DOI: http://dx.doi.org/10.15366/rimcafd2016.63.002
ORIGINAL
INFLUENCIA DE LA PRÁCTICA
DEPORTIVA SOBRE LA HUELLA PLANTAR EN ATLETAS ESPAÑOLES
INFLUENCE OF SPORT PRACTICE ON THE FOOTPRINT
IN SPANISH ATHLETES
Martínez-Amat, A.1; Hita-Contreras,
F.1; Ruiz-Ariza, A.2; Muñoz-Jiménez, M.2;
Cruz-Díaz, D.1 y Martínez-López,
E.J.3
1 Profesor
Contratado Doctor. Facultad Ciencias de la Salud de la Universidad de Jaén.
España. amamat@ujaen.es; fhita@ujaen.es; david.crudi@gmail.com
2 Master en Investigación y Docencia en Ciencias de la Actividad Física y
Salud. Universidad de Jaén. España. alberto_ruyz@hotmail.com; mmj00006@red.ujaen.es
3 Profesor
Titular Universidad. Departamento de Didáctica de la Expresión Musical,
Plástica y Corporal. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación -
Universidad de Jaén. España. http://www4.ujaen.es/~emilioml/,
emilioml@ujaen.es
Agradecimiento: Los autores desean mostrar su agradecimiento a todos
los atletas que han participado en esta investigación. También a las
autoridades de las instalaciones donde se han llevado a cabo las medidas: Centros Ángel Cortés, Las Fuentezuelas, y La
Salobreja (Jaén), Carranque (Málaga), Facultad de Ciencias del Deporte de
Granada, y Universidad de Murcia.
Código Unesco: 2406.04
Biomecánica / Biomechanics, 2410.02 Anatomía Humana / Human anatomy.
Clasificación
del Consejo de Europa: 3. Biomecánica del Deporte / Biomechanics of sport.
Recibido
26 de septiembre de 2013 Received
September 26, 2013
Aceptado
19 de enero de 2014
Accepted January 19, 2014
RESUMEN
El objetivo de este estudio fue
conocer la asociación entre el entrenamiento de atletas con las características
de cada pie. Se midieron y compararon las huellas plantares de tres grupos de
deportistas (28 velocistas, 29 fondistas, 47 nadadores) y de 67 sujetos no
entrenados (GC). Para la captura de parámetros plantares
se empleó una plataforma de escaneado podálico Podoscanalycer®. El índice
podálico, metatarsal, medio podálico, y calcáneo fue inferior en GC respecto a
corredores de velocidad, fondo, y nadadores (p<0.001). El riesgo relativo de
tener un pie cavo o un tipo de pié específico por pertenecer a una determinada
modalidad atlética no resulto significativo (todos p>0.05). Se concluye que
los años de entrenamiento y la edad en atletas españoles no se asocian
significativamente con la curvatura y tipología del pie ni sobre ningún índice
plantar específico. Sin embargo, sexo e IMC se asocia significativamente con
los índices plantares según la modalidad atlética.
PALABRAS
CLAVE: Huella plantar, atletas, nadadores, tipo de pie, pie cavo.
ABSTRACT
The aim of the present study was to determine the association between
athletic training and characteristics of each foot. Plantar foot print of three
groups of athletes (28 sprinters, 29 distance runners, 47 swimmers) and 67
sedentary subjects (CG) were measured and compared. A scanning platform breech Podoscanalyzer was
employed to obtain plantar pressure measurements. The breech, metatarsal, middle breech, and
calcaneus index, were lower in CG compared to sprinters, long-distance runners,
and swimmers (p<0.001). The relative risk of having a cavus foot or any
specific type of foot as a result of practicing a particular athletic
discipline was not significant (all p>0.05). We conclude that the years of
training and the age are not significantly associated neither with the
curvature and the type of the foot nor with any specific plantar arch index in
Spanish athletes. Nevertheless, sex and BMI are significantly associated with
the plantar arch indexes according to the athletic discipline.
KEY WORDS: Footprint,
athletes, swimmers, foot type, cavus foot.
INTRODUCCION
El pie es la base donde
se sustenta el cuerpo humano y el principal soporte para realizar los
desplazamientos más habituales. Según Viladot (2000), el pie es una estructura
tridimensional variable, base del servomecanismo antigravitatorio y constituye
por tanto una pieza fundamental para adoptar la posición bipodal y la
realización de la marcha humana. Además de la función estática y dinámica
(Torrijos, Abián-Vicen,
Abián y Abián, 2009), el pie presenta una estructura en forma
cupular, que junto a sus puntos de apoyo en talón y metatarsianos, es capaz de
soportar todo el peso del cuerpo (Hernández Corvo, 1989; Viladot, 2000). Las
características morfológicas en el pie humano varían tanto con la edad como
entre individuos (Scott, Menz y Newcombe, 2007, Mayorga-Vega, Brenes, Rodríguez y
Merino, 2012), sin embargo, estas variaciones no son
fácilmente observables por lo que el análisis de las características de los
pies requiere de instrumentos adecuados. Una forma sencilla y válida de
analizar la huella del pie es mediante la obtención de la huella plantar
(Shiang, Lee,
Lee y Chu, 1998). Esta técnica puede evaluar las variaciones
estructurales propias del crecimiento, así como precisar otras variaciones en
su estructura debido a factores como la edad a la que se empieza a practicar
deporte con dedicación media o alta (Zahínos, González y Salinero, 2010), el
sobrepeso (Sachithanandam y Joseph, 1995), la fatiga (Abián, Alegre, Lara, Jiménez y
Aguado, 2005), o la propia realización de una técnica
específica deportiva.
Se ha comprobado que
cada proceso de desplazamiento está afectado por un cúmulo de factores que
pueden ser extrínsecos (terreno, calzado, calentamiento, técnica de
desplazamiento, etc.), intrínsecos (condición física, tipo de pies,
torque eversores/inversores, influencia de laxitud ligamentosa, etc.) o incluso
patológicos (descompensaciones corporales, molestias físicas, lesiones previas,
etc.) (Olivera, Holgado y Cabello, 2001).
Estos factores, y los cambios que provocan en el patrón de la marcha, pueden
ser transitorios o permanentes y su estudio ha permitido observar que los
atletas son capaces de modificar y corregir defectos en la marcha, carrera o
nado con el fin de mejorar el rendimiento, prevenir lesiones, o como método de
recuperación de las mismas (Viel, 2002). Parece que según la modalidad
deportiva el pie se iría adaptando hacia un trabajo más estresante (velocidad),
con mayor fatiga (corredores de fondo), o mayor exigencia en cuanto a la
flexibilidad de sus articulaciones (natación). Berdejo-del-Fresno, Lara,
Martínez-López, Cachón, y Lara (2013), demostraron ___según el
método de Hernández Corvo (HC)___ una tendencia a aplanarse las
huellas de ambos pies en jugadoras de hockey, y modificaciones en el pie
dominante en jugadoras de fútbol sala, por el contrario, las mujeres
sedentarias no presentaron cambios de la huella plantar.
Además, numerosos
estudios han abordado la asociación entre el tipo de actividad física y las
diferentes lesiones más comunes dentro de cada modalidad deportiva especializada
(Sánchez, 1993; Comín, Villarroya, Pérez García, Nerín, y Marco Sanz, 1999;
Fourchet, Horobeanu, Loepelt, Taiar, y Millet, 2011; Nagel, Fernholz, Kibele, y
Rosenbaum, 2008; Nigg, Nurse, y Stefanyshyn, 1993; Lee y Piazza, 2009). De
entre estas posibles lesiones cobran cada vez más importancia las relacionadas
con el tipo de apoyo plantar del deportista, la reducción del área de apoyo, la
velocidad de cadencia, longitud, etc…, pudiendo provocar que el deportista
adquiera un paso lesivo por sobrecarga en otras zonas del aparato locomotor o
adopte posturas no saludables (Merriman y Tollafield, 1995).
Investigaciones
recientes han puesto en relación el alto rendimiento deportivo con las lesiones
más frecuentes. En los atletas velocistas son habituales las tendinopatías
debido a las tremendas cargas de entrenamiento de fuerza aplicado a la
velocidad de ejecución y a la carrera en sprint (Lee y Piazza, 2009). Por otra
parte, las fracturas por estrés en la parte metatarsal del pie son muy
frecuentes entre los atletas de fondo debido a la excesiva sobrecarga de
entrenamientos constantes y extensos. En ambas modalidades atléticas, el número
de apoyos de cada pie es considerablemente mucho mayor que el de cualquier otra
modalidad deportiva (Lieberman, Venkadesan, Werbel, Daoud, D’Andrea, Davis, et
al., 2010), además, esta sobrecarga del metatarso puede deberse tanto a la
fatiga muscular y salud ósea del pie como al tipo de pie (Nagel et al., 2008). Zurita, Martínez y Zurita (2007) afirmaron que los sujetos con pie cavo son más propensos a
lesionarse que los de pie plano. Se ha comprobado también que las fracturas por
estrés en corredores con un arco plantar elevado tienen una incidencia del 40%
(Korpelainen, Orava, Karpakka, Siira, y Hulkko, 2001), y más probabilidad por
tanto de provocar lesiones comunes como fascitis plantar, esguinces,
tendinopatías, o inestabilidad lateral crónica de rodilla (Nigg et al., 1993).
Por
otro lado, Hintermann y Nigg (1998), afirmaron que el aumento excesivo de la
pronación del pie es potencialmente dañina en los atletas de carrera, ya que la
eversión del pie que se produce por la pronación da lugar a una rotación tibial
que resulta determinante en la sobrecarga por estrés de la rodilla, pudiendo
provocar lesiones en esta y en los tobillos. Contrario a lo anterior, en un
estudio reciente realizado en 927 corredores, se concluyó que el riesgo de
lesiones es el mismo para todos los corredores después de los primeros 250 km,
independientemente de su tipo de pronación. Además, muestra que el
número de lesiones por cada 1.000 km de carrera es significativamente menor
entre los corredores que presentaban algún grado de pronación que entre las
personas con una pisada neutra (Oestergaard, Buist, Thorlund, Aagaard, Sørensen, Lind, et
al., 2013).
Franco, Nathy,
Valencia, y Vargas (2009) compararon las huellas plantares de los deportistas
pertenecientes a varios deportes como la natación,
halterofilia, atletismo y estudiantes sedentarios. Los resultados
mostraron que tanto los deportistas como los
sedentarios tienden a un tipo de pie normal-cavo con antepie egipcio, y que la
práctica deportiva no es un factor influyente en las modificaciones relativas a
simetrías o asimetría en la huella plantar de un individuo. Estudios previos ya
habían evaluado el tipo de pie en la población de niños y niñas de 9 a 12 años,
constatando una mayor prevalencia de pies normales y
cavos ya desde la etapa infantil (Hernández Guerra, 2006), por tanto, el
deporte podría no ser un factor tan influyente como se cree en las
modificaciones morfológicas de la huella plantar. Lo anterior genera una
controversia aún en debate que precisa de estudios precisos que ayuden al
esclarecimiento de la real influencia de las modalidades atléticas sobre la
morfología del pie.
En base a los
argumentos precedentes, el objetivo de este estudio fue conocer la asociación de
los años de entrenamiento con las medidas de índice plantar de velocistas,
fondistas y nadadores españoles, así como la relación de cada modalidad
deportiva respecto al tipo de pie. También se pretendió describir el tipo y
características del pie en cada modalidad atlética.
MÉTODO
El presente estudio es de corte
transversal comparativo entre grupos. La comparación de resultados se llevó a
cabo entre grupos de deportistas de tres modalidades deportivas distintas y
personas sedentarias.
Participantes
Participaron en el
presente estudio 171 sujetos (96 hombres de 16 a 46 años, y 75 mujeres de 16 a
39 años) pertenecientes a las provincias de Jaén, Málaga, Granada, y Murcia. 29
atletas eran fondistas (edad = 30,1 ±11,7 años, índice de masa corporal (IMC) =
21,25 ±2,65 kg/m²), 28 atletas especialistas en pruebas de velocidad (edad = 23,4
+8,4 años, IMC = 25,54 ±2,55 kg/m²), y 47 nadadores (edad = 19,4 +5,5
años, IMC = 22,38 ± 2,43 kg/m²). Además se usó un Grupo control de 67 personas
sedentarias (edad = 20,6 +3,1 años, IMC = 22,83 ±3,38 kg/m²). Para el Grupo
control, los datos se tomaron en alumnos de segundo y tercer curso del grado
universitario de fisioterapia de la Universidad de Jaén (España) que declararon
no formar parte de ningún grupo de entrenamiento deportivo de alto rendimiento.
Como criterio de inclusión, los deportistas debían llevar más de dos temporadas
en competición al menos en categoría regional-autonómica para asegurar el nivel
suficiente de entrenamiento. Fueron descartados aquellos sujetos con lesiones o
deformidades crónicas o temporales que pudieran influir en el resultado de las
mediciones. Las características antropométricas y tiempo de entrenamiento se detallan
en la tabla 1.
Tabla 1. Características antropométricas y tiempo de
entrenamiento, Datos diferenciados por modalidad atlética (velocidad, fondo, y
natación) y Grupo de control.
|
|
Velocista (n = 28) |
Fondista (n =29) |
Nadador (n =47) |
Grupo control (n =67) |
P |
Edad (años) |
|
23,4 +8,4 |
30,1 +11,7 |
19,4 +5,5 |
20,6 +3,1 |
<0,001 |
Sexo (%) |
Masculino (56,14) |
22 (78,57) |
27 (93,10) |
30 (63,82) |
17 (25,37) |
<0,001 |
Femenino (43,85) |
6 (21,42) |
2 (6,89) |
17 (36,17) |
50 (74,62) |
||
Peso (kg) |
|
66,74 +12,68 |
65,65 +8,79 |
68,4 +11,11 |
62,41 +11,46 |
0,039 |
Talla (cm) |
|
175,07 +8,37 |
175,68 +5,46 |
174,38 +8,10 |
165,16 +8,10 |
<0,001 |
IMC (kg/m2) |
|
25.54 ±2.55 |
21.25 ±2.65 |
22.38 ±2.43 |
22.83 ±3.38 |
NS |
Años de entrenamiento |
|
9,6 +5,70 |
8,2 +6,44 |
9,08 +4,95 |
0 |
<0,001 |
Días/sem entrenamiento |
|
5,53 +0,74 |
5,62 +0,82 |
5,27 +0,97 |
0 |
<0,001 |
Min/día entrenamiento |
|
113,21 +20,55 |
94,13 +31,45 |
96,27 +25,82 |
0 |
<0,001 |
Medidas
expresadas en promedio ± SD y porcentajes.
Instrumentos
Para la medición del peso e IMC se utilizó una báscula
digital de precisión KERN modelo MFB 150®, Kern & Sohn, (Alemania). La
talla fue tomada con el tallímetro telescópico Holtex© (Francia). Para la
captura de la huella plantar se utilizó una plataforma de escaneado podálico
Podoscanalycer®, y el software de reconocimiento y comparación baropodométrica
Miletrix® (Italy), (Bellomo, Barassi,
Lodice, Di Pancrazio, Megna, & Saggini, 2012).
Procedimiento
Las mediciones fueron
tomadas en época tanto precompetitiva como competitiva en cada una de las
categorías seleccionadas según la disponibilidad de los deportistas (atletismo
de fondo, de velocidad y nadadores). Los participantes fueron informados
anteriormente de todo el proceso que se iba a llevar a cabo. Todos los
participantes dieron su consentimiento informado por escrito, en el caso de los
menores de edad la aprobación fue realizada por los tutores legales. En el
diseño del estudio se han tenido en cuenta la normativa legal vigente española
que regula la investigación clínica en humanos (Real Decreto 561/1993) así como
la ley de protección de datos de carácter personal (Ley Orgánica 15/1999).
También se cumplieron todas las normas éticas necesarias para la realización
del estudio según la Declaración de Helsinki (revisión de 2008).
Las mediciones se
realizaron en las propias instalaciones deportivas de las dos provincias donde
los deportistas realizaban sus entrenamientos. La toma de datos se hizo
inmediatamente después de la realización de las respectivas cargas de
entrenamiento específico de cada uno de los grupos de deportistas. Se instó a
cada grupo de deportistas a continuar sus entrenamientos con total normalidad y
sin cambios a pesar de la presente investigación.
De forma previa a las
mediciones, se completó un documento con los datos sociodemográficos de cada
sujeto y posteriormente se realizó la medición de talla y peso. Por último, se
tomó medida de la huella plantar subidos a la plataforma Podoscanalycer®. El
programa genera una imagen de huella plantar incluyendo dedos y discrimina la
posición y distribución de los mismos. De ahí se obtuvieron los datos
referentes a índice podálico, índice istmo, índice medio
podálico, índice calcáneo e índice metatarsal, de los que obtuvimos las
variables referentes a tipo de pie y tipo de huella mediante el cálculo del
índice de HC (Hernández Corvo, 1989) (figura 1).
|
0-34%
Pie plano 35-39%
Pie plano-normal 40-54%
Pie normal 55-59%
Pie normal-cavo 60-74%
Pie cavo 75-84%
Pie cavo fuerte 85-100%
Pie cavo extremo |
Figura 1. Fórmula para el cálculo del Índice Hernández
Corvo (HC). X = ancho del metatarso, Y = arco externo __superficie
de apoyo mediopie__.
Análisis Estadístico
La comparación por modalidad atlética y Grupo
de control de las características antropométricas, tiempo de entrenamiento y
huella plantar, así como los porcentajes de participantes según sexo y
tipología de pies se llevaron a cabo mediante ANOVA de un factor y test Chi2
respectivamente. La homocedasticidad y normalidad de las variables fueron
testadas mediante las pruebas de Levenne y Kolmogorov-Smirnov respectivamente.
La asociación entre años de entrenamiento (variable predictora) respecto a las
medidas de huella plantar [variable criterio = índice podálico, metatarsal,
mediopodal, calcáneo, itsmo, e índice H Corvo] se llevó a cabo mediante
análisis de regresión lineal. Para establecer la asociación de sujetos entrenados
(velocista, fondista, nadador) y Grupo de control respecto a la curvatura del
pie: no cavo (referente) vs. pie cavo, y tipología de pie [pie no Egipcio
(referente) vs. sí pie Egipcio, pie no cuadrado (referente) vs. sí pie
Cuadrado, y pie no Griego (referente) vs. sí pie Griego] se empleó el análisis
de regresión logística. Para llevar a cabo el análisis anterior los datos
fueron recodificados de la siguiente manera: Morfología del pie: (Pie no cavo =
plano + plano-normal + normal + normal cavo; y Pie cavo = cavo + cavo fuerte +
cavo extremo). Todos los análisis de regresión fueron ajustados por sexo
(masculino = 0 y femenino = 1), edad, e IMC. El nivel de significación fue
establecido en p<0.05. Los datos fueron analizados con el paquete
estadístico SPSS v.19 para WINDOWS, Chicago).
RESULTADOS
Los resultados
promedios (SD) de medidas de huella plantar y porcentajes de tipología de pie
(tipo 1 y 2) ___diferenciados por modalidad atlética (velocidad,
fondo, y natación) y Grupo de control___ se presentan en la tabla 2
y 3 respectivamente. El análisis post hoc de las variables que presentaron
diferencias significativas tras el ANOVA de un factor (p<0,05) revelaron que
los atletas fondistas eran significativamente mayores ___edad___ al
resto de participantes en el estudio (fondistas vs. todos = p<0,003). No se
hallaron diferencias en los años y días/semana de entrenamiento entre la
modalidades atléticas (p>0,05), sin embargo los velocistas manifestaron
entrenar un mayor número de minutos/día respecto a fondistas y nadadores
(p<0,005 en ambos). El índice podálico, metatarsal, modiopodálico y calcáneo
fue inferior en el Grupo de control respecto a las modalidades deportivas
(sedentarios vs. todos = p<0,001), no hallándose diferencias significativas
entre las diferentes modalidades atléticas (p>0,05). El índice istmo y el H
Corvo fue similar en todos los grupos medidos (p>0,05). La prevalencia de
pie tipo Egipcio fue significativamente superior al resto en todos los grupos
(p<0,05). También se puede apreciar como existe una tendencia hacia el tipo
de pie cavo pero sin llegar a ser significativa (porcentaje promedio = 51,89).
Tabla 2. Medidas de huella plantar (índice podálico,
índice metatarsal, índice mediopodal, índice calcáneo, índice itsmo, e índice H
Corvo). Datos diferenciados por modalidad atlética (velocidad, fondo, y
natación) y Grupo de control.
|
|
Velocista (n = 28) |
Fondista (n =29) |
Nadador (n =47) |
Grupo
control (n =67) |
P |
Índice podálico (cm) |
|
25,6 +1,38 |
25,72 +0,97 |
25,43 +1,41 |
23,95 +1,49 |
<0,001 |
Índice metatarsal (cm) |
|
10,17 +0,59 |
10,2 +0,80 |
10,22 +0,55 |
9,54 +0,59 |
<0,001 |
Índice mediopodal (cm) |
|
13,71 +0,73 |
13,77 +0,53 |
13,63 +0,75 |
12,9 +0,90 |
<0,001 |
Índice calcáneo (cm) |
|
6,15 +0,38 |
6,35 +0,54 |
6,24 +0,36 |
5,85 +0,36 |
<0.001 |
Índice istmo (cm) |
|
3,95 +1,04 |
4,04 +1,10 |
3,99 +1,24 |
4,09 +1,18 |
NS |
H Corvo (%) |
|
60,96 +10,68 |
60,01 +11,56 |
61,12 +11,24 |
57,14 +12,06 |
NS |
Medidas
expresadas en promedio ± SD.
Tabla 3. Tipología de pie 1 (plano, normal y cavo) y
tipo 2 (Egipcio, Cuadrado y Griego). Datos diferenciados por modalidad atlética
(velocidad, fondo, y natación) y Grupo de control.
|
|
Velocista (n = 28) |
Fondista (n =29) |
Nadador (n =47) |
Grupo
control (n =67) |
P |
Tipo de pie 1 (%) |
Plano |
0 |
0 |
0 |
1 (1,49) |
NS |
Plano normal |
0 |
0 |
1 (2,12) |
4 (5,97) |
||
Normal |
10 (35,71) |
11 (37,93) |
14 (29,78) |
24 (35,82) |
||
Normal-cavo |
1 (3,57) |
0 |
4 (8,51) |
5 (7,46) |
||
Cavo |
15 (53,57) |
16 (55,17) |
24 (51,06) |
32 (47,76) |
||
Cavo fuerte |
2 (7,14%) |
2 (6,89%) |
4 (8,51%) |
1 (1,49%) |
||
Cavo extremo |
- |
- |
- |
- |
||
Tipo de pie 2 (%) |
Egipcio |
16 (57,1%) |
17 (58,6%) |
36 (76,6%) |
56 (83,6%) |
0,013 |
Cuadrado |
6 (21,4%) |
7 (24,1%) |
4 (8,5%) |
10 (14,9%) |
||
Griego |
6 (21,4%) |
5 (17,2%) |
7 (14,9%) |
1 (1,5%) |
Medidas
expresadas en porcentajes.
Análisis de regresión
lineal
La asociación entre años de entrenamiento
respecto a las medidas de índice plantar en cada modalidad deportiva
(velocistas, fondistas, nadadores) y jóvenes pertenecientes al Grupo de control
se presentan en la tabla 4. Todos los análisis fueron ajustados por sexo, edad
e IMC. Los años de entrenamiento no se asoció significativamente a ningún
índice plantar (todos, p>0,05). Por otra parte, se observó que el sexo se
asoció negativamente ___es decir, las mujeres presentaban valores más pequeños___ con el
índice metatarsal en velocistas (β=-0,664; p=0,006), fondistas
(β=-1,430; p=0,015) y Grupo de control (β=-0,828; p<0,001). Las
chicas no entrenadas también mostraron menores valores de índice podálico,
medio podálico, e índice calcáneo β=-2,080, β =-1,080 y
β=-0,381, respectivamente, (todos p<0,001). También se comprobó que a
un mayor IMC los velocistas presentaban significativamente mayores valores de
índice podálico (β=0,302; p=0,028), sin embargo esta asociación fue
negativa en los fondistas (β=-0,260; p=0,020). El resto de asociaciones
relativas al IMC fueron positivas: β=0,106 (p=0,030) y β=0,047
(p=0,005) respecto al índice metartarsal en velocistas y Grupo control respectivamente,
β=0,057 (p=0,024) y β=0,158 (p=0,031) respecto al índice mediopodal
en fondistas y velocistas
respectivamente, β=0,086 (p=0,017) respecto al índice calcáneo en
velocistas, y β=0,047 (p<0,001) en Grupo control. La edad no se asoció
significativamente a ninguna medida de huella plantar (todos, p>0,05). No se
halló ninguna asociación significativa entre ninguna variable predictora y
medidas de huella plantar en nadadores (p>0,05).
Tabla 4. Análisis de regresión
mostrando la asociación de años de entrenamiento con las medidas de huella
plantar ___índice podálico, índice metatarsal, índice mediopodal,
índice calcáneo, índice itsmo, e índice H Corvo___.
VD |
VI |
Velocistas (n = 27) |
Fondistas (28) |
Nadadores (46) |
Grupo control (66) |
||||||||
β |
EE |
P |
β |
EE |
P |
β |
EE |
P |
β |
EE |
P |
||
Índice podálico |
Años
de entrenamiento |
-,031 |
,059 |
0,610 |
,019 |
,032 |
0,550 |
,047 |
,042 |
,272 |
_ |
_ |
_ |
Sexo |
-,522 |
,608 |
0,399 |
,610 |
,692 |
0,387 |
,219 |
,482 |
,652 |
-2,08 |
,323 |
<,001 |
|
Edad |
,028 |
,046 |
0,543 |
,031 |
,026 |
0,247 |
,058 |
,041 |
,164 |
,064 |
,047 |
,182 |
|
IMC |
,302 |
,129 |
0,028 |
-,260 |
,104 |
0,020 |
,143 |
,102 |
,170 |
,063 |
,042 |
,140 |
|
Índice
metatarsal |
Años
de entrenamiento |
-,010 |
,021 |
0,642 |
,046 |
,025 |
0,084 |
,020 |
,017 |
,178 |
_ |
_ |
_ |
Sexo |
-,664 |
,217 |
0,006 |
-1,43 |
,548 |
,015 |
,141 |
,197 |
,478 |
-,828 |
,122 |
<,001 |
|
Edad |
,007 |
,016 |
0,689 |
-,013 |
,021 |
,517 |
,027 |
,017 |
,112 |
,005 |
,018 |
,800 |
|
IMC |
,106 |
,046 |
0,030 |
-,024 |
,083 |
,771 |
,023 |
,042 |
,581 |
,047 |
,016 |
,005 |
|
Índice
mediopodal |
Años
de entrenamiento |
-,017 |
,032 |
0,591 |
,009 |
,017 |
,618 |
,024 |
,022 |
,298 |
_ |
_ |
_ |
Sexo |
-,295 |
,325 |
,373 |
,377 |
,378 |
,328 |
,153 |
,259 |
,557 |
-1,08 |
,216 |
<,001 |
|
Edad |
,016 |
,024 |
,523 |
,017 |
,014 |
,251 |
,032 |
,022 |
,149 |
,048 |
,031 |
,136 |
|
IMC |
,158 |
,069 |
,031 |
-,138 |
,057 |
,024 |
,078 |
,055 |
,160 |
,024 |
,028 |
,407 |
|
Índice calcáneo |
Años
de entrenamiento |
-,004 |
,015 |
,802 |
-,003 |
,022 |
,878 |
,013 |
,011 |
,248 |
_ |
_ |
_ |
Sexo |
-,242 |
,156 |
,135 |
,004 |
,467 |
,993 |
,059 |
,127 |
,641 |
-,381 |
,079 |
<,001 |
|
Edad |
,005 |
,012 |
,686 |
,006 |
,017 |
,726 |
,012 |
,011 |
,291 |
,005 |
,012 |
,690 |
|
IMC |
,086 |
,033 |
,017 |
-,038 |
,070 |
,591 |
,033 |
,027 |
,230 |
,047 |
,010 |
<,001 |
|
Índice istmo |
Años
de entrenamiento |
,082 |
,059 |
,175 |
,028 |
,041 |
,505 |
,011 |
,040 |
,795 |
_ |
_ |
_ |
Sexo |
,178 |
,605 |
,771 |
,955 |
,896 |
,297 |
,145 |
,465 |
,756 |
-,159 |
,331 |
,633 |
|
Edad |
-,056 |
,045 |
,227 |
-,028 |
,034 |
,409 |
,049 |
,040 |
,223 |
,006 |
,048 |
,909 |
|
IMC |
-,023 |
,128 |
,857 |
,010 |
,135 |
,942 |
-,001 |
,099 |
,988 |
,081 |
,043 |
,067 |
|
Índice H Corvo |
Años
de entrenamiento |
-,840 |
,576 |
,158 |
-,097 |
,418 |
,819 |
-,02 |
,368 |
,954 |
_ |
_ |
_ |
Sexo |
-4,47 |
5,932 |
,458 |
-16,5 |
9,033 |
,079 |
-,75 |
4,232 |
,860 |
-2,18 |
3,41 |
,526 |
|
Edad |
,592 |
,446 |
,197 |
,211 |
,338 |
,539 |
-,37 |
,360 |
,303 |
-,080 |
,50 |
,863 |
|
IMC |
,587 |
1,258 |
,645 |
-,15 |
1,360 |
,913 |
,112 |
,897 |
,902 |
-,64 |
,44 |
,155 |
Datos
mostrados en cada modalidad deportiva (velocistas, fondistas, nadadores) y del
Grupo control. Valor de la beta no estandarizada y error estándar (EE). Los
análisis fueron ajustados por sexo, edad, e IMC.
Análisis de regresión logística
binaria
El análisis de regresión logística que empleó
como variable dependiente la curvatura del pie (no cavo (referente) vs. pie
cavo) y como variables independientes el tipo de modalidad deportiva
(entrenados) y sedentarios (Grupo control) mostró que ninguno de ellos tenía riesgo relativo
(odss ratio __OR__) de tener un pie cavo (todos
p>0.05) (Tabla 5). El mismo análisis pero empleando como variable
dependiente el tipo de pie mostró que ni la pertenencia a un grupo específico
de atletas (velocistas, fondistas, nadadores) ni el Grupo control presentaron
un riesgo superior respecto a tener una morfología específica de pie del tipo
Egipcio, Cuadrado o Griego (todos p>0.05) (Tabla 6).
Tabla 5. Riesgo relativo (OR) de
tener un pie cavo por pertenecer a una determinada modalidad atlética
(velocista, fondista, y nadador).
|
|
Velocista |
Fondista |
||||||
|
|
N |
p |
OR |
95%CI |
N |
p |
OR |
95%CI |
Pie
cavo |
No
|
75 |
|
1 |
Referente |
75 |
|
1 |
Referente |
Si |
96 |
0,688 |
0,831 |
0,338-2,047 |
96 |
0,937 |
0,960 |
0,346-0,661 |
|
Nadador |
Grupo control |
||||||||
No |
75 |
|
1 |
Referente |
75 |
|
1 |
Referente |
|
Si |
96 |
0,907 |
1,051 |
0,454-2,432 |
96 |
0,981 |
1,1013 |
0,366-2,804 |
CI
= Intervalo de confianza. ORs fueron ajustados por sexo, edad, e IMC.
Tabla 6. Riesgo relativo (OR) de tener pie
Egipcio, pie Cuadrado, o pie Griego por pertenecer a una determinada modalidad
atlética (velocista, fondista, y nadador).
|
|
Velocista |
Fondista |
||||||
|
|
N |
p |
OR |
95%
CI |
N |
p |
OR |
95%
CI |
Egipcio |
NO |
47 |
|
1 |
Referente |
47 |
|
1 |
Referente |
SI |
124 |
,172 |
,531 |
0,214-1,318 |
124 |
<0,999 |
1,000 |
0,340-2,943 |
|
Cuadrado |
NO |
144 |
|
1 |
Referente |
144 |
|
1 |
Referente |
SI |
27 |
0,285 |
1,839 |
0,602-5,621 |
27 |
0,511 |
0,642 |
0,171-2,409 |
|
Griego |
NO |
152 |
|
1 |
Referente |
152 |
|
1 |
Referente |
SI |
19 |
0,279 |
1,867 |
0,603-5,781 |
19 |
0,293 |
2,229 |
0,501-9,924 |
|
|
Nadador |
Grupo control |
|||||||
Egipcio |
NO |
47 |
|
1 |
Referente |
47 |
|
1 |
Referente |
SI |
124 |
,214 |
1,842 |
0,703-4,829 |
124 |
0,850 |
1,110 |
0,354-3,475 |
|
Cuadrado |
NO |
144 |
|
1 |
Referente |
144 |
|
1 |
Referente |
SI |
27 |
0,394 |
0,578 |
0,164-2,040 |
27 |
0,461 |
1,649 |
0,437-6,226 |
|
Griego |
NO |
152 |
|
1 |
Referente |
152 |
|
1 |
Referente |
SI |
19 |
0,388 |
0,545 |
0,137-2,163 |
19 |
0,204 |
0,208 |
0,018-2,345 |
CI
= Intervalo de confianza. ORs fueron ajustados por sexo, edad, e IMC.
DISCUSION
El presente estudio ha
pretendido analizar la influencia del entrenamiento en la formación del tipo de
pie en deportistas especializados en carrera de velocidad, fondo, y natación,
así como determinar patrones semejantes entre cada grupo. Los resultados han
revelado que los años de entrenamiento de los atletas y la edad no se asocian
significativamente a ningún índice plantar específico. Las mujeres velocistas, fondistas y no entrenadas
presentan valores más pequeños de índice metatarsal, y solo las no entrenadas
se relacionan con menores valores de índice podálico, medio podálico, e índice
calcáneo que los varones. Se ha comprobado también que el IMC se asocia
positivamente con el índice podálico, metatarsal, mediopodal, y calcáneo en
velocistas. Sin embargo, en fondistas el IMC se asocia de forma positiva con el
índice mediopodal pero de forma negativa con el índice podálico. Los resultados
de este estudio han mostrado también que el entrenamiento regular en carreras
de velocidad y fondo, así como en natación, no ejerce una influencia
significativa en la curvatura del pie ni modifica su tipología. Aunque no de
forma significativa, el tipo de pie predominante según la distribución de los
dedos es el Egipcio y según la curvatura prevalece el cavo.
En la presente investigación, los años de entrenamiento en atletas de
velocidad, fondo, y natación no han ocasionado modificaciones en la curvatura del pie ni en
su tipología. Estos resultados difieren de los hallados por Sirgo, Méndez,
Egocheaga, Maestro y Del Valle (1997) que encontraron diferencias en la huella
y en el apoyo entre deportistas de distintas disciplinas (futbolistas y
nadadores). Sin embargo, dentro del mismo deporte, López, Alburquerque, Santos,
Sánchez y Domínguez (2005) concluyeron que no había diferencias en el tipo de pié
en futbolistas de distintas categorías.
Nosotros encontramos
que los deportistas de las diferentes modalidades tenían valores superiores en
la mayoría de los índices plantares que los del Grupo de control. Estos
resultados están en consonancia con los de Kulthanan,
Techakampuch
y Donphongam (2004), Elvira,
Riera,
García, y Roca (2006), y
Franco et al. (2009), los cuales analizaron la huella plantar de individuos sedentarios frente a
deportistas. Franco et al. (2009) achacaron estas diferencias ___entre
deportistas y no entrenados___ a variables ambientales, genéticas, o
incluso al uso continuado del calzado deportivo durante el entrenamiento. Por
el contrario, otros estudios no consideran que el uso de calzado sea motivo de
modificaciones podales, y concluyeron que el tipo de pie no afecta al
rendimiento y tampoco tiene por qué influir en la aparición de lesiones (Oestergaard et al., 2013). Berdejo-del-Fresno
et al. (2013), también demostraron adaptaciones en las huellas de ambos pies en
deportistas de élite femeninas de hockey y fútbol sala. Se comprobó que en
hockey ambos pies tenían tendencia a aplanarse y solo el pie dominante en
fútbol sala, sin embargo, las mujeres sedentarias no presentaron modificación
de la huella plantar.
Teniendo en cuenta el conjunto de los índices
medidos, el grupo de deportistas tendrían el pie más ancho y largo que el grupo
control, y podría deberse a la necesidad de estabilidad y reparto de cargas
plantares durante la actividad física. La aplicación de estrés a los conjuntos
óseos, musculares y tendinosos provoca una reacción de sobreprotección y
adaptación del sistema locomotor. Encontramos en el deporte la continua
aportación de estrés o un efecto de la exigencia deportiva sobre la
arquitectura podal si se tiene en cuenta que estudios realizados por otros
autores manifiestan la distinción significativa del pie y su huella plantar entre
poblaciones deportistas y no deportistas (Jones y Hunt, 1985). Según Sirgo et
al (1997), se podrían producir adaptaciones crónicas a partir de otras
adaptaciones temporales ante el esfuerzo deportivo, así como cambios y
adaptaciones en la marcha como método preventivo de futuras lesiones causadas
por el impacto en el apoyo. Esto podría ser aplicado también en actividades
mucho más exigentes como las deportivas de rendimiento.
Las chicas no
entrenadas de este estudio mostraron menores valores de índice podálico, medio
podálico, e índice calcáneo que los varones. Según Gómez, Franco, Nathy,
Valencia, Vargas y Jiménez (2009), las mujeres deportistas tienen un pie más
largo y ancho que las sedentarias, independientemente de la estatura. De una
forma más concreta, McWhorter, Landers,
Wallmann, Altenburger, Berry, Tompkins. (2006), analizaron el efecto de andar y correr sobre
el pie y observaron que hombres y mujeres respondían de forma diferente ya que
en los hombres no existían diferencias tras andar 12 minutos, y en las mujeres
sí. Esta controversia parece indicar que las dimensiones de los pies de hombres
y mujeres responden de forma distinta al ejercicio.
Aunque hay investigadores
que han detectado una mayor presencia de sujetos con un tipo de pie normal
(Zurita et al., 2007), en el presente estudio el tipo de pie cavo fue el más
común en todos los grupos, aunque no de forma significativa, resultados que
están en consonancia con los obtenidos por Franco
et al. (2009) y Gómez et al. (2009). Por su parte, Elvira
et al. (2006), también encuentran la prevalencia del tipo de pie cavo, y
concluyen que las actividades desarrolladas en el medio terrestre tienen un
plus de carga de trabajo y estrés para el pie, y son necesarias ciertas
adaptaciones músculo-esqueléticas en el pie del deportista que tiende a
moldearlo creando un arco plantar más elevado que las personas sedentarias. Además
si el ejercicio físico es repetitivo y se mantiene durante largos periodos de
tiempo tiende a moldear un pie más cavo (Wegener, Burns y Penkala, 2008). Sin embargo, en el presente estudio no se aprecian
diferencias entre deportistas y el Grupo de control. Además, nuestros
resultados muestran que los años que lleven los atletas entrenando
y su edad no influyen en tener ningún índice plantar específico. Consideramos
que la práctica deportiva concreta no es un
factor tan influyente en las modificaciones morfológicas de la huella plantar,
ya que no queda claro que un tipo determinado de pie corresponda sólo a los
deportistas o sea consecuencia de realizar actividad física.
Por último, en esta
investigación el tipo de pie que predomina en función de la distribución de los
dedos es el de tipo Egipcio. Esta tipología es según Franco et al., (2009) la
más normal en humanos. Además, la
mayor parte de nuestros participantes entrenados y no entrenados tienen el pie cavo. Este aspecto es controvertido y se ha de
tomar con cautela, especialmente debido a que existe una gran variabilidad entre
los métodos para evaluar la huella plantar. Por ejemplo el empleo del índice HC
puede considerar que un pie es cavo mientras que la evaluación empleando el
índice de arco se podría obtener una valoración de pie normal
(Berdejo-del-Fresno et al., 2013). Diferenciar lo anterior es especialmente
importante ya que cuanto más cavo es un pie más propenso es a las lesiones (Sánchez, 1993; Comín,
1999; Zurita et al., 2007), especialmente debido
a una predisposición supinadora que incrementa el riesgo de lesiones en los
miembros (Olivera et al., 2001). Sin
embargo, no sólo la supinación puede ser lesiva. Una pronación excesiva también
puede llevar a lesiones ya que la eversión del pie que se produce por la
pronación da lugar a una rotación tibial que es trascendental en la sobrecarga
por estrés de la rodilla, pudiendo provocar lesiones en esta y en los tobillos
(Hintermann & Nigg,1998).
Se ha
comprobado que los
atletas tienen un pobre conocimiento acerca de su tipo de pie (Hohmann, Reaburn, y Imhoff, 2012). La importancia del pie en el desplazamiento del cuerpo humano y su función
tanto estática como dinámica hacen que sea crucial conocer su morfología y
estructura con el objetivo de prever los riesgos a los que se exponen los deportistas
durante sus entrenamientos. Conocer por ejemplo si un deportista tiene
necesidad de órtesis plantares, por posibles modificaciones en la huella
plantar puede contribuir a prevenir lesiones y contribuir al aumento del
rendimiento deportivo (Ozer y Barut, 2012; Wong, Chamari, Wisløff, y Hong, 2007).
En las poblaciones que nos competen, respecto a los corredores hay que evitar
sobrecargas y malas posturas en las extremidades inferiores, que es donde se
producen más del 90% de las lesiones (Fourchet et al., 2011; Nagel et al.,
2008). En los atletas velocistas hay que controlar muy bien las cargas de
entrenamiento de fuerza que pueden llevar a tendinopatías (Lee y piazza, 2009).
Además, las fracturas por estrés en corredores con un
arco plantar elevado tienen una incidencia del 40% (Korpelainen et al., 2001),
por lo que es de gran importancia conocer el “mapa plantar” y la tipología del
pie del deportista, con el objetivo de prevenir y recuperar estas lesiones.
CONCLUSIONES
Se concluye que los
años de entrenamiento y la edad de los nadadores y atletas de carreras de
velocidad y fondo españoles no se asocian con ningún índice plantar específico ___índice
podálico, índice metatarsal, índice mediopodal, índice calcáneo, índice itsmo,
e índice H Corvo___ ni tipología del pie ___Egipcio,
Cuadrado, o Griego___. Son mayores las diferencias de morfología de
pie entre atletas y jóvenes sedentarios que dentro de las diferentes
modalidades atléticas. El entrenamiento regular en carreras de velocidad,
fondo, y natación no ejerce una influencia significativa en la curvatura del
pie ni modifica su tipología. Aunque no de forma significativa, el tipo de pie
predominante en estos atletas según la distribución de los dedos es el Egipcio
y según la curvatura prevalece el cavo. El sexo y el IMC son variables a tener
en cuenta en los futuros análisis biomecánicos de la morfología del pié en
atletas ya que se asocian a diferentes índices plantares según la modalidad
deportiva.
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Referencias totales / Total references: 41 (95,1%)
Referencias propias de la revista /
Journal's own references: 2 (4,9%)
Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte - vol. 16 - número 63 - ISSN: 1577-0354