DOI: http://dx.doi.org/10.15366/rimcafd2016.62.001
ORIGINAL
APOYO A LA AUTONOMÍA EN LAS CLASES DE
EDUCACIÓN FÍSICA: PERCEPCIÓN VERSUS REALIDAD
SUPPORTING AUTONOMY IN PHYSICAL EDUCATION: PERCEPTION VERSUS REALITY
Aguado-Gómez, R.1; Díaz-Cueto, M.1; Hernández-Álvarez,
J.L.1 y López-Rodríguez, A.1
1Departamento de Educación Física, Deporte y Motricidad Humana. Universidad
Autónoma de Madrid. España. raquel.aguado@uam.es, mario.diaz@uam.es, juanluis.hernandez@uam.es, mangeles.lopez@uam.es
FINANCIACIÓN
El presente artículo forma parte del estudio realizado con la
financiación del proyecto SEJ2007-672687/EDU del Ministerio de
Ciencia e Innovación.
Código UNESCO / UNESCO code: 5899 Otras Especialidades Pedagógicas (Educación Física y Deporte) /
Other pedagogical specialties (Physical Education and Sport)
Clasificación Consejo de Europa / Council of Europe classification: 5. Didáctica y metodología / Didactic and methodology
Recibido 26 de enero de 2013 Received
January 26, 2013
Aceptado 6 de enero de 2014 Accepted
January 6, 2014
RESUMEN
Esta
investigación se centró, por una parte en la percepción de apoyo a la autonomía
en las clases de Educación física, que tienen tanto el alumnado como el
profesorado, y por otra, en la coherencia entre percepción y la realidad
observada en las clases. Se aplicaron dos escalas al
profesorado y al alumnado con el objeto de conocer con qué frecuencia se
producen comportamientos instructivos favorables al desarrollo de la autonomía,
y se
observaron y grabaron en video clases impartidas por el profesorado. Los
resultados muestran que la frecuencia de los comportamientos instructivos de
apoyo a la autonomía durante la intervención de enseñanza es significativamente
menor que la percibida por el alumnado y el profesorado. La realidad observada
muestra un perfil de profesorado con gran margen de mejora en comportamientos
como: calidad de la comunicación, funcionalidad de las tareas, fomento del
pensamiento del alumnado, situaciones en las que el alumnado pueda expresar su
opinión sobre las tareas y motivación intrínseca.
PALABRAS CLAVE: apoyo a la autonomía, educación física,
estilo de enseñanza, iniciativa personal, motivación intrínseca.
ABSTRACT
This investigation, on the one hand it focuses on students´ and
teachers´ perception about autonomy support during Physical Education
instruction, and on the other hand, in the coherence between perception and
reality observed in the classes. Two scales were administered to determine the
frequency of instructional behaviors favoring the development of autonomy, and
teacher´s classes were observed and videotaped. The results show that the
observed frequency of instructional behavior favoring autonomy support during
classes is significantly lower than that perceived by students and teachers.
The observed reality reveals a teacher profile with room for improvement in
behaviors such as: communication quality, task functionality, promotion of
students’ thinking, creation of situations in which students can express their
opinions of the tasks, and increasing intrinsic motivation.
KEY WORDS: autonomy
support, physical education, teaching style, personal initiative, intrinsic
motivation.
1.
INTRODUCCIÓN
La autonomía personal entendida como la experiencia de ser el autor y el origen de la propia
conducta, constituye un reflejo del desarrollo personal
y social y, por tanto, supone un reto para el sistema educativo y un indicador de su calidad. Además, en aquellas teorías que
consideran el aprendizaje como un proceso activo, auto-construido e intencional
del propio alumno (Kirk & MacPhail, 2002), la autonomía
personal adquiere un relevante valor para un aprendizaje óptimo. En
consecuencia, es necesario que el profesorado lleve a cabo estrategias y
comportamientos instructivos que apoyen el
desarrollo de la autonomía.
En la
enseñanza, como señalan Black & Deci (2000), el apoyo a la autonomía hace
referencia a la idea de un individuo que, en una posición de autoridad, adopta
la perspectiva de otro, reconoce sus sentimientos, le proporciona información adecuada,
y oportunidades de elección, minimizando el uso de presiones y exigencias. En
ese sentido, el apoyo a la autonomía plantea interrogantes sobre los estilos de
enseñanza y sobre las situaciones en las que ese apoyo puede ser observado.
Para
responder a esos interrogantes, los investigadores han analizado el apoyo a la
autonomía del alumnado desde la perspectiva de la confrontación de estilos de
enseñanza (controlling versus autonomy supportive), (Black & Deci, 2000;
Reeve, Bolt, & Cai, 1999; Reeve & Jang, 2006). Como
síntesis de los hallazgos sobre los beneficios del apoyo a la autonomía podemos
señalar, entre otros, la influencia positiva en el
incremento de la autorregulación autónoma del alumno, en su competencia percibida, en el interés/disfrute en la clase, en un mayor
rendimiento académico, en una mayor comprensión conceptual y en
la disminución de la ansiedad en el aprendizaje.
En Educación
Física (EF), la investigación ha puesto el centro de atención en dos aspectos: las
relaciones entre el apoyo a la autonomía y la motivación en las clases, y la relación
entre el apoyo a la autonomía y el fomento de un estilo de vida activo. La
investigación sobre la relación entre autonomía y motivación (Cox & Williams, 2008; Goudas,
Biddle, & Fox, 1994; Moreno-Murcia,
Zomeño, Marín de Oliveira, Ruiz, &
Cervelló, 2013; Standage, Duda, & Ntoumanis, 2005), ha confirmado
la importancia del apoyo a la autonomía del alumno para la motivación
intrínseca en las clases de EF, aun cuando sólo se trate de la percepción
positiva de ese apoyo (Cox & Williams, 2008), no siempre
coincidente con la realidad de los comportamientos del profesorado.
Así mismo, la investigación sobre la relación
entre el apoyo a la autonomía en EF y la adherencia a la actividad física,
señala la existencia de una correlación positiva entre la percepción de apoyo a
la autonomía y la práctica de actividad física en el tiempo libre (Chatzisarantis &
Hagger, 2009; Hagger, Chatzisarantis, Culverhouse, & Biddle, 2003; Lim
& Wang, 2009; Zhang, Solmon, &
Gu, 2012). Además, en las investigaciones desarrolladas con
proceso de intervención, los hallazgos indican que el alumnado que fue enseñado
por profesorado que apoyaba su autonomía, muestra una disposición
favorable y una participación más frecuente en actividades físicas, que el alumnado cuyos profesores no muestran
estilos de enseñanza favorables de apoyo a su autonomía (Chatzisarantis
& Hagger, 2009; Cheon, Reeve, & Moon, 2012; Reeve, Jang, Carrell, Jeon,
& Barsh, 2004).
En
consecuencia, el apoyo a la autonomía del alumnado se muestra como un hecho
relevante para dos objetivos fundamentales en EF: mejorar la motivación para
que el alumnado se implique más en su aprendizaje; y aumentar la adherencia a
la actividad física para lograr un estilo de vida activo y disfrutar de sus
beneficios para la salud física y psicosocial (Harris, Kuramoto, Schulzer, & Retallack, 2009).
Sin
embargo, a pesar de los hallazgos sobre la relación positiva entre el apoyo a
la autonomía y los citados objetivos, en nuestro contexto surgen interrogantes
sobre cómo es en realidad el comportamiento instructivo del profesorado, y
sobre qué posibilidades existen de modificar dicho comportamiento hacia un
enfoque de apoyo a la autonomía.
Respecto
al primer interrogante, algunos investigadores ofrecen reflexiones y
conclusiones sobre qué debemos observar en el comportamiento del profesorado
que apoya la autonomía del alumnado (Deci & Ryan, 1994,
Reeve et al. 1999; Reeve & Halusic, 2009; Stefanou, Perencevich, DiCintio, & Turner, 2004). Así, Reeve & Halusic (2009) recomendando para el
profesorado que desee fomentar la autonomía del alumnado: tener en cuenta la perspectiva del alumnado; mostrar paciencia para dar tiempo a aprender;
alimentar los recursos motivacionales internos eliminando los controles
externos tales como las presiones o recompensas; proporcionar fundamentos explicativos; utilizar un lenguaje flexible y no
coercitivo; y, reconocer y aceptar las expresiones de
crítica.
Con respecto al segundo interrogante, los estudios de
intervención han planteado la cuestión de si es posible que el profesorado
mejore el apoyo a la autonomía (Chatzisarantis & Hagger, 2009; Cheon et al.,
2012; Cheon & Reeve, 2013; Edmunds, Ntoumanis, & Duda, 2008; Reeve et al, 2004; Tessier, Sarrazin, &
Ntoumanis, 2010). Los hallazgos señalan
en la dirección de una respuesta afirmativa. Sin embargo,
como indican Tessier et al. (2010), el no haber evaluado los
comportamientos del profesorado
previamente al desarrollo de la investigación, limita los resultados
obtenidos, ya que la percepción que tiene un docente sobre lo que hace
no necesariamente se manifiesta durante la instrucción en el aula y, por tanto,
precisamos conocer el punto de partida de la realidad para contrastar los datos
finales.
En EF
existen algunos marcos teóricos que pueden ser útiles para el diseño de un plan
de intervención orientado a mejorar el apoyo a la autonomía. En general,
entendemos que el espectro de estilos de enseñanza en el que se plantea una progresión desde los estilos de
enseñanza centrados en el profesor hacia los estilos centrados en el alumno (Mosston & Ashworth,
1990), es un claro ejemplo de las posibilidades de intervención
del docente. En particular, y aunque específico de uno de los contenidos de EF,
encontramos en la enseñanza de los juegos deportivos, el enfoque conocido como Teaching Games for
Understanding (TGfU) (Bunker &
Thorpe, 1982; Díaz-Cueto,
Hernández-Álvarez, & Castejón, 2010; Griffin &
Butler, 2005)
que ha supuesto un cambio metodológico relevante respecto al papel que juega el
alumno en su aprendizaje. Diversos autores coinciden al señalar que el modelo
TGfU puede ser descrito
como un enfoque coherente con los principios constructivistas (Kirk &
MacPhail, 2002;
Rovegno & Dolly, 2006),
situando al alumno en un entorno de
enseñanza y aprendizaje donde el
pensamiento táctico, la comprensión de los principios del juego, la toma de decisiones y las situaciones de resolución de
problemas son relevantes,
constituyendo un proceso en el que el alumno dispone de un elevado grado de
autonomía.
Aun así, en España,
aunque se han llevado a cabo algunos estudios que se centran en el análisis del
discurso docente durante las clases de EF (p.e., López, 2012; Velázquez et al.,
2007; Velázquez & López, 2010), son prácticamente inexistentes las
investigaciones centradas en la autonomía del alumnado, tanto desde la
percepción que el alumnado y el profesorado tiene sobre los comportamientos
instructivos que apoyan dicha autonomía, como desde la realidad de su
observación en las clases. En ese contexto, tratando de mejorar el conocimiento
sobre los comportamientos instructivos de apoyo a la autonomía del alumnado, el
propósito del estudio quedó expresado en los siguientes objetivos:
a. Conocer
la percepción que tienen el alumnado sobre comportamientos instructivos de sus
profesores que pueden apoyar su autonomía.
b. Conocer
la percepción que tienen el profesorado sobre sus propios comportamientos
instructivos que suponen un apoyo a la autonomía del alumnado.
c. Identificar,
a través de la observación directa de las clases de educación física, la
presencia de comportamientos instructivos favorables al apoyo a la autonomía del
alumnado y relacionarlos con la percepción del alumnado y profesores.
2. MÉTODO
Participantes
En la primera parte del
estudio (objetivos a y b), participaron 173 docentes
de EF (111 hombres y 62 mujeres) y 2.201
estudiantes (1.056 chicos y 1.145 chicas), con edades comprendidas entre 12 y
17 años (14,3±1.5). La investigación se desarrolló en centros públicos y
privados de ocho Comunidades Autónomas. La experiencia docente del profesorado es: Menor de 5
años (20,2%), entre 5 y 10 años (28,3%); entre 11 y 15 años (22,0%) y más de 15
años (29,5%).
En la segunda parte del
estudio (objetivo c). Para observar las clases, se eligieron al azar 30 docentes
de entre los participantes en la primera parte del estudio (20 hombres y 10
mujeres), con una experiencia media de 11,4 años.
Instrumentos
de medida
Primera parte del estudio
Considerando las
aportaciones de diferentes autores (Reeve & Halusic, 2009; Cheon et al., 2012), se diseñaron y aplicaron
dos escalas para conocer la valoración que hace al alumnado y el profesorado de
la frecuencia con la que están presentes en el discurso del docente los comportamientos
instructivos favorables a la autonomía.
La escala para el alumnado contiene 10 ítems (Tabla 2). Su contenido fue
validado por un grupo de expertos en la enseñanza de EF (n=7), y fue reelaborada
tras la prueba inicial con alumnado (n=32). Posteriormente, la escala se aplicó
en una prueba piloto (n=94), mostrando un índice de fiabilidad de 0.86.
La escala para el docente
también contiene 10 ítems (Tabla 3), coincidentes en contenido con la escala
para el alumnado. El contenido de la escala fue validado por un grupo de expertos en
la enseñanza de EF (n=7), reelaborada tras prueba piloto (n=27), mostrando un
índice de fiabilidad de 0.81.
La frecuencia de los
comportamientos instructivos se valoró con una escala del cero al 10 (por
familiaridad con la valoración de los resultados académicos en nuestro país),
siendo cero puntos la mínima valoración y 10 puntos la máxima. Las categorías
de valoración se establecieron como se refleja en la Tabla 1.
Tabla 1. Categorías
de valoración de las escalas de percepción de comportamientos instructivos
favorables a la autonomía del alumnado
Nunca |
Frecuencia Baja |
Frecuencia Media-baja |
Frecuencia media |
Frecuencia media-alta |
Frecuencia alta |
Siempre |
||||
0 |
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
6 |
7 |
8 |
9 |
10 |
Segunda parte del estudio
Se grabaron en video tres
clases de EF (en algunos casos 4) de cada uno de los 30 docentes participantes,
disponiéndose de un banco de datos correspondiente a 102 clases.
Tomando
como referencia las orientaciones de Reeve & Halusic (2009), para analizar
la información procedente de la observación se establecieron cuatro categorías
y su correspondencia con los ítems de las escalas:
§ Categoría-1. Calidad de
comunicación y objetivos de las tareas. Incluye la calidad del mensaje, la
comunicación de los objetivos de las tareas de enseñanza, y la atención
selectiva hacia los aspectos de la tarea que el profesor considera más
relevantes (ítems 1, 2 y 10).
§ Categoría-2. Motivación.
Incluye aquellos comportamientos instructivos presentes en el discurso del docente
que hacen referencia a animar y felicitar
al alumno (ítems 4 y 6).
§ Categoría-3. Conocimiento
de la perspectiva del alumnado. Situaciones de la clase en las que se observa
que el docente muestra interés por conocer la percepción de los estudiantes sobre el desarrollo de las tareas, atendiendo a sus problemas
o necesidades de apoyo para su aprendizaje (ítems 3, 5 y 9).
§ Categoría-4. Comprensión
del aprendizaje. Interacciones pregunta-respuesta entre el profesor y el alumnado
buscando la comprensión de los aprendizajes y el conocimiento sobre lo que el
alumnado sabe de la tarea (ítems 7 y 8).
Tratamiento
de datos
Los datos de las escalas se
analizaron con el paquete estadístico SPSS-17.0 (SPSS Inc., Chicago, Illinois,
USA). Se obtuvieron descriptores básicos (media
y desviación típica), así como análisis de frecuencia. Se usaron t-test (variables
dicotómicas) y ANOVA (Post-Hoc Scheffé) para analizar las posibles diferencias
entre variables no dicotómicas.
Se transcribieron los
discursos del profesorado y se analizaron buscando evidencias de las cuatro
categorías diseñadas. En la Tabla 4, se expone la correspondencia entre los
ítems y los indicios del discurso del docente que orientaron la observación,
así como la doble perspectiva de análisis. La perspectiva cuantitativa en la
que se alude al porcentaje de docentes que presentaban un determinado
comportamiento instructivo favorable a la autonomía del alumnado; y la perspectiva
cualitativa relacionada con la naturaleza del contenido del discurso del docente,
ejemplificada con fragmentos de los discursos docentes obtenidos de las
transcripciones.
Aspectos éticos
De acuerdo con las
normas del Comité de Ética de la Investigación de la Universidad a la que
pertenece el grupo de investigación, se obtuvieron los permisos de los padres del
alumnado para su participación en ambas fases del estudio (consentimiento
informado). Asimismo, se obtuvieron los permisos de los equipos directivos de
los centros educativos y del profesorado participante.
3. RESULTADOS: ANÁLISIS Y DISCUSIÓN
La percepción
del alumnado
El alumnado valora que
9 de los 10 comportamientos instructivos se producen con una frecuencia
media-alta, superando los 6 puntos sobre 10 (Tabla 2). El ítem restante (nº 9)
presenta una frecuencia media. Ningún comportamiento instructivo del
profesorado recibe una valoración equivalente a una frecuencia alta, pero
tampoco a una frecuencia baja.
Tabla 2. Percepción
del alumnado sobre la frecuencia de los comportamientos instructivos de apoyo a
su autonomía (media, desviación típica y diferencias por género)
Comportamientos
instructivos del profesorado |
X(±SD) |
p |
1. Explica
tan claramente que entiendo todo lo que dice |
7,0 (2,2) |
0,009** |
2.
Resalta las cosas más importantes que tengo que aprender |
7,8 (2,3) |
0,018* |
3. Se
interesa por saber si entiendo sus explicaciones |
7,1 (2,6) |
0,650 |
4. Me
anima para que me esfuerce |
7,2 (2,8) |
0,151 |
5. Me
presta atención cuando lo necesito |
7,4 (2,5) |
0,375 |
6. Me
felicita cuando me esfuerzo |
6,5 (2,9) |
0,583 |
7. Me
hace pensar sobre lo que estoy haciendo y por qué debo hacerlo así |
6,3 (2,6) |
0,731 |
8. Consigue
que comprenda y corrija lo que estoy haciendo mal |
7,3 (2,5) |
0,114 |
9. Cuando
terminamos, nos reúne para comentar sobre lo que hemos trabajado |
5,8 (3,3) |
0,530 |
10.
Me transmite bien los
objetivos que tiene la clase de Educación Física |
7,4 (2,5) |
0,845 |
Nota. *p<0,05; **p<0,001
Sólo los dos primeros
ítems de la escala presentan diferencias significativas en función del género.
Ambos hacen referencia a aspectos claves de la comunicación: explicar con
claridad, en el que las chicas valoran menos a sus profesores (p<0,001); y
destacar los aspectos más importantes del aprendizaje, en el que las chicas valoran
más a sus profesores (p<0,05). En estudios previos como los de Lim &
Wang (2009) o los de Rutten, Boen, &
Seghers (2012) no se encontraron diferencias significativas en función del
género, siendo los resultados bastante similares en ambos grupos, aunque
ligeramente más altos en el grupo de las chicas. El análisis de ANOVA muestra
que no existen diferencias significativas por grupos de edad.
La
percepción del profesorado
El profesorado opina
que la mayoría de los comportamientos estudiados se encuentran en su discurso
docente con una frecuencia media-alta (4 de 10), o alta (3 de 10) (Tabla 3). El
resto de los comportamientos se presentan con una frecuencia media (2 de 10) o
media-baja (1 de 10).
Tabla 3.
Percepción del profesorado sobre la
frecuencia de comportamientos instructivos de apoyo a la autonomía del alumnado
(media, desviación típica y diferencias por género)
Comportamientos
instructivos del profesorado |
X(±SD) |
p |
1. Explico
tan claramente que entienden todo lo que digo |
5,9 (1.2) |
0,680 |
2. Resalto las cosas más
importantes que tienen que aprender |
7,7 (1.7) |
0,400 |
3. Me intereso por saber si
entienden mis explicaciones |
7,9 (1.8) |
0,158 |
4. Les
animo para que se esfuercen |
8,5 (1.7) |
0,716 |
5. Les
presto atención cuando lo necesitan |
8,0 (1.7) |
0,822 |
6. Felicito
a mis alumnos cuando se esfuerzan o les salen bien las cosas |
8,4 (1.8) |
0,699 |
7. Les
hago pensar sobre lo que están haciendo y por qué deben hacerlo así |
6,7 (1.8) |
0,280 |
8. Consigo
que comprendan y corrijan lo que están haciendo mal |
5,6 (1.7) |
0,229 |
9. Reúno al alumnado para
comentar sobre lo que hemos trabajado |
4,8 (2.2) |
0,405 |
10. Explico los objetivos
de la tarea |
6,5 (1.9) |
0,217 |
No existen diferencias significativas
en función del género. La etapa educativa (Primaria versus Secundaria) marca
una tendencia, con una mayor percepción de frecuencia de comportamientos
favorables a la autonomía entre el profesorado de Primaria, pero sólo se
producen diferencias significativas en uno de los 10 comportamientos (p<0,001,
para ítem 3).
Tampoco se aprecian
diferencias significativas en función de la experiencia docente (ANOVA, Post-Hoc Scheffé, sin significación),
aunque existe una tendencia a una mayor valoración de la frecuencia con la que
se presentan comportamientos instructivos que apoyan la autonomía (en 5 de los
10) en el grupo con mayor experiencia (más de 20 años de docencia).
La
percepción del alumnado versus la percepción del profesorado
En 5 de los 10 ítems,
el alumnado valora la frecuencia de los comportamientos instructivos más
positivamente que los propios profesores, estableciéndose diferencias
significativas en el 1, 8 y 9 (p<0,01). Los tres ítems hacen referencia a aspectos
de comunicación docente. Por el contrario, en 5 de los 10 ítems el profesorado
ofrece una percepción de sus comportamientos instructivos que no recibe el
respaldo de la opinión del alumnado, con diferencias significativas en el 3
(p<0,05) y en el 4 y 6 (p<0,01). Dos de estos tres ítems (el 4 y el 6) hacen referencia a aspectos emocionales.
Observación
de la realidad y contraste con la percepción
La segunda parte del
estudio tuvo por objeto observar la realidad de los comportamientos
instructivos del profesorado en las clases de EF, y analizar la coherencia entre la percepción y la realidad. Con ese fin, se
seleccionaron indicios a observar para cada uno de los ítems de las escalas de
percepción (Tabla 4).
Tabla 4.
Aspectos a observar y
naturaleza de los datos
Comportamientos
instructivos del profesorado |
Observación |
1. Explico tan claramente que entienden todo lo que
digo |
Estructura del mensaje. Tono de voz.
Terminología comprensible |
2. Resalto las cosas más
importantes que tienen que aprender |
Provoca atención selectiva sobre
aspectos importantes de la tarea |
3. Me intereso por saber si
entienden mis explicaciones |
Preguntas directas sobre lo
explicado o bien sobre si lo han comprendido |
4. Les
animo para que se esfuercen |
Comentarios empuje: ¡Vamos!
¡Adelante! ¡Lo vas a conseguir! |
5. Les
presto atención cuando lo necesitan |
Interés por problemas del
alumnado. Apoyo del profesor ante la
demanda de apoyo del alumnado para mejorar el aprendizaje de la tarea. Apoyo del profesor cuando observa
que están realizando mal la tarea y pueden desmotivarse. |
6. Felicito
a mis alumnos cuando se esfuerzan o les salen bien las cosas |
Comentarios de
valoración/aprobación: ¡Muy bien! ¡Enhorabuena! ¡Felicidades por el trabajo! |
7. Les
hago pensar sobre lo que están haciendo y por qué deben hacerlo así |
Preguntas sobre lo que están
haciendo (¿por qué tienes las piernas en extensión? ¿Crees que es lo
mejor?... ¿Por qué has decidido pasar y no lanzar?) |
8. Consigo
que comprendan y corrijan lo que están haciendo mal |
Apoyo y orientación del profesor en las
posibilidades de comprensión de los estudiantes a través de sucesivos
intercambios de preguntas y respuestas con la intención de profundizar en los
aprendizajes. |
9. Reúno al alumnado para
comentar sobre lo que hemos trabajado |
Reúne al alumnado para reforzar
aspectos del aprendizaje y/o conocer su opinión. |
10. Explico los objetivos
de la tarea |
Comenta el valor de la tarea para
los objetivos de enseñanza-aprendizaje. |
La observación de las
clases permitió comprobar la frecuencia en el discurso de los comportamientos
instructivos favorecedores de la autonomía en el alumnado, y el porcentaje de
docentes que presentan dichos comportamientos (Tabla 5). Las intervenciones
docentes favorables al apoyo a la autonomía constituyen el 30,6% del total.
Tabla 5.
Profesores que muestran comportamientos
instructivos favorables a la autonomía del alumnado y frecuencia relativa (%)
|
Comportamiento
instructivo |
Profesores que
presentan el comportamiento instructivo |
Frecuencia relativa
sobre el total de las intervenciones |
Calidad comunicación y finalidad |
|
|
|
|
1. Explico con un lenguaje claro y preciso |
s/c |
s/c |
2. Destaco los
aspectos más relevantes para una correcta realización de la tarea |
56,7 |
2,8 |
|
10. Hago referencia a
los objetivos de las tareas de enseñanza |
46,7 |
5,3 |
|
Motivación |
|
|
|
|
4. Motivo al alumno para
que se esfuercen en el aprendizaje |
73,3 |
8,2 |
6. Felicito a los
alumnos por su esfuerzo |
43,3 |
4,1 |
|
Conocer perspectiva alumno |
|
|
|
|
3. Me intereso por
saber si los alumnos han comprendido sus explicaciones |
56,7 |
6,2 |
5. Les presto atención cuando lo necesitan |
s/c |
s/c |
|
9. Reúno a los alumnos
para dialogar sobre lo sucedido en la realización de la tarea |
33,3 |
1,8 |
|
Aprendizaje comprensivo |
|
|
|
|
7. Fomento que los
alumnos piensen sobre lo que están haciendo |
40,0 |
2,2 |
8. Consigo que comprendan y corrijan lo que están haciendo
mal |
s/c |
s/c |
|
Total…
|
30,6 |
Nota. s/c:= sin cuantificar
Asimismo, el análisis del discurso del profesorado permitió
identificar la naturaleza de los comportamientos instructivos potencialmente
favorables al desarrollo de la autonomía. En este sentido, tomando como fuente
la transcripción literal del discurso y la imagen de las clases grabadas, el
análisis realizado arroja los resultados siguientes:
Categoría
1. Calidad de comunicación y finalidad de las tareas
Esta categoría alude a
tres centros de atención: a) calidad del discurso (claridad y precisión en la
explicación de la tarea); b) información sobre los objetivos de las tareas; y
c) aspectos más importantes en los que debe centrar la atención el alumno para
una correcta realización de las tareas (atención selectiva).
Con respecto a la
calidad del discurso, la observación muestra que un número elevado de docentes
(36,7%) construye con frecuencia mensajes poco estructurados y confusos. En numerosas
ocasiones, las deficiencias del mensaje se relacionan con la falta de
concentración del docente originada por conductas disruptivas del alumnado. Como
señalan Haerens et al. (2013), estas
situaciones pueden ser diferentes en los distintos momentos de la sesión y en
función del contexto. El inicio de la clase es más fácil, al tener al alumnado
reunido y dispuesto a escuchar, mientras que durante el desarrollo de las
actividades la labor del docente se hace más compleja, ya que deben gestionar aspectos
como el comportamiento del alumnado o la seguridad en un ambiente ruidoso.
El
profesorado parece ser consciente de sus limitaciones. Su valoración sobre la
propia capacidad para explicar la tarea con claridad es de 5,9 puntos (sobre
10), y el análisis de la observación de la clase muestra la coherencia entre
percepción y realidad. No obstante, la existencia del mensaje no verbal
(gestos, demostraciones,…) facilita la comprensión del alumnado. En ocasiones
el profesorado a
la vez que describe, va ejemplificando las distintas acciones que el alumno debe
realizar. Tal vez este sea el motivo por el que el alumnado valora con 7,0/10
la frecuencia con la que el profesorado explica con claridad y se hacen
entender, muy por encima del 5,9 de autovaloración del profesorado. Pero, esta
forma de comunicación no verbal, relevante en EF, se vincula estrechamente con
la imitación de los gestos y movimientos del docente, limitando la autonomía del
alumnado al alejarse del discurso flexible y abierto a nuevas soluciones (Reeve
& Halusic, 2009).
Respecto a la
información sobre los objetivos de las tareas, los resultados muestran que el
profesorado no lo hace con la frecuencia que sería deseable para favorecer la
comprensión y la autonomía del alumnado. Este comportamiento instructivo es
auto-valorado por el profesorado con una frecuencia media-alta (6,5/10), pero,
como también sucede en otros estudios (López, 2012; Velázquez et al., 2007;
Velázquez & López, 2010), en la realidad se encuentra poco presente en su
discurso. De hecho, sólo un 46,7% (Tabla 5) informa
de los objetivos de las tareas de enseñanza.
El tercer aspecto de
esta categoría se centró en conocer si el profesorado destaca los aspectos más
importantes en los que el alumnado debe centrar la atención para una correcta
realización de las tareas. Un buen ejemplo es el siguiente:
Atención, debéis
concentraros en el movimiento de las piernas y en la dirección de los pies…
¿cómo deben estar las piernas?... [Ante la respuesta de algunos alumnos] eso
es, bien…! Deben estar flexionadas… el centro de gravedad del cuerpo bajo… ¿y
los pies?... [En este caso no espera respuesta] orientados hacia donde quiero
enviar el balón… ¡Vamos a la tarea!... (Profesor 14)
En otras ocasiones, el
docente destaca aspectos relevantes para la correcta realización de la tarea advirtiendo
de aquellos errores que, por su experiencia, suele cometer el alumnado. En todo
caso, existe un 56,7% del profesorado que realiza en alguna ocasión comentarios
para destacar aspectos relevantes de la tarea, aunque sólo presentan una
frecuencia relativa del 2,8% del total de las intervenciones docentes, valores
inferiores a los obtenidos por Velázquez & López (2010).
Categoría 2. Discurso
docente orientado a la motivación de los estudiantes
Los aspectos que se han valorado en esta categoría están
relacionados con si animan y felicitan los profesores a sus alumnos. La observación muestra
que se trata de expresiones que se producen en mayor porcentaje que otro tipo
de mensajes docentes (Tabla 5), aunque probablemente no sean suficientes.
Además, se observa que un elevado número de profesores (43,3%) trata de motivar
con mensajes que reflejan presiones y/o superación de los otros, alejándose de
la recomendación de proporcionar mensajes de motivación intrínseca más
favorables al desarrollo de la autonomía (Cox & Williams,
2008; Deci & Ryan, 1994, 2002; Pihu, Hein, Koka,
& Hagger, 2008). Así sucede cuando, por ejemplo, se presiona con un examen
“Trabajar esto [ejercicio de
multi-saltos cruzando el gimnasio] porque el próximo día hago examen” (Profesor 22).
Esta forma de motivar y animar a los estudiantes hacia el esfuerzo
resulta, en ocasiones, rápida y efectiva a corto plazo. No obstante, el apoyo a
la autonomía debe construirse sobre la motivación intrínseca del alumnado
(Reeve & Halusic, 2009; Reeve
& Jang, 2006; Rutten
et al., 2012), siendo necesario complementar estos
comportamientos propiciados desde una motivación basada en ganar al otro, o ser
mejor que…, con discursos y actividades que apoyen las propias expectativas del
alumnado para lograr que le aporte un sentido y significado personal.
En cualquier caso, se observa con frecuencia feedback de ánimo (“Bien”, “Muy bien”, “Venga, así”), que
transmiten un apoyo a lo que el alumnado está haciendo en ese momento, al igual
que ocurre en otros estudios (Díaz-Cueto
& Aguado-Gómez, 2012; López, 2012; Velázquez et al., 2007). De hecho, el porcentaje de docentes que emite
mensajes de ánimo supera el 70% (Tabla 5), siendo en ese sentido coherente con
el hecho de que el profesorado piense que las expresiones de ánimo y de
felicitación están muy frecuentemente en su discurso (Tabla 3), aunque el
alumnado las perciba con una menor frecuencia (Tabla 2), al igual que en López
(2012).
Las intervenciones docentes para felicitar al alumnado,
cuando se esfuerza durante las clases, se suelen realizar tanto a modo
individual como en grupo. El profesorado utiliza frases breves y,
frecuentemente no señala los motivos de la felicitación “Venga chicos que tenemos que avanzar más, eh, atended
todos lo habéis hecho… todos lo habéis hecho bastante bien” (Profesor 17)
Aunque existe un 73,3% de docentes que anima al alumnado, sólo
en el 43,3% se ha podido observar mensajes de felicitación a sus alumnos por la
realización de las tareas de enseñanza, aunque con una frecuencia relativa alta
frente a otros tipos de intervención (4,1%), lo que indica que aquellos
profesores o profesoras que felicitan lo hacen con bastante frecuencia durante
sus clases.
Categoría 3. Interés
por conocer la percepción de los estudiantes
Tratar de conocer la
perspectiva del alumnado es una de las características básicas del apoyo a la
autonomía (Reeve & Jang, 2006; Reeve & Halusic, 2009). Por ese motivo, el análisis se ha centrado: a) en el
interés del profesorado por saber si entienden sus explicaciones, b) en
expresiones de los docentes que atienden a los estudiantes cuando éstos los
necesitan; y c) en los momentos que el profesorado reúne al alumnado para
analizar con ellos el desarrollo de la clase.
Tanto el
alumnado como el profesorado tienen la percepción de que el interés del docente
por saber si sus explicaciones han sido entendidas ocurre con una frecuencia
media-alta, aunque con una diferencia significativa a favor del profesorado. No
obstante, la observación y el análisis de las transcripciones de los discursos
docentes revelan que esa frecuencia no es tan alta, contrastando con los
resultados obtenidos por Haerens et al. (2013) que si que muestran una relación
entre lo observado durante las clases de educación física y la percepción que
tenía el alumnado al respecto.
En el caso de nuestro
estudio sólo un 56,7%
del profesorado muestra interés por conocer si el alumnado ha comprendido su
mensaje, por medio de preguntas a todo el grupo o personalizadas en algún alumno
“… Bueno, ¿me habéis comprendido?...
Ana, Pedro,… ¿se ha entendido la explicación?”
(Profesor 29)
La
frecuencia relativa de este comportamiento instructivo en el discurso del
profesorado (6,2%) indica que los que muestran este comportamiento lo hacen con
bastante frecuencia, al igual que ocurre en otras investigaciones (López, 2012; Velázquez et al., 2007; Velázquez
& López, 2010). Entre el resto del profesorado, son
numerosos los casos en los que deben parar la realización de la tarea para
volver a explicar algún aspecto técnico o de organización del grupo para
llevarla a cabo.
Con respecto al segundo aspecto (prestarles atención cuando
la necesitan), en la observación se ha comprobado que esa atención tiene dos comportamientos:
a) mostrar interés por los problemas del alumnado; b) atender sus necesidades
para poder progresar en el aprendizaje, orientando y guiando el proceso
personal de cada uno.
En este sentido, se observa con frecuencia entre el
profesorado tanto el interés por los problemas personales del alumnado como la
atención a sus necesidades para poder progresar en el aprendizaje.
En el primer caso los docentes están especialmente
preocupados por aspectos relacionados con la salud.
Un ejemplo de atender las necesidades de aprendizaje, podría
ser el siguiente, en el que el docente observa a un grupo que parecen enfadados
y desmotivados y se dirige a ellos:
¿Qué sucede? ¿Hay algún problema? [El alumnado responden que
no se sienten capaces de realizar la tarea]… Bueno, vamos a ver,… decidme con
tranquilidad cuál es el problema… ¿qué es lo que creéis que tenéis que hacer y
por qué pensáis que no sois capaces de hacer bien la tarea?... (Profesor 25)
Existe coherencia entre lo observado y la percepción del
alumnado y del profesorado. Como se expone en las Tablas 2 y 3, el alumnado
declaró que el profesorado le presta atención con una frecuencia medio-alta,
frente a la opinión del profesorado que declara una frecuencia alta,
coincidiendo con otros estudios (López, 2012; Velázquez et al., 2007; Velázquez
& López, 2010). Pero estos datos, no pueden ocultar
que algunos docentes muestran comportamientos de indiferencia durante la clase,
y que parecen no darse cuenta del apoyo que necesitan algunos estudiantes para
realizar la tarea.
La observación del último aspecto relacionado con si el profesor
reúne a los alumnos
para dialogar sobre lo sucedido en la realización de las tareas, ha permitido comprobar que la valoración del
alumnado (frecuencia media) y del profesorado (frecuencia media-baja) responde
a una realidad, ya que sólo uno de cada tres docentes suele reunir al alumnado
al final de la clase, y sólo ocupa el 1,8% de las intervenciones docentes
(Tabla 5), coincidiendo con los resultados de otros estudios (López, 2012; Velázquez
et al., 2007; Velázquez & López, 2010).
Categoría
4. Aprendizaje comprensivo
El diálogo y la estrategia de preguntas y respuestas
constituyen elementos centrales de un proceso orientado a que el alumnado
mejore la comprensión de los aprendizajes y desarrolle su capacidad de pensar
sobre la acción. En efecto, los interrogantes como forma de diálogo
profesor-alumno son una estrategia inherente al proceso comprensivo y su
inclusión en el discurso docente favorece la reflexión y las respuestas
inteligentes a problemas motores, así como el pensamiento crítico (Gubacs-Collins, 2007; Velázquez et al., 2007).
No obstante, como señala López (2012), aunque existe un
número elevado de docentes que realizan preguntas, la frecuencia con la que lo
hacen es muy baja. Tal vez porque, como se observó en otros estudios, la
estrategia de preguntas es difícil de llevar a la práctica y, en ocasiones, el
profesor no muestra la paciencia necesaria para que se produzca la respuesta
del alumno (Díaz-Cueto
et al., 2010; Reeve & Halusic, 2009).
En efecto, en
nuestro estudio se confirman las dudas sobre la capacidad del profesorado para
elaborar buenas preguntas y esperar la respuesta del alumnado. De hecho, sólo
un 40% del profesorado realiza preguntas para hacer pensar al alumnado sobre lo
que está haciendo. Además, en ocasiones,
cuando el profesorado hace preguntas no mantienen la paciencia necesaria para
observar su efecto en el alumno. En el siguiente ejemplo, durante una clase de
Rugby, todo parece indicar que los interrogantes contribuyen a conformar un
escenario de aprendizaje que favorece la implicación cognitiva de los
estudiantes:
¿Cuándo utilizamos esta patada? Cuando estamos ¿en qué zona
del campo? Vale, muy bien, detrás de la línea del 22 que decíamos y cerca de
nuestra zona de ensayo. De acuerdo, y sobre todo ¿Cuándo… dónde están nuestros
compañeros? Delante de nosotros, ¿Por qué? Porque si no hay nadie detrás no
podemos pasarle a nadie que esté detrás y delante no podemos pasar… (Profesor 17)
Sin embargo, las apariencias pueden engañar. El profesor
dialoga consigo mismo, ha construido un mensaje con preguntas y respuestas pero
no ofrece la posibilidad de que el alumnado responda. La actitud del alumnado
ha sido de escucha y, tal vez, se haya producido en ellos una disonancia
cognitiva, pero como señalan Reeve & Halusic (2009), el profesor no tiene la
paciencia necesaria para esperar las respuestas y, por tanto, no podrá
comprobar la comprensión y el conocimiento que el alumno tiene de la tarea.
No obstante, la existencia de esos interrogantes en el
discurso docente puede ser lo que lleva al alumnado y al profesorado a afirmar
que este tipo de comportamiento instructivo se da con una frecuencia
media-alta, en contraposición con lo observado en la realidad.
El segundo aspecto de
esta categoría trata de valorar si consigue el profesor que comprendan y
corrijan lo que están haciendo mal en la tarea. Este es el ítem en el que más
diferencia se produce en las respuestas a las escalas de percepción. Mientras
el profesorado cree que el comportamiento descrito en el ítem se produce simplemente
con una frecuencia media (5,6/10), que expresa la falta de confianza en que el
alumnado pueda mejorar su aprendizaje, el alumnado lo percibe como de
frecuencia media-alta (7,3/10), creyendo en su capacidad de comprensión y en
que han podido corregir sus errores.
En el siguiente
ejemplo, la profesora a través de un breve diálogo con los estudiantes,
detecta, y consigue que el alumnado sea consciente de dónde está el problema y
cuáles pueden ser las posibles soluciones:
- Profesor: Decidme cosas
que no han salido muy bien con el paracaídas
- Alumno: El iglú grande
no nos ha salido.
- Profesor: ¿Por qué
crees que no nos ha salido? (Profesor 11)
Como señalan Reeve
& Halusic (2009), este inicio del diálogo, en un estilo de enseñanza de descubrimiento
guiado (Mosston & Ashworth, 1990), representa una situación de aprendizaje
que favorece la búsqueda de soluciones por parte del alumnado, la reflexión
sobre sus propias decisiones y la confianza en las propias competencias.
4.
CONCLUSIONES
El desarrollo de la
autonomía del alumnado requiere que el profesorado lleve a cabo, con
frecuencia, comportamientos instructivos favorables a ese desarrollo. En este
sentido, es preocupante la percepción que tanto el alumnado como el profesorado
tiene de la existencia de estos comportamientos, existiendo diferencias entre
ellos y entre su percepción y la realidad. Las diferencias de percepción no definen
una tendencia favorable o desfavorable en función de quiénes manifiestan su
opinión. En cinco de los 10 ítems, el alumnado valora más la frecuencia de los
comportamientos instructivos que apoyan la autonomía que los propios
profesores, mientras que sucede lo contrario en los otros cinco ítems.
La observación de las
clases muestra situaciones muy diversas. Como resultado negativo destacable
cabe señalar que más de la mitad del profesorado ignora en su intervención la
mayoría de comportamientos de apoyo a la autonomía observados. Por el
contrario, como resultado positivo, tres de cada cuatro profesores mantienen un
discurso motivador, animando con frecuencia a sus alumnos, aunque son menos de
la mitad los que les felicitan cuando se esfuerzan para realizar bien la tarea.
La utilización de la
estrategia preguntas-respuestas, para favorecer la comprensión y la autonomía
(aprender a aprender), es escasa e inadecuada. Esta estrategia está muy bien
conducida por algunos, pero es reducido el número de docentes (cuatro de cada
10) que ponen al alumnado en la situación de pensar y de dar una respuesta a su
pregunta. En algunos casos, existen docentes que realizan buenas preguntas
sobre la tarea, pero no muestran la paciencia necesaria para esperar una
respuesta y ellos mismos las responden. Este tipo de comportamiento tiene dos
efectos negativos. El primero es que el alumnado se habitúa a esperar que el docente
facilite la respuesta y, por tanto, no necesita pensar en ella. El segundo
efecto negativo es que el docente no recibe información sobre lo que el
alumnado ha comprendido y sabe.
La calidad del discurso
del docente es algo que no podemos cuantificar, pero la observación y la
transcripción del discurso permiten afirmar que es necesario mejorar
significativamente la estructura, claridad y precisión de los mensajes. El
apoyo que el profesorado de EF tiene en el lenguaje no verbal (gestos,
demostraciones,…) ocasiona que no sean muy cuidadosos en la calidad del
lenguaje verbal. Cuatro de cada diez docentes descuidan en exceso la
construcción del mensaje, y parecen ser conscientes de ello porque tienen una
baja autovaloración de la frecuencia con la que se expresan con claridad.
En síntesis, cabe afirmar que la frecuencia
con la que los comportamientos instructivos de apoyo a la autonomía se
encuentran en la intervención de enseñanza (realidad), es significativamente menor
que la percibida por el alumnado y por el propio profesorado (percepción). La
realidad de las clases observadas muestra un perfil de docente con un gran
margen de mejora en determinados comportamientos, especialmente en aquellos que
hacen referencia a la calidad de la comunicación; a compartir con el alumnado
los objetivos de las tareas; a fomentar el pensamiento del alumnado por medio
de preguntas adecuadas y el tiempo para esperar respuestas; a proponer
situaciones en las que el alumnado pueda expresar su opinión sobre las tareas
realizadas; y a motivar felicitando por el esfuerzo y el trabajo bien
realizado. Sin duda, este estudio constituye un punto de partida para conocer
la percepción y la realidad, y, en ambos ámbitos, desarrollar programas
formativos para que el profesorado mejore el apoyo a la autonomía de sus
alumnos y alumnas.
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte - vol. 16 - número 62 - ISSN: 1577-0354