Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol. 10 - número 40 - diciembre 2010 - ISSN: 1577-0354
Sainz de Baranda, P.; Santonja Medina, F. y
Rodríguez-Iniesta, M. (2010). Tiempo de entrenamiento
y plano sagital del raquis en gimnastas de trampolín. Revista Internacional de Medicina y Ciencias
de la Actividad Física y el Deporte vol. 10 (40) pp. 521-536. Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista40/artentrenamiento169.htm
ORIGINAL
TIEMPO DE ENTRENAMIENTO Y PLANO SAGITAL DEL RAQUIS EN GIMNASTAS DE
TRAMPOLÍN
TRAINING TIME AND SAGITTAL CURVATURE OF THE SPINE IN TRAMPOLIN GYMNASTS
Sainz de Baranda, P.1;
Santonja Medina, F.2 y Rodríguez-Iniesta,
M.3
1
pilar.sainzdebaranda@uclm.es. Doctora en Ciencias de
2 fernando@santonjatrauma.es.
Doctor en Medicina y Cirugía. Universidad de Murcia.
3 maria_rodrigueziniesta@yahoo.es. Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el
Deporte. Entrenadora Nacional de Gimnasia.
Clasificación de
Clasificación del Consejo de Europa: 11. Medicina del deporte
Recibido
1 de junio de 2009
Aceptado
2 de septiembre de
2010
Agradecimientos
Agradecemos la colaboración y
predisposición a
En
el presente trabajo de investigación se va a analizar la asociación entre el
tiempo de entrenamiento y el morfotipo sagital raquídeo. Se
realizó un estudio transversal, en el que participaron 81 gimnastas de Trampolín
(39 mujeres y 42 varones) con una edad media de 15+4’65 años y de 6’55+4
años de entrenamiento. La valoración del plano sagital de la columna vertebral
se realizó en tres posiciones: bipedestación relajada, flexión máxima del
tronco y sedentación relajada o asténica. En todas las posiciones se diferenció
la curva dorsal y lumbar. Para la cuantificación de los grados se utilizó un
inclinómetro ISOMED Unilevel-95. Se utilizó un cuestionario para conocer tanto
los datos sociodemográficos como los relativos al entrenamiento. No se ha encontrado una asociación
entre el volumen de entrenamiento y el grado de cifosis dorsal, pero la
lordosis lumbar aumenta en bipedestación y la cifosis lumbar disminuye en
flexión del tronco y en sedentación asténica.
PALABRAS CLAVE: Entrenamiento, columna vertebral,
cifosis, lordosis, gimnasia, trampolín.
ABSTRACT
The present research study
analyzed the association between training time and spinal morphotype
of the sagittal plane. A transversal study, in which
81 trampoline gymnasts participated (39 females and 42 males) with an average
age of 15+4’65
years and an average training duration of 6’55+4 years,
was done. The evaluation of the sagittal plane of the
spine was executed in three positions: relaxed standing, full forward trunk
flexion, and slumped sitting. The dorsal and lumbar curvatures were
differentiated in all positions. For the measurements, an ISOMED Unilevel-95
inclinometer was used. Participants fulfilled a socio-demographic questionnaire
relative to the training. With regard to the lumbar curvature, the results
indicated that, the lumbar lordosis increased when
standing whereas it decreased in trunk flexion and slumped
sitting. However, no relation was found between training volume and dorsal
curvature values.
KEY WORDS: Training, spine, kyphosis, lordosis, gymnastics,
trampoline.
1. INTRODUCCIÓN
Existen pocas investigaciones nacionales en el
ámbito del rendimiento deportivo sobre la disposición de las curvas sagitales dorsal y lumbar (Gómez, Santonja, Canteras, Sainz de Baranda y
Pastor, 2007; López-Miñarro, Alacid y Ferragut, 2008; Martínez-Gallego, Pastor,
Rodríguez-García, Santonja, 2004; Pastor, 2000; Sainz de Baranda et al., 2001).
Sin embargo, en la práctica deportiva existe una gran implicación de la columna
vertebral, lo que requiere de un proceso de investigación que analice su
influencia en el rendimiento deportivo y en la salud raquídea de los
deportistas.
En el presente trabajo de investigación se analiza
la asociación entre el tiempo de entrenamiento y el morfotipo sagital del
raquis, debido a que autores como Wojtys, Ashton-Miller, Huston y Moga
(2000) tras analizar a una muestra de deportistas adolescentes encuentran una
asociación entre el aumento de las horas de entrenamiento con el aumento del
grado cifosis y lordosis, observando que cuando se sobrepasan las 400 horas de
entrenamiento al año y las 2000 horas de entrenamiento acumulado (volumen total
de entrenamiento) se incrementa la cifosis torácica y la lordosis lumbar.
La columna vertebral de un niño se modifica conforme
va creciendo, mostrando cambios en la postura (Sainz de Baranda, Rodríguez,
Santonja y Andújar, 2006), por ello, tanto los entrenadores como los
preparadores físicos deben saber que las cargas y sobrecargas que conlleva de
forma inherente el deporte y el entrenamiento pueden afectar al raquis del
deportista.
En este sentido, Santonja y Martínez-Herrada (1992)
y Santonja y Pastor (2000a) recomiendan la realización de un estudio del
aparato locomotor para conocer el morfotipo que presenta el deportista y
plantear así un entrenamiento complementario que pueda prevenir futuras
lesiones, y mejore en todo caso la calidad de vida del deportista.
Concretamente, para el estudio del plano sagital recomiendan valorar no solo
las curvas dorsal y lumbar en bipedestación, si no también valorar la
disposición dinámica de la columna vertebral en flexión del tronco y en
sedentación asténica. Para ello, Santonja y Pastor (2000a) plantean la utilización
del inclinómetro, que aportará la disposición de las curvaturas en grados, de
tal forma que se pueda valorar al deportista en las tres posiciones, pudiendo
finalmente establecer el morfotipo sagital del raquis.
La importancia de conocer la disposición sagital del
raquis se justifica en que la columna vertebral está preparada para soportar
cargas dentro de unos rangos de normalidad (tabla 1) (Bradford, 1977; Bradford,
Moe y Winter, 1973; Moe,
Winter y Bradford, 1978; Propst-Proctor y Bleck, 1983; Roaf, 1960; Santonja y Martínez-Herrada, 1992;
Santonja y Pastor, 2000b; Santonja, Pastor y Andújar, 2006; Winter y Hall,
1978). Sin embargo, cuando la columna se dispone con rangos mayores aumentará
la posibilidad de que aparezca un daño en los distintos elementos que componen
la unidad funcional de la columna: vértebra, disco intervertebral, ligamentos y
músculos. Así, estudios previos han encontrado una relación positiva entre el
aumento de la cifosis y de la lordosis y el predominio del dolor de espalda
(Christie, Kumar y Warren, 1995; Ohlén, Wredmark y Spandfort, 1989; Roncarati y McMullen, 1988; Salminen, Maki, Oksannen y Pentti, 1992; Salminen, Oksannen, Mak, Pentti y Kujala,
1993), así como las patologías en la columna vertebral (Hellstrom,
Jacobsson, Sward y
Peterson, 1990; Katz y Scerpella,
2003).
Tabla 1. Clasificación de
las curvas dorsal y lumbar en función de las referencias de normalidad
(referencias de Santonja 2002).
|
Morfotipo |
Curva dorsal |
Curva lumbar |
Bipedestación |
Normal |
20º- 45º |
20º- 40º |
Hipercifosis/Hiperlordosis |
> 45º |
> 40º |
|
Flexión del Tronco |
Normal |
40º-65º |
10º-24º |
Hipercifosis |
> 65º |
> 25º |
|
Sedentación asténica |
Normal |
< 40º |
+0-15º |
Hipercifosis |
> 40º |
> +15º |
La adopción repetitiva o el mantenimiento de
posturas hipercifóticas y de inversión del raquis lumbar, puede producir en un
raquis inmaduro, un menor desarrollo en los núcleos de crecimiento de las
vértebras sometidas a una excesiva presión (Ashton-Miller, 2004; Santonja,
1992; Santonja y Martínez, 1992; Santonja y Pastor, 2003), originando
acuñamientos vertebrales anteriores (Santonja y Martínez, 1992; Pastor, 2000),
nódulos de Schmorl o anormalidades en el platillo
vertebral (Callaghan y McGill,
2001a; Callaghan y McGill,
2001b; McGill, 2002; Yingling,
Callaghan y McGill, 1997).
Las posturas hipercifóticas
aumentan la presión sobre la parte anterior del disco intervertebral,
provocando el desplazamiento posterior del núcleo pulposo con riesgo de
desgarrar el anillo y de provocar la protrusión del disco (Cailliet,
1990; Callaghan y McGill,
2001a; Krämer, 1989; Lambrinudi,
1934; Doers y Kang, 1999; Simunic, Broom y Robertson,
2001).
Las cifosis lumbares aumentarán la tensión en las
estructuras ligamentosas posteriores, de tal forma que, y en base al fenómeno
de fatiga de los tejidos elásticos (Potvin, 1992; Van
Dieën, Van der Buró, Raaijmakers
y Toussaint, 1998), se podrá producir una pérdida de
la elasticidad de estos ligamentos, lo que podrá comprometer la estabilidad de
la columna vertebral (Green, Grenier y McGill, 2002; Jackson, Solomonow,
Zhou, Baratta y
Harris, 2001; Solomonow,
Zhou, Baratta, Lu y Harris,
1999).
Mientras que la postura hiperlordótica incrementará la
carga en la parte posterior de la vértebra, especialmente en las articulaciones
facetarias, acelerando su degeneración. Además, la hiperlordosis lumbar puede
aumentar el riesgo de espondilolisis, y los movimientos continuados o
intermitentes pueden predisponer a la aparición de una hernia discal (Micheli y Trepman, 1990).
Por este motivo, parece clara la necesidad de
conocer cual es el morfotipo raquídeo estático (bipedestación y sedentación
asténica) y dinámico (flexión máxima del tronco) de los deportistas y, en
particular, conocer como afecta tanto el deporte como el tiempo de
entrenamiento a la disposición del mismo.
Por ello, el objetivo del presente estudio es
analizar la asociación entre el tiempo de entrenamiento y la disposición
sagital de la columna vertebral en gimnastas especialistas en trampolín.
2. MATERIAL Y MÉTODO
Muestra
En este estudio participaron 81 gimnastas de
competición de la modalidad de Trampolín (39 mujeres y 42 varones)
pertenecientes a 19 Clubes miembros afiliados a
Se establecieron como criterios de inclusión que los
deportistas estuvieran federados con un mínimo de 3 años de entrenamiento,
entrenaran 3 o más días a la semana, estar asintomático de dolores de espalda
en el momento de la valoración y no presentar limitaciones
músculo-esqueléticas. Como criterios de exclusión, el haber sufrido un lesión
traumática previa, escoliosis (>20º) o haber recibido tratamiento previo de
alguna patología del plano sagital, bien mediante corsé o cinesiterapia
específica (Wojtys et al., 2000).
Procedimiento
El estudio fue aprobado por el Comité Ético de
Los deportistas no realizaron ejercicios de
activación o estiramientos antes de la medición, ni durante la misma. Los
deportistas tuvieron un periodo de recuperación de 5 minutos entre cada
medición. Los tests fueron realizados por un explorador experimentado. Con
objeto de establecer la fiabilidad del explorador, previamente se realizó un
estudio a doble ciego con 10 sujetos, obteniendo un coeficiente de correlación
intraclase superior a 0’95 en todas las variables.
Para la valoración de la disposición sagital de la
columna vertebral se utilizó el protocolo descrito por Santonja (1966) y
utilizado en otras investigaciones (Sainz de Baranda, Santonja y Rodríguez-Iniesta, 2009).
Disposición sagital de la columna vertebral
Previo a la valoración de la disposición sagital de
la columna vertebral, se marcó en la piel la apófisis espinosa de la primera
vértebra dorsal (T1), transición tóraco-lumbar (T12-L1)
y quinta vértebra lumbar (L5) (Gerhardt,
1994; Chen et al., 1997). A continuación se
cuantificó de forma aleatoria las curvas dorsal y lumbar en bipedestación en la
denominada postura “cero” (Debrunner, 1976; Gerhardt, 1994; Norkin y White,
1995), sedentación asténica (Stagnara, 1987; Santonja, 1996) y flexión máxima
del tronco en posición test distancia dedos-suelo (DDS) y en posición test
distancia dedos-planta (DDP) (Santonja, 1996 y Serna, Santonja y Pastor, 1996).
La medición de las curvas sagitales del raquis se
realizó con un inclinómetro Unilevel (ISOMED, Inc., Pórtland, OR) al proporcionar
una considerable reproducibilidad y validez, con una buena correlación con la
medición radiográfica (Mayer, Tencer, Kristoferson y Money, 1984; Saur,
Ensink, Frese, Seeger y
Hildebrandt, 1996).
Bipedestación
Para la medición de las curvas en bipedestación, se
colocaba al deportista en la posición cero (Debrunner,
1976; Gerhardt, 1994; Norkin
y White, 1995), debiendo permanecer quieto y en posición relajada. Para la
cifosis dorsal, el inclinómetro se colocó al inicio de la curvatura torácica (T1-T3),
situándose en esta posición a 0º, a continuación se contorneaba el perfil del
raquis hasta la zona donde se obtenía el mayor valor angular, generalmente
coincidente con T12-L1. Para medir la lordosis lumbar, el
inclinómetro se niveló a 0º en el punto donde se determinó el mayor grado de
cifosis dorsal y a continuación, se contorneaba el raquis lumbar hasta la donde
se obtenía el mayor valor angular, generalmente coincidente con L5
-S1.
Flexión del tronco
Las curvas torácica y lumbar fueron valoradas al
realizar una máxima flexión del tronco con las piernas estiradas, con el
deportista subido a un cajón de medición y partiendo de la posición cero,
siguiendo el protocolo de medición descrito por Santonja (1996) y Serna,
Santonja y Pastor (1996).
Tenían que deslizar las palmas de las manos (una
sobre la otra), sobre el cajón hasta alcanzar la máxima distancia posible y
mantener la posición durante unos segundos para poder medir las curvaturas de
la columna vertebral (López-Miñarro, Sainz de Baranda, Rodríguez-García y
Ortega, 2007). Esta prueba se repitió exactamente igual pero en posición DD-P.
Para la medición de la cifosis dorsal el
inclinómetro se colocó al inicio de la curvatura torácica (T1-T3),
colocándolo a 0º grados, a continuación se colocó en T12-L1,
obteniendo el grado de la cifosis dorsal. La curva lumbar, se cuantificó
colocando el inclinómetro en T12-L1 a 0 grados y, a
continuación en L5-S1.
Sedestación
Con el deportista sentado sobre la camilla en
posición relajada, sin apoyar los pies en el suelo y con los antebrazos
apoyados sobre sus muslos (Stagnara, 1987; Santonja, 1996). Para la medición de
la curva dorsal y lumbar se siguió el mismo protocolo que para la flexión del
tronco.
Cuestionario
Se utilizó un cuestionario para conocer los datos
sociodemográficos y los relativos al entrenamiento (número de horas de
entrenamiento al día, días a la semana, meses de entrenamiento al año y años de
entrenamiento en su especialidad de gimnasia de trampolín). Además, se anotó el
nivel del deportista y el nivel de las competiciones en las que ha participado.
Para calcular el número de horas de entrenamiento al
año y el volumen total de entrenamiento de un gimnasta se siguieron los
criterios utilizados por Wojtys et al. (2000). De esta
forma, para calcular el número de horas de entrenamiento al año se
multiplicaron las horas de entrenamiento al día x los días a la semana x 4
semanas al mes x los meses al año. Así, un gimnasta que entrenaba 2 horas al
día, 5 días a la semana y 10 meses al año, tenía un volumen de entrenamiento al
año de 400 horas/año (2x5=10 horas semanales x 4 = 40 horas al mes x 10 = 400
horas al año).
Para calcular el volumen total de entrenamiento se
multiplicó las horas de entrenamiento al año por el número de años de
entrenamiento. Así, el gimnasta anterior que llevaba 6 años de entrenamiento,
tenía un volumen de entrenamiento total de 2400 horas/total (400 x 6 = 2400
horas/total).
Para dividir a los deportistas según horas de
entrenamiento al año y volumen total, se establecieron 2 grupos teniendo en
cuenta los resultados encontrados por Wojtys et al.
(2000). Así, con relación al volumen de entrenamiento al año se establecieron
dos grupos estableciendo como límite las 400 horas y con relación al volumen
total de entrenamiento se establecieron dos grupos estableciendo como límite
las 2000 horas.
Tratamiento estadístico
Se realizó un análisis descriptivo de cada una de
las variables. Posteriormente, con el objetivo de apreciar las diferencias en
la disposición sagital del raquis entre grupos, en función del tiempo de
entrenamiento, se aplicó la prueba ANOVA de un factor con Post Hoc de Tukey. De
cara a los datos de las pruebas de fiabilidad, se aplicó un ANOVA de dos vías
para la fiabilidad (coeficiente de correlación intraclase, ICC). Para el
tratamiento de los datos se estableció una significación de p≤ 0.05.
Todos los datos fueron analizados con el SPSS 16.0 para Windows.
3. RESULTADOS
En la
tabla 2 se muestra las media y desviación estándar de las curvas sagitales del
raquis en función del número de horas de entrenamiento al año, mientras que en
la tabla 3 se presentan en función del volumen total de entrenamiento.
Cuando
se analizan los datos en función del entrenamiento anual, se observa que la
cifosis dorsal diminuye con el entrenamiento en todas las posiciones, mientras
que la lordosis lumbar aumenta en bipedestación y disminuye en flexión del
tronco y en sedentación asténica (tabla 2). Aunque, hay que destacar que las
diferencias no son significativas.
Tabla
2.
Valores medios de las curvas sagitales del raquis con relación al tiempo de
entrenamiento anual en gimnastas especialistas en trampolín.
|
Total |
Chicos |
Chicas |
|||
|
<
400 horas (n=35) |
> 400 horas (n=46) |
<
400 horas (n=18) |
> 400 horas (n=24) |
<
400 horas (n=17) |
> 400 horas (n=22) |
Cifosis BIP |
45’9º+9º |
42’5º+7’1º |
48º+6º |
45º+7º |
43º’6+10º |
39’5º+6’2º |
Lordosis BIP |
35º+10º |
34’1º+9’8º |
32’5º+8º |
30’2º+7’2º |
38’5º+11º |
38’4º+10º |
Curva dorsal DDS |
55º+10’3º |
47º+11º* |
58º+8’4º |
53’1º+10º |
52º+11’4º |
42º+9’8º* |
Curva lumbar DDS |
29º+7º |
29º+7º |
31º+6º |
30’6º+6º |
26º+6º |
28º+8’1º |
Curva dorsal DDP |
60º+16’2º |
54º+13’8º |
64’2º+15º |
59’4º+11º |
56’8º+17º |
49’8º+14º |
Curva lumbar DDP |
27’3º+6º |
29’4º+8º |
30º+6º |
30’7º+7º |
24’5º+6’5º |
28º+9’2º |
Curva
dorsal SED |
51º+12º |
49’1º+8º |
53’3º+16º |
50’2º+6º |
50’18º+8º |
48º+9º |
Curva
lumbar SED |
16’6º+8º |
19’7º+10º |
19’2º+7’8º |
21’9º+8º |
13,9º+7º |
17’3º+11º |
* p <
.05; † p < 0.01
Cuando
se analizan los datos en función del volumen total de entrenamiento se observa
que la cifosis dorsal no se modifica con el entrenamiento, mientras que la
lordosis lumbar aumenta en bipedestación y disminuye en flexión del tronco y en
sedentación asténica, resultando estas diferencias significativas para los
gimnastas y para toda la muestra de gimnastas, pero no siendo significativa
para las gimnastas (tabla 3).
Tabla
3. Valores
medios de las curvas sagitales del raquis con relación al volumen total de
entrenamiento.
|
Total |
Chicos |
Chicas |
|||
|
<
2000 horas (n=35) |
> 2000 horas (n=46) |
<
2000 horas (n=17) |
> 2000 horas (n=25) |
<
2000 horas (n=15) |
> 2000 horas (n=24) |
Cifosis BIP |
43’9º+9º |
43’9º+7’5º |
46’5º+6º |
46’3º+7’5º |
41º+11’1º |
41º+6’9º |
Lordosis BIP |
31’7º+9’6º |
36’6º+9º* |
28º+8’2º |
33’3º+6º* |
36º+9’7º |
40º+11’4º |
Curva dorsal DDS |
50’6º+12º |
51’2º+11º |
50’6º+12º |
51’2º+11º |
46’4º+13º |
46’5º+10º |
Curva lumbar DDS |
32’31º+6º |
27’5º+7º† |
34’9º+5º |
28’6º+6º† |
29’3º+6º |
26’3º+8º |
Curva dorsal DDP |
56’3º+16º |
58º+14º |
61’8º+11º |
61’3º+14º |
50’2º+18º |
54’5º+13º |
Curva lumbar DDP |
30’9º+7’2º |
27º+7’7º* |
33’5º+7’3º |
28’3º+5º* |
27’9º+6º |
25’6º+9’4º |
Curva
dorsal SED |
52’4º+8’7º |
48’9º+11º |
53’7º+9’9º |
50º+12º |
50’8º+7º |
47’7º+9º |
Curva
lumbar SED |
21º+10º |
16’4º+8º* |
24’4º+9º |
18’2º+6º* |
18º+10º |
14’5º+9’7º |
* p <
.05; † p < 0.01
4. DISCUSIÓN
Uetake, Ohtsuke, Tanaka y Shindo (1998) afirman
que el plano sagital raquídeo de un deportista puede ser modificado con el
entrenamiento intensivo a lo largo del tiempo, sobre todo en niños y
adolescentes (Wilner y Jonson,
1983; Voutsinas y MacEwen,
1986; Iwakami, 1987; Gozdziewski,
Porwolik, Suder, Porwolik y Trzaska, 1989).
Desde
las primeras observaciones publicadas por Scheüermann´s
(1920, 1921), se ha demostrado una asociación entre la hipercifosis torácica y
el trabajo repetitivo requerido en deportes. Hafner y
Surrey (1952), Micheli (1979), Endler,
Haber y Hofner (1980), Falter,
Aigner, Hellerer y Frey
(1981), Wilson y Lindseth (1982) y Sward (1992) observaron que existía asociación entre la
hipercifosis y algunas actividades deportivas, como la gimnasia, el remo y la
natación, al ser deportes que implican flexiones repetitivas y extremas de la
columna vertebral.
En el
presente estudio se ha analizado la asociación entre el tiempo de entrenamiento
y el plano sagital de la columna vertebral en gimnastas especialistas en
trampolín.
Esta
especialidad de gimnasia consiste en realizar una serie de ejercicios
gimnásticos ejecutados en varios aparatos elásticos, donde la acrobacia es la
principal protagonista (Blanco, 1997). Consta de tres disciplinas
independientes entre sí, como son en trampolín o cama elástica, el tumbling y el doble minitramp (Harringe, Nordgren, Arvidsson y Werner, 2007). En todas las disciplinas se
necesita una gran flexibilidad de la columna y un gran dominio corporal para
realizar los ejercicios o pases con sus respectivos elementos acrobáticos. Como
parte de estos elementos destacan los saltos, las rotaciones, las
hiperflexiones del tronco y las posturas hiperlordóticas en la recepción de los
saltos.
Los
resultados muestran como con relación al tiempo de entrenamiento, la cifosis
dorsal disminuye en todas las posiciones cuando se analizan los valores en
función del volumen anual. Mientras que cuando se analizan los valores en
función del volumen total de entrenamiento la cifosis dorsal se mantiene
estable. Aunque, en ninguno de los casos los cambios son significativos.
Con
relación a la curva lumbar, cuando se analizan los datos en función del
entrenamiento anual y del volumen total de entrenamiento, se observa que la lordosis
lumbar aumenta en bipedestación y la curva lumbar disminuye en flexión del
tronco y en sedentación asténica.
Wojtys et al. (2000), tras analizar a una
muestra de deportistas adolescentes encuentran una asociación entre el aumento
de las horas de entrenamiento con el incremento de la cifosis dorsal y de la
lordosis lumbar. Así, observan como el incremento en las curvaturas de los
deportistas es proporcional al tiempo de entrenamiento para la cifosis torácica
y para la lordosis lumbar en bipedestación, sobre todo cuando se sobrepasan las
400 horas de entrenamiento al año y las 2000 horas de entrenamiento acumulado o
volumen total de entrenamiento. Siendo estas diferencias significativas cuando
comparan los deportistas que entrenan al año más de 400 horas con los que
entrenan menos de 100 horas, y aquellos que presentan un volumen total de
entrenamiento mayor de 2000 horas con los que presentan menos de 500 horas.
En
este estudio cuando analizan la curva de regresión no lineal de la cifosis y
lordosis con el tiempo de entrenamiento (horas/año) observan coeficientes de
correlación de r2 = 0’72 para la cifosis torácica y de r2
= 0’69 para la lordosis lumbar.
Por el
contrario, Rajabi, Doherty,
Goodarzi y Hemayattalab
(2008) tras analizar la cifosis torácica de dos grupos de elite de lucha greco
romana y estilo libre, no observan relación entre el tiempo de entrenamiento y
la cifosis (r = 0’36).
Las
diferencias entre ambos estudios y el nuestro podrían explicarse por (tabla 4):
1. La
gran variedad de deportes incluidos en el estudio de Wojtys
et al. (2000), frente a los dos subgrupos de lucha libre valorados en el
estudio de Rajabi et al. (2008).
2. La
diferencia en la edad de los deportistas (8-18 años en el estudio de Wojtys et al. (2000), 18-29 años en el estudio de Rajabi et al. (2008) y 8-29 años
en el grupo de especialistas en trampolín utilizados en nuestro estudio).
3. La
diferencia en los años de entrenamiento.
4. La
diferencia en el tamaño de la muestra (1744 deportistas en el estudio de Wojtys et al. (2000), 60 luchadores en el estudio de Rajabi et al. (2008) y 81 en el
grupo de especialistas en trampolín utilizados en el nuestro) y
5. La diferencia metodológica entre el protocolo y sistema de medición de las
curvas sagitales del raquis, así como en las referencias de normalidad
utilizadas.
Tabla 4. Características de
los estudios que han analizado la asociación entre el tiempo de entrenamiento y
el plano sagital de la columna vertebral.
Estudio |
Deportes analizados |
Muestra |
Características |
Instrumento de medida |
Wojtys et al. (2000) |
Atletismo Voleibol Fútbol
Americano Gimnasia Hockey Natación Lucha |
N=1744 Edad ( |
Deporte
Base (Entrenamiento de al menos 1 año, 4 o más días a la semana y al menos 3
meses por año) |
Optical rastersterographic
method |
Rajabi et al. (2008) |
Lucha
greco romana y estilo libre |
N=60 Edad (23,5+2,8
años) |
Grupos
de elite (Competiciones Nacionales o Internacionales con el equipo Nacional
de Irán) |
Electrogoniometer |
Presente
estudio |
Gimnastas
especialistas en Trampolín |
N=81 Edad (15+4,6 años) |
Categoría
Nacional (Participación
en el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas) |
Inclinómetro |
Estos
estudios demuestran que el incremento del tiempo de entrenamiento y el tipo de
deporte pueden modificar el grado de las curvas vertebrales sagitales, por
disminución o incremento. Por ello, es necesario que el deportista sea valorado
por un médico especialista en medicina del deporte para conocer su morfotipo y
así poder plantear un entrenamiento complementario que pueda compensar los
efectos indeseables del deporte.
5. CONCLUSIÓN
No
se ha encontrado una asociación entre el volumen de entrenamiento y el grado de
cifosis dorsal en bipedestación, flexión máxima del tronco y en sedentación
asténica. Para la curva lumbar se observa que la lordosis lumbar aumenta en
bipedestación y disminuye en flexión del tronco y en sedentación asténica.
6.
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