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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol. 11 -número 43
- septiembre 2011 - ISSN: 1577-0354
Arias,
J.L.; Argudo, F.M. y Alonso, J.I. (2011). Las reglas como variables didácticas. Ejemplo en
baloncesto de formación. Revista Internacional
de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol. 11 (43) pp. 491-512.
Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista43/artreglas227.htm
ORIGINAL
LAS
REGLAS COMO VARIABLES DIDÁCTICAS. EJEMPLO EN BALONCESTO DE FORMACIÓN
RULES AS DIDACTICAL VARIABLES. AN EXAMPLE IN
FORMATIVE BASKETBALL
Arias, J.L.1; Argudo, F.M.2 y Alonso, J.I.3
1Doctor en Ciencias de
2Doctor en Psicología. Universidad Autónoma de
Madrid. España. quico.argudo@uam.es.
3Doctor en Ciencias de
Clasificación de
Clasificación Consejo de
Europa: 4. Educación
Física y deporte comparado.
AGRADECIMIENTOS
Durante la preparación de este manuscrito, José L. Arias
disfrutó de una beca del “Programa de Ayudas a
Recibido 13 de enero de 2010
Aceptado 13 de marzo de 2010
RESUMEN
El objetivo de esta revisión fue analizar la bibliografía
sobre las modificaciones reglamentarias como variables didácticas y como un
ejemplo, sobre las modificaciones realizadas en baloncesto para adaptarlo a
edades de formación. La modificación de las condiciones de juego es una
estrategia para adaptarlo a los niños. Las reglas son las responsables de la
dinámica y las acciones de juego. El efecto de la modificación de las reglas
debe analizarse mediante la acción de juego. La adaptación de las reglas debe
seguir una serie de fases y consideraciones. Los cambios deben ser validados
empíricamente para conocer su efecto previo. Existe una carencia de estudios
empíricos que analicen las modificaciones reglamentarias. El baloncesto es uno
de los juegos sobre el que existen más estudios. La literatura científica se
centra en analizar las dimensiones de la canasta y del balón. Los estudios
contrastados muestran propuestas de modificación dispares y obtienen resultados
conflictivos.
PALABRAS CLAVE: regla, modificación de regla, adaptación,
niño, acción motriz, análisis de juego, minibasket.
ABSTRACT
The
aim of this review was to analyze the bibliography on rule modification as
didactical variables and an example, on the modifications in basketball to
adapt it to formative ages. We determined some inclusion criteria to increase the
review quality. This was complemented with a search
by means of the snow ball technique. The game conditions modification is a strategy to adapt it
to children. Rules are responsible of game dynamics. The rule adaptation must
follow a series of stages and considerations. Changes must be validated
empirically to know their previous effect. We concluded that basketball is one
of the games on which more studies exist where different modifications have
been analyzed to adapt it to children characteristics. The basket and ball size
are the equipment more analyzed by the
bibliography. However, the researches reviewed are
scarce and this limits the validity of the arguments in which to base the
decisions on possible modifications in the game.
KEY
WORDS: rule, rule modification,
adaptation, child, motor action, game analysis, mini-basketball.
INTRODUCCIÓN
Desde hace dos décadas la preocupación por adaptar el
juego a los niños ha ido en aumento. Éstos normalmente carecen de la fuerza y
características físicas que demanda el juego adulto. La práctica en situaciones de
dificultad apropiada es la mejor manera de facilitar la diversión y el
aprendizaje (French, Rink, Rikard, Mays, Lynn & Werner, 1991; Rikard, 1992). Unas condiciones de
práctica adaptadas son la base sobre las que el resto de variables pedagógicas
inciden en el aprendizaje de las conductas motrices (Piéron, 1982; Rink, 1996;
Silverman, 1985, 1990). Sin embargo, los niños suelen practicar en las mismas
condiciones que los adultos.
Para adaptar el juego a las características de los
participantes es necesario modificar el reglamento. Las reglas, como expresión del
reglamento, concretan los elementos estructurales y funcionales de un juego
deportivo (Parlebas, 2001). Las reglas condicionan la dinámica y las acciones
de juego. Sin embargo, la variabilidad con que cada jugador puede realizar sus
conductas motrices dificulta el conocimiento de las implicaciones que
conllevará la modificación de las reglas.
El baloncesto
es uno de los deportes sobre el que se han realizado un mayor número de
investigaciones en las que se estudian modificaciones estructurales y funcionales,
para adaptarlo a las características de los niños. La literatura consultada en baloncesto
de formación sugiere que disminuyendo el número de jugadores, las dimensiones
de la altura de la canasta y del tamaño del balón, se puede generar un efecto
positivo en el disfrute y aprendizaje de las conductas motrices (American Sport
Education Program [ASEP], 1996; Arias, Argudo & Alonso, 2008; Benham, 1988;
Chase, Ewing, Lirgg & George, 1994; Gabbar & Shea, 1980; Isaacs &
Karpman, 1981; Juhasz & Wilson, 1982; Piñar, 2005; Regimbal, Deller &
Plimpton, 1992; Satern, Messier & Keller-McNulty, 1989).
El
objetivo de esta revisión cualitativa fue analizar la bibliografía sobre las
modificaciones reglamentarias como variables didácticas y sobre las
modificaciones realizadas en baloncesto para adaptarlo a las características de
los niños en las diversas etapas formativas.
MATERIAL
Y MÉTODOS
La
revisión explora el uso potencial de las reglas para el contexto de la
iniciación deportiva. La revisión se realizó en: a) distintas bases de datos
(Science Citation Index, Scopus, SPORTDiscus, EbscoHost) y b) los catálogos de
cinco universidades europeas. La búsqueda bibliográfica se restringió a
documentos publicados. La búsqueda sobre las modificaciones realizadas en baloncesto
para adaptarlo a etapas de formación se limitó a: a) documentos que hubiesen
realizado un estudio empírico, b) en los que se utilizaran elementos
estructurales y/o funcionales propios del baloncesto, c) que implicaran una
conducta motriz característica del juego y d) realizado con niños (0-12 años).
El motivo de descartar otras restricciones fue la escasez de documentación
sobre el tema abordado. Los documentos encontrados fueron leídos y entre los
autores se llegó a un consenso sobre su inclusión en el estudio. Por último, se
realizó una búsqueda mediante la técnica bola
de nieve, en la cual se revisaron los títulos de las listas de referencias
de los documentos seleccionados. Los términos utilizados en la revisión, mediante
varias combinaciones, fueron: adaptación, cambio, modificación, regla,
adaptación de reglas, cambio de reglas, modificación de reglas, juego, niño, joven,
deporte para niños, deporte para jóvenes, juego modificado, minideporte,
iniciación deportiva, baloncesto, baloncesto de formación, minibasket, minibasquet,
análisis de juego, acción de juego.
LAS MODIFICACIONES REGLAMENTARIAS COMO
RECURSO DIDÁCTICO
La iniciación deportiva no puede
construirse siguiendo los mismos parámetros del deporte adulto (Evans, 1980; Kirk, 2004). Bajo el rótulo de que los niños
no son adultos en miniatura, los autores hacen referencia a que los niños
normalmente carecen de la fuerza y características físicas de los adultos (Benham,
1988; Chase et al., 1994; Davids, Araújo, Shuttleworth & Button, 2003; Isaacs
& Karpman, 1981; Oslin, 2004; Roberts, 1991; Satern et al., 1989). Sin
embargo, los niños suelen practicar en las mismas condiciones que los adultos. Cuando
se requiere que los niños participen bajo condiciones adultas, no debe suponer
una sorpresa si la práctica no se realiza con éxito. Hoy en día es común leer y
ver cómo en el contexto que rodea al deporte de formación se considera una
característica de los niños que en sus acciones no obtengan éxito. Sin embargo,
ésta no es una característica propia de la edad, sino más bien una limitación
impuesta por unas condiciones de práctica inadecuadas a las posibilidades de
los niños.
Debido a las limitaciones comentadas,
numerosos trabajos revisados proponen la modificación del juego como estrategia
para adaptarlo a los intereses, posibilidades y necesidades de los niños (Evans, 1980; Gabbard & Shea, 1980; Light, 2004;
Metzler, 2002; Pérez et al., 2008; Quinn & Carr, 2006; Rink, 1993). El
carácter de adecuación de la práctica es la variable esencial sobre la cual
otros fundamentos pedagógicos inciden en el aprendizaje de las conductas
motrices (Piéron, 1982; Rink, 1996; Silverman, 1985, 1990). Pero otros autores,
como Evans (1980), ponen en duda que algunas
competiciones diseñadas especialmente para los niños permitan satisfacer sus
intereses y necesidades. Los objetivos de la adaptación de las condiciones de
práctica se resumen en que los niños puedan: a) jugar y disfrutar de acuerdo
con sus posibilidades, b) desarrollar patrones motores técnicamente correctos,
c) aumentar el éxito de las acciones motrices y d) crear hábitos de práctica
deportiva (Beaudet & Grube, 2005; Brown,
Wisner & Kontos, 2000; Ginsburg, Committee on Communications &
Committee on Psychosocial Aspects of Child and Family Health, 2007; Graça,
2006; Pellett, Henschel-Pellett & Harrison, 1994; Prusak
& Darst, 2000; Quinn & Carr, 2006).
La adaptación de las condiciones de
juego permite el aprendizaje de las conductas motrices propias del deporte bajo
condiciones reales. Esto genera que el niño desarrolle una mayor comprensión
del juego (Beaudet & Grube, 2005). La adaptación
de las condiciones de práctica posibilita un aumento en el número de
oportunidades de respuesta y las respuestas con éxito (Brown et al., 2000; Gabbar
& Shea, 1980; Lapresa, Arana y Garzón, 2006; Luhtanen, Valovirta, Blomqvist
& Brown, 1998; Pellett et al., 1994; Regimbal et al., 1992; Tallir, Lenoir,
Valcke & Musch, 2007). Un número elevado de oportunidades de práctica
permite a los jugadores responder a las condiciones del contexto y explorar la
variabilidad de las opciones de respuesta (Davids et al., 2003; Graça, 1998;
Gréhaigne, Wallian & Godbout, 2005; Thomas, 1994). Cuando el niño tras una
oportunidad de ejecución obtiene un resultado insatisfactorio, genera una base
de conocimiento acerca de su actuación. De manera que en la siguiente
oportunidad, pero esta vez con base en la experiencia previa, modelará su nueva
respuesta (Gréhaigne et al., 2005). En este sentido, parece importante la
necesidad de que durante el juego aumente la densidad de acciones que se desea
que el niño practique. De acuerdo con Graça (1998), si se proporcionan unas
condiciones de práctica con un número elevado de oportunidades, se favorecerá
el desarrollo de la capacidad estratégica de adecuación del niño.
Paralelamente, si un número elevado de respuestas se ejecutan con éxito, se
mejorarán y consolidarán los dominios motores. Esto contribuye a incrementar la
autoeficacia (Chase et al., 1994; Pellett & Lox, 1998). Altos valores de
autoeficacia se relacionan con un aumento en la motivación. La motivación
intrínseca permite afianzar conductas de práctica perdurables en el tiempo (Bandura,
1977; Silverman, 2005). El predominio de estas variables podría proporcionar
experiencias de más disfrute a los niños, de manera que ellos elijan seguir
practicando, poner más esfuerzo y persistir durante más tiempo.
Desde un punto de vista pedagógico, la adaptación de las condiciones
de juego se aborda desde diferentes perspectivas. De éstas destacan la perspectiva
sistémica (Handford, Davids, Bennett & Button, 1997; Newell, 1986) y la
perspectiva de enseñanza comprensiva (Bunker & Thorpe, 1982; Thorpe, Bunker
& Almond, 1984). La perspectiva de los sistemas complejos se fundamenta en
la teoría de los sistemas dinámicos complejos. Ésta conceptualiza el juego como
un sistema dinámico complejo (Cordovil et al., 2009; Passos et al., 2008). En
tales sistemas, las conductas motrices emergen de la interacción de los
diferentes componentes. Los grandes componentes de los sistemas son el sujeto,
la tarea y el contexto. Los componentes imponen unas constricciones que exigen a
los participantes que descubran sus posibilidades de acción. Una modificación
en uno de los componentes produce la emersión de cambios en los comportamientos.
Desde esta perspectiva, el entrenador tiene la opción de manipular aspectos
clave del sujeto, la tarea y el contexto, con el fin de que los individuos
descubran las acciones relevantes durante el juego (Davids, Kingsbury, Bennett
& Handford, 2004).
Por otro lado, la modificación de las condiciones de
juego es uno de los aspectos fundamentales en el que se basan los enfoques
comprensivos de enseñanza de los deportes, como el teaching games for understanding (TGfU) (Bunker & Thorpe, 1982;
Thorpe et al., 1984). Esta perspectiva incluye la modificación,
fundamentalmente, de los espacios motores, número de jugadores y objetos y/o
implementos (MacPhail, Kirk & Griffin, 2008). El TGfU se basa en la
simplificación de las condiciones de juego inicialmente según el nivel de los
jugadores. A medida que va mejorando su nivel, el juego se vuelve a modificar
para que siga suponiendo un reto en términos de habilidad de toma de decisión y
de ejecución. Dentro de la propuesta del TGfU, Thorpe et al. (1984) introducen
dos principios pedagógicos a tener en cuenta en relación con la modificación de
las condiciones de juego. El primer principio se conoce con el nombre de
“modificación-representación” e implica que la adaptación del juego debe
mantener las estructuras tácticas fundamentales propias del juego adulto, pero
adaptándolas al nivel de los niños. Esta estrategia permite conservar la
esencia del juego y a la vez el atractivo que mueve a los niños a participar.
Es importante que aunque el juego se presente de diferentes maneras, la esencia
se mantenga a través de las diferentes categorías. Sin embargo, la práctica de
minijuegos no es la única forma para que el niño desarrolle sus conductas
motrices, por eso Thorpe et al. (1984) desarrollaron el principio de “modificación-exageración”.
Mediante este principio se busca simplificar diferentes aspectos del juego con
el fin de facilitar la participación del niño. Un ejemplo de este tipo de
adaptaciones sería la reducción del número de jugadores participantes y la
modificación de los objetos y/o implementos. Estas adaptaciones se realizan
siguiendo este principio, con el fin de que el niño obtenga éxito con
frecuencia y sin que esto signifique que la práctica deje de suponer un reto.
EL REGLAMENTO COMO RESPONSABLE DE
El reglamento es un sistema de
reglas que marca los requisitos necesarios para el desarrollo de la acción de
juego y que a su vez determina en parte la lógica interna del juego que regula
(Parlebas, 2001). El reglamento le transfiere el carácter propio y
diferenciador al juego (Hernández, 1998; Lagardera y Lavega, 2003; Navarro,
2002; Parlebas, 2001). Parlebas (2001) establece que las reglas determinan
cuatro tipos de relaciones de los participantes que hacen emerger la acción
motriz: a) con otros participantes, b) con el espacio de juego, c) con los
objetos y/o implementos y d) el modo en cómo ellos deben ajustarse al tiempo de
juego.
Las reglas configuran la lógica
interna y el desarrollo de la acción de juego (Hernández, 1998; Lagardera y
Lavega, 2003; Navarro, 2002; Parlebas, 2001). Esto es, las reglas dan la forma
al juego y determinan el tiempo, los objetos y/o implementos, el espacio y los
participantes. Las reglas identifican el problema del juego, sus limitaciones y
permiten que los jugadores participen en igualdad de condiciones. El
condicionamiento de la acción de juego por parte de las reglas es tal, que
cambios mínimos en las reglas pueden tener un efecto directo (Arias, Argudo
& Alonso, 2009a; Eaves, Hughes & Lamb, 2008; Jones, James &
Mellalieu, 2008). La modificación de las acciones de juego produce cambios en:
a) las condiciones de juego (Hammond & Hosking, 2005; Remmert, 2003), b)
las demandas energéticas (Ben Abdelkrim, El Fazaa & El Ati, 2007;
Platanou & Geladas,
2006), y c) las condiciones de los jugadores (Ackland, Schreiner & Kerr,
1997; Carter, Ackland, Kerr & Stapff, 2005).
La lógica interna del juego no se
explica exclusivamente sobre las reglas. Las reglas deben determinar todas las
condiciones necesarias para poder jugar, es decir, en ellas se debe reflejar la
lógica interna. Sin embargo, las reglas permiten un grado de variabilidad
(Coulter, 1971; Kew, 1990) respecto a las conductas motrices de los jugadores.
Esto significa que la adaptación personal del jugador, es decir, la forma de
realizar sus conductas motrices, produce que las respuestas sean diferentes
porque cada jugador interpreta las acciones motrices según su experiencia,
capacidades, conocimiento del contrario, etc.
A partir del estudio de las reglas,
varios autores han propuesto diferentes clasificaciones (Tabla 1). La mayoría
de propuestas coinciden en diferenciar dos tipos de reglas fundamentales. En
primer lugar, las reglas referidas a la lógica interna. Éstas se definen como
las prescripciones que marcan las relaciones entre el jugador con el resto de
jugadores, tiempo motor, espacio y objetos y/o implementos de juego. Las reglas
referidas a la lógica interna pueden ser estructurales y funcionales. Las
estructurales determinan aspectos mesurables (cuantitativos) del espacio,
tiempo, características de objetos y/o implementos y número de jugadores. Éstas
son de carácter estático y establecen la estructura de la situación motriz, por
lo que determinan las condiciones necesarias para la realización de las
acciones motrices. Por el contrario, las reglas funcionales determinan la
forma, uso y utilización por parte del jugador de los elementos estructurales.
Denominadas también cualitativas, indican obligaciones, derechos y
prohibiciones sobre la forma de utilizar el espacio, tiempo, objetos y/o
implementos y relaciones con otros jugadores. En segundo lugar, las reglas
referidas a lógica externa son las prescripciones relativas a elementos ajenos
o prescindibles de la situación motriz. Esto es, carácter de la competición,
sistema de puntuaciones, características de materiales, distintivos de equipos,
momentos o temporadas de juego. Sin estos elementos, la situación motriz se
puede seguir realizando, a pesar de que pueden influir en la dinámica de juego.
Tabla
1.
Clasificaciones de reglas. |
||
Fuente |
Tipo de regla |
Define |
Robles (1984). |
Ónticas. |
Aspectos
esenciales (espacio, tiempo, sujetos, competencias y procedimientos). |
Técnico-convencionales. |
Requisitos
necesarios para realizar la acción de juego. |
|
Deónticas. |
Comportamientos
no permitidos con el fin de controlar el juego. |
|
Elias & Dunning
(1986). |
Fijas. |
Delimitación
estable. |
Flexibles. |
Acciones
de juego y las estrategias para lograr el objetivo del juego. |
|
Shogan (1988). |
Reguladoras. |
Administración
y dirección del juego de manera más eficiente. |
Constitutivas. |
Características
de un juego. |
|
Descriptivas. |
Dimensiones
del espacio de juego, tamaño y forma de los equipamientos. |
|
Prescriptitas. |
Acciones
que los individuos pueden realizar durante el juego. |
|
Sancionadoras. |
Acciones
peligrosas que los individuos no pueden realizar. |
|
Hernández (1998). |
Formales. |
Aspectos
estructurales del juego (espacio de juego, jugadores, tiempo, forma de
puntuar y materiales). |
Funcionales. |
Desarrollo
de la acción de juego (formas de utilizar los implementos y el espacio de
juego, participación de cada jugador, relación con los compañeros y
adversarios y penalizaciones a las infracciones). |
|
Cuasi-morales. |
Acciones
de honorabilidad durante el juego. |
|
Drewe (2000). |
Reguladoras. |
Carácter
de disciplina. |
Constitutivas. |
Naturaleza
del juego. |
|
Navarro (2002). |
Acuerdo. |
Establecimiento
informal, previo, con asentimiento y conformidad. |
Regla. |
Carácter
convencional y obligatorio. |
|
Norma. |
Disposición
sancionadora que establece los límites de la acción. |
|
Lagardera y Lavega
(2003). |
Ónticas
(descriptivas). |
Condiciones
básicas para que el juego sea posible (espacio y tiempo, implementos y
objetos, sujetos y sus competencias). |
Deónticas
(normas). |
Conductas
improcedentes y las sanciones. |
|
Prescriptivas
(de juego). |
Requisitos
necesarios para realizar la acción (conjunto de obligaciones, derechos y
prohibiciones). |
|
Cudd (2007). |
Constitutivas. |
Movimientos
permitidos, cómo se consigue el objetivo del juego y las sanciones a las
violaciones. |
De
decencia y juego limpio. |
Movimientos,
estrategias y comportamientos que son informalmente permitidos. |
CONSIDERACIONES PARA EL ANÁLISIS Y
MODIFICACIÓN DE LAS REGLAS
Las reglas son transcendentales en
el diseño y desarrollo del juego. Es por ese motivo, que para cambiar las
condiciones de los juegos hay que recurrir a su modificación. Según Kew (1987)
existe poco conocimiento sobre los procesos interactivos a través de los que se
producen los cambios en las reglas. De acuerdo con esta afirmación, se tiene
constancia de cuatro propuestas para el estudio y la adaptación de las reglas
de juego (Tabla 2).
Tabla
2.
Modelos para el estudio y la adaptación de las reglas de juego. |
|
Fuente |
Etapas |
Evans (1980). |
1.
Análisis del juego con las reglas de los adultos. |
2.
Identificar deficiencias en el juego basándose en las necesidades, intereses
y posibilidades de los niños. |
|
3.
Recomendar las adaptaciones o modificaciones que transformen el juego. |
|
Devís (1997). |
1.
Considerar la naturaleza del conocimiento que emplea una persona que
participa en un juego. |
2.
Comprender la naturaleza de los juegos y la toma de decisiones. |
|
3.
Analizar el aprendizaje motor en los juegos. |
|
4.
Crear un nuevo marco y modelo conceptual. |
|
5.
Realizar actividades adecuadas al proyecto de cambio. |
|
Navarro (2002). |
1.
Analizar el problema de la calidad del espacio. |
2.
Analizar el problema de la meta central. |
|
3.
Analizar el problema del espacio de tránsito. |
|
4.
Analizar el problema de la calidad de la acción. |
|
5.
Analizar el problema de la calidad de las interacciones. |
|
6.
Analizar el problema de la fluidez. |
|
7.
Analizar el problema del número de móviles. |
|
8.
Analizar el problema del número de jugadores. |
|
9.
Analizar el problema de la concreción de las metas. |
|
10.
Analizar el problema de la convergencia. |
|
11.
Analizar el problema del diseño de las reglas. |
|
12.
Analizar el problema de la construcción de situaciones competitivas de juego. |
|
13.
Analizar el problema del enriquecimiento del pensamiento estratégico. |
|
14.
Analizar el problema de las variaciones y modificaciones en los juegos. |
|
Usabiaga y
Castellano (2005). |
1.
Análisis estructural del deporte. |
2.
Análisis descriptivo de la acción de juego en el deporte. |
|
3.
Modificación estructural del deporte. |
|
4.
Análisis descriptivo de la acción de juego en el deporte modificado. |
|
5.
Optimización y análisis de la acción de juego en el deporte modificado. |
Las adaptaciones que se realicen en el juego deben
considerar: a) respetar las reglas básicas que no conviene modificar, b)
mantener el interés del juego original, c) adaptarse a las características de
los niños, d) conocer la opinión de los niños y entrenadores y e) analizar las
modificaciones a lo largo de un proceso reflexivo antes de su introducción
definitiva (Easton & Rockerbie, 2005; Evans,
1980; Graça & Oliveira, 1997; Kew, 1990, 1992; Krauss, 2004; Lippi, Guidi, Nevill & Boreham, 2008; Metzler, 2002;
Nevill, Atkinson & Hughes, 2008; Usabiaga y Castellano, 2005).
Las modificaciones deben realizarse preservando las
características esenciales del juego (Graça, 2006; Holt, Strean & García, 2002;
Mehl & Davis, 1978). Según Mehl & Davis (1978) las adaptaciones que se
realicen a las reglas no implican que se produzca una pérdida en las
características esenciales del juego. Más bien la implicación se dirige a que
los niños tengan la oportunidad de desarrollar las conductas, en contraposición
al desarrollo de malos hábitos impuestos por ansiar conseguir éxitos propios
del deporte adulto. No obstante, las modificaciones deben exagerarse para que
claramente se identifiquen los problemas a solucionar (Holt et al., 2002;
Metzler, 2000). Este último señala que las modificaciones deben permitir que
ciertos aspectos que interesa desarrollar se produzcan en mayor medida en el
juego. Las condiciones de práctica deben modificarse de acuerdo con las
necesidades, capacidades e intereses de los individuos.
Es necesario que en el estudio de la modificación de las
reglas se conozca la opinión de los jugadores y entrenadores (Chase et al.,
1994; Evans, 1980; Kew, 1990, 1992;
Palacios-Huerta, 2004). Es interesante y a la vez una carencia de la mayoría de
las investigaciones, que se consulte a los niños con el fin de conocer su punto
de vista sobre la necesidad de modificar el juego y las modificaciones a
incluir (Evans, 1980). Kew (1990) interpreta
que la modificación de las reglas supone un proceso de interrelación social
entre los administradores del deporte, los jugadores y entrenadores. Sin
embargo, en la literatura consultada sólo se han encontrado dos estudios que
analizan la preferencia de los jugadores (Isaacs, 1980; Regimbal et al., 1992),
otros dos estudios que miden el nivel de autoeficacia (Chase et al., 1994;
Pellett & Lox, 1998) y otro que analiza la opinión de los entrenadores
(Piñar, 2005). Por lo que de acuerdo con Agozino (1996), pocos estudios
examinan la opinión de los jugadores y los entrenadores sobre las reglas y los
cambios que en ellas se producen.
Los cambios a realizar en las reglas deben ser diseñados
y analizados a lo largo de un proceso reflexivo para conocer la influencia que
ejercerán antes de introducirlos en el juego (Easton & Rockerbie, 2005;
Krauss, 2004; Lippi et al., 2008; Nevill et al., 2008; Usabiaga y Castellano,
2005). Debido a la indeterminación de muchas de las reglas, los administradores
del deporte no pueden anticiparse con precisión a las consecuencias de su modificación
(Kew, 1990). Además, por la complejidad de variables que interaccionan en el
juego, para conocer las implicaciones que conlleva la modificación de las
reglas es necesario realizar análisis precisos antes de su implementación
(Eaves et al., 2008; Usabiaga y Castellano, 2005). De acuerdo con Evans (1980), es extremadamente necesario estudiar
objetivamente y siguiendo una metodología empírica las adaptaciones realizadas
a las reglas, con el fin de ofrecer información válida a los responsables del
deporte que practican los niños. Las adaptaciones que se realicen sobre un
diseño científico estarán próximas a ser efectivas.
Estudios recientes sugieren la necesidad de que los
administradores de los deportes consideren los trabajos sobre modificaciones
reglamentarias antes de proceder a su modificación (Arias et al., 2009a; Eaves et
al., 2008; Hammond, Hosking & Hole, 1999; Hammond & Hosking, 2005; Nevill et al., 2008; Platanou &
Geladas, 2006). El efecto de la modificación de una regla no puede evaluarse a
simple vista. El análisis observacional puede ser utilizado como método y
técnica objetiva para analizar los cambios en las reglas (Arias, Argudo y
Alonso, 2009b). Esto requiere de la realización de estudios que se centren en
el análisis de la acción de juego, puesto que es el aspecto fundamental sobre
el que directamente afectan los cambios (Arias et al., 2009a, b; Eaves et al.,
2008; Palacios-Huerta, 2004). Es por ello que las modificaciones en algunas
reglas son cuestionadas por falta de información sobre la influencia que
ejercen en las conductas de los jugadores (Mathes & Flatten, 1982; Usabiaga
y Castellano, 2005). Muchos de los estudios realizados para comprobar el efecto
de la modificación de las reglas, producen resultados alejados o contrarios a
lo pretendido con el cambio (Eaves et al., 2008; Hughes & Clarke, 1994;
Hughes & Sykes, 1994; Kew, 1987; Krauss, 2004; Nevill et al., 2008;
Usabiaga y Castellano, 2005).
Para conseguir la adaptación del juego en las condiciones
comentadas hasta ahora, la literatura consultada indica varias estrategias de
modificación. Entre éstas destacan: a) número de jugadores participantes
(Bunker & Thorpe, 1982; Martínez, 2006; Usabiaga y Castellano, 2005), b)
tiempo de juego (Usabiaga y Castellano, 2005), c) espacio de juego (Bunker
& Thorpe, 1982) y d) objetos o implementos (Araújo, Davids, Bennett, Button
& Chapman, 2003; Bunker & Thorpe, 1982; Orlick, 1984; Rink, 1993;
Satern et al., 1989). Como se puede comprobar, de las estrategias a adoptar
para modificar las condiciones de juego, los estudios parecen centrarse en
aquellas que hacen referencia a los objetos o implementos. Las características
de los objetos o implementos son una parte importante del conjunto de
condiciones del contexto en el que los niños desarrollan sus acciones. Sin
embargo, los objetos o implementos deportivos comercializados no son diseñados
para facilitar la diversión y el aprendizaje de las conductas motrices de los
niños (Davids et al., 2003). Rink (1993) sugiere que una manera efectiva de
disminuir la dificultad del aprendizaje de las conductas es modificando los objetos
o implementos. Estas modificaciones reducen las limitaciones en cuanto a las
diferencias en altura, fuerza y maduración de los niños. Las adaptaciones a
realizar podrían basarse en la relativización de las medidas de los adultos y
sus objetos y/o implementos para diseñar el de los niños.
ESTUDIOS SOBRE MODIFICACIONES EN
BALONCESTO DE FORMACIÓN
Varios estudios revisados apoyan la modificación
de los elementos estructurales y funcionales que configuran el baloncesto para
adecuarlo a las características y necesidades de los niños. Como adaptaciones
más sugeridas, diferentes autores han lanzado la hipótesis de que disminuir el
número de jugadores, la altura de la canasta y el tamaño del balón, contribuye
a generar unas condiciones de práctica adecuadas a las necesidades y
posibilidades de los niños (ASEP, 1996; Arias et al., 2008; Benham, 1988;
Carrillo y Rodríguez, 2004; Chase et al., 1994; Dauer & Pangrazi, 1986; Gabbar
& Shea, 1980; Isaacs & Karpman, 1981; Juhasz & Wilson, 1982; Piñar,
2005; Regimbal et al., 1992; Satern et al., 1989).
La literatura teórica consultada propone la forma
competitiva de tres contra tres jugadores (3vs.3) en la iniciación al
baloncesto (Carrillo y Rodríguez, 2004; Graça, 1998; Pinto, Graça
& Ibáñez, 2002;
Piñar, 2005). El modelo de juego del 3vs.3 posibilitaría aumentar la obtención
del balón, disminuir la presión defensiva y disponer de más espacios libres. Esto
facilitaría las opciones de terminar las posesiones de balón con éxito. Otras
propuestas teóricas sugieren que el tamaño del balón debe ser apropiado a los
participantes, puesto que en baloncesto se pasa, recibe, bota y lanza a canasta
con las manos. El ASEP (1996) determina que las dimensiones máximas del balón
deben ser de
Los estudios revisados se han dividido en función de la
modificación estructural (espacio, tiempo, objetos o implementos y
participantes) y del contexto en el que se realizaron (condiciones reales o de
laboratorio). Los estudios realizados utilizando el juego se han centrado en
analizar la modificación de aspectos del espacio y del número de jugadores. Dentro
de esta división, Piñar (2005) analizó la modificación de aspectos del espacio,
tiempo y participantes. El resto de trabajos han estudiado la modificación de
los objetos, en concreto el tamaño de la canasta y del balón. Estos se han
realizado mediante test o en condiciones de laboratorio.
Los estudios realizados a través del juego (Tabla 3), sugieren
que la reducción del número de participantes, la utilización de una línea de
tres puntos diseñada específicamente para los niños, la disminución del espacio
de juego y la distribución equitativa del tiempo de juego para cada
participante, son modificaciones que favorecen aspectos que la literatura
recomienda en baloncesto de formación.
Tabla 3. Estudios sobre modificación en el juego. |
||||
Estudio |
Objetivo |
Participantes |
Modificaciones |
Conclusión |
Piñar
(2005). |
Comprobar
en qué medida las modificaciones de las reglas que se proponen contribuyen a
mejorar el proceso de formación del jugador cuando práctica en competición. |
48 ♂ y 44 ♀ de 9-11 años. |
Espacio
de juego: tamaño de la pista (15x10 m.), línea de tiro libre (3 m. del aro),
línea de 3 puntos (4 m. del aro). Tiempo
de juego: un jugador 2 periodos como máximo y mínimo y en el último se pueden
realizar cambios en los 2 min. finales. Número
de jugadores: 3vs.3. |
Incrementa
el índice de participación y disminuye la diferencia de participación. Aumenta
el número de lanzamientos desde el exterior de la zona restringida. Aumenta
el número de puntos. No favorece
el número de situaciones de 1vs.1. |
Tallir
et al. (2007). |
Analizar
la forma de juego 3x3 y 3x1. |
97 ♂ y ♀ de 10-11 años. |
Nº. de
jugadores: 3vs.3 y 3vs.1. |
En la
situación 3vs.1 obtienen mayor puntuación en la toma de decisión y la
eficacia y eficiencia de las acciones. |
Arias
et al. (2008). |
Analizar
las situaciones de 1vs.1 al comparar dos modelos propuestos para la línea de
tres puntos. |
67 ♀ de 9-11 años. |
Utilizar
una línea de tres puntos delimitada por la zona restringida. |
Aumenta
el número de situaciones de 1vs.1 en un 3,9%. |
Arias
et al. (2009a). |
Comparar
dos formatos de la línea de tres puntos con respecto a variables que
determinan la dinámica del juego. |
67 ♀ de 9-11 años. |
Utilizar
una línea de tres puntos delimitada por la zona restringida. |
Varía la dinámica de juego, al aumentar los puntos
conseguidos, el número de pases, el número de jugadores con balón y el número
de situaciones de 1vs.1. |
De los estudios realizados mediante
test o en condiciones de laboratorio, dos analizaron exclusivamente el efecto
de la modificación de la altura de la canasta y otros dos exclusivamente el
efecto de la modificación del tamaño del balón (Tabla 4). Tras analizar
canastas de tres medidas similares se encuentran resultados contradictorios.
Gabbar & Shea (1980) observan que se consigue puntuar más en las dos
canastas más bajas (2,44 m. y
Tabla 4. Estudios sobre modificación de la canasta y
modificación del balón. |
||||
Estudio |
Objetivo |
Participantes |
Modificaciones |
Conclusión |
Gabbard
& Shea (1980). |
Analizar
la efectividad del lanzamiento según la altura de la canasta. |
20 ♂ y ♀ de 10 años. |
Canastas:
|
Consiguen
puntuar más en las canastas más bajas. |
Juhasz
& Wilson (1982). |
Analizar
diferentes variables biomecánicas al lanzar con un balón más pequeño. |
10 ♂ de 9,36-10,6 años. |
Balones:
|
La
velocidad de salida es menor con el balón de 570 g. La altura de la canasta
ideal si los niños tuvieran las características de los adultos sería de |
Regimbal
et al. (1992). |
Evaluar
si la preferencia de balón está relacionada con la habilidad de lanzamiento,
la puntuación obtenida y otros factores. |
54 ♂ y 23 ♀ de 10 años. |
Balones:
567- |
Prefieren
un balón más pequeño que el habitual. Las puntuaciones son mejores con el
balón más pequeño. La
técnica de lanzamiento mejora con el balón más pequeño. |
McKay
& Halliday (1997). |
Examinar
la altura de la canasta y la distancia de lanzamiento sobre la técnica. |
36 ♂ de 9-10 años. |
Canastas:
Distancia:
|
La
altura no influye en la técnica y la distancia sí. A
distancias próximas al aro la técnica es más correcta. |
Los estudios que analizan el efecto de la modificación de
la altura de la canasta y el tamaño del balón (Tabla 5) se han realizado desde
cuatro conjeturas. Bajo una perspectiva del análisis de la efectividad, las canastas
más bajas (2,43-
Tabla 5. Estudios sobre modificación de la canasta
y del balón. |
||||
Estudio |
Objetivo |
Participantes |
Modificaciones |
Conclusión |
Isaacs
& Karpman (1981). |
Analizar
la efectividad del lanzamiento según las dimensiones de la canasta y el
balón. |
15 ♂ y ♀ de 7-9 años. |
Canastas:
|
La
efectividad del lanzamiento es mayor en las canastas más bajas y con balones
pequeños. |
Satern
et al. (1989). |
Analizar
las dimensiones del balón y la altura de la canasta, sobre el mecanismo del
tiro libre. |
13 ♂ de 12,86 años. |
Canastas:
|
Existen
diferencias desde un punto de vista biomecánico al modificar la canasta. La
altura de la canasta afecta a la efectividad del lanzamiento, pero las
dimensiones del balón no. |
Chase
et al. (1994). |
Examinar
los efectos que las modificaciones en las dimensiones del balón y la canasta
tienen sobre la efectividad del lanzamiento y la autoeficacia. |
40 ♂ y 34 ♀ de 9-12 años. |
Canastas:
|
Anotan
más en canastas más bajas. La autoeficacia es mayor con canastas más bajas y balones
de menor dimensión. La autoeficacia es mayor antes de los lanzamientos. |
Kinnunen
et al. (2001). |
Analizar
el efecto de los factores antropométricos en el tiro libre según las
condiciones de práctica. |
32 ♀ de 8-11 años. |
Canastas:
|
No
encuentran relaciones entre los factores antropométricos y el rendimiento en
el lanzamiento a canasta. |
CONCLUSIONES
El objetivo de esta revisión fue analizar la bibliografía
sobre las modificaciones reglamentarias como variables didácticas y como un
ejemplo, sobre las modificaciones realizadas en baloncesto para adaptarlo a las
características de los niños en las diversas etapas formativas. Los objetivos
de la adaptación de las condiciones de práctica se resumen en que los niños
puedan: a) jugar y disfrutar de acuerdo con sus posibilidades, b) desarrollar
patrones motores técnicamente correctos, c) aumentar el éxito de las acciones motrices
y d) crear hábitos de práctica deportiva.
Los cambios a realizar en las reglas deben ser validados
empíricamente a lo largo de un proceso reflexivo para conocer la influencia que
ejercerán antes de introducirlos en el juego. Las fases a seguir serán: a)
análisis estructural y funcional del deporte, b) análisis descriptivo de la
acción de juego, c) identificación de las deficiencias en el juego con base en
las necesidades, posibilidades e intereses de los participantes, d)
establecimiento de los objetivos que deben alcanzar las modificaciones a
introducir, e) modificación del juego, f) análisis descriptivo de la acción de
juego con las reglas adaptadas y g) optimización de las adaptaciones y/o
inclusión de otras modificaciones si no se cumplen los objetivos. Las
adaptaciones que se realicen en el juego deben considerar: a) respetar las
reglas básicas que no conviene modificar, b) mantener el interés del juego
original, c) adaptarse a las características de los niños, d) conocer la
opinión de los niños y entrenadores y e) analizar las modificaciones a lo largo
de un proceso reflexivo antes de su introducción definitiva.
El baloncesto es uno de los juegos sobre el que existen
más estudios que han analizado diferentes modificaciones para adecuarlo a las
características de los niños. Sin embargo, se han localizado pocas
investigaciones empíricas que reporten argumentos válidos en los que
fundamentarse. Los entrenadores y responsables de las competiciones poseen muy poca
información empírica que les permita cargar con la administración del deporte
de forma adecuada. La mayor parte de trabajos consultados analizan
modificaciones reglamentarias introducidas basándose en la intuición y el
conocimiento subjetivo más que en la evidencia objetiva. Los estudios contrastados
muestran propuestas de modificación dispares y obtienen resultados conflictivos
sobre los mismos aspectos. Además, se han encontrado pocos estudios que
analicen las modificaciones reglamentarias durante el juego. No obstante, las
acciones motrices en el baloncesto se caracterizan por ser abiertas. Su
análisis durante el juego puede proporcionar información de valor.
La literatura científica consultada sobre modificaciones
de las reglas en baloncesto de formación se centra en estudiar las dimensiones
de la canasta y del balón. Los estudios que han analizado la modificación de la
altura de la canasta sugieren que disminuir la altura (2,44-2,59 m.)
mejora la efectividad del lanzamiento o no la perjudica, permite una mejor
técnica de lanzamiento y aumenta los niveles de autoeficacia percibidos. Los estudios que han
analizado la modificación del tamaño del balón indican que reducir las dimensiones
(496-538.65 g. y 70.8-73 cm.) permite una mejor técnica de lanzamiento o no la
perjudica, satisface la preferencia de los niños, aumenta los niveles de
autoeficacia percibidos y aumenta la efectividad del lanzamiento o no la
perjudica.
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Propuestas para un nuevo modelo (pp. 1-9).
Referencias
totales 60 (100%)
Referencias
propias de la revista
2 (3,17%)
Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol. 11 -número 43
- septiembre 2011 - ISSN: 1577-0354