DOI: http://dx.doi.org/10.15366/rimcafd2016.64.001
ORIGINAL
COMPARACIÓN DE UN ENTRENAMIENTO PROPIOCEPTIVO
SOBRE BASE ESTABLE Y BASE INESTABLE
COMPARISON OF
A PROPRIOCEPTIVE TRAINING PROGRAM ON STABLE BASE AND UNSTABLE BASE
Gonzalez-Jurado, J.A.1; Romero
Boza, S.2; Campos Vázquez, M.A.3; Toscano Bendala, F.J.4
y Otero-Saborido, F.M.5.
1Profesor Titular de Universidad. Universidad
Pablo de Olavide de Sevilla, España. jagonjur@upo.es
2 Máster Oficial Rendimiento Físico
y Deportivo. Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, España. sergioromero_1987@hotmail.com
3 Máster Oficial Rendimiento Físico
y Deportivo. Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, España. camposvazquez@hotmail.com
4Profesor Ayudante Universidad Católica
San Antonio de Murcia, España. fjtoscano@ucam.edu
5 Profesor Asociado Doctor.
Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, España. fmotero@upo.es
Código UNESCO / UNESCO code: 2406.04 Biomecánica / Biomechanics
Clasificación del Consejo de Europa / Council of Europe classification: 3. Biomecánica del deporte / Biomechanics of sport.
Recibido 11 de enero de
2014 Received January 11, 2014
Aceptado 13 de marzo de
2014 Accepted march 13, 2014
RESUMEN
El objetivo de este estudio fue
comparar dos programas de entrenamiento propioceptivo sobre base estable (G1) y
base inestable (G2). Durante 5 semanas, 18 jugadores de fútbol profesional se
sometieron a un programa de entrenamiento propioceptivo, 9 formaron el G1 y 9
G2. Se aplicó el Standard Excursion Balance Test (Test de Estrella) antes y
después de la intervención. Los resultados intragrupo mostraron diferencias
significativas en las variables ANT.IZDO; ANTLAT.IZDO; POST.D y ANTMED.D
(p<0,005) para el G1 y ANT.D; ANT.IZDO; POSTMED.D; POSTMED.IZDO Y MED.D (p
<0,005) para el G2. No se hallaron evidencias significativas entre el
entrenamiento en base estable y base inestable para la mejora del equilibrio y
la estabilidad.
PALABRAS CLAVE: Equilibrio,
Ejercicio, Prevención de lesiones, Propiocepción.
ABSTRACT
The
aim is to compare two proprioceptive training programs on a stable (G1) and an
unstable (G2) base in terms of balance and stability. During a 5 week period,
18 professional football players underwent a proprioceptive training program, 9
in G1 and the other 9 in G2. The
Standard Excursion Balance Test was applied before and after the intervention
program. Significant intragroup differences were found in the variables LEFT
FRONT, ANTEROLATERAL LEFT (ANTLAT.LEFT), BACK RIGHT
and ANTEROMEDIAL RIGHT (ANTMED.RIGHT) (p<0,005) for the G1, and FRONT RIGHT,
FRONT LEFT, POSTMED.RIGHT, POSTMED.LEFT and MED.RIGHT (p <0,005) for G2. We
conclude that there are no significant differences between the unstable base
training and training stable base
regarding improvement in balance and
stability.
KEY WORDS: Balance, Exercise, Injury Prevention, Proprioception.
INTRODUCCION
El
auge que ha experimentado la práctica deportiva en las sociedades actuales, la inadecuada
prescripción y diseño de ejercicios, las exigencias de dichas prácticas y
el incremento del número de
participantes y competiciones, entre otros factores, han provocado un aumento notorio de la prevalencia y la
incidencia de alteraciones que afectan a la salud y a la calidad de vida de los individuos y,
concretamente, al aparato locomotor (Campos Izquierdo &
Lalín Novoa, 2012).
Muchos
estudios epidemiológicos han demostrado que las lesiones en el ámbito deportivo
o en el ámbito de la recreación han sido consideradas como uno de los
principales problemas de salud en países desarrollados (Belechri, Petridou,
Kedikoglou, & Trichopoulos, 2001). Dentro del ámbito deportivo, el fútbol presenta un alto
nivel de participación mundial con más de 200 millones de practicantes en todo
el mundo (Junge & Dvorak,
2004).
Las
extremidades inferiores son más propensas a sufrir lesiones en comparación con
los miembros superiores, el 67,7% frente a 13,4%, respectivamente (Longo,
Loppini, Cavagnino, Maffulli, & Denaro, 2012). En este sentido se ha reportado que en
el fútbol el 77% de las lesiones se producen en los miembros inferiores,
mientras que el 33% se produjeron en los miembros superiores (Morgan
& Oberlander, 2001). Otros autores determinan que la mayoría
de las lesiones que sufren los jugadores de fútbol afectan a las extremidades
inferiores siendo las roturas o contracturas musculares, las contusiones y los
esguinces las lesiones agudas más frecuentes (Arnason et al., 2004), y que la gran mayoría de las lesiones se asocian con la
parte dominante del cuerpo (52,3%) frente a la no dominante (38,7%) (Hawkins & Fuller,
1999).
El tobillo es una de las
articulaciones que más se lesionan a nivel deportivo y en concreto, el esguince
del ligamento lateral externo del tobillo (LLE), es una de las lesiones musculo-esqueléticas
más frecuente en los deportistas (Garrick, 1977; Hawkins & Fuller, 1999), que pueden provocar
un tiempo significativo de inactividad deportiva, discapacidad y altos costes a
la salud pública (McGuine, Greene, Best, & Leverson, 2000). Normalmente, en torno al 85 % de los esguinces de LLE de
tobillo, vienen provocados por una inversión forzada y flexión plantar. Muchos
estudios han demostrado que los deportes en donde existen constantes cambios de
ritmo y de dirección, como el fútbol, presentan altos porcentajes de este tipo
de lesión (Garrick, 1977; McGuine et al., 2000).
La rodilla es la articulación que
sufre un mayor número de lesiones en el periodo competitivo de la temporada.
Algunos estudios, cifran esa incidencia en un 30%, frente a otros estudios que señalan la incidencia
entre el 14-32 % (Engebretsen, Myklebust, Holme, Engebretsen, & Bahr, 2010). Las lesiones de rodilla representan entre el 15% y el 21%
del total de lesiones en futbolistas profesionales, de las cuales, un 75% hacen
referencia a las sufridas en el Ligamento Lateral Interno (LLI) (Arnason et al., 2004; Hawkins & Fuller, 1999; Woods, Hawkins, Hulse,
& Hodson, 2002). Las lesiones del
Ligamento Cruzado Anterior (LCA) representan sólo el 5% de lesiones en
deportistas de alto nivel (Giza & Micheli, 2005).
La propiocepción es considerada como
una fuente de información sensorial que provee de información a nuestro
organismo para intervenir en el control neuromuscular. Los principales
receptores de información descritos en la literatura, hacen referencia a
Corpúsculo de Ruffini, Corpúsculo de Pacini y finalmente los Husos
neuromusculares y Órganos tendinosos de Golgi (Lephart, Pincivero, & Rozzi, 1998). El sistema propioceptivo, a través de la respuesta
refleja eferente a una señal aferente previa, permite una estabilidad dinámica
de la articulación adecuada para mantener el equilibrio (Mandelbaum et al., 2005). La propiocepción
es un elemento fundamental en los programas de entrenamiento para la prevención
de las lesiones en rodilla y tobillo (Hübscher et al., 2010; Lauersen, Bertelsen, & Andersen, 2013). Un feedback
neuromuscular adecuado proporciona un importante componente para la
estabilización y el mantenimiento de la estabilidad articular (Lephart et al., 1998).
Multitud
de evidencias científicas justifican el trabajo propioceptivo para la mejora de
la estabilidad en las articulaciones del tobillo y la rodilla. Un estudio
pionero fue el llevado a cabo por Tropp y Askling (1985) que determinaron que
en jugadores profesionales, tras 6 semanas de entrenamiento propioceptivo en
plato de Freeman (inestable) se mejoró la estabilidad a nivel monopodal en las
extremidades del tren inferior. En esta línea, muchos autores determinan que el
entrenamiento propioceptivo debe estar basado en protocolos donde se incide en
la utilización de planos inestables, otros autores sin embargo determinan que
la combinación entre plano estable e inestable es lo que reporta mejores
resultados (Eils & Rosenbaum, 2001; Paterno, Myer, Ford, & Hewett, 2004).
Los
efectos de los programas propioceptivos fueron medidos de diferente manera: tiempo
de activación de la musculatura insertada en la extremidad a evaluar (Eils & Rosenbaum, 2001); posición del centro de gravedad (Bernier & Perrin, 1998; Tropp & Askling, 1988) o la angulación de la
extremidad en cuestión (Brooks, Potter, & Rainey, 1981). Se considera que es importante poder establecer las
diferencias entre ambos tipos de protocolos de entrenamiento y ver cuál de
ellos es más útil en la práctica deportiva para prevenir lesiones.
Los objetivos de este estudio fueron
analizar el efecto de un programa de entrenamiento basado en ejercicios
propioceptivos sobre la estabilidad en rodilla y tobillo, y comparar la
eficacia para mejorar la estabilidad de la rodilla y el tobillo del
entrenamiento propioceptivo sobre base estable versus base inestable.
MÉTODOS
La muestra de estudio estuvo formada por 20 futbolistas
que pertenecían a la plantilla del primer equipo de un club de la Segunda
División Española. Los criterios de inclusión fueron: pertenecer a la primera
plantilla del club; ser jugador de la primera plantilla; no haber sufrido
ninguna lesión que le haya apartado del trabajo en grupo durante 2 o más
sesiones en las dos semanas previas a la realización del estudio; haber pasado
el reconocimiento médico en el inicio de la pretemporada. Los criterios de
exclusión fueron: haber sufrido alguna lesión que le haya apartado del trabajo
en grupo durante 2 o más sesiones en las dos semanas previas a la realización
del estudio; faltar 2 o más sesiones de entrenamiento durante el programa de
intervención; realizar trabajo propioceptivo fuera del protocolo de
intervención establecido; padecer algún tipo de lesión articular crónica.
La muestra se dividió en dos grupos aleatorios. Grupo
Experimental 1 (G1), formado por 9 futbolistas (25,89±3,85 años; 1,78±0,053 m.;
73,84±6,26 Kg.), el cual siguió el protocolo de entrenamiento en base estable.
Grupo Experimental 2 (G2), formado por 9 futbolistas (23,33±3,01 años;
1,80±0,05 m; 74,87±6,11 Kg.), el cual siguió el protocolo en base inestable. El
estudio fue realizado dentro de la dinámica de entrenamientos de un equipo de
fútbol profesional como medida preventiva rutinaria incorporada en sus sesiones
de entrenamiento
Para
estimar la estabilidad a nivel de las extremidades del tren inferior, se
utilizó el Star Excursion Balance Test
(SEBT). Se trata de un método valido, fiable, económico y de fácil
aplicabilidad para medir estabilidad en las extremidades inferiores (Plisky, Rauh, Kaminski, & Underwood, 2006). Este test está validado para estimar los niveles de
estabilidad en las articulaciones del tren inferior con una correlación del
0.67–0.87 (Kinzey & Armstrong, 1998). Se realizó tres veces y como medida final se utiliza el
promedio de las 3 repeticiones llevadas a cabo. Se descartan aquellas
repeticiones que: el pie de apoyo se mueva para alcanzar más distancia; se
levante el pie de apoyo realizando la medición;
no se mantenga un segundo el pie
alejado en la marca alcanzada y finalmente pierda el equilibrio (Plisky et al., 2006). Para iniciar la prueba se ubica la extremidad a evaluar
en el centro de la figura (Figura 1), movilizando el contralateral en sentido
anterior para continuar hacia el sentido medial, intentando alcanzar la máxima
distancia en cada dirección. Al realizar la prueba en el sentido lateral y
posterolateral la pierna en movimiento debe pasar por detrás a la que se
encuentra en apoyo (Chaiwanichsiri, Lorprayoon, & Noomanoch, 2005; Gribble & Hertel,
2003; Olmsted, Carciat, Hertel, & Shultz, 2002; Plisky et al., 2006). Para el comienzo de
la prueba, cada sujeto debe ejecutar 6 repeticiones con cada pierna a cada
dirección a medir con el objetivo de familiarizarse con el test. Tras estas repeticiones a modo de
prueba, se realizan estiramientos de los cuádriceps, isquiosurales y tríceps
sural, durante 5 minutos.
La
aplicación del SEBT permitió estimar las siguientes variables antes y después
del protocolo de entrenamiento: Anterior Derecho (ANT.D);
Anterior Izquierdo (ANT.IZDO); Anterolateral derecho (ANTLAT.D); Anterolateral
Izquierdo (ANTLAT.IZDO); Lateral Derecho (LAT.D); Lateral Izquierdo (LAT.IZDO);
Posterolateral Derecho (POSTLAT.D); Posterolateral Izquierdo (POSTLAT.IZDO);
Posterior Derecho (POST.D); Posterior Izquierdo (POST.IZDO); Posteromedial
Derecho (POSTMED.D); Posteromedial Izquierdo (POSTMED.IZDO); Medial Derecho
(MED.D); Medial Izquierdo (MED.IZDO); Anteromedial Derecho (ANTMED.D);
Anteromedial Izquierdo (ANTMED.IZDO).
Figura 1. Star Excursion Balance Test o Test de Estrella
Los pretest
y postest se realizaron en ambos grupos antes del entrenamiento para evitar que
la carga de entrenamiento afecte a los resultados. Durante la fase de intervención
se aplicaron idénticos protocolos de entrenamiento a ambos grupos, siendo la
base de apoyo el único factor diferencial; estable para G1 e inestable para G2
(Tabla 1). El protocolo de entrenamiento fue estructurado en 5 fases de una
semana de duración. La frecuencia de entrenamiento fue de 5 días por semana en
las primeras 4 fases y de tres días por semana en la última fase (McGuine & Keene, 2006).
Los ejercicios aplicados fueron adaptados al fútbol y se
desarrollaron mediante un circuito de 4 estaciones. El tiempo de trabajo fue de
30 segundos en cada pierna con cambios de pierna tras 30 segundos de
recuperación. El G2 realizó el circuito con 4 elementos inestables colchoneta
blanda, Plato de Freeman, Plataforma Fit-sit y Dispositivo Dyn–Air. Los dos
programas de entrenamiento fueron las variables independientes del estudio y
las variables dependientes los valores obtenidos tras la aplicación del SEBT. Todos
los sujetos fueron informados previamente sobre el objetivo del estudio y los
tipos de tests que se iban a aplicar, asimismo todos firmaron un consentimiento
informado siguiendo los acuerdos de la Declaración de Helsinki.
El tratamiento estadístico se realizó con el programa
SPSS-18®. Para determinar si las variables se ajustaban a una
distribución normal se realizó el test Shapiro-Wilk y la homocedasticidad se
determinó mediante el test de Levenne. Para los contrastes de hipótesis
intragrupos se aplicó el test t de Student (p<0,05) para variables que
cumplían normalidad y el test de Wilcoxon (p<0,05) si no se ajustaban a la normalidad. Para la
comparación intergrupos se realizó un análisis de la covarianza (ANCOVA),
usando los datos de los pretests como covariable (p<0,05). Se incluyó la
evaluación del Tamaño del Efecto. Los criterios aplicados para establecer la
magnitud del cambio fueron: pequeño (d=,20), moderado (d=,50), y grande (d=,80)
(Cohen,
1988).
Tabla 1. Protocolo de entrenamiento propioceptivo |
|||
Fase |
Sesiones/ Semana |
Ojos |
Ejercicios |
1 |
5 |
Abiertos |
1. Monopodal 2. Monopodal con balanceo pierna libre 3. Monopodal con squat a 30-45º en
rodilla 4. Monopodal dinámico con carga,
choque |
2 |
5 |
Cerrados |
1. Monopodal 2. Monopodal con balanceo pierna libre 3. Monopodal con squat a 30-45º en
rodilla 4. Monopodal dinámico con carga,
choque |
3 |
5 |
Abiertos |
1. Monopodal pase balón a mano 2. Monopodal balanceo pierna libre
pase balón a mano 3. Monopodal squat a 30-45º en rodilla
pase balón a mano 4. Monopodal dinámico con carga, choque y pase balón a mano |
4 |
5 |
Abiertos |
1. Monopodal pase balón cabeza 2. Monopodal con balanceo pierna libre
pase balón a cabeza 3. Monopodal con squat a 30-45º en
rodilla pase balón a cabeza 4. Monopodal dinámico con carga,
choque y pase balón a cabeza |
5 |
3 |
Abiertos |
1. Monopodal con pase balón pie 2. Monopodal con balanceo pierna libre
con pase balón a pie 3. Monopodal con squat a 30-45º en
rodilla con pase balón a pie 4. Monopodal dinámico con carga, choque y con pase balón a pie |
RESULTADOS
A continuación se muestran los
resultados intragrupo antes y después del periodo de intervención en base
estable (Tabla 2) y en base inestable (Tabla 3). Se observan cambios
estadísticamente significativos en las variables: ANT.IZDO; ANTLAT.IZDO; POST.D
Y ANTMED.D en el G1 y en el G2 se obtuvieron diferencias estadísticamente
significativas en las variables: ANT.D; ANT.IZDO; POSTMED.D; POSTMED.IZDO Y
MED.D
Tabla 2.
Puntuaciones en SEBT§. Comparación de promedios pretest y
postest en Grupo Experimental 1 (entrenamiento en Base Estable). |
|||||
|
Pretest |
Postest |
p valor |
Effect Size |
|
(X ± DS) |
(X ± DS) |
Valor |
Diferencia |
||
ANT.D |
0,89 ± 0,06 |
0,90 ± 0,05 |
0,330 |
0,70 |
Moderado |
ANT.IZDO |
0,86 ± 0,06 |
0,89 ± 0,06 |
0,000* |
0,55 |
Moderado |
ANTLAT.D |
0,85 ± 0,11 |
0,85 ± 0,09 |
0,633 |
0,11 |
Pequeño |
ANTLAT.IZDO |
0,83 ± 0,08 |
0,86 ± 0,09 |
0,004* |
0,52 |
Moderado |
LAT.D |
0,84 ± 0,10 |
0,86 ± 0,10 |
0,012* |
0,19 |
Pequeño |
LAT.IZDO |
0,82 ± 0,12 |
0,84 ± 0,11 |
0,081 |
0,27 |
Pequeño |
POSTLAT.D |
0,95 ± 0,05 |
0,96 ± 0,05 |
0,097 |
0,52 |
Moderado |
POSTLAT.IZDO |
0,95 ± 0,07 |
0,96 ± 0,07 |
0,160 |
0,19 |
Pequeño |
POST.D |
1,02 ± 0,05 |
1,04 ± 0,04 |
0,002* |
0,50 |
Moderado |
POST.IZDO |
1,02 ± 0,05 |
1,04 ± 0,05 |
0,062 |
0,50 |
Moderado |
POSTMED.D |
0,97 ± 0,08 |
0,98 ± 0,07 |
0,051 |
0,63 |
Moderado |
POSTMED.IZDO |
0,98 ± 0,07 |
0,98 ± 0,07 |
0,455 |
0,28 |
Pequeño |
MED.D |
0,82 ± 0,13 |
0,83 ± 0,14 |
0,221 |
0,76 |
Moderado |
MED.IZDO |
0,84 ± 0,15 |
0,85 ± 0,13 |
0,107 |
0,27 |
Pequeño |
ANTMED.D |
0,84 ± 0,08 |
0,86 ± 0,08 |
0,001* |
0,13 |
Pequeño |
ANTMED.IZDO |
0,86 ± 0,05 |
0,87 ± 0,06 |
0,163 |
0,56 |
Moderado |
§ Star Excursion
Balance Test. * Variables en las
que las diferencias de cambio entre pretest y postest fueron
estadísticamente significativas (t de Student; p<0.05). |
Tabla 3.
Puntuaciones en SEBT§. Comparación de promedios pretest y
postest en Grupo Experimental 2 (entrenamiento en Base Inestable). |
|||||
|
Pretest |
Postest |
p valor |
Effect
Size |
|
(X ± DS) |
(X ± DS) |
Valor |
Diferencia |
||
ANT.D |
0,84 ± 0,05 |
0,87 ± 0,04 |
0,001* |
0,10 |
Pequeño |
ANT.IZDO |
0,86 ± 0,04 |
0,88 ± 0,03 |
0,001* |
0,43 |
Moderado |
ANTLAT.D |
0,81 ± 0,09 |
0,82 ± 0,09 |
0,057 |
0,04 |
Pequeño |
ANTLAT.IZDO |
0,80 ± 0,05 |
0,83 ± 0,05 |
0,005* |
0,26 |
Pequeño |
LAT.D |
0,76 ± 0,07 |
0,78 ± 0,09 |
0,096 |
0,24 |
Pequeño |
LAT.IZDO |
0,76 ± 0,08 |
0,78 ± 0,07 |
0,012* |
0,15 |
Pequeño |
POSTLAT.D |
0,89 ± 0,05 |
0,91 ± 0,04 |
0,017** |
0,17 |
Pequeño |
POSTLAT.IZDO |
0,90 ± 0,05 |
0,91 ± 0,05 |
0,494 |
0,11 |
Pequeño |
POST.D |
0,99 ± 0,03 |
1,01 ± 0,03 |
0,014* |
0,35 |
Moderado |
POST.IZDO |
0,99 ± 0,04 |
1,01 ± 0,04 |
0,027* |
0,19 |
Pequeño |
POSTMED.D |
0,94 ± 0,03 |
0,96 ± 0,03 |
0,000* |
0,16 |
Pequeño |
POSTMED.IZDO |
0,95 ± 0,05 |
0,96 ± 0,05 |
0,004* |
0,06 |
Pequeño |
MED.D |
0,88 ± 0,03 |
0,90 ± 0,02 |
0,002* |
0,06 |
Pequeño |
MED.IZDO |
0,89 ± 0,03 |
0,90 ± 0,03 |
0,151 |
0,08 |
Pequeño |
ANTMED.D |
0,88 ± 0,05 |
0,89 ± 0,06 |
0,140 |
0,18 |
Pequeño |
ANTMED.IZDO |
0,88 ± 0,03 |
0,89 ± 0,02 |
0,012** |
0,13 |
Pequeño |
§ Star Excursion
Balance Test * Variables en
las que las diferencias de cambio entre pretest y postest fueron
estadísticamente significativas (t de Student; p<0.05). ** Variables en
las que las diferencias de cambio entre pretest y postest fueron estadísticamente
significativas (Wilcoxon; p<0.05) |
En la Tabla
4 se comparan las diferencias de los porcentajes de cambio entre ambos grupos
de estudio. Se observa que la variable ANTEROMEDIAL DERECHO fue la única en la
que se registró diferencias significativas en las mejoras obtenidas tras el
periodo de intervención entre los diferentes tipos de base de apoyo empleada en
los entrenamientos, siendo mayores estas mejoras en el G1.
Tabla 4. Comparación Intergrupos
de porcentajes de cambio en la puntuaciones en Star Excursion Balance Test. |
|||||
|
G1 (Estable) |
G2 (Inestable) |
p valor§ |
Effect Size |
|
(X ±
DS) |
(X ±
DS) |
Valor |
Diferencia |
||
ANT.D |
0,72 ± 1,9 |
3,5 ± 2,1 |
0,063 |
1,08 |
Grande |
ANT.IZDO |
3,28 ± 1,3 |
2,45 ± 1,6 |
0,111 |
0,22 |
Pequeño |
ANTLAT.D |
0,84 ± 3,4 |
1,24 ± 2,0 |
0,719 |
0,33 |
Pequeño |
ANTLAT.IZDO |
2,94 ± 2,2 |
3,85 ± 3,0 |
0,442 |
0,23 |
Pequeño |
LAT.D |
3,04 ± 3,0 |
2,24 ± 3,8 |
0,633 |
0,23 |
Pequeño |
LAT.IZDO |
2,41 ± 3,6 |
2,88 ± 2,8 |
0,860 |
0,15 |
Pequeño |
POSTLAT.D |
1,09 ± 1,7 |
2,79 ± 2,6 |
0,597 |
0,5 |
Moderado |
POSTLAT.IZDO |
0,9 ± 1,8 |
1,25 ± 4,9 |
0,859 |
0,28 |
Pequeño |
POST.D |
1,7 ± 1,2 |
1,81 ± 1,7 |
0,600 |
0,05 |
Pequeño |
POST.IZDO |
1,09 ± 1,5 |
2,09 ± 2,4 |
0,535 |
0,54 |
Moderado |
POSTMED.D |
1,36 ± 1,8 |
2,47 ± 1,3 |
0,241 |
0,50 |
Moderado |
POSTMED.IZDO |
0,49 ± 1,9 |
1,62 ± 1,2 |
0,225 |
0,91 |
Grande |
MED.D |
1,15 ± 3,3 |
2,44 ± 1,8 |
0,211 |
0,62 |
Moderado |
MED.IZDO |
1,8 ± 3,1 |
1,05 ± 2,0 |
0,799 |
0,39 |
Moderado |
ANTMED.D |
1,89 ± 1,3 |
0,93 ± 1,3 |
0,046* |
0,48 |
Moderado |
ANTMED.IZDO |
1,02 ± 2,0 |
1,84 ± 1,9 |
0,384 |
0,50 |
Moderado |
§ p valor para ANCOVA (análisis de Covarianza). * Variables en las que
las diferencias de cambio entre grupos fueron significativas ( p < 0.05) |
DISCUSIÓN
El SEBT es considerado un test válido
y fiable para predecir el riesgo de lesión las extremidades inferiores (Gribble, Hertel, & Plisky, 2012; Munn, Sullivan, & Schneiders,
2010; Plisky et al., 2006), y también es
utilizado como sistema de entrenamiento en los procesos de recuperación y
readaptación de las lesiones deportivas de las extremidades inferiores (Chaiwanichsiri et al., 2005), así como una herramienta válida para la valoración de los
procesos de recuperación de lesiones crónicas de tobillo que afectan la
estabilidad de dicha articulación (Hale, Hertel, & Olmsted-Kramer, 2007).
Cabe
destacar que en muchos de los estudios reportados se hace referencia a sujetos
que, o bien tenían una patología a nivel articular del tobillo o rodilla, o bien
se encuentran en fase de readaptación o rehabilitación a su actividad deportiva
(Chaiwanichsiri et al., 2005; Goetschius, Kuenze, Saliba, & Hart,
2013; Hale et al., 2007; Steib, Hentschke, Welsch, Pfeifer, & Zech, 2013). Este trabajo, sin
embargo, se llevó a cabo con sujetos que, o bien no han sufrido ninguna lesión que
le haya apartado del trabajo con el grupo durante 2 o más sesiones en las dos
semanas previas a la realización del estudio, o bien no sufren ninguna
patología crónica a nivel articular.
Como
se puede observar en las Tabla 2 y 3, aunque no en todas las variables se
producen aumentos significativos, es importante destacar la mejoría existente
en la mayoría de las variables después del programa de entrenamiento
propioceptivo independientemente del tipo de base empleada en los
entrenamientos. Estos resultados coinciden con lo reportado por investigaciones
que aplicaron entrenamiento propioceptivo y evaluaron la estabilidad (Hale
et al., 2007; McLeod, Armstrong, Miller, & Sauers, 2009). Si bien es cierto que el tamaño del
efecto observado en nuestro estudio es pequeño o moderado en todas las
variables y en ambos grupos, probablemente debido a que el tiempo de
intervención no ha sido muy prolongado. Así se ha reportado que el
entrenamiento propioceptivo no provoca mejoras significativas a corto plazo
sobre la estabilidad de las extremidades inferiores (Romero-Franco et al., 2013).
Al comparar ambos grupos, se observa
que hay un mayor número de variables que mejoraron en el grupo que entrenó en
base inestable con respecto al grupo que entrenó en base estable (Tabla 4).
Estas diferencias en los porcentajes de mejora intergrupos no son
estadísticamente significativas, excepto en la variable ANTMED.D que mejoró más
en el Grupo 1. Se puede destacar que en las variables ANT.D y POSTMED.IZDO,
aunque las diferencias entre grupos no fueron significativas, el tamaño del
efecto fue Grande. Estos resultados podrían deberse a que el tamaño de la
muestra no fue muy grande y también a que el tiempo de intervención contó con
menos semanas si los comparamos con otros estudios en los que sí se reportaron
diferencias más destacadas, donde se estudiaron hasta 30 (Demura & Yamada, 2010), 32 (Chaiwanichsiri et al., 2005) o 235 sujetos (Plisky et al., 2006). Algunos estudios reportan que el entrenamiento
propioceptivo usando base inestable mejora el equilibrio, reduce el número de
lesiones de Ligamento Cruzado Anterior hasta un 87% y reduce el riesgo de daño
articular en 7 veces (Morgan & Oberlander, 2001). Este tipo de entrenamiento, por consiguiente, mejora la
inestabilidad articular, lo cual es considerado uno de los factores de riesgo
de lesiones en las articulaciones (Bahr
& Krosshaug, 2005). En este sentido, los resultados de
este estudio sugieren que hay mejoras que afectan a la prevención de lesiones
articulares, ya que una mayor distancia recorrida en las variables valoradas
indica un mayor rango de movimiento, y por tanto una mayor distancia recorrida
en cada movimiento permite mayor estabilidad articular, consecuentemente menor
riesgo de lesión (Demura & Yamada, 2010; Filipa, Byrnes, Paterno, Myer, & Hewett,
2010; Kinzey & Armstrong, 1998; Plisky et al., 2006). Por el contrario,
registros más bajos respecto de la estabilidad postural indican mayores riesgos
de lesiones articulares (McGuine & Keene, 2006; Plisky et al., 2006).
Algunos investigadores además de
incidir en el programa propioceptivo como elemento fundamental en la prevención
de lesiones y mejoras en la estabilidad, inciden en el entrenamiento de otras
áreas como puede ser el entrenamiento de fuerza de la musculatura insertada en
las articulaciones, el entrenamiento coordinativo, el entrenamiento de la
musculatura del cinturón lumbo-pélvico (Krist, van Beijsterveldt, Backx, & de Wit, 2013; Mandelbaum et al.,
2005; O'Driscoll, Kerin, & Delahunt, 2011). Esto indica que no
solo gracias al entrenamiento a nivel propioceptivo se consiguen mejoras a
nivel de estabilidad en la articulación y como consecuencia de ello reducción
de lesiones deportivas en las mismas, sino que la implementación de otros tipos
de contenidos, como lo que se exponen anteriormente, facilitan la consecución
del éxito de los programas preventivos articulares (Alentorn-Geli
et al., 2009; Chappell & Limpisvasti, 2008; Gilchrist et al., 2008).
CONCLUSIONES
Los resultados obtenidos muestran que ambos programas de
entrenamiento, tanto sobre base estable como sobre base inestable, provocan
mejoras en los valores registrados en el SEBT después de un programa de
entrenamiento propioceptivo.
Después de la intervención de 5 semanas de entrenamiento
propioceptivo no se encontraron diferencias significativas entre el uso de base
establo o base inestable en el equilibrio y la estabilidad en los jugadores de
fútbol estudiados
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte - vol. 16 - número 64 - ISSN: 1577-0354