibilidad).Tabla 5.
Flexibilidad |
Lateralidad |
N |
Media |
Desviación típ. |
Error típ. de la media |
Diestro |
2661 |
19,38 |
5,991 |
,116 |
|
Zurdo |
295 |
19,13 |
5,859 |
,341 |
Tabla 5.- Flexibilidad media de la muestra en función
del grado de lateralidad.
Por último, en
cuanto a la prevalencia de alteraciones raquídeas distribuidas según la
predominancia del segmento corporal, no se apreciaron diferencias
estadísticamente significativas (p=0,142).
Simplemente como matiz, indicar que los participantes zurdos alcanzaron
porcentajes ligeramente más altas (19% y 10,2% para escoliosis e hipercifosis)
que los diestros (15,6% y 8,3% respectivamente). Tabla 6.
Lateralidad |
Patología
raquis |
Total |
|||
Sin
Patología |
Escoliosis |
Hipercifosis |
|||
Diestro |
Recuento |
2024 |
416 |
221 |
2661 |
% de Lateralidad |
76,1% |
15,6% |
8,3% |
100,0% |
|
Zurdo |
Recuento |
209 |
56 |
30 |
295 |
% de Lateralidad |
70,8% |
19,0% |
10,2% |
100,0% |
|
Total |
Recuento |
2233 |
472 |
251 |
2956 |
% de Lateralidad |
75,5% |
16,0% |
8,5% |
100,0% |
Tabla 6.- Relación de las patologías raquídeas en
función del grado de lateralidad (p=0,142).
4.- DISCUSIÓN
En primer lugar cabría recordar que, en nuestra
investigación, de los 2956 participantes analizados, una cuarta parte
pertenecían a zona rural (poblaciones menores de 2500 habitantes) y además el 26,3%
eran obesos. En relación a este último porcentaje, Moreno, Sarria y Mur (1994)
y Chueca, Azcona y Oyarzabal (2002) encontraron valores similares en sus trabajos
con escolares. A este respecto cabe señalar que el número de obesos encontrados
en nuestro estudio no es nada desdeñable. Además, como se ha indicado, otros
autores también han obtenido resultados parecidos. Cabría en este sentido
recordar y dar cuenta de los efectos negativos de la obesidad en la salud, más
si las personas afectadas son niños escolares, que todavía no han alcanzado la
madurez (Seedo, 1995; Ding, Cicuttini y Scott, 2005; Poirier, Giles y Bray,2006;
Bellido, 2006; Kopelman, 2007; y Yosipovitch y Dawn, 2007).
Mencionamos de nuevo el valor medio obtenido en la
flexión profunda de tronco;
Recordamos que en nuestro estudio, un 10% (n=295) de los
niños presentaban lateralidad izquierda. Este resultado está en sintonía con las
investigaciones realizadas por Peterson (1974); Betancur, Concha y Mejia
(1986); Céspedes, Berencoloso y Bravo (1989); Márquez (1998), Milenkovic et al,
(2004), Barrera y Melero (2006) y Siengthai, Kritz y Barret (2008), en el ámbito
de la predominancia manual, en población escolar.
En lo referente a la población zurda (n=295) se han
encontrado cifras similares por género (n=151; 51,2% para mujeres y 48,8%;
n=144 en varones). Estos datos son
afines con los obtenidos por Milenkovic et al, (2004). Otros autores, sin
embargo, han hallado resultados distintos a los que presentamos en este estudio,
obteniendo mayores proporciones en varones (Peters, Romine y Dykmon, 1978; Eblen,
Borges y Martínez, 1988; Coronel, De Abreu y Eblen, 1998 y Siengthai, Kritz y
Barret, 2008).
Por edad, la distribución de zurdos fue similar. A este
respecto, se entiende la posible influencia de la edad (entre 8 y 12 años) en
la falta de significabilidad estadística, es decir, a esta edad, los patrones
de lateralidad ya están prácticamente instaurados (Hildreth, 1949; Ajuriaguerra,
1960; Zazzo, 1960; Rigal, 1987 y Zarco, 1992).
En relación a la variable carácter
geográfico, en la población zurda se dieron valores idénticos a la población
general (diestra), (21,4% y 22,9% respectivamente) poniendo estos datos de
manifiesto que las distintas condiciones sociales y factores ambientales existentes
en zona urbana y rural, no han sido determinantes en el desarrollo de un tipo u
otro de lateralidad.
Resulta interesante apreciar que no se hallaron
diferencias entre zurdos y diestros en lo referente a la variable grado de obesidad
(p=0,358) y flexión profunda del
tronco, donde las medias obtenidas en esta última variable fueron muy similares
(M=19,38 cm. para diestros frente al
Por otro lado, tampoco se apreciaron
diferencias estadísticamente significativas (p=0,142) entre zurdos y diestros, en cuanto a las alteraciones
raquídeas (escoliosis e hipercifosis). Sin embargo, sí es cierto que los participantes
zurdos presentaron un mayor número de escoliosis e hipercifosis. Esta
diferencia, entre otras cosas, pudo deberse al uso que hacían las personas
zurdas –muchas veces por presión social-
con su brazo no dominante. Esta situación, si se repite muy a menudo en
el tiempo puede favorecer en alguna medida, el desarrollo de patología cifótica
y escoliótica, en personas con lateralidad izquierda (Journet, 1984 y Márquez ,1998).
En relación a este aspecto, resulta de interés citar a Nissinen et al, (1995) y
Milenkovic et al, (2004). Estos autores entendían que las actitudes cifóticas y
escolióticas en los zurdos podrían venir favorecidas por su forma especial de
escribir, favoreciendo de esta manera cambios posturales y modificaciones estructurales.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol. 10- número 39- septiembre 2010 - ISSN: 1577-0354
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