Jurado-Lavanant, A.;
Fernández-García, J.C.; Pareja-Blanco, F. y Alvero-Cruz, J.R.
(2017).
Efectos del entrenamiento pliométrico acuático vs. Seco sobre el salto vertical
/ Effects of Land vs. Aquatic Plyometric Training on Vertical Jump. Revista Internacional
de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol. 17 (65) pp.
73-84. Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista65/artefectos767.htm
DOI:
http://dx.doi.org/10.15366/rimcafd2017.65.005
ORIGINAL
EFECTOS DEL ENTRENAMIENTO PLIOMÉTRICO
ACUÁTICO VS. SECO SOBRE EL SALTO VERTICAL
EFFECTS OF LAND VS. AQUATIC PLYOMETRIC
TRAINING ON VERTICAL JUMP
Jurado-Lavanant, A.1;
Fernández-García, J.C.2; Pareja-Blanco, F.3 y
Alvero-Cruz, J.R4.
1 Universidad de Málaga. Laboratorio de
Biodinámica y Composición Corporal (España) alexisjuradolavanant@gmail.com
2 Universidad de Málaga. Andalucía Tech. IBIMA
(Instituto de Biomedicina de Málaga) (España) jcfg@uma.es
3 Universidad Pablo de Olavide. Sevilla.
Facultad del Deporte (España) fparbla@gmail.com
4 Universidad de Málaga. Escuela de Medicina
de la Educación Física y el Deporte. Facultad de Medicina, Campus de Teatinos
s/n. 29071. Málaga. IBIMA (Instituto de Biomedicina de Málaga) (España) alvero@uma.es
Código UNESCO / UNESCO Code: 2411 Fisiología Humana / Human Physiology
Clasificación Consejo de Europa /
Council of Europe classification:
11. Medicina del Deporte / Sport Medicine
Recibido
13 de febrero de 2014 Received February
13, 2014
Aceptado 3
de agosto de 2014 Accepted August 3, 2014
RESUMEN
El objetivo de este estudio fue comparar los efectos de dos
programas de entrenamiento pliométrico (inmersión vs. seco) sobre el salto
vertical. 65 hombres físicamente activos fueron
asignados aleatoriamente a tres grupos: entrenamiento pliométrico acuático
(EPA, n 20), entrenamiento pliométrico (EP, n=20) y grupo control (GC, n=25).
Los grupos EPA y EP entrenaron 2 sesiones por semana durante 10 semanas,
mientras que GC no realizó entrenamiento alguno. El volumen de entrenamiento
fue aumentado desde 10 series de 10 repeticiones en la primera semana hasta 10
series de 55 repeticiones en la última. Tanto EPA como EP aumentaron su
rendimiento en CMJ y SJ con respecto al pretest (P≤0,001) sin encontrar
diferencias significativas entre grupos, mientras que GC no mostró cambios.
Como conclusión, el EPA puede ser un método alternativo a EP ya que ambos
producen similares mejoras sobre el salto vertical y el estrés mecánico producido
por EPA es menor.
PALABRAS
CLAVE: Salto con
contramovimiento, salto sin contramovimiento, pliometría, inmersión, fuerza.
ABSTRACT
The aim of this study was to compare the effects of
two plyometric training program (aquatic vs. land) on vertical jump. 65 male
physical education students took part in this study and were randomly assigned
to three groups: aquatic plyometric training group (APT, n = 20), plyometric
training group (PT, n = 20) and control group (CG, n = 25). The training
program was performed for 10 weeks with a frequency of 2 sessions per week.
Volume was increased from 10 sets of 10 repetitions to 10 sets of 55
repetitions. Both APT and PT increased the performance in CMJ and SJ with
respect to pretest (P ≤ .001), whereas CG remained unaltered. No
statistically significant difference was observed between APT and PT. In
conclusion, APT may be an alternative method to PT, because both training
protocols have produced similar gains in the vertical jump, but APT might cause
lower mechanical stress.
KEY WORDS: countermovement
jump, squat jump, plyometric, dip, strength.
INTRODUCCIÓN
Los saltos pliométricos en seco (EP) son un método de
entrenamiento muy extendido entre los deportistas de múltiples especialidades,
el cual ha sido estudiado en profundidad durante las últimas décadas (Markovic y Mikulic, 2010). La pliometría implica un
movimiento excéntrico y concéntrico del músculo, en el que se manifiesta el
ciclo estiramiento-acortamiento (CEA) (Cavagna, 1970; García et al., 2003;
Márquez García, 2013). Los saltos e impactos se caracterizan por un CEA de alta
intensidad donde se ejecutan saltos en los que realiza una caída desde una
altura entre 20 y 80 cm, normalmente sobre una superficie rígida o plana
(Milogrom et al., 2000; Nicol et al. 1996).
Ha sido
previamente demostrado que el EP produce aumentos sobre el rendimiento físico (Saez de
Villarreal, Requena, y Cronin, 2012). Estas mejoras del rendimiento tras la
realización de un EP podrían deberse a una serie de adaptaciones
músculo-funcionales producidas por el
propio EP (Kato et al., 2006; Kubo et al., 2007; Grosset et al., 2009). Por
otro lado, tal y como se ha mostrado en otras investigaciones (Harrison et al.,
2001; Hennessy et al., 2001; Myer et al., 2005), al combinar el EP y acciones
de máximas de corta duración, se puede mejorar la fuerza muscular, el salto
vertical y la velocidad.
Como hemos comentado anteriormente, el EP está constituido por
una fase excéntrica y otra concéntrica. El componente excéntrico es uno de los
principales agentes que contribuyen al daño muscular (Golden et al., 1992;
Newhham et al., 1983; Newhham et al., 1983; Cabral de Oliveira, 2001). Por esta
razón, aunque la intensidad de los saltos sea considerada beneficiosa para la
mejora de la fuerza explosiva, estos entrenamientos han sido criticados por
incrementar con frecuencia la aparición de lesiones (Blattner et al., 1979;
Cometti, 1998; Miller et al., 2002; Chimera et al., 2004). El gran impacto y
estrés que supone sobre las estructuras músculo-tendinosas hace que deba
aplicarse con precaución, adaptando siempre la carga a las características del
sujeto (García et al., 2003).
Así, para reducir el impacto en el aterrizaje y atenuar el
daño muscular, se requieren poderosas contracciones del músculo. Además, se
podría disminuir el impacto sobre el suelo, así como la probabilidad de
lesiones cambiando el tipo de superficie de recepción (Komi, 2000; Pettineo et
al., 2004; Tillman et al., 2004). Un estudio realizado por Miyama y Nosaka
(2004), comparó el estrés producido al realizar un salto desde 60 cm de altura
sobre una superficie firme de madera con respecto a otra arenosa de 0,2 m de
profundidad. El salto sobre la superficie rígida produjo mayor disminución de
fuerza isométrica máxima y mayor dolor muscular y concentración de
creatin-kinasa (CK) en plasma que el salto sobre la superficie arenosa.
La
presente investigación fue diseñada con la intención de aumentar los conocimientos
sobre los efectos producidos tras la realización de un entrenamiento
pliométrico acuático (EPA) vs. EP, por lo tanto el objetivo de este estudio fue
comparar los efectos producidos por la realización de un entrenamiento
pliométrico en inmersión con respecto a un entrenamiento pliométrico en seco
sobre el rendimiento en el salto vertical.
MATERIAL Y MÉTODOS
Participantes
Un
total de 65 sujetos físicamente activos y estudiantes de educación física de la
Universidad de Málaga tomaron parte en la investigación. Todos eran varones
sanos, y sus características están descritas en la tabla 1.
Los
participantes se distribuyeron en tres grupos: EPA (n=20), EP (n=20) y GC (n=
25). Los grupos que realizaban entrenamiento, EPA y EP, lo hicieron durante 10
semanas con 2 sesiones semanales y 48 horas de recuperación entre ellas. El
número de series durante la fase experimental se mantuvo en 10, mientras que el
número de saltos se incrementaba en 5 semanalmente. El GC no realizó
entrenamiento alguno durante el tiempo que se desarrollaba la investigación.
Previamente a la realización del estudio, fueron advertidos de los riesgos
potenciales y beneficios, y por este motivo firmaron el consentimiento
informado. Ninguno de ellos tomó ningún tipo de droga que pudiese alterar el
balance físico u hormonal antes o durante la realización del mismo. El estudio
fue aprobado por el Comité Científico y Ético de la Universidad de Málaga.
Tabla 1. Estadísticos
descriptivos de la muestra (n = 65).
|
EDAD (años) |
TALLA (cm) |
PESO (kg) |
MASA GRASA (%) |
IMC |
EPA |
21,8 ± 3,4 |
177,8 ± 5,6 |
79,0 ± 10,7 |
12,9 ± 6,3 |
24,8 ± 2,9 |
EP |
20,8 ± 3,1 |
176,7 ± 6,0 |
75,3 ± 10,3 |
13,2 ± 6,5 |
24,2 ± 2,7 |
GC |
20,1 ± 2,2 |
178,0 ± 7,2 |
73,9 ± 10,3 |
13,0 ± 4,4 |
23,3 ± 2,5 |
Los datos son
expresados como media ± desviación típica. IMC: índice de masa corporal
Instalaciones
Los entrenamientos del grupo de inmersión se llevaron a cabo en una piscina con el agua a temperatura constante de 27ºC y una profundidad de 2,20 m, mientras que los entrenamientos del grupo de seco se realizaron en una superficie compacta de cemento en una pista polideportiva.
Materiales
Siguiendo las pautas de Bosco (1991), para la medición de la capacidad de salto se utilizó la plataforma de “Bosco Ergo-jump plus System” (Byomedic, S.C.P., Spain). La medición del peso, porcentaje de grasa e índice de masa corporal (IMC) se realizó a través del bioimpedianciómetro (TANITA BC-418, Japan), procediendo según las instrucciones aportadas por el fabricante. La altura de los sujetos se tomó con un tallímetro de pared (Seca modelo 216, Alemania) con una precisión de 1mm.
Procedimiento
El efecto de los diferentes tipos de entrenamiento fue
evaluado a través del cambio en el salto
vertical, antes (T1) y después (T3) de las 10 semanas de entrenamiento,
realizándose una medición intermedia (T2) al finalizar la quinta semana de
entrenamiento. La preparación para todas las pruebas de salto fue la misma,
todos los sujetos recibieron información escrita de cómo realizar los tests y
antes de realizar cada una de las pruebas, se les demostró de un modo práctico
y visual cual era la ejecución correcta, realizando dos sesiones de
familiarización.
Los tests de salto evaluados fueron el Squat Jump
(SJ) y el Countermovement Jump (CMJ). En
el primero se realizó un trabajo concéntrico con una angulación de las rodillas
de 90º sin ejecutar ningún movimiento previo. El segundo se trata de un trabajo
concéntrico precedido de una actividad excéntrica en el que se desciende
rápidamente con una flexión de rodillas de aproximadamente 90º para alcanzar la
máxima altura posible.
La
valoración de los saltos se hizo en base al mejor valor de dos intentos con un
descanso de 30” entre ellos. Los saltos se consideraron nulos en los siguientes
casos: caer fuera de la plataforma; variar la postura inicial al tomar impulso;
realizar un pequeño contramovimiento antes del salto, en el caso del SJ; y si
existía una acción de rebote en la caída.
El
programa EPA se realizó dos veces por semana durante 10 semanas en la piscina descrita con anterioridad. Cada
sujeto se situó uno al lado del otro a lo largo de los 25 metros de la piscina,
siendo la calle utilizada la más próxima al bordillo, pudiendo de este modo
reposar en el escalón lateral durante los tiempos de descanso entre cada serie.
La distancia entre cada uno, respecto al compañero situado a los lados, fue de
un metro. De esta forma se guarda un margen suficiente para que los saltos no
se vean entorpecidos por algún tipo de contacto con los demás.
El entrenamiento pliométrico en seco
consistió en realizar exactamente la misma cantidad de saltos y con la misma
distribución de series, repeticiones, protocolo y descansos que los realizados
en inmersión. Las características del programa de entrenamiento realizado puede
observarse en la Tabla 2.
Tabla 2: Programación de los entrenamientos
Planificación semanal y saltos
realizados en cada sesión |
||
2 Sesiones por semana |
||
1ª semana |
10 x 10 saltos
por sesión = 100 saltos |
Total 200
saltos |
2ª semana |
10 x 15
saltos por sesión = 150 saltos |
Total 300
saltos |
3ª semana |
10 x 20
saltos por sesión = 200 saltos |
Total 400
saltos |
4ª semana |
10 x 25
saltos por sesión = 250 saltos |
Total 500
saltos |
5ª semana |
10 x 30
saltos por sesión = 300 saltos |
Total 600
saltos |
6ª semana |
10 x 35
saltos por sesión = 350 saltos |
Total 700
saltos |
7ª semana |
10 x 40
saltos por sesión = 400 saltos |
Total 800
saltos |
8ª semana |
10 x 45
saltos por sesión = 450 saltos |
Total 900
saltos |
9ª semana |
10 x 50
saltos por sesión = 500 saltos |
Total
1000 saltos |
10ª
semana |
10 x 55
saltos por sesión = 550 saltos |
Total
1100 saltos |
TOTAL de 6.500 saltos |
Análisis estadístico
Para el tratamiento de los resultados se ha utilizado
la aplicación informática SPSS 17.0 para
Windows (SPSS, Chicago). Se comprobó la distribución normal de las
características iniciales de la muestra mediante el test de Kolmogorov-Smirnov
y la homocedasticidad mediante el test de Levene.
Como prueba estadística entre grupos en T1 se realizó un
ANOVA de un factor. Para el análisis de los efectos entre-grupos e intra-grupos
se realizó un análisis factorial con medidas repetidas 3 x 3 con un Post-Hoc de
Bonferroni, usando un factor entre-grupos (EPA, EP y Control) y un factor
intra-grupos (T1, T2 y T3). Asimismo, para el tamaño del efecto (ES) se utilizó
la g de Hedges para estimar la magnitud del efecto del entrenamiento sobre
salto vertical. Un nivel de significatividad estadística de P ≤ 0,05 fue aceptado
en todas las pruebas.
RESULTADOS
No
se encontraron diferencias significativas entre grupos en ninguna de las
variables en T1 (P ≤ 0,05). Ambos grupos de entrenamiento (EPA y EP) obtuvieron
mejoras significativas en T2 y T3 con respecto a T1 tanto en SJ (P ≤
0,001) como en CMJ (P ≤ 0,05) sin encontrar mejoras significativas entre
grupos (Tabla 3).
Tabla 3. Resultados
de la altura de vuelo en los saltos SJ y CMJ para el grupo EPA y EP
|
T1 |
T2 |
T3 |
ES2-1 |
ES3-1 |
SJ – EPA (cm) |
31,5 ± 3,6 |
35,3 ± 5,6 *** |
35,1 ± 6,0 *** |
0,81 |
0,73 |
SJ – EP (cm) |
29,8 ± 5,8 |
34,9 ± 5 *** |
34,1 ± 5,4 *** |
0,88 |
0,77 |
SJ - Control (cm) |
30,8 ± 4,0 |
32,0 ± 5,2 |
32,0 ± 4,5 |
0,26 |
0,64 |
CMJ - EPA (cm) |
33,5 ± 4,3 |
38,4 ± 10,9 * |
36,9 ± 9,0 * |
0,59 |
0,48 |
CMJ - EP (cm) |
31,4 ± 4,9 |
35,5 ± 5,8 * |
35,0 ± 5,0 * |
0,76 |
0,68 |
CMJ - Control (cm) |
33,7 ± 5,0 |
34,3 ± 5,0 |
33,6 ± 4,7 |
0,12 |
0,02 |
Diferencias significativas intra-grupo respecto al T1: * P ≤ 0,05, ** P ≤ 0,01, *** P ≤
0,001
SJ: Salto sin contramovimiento. CMJ: Salto con contramovimiento.
EPA: Entrenamiento pliométrico acuático. EP: Entrenamiento pliométrico
en seco.
ES: Tamaño del efecto.
Por otro lado, no se observaron diferencias significativas
para ninguno de los grupos en T3 con respecto al T2, ni en el SJ ni el CMJ.
Figura 1. Evolución del SJ a lo largo del proceso de entrenamiento en los
diferentes grupos. Diferencias
significativas intra-grupo respecto al T1: * P ≤ 0,05
El grupo control permaneció prácticamente constante y sin
cambios estadísticamente significativos en todos los tests. Ninguna diferencia
significativa fue observada en dicho grupo para ninguno de los ejercicios
(tabla 3).
Figura 2. Evolución del CMJ a lo largo del proceso de entrenamiento en los
diferentes grupos. Diferencias
significativas intra-grupo respecto al T1: * P ≤ 0,05
El ES fue mayor en los dos ejercicios evaluados para los
dos grupos experimentales con respecto al grupo control (Tabla 3).
DISCUSIÓN
El principal hallazgo de nuestro estudio fue que tanto EPA
como EP obtuvieron un similar incremento del rendimiento en el salto vertical,
tanto en CMJ como en SJ. La flotabilidad existente al realizar un EPA hace que
disminuya el impacto, y por tanto se atenúe el estrés mecánico (Sanders, 2002),
lo cual hace que disminuya el riesgo de sufrir lesión. Estos resultados podrían
sugerir al entrenamiento pliométrico acuático como un método de entrenamiento
alternativo al entrenamiento pliométrico en seco.
Otros trabajos previos (Miller et al., 2002) no han
encontrado mejoras en el rendimiento en el salto vertical en ninguno de los
grupos de entrenamiento tras la realización de un programa de entrenamiento de
8 semanas. Las diferencias en la metodología desarrollada con respecto a
nuestro estudio podrían explicar las diferencias observadas entre los
resultados. El número de saltos realizados en el citado trabajo fue
considerablemente inferior al realizado en nuestro caso (80 - 120 vs. 100 - 550
saltos por sesión), los cuales podrían ser un número de saltos insuficientes
como para producir cambios en el rendimiento. Además, el entrenamiento
pliométrico se desarrolló en un centro acuático con un nivel de agua hasta la
cintura mientras que en nuestro caso la profundidad de la piscina era mayor,
hecho que podría haber afectado a las adaptaciones producidas por el EPA. Los
grupos estaban compuestos por ambos sexos mientras que en nuestro caso todos
los sujetos fueron varones. Todas estas diferencias en la metodología hacen
compleja la comparación directa entre los resultados de ambos estudios.
Por otro lado, en la línea de los resultados incorporados
por nuestra investigación, trabajos previos (Stemm y Jacobson, 2007; Robinson
et al., (2004) han encontrado similares mejoras sobre el rendimiento en el
salto vertical por la realización de un entrenamiento pliométrico acuático con
respecto a un entrenamiento pliométrico en seco. Además, Martel et al. (2005),
realizaron un programa de entrenamiento EPA vs. EP de 9 semanas con jugadoras
de voleibol encontrando nuevamente similares incrementos en el rendimiento en
ambos grupos de entrenamiento. Este hallazgo tiene una relevancia adicional,
puesto que el entrenamiento habitual de este deporte consta de numerosos saltos
sobre una superficie rígida. Estos abundantes saltos pueden producir un estrés
excesivo, el cual puede verse aumentado si se añade un entrenamiento
pliométrico al modo tradicional. Por tanto, si un entrenamiento pliométrico
acuático ha mostrado producir similares ganancias que un entrenamiento
pliométrico en seco, pero con la ventaja de evitar un estrés adicional, hace el
entrenamiento pliométrico en inmersión pueda ser considerado como una buena
opción para la mejora del rendimiento en el salto vertical en el caso de estos
deportistas. Esta afirmación viene apoyada por investigaciones previas (Hewett,
1996; Chimera et al., 2004; Wilkerson et al., 2004) las cuales
afirman que el EPA puede reducir el riesgo de lesión con relación al entrenamiento
pliométrico en seco.
Por otro lado, un trabajo realizado por Carrasco y Vaquero
(2010) llevado a cabo con mujeres con riesgo de fractura ósea, obtuvo que un
programa de ejercicios acuáticos ofrecía beneficios significativos, tanto en la
capacidad de salto como en la composición corporal. Por tanto, un EPA es
positivo para la mejora de la capacidad funcional, la salud y la calidad de
vida en sujetos de estas características. En esta línea de investigación, Díaz
et al. (2010) obtuvieron una tendencia a la mejora sobre el índice de rigidez
ósea en mujeres con una edad por encima de los 50 años. La profundidad del agua
parece ser un factor a tener en cuenta, ya que el grupo que desarrolló el
entrenamiento en una piscina profunda pareció tener mayor efecto sobre el
índice de rigidez ósea que un segundo grupo que realizó el entrenamiento en
agua de menor profundidad.
El hecho de que en el presente estudio los dos grupos de
entrenamiento hayan obtenido el mejor rendimiento en los test intermedios,
podría estar en relación con el volumen de entrenamiento. Parece ser que para
ambos grupos de entrenamiento el volumen realizado a partir de la sexta semana
(350 – 500 saltos por sesión) podría suponer una fatiga excesiva que podría ir
en detrimento del rendimiento en el salto vertical. Por otro lado, en un
reciente estudio (Jurado-Lavanant et al., 2013) se realizó un programa de
entrenamiento (EPA vs. EP) para la mejora de SJ y CMJ durante seis semanas sin
encontrar diferencias significativas entre ambos grupos. En este estudio se
encontraron menores incrementos en el rendimiento del salto vertical con
respecto al presente trabajo (5-6 vs. 11-13 %). La diferencia entre los
resultados de ambos estudios podría venir explicada por la mayor duración del
programa de entrenamiento realizado en el presente estudio (10 vs. 6 semanas),
además del mayor número total de saltos (6500 vs. 2700 saltos). En vista a los
presentes resultados y los existentes en la bibliografía parece existir un
volumen óptimo de entrenamiento, de manera que si realizamos un volumen
diferente a éste, tanto por defecto como por exceso, no estaremos produciendo
los mejores resultados sobre el rendimiento físico (Gonzalez-Badillo,
Gorostiaga, Arellano, e Izquierdo, 2005).
CONCLUSIONES
En resumen, podemos concluir que un EP y un EPA producen
similares ganancias sobre la capacidad de salto en SJ y CMJ tras diez semanas
de entrenamiento. Ambos programas fueron efectivos para desarrollar los elementos
implicados en el rendimiento del salto vertical, pero el menor estrés producido
por el EPA debido a la atenuación del impacto producida por la flotabilidad
(Miller et al., 2002; Sanders, 2002) puede hacer del entrenamiento pliométrico
acuático un método alternativo al entrenamiento pliométrico en seco para la
mejora del rendimiento en el salto vertical.
Por otro lado, la caída de los resultados en la quinta
semana con un total de 300 saltos por sesión podría servir de referencia para
posteriores investigaciones. Esta evolución nos hace pensar que existe un
volumen de entrenamiento óptimo, a partir del cual el entrenamiento no sólo
deja de aportar beneficio alguno, sino que incluso puede ir en detrimento del
rendimiento.
Por
todo ello, podemos confirmar la hipótesis de investigación
establecida: “El rendimiento del salto se
mejora con el entrenamiento en inmersión” ya
que los resultados han evidenciado que este medio de entrenamiento es al menos
igual de eficaz que el entrenamiento en seco.
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte
- vol.
17 - número 65 - ISSN: 1577-0354