Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol. 12 - número 45
- enero 2012 - ISSN: 1577-0354
Arias, J.L. (2012). Las oportunidades y el éxito en el
lanzamiento en la situación de uno contra uno en minibásquet. Revista
Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol.
12 (45) pp. 23-34. Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista45/artoportunidades271.htm
ORIGINAL
LAS OPORTUNIDADES Y EL ÉXITO EN EL LANZAMIENTO
EN
OPPORTUNITIES AND SUCCESS IN SHOT AFTER ONE-ON-ONE GAME SITUATION IN MINIBASKETBALL
Arias, J.L.1
1Doctor en Ciencias de
Clasificación de
Clasificación Consejo de
Europa: 4. Educación
Física y deporte comparado.
Recibido 22 de mayo de 2010
Aceptado 3 de julio de 2011
RESUMEN
Los
objetivos de este estudio fueron analizar: a) el número de oportunidades de
1vs.1 y las situaciones de 1vs.1 con éxito, b) la relación entre las
oportunidades y el éxito en las situaciones de 1vs.1 y c) la relación entre las
oportunidades y el éxito en las situaciones de 1vs.1 con las oportunidades y el
éxito en el lanzamiento. Participaron 54 niños (años: M = 10,57; DE = 0,43) de
seis equipos de minibásquet. La muestra consistió en 2532 posesiones de balón
de 16 partidos. Se utilizó un diseño idiográfico, seguimiento,
multidimensional. El valor medio de las oportunidades de 1vs.1 fue de 0,53 (DE =
0,78) y el de las situaciones de 1vs.1 con éxito para el atacante con balón fue
de 0,22 (DE = 0,50). La relación entre las situaciones de 1vs.1 intentadas y
con éxito fue de 0,89. Se encontraron relaciones entre las oportunidades de
1vs.1 y las de lanzamiento (χ2 = 59,838; p = ,000), entre el éxito en las
situaciones de 1vs.1 y las oportunidades de lanzamiento (χ2 = 48,227; p = ,000)
y entre el éxito en las situaciones de 1vs.1 y en el lanzamiento (χ2 = 17,447;
p = ,001).
PALABRAS CLAVE: baloncesto,
iniciación deportiva, análisis de juego, enseñanza del deporte.
ABSTRACT
The purposes
of this study were to analyze: (a) the number of one-on-one opportunities and
the number of successfully one-on-one game situations, (b) the relation between
opportunities and success in one-on-one situations and (c) the relationship
between opportunities and success in one-on-one situations with opportunities
and success in shooting. The participants were 54 boys (years: M = 10.57, SD =
0.43) from six mini-basketball teams. The sample was 2,532 ball possessions
from 16 games. An idiographic, ongoing, multidimensional design type was used.
The average of one-on-one opportunities was 0.53 (SD = 0.78) and the average of
successfully one-on-one game situations to participant with ball was 0.22 (SD =
0.50). The relationship between opportunities and success in one-on-one
situations was 0.89. The results showed relationship between one-on-one and
shooting opportunities (χ2 = 59.838, p = .000), between success in
one-on-one situation and shooting opportunities (χ2 = 48.227, p = .000)
and between one-on-one situations and shooting with success (χ2 = 17.447,
p = .001).
KEY
WORDS: basketball, youth sports, game analysis, teaching
games.
INTRODUCCIÓN
El tiro es una de las acciones del juego de minibásquet
más importante para los niños, por tres motivos: a) es la acción mediante la
que los jugadores encestan, b) es el aspecto de juego por el que los jugadores
muestran una mayor preferencia (Palao, Ortega y Olmedilla, 2004), y c) el éxito
en el lanzamiento es experimentado por el tirador como un logro. Por estas
razones, todos los medios y estrategias que se desarrollan durante el juego tienen
como finalidad lograr las mejores condiciones para conseguir éxito en el tiro. Tradicionalmente,
se asume que la situación de un atacante contra un defensor (1vs.1) permite
dividir la defensa, desestabilizarla y aumentar los intentos de lanzamiento próximos
a la canasta y por tanto las canastas conseguidas (Wissel, 1994). El problema
es que no se han encontrado estudios que demuestren la relación positiva entre
la situación de 1vs.1 y el intento y/o el éxito en el tiro.
En las últimas décadas, diferentes autores han apuntado
la importancia de trabajar la toma de decisión, a la vez que las acciones
técnicas e incluso antes, en los juegos y deportes de equipo (Gréhaigne,
Godbout y Bouthier, 2001; Thorpe, Bunker y Almond, 1986; Turner y Martinek,
1999). Varias investigaciones aplicadas confirman la posibilidad de mejorar la
toma de decisión mediante tareas en las que se vea implicada (De Bortoli, De
Bortoli y Márquez, 2002; French y Thomas, 1987; Graça, 1998; Iglesias, Sanz,
García, Cervelló y Del Villar, 2005; Memmert y
Harvey, 2008; Williams y Davids, 1995, 1998). Además, si la práctica va
acompañada de éxito permite que se consoliden las conductas motrices.
Varios autores han desarrollado propuestas sobre cuáles
deben ser los contenidos a trabajar en las diferentes etapas formativas (Cárdenas
y Pintor, 2001; Giménez y Sáenz-López, 2004; Ibáñez, 2002). Estas propuestas
coinciden en la importancia de trabajar contenidos individuales en la etapa que
corresponde al minibásquet. Por otro lado, una de las formas de trabajar la
toma de decisión en minibásquet es bajo condiciones de oposición, tal y como
ocurre durante el juego, para que la práctica resulte significativa al niño. Por
estos motivos, los entrenadores en minibásquet suelen utilizar la situación de 1vs.1
(e.g., Cañadas y Ibáñez, 2010; Cañadas, Ibáñez, García, Parejo y Feu, 2010;
Cañadas, Parejo, Ibáñez, García y Feu, 2009).
El 1vs.1 exige que los jugadores descubran sus
posibilidades de decisión y acción en relación al contexto (Cordovil et al., 2009;
Turvey, 1992), posibilita el trabajo de las acciones técnico-tácticas
individuales (Araújo, Davids, Rocha, Serpa y Fernándes, 2003; Maxwell, 2006), y
pretende el desarrollo de la responsabilidad personal del par de jugadores. Por
estos motivos, parece necesario el trabajo de la situación de 1vs.1 en minibásquet.
El problema es que los niños tienen pocas oportunidades para practicar con el
balón y menos para hacerlo con éxito durante el juego (Arias, Argudo y Alonso,
2009a; Piñar, 2005).
Piñar (2005) modificó una serie de reglas con el objetivo
de aumentar el número de oportunidades de 1vs.1 que jugaban los niños, entre
otras variables. Ella no encontró diferencias en la media de situaciones de
1vs.1 realizadas por cada jugador después de introducir las modificaciones (M =
2,33; DE = 3,33 vs. M = 2,52; DE = 3,19). Arias et al. (2009a) compararon
el efecto de dos modalidades de la línea de tres puntos sobre las oportunidades
de 1vs.1 que jugaban los
niños. Los resultados demostraron un aumento de oportunidades
de 1vs.1 con
la línea de tres puntos delimitada por la zona restringida (M = 0,28; DE = 0,48 vs. M = 0,25; DE = 0,50),
pero los autores indicaron que los datos debían ser analizados con precaución,
porque las diferencias prácticas no fueron significativas. No obstante, no se
han hallado otros estudios que analicen la situación de 1vs.1 para poder contrastar los resultados y establecer
una base de conocimiento científico al respecto. Tampoco se
han encontrado trabajos en minibásquet que analicen la relación entre las
oportunidades y el éxito en las situaciones de 1vs.1 en un contexto real de juego.
Las
oportunidades y el éxito en las situaciones de 1vs.1 permiten determinar si las
decisiones del atacante con balón o las del defensor son adecuadas. Esto es, si la situación de 1vs.1 se
ejecuta con éxito se asume que es consecuencia de una decisión adecuada del
atacante con balón y no adecuada del oponente. Por el contrario, cuando la
situación de 1vs.1 no se ejecuta con éxito se asume que es consecuencia de una
decisión adecuada del defensor y no adecuada del atacante con balón.
Los
objetivos de este estudio fueron analizar: a) el número de oportunidades de
1vs.1 y las situaciones de 1vs.1 con éxito; b) la relación entre las
oportunidades y el éxito en las situaciones de 1vs.1, para conocer cuál de los dos jugadores
de la pareja tomaba decisiones más adecuadas; y c) la relación entre las
oportunidades y el éxito en las situaciones de 1vs.1 con las oportunidades y el
éxito en el lanzamiento.
MATERIAL Y MÉTODOS
Participantes
Los participantes fueron 54 niños (años: M = 10,57; DE = 0,43)
de seis equipos masculinos de minibásquet (9-11 años). Ellos habían practicado
baloncesto de forma federada durante 2,40 años (DE = 0,75). A la semana
practicaban una media de 5,08 horas (DE = 1,05), durante 3,71 días (DE = 0,56). Los equipos estaban
federados y jugaban a nivel autonómico. La muestra consistió en 2532 posesiones
de balón de 16 partidos. Las situaciones de 1vs.1 analizadas fueron 1565. La
selección de los equipos y jugadores fue deliberada, ya que estos se
comprometieron a participar en todos los partidos acordados. La selección de
las posesiones de balón fue mediante un muestreo total (Anguera, 2003). Los
padres de los participantes y los entrenadores proporcionaron un consentimiento
informado para participar en este estudio.
Diseño
Se utilizó la metodología observacional (Anguera y
Blanco, 2003), a través de un diseño idiográfico
(16 partidos tomados como unidad), seguimiento (de cuatro equipos se filmaron seis partidos y de los
otros dos equipos se filmaron cuatro partidos) y
multidimensional
(el instrumento de
observación contenía las dimensiones) (Anguera, Blanco y Losada, 2001). Los
enfrentamientos fueron aleatorios, aunque cada equipo se enfrentó al mismo
rival en dos ocasiones. La selección de los partidos analizados fue aleatoria
de entre todos los celebrados a lo largo de un año en una liga federada a nivel
autonómico. Los requisitos de
constancia intersesional fueron: a) los jugadores participantes fueron
los mismos, b) los participantes jugaron todos los partidos en pistas idénticas
(28x15 m), c) la defensa individual fue obligatoria, g) la altura de las
canastas fue de 2.60 m, h) los partidos siguieron el mismo reglamento.
Procedimiento
El instrumento de observación se construyó específicamente para este estudio y fue un
formato de campo (para los criterios 1 y 2) combinado con sistemas de
categorías (para los criterios 3 y 4) (Anguera, Magnusson y Jonsson, 2007). El
proceso de elaboración siguió tres etapas (Arias, Argudo y Alonso, 2009b). En
la primera, un grupo de cuatro expertos (entrenadores e investigadores)
determinaron los criterios mediante las estrategias empírico inductiva
y teórico deductiva. En la segunda fase, se realizó una definición operacional
de cada criterio y sus categorías. Este instrumento fue perfeccionado durante
la formación de los observadores. Los criterios 1 y 2 responden a una
estructura típica de los formatos de campo, puesto que no existe un conjunto
cerrado de posibilidades de codificación. Los sistemas de categorías cumplen
los requisitos de exhaustividad y mutua exclusividad. Los criterios del
instrumento fueron:
1.
Número de oportunidades de 1vs.1: confrontaciones directas con el adversario en
la pista delantera. Se determinaron los siguientes aspectos clave para
determinar las situaciones de 1vs.1: a) el jugador atacante con balón tenía que
desplazarse botando con sentido de profundidad hacia la canasta, b) el defensor
tenía que situarse en la línea imaginaria entre el aro y el jugador con balón,
c) el defensor tenía que estar de cara al jugador atacante con balón, y d) la situación
de 1vs.1 finalizaba cuando el defensor no estaba situado en la línea imaginaria
entre el aro y el jugador con balón.
2.
Número de situaciones de 1vs.1 con éxito: confrontaciones directas con el
adversario en la pista delantera, en las que el atacante con balón obtenía una
ventaja. Esta ventaja podía ser en términos espaciales (i.e. cuando el jugador
con balón superaba al oponente que dificulta su progresión) y/o por falta
personal del defensor.
3.
Oportunidades de lanzamiento: a) se producía intento de lanzamiento o
b) no se producía intento de lanzamiento.
4. Lanzamientos con éxito: a) se conseguía encestar
o b) no se conseguía encestar.
Se construyó un instrumento de
registro a partir de la adaptación de una hoja de cálculo de Microsoft Excel
2003 (Microsoft Corporation, USA), al que se añadió un programa para capturar y
procesar los vídeos (Virtual Dub, v. 1.7.0.). Este
instrumento posibilitó varias ventajas: a) registrar los datos en la hoja de
Excel mientras se visualizaban los partidos filmados, b) actualizar los datos y
corregirlos, c) almacenar los datos con más seguridad, d) analizar los datos
con mayor rapidez y flexibilidad, e) seguir un procedimiento sencillo y f)
generar resultados de forma más fiable.
Se formó a cuatro observadores según
las fases de entrenamiento y adiestramiento sugeridas por Anguera (2003). Los
observadores acumularon una experiencia mínima de 30 horas. La fiabilidad de
los observadores se obtuvo mediante una evaluación intraobservador al final del
proceso de formación. Para lo cual los observadores visualizaron un fragmento de
305 posesiones de balón de un partido diferente a los propios de la investigación.
Posteriormente, ellos volvieron a observar el mismo fragmento tras siete días
de no observación. La fiabilidad de la observación se obtuvo a través de una
evaluación interobservador al final del proceso de observación. Para esta
evaluación se utilizó el 15% (395) de las posesiones de balón de los partidos
propios de la investigación. La fiabilidad se calculó mediante el coeficiente
de correlación intraclase para los criterios 1 y 2 y el coeficiente Kappa para
los criterios 3 y 4. La fiabilidad para los observadores alcanzó valores entre
,95 y ,99 y para la observación entre ,97 y ,99.
Se filmaron los partidos con una cámara de vídeo (Everio
Full HD-GZ-HD7, JVC, Japón) situada transversal a la pista de juego, en el lado
opuesto a donde estaba la mesa de anotación. La ubicación fue elevada a cinco
metros del suelo y a dos metros de la línea de banda. El enfoque fue sobre el
centro de la pista y con el campo abierto para abarcar el mayor espacio posible
en la grabación. La cámara giraba sobre el eje que marcaba el trípode en caso
que fuese necesario.
Los observadores realizaron la toma de datos mediante un
registro sistematizado a partir de la observación de los vídeos de los partidos
(Anguera, 2003). Cada uno observó y registró cuatro partidos. La técnica de
registro consistió en indicar el número de veces que aparecía cada conducta
(criterios 1 y 2) y el código de cada conducta (criterios 3 y 4) por posesión
de balón en el instrumento de registro. Los observadores utilizaron el
protocolo de observar cada posesión del balón cuatro veces a velocidad real de
vídeo para incrementar la fiabilidad de la observación. Si era necesario los
observadores observaban cada posesión a velocidad de 25 fotogramas por segundo.
Los observadores centraron su atención en cada observación sobre cada criterio.
Los datos fueron tratados estadísticamente con el paquete
estadístico SPSS v. 17.0 para Windows (SPSS, Inc., USA). Se realizaron análisis
descriptivos, a través de medias y desviaciones estándar. A partir de la propuesta
de Oslin, Mitchell y Griffin (1998), se utilizó la fórmula [Número de
situaciones de 1vs.1 con éxito /
(Número de oportunidades de 1vs.1-Número de situaciones de 1vs.1 con éxito)]
para analizar la relación entre las oportunidades y el éxito en las situaciones
de 1vs.1. Se utilizó la prueba chi-cuadrado para contrastar la independencia entre
las oportunidades y el éxito en las situaciones de 1vs.1 con las oportunidades
y el éxito en el lanzamiento.
RESULTADOS
El valor medio de las oportunidades de 1vs.1 fue de 0,53
(DE = 0,78) y el de las situaciones de 1vs.1 con éxito fue de 0,22 (DE = 0,50).
La relación entre las situaciones de 1vs.1 intentadas y con éxito fue de 0,89. Los
resultados reflejaron relaciones estadísticamente significativas entre las oportunidades
de 1vs.1 y las oportunidades de lanzamiento (χ2 = 59,838; p = ,000),
entre las situaciones de 1vs.1 con éxito y las oportunidades de lanzamiento (χ2 = 48,227; p = ,000) y entre las situación de 1vs.1 con éxito y los
lanzamientos con éxito (χ2 = 17,447;
p = ,001). La relación entre las oportunidades de 1vs.1 y los lanzamientos con éxito no
fue estadísticamente significativa (χ2 = 7,438; p
= ,190). La probabilidad de realizar
una oportunidad de lanzamiento tras una oportunidad de 1vs.1 fue del 75,65%
(residuo ajustado = 7,9) y tras una situación de 1vs.1 con éxito fue del 79,16%
(residuo ajustado = 6,9). La probabilidad de realizar un lanzamiento con éxito
tras una situación de
1vs.1 con éxito fue del 32,04% (residuo ajustado = 3,9). Sin embargo, la probabilidad
de conseguir éxito en el lanzamiento
sin oportunidad de 1vs.1 fue del 23,14% (residuo ajustado = -3,9).
DISCUSIÓN
En este
estudio se pretendió analizar: a) el número de oportunidades de 1vs.1 y las
situaciones de 1vs.1 con éxito, b) la relación entre las oportunidades y el
éxito en las situaciones de 1vs.1 y
c) la relación entre las oportunidades y el éxito en las situaciones de 1vs.1 con
las oportunidades y el éxito en el lanzamiento. Con
respecto al primer objetivo, los resultados mostraron que aproximadamente, en
la mitad de las posesiones de balón los participantes tuvieron una oportunidad
de 1vs.1. Piñar (2005) en
minibásquet masculino y femenino tras modificar varias reglas (disminución del
tamaño de la pista, acercamiento de la línea de tiro libre, inclusión de la
línea de 3 puntos a
El valor medio de las situaciones de 1vs.1 con éxito para
los atacantes con balón supuso, que de cada cinco posesiones, en una obtuvieran
un resultado positivo. Puesto que la evaluación de la toma de decisión se
puede realizar a nivel de la consecuencia de la actuación (Abernethy y Zawi, 2007; French y
Thomas, 1987; Iglesias et al., 2005), el resultado de la relación
entre las oportunidades y el éxito en las situaciones de 1vs.1 puede ser un
indicio para valorarla. En este sentido, se obtuvo que los defensores tomaron
decisiones más adecuadas que los atacantes con balón y/o que los atacantes
tomaron decisiones poco adecuadas, al ser el resultado de la relación de
En relación
al tercer objetivo, los resultados obtenidos confirmaron la vinculación
establecida por la literatura, entre las oportunidades y el éxito en las
situaciones de 1vs.1 con las oportunidades y el éxito en el lanzamiento (Piñar,
2005; Wissel, 1994).
La mayoría de los intentos de lanzamiento fueron precedidos por una situación
de 1vs.1. Este resultado confirma la importancia de la situación de 1vs.1 en la
fase ofensiva y contrasta con los fundamentos teóricos aportados por Wissel
(1994). Él sugiere que las situaciones de 1vs.1 permiten dividir la defensa y desestabilizarla
como fase previa a la oportunidad de lanzamiento. La probabilidad de realizar una oportunidad de
lanzamiento tras una situación de 1vs.1 con éxito fue mayor que la probabilidad
de realizarlo tras una oportunidad de 1vs.1 (79,16% vs. 75,65%). Este resultado
parece razonable puesto que es más factible que se intente un lanzamiento tras
evitar la oposición de un defensa que con su oposición. Además, la probabilidad
de las relaciones anteriores fue superior a la posibilidad de realizar
un lanzamiento con éxito tras
una situación de 1vs.1 con éxito (32,04%). Parece lógico
este resultado, puesto que la oportunidad de lanzamiento puede ser consecuencia
de superar a un oponente. Sin embargo, conseguir éxito en el lanzamiento
dependerá en mayor medida de la calidad del lanzamiento que de haber superado
al oponente. Este puede ser el motivo por el que no se obtuvo una relación
significativa entre las oportunidades de 1vs.1 y los lanzamientos con éxito. No
obstante, la relación entre las situaciones de 1vs.1 con éxito y los
lanzamientos con éxito (p = ,001) parece sugerir que la calidad
del lanzamiento pudo estar influenciada por las características de la subfase
que ocurrió tras superar al oponente. Esta sugerencia se ve reforzada porque el
éxito en el lanzamiento fue mayor después de una situación de 1vs.1 con éxito
que si no se producía dicha situación.
La mayoría de estudios encontrados analizan
la situación de 1vs.1 en condiciones similares a las que se dan en un
laboratorio, atendiendo sólo a la relación que se establece entre el par de
jugadores y obviando la influencia del resto de compañeros (e.g., Bourbousson,
Sève y McGarry, 2010a,b; Cordovil et al., 2009; Passos
et al., 2008). No obstante, en los deportes de equipo, la situación de 1vs.1 no
se produce de forma aislada del resto de jugadores. Con este estudio lo que se
pretendió fue analizar esta situación en condiciones reales, aunque los
resultados deben ser interpretados con precaución por la pérdida de validez
interna que se les supone y por no haber caracterizado la situación de partido.
Aun así, se cumplieron los aspectos fundamentales que debe reunir una
investigación realizada mediante metodología observacional: a) elaboración
conjunta con los observadores del instrumento de observación, b) entrenamiento
de los observadores, c) obtención de la fiabilidad, d) confección de un
protocolo de observación y e) establecimiento de estrategias en el instrumento
de registro para detectar errores (Castellano y Hernández, 2000; Castellano, Hernández,
Gómez de Segura, Fontetxa y Bueno, 2000). Además, se recogieron las
características de los participantes en cuanto a nivel de práctica, ocho
entrenadores seleccionaron a los equipos de mayor nivel, se fijaron criterios
de inclusión y requisitos de constancia intersesional y los enfrentamientos
entre los equipos y la selección de los partidos fue aleatoria. De manera que los
resultados de este estudio sí tienen una transmisión directa a la práctica real y permiten cubrir un espacio interesante
sobre el cual existe un vacío en la literatura científica.
CONCLUSIONES
En
conclusión, el presente estudio
aporta información sobre la situación de 1vs.1 en minibásquet:
a) aproximadamente, cada dos posesiones de balón los participantes disponen de
una oportunidad de 1vs.1 y de cada cinco posesiones el atacante con balón
obtiene éxito en una; b) los defensores tienen más éxito en la situación de
1vs.1, lo que parece relacionarse con una toma de decisión más adecuada; y c)
existe una relación estadísticamente significativa entre las oportunidades de 1vs.1
y las de lanzamiento, entre el éxito en las situaciones de 1vs.1 y las
oportunidades de lanzamiento y entre el éxito en las situaciones de 1vs.1 y en
el lanzamiento. Los
resultados de este estudio parecen reforzar la importancia del trabajo de esta situación
de juego en minibásquet.
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol. 12 - número 45
- enero 2012 - ISSN: 1577-0354