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R. y Buscà, B.
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Deporte vol. 12 (47) pp. 557-570 Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista47/artherramienta302.htm
ORIGINAL
HERRAMIENTA OBSERVACIONAL PARA ANALIZAR
LA COBERTURA DEL ATAQUE EN VOLEIBOL
OBSERVATIONAL TOOL
FOR ANALYZING ATTACK COVERAGE IN VOLLEYBALL
Hileno,
R.1 y Buscà,
B.2
1 INEFC-Lleida, Universitat de Lleida, Lleida, España rhileno@inefc.es
2 FPCEE Blanquerna, Universitat Ramon Llull, Barcelona, España bernatbusca@gmail.com
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen el apoyo de los siguientes proyectos:
“Avances tecnológicos y metodológicos en la automatización de estudios
observacionales en deporte” (Dirección General de Investigación, Ministerio de
Ciencia e Innovación, Gobierno de España, PSI 2008-01179); y "Grup de
recerca e innovació en dissenys (GRID). Tecnología i aplicació multimedia i
digital als dissenys observacionals” (Departament d'Innovació, Universitats i
Empresa, Generalitat de Catalunya, 2009 SGR 829).
Código UNESCO / UNESCO Code: 6114.03
Psicología social. Comportamiento Colectivo / Social psychology. Collective Behaviour.
Clasificación del Consejo de Europa / European
Council Classification: 15 Psicología del Deporte / Sport
Psychology
Recibido 1 octubre de 2010 Received October
1, 2010
Aceptado 13 de enero de 2011 Accepted January
13, 2011
RESUMEN
En
este trabajo se presenta una propuesta metodológica para analizar una acción de
juego del voleibol, la cobertura del ataque, desde la perspectiva del modelo
competitivo. Atendiendo a los distintos niveles de interacción conductual que
pueden desarrollar los jugadores de un mismo equipo, se diseñó un instrumento
de observación ad hoc que permite
realizar análisis sincrónicos y diacrónicos de la acción objeto de estudio. Una
vez verificada la calidad del dato, se efectuó un estudio exploratorio de la
jugadora líbero en el que se detectaron 19 patrones de cobertura en distintas
situaciones de juego. Los resultados obtenidos reforzaron la idea de que cada
jugador debe asumir un área de responsabilidad de cobertura determinada para cada
zona de ataque en particular.
PALABRAS CLAVE: metodología observacional, análisis
competitivo, voleibol, cobertura del ataque
ABSTRACT
This study presents a methodological proposal that uses a competitive
model to analyze a game action in volleyball known as the attack coverage. An ad hoc observation tool was designed to
carry out synchronic and diachronic analyses of the action under study whilst
taking into account the different levels of behavioural interaction that can occur
between players on the same team. Once the quality of the data had been
verified, we carried out an exploratory study of the libero player and found 19
coverage patterns in different game situations. The results reinforced the idea
that each player should take responsibility for a specific area of coverage in
each particular attack zone.
KEY WORDS: observational methodology, competitive analysis,
volleyball, attack coverage
INTRODUCCIÓN
A través de la metodología observacional se pretende estudiar una acción de juego determinante en
el voleibol moderno de alto nivel: la cobertura del ataque. La naturaleza de la
competición deportiva, las múltiples posibilidades de interacción sociomotriz y
la dificultad para controlar todas las variables que influyen en las dinámicas
de juego, hacen especialmente pertinente la utilización de esta metodología
(Gorospe, Hernández Mendo, Anguera y Martínez de Santos, 2005).
En voleibol, las distintas acciones de juego se secuencian y relacionan de forma positiva y negativa, generando cinco complejos de juego que se diferencian principalmente en el primer toque de equipo (Palao, 2001; Salas, 2006). Tal y como refleja la figura 1, la cobertura es una acción defensiva presente en todos los complejos que realiza el equipo en posesión del balón. Se trata de una transición que efectúan los jugadores que no culminan el ataque desde que el balón es colocado hasta que es rematado (Banachowsky, 1992; Meier, 1994). Durante el tiempo del pase de colocación, estos jugadores intentan modificar su posición en el campo y formar un sistema para cubrir al compañero que remata, ante la posibilidad de ser neutralizado por el bloqueo ofensivo del equipo rival (Meier, 1989; Velasco, 1997). En el caso de que el ataque sea bloqueado, la cobertura intenta facilitar la consecución de la posterior defensa del bloqueo ofensivo y, por consiguiente, el inicio del cuarto complejo de juego. Esta nueva acción defensiva, a pesar de permitir recuperar un número limitado de balones por partido, puede ser decisiva en situaciones puntuales de la competición (Drauchke, 1998; Selinger y Ackermann-Blount, 1992). Además, en partidos de alto nivel se puede observar una conducta que realza la importancia de estas acciones defensivas. Ante situaciones de juego desfavorables, algunos atacantes golpean controladamente el balón contra el bloqueo para que el sistema de cobertura formado posibilite construir un contraataque (Salas, 2006).
Para analizar fases concretas
del juego como, por ejemplo, la relación servicio-recepción, en algunos
estudios se propone la aplicación de un modelo de análisis denominado
competitivo o contextualizado (Álvaro, et al., 1995; Molina, Barriopedro,
Santos y Delgado, 2004). Dicho modelo, basado en la metodología observacional,
se caracteriza por denominar unidad de competición a la unidad de observación y
por considerar la interferencia contextual como principio activo de cambios en
el comportamiento y en el rendimiento de los jugadores. Por lo tanto, es un
modelo que pretende establecer asociaciones entre factores pertenecientes a la
dimensión contextual, conductual y evaluativa. Además,
teniendo en cuenta que el tiempo de los
pases en voleibol puede condicionar la formación de acciones defensivas como el
bloqueo (Mau, 1998), se ha decidido incluir la dimensión temporal dentro del
modelo competitivo. En un estudio sobre reconocimiento de patrones de
movimiento en distintas situaciones de ataque y defensa, Jäger y Schöllhorn (2007) analizaron esta
dimensión con la precisión que proporciona la imagen a alta velocidad.
Considerando lo expuesto, el objetivo de este trabajo fue
proponer un instrumento para analizar la influencia de distintos variables
situacionales sobre el comportamiento y el rendimiento de los jugadores que
participan en la cobertura del ataque, según su especialización funcional y en
relación con otras acciones inmediatas como son la colocación, el
ataque-contraataque y la defensa del bloqueo ofensivo. Además, a fin de
entrever las posibilidades futuras de esta línea de investigación, se llevó a
cabo un estudio exploratorio sobre la relación cobertura-ataque entre jugadoras
líbero y atacantes. Mediante este estudio se pretendió identificar patrones de
cobertura en distintas situaciones de juego.
MÉTODO
Diseño
Se configuró un diseño observacional lag-log situado en el cuadrante
seguimiento, nomotético y multidimensional, caracterizado por posibilitar
análisis diacrónicos y sincrónicos de la acción objeto de estudio (Artamendi,
2000; Blanco, Losada y Anguera, 2003). A partir de este diseño, se realizó una
observación externa e indirecta de partidos oficiales de voleibol femenino y un
registro sistemático, intensivo y continuo de datos multi-evento (Anguera,
1979; Bakeman y Dabbs, 1976; Bakeman y Gottman, 1997).
Participantes
Se observaron siete partidos de la
XXXIV edición de la Copa de la Reina. La competición se celebró del 5 al 8 de
febrero de 2009 en el Pavelló Municipal d’Esports de Ciutadella de Menorca, con
ocho equipos de Superliga Femenina. En total se registraron 344 unidades de
competición, 190 en los cuartos de final (Albacete-Tenerife, Burgos-Murcia,
Palma-Las Palmas, Menorca-Aguere), 89 en las semifinales (Las Palmas-Murcia y
Albacete-Menorca) y 65 en la final (Murcia-Menorca). Se incluyó una unidad en
la muestra cada vez que ocurrió un ataque al tercer toque con oposición del
bloqueo rival. Por lo tanto, se utilizó una técnica de muestreo de eventos a lo
largo de los partidos observados (Anguera, 1990). Por motivos técnicos y de
inobservabilidad tecnológica (Hernández Mendo, 1996), sólo se incluyeron
unidades que ocurrieron en el complejo 1 y en el campo próximo al observador.
Al afectar a la estructura de los sistemas de juego, se excluyeron las unidades
en las que el equipo focal utilizaba una alineación equilibrada en diagonal,
con las jugadoras centrales precediendo a las puntas (Selinger y
Ackermann-Blount, 1992). Por la misma razón, también se descartaron las
unidades en las que la jugadora líbero no reemplazaba a la central zaguera.
Instrumento
de observación
Se construyó un instrumento de observación ad hoc combinado. La primera versión del
Sistema de Observación de la Cobertura del Ataque en Voleibol (SOCAV-1) está
formada por un total de treinta y nueve ejes con codificación mixta y con estructura
molecular de formatos de campo y sistemas de categorías (Anguera, Blanco,
Losada y Hernández Mendo, 2000). La presunción de exhaustividad de los sistemas
de categorías se determinó a partir de una prueba de cautela previa al registro
sistematizado (Anguera y Blanco, 2003). Además, durante el proceso de
construcción, también se definió el núcleo categorial y el grado de apertura de
cada una de las categorías (Anguera, 1991).
Considerando los pasos de la transición defensiva y de
la defensa del ataque (Liskevych y Neville, 1992; Selinger y Ackermann-Blount,
1992), el instrumento se divide en tres fases sucesivas, con un total de
treinta y seis criterios pertenecientes a la dimensión conductual y evaluativa.
A su vez, con la finalidad de obtener un sistema taxonómico más comprensible,
la mayoría de criterios se agrupan por afinidad en macrocriterios (Tabla 1).
Así pues, la primera fase de preparación de la cobertura del ataque está
formada por catorce criterios conductuales, seis de los cuales pueden concurrir
en el momento que finaliza el toque de colocación: la ubicación del jugador que
coloca y la ubicación inicial de los cinco jugadores que no colocan en una de
las doce zonas del campo (Figura 2). La segunda fase de culminación de la
cobertura del ataque está compuesta por trece criterios conductuales, siete de
los cuales pueden concurrir en el momento que empieza el golpe de ataque: la
ubicación del jugador que ataca en una de las once zonas de ataque (Figura 2),
la ubicación final de los cinco jugadores que no atacan en una de las doce
zonas del campo y el sistema de cobertura del ataque de tres líneas (Nelson y
Compton, 1992). Por último, la tercera fase de defensa del bloqueo ofensivo
consta de ocho criterios conductuales y uno evaluativo, tres de los cuales
pueden concurrir en el momento que empieza el toque de defensa o el balón toca
el suelo: la reubicación final del jugador que defiende, la ubicación del balón
bloqueado en una de las doce zonas del campo y la calidad de la defensa del
bloqueo ofensivo. Esta acción defensiva se evalúa a partir del sistema de
valoración de la recepción propuesto por el programa de análisis del juego Data
Volley System (Data Project, Bolonia, Italia, versión 2.0.4), sistema
estadístico reconocido por la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) y
utilizado en diversos estudios de referencia (Florence, Fellingham, Vehrs y
Mortensen, 2008; Moras, et al., 2008). Añadir que esta tercera fase no se
registra en los casos que no se produce el bloqueo ofensivo.
Desde la perspectiva del modelo competitivo, el
instrumento se complementa con tres variables pertenecientes a la dimensión
contextual y temporal: la rotación en la que se encuentra el equipo focal, el
complejo de juego donde se produce la cobertura y el tiempo del pase de
colocación en segundos. Siguiendo a Salas (2006), estas variables situacionales
específicas del voleibol son las que consideramos que pueden afectar en el
comportamiento y en el rendimiento de los jugadores observados.
Procedimiento
y material
Los partidos se grabaron con una
cámara digital de alta velocidad (Casio HS EX-F1, Casio Computer Co.,
Tokio, Japón) situada en la grada fondo del pabellón y
elevada a 6 m de altura respecto al terreno de juego. Los archivos de vídeo
grabados con el mismo foco y zoom, sin sonido,
en formato
.MOV, con una resolución de 512x384 píxeles y a una frecuencia de 300 Hz, se
observaron fotograma a fotograma en el programa Kinovea (Charmant y Contrib.,
Burdeos, Francia, versión 0.8.7). Este analizador de vídeo deportivo permitió
fijar marcadores sobre la línea de tiempo y superponer los partidos grabados
sobre un sistema de referencias espacial pregrabado (Figura 3).
Los datos
registrados se anotaron en una hoja de cálculo elaborada en el programa MS
Excel (Microsoft Corporation, Redmond, WA, EUA, versión 2007) y
se
exportaron a los programas SPSS (SPSS Inc., Chicago, IL, EUA,
versión 15.0), EduG (Educan Inc., Québec, Canadá, versión 5.0.E) y SDIS-GSEQ
(Bakeman y Quera, Atlanta, GA, EUA, versión 5.1.13) para su posterior análisis
estadístico.
El instrumento construido se sometió a un proceso de
control de calidad del dato, en el que participaron dos observadores expertos
con titulación de entrenador nacional de voleibol. El proceso constó de dos
fases de registro previas a la observación sistemática de todos los partidos de
la Copa de la Reina. La primera fase, de carácter cualitativo y apoyada en la concordancia consensuada
(Anguera, 1990), consistió en el registro conjunto y guiado de un
partido de la Copa para lograr el acuerdo entre observadores. La segunda fase,
de carácter cuantitativo, se basó en el registro individual y bajo las mismas
condiciones de otros dos partidos para determinar el grado de concordancia intra e
interobservador de cada uno de los ejes del instrumento, mediante el
cálculo del coeficiente Kappa de Cohen (1968) en el programa SPSS. A fin de estimar las fuentes de variación implícitas
en el proceso de observación, esta fase cuantitativa se complementó con
un estudio de generalizabilidad de
los datos registrados (Blanco y Hernández Mendo, 1998). La determinación de la
fiabilidad entre observadores, la homogeneidad de las categorías y el número
mínimo de partidos necesarios para generalizar con precisión, se calculó de
forma aleatoria infinita y mediante diseños de dos facetas en el programa EduG
(Castellano, Hernández Mendo, Gómez, Fontetxa y Bueno, 2000; Gorospe et al.,
2005). Este programa estadístico,
basado en el análisis de varianza (ANOVA) y en la teoría de la
generalizabilidad (Cronbach, Rajaratnam y Gleser, 1963), nos permitió calcular
los componentes de varianza y los coeficientes de generalizabilidad de cada uno
de los diseños configurados (Brennan, Jarjoura y Deaton, 1980; Martínez Arias,
1995).
Análisis
estadístico
En el estudio
exploratorio sobre la relación cobertura-ataque entre jugadoras líbero y atacantes, se llevaron a cabo dos fases de análisis, acumulando
los datos de los siete partidos observados. Una primera fase macroanalítica, basada en la descripción cuantitativa de los distintos
criterios de la fase de culminación de la cobertura del ataque (Tabla 1), se
realizó en el programa SPSS con la doble finalidad de recategorizar categorías
conductuales de baja frecuencia y de obtener un sistema taxonómico más
manejable para la posterior fase de análisis (Quera, 1986). Éste fue el caso de
los criterios referentes a la ubicación del jugador que ataca (AO, AC1, AC2,
AP1 y AP2), que por baja frecuencia se agruparon en el macrocriterio UJA.
Posteriormente se efectuó en el programa SDIS-GSEQ una segunda fase
microanalítica centrada en el análisis de sincronía o de concurrencias. Esta
forma de microanálisis, caracterizada
por examinar la probabilidad de que ciertas conductas se den al mismo tiempo
que otras (Quera, 1993), se llevó a cabo con el fin de identificar patrones estables de
conducta interactiva que superen las probabilidades marcadas por el azar
(Sackett, 1979). Para ello, es esencial determinar por hipótesis qué conductas
actúan como inicializadoras de los patrones conductuales (Anguera, 1992). En
nuestro caso, se consideraron como conductas dadas las once categorías del
macrocriterio UJA y como conductas condicionadas las doce categorías del
criterio UFL. Teniendo en cuenta que las categorías seleccionadas concurren en
el momento que empieza el golpe de ataque, se realizaron dos análisis
concurrentes en el retardo 0. El primer análisis se efectuó con las condiciones
contextuales de la variable RE y el segundo con las condiciones temporales de
la variable TPC. En las tablas de contingencia bidimensionales obtenidas, se
aceptaron las puntuaciones Z superiores a 1.96 y los valores significativos
cuando P < 0.05.
RESULTADOS
En relación a la perspectiva
cuantitativa de control de calidad del dato y, en concreto, al cálculo del
coeficiente Kappa de Cohen (1968), se obtuvieron valores superiores a 0.81 en
todos los ejes del instrumento de observación evaluados. Por consiguiente,
según la valoración de Landis y Koch (1977), se consiguió una fuerza de
concordancia intra e interobservador casi perfecta.
En la tabla 2, se muestran los
resultados del estudio de generalizabilidad. A través del análisis de las fuentes de varianza
se reveló, tanto en el cálculo de la
fiabilidad intraobservador como en el cálculo de la fiabilidad interobservador,
que la mayor parte de la variabilidad correspondía a la faceta categorías (99.6
y 99.7%, respectivamente), siendo nula en la faceta observadores y escasa en la
interacción categorías-observadores (0.4 y 0.3%, respectivamente). Además, a
partir del análisis global de los coeficientes de generalizabilidad, en ambas
estimaciones se obtuvo una fiabilidad de precisión de generalización de los
resultados de 0.99. Por otro lado, tanto en el cálculo de la homogeneidad de
las categorías como en el del número mínimo de partidos para generalizar con
precisión, se reveló que la mayor parte de la variabilidad se asociaba a la
faceta categorías (90.8%), siendo escasa en la faceta partidos (0.1%) y
reducida en la interacción partidos-categorías (9.2%). Respecto al cálculo
global de los coeficientes de generalizabilidad, en la primera estimación se
obtuvo un valor de 0.04, con lo que se determinó una significativa bondad de
las categorías, y en la segunda valoración, con una muestra estimada de diez
partidos, se alcanzó un coeficiente de 0.99, que posibilita una alta precisión
en la generalización de los resultados.
Por último, en la tabla 3 se presentan
los 19 patrones de cobertura identificados a partir de los análisis
concurrentes realizados en el retardo 0. Contiguo a cada patrón se refleja la
situación de juego específica en la que se activan. A modo de ejemplo, los
resultados recogidos en la tabla se interpretan de la siguiente manera: en
cuatro rotaciones (RE6, RE5, RE3 y RE2) y con tiempos de colocación superiores
a un segundo (1.1, 1.3 y 1.4 s), el patrón conductual excitatorio a partir de
la conducta dada ubicación de la jugadora que ataca en la zona delantera 0
(UJAZD0) está formado por la conducta condicionada ubicación final de la líbero
en la zona 4 (UFLZ4).
DISCUSIÓN
Referente a la calidad del dato, en este trabajo se ha
utilizado el vídeo de alta velocidad y el procedimiento de análisis de
fotograma a fotograma para determinar el tiempo 0 en cada fase. La fugacidad de
las acciones en el voleibol justifica la importancia de tratar el factor tiempo
con la máxima precisión. Los tiempos de pase se diferencian por unas pocas
milésimas de segundo y la ubicación de los jugadores, de acuerdo con las
referencias espaciales pregrabadas, puede variar sensiblemente en muy poco
tiempo. En relación a este sistema de referencias, la determinación de unas
marcas reales de los puntos que delimitan las zonas del terreno de juego y la
superposición de las unidades de competición a dichas imágenes, han contribuido
ostensiblemente a la mejora de la calidad del dato. En este sentido, los
resultados obtenidos han determinado unos valores satisfactorios de fiabilidad
y generalizabilidad de acuerdo con los requerimientos de una herramienta observacional
de estas características (Blanco y Hernández Mendo, 1998). Resultados similares
fueron hallados por Castellano et al. (2000), en una herramienta de análisis de
las conductas en fútbol, y por Gorospe et al. (2005), en una propuesta para el
tenis.
En los resultados obtenidos en el estudio exploratorio
de la jugadora líbero, se detectaron patrones de cobertura en todos las zonas
de ataque, a excepción de la zona zaguera A (UJAZZA) por su nula frecuencia en
la fase de análisis descriptivo. Por la misma razón, no se detectó ningún
patrón formado por las categorías UFLZLI, UFLZLD y UFLZF. De ello, se
interpreta que la jugadoras líbero cubren siempre dentro de los límites del
campo. Además, tampoco se obtuvieron patrones compuestos por las conductas condicionadas
UFLZ5B, UFLZ6B y UFLZ1B. Ello significa que las jugadoras con esta función no
suelen cubrir en zonas próximas a la línea del fondo del campo; suelen hacerlo
en áreas cercanas a la atacante por su característico rol defensivo que, de
acuerdo con las reglas del juego, no les permite rematar, pero si que les
posibilita concentrarse desde un principio en acciones defensivas como la
cobertura. En relación a las variables situacionales, en la tabla 3 se observa
que las jugadoras líbero sólo cubren en zonas delanteras del campo (UFLZ4,
UFLZ3 y UFLZ2) en situaciones con tiempos de colocación iguales o superiores al
segundo (1.0, 1.1, 1.3 y 1.4 s) y con ataques en zonas laterales (UJAZD0,
UJAZD1, UJAZD6, UJAZD7 y UJAZZC). En el resto de situaciones, sobre todo en las
que se producen colocaciones muy rápidos (0.3 y 0.5 s) y ataques en zonas
centrales (UJAZD2, UJAZD3, UJAZD4, UJAZD5 y UJAZZB), se activan patrones de
cobertura en zonas zagueras del campo (UFLZ5A, UFLZ6A y UFLZ1A). Respecto a la
variable contextual rotación del equipo, se distingue una mayor complejidad
comportamental de difícil interpretación. Se considera que se aclararía si se
conociesen otros aspectos del juego como en qué zona del campo han recibido las
jugadoras líbero, en el caso de que efectúen este primer toque de equipo. Ello
podría justificar la posible inclusión de otras variables en futuras
experiencias con la herramienta observacional diseñada. De todos modos, los
resultados del estudio se aproximan a ciertos postulados defendidos por autores
reconocidos internacionalmente como Selinger y Ackermann-Blount (1992). Estos
autores afirman que cada jugador debe tener un área de responsabilidad de
cobertura claramente asignada para cada zona de ataque en particular. En
nuestro caso, la jugadora líbero manifiesta patrones de cobertura del ataque
determinados para cada situación de juego en concreto.
Por último, en ciertas investigaciones se ha atendido
a otro tipo de variables contextuales referentes a la localización del partido,
al nivel del oponente y al estado del marcador (Lago, 2009). En nuestro caso,
las conductas observadas en el objeto de estudio son de colaboración y
responden a patrones de conducta muy regulares, con lo se considera que las
variables situacionales antes citadas pueden tener un impacto menor sobre la
activación del patrón. Posiblemente, otras conductas de oposición, como el
ataque o el bloqueo, estarían mucho más sujetas a la influencia de estas
variables. De todas formas, se podrían considerar en futuros estudios de observación
de la cobertura del ataque.
CONCLUSIONES
La estructura del instrumento de observación diseñado
ha permitido el análisis sincrónico o concurrente de una fase concreta del juego:
la relación cobertura-ataque. La herramienta observacional construida puede ser
igualmente adecuada para realizar análisis diacrónicos o secuenciales. En este
sentido, y tomando como referencia la acción objeto de estudio, podría ser de
gran interés el análisis de la relación cobertura-defensa u otras asociaciones
concurrentes, como la cobertura-colocación o la cobertura-contraataque. La
estructura interna del voleibol ha posibilitado la elaboración de un sistema
exhaustivo de macrocriterios, criterios y categorías, que permite determinar la
ubicación de los componentes de un equipo en la dimensión contexto-temporal
correspondiente.
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vol.12 - número 47 - ISSN: 1577-0354