Ramos, P.; Jiménez-Iglesias, A.; Rivera, F. y Moreno, C.
(2016) Evolución de la práctica de la actividad
física en los adolescentes españoles / Physical Activity Trends in Spanish
Adolescents. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad
Física y el Deporte vol. 16 (62) pp.335-353 Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista62/artevolucion692.htm
DOI: http://dx.doi.org/10.15366/rimcafd2016.62.010
ORIGINAL
EVOLUCIÓN DE LA PRÁCTICA DE LA ACTIVIDAD FÍSICA EN LOS
ADOLESCENTES ESPAÑOLES
PHYSICAL ACTIVITY TRENDS IN SPANISH
ADOLESCENTS
Ramos, P.1;
Jiménez-Iglesias, A.2; Rivera, F.3 y Moreno, C.4
1 Profesora Contratada Doctora.
Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, Universidad de Sevilla.
España. pilarramos@us.es
2 Personal Docente e
Investigador. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación,
Universidad de Sevilla. España. amjimigl@us.es
3 Profesor Asociado.
Departamento de Psicología, Universidad de Huelva. España.
francisco.rivera@dpsi.uhu.es
4 Catedrática de
Universidad. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación,
Universidad de Sevilla. España. mcmoreno@us.es
AGRADECIMIENTOS: Esta investigación ha
sido realizada gracias a los sucesivos convenios de colaboración firmados entre
el Ministerio de Sanidad y Consumo y la Universidad de Sevilla para la
ejecución del estudio HBSC (Health
Behaviour in School-aged Children) en España.
Código UNESCO / UNESCO
code: 6102 Psicología del niño y del adolescente / Adolescent and child
psychology
Clasificación Consejo
de Europa / Council of Europe classification 15 Psicología del deporte / Sport
Psychology
Recibido 20 de febrero de 2013 Received
Frebruary 20, 2013
Aceptado 14 de junio de 2013 Accepted
June 14, 2013
RESUMEN
Este estudio se propone
conocer la evolución de la práctica de actividad física moderada-vigorosa y
examinar si la tendencia se mantiene en función de factores sociodemográficos,
como el sexo y la edad, así como de factores socioeconómicos y su influencia
según la comunidad autónoma. La muestra está compuesta de adolescentes españoles
de 11 a 18 años de las ediciones 2002 y 2006 del estudio Health Behaviour in School-aged
Children (HBSC). Los principales resultados muestran que, a pesar de un cierto aumento en el
nivel de actividad física en los cuatro años
que distan entre ambas ediciones (especialmente en los adolescentes más
pequeños), estos niveles se encuentran todavía lejos de las recomendaciones.
Asimismo, los datos señalan como necesidades más urgentes promover un estilo de
vida activo en los adolescentes de 13 años en adelante (especialmente en las chicas)
y en los adolescentes de niveles socioeconómicos más bajos de determinadas
comunidades autónomas.
PALABRAS CLAVE: actividad física moderada-vigorosa, adolescencia, sexo,
edad, capacidad adquisitiva familiar,
comunidad autónoma.
ABSTRACT
This study tries to find out the tendency of
moderate-to-vigorous physical activity and to assess whether the trends are
maintained with regard to socio-demographic factors such as sex and age, and
also socio-economic factors and how they vary depending on the region. The
sample comprises Spanish adolescents aged between 11 and 18 years, from the
2002 and 2006 surveys of the Health Behaviour in School-aged Children (HBSC)
study. The main results reveal that, despite a certain increase in physical
activity level in the four years span between both surveys (particularly in
younger adolescents), these levels are still a long way from the
recommendations. Likewise, data highlight, as immediate needs, the promotion of
an active lifestyle among adolescents from 13 years onwards (particularly among
the girls) and also among adolescents of lower socio-economic status in some
regions.
KEY WORDS:
moderate-to-vigorous physical activity, adolescence, sex, age, Family Affluence
Scale, region.
INTRODUCCIÓN
En la actualidad está generalmente aceptado el papel central que tiene
la actividad física en la prevención de muchas enfermedades, generando
beneficios físicos, psicológicos y sociales, por lo que se trata de un elemento
clave en un estilo de vida saludable. La adolescencia es una etapa importante
en la formación del estilo de vida saludable y, en concreto, del hábito de
hacer ejercicio físico, ya que en este periodo evolutivo se aprenden
comportamientos que tienen grandes repercusiones para la salud de las personas,
tanto a corto como a largo plazo, y que serán difíciles de modificar en la vida
adulta (Crockett y Petersen, 1993; Elliot, 1993; Heaven, 1996).
Como es bien sabido, la infancia es un periodo
donde se realiza abundante ejercicio físico, ya que siguiendo una tendencia
biológica natural, los juegos durante esta etapa implican más movimiento y
actividad, mientras que durante la adolescencia las opciones recreativas se
tornan cada vez más sedentarias. A la preocupación por la inactividad física durante
la adolescencia se suma el vertiginoso aumento de las nuevas tecnologías de
ocio (ordenadores, televisión, videoconsolas…), que podrían limitar el tiempo
que los jóvenes dedican a otro tipo de actividades (como es el ejercicio
físico). En este sentido, son muchas las investigaciones que demuestran la
relación de estos hábitos de vida con el aumento del sobrepeso y de la obesidad
de la población, especialmente infanto-juvenil (Hickman, Roberts y Gaspar de
Matos, 2000; Roberts, Tynjälä y Komkov, 2004; Vicente-Rodríguez
et al., 2008).
De hecho, aunque las enfermedades crónicas asociadas con la
inactividad física raramente se manifiestan antes de la adultez media, en la
etapa adolescente ya se encuentran algunas relaciones de dicha inactividad con
el sobrepeso y la obesidad, la salud músculo-esquelética y la salud mental
(e.g., Strong et al., 2005).
Además, está constatado que bajos
niveles de actividad en las primeras décadas de la vida están asociados con más
factores de riesgo fisiológico en la adultez (U.S. Department of Health and
Human Services, 1996). Asimismo, la importancia de evitar la inactividad física
durante la adolescencia aún toma más sentido cuando se demuestra que dicha
inactividad se prorroga en la adultez, ya que un nivel de actividad física
limitado en la juventud predispone a desarrollar estilos de vida sedentarios a
lo largo de la vida (Tammelin, Näyhä, Laitinen, Rintamäki y Järvelin, 2003; Larouche, Laurencelle, Shephard
y Trudeau, 2012).
Cuando se analizan los resultados a lo
largo del tiempo, algunos estudios han puesto de manifiesto un progresivo y
alarmante deterioro en la capacidad aeróbica de los adolescentes respecto a lo
que ocurría en décadas anteriores (Suris, Michaud, Chossis y Jeannin, 2006;
Tomkinson, Olds y Gulbin, 2003; Westerstahl, Barnekow-Bergkvist, Hedberg y
Jansson, 2003). Existen varias hipótesis para explicar estos resultados, siendo
las más citadas el incremento del sedentarismo en las sociedades
industrializadas (Garland et al., 2011; Tomkinson et al., 2003) y, por otra
parte, la falta de tiempo para dedicar a la práctica deportiva, ya sea por la
presión del éxito en la actividad escolar y futuro profesional o bien por la
gran cantidad de actividades sociales o individuales que hoy día compiten con
el tiempo y la energía que los jóvenes pueden dedicar a la práctica deportiva
(Suris et al., 2006). Ahora bien, no todas las investigaciones coinciden en
esta evolución, concretamente un estudio realizado con adolescentes entre 11 y
15 años de siete países europeos demuestra, en general, una estabilidad o
pequeño incremento de la actividad física vigorosa desde mitad de la década de
los 80 del siglo XX hasta comienzo del siglo XXI (Samdal et al., 2006).
Por otro lado, multitud de estudios confirman
el mayor nivel de actividad física en los chicos adolescentes en comparación
con las chicas (e.g., Borraccino et al., 2009). Concretamente, en el caso de
los adolescentes españoles, Ortega et al. (2005) demuestran con una muestra de
jóvenes entre 13 y 18 años que, a excepción del test de flexibilidad, los
chicos varones tienen una mejor forma física que las chicas. Cuando las
diferencias entre chicos y chicas en el nivel de actividad física se evalúan
utilizando otras medidas objetivas, como el Computer
Science and Applications Inc. (CSA) 7164 activity monitor, las diferencias
se corroboran, de manera que siguen siendo los chicos los que presentan mayor
nivel de actividad física (Trost et al., 2002). Así mismo, en relación con la
evolución del nivel de actividad física con la edad, también se encuentra una
alta coincidencia en los resultados de diferentes investigaciones, que apuntan
a una clara disminución de dicha actividad a medida que los adolescentes se van
haciendo mayores (Olds et al., 2009), especialmente en el caso de las chicas
(Ramos, Rivera, Moreno y Jiménez-Iglesias, 2012).
Sin embargo, a diferencia de las anteriores
variables sociodemográficas, las variaciones en el nivel de actividad física de
los adolescentes en función de su nivel socioeconómico no han sido estudiadas
con tanta profundidad. En este sentido, algunos estudios muestran una
correlación positiva entre ambas variables en esta etapa evolutiva (Borraccino
et al., 2009; Sallis, Zakarian, Hovell y Hofstetter, 1996; Walters, Barr-Anderson, Wall y
Neumark-Sztainer,
2009). Ahora bien, es importante corroborar dicha relación con muestras
realmente representativas de la población adolescente en España. Aún más,
teniendo en cuenta la transferencia de políticas que existe en España sobre las
comunidades autónomas, sería relevante conocer si dicha relación entre nivel
socioeconómico y actividad física se mantiene en todas las comunidades
autónomas de España.
Por tanto, la alarma social que anuncia
la tendencia decreciente de los niveles de actividad física en la última década
necesita ser contrastada con datos válidos de la población a tratar. En este
sentido, este estudio tiene el objetivo de mostrar con datos realmente
representativos de la población adolescente española la evolución de la
práctica de actividad física entre las ediciones 2002 y 2006 del estudio.
Además, este estudio plantea un segundo objetivo, con el que se tratará de
conocer cómo han evolucionado las diferencias sociodemográficas (teniendo en
cuenta el sexo y la edad de los adolescentes) y socioeconómicas en la práctica
de actividad física, así como comprobar si existen desigualdades entre
comunidades autónomas en este hábito de salud tan importante en la
adolescencia. Asimismo, teniendo en cuenta la importancia de las políticas
autonómicas en el desarrollo de desigualdades socioeconómicas en salud, este
artículo se plantea conocer la influencia que ejerce la comunidad autónoma en
la relación entre actividad física y capacidad adquisitiva familiar. En
definitiva, con esta información se podrá conocer con más detalle la dimensión
del problema y estimar adecuadamente los recursos para elaborar las
intervenciones que fueran necesarias.
MÉTODO
Muestra
Los adolescentes analizados en este
trabajo pertenecen a la muestra española del estudio Health Behavior in School-aged Children (HBSC), tanto de las
ediciones 2002 como 2006. Se trata de chicos y chicas de 11 a 18 años que
formaban parte de la población escolarizada (se pueden consultar más detalles
de la metodología de este estudio en Moreno, Muñoz-Tinoco, Pérez
Moreno y Sánchez-Queija, 2005 y en Moreno et al., 2008).
La muestra española del
HBSC 2002 estuvo compuesta por 13.552 adolescentes, mientras que la del HBSC
2006 tuvo un número mayor de efectivos, concretamente 21.811 adolescentes, como
consecuencia de añadirse un muestreo independiente para cada comunidad
autónoma. Por tanto, en la edición 2006 se cuenta con muestras de adolescentes
representativas para cada una de las comunidades autónomas de España.
Instrumentos
El cuestionario HBSC recopila información acerca de
diversos temas relacionados con el estilo de vida de los adolescentes, su salud
positiva y sus contextos de desarrollo. Este estudio ha demostrado a lo largo
de sus casi 30 años de historia la calidad de su banco de instrumentos que
cumplen los criterios de fiabilidad y validez. Dado que esta información es muy
detallada, en los párrafos siguientes se citan referencias únicamente de los artículos
que validan los instrumentos que se han utilizado en este artículo.
§
Variables demográficas.
-
Sexo: chico y chica.
-
Grupo de edad, con cuatro valores:
11-12, 13-14, 15-16 y 17-18 años.
-
Capacidad adquisitiva familiar,
variable estimada mediante el índice Family
Affluence Scale (FAS, Escala de
Bienestar Económico Familiar), con tres valores: baja, media y alta. Esta
escala ha sido validada por varios expertos de la University College London a
través de una investigación con más de 1800 adolescentes (Wardle, Robb y
Johnson, 2002).
-
Comunidad autónoma, con 18 valores:
Andalucía, Aragón, Principado de Asturias, Islas Baleares, Canarias, Cantabria,
Castilla y León, Castilla la Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura,
Galicia, Comunidad de Madrid, Región de Murcia, Comunidad Foral de Navarra,
País Vasco, La Rioja, Ceuta y Melilla.
§ Actividad física moderada-vigorosa.
En la línea de las recomendaciones
realizadas en el encuentro internacional Young
and Active?, celebrado en 1997 (Biddle, Cavill y Sallis, 1998), la pregunta que utiliza el
estudio HBSC para evaluar esta actividad física es la siguiente (Roberts et al., 2007): “En los últimos 7 días, ¿en cuántos días te sentiste físicamente activo/a
durante un total de al menos 60 minutos al día?”, con valores de 0 días a 7
días.
Justo antes de esta pregunta se les
facilita una aclaración que textualmente dice lo siguiente: “La actividad física
es cualquier actividad que hace que tu corazón se acelere y que en ocasiones te
cueste trabajo respirar. Se puede hacer actividad física en los deportes, en
las actividades escolares, jugando con los amigos o andando hacia el colegio o
instituto. Algunos ejemplos de actividad física son correr, patinar, montar en
bici, en monopatín, nadar, jugar al fútbol, al futbito, al baloncesto, hacer
surf, bailar, andar rápido, etc. Para la siguiente
pregunta, calcula el tiempo que dedicas cada día a la actividad física”. Además, se le indica que
deben responder teniendo en cuenta el tiempo total, es decir, no es necesario
que hayan realizado 60 minutos seguidos, sino que pueden sumar los distintos
momentos del día en que realizan algún tipo de actividad física.
Procedimiento
En el
procedimiento de recogida de información, la coordinación internacional del
estudio HBSC, señala que se han de cumplir tres condiciones básicas: en primer
lugar, los propios escolares han de ser los que respondan al cuestionario, en
segundo lugar, la administración de los cuestionarios debe realizarse dentro
del contexto escolar y por encuestadores entrenados específicamente para este
instrumento y, por último, se debe asegurar y respetar el anonimato de las
respuestas, así como la comprensión del texto (en este sentido, en las zonas
bilingües, los cuestionarios se presentaron impresos en su totalidad en las dos
lenguas).
Los análisis de datos utilizados en este artículo se centran en
primer lugar en las pruebas de significación más adecuadas a las
características de las variables tratadas, en este caso t de Student y ANOVA. Posteriormente, se corroboran aquellos datos
estadísticamente significativos con pruebas de tamaño de efecto, concretamente
con la eta cuadrado (η2)
y la d de Cohen.
RESULTADOS
Nivel de actividad física moderada a vigorosa
en las ediciones 2002 y 2006 en función del sexo, edad y capacidad adquisitiva
familiar
En primer lugar, se analizan las
variaciones entre las ediciones HBSC 2002 y 2006 en el nivel de actividad
física de moderada a vigorosa, es decir, en el número de días a la semana que
los adolescentes dicen haberse sentido físicamente activos/as al menos durante
60 minutos al día. En este sentido, en la Tabla 1 se presenta la distribución
muestral para los siete días de la semana y se observa una frecuencia algo
mayor en 2006 en comparación con 2002.
Tabla 1. Número de
días que los adolescentes se sienten físicamente activos al menos durante 60
minutos al día, en las ediciones HBSC 2002 y 2006
|
2002 |
2006 |
||
N |
% |
n |
% |
|
0 DÍAS |
684 |
5,1% |
1.256 |
6,0% |
1 DÍA |
1.226 |
9,2% |
1.846 |
8,8% |
2 DÍAS |
2.492 |
18,8% |
3.412 |
16,3% |
3 DÍAS |
2.493 |
18,8% |
3.698 |
17,6% |
4 DÍAS |
1.866 |
14,0% |
2.993 |
14,3% |
5 DÍAS |
1.566 |
11,8% |
2.481 |
11,8% |
6 DIAS |
864 |
6,5% |
1.281 |
6,1% |
7 DÍAS |
2.098 |
15,8% |
4.005 |
19,1% |
Tras analizar el número medio de días a la semana en cada una de
las ediciones (ver Tabla 2), se encontró una diferencia de medias
estadísticamente significativa, t(29.057)
= 5,66, p < 0,001, 3,68 en 2002 y
3,81 en 2006, sin embargo el tamaño de efecto fue despreciable (d = 0,06).
Tabla
2. Número medio de días que los adolescentes se
sienten físicamente activos al menos durante 60 minutos al día, en las
ediciones HBSC 2002 y 2006
|
n |
M |
DE |
Mínimo |
Máximo |
2002 |
13.289 |
3,68 |
2,07 |
0 |
7 |
2006 |
20.973 |
3,81 |
2,15 |
0 |
7 |
A
continuación, se analizan las diferencias entre ambas ediciones en función del
sexo de los adolescentes, su edad y su nivel de capacidad adquisitiva familiar,
con la intención de conocer en qué grupos concretos el aumento de la actividad
física de moderada a vigorosa muestra diferencias realmente evidentes.
En relación con las diferencias
entre chicos y chicas dentro de cada edición (ver Tabla 3), se halló que fueron
prácticamente las mismas en ambas ediciones: 2002, t(13.146) = 18,32, p <
0,001, d = 0,32, y 2006, t(20.418) = 25,71, p < 0,001, d = 0,35.
Así, tanto en 2002 como en 2006, los chicos dedicaron más tiempo a realizar
actividad física que las chicas, estas diferencias fueron significativas y con
tamaños de efecto pequeños. De la edición de 2002 a la de 2006 se produjo un
aumento en el número medio de días que los adolescentes se sintieron
físicamente activos, aunque
se encontró que el tamaño del efecto fue despreciable en chicos (d = 0,10) y chicas (d = 0,05). Por lo demás, es destacable que
el aumento fuera mayor en el caso de los chicos con un incremento de 0,21 días
de media, en comparación con las chicas cuya subida fue tan solo de 0,11 días.
Tabla
3. Número
medio de días a la semana que los adolescentes se sienten físicamente activos
al menos durante 60 minutos al día en las ediciones HBSC 2002 y 2006, en
función del sexo
|
CHICO |
CHICA |
||||
n |
M |
DE |
n |
M |
DE |
|
2002 |
6.721 |
4,00 |
2,13 |
6.831 |
3,35 |
1,96 |
2006 |
10.234 |
4,21 |
2,15 |
11.577 |
3,46 |
2,09 |
Con respecto a la edad, la tabla 4 muestra
que las diferencias evolutivas en la edición 2006 fueron más intensas que en
2002. Concretamente, en 2002 el número medio de días a la semana que los
adolescentes dijeron sentirse físicamente activos disminuyó con la edad, desde
3,76 días a la semana a los 11-12 años a 3,51 días a los 17-18 años, F(1, 13.286) = 336,04, p < 0,001, mientras que en la edición 2006 las medias disminuyeron de
4,22 días a los 11-12 años hasta 3,41 días a los 17-18 años, F(1, 20.969) = 663,10, p < 0,001. Esta disminución con la
edad sucedió de forma más temprana en la edición 2006, ya que la disminución se
produjo a partir de los 11-12 años, mientras que en la edición 2002 la
disminución sucedió a partir de los 13-14 años.
Tabla
4. Número medio de días a la semana
que los adolescentes se sienten físicamente activos al menos durante 60 minutos
al día en las ediciones HBSC 2002 y 2006, en función del grupo de edad
Además, las pruebas de tamaño de
efecto (d de Cohen), expuestas en la Tabla
5, muestran que las diferencias entre los grupos de edad en la edición 2002
tuvieron un efecto despreciable (d
< 0,20). En cambio, en 2006 se dieron efectos pequeños entre los
adolescentes de 11-12 años con los de 15-16 y 17-18 años, así como entre los
adolescentes de 13-14 y 17-18 años, en el sentido de que los adolescentes más
pequeños dedicaron un número medio de días más alto que los adolescentes de
mayor edad.
Tabla 5. Valores
del tamaño de efecto (d de Cohen) de
los cruces entre todos los valores de la edad, en ambas ediciones HBSC 2002 y
2006
|
2002 |
2006 |
||||||
11-12 años |
13-14 años |
15-16 años |
17-18 años |
11-12 años |
13-14 años |
15-16 años |
17-18 años |
|
11-12 años |
|
0,04 |
0,07 |
0,12 |
|
0,17 |
0,25 |
0,37 |
13-14 años |
|
|
0,12 |
0,17 |
|
|
0,07 |
0,20 |
15-16 años |
|
|
|
0,05 |
|
|
|
0,14 |
17-18 años |
|
|
|
|
|
|
|
|
En la comparación de la edición
2002 con la de 2006 para cada uno de los grupos de edad, solo se encontraron
diferencias en los adolescentes más pequeños. Así, el aumento en los días a la semana
que los adolescentes se sintieron físicamente activos en esos cuatro años tan
solo se registró en los adolescentes de 11-12 años, con tamaño de efecto
pequeño (d = 0,21).
A
continuación, se analizan estas diferencias de edad de manera independiente
para chicos y chicas. En el gráfico 1 se aprecia cómo el aumento de actividad
física en los adolescentes de 11-12 años se produjo tanto en el caso de los
chicos, que aumentaron de 4,04 días a la semana en el 2002 a 4,46 días en 2006
(d = 0,19), como en el caso de las
chicas, que pasaron de 3,46 días en 2002 a 4 días en 2006 (d = 0,25). Además, se mantuvieron de una edición a otra, en los
distintos grupos de edad, las diferencias según el sexo de los adolescentes, ya
que continuaron siendo los chicos los que se sintieron activos con más
frecuencia que las chicas.
Gráfico 1. Número
medio de días a la semana que los adolescentes se sienten físicamente activos
al menos durante 60 minutos al día en las ediciones HBSC 2002 y 2006, en
función del grupo de edad y el sexo
Con respecto a las diferencias en función de la capacidad
adquisitiva familiar, en la tabla 6 se observa que los adolescentes con
capacidad adquisitiva más alta informaron de un mayor nivel de actividad
física. Las diferencias entre los adolescentes de nivel adquisitivo bajo y los
de nivel alto fueron significativas y con tamaño de efecto pequeño, tanto en la
edición 2002, F(2, 13.167) = 43,83, p
< 0,001, d = 0,23, como
en la edición 2006, F(2, 20.772) = 58,75, p < 0,001, d = 0,21. Así, por ejemplo, en la
edición 2006 los adolescentes con capacidad adquisitiva baja afirmaron sentirse
físicamente activos 3,54 días a la semana, mientras que los de capacidad alta
informaron de 3,99 días a la semana.
Por otra parte, el aumento de actividad física en los
adolescentes españoles en 2006 respecto a 2002 se produjo en los tres niveles
de la capacidad adquisitiva familiar de una manera muy similar. No obstante, las diferencias entre 2002 y 2006
tuvieron un tamaño de efecto despreciable (d
= 0,05 para el nivel bajo, d = 0,03
para el nivel medio y d = 0,04 para
el nivel alto).
Tabla
6. Número
medio de días a la semana que los adolescentes se sienten físicamente activos
al menos durante 60 minutos al día en las ediciones HBSC 2002 y 2006, en
función de la capacidad adquisitiva familiar
|
BAJA |
MEDIA |
ALTA |
||||||
n |
M |
DE |
n |
M |
DE |
n |
M |
DE |
|
2002 |
3.314 |
3,43 |
2,10 |
6.283 |
3,67 |
2,06 |
3.573 |
3,90 |
2,03 |
2006 |
3.236 |
3,54 |
2,18 |
9.658 |
3,74 |
2,15 |
7.882 |
3,99 |
2,12 |
Comparaciones por comunidad autónoma del nivel
de actividad física moderada-vigorosa
En la Tabla 7 se presenta
el número medio de días a la semana que los adolescentes realizaron actividad
física de moderada a vigorosa en cada una de las comunidades autónomas. Los
datos que se muestran en este apartado corresponden a la edición 2006, por ser
la edición cuyo muestreo permite hacer comparaciones por comunidades autónomas.
Tabla 7. Número
medio de días a la semana que los adolescentes se sienten físicamente activos
al menos durante 60 minutos al día en la edición HBSC 2006 en función de la
comunidad autónoma
n |
M |
DE |
|
Media nacional |
20.973 |
3,81 |
2,15 |
Andalucía |
1.648 |
3,93 |
2,16 |
Aragón |
1.306 |
3,83 |
2,15 |
Asturias (Principado de) |
1.249 |
3,86 |
2,18 |
Baleares (Islas) |
1.053 |
3,95 |
2,13 |
Canarias |
1.273 |
3,84 |
2,17 |
Cantabria |
1.041 |
3,88 |
2,15 |
Castilla y León |
1.184 |
3,93 |
2,11 |
Castilla la Mancha |
1.265 |
4,03 |
2,09 |
Cataluña |
880 |
3,70 |
2,11 |
Comunidad Valenciana |
985 |
3,65 |
2,21 |
Extremadura |
1.171 |
3,89 |
2,18 |
Galicia |
1.488 |
3,74 |
2,21 |
Madrid (Comunidad de) |
996 |
3,85 |
2,16 |
Murcia (Región de) |
1.110 |
3,73 |
2,10 |
Navarra (C. Foral de) |
1.262 |
3,84 |
2,12 |
País Vasco |
1.078 |
3,77 |
2,24 |
Rioja (La) |
1.047 |
3,89 |
2,16 |
Ceuta y Melilla |
998 |
3,91 |
2,20 |
Las diferencias entre
las comunidades en relación con el número medio de días que los adolescentes se
sienten físicamente activos fueron significativas, F(17, 21.016) = 2,24, p =
0,002, pero con tamaño de efecto despreciable (η2 = 0,002). Por tanto, no se detectaron
diferencias claras entre las comunidades autónomas en la frecuencia de
actividad física moderada-vigorosa entre los adolescentes.
Influencia
de la comunidad autónoma en la relación actividad física moderada-vigorosa y
capacidad adquisitiva familiar
Para terminar, a
continuación se analiza si la relación existente entre la capacidad adquisitiva
de los adolescentes españoles y su relación con el número de días a la semana
que se sienten físicamente activos varía en función de la comunidad autónoma.
Tabla 8. Número
medio de días a la semana que los adolescentes se sienten físicamente activos
al menos durante 60 minutos al día en función de la capacidad adquisitiva
familiar y la comunidad autónoma en la edición HBSC 2006
|
N |
M |
DE |
Prueba de significación |
TE |
|
Media nacional |
Baja |
3236 |
3,54 |
2,18 |
F(2, 20.773) = 58,76, p < 0,001 |
η2 = 0,01 baja-alta: d = 0,21 |
Media |
9658 |
3,74 |
2,15 |
|||
Alta |
7882 |
3,99 |
2,12 |
|||
Andalucía |
Baja |
258 |
3,83 |
2,19 |
F(2, 1.625) = 0,62, p = 0,537 |
η2 = 0,001 baja-alta: d = 0,08 |
Media |
749 |
3,91 |
2,15 |
|||
Alta |
621 |
4,00 |
2,15 |
|||
Aragón |
Baja |
171 |
3,17 |
2,13 |
F(2, 1.287) = 16,57, p
< 0,001 |
η2 = 0,03 baja-alta: d = 0,47 |
Media |
581 |
3,69 |
2,13 |
|||
Alta |
538 |
4,17 |
2,11 |
|||
Asturias (Principado de) |
Baja |
213 |
3,52 |
2,23 |
F(2, 1.239) = 5,75, p = 0,003 |
η2 =0,01 baja-alta: d = 0,28 |
Media |
638 |
3,81 |
2,16 |
|||
Alta |
391 |
4,13 |
2,18 |
|||
Baleares (Islas) |
Baja |
193 |
3,52 |
2,20 |
F(2, 1.035) = 8,95, p < 0,001 |
η2 = 0,02 baja-alta: d = 0,37 |
Media |
476 |
3,88 |
2,13 |
|||
Alta |
369 |
4,28 |
2,02 |
|||
Canarias |
Baja |
222 |
3,61 |
2,15 |
F(2, 1.254) = 3,99, p = 0,019 |
η2 = 0,01 baja-alta: d = 0,20 |
Media |
542 |
3,73 |
2,18 |
|||
Alta |
493 |
4,04 |
2,15 |
|||
Cantabria |
Baja |
165 |
3,44 |
2,10 |
F(2, 1.029) = 4,38, p = 0,013 |
η2 = 0,01 baja-alta: d = 0,28 |
Media |
513 |
3,93 |
2,22 |
|||
Alta |
354 |
4,02 |
2,05 |
|||
Castilla y León |
Baja |
149 |
3,59 |
2,21 |
F(2, 1.169) = 5,78, p = 0,003 |
η2 = 0,01 baja-alta: d = 0,28 |
Media |
545 |
3,81 |
2,13 |
|||
Alta |
478 |
4,16 |
2,03 |
|||
Castilla la Mancha |
Baja |
160 |
3,59 |
1,99 |
F(2, 1.251) = 6,12, p = 0,002 |
η2 = 0,01 baja-alta: d = 0,31 |
Media |
598 |
3,97 |
2,09 |
|||
Alta |
496 |
4,23 |
2,09 |
|||
Cataluña |
Baja |
104 |
3,21 |
2,13 |
F(2, 868) = 3,21, p = 0,041 |
η2 = 0,01 baja-alta: d = 0,26 |
Media |
389 |
3,79 |
2,17 |
|||
Alta |
378 |
3,75 |
2,05 |
|||
Comunidad Valenciana |
Baja |
151 |
3,20 |
2,29 |
F(2, 975) = 9,44, p < 0,001 |
η2 = 0,02 baja-alta: d = 0,37 |
Media |
472 |
3,53 |
2,14 |
|||
Alta |
355 |
4,03 |
2,20 |
|||
Extremadura |
Baja |
211 |
3,68 |
2,17 |
F(2, 1.161) = 6,51, p = 0,002 |
η2 = 0,01 baja-alta: d = 0,25 |
Media |
539 |
3,74 |
2,23 |
|||
Alta |
414 |
4,20 |
2,09 |
|||
Galicia |
Baja |
291 |
3,45 |
2,22 |
F(2, 1.475) = 5,52, p = 0,004 |
η2 = 0,01 baja-alta: d = 0,24 |
Media |
731 |
3,69 |
2,18 |
|||
Alta |
456 |
3,98 |
2,22 |
|||
Madrid (Comunidad de) |
Baja |
80 |
3,74 |
2,44 |
F(2, 985) = 2,60, p = 0,075 |
η2 = 0,005 baja-alta: d = 0,12 |
Media |
394 |
3,69 |
2,12 |
|||
Alta |
514 |
4,01 |
2,13 |
|||
Murcia (Región de) |
Baja |
153 |
3,22 |
1,99 |
F(2, 1.098) = 5,91, p = 0,003 |
η2 = 0,01 baja-alta: d = 0,32 |
Media |
516 |
3,73 |
2,07 |
|||
Alta |
432 |
3,90 |
2,13 |
|||
Navarra (C, Foral de) |
Baja |
156 |
3,27 |
2,14 |
F(2, 1.236) = 7,07, p = 0,001 |
η2 = 0,01 baja-alta: d = 0,34 |
Media |
622 |
3,83 |
2,08 |
|||
Alta |
461 |
4,00 |
2,15 |
|||
País Vasco |
Baja |
165 |
3,57 |
2,27 |
F(2, 1.065) = 0,83, p = 0,435 |
η2 = 0,002 baja-alta: d = 0,12 |
Media |
517 |
3,80 |
2,25 |
|||
Alta |
386 |
3,83 |
2,23 |
|||
Rioja (La) |
Baja |
136 |
3,30 |
2,26 |
F(2, 1.039) = 7,22, p = 0,001 |
η2 = 0,01 baja-alta: d = 0,38 |
Media |
521 |
3,88 |
2,14 |
|||
Alta |
385 |
4,11 |
2,10 |
|||
Ceuta y Melilla |
Baja |
219 |
3,70 |
2,22 |
F(2, 980) = 1,59, p = 0,205 |
η2 = 0,003 baja-alta: d = 0,15 |
Media |
402 |
3,95 |
2,15 |
|||
Alta |
362 |
4,03 |
2,23 |
En la tabla 8 se
observan importantes diferencias entre algunas comunidades autónomas.
Andalucía, la Comunidad de Madrid, País Vasco, Ceuta y Melilla destacaron por
no mostrar ninguna diferencia entre los adolescentes de diferentes niveles
socioeconómicos en el número de días a la semana que se sintieron físicamente
activos.
El resto de comunidades
autónomas mostraron diferencias significativas y con tamaño de efecto pequeño
entre los adolescentes de nivel adquisitivo bajo y alto, siendo los
adolescentes de capacidad adquisitiva alta los que se sintieron físicamente
activos mayor número de días frente a los adolescentes de nivel bajo.
Estas diferencias en la
relación entre actividad física y capacidad adquisitiva familiar fueron más
importantes en Aragón, donde la diferencia entre nivel adquisitivo alto y bajo
tuvo tamaño de efecto bajo-medio (d =
0,47). En concreto, los adolescentes de capacidad adquisitiva alta se sintieron
físicamente activos 4,17 días a la semana, mientras que esto solo sucedió 3,17
días en los adolescentes de capacidad adquisitiva baja. Además, destacan La
Rioja, las Islas Baleares y la Comunidad Valenciana, donde las diferencias
entre adolescentes de capacidad adquisitiva alta y baja en el número de días a
la semana que se sintieron físicamente activos fueron significativas y con
tamaños de efecto que superaron el 0,35 (capacidad adquisitiva alta: 4,11 días
y capacidad adquisitiva baja: 3,3 días en La Rioja; capacidad adquisitiva alta:
3,52 días y capacidad adquisitiva baja: 4,28 días en las Islas Baleares;
capacidad adquisitiva alta: 4,03 días y capacidad adquisitiva baja: 3,2 días en
la Comunidad Valenciana).
DISCUSIÓN
Como se explica en la introduccion de este trabajo,
actualmente existe una preocupacion generalizada por el bajo nivel de actividad
física y la alta frecuencia de un tipo de ocio cada vez más sedentario entre la
población adolescente. Tal y como señalan algunos especialistas, esta puede ser
una de las causas principales de los altos índices de sobrepeso y obesidad que
se registran entre la poblacion adolescente española con la llegada del nuevo
siglo. Sin embargo, se torna importante analizar, con una muestra
representativa de la población adolescente española, la tendencia en su nivel
de actividad física ocurrida en la última década.
En este sentido, este artículo tiene el objetivo de
comparar el nivel de actividad física de los adolescentes españoles entre las
ediciones 2002 y 2006 del estudio HBSC. Lo que demuestran los resultados de
este trabajo es un cierto aumento en el 2006, con respecto al 2002, en el nivel
de actividad física moderada-vigorosa de los adolescentes españoles, que se
hace más claro y evidente en el caso de los adolescentes varones de 11-12 años.
A pesar de que ese aumento de actividad física podría llevar a una lectura en
positivo de la realidad, se hace necesario reflexionar sobre la lejanía que
existe entre el nivel actual de este tipo de actividad física detectado en la
población adolescente española y las recomendaciones realizadas por los
especialistas. Concretamente, este artículo muestra cómo los adolescentes
españoles afirman haberse sentido físicamente activos al menos durante 60
minutos al día tan solo 3,68 días a la semana de media, mientras que los
especialistas recomiendan que dicha actividad física debe ser practicada por
los adolescentes al menos diariamente (Biddle et al., 1998).
Por lo tanto, uno de los datos más interesantes de este
estudio es que, a pesar de la existencia de cierto aumento de actividad física
en el trascurso de los cuatro años que existen entre ambas ediciones del
estudio, especialistas y personas encargadas de las políticas en promoción de
la salud tienen un reto claro, como es conseguir aumentar aún más la frecuencia
de dicha actividad y, sobre todo, que ese incremento se haga efectivo en las
chicas, cuyo aumento del nivel de actividad fisíca en los cuatro años
estudiados (de 3,35 días a la semana en 2002 a 3,46 días en 2006) es
prácticamente la mitad que en el caso de los chicos (de 4 días a la semana a
4,21 días). Por lo tanto, los datos de este estudio apoyan los encontrados por
otras investigaciones (Consejo Superior de Deportes, 2011; García-Moya, Moreno,
Rivera, Ramos y Jiménez-Iglesias, 2012; Lasheras, Aznar, Merino y López, 2001; Motl et al.,
2005), ya que muestran cómo las chicas
adolescentes, en este aspecto, siguen siendo la poblacion más desventajada al
tener estilos de vida menos activos.
En segundo lugar, tal y
como se ha explicado en la introducción, a medida que va pasando la infancia y
se entra en la adolescencia, niños y niñas se hacen cada vez más inactivos, por
lo que es esperable que esa tendencia al decremento de la actividad física con
la edad siga ocurriendo durante la adolescencia, como corroboran los datos
encontrados por numerosas investigaciones (Consejo Superior de Deportes, 2011;
Lasheras et al., 2001; Perula de
Torres et al.,
1998; Roberts et al., 2004; Sallis, 2000). En relación con esa disminución de
actividad física con la edad, se encuentran bastantes diferencias entre ambas
ediciones del estudio, concretamente aunque en las dos ediciones existe una
disminución con la edad de los días que dicen sentirse físicamente activos,
dicha disminución es tres veces mayor en los adolescentes de 2006 (al disminuir
de 4,22 días a la semana -con 11-12 años- a 3,41 días -con 17-18 años-) en
comparación con los adolescentes de 2002 (cuyos niveles disminuyen de 3,76 días
a la semana a 3,51 días). Aun más, el aumento de actividad física que se ha
encontrado de 2002 a 2006 tan solo se registra en los adolescentes de 11-12
años, ya que a partir de los 13 años los jóvenes disminuyen su actividad física
de forma muy vertiginosa. Por lo tanto, aunque sea esperable una cierta
disminución de la frecuencia de actividad física según avanza la adolescencia,
es recomendable que esa disminución no se dispare de una forma tan apresurada
como ha sucedido en los últimos años.
Los resultados
expuestos hasta el momento hacen pensar que los programas que se han venido
realizando en la última década en España para promover el estilo de vida activo
entre los jóvenes han tenido cierto efecto en los adolescentes más pequeños,
pero surge la duda de la eficacia de dichos programas en la adolescencia media
y tardía. A pesar de que las políticas educativas promotoras de la actividad
física se han realizado tanto en educación primaria como secundaria, parece
necesario analizar qué diferencias han existido entre ambos tipos de
intervenciones en su implementación, eficacia y capacidad para mantener los
cambios a medio y largo plazo.
Por otro lado, el nivel socioeconómico de los adolescentes
también se ha demostrado que influye en su nivel de actividad física.
Concretamente, en este trabajo se muestra cómo son los adolescentes de
capacidad adquisitiva familiar alta los que se sienten físicamente activos más
días a la semana (casi 4 días a la semana de media) en comparación con los de
capacidad adquisitiva baja (3,54 días a la semana). Efectivamente, otros
investigadores ya avisan de cómo las oportunidades para llevar a cabo alguna
actividad física están determinadas por factores principalmente socioeconómicos
que influyen en el acceso, disponibilidad y respuesta a los recursos necesarios
para hacerlo (Boyce y Dallago, 2004; WHO/HBSC Forum, 2006). A pesar de que los datos encontrados apoyan la existencia
de desigualdades socioeconómicas en el estilo de vida activo de los adolescentes
españoles, es importante resaltar un dato positivo y es que el aumento de
actividad física registrado en el 2006 con respecto al 2002 se reparte de forma
homogénera en los tres niveles socioeconómicos analizados, aunque sería
deseable un aumento más equitativo que potencie el estilo de vida activo en
aquellos adolescentes con niveles adquisitivos más bajos.
Analizando las diferencias en la actividad física
moderada-vigorosa de los adolescentes en función de la comunidad autónoma no se
detectan diferencias relamente llamativas, al igual que se concluye en el
estudio realizado por el Consejo Superior de Deportes (2011) sobre los hábitos
deportivos de la población escolar. Sin embargo, cuando se analizan las
diferencias de la actividad física moderada-vigorosa en función del nivel
adquisitivo familiar en cada una de las comunidades autónomas estudiadas en la
edición 2006 del estudio HBSC, los resultados muestran una clara situación de
desigualdad al encontrar diferencias más claras entre unas comunidades y otras.
Concretamente, en las comunidades autónomas de Aragón, La Rioja, Islas Baleares
y Comunidad Valenciana, los adolescentes pertenecientes a familias menos
pudientes tienen un nivel de actividad física más bajo que los adolescentes
pertenecientes a familias con nivel adquisitivo mayor. Sin embargo, en
Andalucía, Comunidad de Madrid, País Vasco, Ceuta y Melilla, no se registran
estas diferencias sociales, ya que los adolescentes de capacidad adquisitiva
familiar baja se sienten físicamente activos prácticamente los mismos días a la
semana que los adolescentes de familias más pudientes. Estas diferencias
autonómicas parecen indicar que existen otras diferencias en los programas de
promoción de la actividad física juvenil que deben ser tenidos en cuenta para
eliminar las desigualdades socioeconómicas que sufren los adolescentes en
función de la comunidad autónoma en la que habitan.
CONCLUSIONES
En resumen, se advierte que a pesar
del aumento del nivel de actividad física
moderada-vigorosa en los adolescentes de la edicion 2006 del estudio en
comparacion con los de la edicion 2002, los niveles aún se encuentran muy lejos
de cumplir las recomendaciones realizadas por los especialistas. Además, este
estudio apunta hacia la necesidad de mejorar el nivel de actividad física de la
poblacion juvenil femenina y aminorar el apresurado decremento de esta
actividad observado a lo largo de la adolescencia. Asimismo, se señala la
necesidad de potenciar un estilo de vida activo entre los adolescentes de
niveles socioeconómicos más bajos, especialmente en las comunidades autónomas
de Aragón, La Rioja, Islas Baleares y Comunidad Valenciana.
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte - vol. 16 - número 62 - ISSN: 1577-0354