Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol. 12
- número 45 - enero 2012 -
ISSN: 1577-0354
Beltrán-Carrillo,
V.J.; Devís-Devís, J. y Peiró-Velert, C. (2012). Actividad física
y sedentarismo en adolescentes
de la Comunidad Valenciana.
Revista Internacional de Medicina y Ciencias
de la Actividad Física y el Deporte vol. 12 (45) pp.
122-137. Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista45/artactividad266.htm
ORIGINAL
ACTIVIDAD
FÍSICA Y SEDENTARISMO EN ADOLESCENTES DE
PHYSICAL ACTIVITY AND SEDENTARY BEHAVIOUR IN
ADOLESCENTS FROM VALENCIAN REGION
Beltrán-Carrillo,
V.J.1; Devís-Devís, J.2 y
Peiró-Velert, C.3
1Dr. en Educación Física. Licenciado en Educación Física. Centro de
Investigación del Deporte. Universidad Miguel Hernández de Elche. España. vbeltran@umh.es
1Dr. en Filosofía y Ciencias de
1Dra. en Psicología. Licenciada en Educación Física. Facultad de Magisterio.
Universitat de València.
España. carmen.peiro@uv.es
FINANCIACIÓN
Los resultados de
este artículo proceden de un proyecto de investigación financiado por
Código UNESCO: 3212 Salud Pública
Clasificación del
Consejo de Europa: 17. Otras
(Epidemiología de la actividad física).
Recibido 17 de mayo de
2010
Aceptado 3 de octubre de
2010
RESUMEN
En este artículo se analiza el gasto
energético y los niveles de actividad-inactividad física de una muestra de
adolescentes de Bachiller de la Comunidad Valenciana (n= 395). Para la medida
de la actividad física se utilizó la versión española del cuestionario Four by one-day physical activity questionnaire. El
gasto energético medio diario de los adolescentes fue de 38,64 Kcal/kg/día. El
47,8% de la muestra pertenecía a las categorías de ‘inactivos’ y ‘muy
inactivos’. Las chicas presentaron menor gasto energético y nivel de actividad
física, no existiendo diferencias entre los adolescentes de 1º y 2º de
Bachiller o entre los alumnos de centros públicos y privados. Resulta necesario
indagar en los motivos de la inactividad y diseñar futuras intervenciones para
abordar este problema de salud.
PALABRAS CLAVE: inactividad
física, gasto energético, sexo, bachillerato, tipo de centro.
ABSTRACT
This paper analyses energy expenditure and physical
activity-inactivity levels among a sample of
adolescents from grades 12 and 13 in Valencia Region (n= 395). Physical
activity was measured with a Spanish translation and modification of Four by
one-day physical activity questionnaire. Mean adolescent total daily energy
expenditure was 38.64 Kcal/kg/day. ‘Inactive’ and ‘very inactive’ adolescents
represented 47.8 % of the sample. Girls’ energy expenditure was lower than
boys’ and they were also less active than their male counterparts. No
differences were found among students from grades 12 and 13 or between state
and private schools. These results require further research exploring reasons
of adolescents’ inactivity and future interventions to tackle with this health
problem.
KEY
WORDS: physical inactivity, energy expenditure, gender,
sixth form, type of school.
INTRODUCCIÓN
Actualmente, la inactividad física en las sociedades
desarrolladas está ocasionando severas repercusiones sobre el bienestar de la
población y la salud pública. El sedentarismo se ha identificado como un factor
de riesgo en el desarrollo de enfermedades crónicas, la obesidad, la diabetes
tipo II o diversas enfermedades cardiovasculares (Physical
Activity Guidelines Advisory Committee, 2008; Sallis y Owen, 1999). Esto resulta especialmente
preocupante cuando afecta a los sectores más jóvenes de la población, dado que
niños y adolescentes se encuentran en una etapa fundamental para la adquisición
de hábitos de vida activos y saludables (Cavill, Biddle y Sallis, 2001). Además,
una gran parte de los niños y adolescentes no cumplen las recomendaciones
referentes a la práctica de actividades físicas moderadas e intensas (Tammenlin, Ekelund, Remes y Nayha, 2007). Por este motivo, responsables y expertos de
distintos países en materia de salud consideran un objetivo prioritario de
salud pública la promoción de la actividad física entre los jóvenes (Welk, Eisenmann y Dollman, 2006).
En este contexto, los estudios
encargados de describir los niveles de actividad-inactividad física de niños y
adolescentes y de identificar los factores sociodemográficos relacionados con
diferentes niveles de práctica, representan un paso fundamental para la
promoción de la actividad física relacionada con la salud en este sector de
población (Sallis y Owen, 1999). Este tipo de
investigaciones informan del posible problema epidemiológico por motivo de la
inactividad física y ofrecen una información útil para detectar grupos de
población de riesgo que deban ser objeto preferente de estrategias de promoción
de un estilo de vida activo.
En
España existen diversos trabajos que han
estudiado de manera específica los niveles o patrones de actividad
físico-deportiva de los adolescentes (García-Ferrando, 2006; Lasheras,
Aznar, Merino y Gil, 2001), sus relaciones con
variables psicológicas (Castillo, Balaguer y Duda, 2000), con la composición
corporal (Tercedor et al., 2007), con los hábitos alimenticios (Román, Serra,
Ribas, Pérez y Aranceta, 2006; Serra et al., 2003) y con otras variables ambientales y la
educación física (Hernández y Velázquez, 2007; Ruiz Juan et al., 2010). En
general, estos estudios muestran la existencia de importantes índices de
inactividad física entre los distintos grupos estudiados con el consiguiente
perjuicio para su salud. Asimismo, señalan que los chicos son más activos que
las chicas y la actividad disminuye con la edad, entre otras conclusiones que
se alejan por la temática de este artículo.
Desde
el punto de vista metodológico, los estudios anteriores recurren a distintos
tipos de encuestas de recuerdo para medir la actividad física y eso dificulta
la comparación de sus resultados. Esta problemática es compartida
internacionalmente y se debe a la dificultad de contar con un instrumento que
mida las distintas dimensiones de la actividad física (tipo de actividad,
frecuencia, intensidad y duración), momentos del día y periodos de recuerdo.
Además, las encuestas de recuerdo son especialmente delicadas con los niños y
niñas menores de diez años porque tienen problemas con el recuerdo, la
percepción de la duración y la intensidad, así como con la motivación necesaria
para la realización de las encuestas (Riddoch et al.,
2004; Sallis y Saelens,
2000).
A
pesar de los problemas señalados, las encuestas de recuerdo son instrumentos
comúnmente utilizados cuando se trabaja con grandes muestras, debido a su bajo
coste y el amplio alcance que se consigue con su autoadministración (Ridley, Olds y Hill, 2006). Se
les considera muy apropiados para medir algunos aspectos relativos al tipo de
actividad, adecuado para clasificar los niveles de actividad, así como las
actividades moderadas y vigorosas (Corder et al., 2009). Aunque se tiende al uso de
medidas más objetivas, la literatura especializada sigue reconociendo el valor
de las encuestas de recuerdo en estudios epidemiológicos, pero reclama evitar
la diversidad para comparar resultados y recoger información rica y detallada
(Patterson, 2000; Sallis y Saelens,
2000; Welk, Corbin y Dale,
2000). Por ello, recomiendan instrumentos que tengan en cuenta las diversas
dimensiones con que se evalúa la actividad física y diversos contextos o
propósitos de práctica (p. ej. ocio, trabajo, escuela, hogar, desplazamientos).
Estos instrumentos también deberían ofrecer información susceptible de clasificar
a los sujetos conforme a categorías de interés para la salud pública (p. ej.
activos, moderadamente activos, inactivos y muy inactivos) e incluir
actividades sedentarias como ver la televisión o estudiar.
Muchas de estas consideraciones son
tenidas en cuenta en el instrumento utilizado en este trabajo, el Four-by-One-Day Recall Physical Activity Questionnaire,
creado por Cale (1993) con el propósito de ser un instrumento para niños y
niñas mayores de once años. La idea de la autora era elaborar un instrumento
más preciso y detallado en la recogida de la información. Se trata de un
cuestionario de recuerdo administrado en forma de entrevista, lo que ofrece más
confianza a la hora de recoger datos de calidad. El periodo de recuerdo es sólo
de un día y para facilitarlo dividen el día en partes. Esto convierte al
cuestionario en un instrumento muy adecuado para niños y adolescentes. Por
supuesto, tiene en cuenta el tipo de actividad, la duración, la intensidad y la
frecuencia, así como las actividades sedentarias. Además, ha demostrado tener
una validez y fiabilidad aceptable con muestras de distintos países y diversas
metodologías, cuando existen encuestas que no cuentan con ello (Argiropoulou, Michalopoulou, Ageloussis y Avgerinos, 2004; Cale, 1993; Soler, 2004). Estas
características, junto a su uso en diversos estudios españoles e
internacionales (Cale, 1994; Cantera-Garde y Devís-Devís, 2000; Ceballos, Serrano, Sánchez y
Zaragoza 2005; Molinero, Martínez, Garatachea y Márquez, 2010; Serra-Puyal,
2006; Zaragoza et al, 2006), convierten a este cuestionario en un buen
instrumento para conocer los niveles de actividad e inactividad en adolescentes
y comparar los resultados.
En particular, esta investigación,
basada en el cuestionario anterior, plantea como objetivo principal conocer el
gasto energético y los niveles de actividad física e inactividad de una muestra
de adolescentes de Bachiller de
MÉTODO
Muestra
La muestra de este estudio se
compuso por 395 alumnos de Bachillerato de
Instrumento y
procedimiento
El instrumento de medida utilizado
fue la versión española del cuestionario inglés Four by one-day physical activity questionnaire (Cantera-Garde
y Devís-Devís, 2000), diseñado en un principio por
Cale (1993) y cuya fiabilidad y validez ha sido demostrada en muestras de
distintos países, incluidos Gran Bretaña y España (Cale, 1993; Soler, 2004). Este cuestionario se utilizó para
medir el gasto energético de los adolescentes y se administró en cuatro
momentos temporales durante el curso escolar 2004-2005.
El diseño,
procedimiento y consideraciones éticas de la investigación fueron aprobados por
una institución pública que sufragó sus gastos (Generalitat Valenciana). Tras
la firma de un consentimiento informado por parte de los directores de cada
centro escolar, el instrumento se administró entrevistando a los adolescentes
en grupos de tres. Se informó a todos los sujetos que la participación en el
estudio era voluntaria y anónima. Los adolescentes debían indicar las distintas
actividades físicas en las que se habían implicado en el día anterior y
especificar cuánto tiempo habían empleado en las
mismas. Para facilitar el recuerdo, las preguntas del cuestionario estaban
estructuradas en diversos momentos del día (mañana, tarde, noche) y los
entrevistadores orientaron y marcaron el ritmo de las respuestas en cada una de
las partes. El procedimiento también incluyó la selección y el entrenamiento de
los entrevistadores y un protocolo con información e instrucciones sobre el uso
del cuestionario.
Análisis de datos
Todas las actividades físicas
reflejadas fueron codificadas y clasificadas según su categoría de intensidad,
ya fuese la estipulada según el protocolo y listado de actividades que incluye
el cuestionario (Cantera-Garde y Devís-Devís,
2000) o la resultante de una reconsideración del entrevistador cuando
administraba el cuestionario-entrevista. Para obtener el gasto energético, el
tiempo en horas de cada actividad se multiplicó por los METs
(unidad metabólica representativa del metabolismo basal, equivalente a
1Kcal/kg/h) correspondientes a cada categoría de intensidad (ver tabla 1).
Tabla 1. METs y ejemplos de actividades para cada categoría de
intensidad
CAT.
DE INTENSIDAD |
METs |
EJEMPLOS |
Dormir |
1 |
------- |
Actividades muy ligeras |
1,5 |
Juegos de mesa, ver
televisión, tocar un instrumento musical, leer, etc. |
Actividades ligeras |
2,5 |
Aseo personal, ir de
compras, pasear, tareas del hogar, etc. |
Actividades moderadas |
4 |
Pasear a ritmo rápido,
bailar, ir en bicicleta, subir y bajar escaleras, etc. |
Actividades fuertes |
6 |
Salir a correr, nadar a ritmo normal, aeróbic, etc. |
Actividades muy fuertes |
10 |
Partido de fútbol u otro
deporte colectivo, artes marciales, entrenamientos en deportes como el
atletismo, etc. |
Fuente: Ainsworth et at. (2000).
A partir del gasto energético medio,
los sujetos fueron clasificados en distintos niveles de actividad física,
siguiendo la clasificación establecida por la literatura relacionada con el
estilo de vida activo (Blair y Meredith, 1994; Sallis, 1993): Activo (40 o más
Kcal/kg/día); Moderadamente activo (37 - 39,99 Kcal/kg/día), Inactivo (33 -
36,99 Kcal/kg/día) y Muy inactivo (menos de 33 Kcal/kg/día). Tras la
codificación y agrupación de datos se realizaron los siguientes análisis
estadísticos con la ayuda del software SPSS versión 14.
En cuanto al análisis descriptivo,
se calculó la media y la desviación típica de las variables cuantitativas
(tiempo dedicado a las distintas actividades y gasto energético). Para las
variables cualitativas, relativas a los niveles de actividad física, se
calcularon las frecuencias absolutas y los porcentajes que describen la
distribución de los casos en cada nivel.
Se realizó un ANOVA 2x2x2 (sexo,
curso y tipo de centro) para comparar las medias relativas al gasto energético
según las variables sociodemográficas consideradas en el estudio y conocer si
existían diferencias significativas entre dichas medias (diferencias
significativas cuando p<0,05).
Se llevó a cabo una prueba de
Chi-cuadrado de independencia para determinar si existían diferencias
significativas (p<0,05) en la distribución de la muestra en los distintos
niveles de actividad física según sexo. Se calcularon los residuos tipificados
corregidos para conocer en qué categorías concretas existían diferencias
significativas (residuos tipificados corregidos ±1,96).
RESULTADOS
El gasto
energético medio de la muestra de adolescentes de
Tabla 2. Estimación del
tiempo y el gasto energético medio por categorías de intensidad.
|
|
HORAS |
Kcal/Kg/día |
||
CATEGORIAS
INTENSIDAD |
n |
Media* |
DT |
Media |
DT |
Dormir |
395 |
8,62 |
2,38 |
8,62 |
2,37 |
Actividades muy ligeras |
395 |
12,36 |
2,48 |
18,55 |
3,81 |
Actividades ligeras |
395 |
2,38 |
1,85 |
5,95 |
4,53 |
Actividades moderadas |
287 |
0,61 |
1,26 |
2,44 |
5,76 |
Actividades fuertes |
164 |
0,28 |
0,61 |
1,68 |
5,25 |
Actividades muy fuertes |
89 |
0,14 |
0,49 |
1,40 |
4,95 |
TOTAL |
|
24 |
|
38,64 |
|
* Los valores relativos a las horas aparecen expresados en notación
decimal.
Los
adolescentes dedicaron una media diaria de 8,62 horas a ‘dormir’. Las
actividades ‘muy ligeras’ fueron las más realizadas ocupando la mitad del día (M=12,36 horas). Del resto de
prácticas físicas, las ‘actividades ligeras’ fueron las más realizadas y las
que implicaron mayor gasto energético (M=2,38 horas, M=5,95 Kcal/kg/día). Como puede observarse en la tabla 2, conforme aumenta
la intensidad de las actividades, disminuye tanto el número de individuos que
las realizaron como el tiempo medio dedicado a las actividades y su
correspondiente gasto energético. Destaca el menor tiempo dedicado a las
actividades ‘moderadas’, ‘fuertes’ y ‘muy fuertes’ y el escaso gasto energético
derivado de ellas.
Respecto a los niveles de actividad
física globales (ver Figura 1), los resultados indican un alto porcentaje de adolescentes
‘inactivos’, seguido de porcentajes medios de ‘activos’ y ‘moderadamente
activos’, siendo bajo el porcentaje de adolescentes ‘muy inactivos’. Se observa
que los sujetos ‘activos’ y ‘moderadamente activos’ representan el 52,2% de la
muestra (n=206), frente al 47,8% (n=189) de ‘inactivos’ y ‘muy inactivos’.
Figura 1. Niveles
de actividad física globales.
Con el fin de conocer si existían
diferencias significativas en el gasto energético de los y las adolescentes de
1º y 2º de Bachiller de los centros públicos y privados se realizó un ANOVA
2x2x2 (sexo, curso y tipo de centro). Los resultados señalaron diferencias
significativas únicamente en función del sexo (F(1,387)=
22,86; p<0,001), con un tamaño del
efecto (h2=0,056) que
explica un 5,6% de la varianza. Así, los chicos mostraron mayor gasto
energético (M=40,02 Kcal/kg/día; DT=6,02) que las chicas (M= 37,34 Kcal/kg/día; DT=3,84). No existieron diferencias significativas
por edad, tipo de centro e interacciones entre las tres variables.
La distribución de los adolescentes
entre los niveles de actividad física en función del sexo puede observarse en
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
El gasto energético medio de
nuestros adolescentes de Bachiller de
Los resultados no son tan
esperanzadores si hacemos referencia a los porcentajes globales de inactividad
física, puesto que el 47,8% de los adolescentes de nuestro estudio pertenecen a
las categorías de ‘inactivos’ o ‘muy inactivos’. Este porcentaje difiere
sensiblemente en los diferentes estudios (Cale, 1993; Cantera-Garde y Devís-Devís, 2000, 2002;
Ceballos et al., 2005; Peiró-Velert et al., 2008; Rodríguez, De Abajo y
Márquez, 2003; Serra-Puyal, 2006; Zaragoza et al.,
2006). Aún así, todos reflejan elevados porcentajes de inactividad física,
circunstancia que supone un serio problema de salud pública y reclama la
necesidad de intensificar las campañas destinadas a la promoción de un estilo
de vida activo en la población adolescente.
Tabla 3. Gasto energético
medio y porcentaje global de inactividad física en otros estudios basados en la
misma metodología.
Estudio |
Muestra |
Gasto energético medio (Kcal/kg/día) |
Gasto energético según sexo (Kcal/kg/día) |
% de Inactivos y muy inactivos |
Cale (1993) |
199 adolescentes ingleses de 11-14 años |
36,7 |
Chicos (38,2) Chicas (35,4) |
64,8% |
Cantera-Garde y Devís-Devís
(2000, 2002) |
367 adolescentes de la provincia de Teruel (12-18 años) |
38,7 |
Chicos (40,1) Chicas (37,2) |
42,8% |
Rodríguez et al. (2003) |
222 alumnos de E.S.O. del municipio de Avilés (12-15 años) |
37,1 |
Chicos (valores entre 38-40 según edad) Chicas (valores entre 36-37 según edad) |
51% |
Ceballos et al. (2005) |
396 adolescentes de 12-17 años de la ciudad de Monterrey (Méjico) |
37,52 |
Edad 12-14 años Chicos (38,37) Chicas (37,60) Edad 15-17 años Chicos(37,57) Chicas (36,59) |
--- |
Serra-Puyal (2006) |
76 adolescentes de E.S.O. de Sabiñánigo
(Huesca) |
35,47 |
Chicos (36,74) Chicas (34,59) |
76,31 % |
Zaragoza et al. (2006) |
76 adolescentes de secundaria de Sabiñánigo
(Huesca) |
39,17 |
--- |
39 % |
394 adolescentes de secundaria de la ciudad de Zaragoza |
37,66 |
--- |
47,2% |
|
Peiró-Velert et al. (2008) |
323 adolescentes de |
41,46 |
Chicos (44,68) Chicas (38,77) |
32 % |
Entre las actividades que llevan a
cabo durante el día, los dos estudios con muestras de adolescentes de
En lo que concierne al gasto
energético según sexo, otros estudios también han hallado mayor nivel de
consumo en los chicos que en las chicas (ver Tabla 3). Si nos centramos en los
niveles de actividad física según esta variable, también la mayor parte de los
estudios encuentran resultados similares donde los chicos son más ‘activos’ que
las chicas y las chicas más ‘inactivas’ que los chicos (Cale, 1993; Cantera-Garde y Devís-Devís, 2002;
Peiró-Velert et al., 2008; Rodríguez et al., 2003). En este sentido, las
estrategias de promoción de la actividad física deberían prestar especial
atención a las chicas adolescentes como grupo diana. No obstante, aunque en
nuestro caso no surgen diferencias significativas, los resultados de otros
trabajos revelan un mayor porcentaje de chicas que de chicos en la categoría de
‘moderadamente activo/a’ (Peiró-Velert et al., 2008, Zaragoza et al., 2006).
Esto podría deberse a que la mayor parte de las chicas que realizan actividad
física se involucran en actividades de menor intensidad y/o frecuencia que los
chicos, lo que daría lugar a un importante número de ‘moderadamente activas’,
pero a un menor grupo de ‘activas’. Parece, por tanto, que las chicas tienden a
mantener estilos de vida activos de una manera diferente a los chicos y esto
debería tenerse en cuenta a la hora de promocionar la actividad física en este
grupo de la población.
Los resultados relativos al curso
escolar señalan que esta variable no influye en el nivel de gasto energético,
no existiendo diferencias significativas entre los estudiantes de primero y
segundo de Bachiller. Los trabajos de Cantera-Garde y Devís-Devís (2000) y
Peiró-Velert et al. (2008) tampoco encontraron diferencias significativas en el
gasto energético en función de la edad de los estudiantes de E.S.O. No
obstante, debe destacarse que el gasto energético de los adolescentes de
Bachiller de
Finalmente, el gasto energético del
alumnado de los centros públicos de nuestro estudio no difiere
significativamente del gasto del alumnado de centros privados. Este resultado
es congruente con el de otros estudios que han utilizado el mismo instrumento,
excepto el estudio de Peiró-Velert et al. (2008) en el que encontraron un mayor
gasto energético en los alumnos de centros públicos en comparación con los de
centros privados. Sería interesante seguir investigando los efectos de esta
variable sobre el gasto energético para saber si se repite este resultado y, si
es el caso, averiguar a qué puede deberse la influencia de esta variable.
Más allá de las limitaciones
asociadas al instrumento que hemos presentado en la introducción, los
resultados de este estudio deben tomarse con precaución a la hora de
generalizarlos a otras zonas del país. Las diferentes características
topográficas, socioeconómicas, culturales y climáticas existentes en España así
lo aconsejan hasta que se aborde un estudio representativo del conjunto del
país.
En conclusión, este estudio presenta
un consumo energético para los adolescentes valencianos de Bachiller que se
corresponde con un nivel moderadamente activo, algo menor que en los
adolescentes valencianos de
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Referencias
totales / Total references: 42 (100%)
Referencias
propias de la revista / Journal's own
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol. 12
- número 45 - enero 2012 -
ISSN: 1577-0354