Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol. 11 -número 44
- diciembre 2011 - ISSN: 1577-0354
Gil Arias, A.; Del Villar Álvarez, F.; Moreno Domínguez,
A.; García González, L. y Moreno Arroyo,
M.P. (2011). Análisis de la eficacia del saque de voleibol en
categoría de formación. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la
Actividad Física y el Deporte vol. 11 (44) pp. 721-737. Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista44/artanalisis242.htm
ORIGINAL
ANÁLISIS
DE
ANALYSIS OF THE EFficacy
OF VOLLeYBALL SERVE FORMATION IN CATEGORY
Gil
Arias, A.1; Del Villar Álvarez, F.5; Moreno Domínguez, A.3;
García-González, L.4 y Moreno
Arroyo, M.P.2
1
Becario
de Investigación Junta Extremadura. Facultad de Ciencias del Deporte de Cáceres
(España). agilarias@unex.es.
2
Profesora
Titular de Universidad de
3
Profesor
Contratado Doctor de la Facultad de Ciencias del Deporte de Cáceres (España). amorenod@unex.es
4
Profesor
Ayudante de
5
Profesor
Titular de Universidad de
Código UNESCO: 5899 Otras Especialidades Pedagógicas
(Educación Física y Deporte)
Clasificación Consejo de
Europa: 4. Educación
Física y Deporte Comparado
Recibido 25 de febrero de 2010
Aceptado 3 de septiembre de 2010
RESUMEN
El objetivo del
estudio fue analizar las características del saque en jugadores y jugadoras de
voleibol en categoría de formación y su relación con la eficacia de esta acción
técnico-táctica. Se analizaron 1827 acciones de saque en las cuales se midieron
las variables zona de origen, zona de recepción, dirección, tipo y eficacia del
saque. Los resultados mostraron que en ambos géneros la zona de recepción y
dirección no se han asociado significativamente con la eficacia, mientras que
la zona de origen sí lo ha hecho en el género masculino, no ocurriendo lo mismo
en el femenino. El tipo de saque se ha asociado significativamente con la
eficacia en ambos géneros, destacando en el género masculino que el saque en
salto potente se ha asociado positivamente con la eficacia 0 (error de
saque) y negativamente con la eficacia 1
(saque que permite la construcción de cualquier tipo de ataque), mientras que
en el género femenino el saque en apoyo flotante se ha asociado negativamente
con la eficacia 1.
PALABRAS
CLAVES: eficacia,
etapas de formación, saque, voleibol
ABSTRACT
The
aim of the study was to analyze the serve characteristics of volleyball players
in formative stages and the relationship with the effectiveness of this
technical-tactical action. 1827 serve actions were analyzed. The variables were
serve source area, reception area, direction and serve type, being related to
the efficacy.
The
results showed that, in both genders, the reception
area and ball direction were not significantly associated with efficacy. While,
the serve source area has been associated with efficacy in males, and not in
females.
The
serve type was significantly associated with efficacy in both genders,
highlighting that in males the powerful jump serve was positively associated
with efficacy 0 and negatively with efficiency 1 whereas, in females floating
serve is negatively associated with efficacy 1.
KEY WORDS: efficacy,
formation estage, serves, volleyball
INTRODUCCIÓN
Atendiendo
al reglamento, el saque es considerado “como
la acción de poner el balón en juego por el jugador zaguero derecho, situado en
la zona de saque” (REFVB, 2009:
41). A pesar de que el saque es sin lugar a duda una puesta en juego del balón,
actualmente existen dos formas de entender el servicio en voleibol, por un lado,
aquella que se basa fundamentalmente en conseguir punto directo asumiendo un
elevado riesgo (Ejem, 2001; García-Tormo, Redondo,
Valladares y Morante, 2006), y por otro, aquella que se basa en dar un mayor
control a esta acción, tratando de orientar el balón hacia zonas determinadas,
dificultando la construcción del ataque por parte del equipo contrario (Molina,
2003), facilitando así la labor defensiva (Fröhner,
1988; Toyoda y Herrera, 1989; Ureña et al., 2001). De
acuerdo con lo planteado, el saque ha pasado de ser una acción a través de la
cual se inicia el juego, a ser un arma de ataque capaz de conseguir punto
directo (Monge, 2007).
En el
transcurso de una jugada en voleibol, las acciones de culminación son las que
más determinan el rendimiento de un equipo (Drikos, Kountouris, Laios, y Laios, 2009). Este tipo de acciones dependen en gran medida
de una serie de acciones intermedias como la recepción y la colocación (Papadimitriou, Pashali, Sermaki, Mellas y Papas, 2004) a través de las cuales no es
posible la consecución de punto, siendo el trabajo del saque y de la recepción
en el proceso de entrenamiento una tarea primordial para la mayoría de los
equipos (Ureña et al., 2001).
La intención
de impedir la construcción de ataque del equipo contrario no solo se consigue
con saques de una elevada potencia que dificulte la recepción, sino que esto
también puede ser alcanzado mediante otro tipo de saques en los cuales exista
el propósito de desorientar al adversario, o la intención de buscar una zona concreta
del campo contrario (Moreno, García de Alcaraz, Moreno, Molina y Santos, 2007;
Ureña, Santos, Martínez, Calvo y Oña, 2000a; Ureña, et al., 2001).
En relación
a lo anterior, Ureña et al., (2000a) comprobaron, con una muestra de jugadoras de
máximo nivel internacional, que la calidad del saque se relaciona con la
facilitación defensiva del equipo sacador, de tal manera, que saques que
limitan la disponibilidad de la receptora atacante equilibra las probabilidades
de ganar la acción entre el equipo que saca con respecto al equipo que se
encuentra en recepción. Sin embargo, Díaz-García (1996) comprobó, con una
muestra de jugadores de voleibol de alto rendimiento, que existe una débil
correlación entre el porcentaje de efectividad del saque con el bloqueo y la
defensa.
Dentro de
las acciones técnico-tácticas del voleibol, el saque es contemplado como una
acción que no viene precedida por otra acción anterior y no tiene influencia
del contrario y compañeros. A pesar de que el saque puede ser considerado como
una de las habilidades más cerradas dentro de este deporte, Martínez y Abreu
(2003) consideran que por ser una acción en la que el jugador tiene todo el
control sobre el balón y tiempo, debería tener un alto rendimiento.
Con respecto
a la evolución que ha experimentado el saque en los últimos años, son muchos
los investigadores que se han interesado por esta acción técnico-táctica,
desarrollando estudios con el fin de determinar las características del saque
en relación al género y al nivel de juego. Para ello se han analizado variables
como la zona de origen del saque, tipología del saque, zona de recepción,
dirección del saque, etc., relacionándolas todas ellas con la eficacia del
saque o el rendimiento en recepción.
La variable
zona de origen del saque se ha relacionado, en investigaciones anteriores, con
la eficacia del saque (Moreno, Molina y Santos, 2008) y con la eficacia en la
recepción (Lozano, 2007), no apreciándose en ninguno de los casos asociaciones
significativas. El estudio de esta variable se ha realizado considerando, en la
mayoría de ocasiones, tres pasillos de tres metros de ancho correspondiente a
la zona 1, zona 6 y zona 5 (Quiroga et al., 2010; Sagastume y Cayero, 2003).
En relación
a esta variable, el reglamento, en el año 1994,
impuso una nueva norma que suponía la ampliación de la zona de saque a
todo el ancho de la línea de fondo, suponiendo todo ello una mayor dificultad
para el equipo que ataca, tal y como comprobaron Gerbrands
y Murphy (1995), ya que provocaba variaciones en la dirección descrita por el
balón, desde las distintas posibilidades de origen hasta el destino, a
diferencia de lo que ocurría antes de dicho cambio, que solo se podía sacar
desde zona 1, por lo que la dirección del saque estaba limitada (Lozano, 2007).
Por lo que
se refiere a la zona de recepción, también ha sido una variable que se ha
relacionado con la eficacia del saque (Molina, 2003) y con la eficacia de la
recepción (Maia y Mesquita, 2006), no encontrándose en ninguno de los estudios asociación
significativa entre las variables mencionadas. Respecto a su tratamiento, no ha
habido un claro acuerdo entre los diversos estudios que han incorporado esta
variable como elemento de análisis, ya que hay algunos que han considerado tres
pasillos de tres metros de ancho y nueve de largo correspondientes a zona 1,
zona 6 y zona 5 (Lozano, Calvo, Cervelló y Ureña,
2003a, Lozano, 2007), y otros han contemplado nueve cuadros de 3x3 metros
(Callejón, 2009).
Respecto a
la dirección de saque, también ha sido relacionada en estudios anteriores con
la eficacia, encontrándose en la mayoría de los casos asociación significativa
entre ambas variables (Lozano, Hernández, Valdés y Ureña, 2003b; Molina, 2003),
a pesar de que su tratamiento ha variado de unos estudios a otros. En alto
rendimiento femenino, Lozano (2007) estableció como categoría de análisis las
direcciones paralelas, diagonales medias y diagonales largas. Sin embargo, en
alto rendimiento masculino, Moreno et al.
(2008) diferenciaron 14 tipos de trayectorias del saque, estableciendo saques
tácticos, saques diagonales y saques líneas, con todas sus variantes en estos
dos últimos.
Por último,
la tipología de saque ha sido una de las variables que más ha sido relacionada
con su eficacia, hallándose en la mayoría de las ocasiones, que la tipología de
saque en salto potente en categoría masculina y el saque en apoyo flotante en
categoría femenina se relacionaban de modo significativo con la mejor eficacia
del saque (Callejón, 2006; Molina, 2007; Moreno et al., 2008; Ureña, Calvo y
Lozano, 2002). En referencia a su análisis, éste difiere en función del nivel
de los deportistas, ya que Callejón (2006) con una muestra de alto rendimiento
establece tres tipos de saque correspondiente a saque en salto potente, saque
en salto flotante y saque en apoyo flotante. Por otro lado, Molina (2003) con
jugadores de un nivel intermedio establece una diferenciación entre el saque en
apoyo y el saque en salto, mientras que González (2003) con una muestra de
jugadores infantiles diferenció entre saque de abajo, saque de arriba y saque
en suspensión.
El objetivo
principal de la presente investigación fue analizar las características del
saque en jugadores y jugadoras de voleibol en categorías de formación,
estudiando la relación existente entre las variables zona de origen del saque,
zona de recepción del saque, dirección de saque y tipo de saque, con su
eficacia, entendida ésta como el rendimiento o efecto obtenido en el saque. En
el apartado de Método se detalla la operacionalización
de este concepto para su observación.
Las
hipótesis que trataremos de contrastar en el presente estudio son las
siguientes:
o
La
zona de origen del saque no se asociará significativamente con su eficacia, ni
en categoría masculina ni en categoría femenina.
o
La
zona de recepción del saque no se asociará significativamente con su eficacia,
ni en categoría masculina ni en categoría femenina.
o
La
dirección del saque se asociará significativamente con su eficacia, tanto en
categoría masculina como en categoría femenina.
o
La
dirección de saque asociada significativamente de forma positiva con la mejor
eficacia del saque tanto en categoría masculina como en categoría femenina será
la correspondiente a direcciones diagonales largas.
o
El
tipo de saque se asociará significativamente con su eficacia tanto en categoría
masculina como en categoría femenina.
o
El
saque en salto potente se asociará significativa y positivamente con la
eficacia del saque a través de la cual se obtiene punto directo en categoría
masculina, mientras que el saque en apoyo flotante se asociará positiva y
significativamente con la mejor eficacia del saque en categoría femenina.
MATERIAL Y MÉTODOS
Muestra
Un total de
1827 acciones de saque fueron analizadas, de las cuales 886 pertenecían al
género masculino y 941 al género femenino, realizadas en un total de 88 sets en
11 partidos del Campeonato de España de selecciones autonómicas de categoría
cadete, celebrado en el 2005.
Variables
Las
variables consideradas en el estudio fueron las siguientes:
o
Zona
de origen del saque.
o
Zona
de recepción del saque.
o
Dirección
del saque.
o
Tipo
de saque.
o
Eficacia.
A
continuación se indican las categorías diferenciadas en cada una de las
variables:
Zona
de origen del saque: Definido
como la zona desde donde se realiza el saque. Se distinguen tres zonas de
origen:
-
Zona 1: El saque es realizado en la
franja de tres metros de ancho, desde la línea lateral derecha y detrás de la
línea de fondo.
-
Zona
6: El saque es realizado en la franja de tres metros de ancho ubicada a tres
metros de las líneas laterales del campo y detrás de la línea de fondo.
-
Zona
5: El saque es realizado en la franja de tres metros de ancho, desde la línea
lateral izquierda y detrás de la línea de fondo.
Figura
1. Representación
gráfica de las zonas de origen posible
Zona
de recepción del saque: Definido
como la zona donde se realiza la recepción del saque. Se diferencian tres
pasillos de recepción incluyendo como nueva categoría la zona de interferencia:
-
Pasillo
de 1: La recepción se realiza en el pasillo de
-
Pasillo de 6: La recepción se realiza
en el pasillo de
-
Pasillo
de 5: La recepción se realiza en el pasillo de
-
Zona
de Interferencia: El balón es enviado a una zona intermedia y de conflicto
entre dos receptores.
Figura 2. Representación
gráfica de las zonas de recepción posible
Dirección
del saque: Definido
como la dirección que determina el saque en función de la zona de origen y zona
de recepción. Se diferencian las siguientes direcciones de saque:
-
Paralela:
La zona de origen y la zona de recepción se encuentran en línea. Esta dirección
corresponde con los saques de
-
Diagonal
Media: La zona de origen del saque se encuentra en una zona próxima a la zona
de recepción. Esta dirección corresponde con los saques de
-
Diagonal
Larga: La zona de origen del saque se encuentra en una zona más alejada a la
zona de recepción. Esta dirección corresponde con los saques de
Figura
3.
Representación gráfica de las direcciones de saques posible
Tipo
de saque: Definido como
el tipo de técnica de saque empleada por el jugador, considerando por un lado
la ubicación del jugador en el momento de contacto con el balón (apoyo o salto)
y la trayectoria de vuelo del balón tras el golpeo (flotante o potente). De
acuerdo con esto, se diferencian los siguientes tipos de saque:
-
Apoyo
Potente: Saque en el cual el jugador se encuentra en pleno contacto con el
suelo imprimiendo velocidad y fuerza al balón.
-
Apoyo
Flotante: Saque en el cual el jugador se encuentra en pleno contacto con el
suelo imprimiendo una trayectoria oscilatoria al balón.
-
Salto
Potente: Saque en el cual el jugador se encuentra con los pies despegados del
suelo imprimiendo velocidad y fuerza al balón.
-
Salto
Flotante: Saque en el cual el jugador se encuentra con los pies despegados del
suelo imprimiendo una trayectoria oscilatoria al balón.
-
Eficacia:
Definido como el rendimiento o efecto obtenido con el saque. Para la
valoración de la eficacia se ha empleado el sistema estadístico FIVB
(Federación Internacional de Voleibol), adaptado de Coleman (1975),
diferenciando los siguientes valores:
-
0:
Error de saque.
-
1:
Saque que permite la construcción de cualquier tipo de ataque.
-
2:
Saque que limita las opciones de construcción del ataque, no permitiendo la realización de ataques
rápidos.
-
3:
Saque que imposibilita la construcción del ataque y supone el envío de un free ball.
-
4:
Punto directo.
Medida e instrumentos
Mediante la
observación sistemática del saque se realizó la medida de las variables
indicadas anteriormente.
Las
grabaciones de los partidos fueron realizadas con una cámara digital JVC
GR-DVP9 sobre formato MINI-DV que nos permitía reproducirlo en un reproductor
MINI-DV, al objeto de hacer el entrenamiento y la observación del estudio.
Una vez
realizada la recogida de datos se procedió a la observación de todos y cada uno
de los partidos por un único observador. Para ello fue necesario pasar un
proceso de entrenamiento con el fin de alcanzar una fiabilidad superior al 80%
que nos garantizase la consistencia en la medida (Van Der Mars, 1989). El
entrenamiento se llevó a cabo en un total de 4 sesiones, alcanzando los valores
de acuerdo que se muestran en
Tabla 1. Valores de fiabilidad intraobservador
VARIABLES |
1º
ENTO. |
2º
ENTO. |
3º
ENTO. |
4º
ENTO. |
ZONA
DE ORIGEN |
100% |
97.15% |
91.43% |
97.15% |
ZONA
DE RECEPCIÓN |
75% |
88.58% |
80.01% |
91.43% |
TIPO
DE SAQUE |
80% |
94.29% |
77.16% |
91.43% |
EFICACIA |
80% |
91.43% |
88% |
97.15% |
RESULTADOS
A continuación
se presenta el análisis inferencial, basándonos en las tablas de contingencia, los valores de Chi-cuadrado y V de Cramer, para conocer las posibles relaciones existentes
entre las diferentes variables consideradas en el estudio y la eficacia, considerando
por un lado al género masculino y por otro al género femenino, garantizando las
condiciones necesarias para aplicar de forma válida la prueba Test de Chi
Cuadrado (la frecuencia mínima esperada es mayor que uno y no hay más
del 20% de las casillas de la tabla con frecuencias esperadas menor que cinco). El nivel de significación estadística
considerado fue de p<0.05.
Análisis inferencial masculino
-
Zona de
origen del saque – eficacia
Como muestra
Tabla
2. Tabla de contingencia zona de origen del
saque-eficacia (Masculino)
|
Eficacia |
Total |
||||||
Eficacia 0 |
Eficacia 1 |
Eficacia 2 |
Eficacia 3 |
Eficacia 4 |
||||
Origen |
Saque
desde zona 1 |
Recuento |
60 |
154 |
142 |
57 |
43 |
456 |
Frecuencia
esperada |
63.1 |
163.4 |
137.0 |
56.4 |
36.2 |
456.0 |
||
Residuos
corregidos |
-.6 |
-1.3 |
.7 |
.1 |
1.7 |
|
||
Saque
desde zona 5 |
Recuento |
14 |
67 |
33 |
14 |
2 |
130 |
|
Frecuencia
esperada |
18.0 |
46.6 |
39.1 |
16.1 |
10.3 |
130.0 |
||
Residuos
corregidos |
-1.1 |
4.0 |
-1.3 |
-.6 |
-2.9 |
|
||
Saque
desde zona 6 |
Recuento |
48 |
95 |
90 |
38 |
25 |
296 |
|
Frecuencia
esperada |
40.9 |
106.0 |
88.9 |
36.6 |
23.5 |
296.0 |
||
Residuos
corregidos |
1.5 |
-1.6 |
.2 |
.3 |
.4 |
|
||
Total |
Recuento |
122 |
316 |
265 |
109 |
70 |
882 |
|
Frecuencia
esperada |
122.0 |
316.0 |
265.0 |
109.0 |
70.0 |
882.0 |
0 casillas (0%) tienen una frecuencia
esperada inferior a 5. La frecuencia mínima esperada es 10.32.
-
Zona de recepción del saque - eficacia
La zona de recepción del saque no se asoció
significativamente con la eficacia (x2=16.396; V de Cramer = .085; p=.059).
-
Dirección de saque - eficacia
La dirección de saque no se asoció
significativamente con la eficacia (x2=9.342; V de Cramer = .080; p=.155).
-
Tipo de saque – eficacia
Como muestra
Tabla
3. Tabla de contingencia tipo de saque-eficacia
(Masculino)
|
|
Eficacia |
Total |
|||||
|
|
Eficacia 0 |
Eficacia 1 |
Eficacia 2 |
Eficacia 3 |
Eficacia 4 |
||
Tipo
Saque |
Apoyo
Flotante |
Recuento |
21 |
108 |
72 |
28 |
16 |
245 |
Frecuencia
esperada |
34.6 |
87.9 |
72.6 |
30.3 |
19.6 |
245.0 |
||
Residuos
corregidos |
-3.0 |
3.2 |
-.1 |
-.5 |
-1.0 |
|
||
Apoyo
Potente |
Recuento |
27 |
65 |
47 |
15 |
19 |
173 |
|
Frecuencia
esperada |
24.4 |
62.1 |
51.3 |
21.4 |
13.8 |
173.0 |
||
Residuos
corregidos |
.6 |
.5 |
-.8 |
-1.6 |
1.6 |
|
||
Salto
Flotante |
Recuento |
24 |
72 |
78 |
33 |
10 |
217 |
|
Frecuencia
esperada |
30.6 |
77.9 |
64.3 |
26.8 |
17.4 |
217.0 |
||
Residuos
corregidos |
-1.5 |
-1.0 |
2.4 |
1.5 |
-2.1 |
|
||
Salto
Potente |
Recuento |
48 |
60 |
55 |
29 |
23 |
215 |
|
Frecuencia
esperada |
30.4 |
77.1 |
63.7 |
26.6 |
17.2 |
215.0 |
||
Residuos
corregidos |
4.0 |
-2.8 |
-1.5 |
.6 |
1.7 |
|
||
Total |
Recuento |
120 |
305 |
252 |
105 |
68 |
850 |
|
Frecuencia
esperada |
120.0 |
305.0 |
252.0 |
105.0 |
68.0 |
850.0 |
0 casillas (0%) tienen una frecuencia
esperada inferior a 5. La frecuencia mínima esperada es 13.83.
Análisis inferencial
femenino
-
Zona de
origen del saque - eficacia
La zona de origen del saque no
se asoció significativamente con la eficacia
(x2=7.232; V de Cramer = .062;
p=.512).
-
Zona de recepción del saque - eficacia
La zona de recepción del saque no se asoció
significativamente con la eficacia (x2=14.568; V de Cramer = .076; p=.103).
-
Dirección de saque - eficacia
La dirección de saque no se asoció
significativamente con la eficacia (x2=4.633; V de Cramer = .054; p=.796).
-
Tipo de saque – eficacia
El tipo de saque se asoció
significativamente con la eficacia (x2=25.336; p=.013), aunque de
muy reducida fuerza, tal y como nos indica el bajo valor de la V de Cramer=.095. La casilla que contribuye de manera positiva a
la asociación es saque en salto potente y eficacia 4; mientras que las casillas
que contribuyen de modo negativo a esta asociación son: saque en apoyo flotante
y eficacia 0; saque en apoyo potente y eficacia 4 y saque en salto potente y
eficacia 1.
Tabla
4. Tabla de contingencia tipo de saque-eficacia
(Femenino)
|
Eficacia |
Total |
||||||
Eficacia 0 |
Eficacia 1 |
Eficacia 2 |
Eficacia 3 |
Eficacia 4 |
||||
Tipo
saque |
Apoyo
Flotante |
Recuento |
22 |
75 |
112 |
55 |
42 |
306 |
Frecuencia
esperada |
32.6 |
66.9 |
115.2 |
52.8 |
38.5 |
306.0 |
||
Residuos
corregidos |
-2.4 |
1.4 |
-.5 |
.4 |
.7 |
|
||
Apoyo
Potente |
Recuento |
60 |
115 |
194 |
84 |
52 |
505 |
|
Frecuencia
esperada |
53.8 |
110.4 |
190.0 |
87.2 |
63.5 |
505.0 |
||
Residuos
corregidos |
1.3 |
.7 |
.5 |
-.6 |
-2.3 |
|
||
Salto
Flotante |
Recuento |
2 |
6 |
13 |
3 |
4 |
28 |
|
Frecuencia
esperada |
3.0 |
6.1 |
10.5 |
4.8 |
3.5 |
28.0 |
||
Residuos
corregidos |
-.6 |
-.1 |
1.0 |
-.9 |
.3 |
|
||
Salto
Potente |
Recuento |
16 |
9 |
34 |
20 |
20 |
99 |
|
Frecuencia
esperada |
10.6 |
21.6 |
37.3 |
17.1 |
12.5 |
99.0 |
||
Residuos
corregidos |
1.9 |
-3.2 |
-.7 |
.8 |
2.4 |
|
||
Total |
Recuento |
100 |
205 |
353 |
162 |
118 |
938 |
|
Frecuencia
esperada |
100.0 |
205.0 |
353.0 |
162.0 |
118.0 |
938.0 |
3 casillas (15.0%) tienen una frecuencia
esperada inferior a 5. La frecuencia mínima esperada es 2.99.
DISCUSIÓN
El objetivo
principal de la presente investigación fue analizar las características del
saque en jugadores y jugadoras de voleibol en categorías de formación,
estudiando la relación existente entre las variables zona de origen del saque,
zona de recepción del saque, dirección de saque y tipo de saque, con la
eficacia.
La primera
hipótesis del estudio planteaba que “la
zona de origen del saque no se asociará significativamente con su eficacia, ni
en categoría masculina ni en categoría femenina”. Los resultados de nuestro
estudio no confirman dicha hipótesis, ya que en el género masculino la zona de
origen del saque sí se asocia significativamente con su eficacia, no ocurriendo
lo mismo en el género femenino. Estudios precedentes, desarrollados en voleibol
masculino de alto nivel y de nivel intermedio (Moreno et al., 2008; Molina,
2003), y en voleibol femenino de alto rendimiento (Lozano, 2007), han puesto de
manifiesto la no existencia de asociación significativa entre las variables
zona de origen y eficacia. El hecho por el cual se han obtenido tales
diferencias entre el género masculino y el femenino, puede ser debido a que las
chicas cuando se disponen al saque se dirigen a una zona u otra por
preferencias propias (Lozano, 2007). Sin embargo, los chicos se ubican en una
determinada zona en función de una serie de indicadores del equipo contrario,
tales como, ubicación de los receptores más débiles, nivel de recepción y
rotación del equipo adversario, por lo que los jugadores cuando se dirigen al
saque planifican su acción con una determinada intención táctica (Boucherin, 1975).
La segunda
hipótesis del estudio indicaba que “la
zona de recepción del saque no se asociará significativamente con su eficacia,
ni en categoría masculina ni en categoría femenina”. Los resultados obtenidos
en nuestro estudio confirman la hipótesis, ya que en ambas categorías no se ha
obtenido asociación significativa entre la zona de recepción y la eficacia del
saque.
Estos
resultados coinciden con los obtenidos por Moreno et al. (2008) en alto rendimiento
masculino y Maia y Mesquita (2006) en alto rendimiento femenino. Sin embargo,
Moreno et al. (2007) considerando las zonas de destino del saque cercanas a la
línea de fondo (menos de un metro) o líneas laterales (menos de
Con el
propósitos de demostrar si existe alguna similitud entre las zonas de recepción
en el voleibol de etapas de formación y en el voleibol de alto rendimiento,
sería conveniente seguir haciendo estudios en contextos de iniciación en donde
la zona de recepción no solamente sea dividida en tres pasillos
correspondientes a la zona 1, 6 y 5, sino diferenciarlo por zonas cercanas a la
línea de fondo, zonas cercanas a la línea lateral y zonas centrales del campo,
comprobando de esta manera si en niveles de iniciación el hecho de orientar el
balón de saque a este tipo de zonas está relacionado con la mejor eficacia del
saque.
La tercera
hipótesis de nuestro estudio indicaba que “la
dirección del saque se asociará significativamente con su eficacia tanto en
categoría masculina como en categoría femenina”. Dicha hipótesis no se
cumple, ya que no existe asociación significativa entre la dirección de saque y
su eficacia, ni en categoría masculina ni en categoría femenina. Estos mismos
resultados han sido obtenidos por Moreno et
al. (2008) con una muestra de alto rendimiento masculino y por García-Tormo
et al. (2006) en categoría femenina
de formación.
La cuarta
hipótesis muestra que “la dirección de
saque asociada significativamente de forma positiva con la mejor eficacia del
saque tanto en categoría masculina como en categoría femenina será la
correspondiente a direcciones diagonales largas”. Los resultados obtenidos
no cumplen la hipótesis, ya que en ambas categorías no existe asociación
significativa entre la dirección del saque y su eficacia.
Estudios
como el de Moreno et al. (2007) llevados a cabo con una muestra de jugadores de
Superliga, demuestran que existe asociación significativa entre la trayectoria
del saque y su eficacia, de tal manera, que saques líneas largos y saques
líneas laterales sí se asocian significativamente de forma positiva con la
mejor eficacia del saque (eficacia 4). Los autores de este estudio concluyeron
que cuando los saques son orientados a zonas cercanas a las líneas laterales
con direcciones paralelas, y cuando los saques son enviados a zonas cercanas a
la línea de fondo del campo con trayectorias ligeramente diagonales, se
obtienen valores más elevados de lo establecido por el azar de saques a partir
de los cuales se consigue punto directo.
Por otro
lado, Lozano et al., (2003a) con jugadoras de alto rendimiento y considerando
las mismas direcciones contempladas en nuestro estudio, obtuvieron una
asociación significativa y positiva entre los saques en diagonal media con
recepción en el centro del campo y, diagonal larga y recepción en la derecha,
con el valor 4 de eficacia. Con el fin de dificultar la entrada al ataque de la
jugadora receptora, sería conveniente efectuar saques con trayectorias oblicuas
largas, provocando un desplazamiento exterior de la jugadora receptora y un
alejamiento sobre la colocadora, disminuyendo así la disponibilidad de esta
jugadora para el ataque (Ureña et al., 2000a).
La quinta
hipótesis de nuestra investigación planteaba que “el tipo de saque se asociará significativamente con su eficacia tanto
en categoría masculina como en categoría femenina”. Los resultados
obtenidos en el estudio nos permiten confirmar la hipótesis en categoría
masculina y femenina. Estos resultados coinciden con los obtenidos en
investigaciones precedentes en alto rendimiento masculino (Callejón, 2006;
Moreno et al., 2008), en alto rendimiento femenino (Ureña, Calvo y Gallardo,
2000b; Ureña et al., 2002; Lozano, 2007) y con jugadores de nivel intermedio
(Molina, 2007).
La sexta
hipótesis del estudio indicaba que “el
saque en salto potente se asociará significativa y positivamente con la
eficacia del saque a través de la cual se obtiene punto directo en categoría
masculina, mientras que el saque en apoyo flotante se asociará positiva y
significativamente con la mejor eficacia del saque en categoría femenina”. Los
resultados obtenidos no confirman la hipótesis, puesto que en categoría masculina
el saque en salto potente no se asocia con la mejor eficacia del saque,
ocurriendo lo mismo con el saque en apoyo flotante en categoría femenina.
Son diversos
los estudios en alto rendimiento masculino que se han centrado en estudiar la
tipología del saque relacionándolo con su eficacia (Callejón, 2006; Moraes,
Mesquita y Costa, 2008; Ureña, et al., 2000b), evidenciando que existe
asociación significativa entre el tipo de saque y el valor de la recepción, de
tal manera, que la técnica de saque en salto potente se asocia positiva y
significativamente con la no construcción de ataques a primeros tiempos,
manifestando con ello la agresividad de este tipo de saques (Maia, 2005; Palao, Manzanares, y Ortega, 2009), mientras
que el saque en apoyo flotante se asocia negativamente con la eficacia 1,
coincidiendo estos resultados con los obtenidos en nuestro estudio con una
muestra de jugadores en etapas de formación.
Siguiendo
con el alto rendimiento masculino, el estudio de Moreno et al. (2008) demostró
que entre el tipo de saque y la eficacia existe asociación significativa, donde
el saque en salto potente se asocia positivamente con la eficacia 0 y
negativamente con la eficacia 1, mientras que el saque en salto flotante lo
hace de manera negativa con la eficacia 4, coincidiendo estos resultados con
los obtenidos en nuestro análisis.
Con jugadores de un nivel intermedio,
Molina (2003) encontró que existe asociación significativa entre los saques en
salto y su rendimiento, de tal manera, que cuando la técnica de salto potente
fue empleada el porcentaje de errores fue significativamente superior a lo
esperado por el azar, coincidiendo este resultado con los obtenidos en nuestro
estudio. Teniendo en consideración que el rendimiento de los saques en salto no
es uniforme, sería interesante que el jugador al saque analizara el rendimiento
del ataque del equipo contrario, así como el rendimiento del bloqueo del propio
equipo, y a partir de aquí decidir si emplear saques en salto con máximo
riesgo, saque en apoyo u otro tipo de saque de menor riesgo (Over, 1993).
En categoría femenina,
Quiroga, Bautista, García-Manso y Moreno (2005) analizaron las características
del saque en el voleibol femenino de élite. Para ello, estudiaron entre otros
aspectos la relación entre el tipo de saque y la eficacia, llegando a concluir
que a partir del saque en salto potente se contabiliza una mayor número de
errores, resultado que no coincide con los obtenidos en la presente
investigación, mientras que el mayor porcentaje de puntos directos se consigue
con el saque en salto potente, coincidiendo este resultado con el obtenido en
nuestro estudio, puesto que a través de este tipo de saque existe un número mayor
de saques, que lo esperado por el azar, a partir de los cuales se obtiene punto
directo.
CONCLUSIONES
La eficacia del saque en niveles de
formación, tanto en categoría masculina como en categoría femenina, está
asociada con el tipo de saque, y no se ve afectado por la zona de recepción y
la dirección del saque.
Similares
asociaciones han sido obtenidas en estudios de voleibol de alto nivel,
manifestándose que estas variables del saque influyen del mismo modo en los
distintos niveles de juego.
En categoría de formación la
influencia de tipologías específicas del saque (saque en salto potente y saque
en apoyo flotante) en la eficacia del mismo, muestran perfiles similares a los
existentes en alto nivel, por lo que en la carrera formativa de estos jugadores,
existirá una tendencia al empleo de saques habituales del voleibol de alto
nivel.
Creemos conveniente el desarrollo de
un mayor número de estudios de análisis del juego en voleibol en categoría de
formación, con la intención de profundizar en el conocimiento de las
características del juego en estas categorías y sugerir recomendaciones para
optimizar el proceso de formación del jugador hacia el alto rendimiento
deportivo.
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Referencias propias de la revista: 1 (2,94%)
Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol. 11 -número 44
- diciembre 2011 - ISSN: 1577-0354