Gallego-Ortega, J.L. y
Rodríguez-Fuentes, A. (2018) Percepciones
del profesorado sobre competencias comunicativas de futuros maestros de
educación física / Perceptions of Teachers About Communicative Competences of The
Future Physical Education Teachers. Revista Internacional de Medicina y
Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol. 18 (71) pp. 479-492 Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista71/artpercepciones926.htm
DOI: http://dx.doi.org/10.15366/rimcafd2018.71.005
ORIGINAL
PERCEPCIONES DEL PROFESORADO SOBRE COMPETENCIAS
COMUNICATIVAS DE FUTUROS MAESTROS DE EDUCACIÓN FÍSICA
Perceptions of teachers about communicative
competenceS of the future PHYSICAL
EDUCATION teachers
Gallego-Ortega, J.L.1 y
Rodríguez-Fuentes, A.2
1 Profesor Titular,
Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Granada (España). jlgalleg@ugr.es.
2 Profesor Titular,
Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Granada (España). arfuente@ugr.es.
Código UNESCO / UNESCO code: 5801 Teoría y
métodos educativos / Theory and educational methods; 5899 Otras Especialidades
Pedagógicas: Educación Física / Other Pedagogic specialities: Physical
Education
Clasificación Consejo de Europa /
Council of Europe classification:
5. Didáctica y metodología / Didactics and methodology.
Recibido 3 de junio de
2016 Received June 3, 2016
Aceptado 29 de agosto de 2017 Accepted
August 29, 2017
Resumen
El objetivo de esta investigación fue conocer la percepción
del profesorado universitario sobre la competencia comunicativa de los Maestros
de
Educación Física en formación. Para ello se empleó un cuestionario de 16 ítem,
debidamente validado, que fue cumplimentado por 76 profesores de Universidad.
Los datos obtenidos fueron sometidos a tratamiento estadístico mediante el software Statistical Package for the Social Sciences (SPSS), versión 19.0. Los
resultados revelan la trascendencia que los profesores universitarios otorgan a
la formación de los docentes en competencias comunicativas, así como las carencias
que perciben en los futuros maestros de Educación Física para el desempeño de
la docencia en los centros escolares.
Palabras-clave: Competencia comunicativa, Estudiantes universitarios, Educación física,
Formación inicial del profesorado, Enseñanza superior.
Abstract
The
objective of this research was to know the perception of university teachers
about the communicative competence of future teachers of Physical Education. A
duly validated questionnaire of 16 item was emploted, which was completed by 76
university teachers. The data obtained were subjected to statistical treatment
via the software Statistical Package
for the Social Sciences (SPSS), version 19.0. The results show the
importance that university teachers give to the training in communicative
competences of teachers, as well as the lacks which they notice in future
teachers to achieve a proper teaching in the school.
Keywords: Communicative
competence, College students, Physical education, Pre-Service teacher education, Higher
education.
1. INTRODUCCIÓN
Las
sociedades actuales, dinámicas y cambiantes, demandan una nueva formación del
profesorado con la que capacitar a los docentes en la conquista de nuevas
competencias y en el ejercicio de nuevas funciones ajustadas a las actuales
necesidades sociales (Conde y Martín, 2016). A este efecto, la educación superior está inmersa en un proceso de cambio
que afecta tanto a los planteamientos metodológicos como de evaluación de los
procesos de enseñanza-aprendizaje (Castejón, Santos y Palacios, 2015). Se
postula una reforma para mejorar la calidad de la enseñanza a través de una
mejor formación de los profesionales, mediante el desarrollo de competencias
(Ávila y Paredes, 2015; García, Guzmán y Murillo, 2014). Se aprecia, en este sentido, una clara tendencia a
aproximar el mundo educativo y el profesional, en busca de nuevas
sinergias de mejora (UNESCO, 2005).
Desde
esta perspectiva, en el Espacio Europeo de Educación
Superior (EEES) se reclama un cambio de paradigma desde la enseñanza basada en
el conocimiento hacia el
aprendizaje de competencias. Este enfoque,
que pretende ser una alternativa que contribuya a idear procesos formativos de
mayor calidad, se advierte en la
descripción que se hace en el Libro Blanco de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad
y Acreditación (ANECA, 2005) sobre
las competencias transversales genéricas y específicas que han de adquirir los futuros
Graduados en Magisterio, así como en las competencias básicas propias de un
Graduado, de acuerdo con lo establecido en el Marco de las Cualificaciones
Profesionales en Europa (Comisión Europea, 2008), en el Marco Español de
Cualificaciones para la Enseñanza Superior (Gobierno de España, 2009) y en las competencias
clave para el aprendizaje permanente recomendadas por el Parlamento y el
Consejo Europeo (Consejo Europeo, 2006). En todos ellos se enfatiza la
importancia de las competencias comunicativas, idiomáticas y las tecnologías de
la información y la comunicación.
Tanto en
el contexto nacional como en el internacional (Danielson, 2011; Gauthier, 2006; ITE, 2000; Gouvernement de Québec, 2001;
Martinet, Raymond y Gauthier, 2004),
se demanda un nuevo perfil docente para el profesorado del siglo XXI, en
términos de nuevas competencias. A diferencia de la formación academicista, la
formación por competencias “privilegia el futuro desempeño del profesional,
facilitando de esta forma la integración de los contenidos al contexto laboral
y a la vida misma, donde las experiencias den paso a la generación de
aprendizajes aplicables a situaciones complejas” (Paredes e Inciarte, 2013, pp. 126-127). En los diferentes
diseños de competencias, se destaca la figura del docente como mediador y
promotor de situaciones de aprendizaje en las que son fundamentales la
interrelación, la interdependencia, la colaboración y la tutorización, entre
otras claves profesionales, y se resalta el valor de las competencias comunicativas.
El conocimiento y uso de los recursos comunicativos
(verbales y no verbales) es considerado fundamental para el buen ejercicio de
la actividad profesional (AgAEVE, 2010; Camacho y Sáenz, 2000; Gobierno de Chile, 2008;
Perrenoud, 2004a; Roncallo, Uribe y Calderón, 2013; TDA, 2007). Sin embargo,
presuponer su dominio por los docentes es tan incierto como utópico. Así,
Camacho y Sáenz (2000) perciben problemas para comunicar o comunicarse en los
docentes, que atribuyen a diferentes causas, entre otras: desconocimiento de
las claves de la comunicación eficaz, comportamientos inadecuados como
emisor/receptor, u otras circunstancias externas que pueden perturbar la
recepción y comprensión de los mensajes.
En
general, la comunicación se percibe como un proceso interpretativo por el que
las personas interactúan, respondiendo y creando mensajes. Cada proceso
comunicativo concreto se caracteriza por la conjunción de coordenadas que lo
hacen único e irrepetible (individuos y espacios concretos y momentos y circunstancias
particulares). Cuando la comunicación acontece en al aula, se denomina
comunicación educativa, y se produce entre profesores y alumnos,
principalmente, con una intención marcadamente educativa y formativa; pero
también, por extensión, la comunicación se da entre profesores e instituciones,
como por ejemplo la familiar, etc.
Sin embargo, no es menos cierto que la mayoría de los
docentes no recibe formación específica en comunicación y sólo recientemente
han aparecido propuestas de este tipo en los nuevos planes de formación del
profesorado. Se detecta la falta de correspondencia necesaria entre los
estudios teóricos sobre el contenido y desarrollo de la competencia
comunicativa y los estudios empíricos sobre la necesidad real de esta
competencia. Más aún, apenas existen estudios sobre la valoración que hacen los
docentes universitarios acerca del dominio de la competencia comunicativa de
sus estudiantes y del grado y manera en que tratan de desarrollar esta
competencia en sus salas de clase.
Por ello, resulta tentador conocer el estado de la cuestión
interrogando a los agentes implicados (estudiantes y profesorado). En este
sentido, un estudio previo (Gallego y Rodríguez, 2014) ha revelado que los
maestros en formación de Educación Física (EF) no manifiestan una percepción
positiva del grado de desarrollo y dominio de la competencia comunicativa para
su futuro desempeño profesional, al admitir numerosas limitaciones y considerar
insuficiente la formación recibida durante la carrera. En consecuencia, procede
contrastar esa información con la opinión del profesorado universitario
implicado en la formación de los futuros maestros de Educación Física (EF) y
discutir los resultados a la luz de la investigación.
2. OBJETIVOS
En concreto, los objetivos de la
investigación fueron: 1) Determinar
la percepción del profesorado universitario acerca del grado de importancia que
debería tener la competencia comunicativa en la formación de los futuros
maestros de EF; 2) Conocer la percepción del profesorado, que imparte docencia
en esta especialidad (EF), en cuanto al nivel de logro alcanzado por los
estudiantes; 3) Averiguar en qué medida el profesorado universitario admite que
debería trabajarse esta competencia en el aula; 4) Sugerir algunas estrategias
para optimizar el desarrollo de esta competencia en la formación inicial de los
maestros de EF en formación.
3.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se
utilizó una metodología cuantitativa de tipo descriptivo y se recurrió a la
“investigación social mediante encuesta” (Bisquerra, 2014), que consiste en formular preguntas a una muestra representativa de
sujetos de una población concreta, para obtener datos a partir de
sus declaraciones (Schutt, 2001).
3.1. Población y muestra
La población la constituyen los
profesores de la Universidad de Granada que imparten docencia en la Mención de
EF en los diferentes campus e instituciones. El número total de profesores
implicados es de noventa y cinco (N=95), de los cuales respondieron setenta y
seis (n=76), atestiguándose la representatividad de la muestra. Para un error
muestral del 5%, se obtuvo un nivel de confianza del 95%, lo que asegura el
nivel de representatividad estadísticamente exigible a una muestra de
investigación, según el cálculo de la fórmula siguiente (Morales, 2012):
3.2. Obtención y análisis de datos
Se utilizó un cuestionario compuesto de
16 ítem tipo Likert con 5 alternativas, en el que se recoge las subdimensiones
fundamentales que constituyen la competencia comunicativa docente, según la
bibliografía consultada: emisor, receptor, comunicador en el aula, participante
en reuniones y tutorías. Se solicitó al profesorado universitario de los
futuros maestros de EF una reflexión acerca del grado de importancia que
otorgan a esta competencia para el buen desempeño de la función docente y en
qué medida las diferentes subdimensiones de esa competencia están presentes en
la formación de futuros maestros.
Siguiendo criterios éticos de
investigación, se aseguró en todo momento el anonimato del profesorado
universitario colaborador, cuya participación en el estudio fue voluntaria.
Para determinar la pertinencia del
cuestionario, se evaluó: a) la validez de contenido por juicio de expertos; b)
la validez de constructo, mediante un análisis factorial que indicó que el cuestionario
es coherente y sus variables están bien diseñadas y agrupadas; y c) su
confiabilidad por medio del Alpha de Cronbach
(α=0,651), cuyo valor puede estimarse adecuado (suficiente) para los fines
de esta investigación, ya que se trata de un estudio exploratorio que busca
obtener un primer conocimiento, una aproximación a la situación para futuras
construcciones. No obstante, previo al análisis de
factores, se realizaron otras operaciones:
adecuación muestral de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO=0,646) y prueba de esfericidad
de Bartlett (Chi cuadrado X2=659,415
y muy alta significación p=0,000). De los resultados obtenidos en el análisis factorial, se observó que entre solo cinco componentes se explicaba
el 65,16% de la varianza total. El análisis de componentes principales (con
rotación Varimax) determinó
la consistencia de la estructura interna de la prueba.
De otra parte, la consideración de la competencia
comunicativa docente como el conjunto de habilidades y destrezas que posibilita
una participación efectiva en situaciones y contextos propiamente educativos
(Domingo, Gallego y Rodríguez, 2013), permite establecer las dimensiones objeto
de estudio:
·
Competencia
como buen emisor. Se refiere al conjunto
de conocimientos, destrezas y habilidades que son consideradas necesarias para
ejercer como buenos y eficientes emisores de información (oral y escrita) en
los centros docentes.
·
Competencia
como buen receptor. En esta dimensión
se interpela al profesorado universitario sobre conocimientos, destrezas y
habilidades necesarias para captar, interpretar y utilizar (gestionar)
mensajes, así como hacer inferencias de los mismos.
·
Competencias
y habilidades como comunicador en el aula.
En este caso, se concretan las diferentes habilidades comunicativas que los
maestros de EF deben manejar en la sala de clase: emplear distintas modalidades
de preguntas, utilizar productivamente la crítica y la alabanza, etc.
·
Competencia
comunicativa para mantener reuniones. Se
interroga ahora al profesorado sobre su competencia para actuar con éxito en
las reuniones con padres o colegas, para prestar atención a lo que dicen,
autorregular sus intervenciones y las de los otros, mantener un tono mesurado,
cortés y constructivo…
·
Competencia
comunicativa para el desempeño tutorial, es decir, competencia para planificar
una entrevista, crear un ambiente apropiado, saber interpretar el significado
de los signos verbales y no verbales.
Y, en torno a ellas, se proponía al
profesorado universitario que valorase mediante la escala tipo Likert (1 a 5)
cuatro cuestiones:
El análisis de los datos se realizó con
la ayuda del software Statistical Package for the Social Sciences (SPSS), versión 19.0.
4. Resultados
A continuación, se sintetizan los
datos y se detallan porcentajes, teniendo en cuenta que los valores 1,00 y 5,00
representan la percepción más baja/alta del dominio de la habilidad
comunicativa (1. Dominio nulo; 2. Dominio insuficiente; 3. Dominio suficiente;
4. Dominio elevado; 5. Dominio muy elevado).
En primer lugar, sobre
la importancia general que otorgan los docentes a la competencia comunicativa
para la acción docente se observó una frecuencia alta de valoración (5),
avalada con un 91,2% de respuestas. Ni un solo profesor ha marcado el valor 1,
que representa la nula importancia de esta competencia.
Asimismo, se constató que el profesorado
admite trabajar dicha
competencia suficientemente en un 53,3% de los casos, frente al 40% que aseguró
trabajarla poco o insuficientemente, y un 6,7% señaló que no la trabajaba.
Además, de forma mayoritaria (66,6%), los docentes universitarios consideran la
competencia comunicativa como una dimensión bastante importante o de grado
elevado de relevancia para la formación de los futuros Maestros de EF. Si bien
algunos profesores la consideraron poco importante (16,7%) o relativamente
importante (16,7%).
4.1 Competencia como buen emisor
En
general, el profesorado considera que trabaja esta habilidad en la sala de
clase de forma suficiente (43,4%) o incluso en grado elevado (27,6%) o muy
elevado (2,6%), aunque no faltan quienes admiten hacerlo de forma insuficiente
(26,3%). Destaca la
ausencia del valor 1 en las respuestas.
Sin
embargo, en opinión del profesorado, los estudiantes no logran un progreso
adecuado de esta competencia. En términos porcentuales,
el valor 2 (poco/insuficiente) obtiene un 47,4% de las respuestas, aunque es
destacable también el valor 3 (suficiente), cuyo porcentaje asciende al 32,9%.
De esta forma, se pone de manifiesto que los profesores consideran que esta habilidad es
conseguida por los estudiantes de forma insuficiente o sencillamente que no
llegan a alcanzarla (6,6%), y solo un 3,9% admite que se domina siempre o en
grado elevado (9,2%).
Resulta mayoritario, asimismo, el
porcentaje de profesores universitarios (76,6%,) que cree necesario abordar
esta competencia en los planes de estudio de Magisterio. Conviene subrayar, no
obstante, la ausencia de los valores 1 (nulo) y 2 (insuficiente) sobre la
necesidad de trabajar esta competencia. Estos datos muestran cómo los
profesores, en su labor diaria, constatan el necesario esfuerzo que hay que
dedicar a la actividad comunicativa para mejorar la competencia de sus
estudiantes como emisores de mensajes, para favorecer así su posterior
desempeño profesional.
4.2. Competencia como buen receptor
El profesorado considera suficientemente trabajada la
competencia como receptor (valor 3), con un 50%, o incluso en grado elevado (27,6%) o muy elevado
(5,3%), aunque algunos admiten hacerlo de forma insuficiente (17,1%). Una vez
más, se confirma la ausencia del valor nulo en las respuestas del
profesorado universitario.
Sin embargo, mientras unos profesores consideran que esta habilidad es
adquirida por los estudiantes de forma insuficiente (31,6%) o sencillamente no
alcanzada (3,9%), otros admiten que un 42,1% de los estudiantes de EF consiguen
esta habilidad suficientemente, en grado elevado (15,8%) o incluso siempre
(6,6%). Por tanto, esa fluctuación entre los valores 2 y 3,
preferentemente, sugiere una cierta tendencia hacia un grado de dominio
suficiente de la capacidad de escucha activa de los estudiantes de EF como
receptores.
Finalmente, converge un alto porcentaje del
profesorado en conceder una extraordinaria importancia al logro de la
competencia receptora del alumnado (69,1%), lo que confirma la relevancia de
esta habilidad en la práctica docente. Complementariamente, el valor 1 (nulo)
ha sido una vez más desestimado.
4.3. Competencia como comunicador en el aula
Para
facilitar la labor educativa, el futuro docente tendrá que hacer uso de todo
tipo de habilidades comunicativas, para conseguir una cierta empatía con el
colectivo de alumnos. Según
los datos obtenidos, el profesorado opina que, en general, trabaja estas habilidades suficientemente (44,7%)
o incluso en grado elevado (22,4%) o muy elevado (7,9%), aunque no faltan
quienes consideran que lo hacen de forma insuficiente (23,7%) o simplemente que
no trabajan estas habilidades (1,3%). Por tanto, conviene destacar que los
valores 2 (insuficiente) y 4 (elevado) obtienen porcentajes próximos,
por lo que las percepciones están muy polarizadas, aunque predomine el valor
medio (suficiente), como se ha indicado.
Asimismo el
profesorado interpreta que
el dominio de esta habilidad está aceptablemente desarrollado en los
estudiantes de EF. En efecto, se pudo comprobar que el valor 3 (suficiente) es
mayoritario (48,7%), pero, a diferencia del caso arriba expuesto, el valor 2
obtiene un porcentaje aproximado (38,2%) y mucho mayor que el valor 4, como
ocurriera en el caso anterior. Es decir, se piensa que estas habilidades son conseguidas por los
estudiantes suficientemente (48,7%), en grado elevado (2,6%) o incluso siempre
(5,3%), aunque un 38,2% admita que algunos estudiantes de EF lo hagan de forma
insuficiente y un 5,3% considere que no las adquieren.
Por último, el 73,7% del profesorado cree que estas
habilidades se deberían
trabajar en la carrera siempre, un 17,1% bastante y un 7,9% suficientemente.
Solo un 1,3% del profesorado universitario las considera poco relevantes. Por
el otro extremo, también es destacable la ausencia del valor 1 entre las
respuestas, que representa la nula importancia otorgada a esta competencia.
4.4. Competencia comunicativa para mantener reuniones
Si importante es el desarrollo de la competencia
comunicativa para el desempeño de la actividad docente, no lo es menos para
actuar con éxito en las reuniones con padres o colegas. Al valorar si los profesores tienen en cuenta en su labor docente el
desarrollo de la habilidad comunicativa para las reuniones muestran una
tendencia hacia el dominio suficiente. Efectivamente, las respuestas, además de
concentrarse en el valor 3 (43,4%), se reparten entre los valores 2 (25%) y 4
(22,4%). Si bien, pese a la gran dispersión, se detecta una ligera ventaja o
tendencia hacia valores inferiores: 1 y 2 (porcentaje total de ambos 31,6%), en
perjuicio de los superiores: 4 y 5 (valores acumulados 25%), aunque la
diferencia no resulta significativa. Por tanto, en opinión del profesorado, estas habilidades son tenidas suficientemente
en cuenta en sus aulas (43,4%) o incluso en grado elevado (22,4%) o muy elevado
(2,6%), aunque un 25% del profesorado entienda que lo hace de forma
insuficiente y un 6,6% admita que no trabaja estas habilidades comunicativas.
Pero el colectivo
docente considera que el alumnado de EF no domina esta competencia [60,5% de
las respuestas concentradas en los valores 2 (50%) y 1 (10,5%)]. Solo un 34,2% del profesorado entiende que los
estudiantes consiguen suficientes habilidades comunicativas para actuar en las
reuniones. La elección de los valores superiores 4 (2,6%) y 5 (2,6%) resulta
testimonial.
Cabría subrayar, sin embargo, que frente a bloques
anteriores, en los que también se indicaba la importancia de trabajar
determinadas competencias comunicativas, el ítem que alude al grado en que debería
trabajarse esta competencia no alcanza porcentajes tan altos en el valor 5
(60,5%). No obstante, si a ello se le suma la destacable proporción de docentes
que apuestan por el valor 4 (32,9%), la preocupación por desarrollar la
competencia comunicativa para mantener reuniones con padres o colegas aglutina
en torno a las valoraciones máximas (4 y 5) al 93,4% de las respuestas.
Complementariamente, se puede destacar la ausencia del valor medio 3
(suficiente) y del valor 1 (nulo).
4.5. Competencia comunicativa para ejercer la tutoría
En general, el profesorado
encuestado considera que trabaja con los estudiantes
de EF la labor tutorial, tarea fundamental en la acción de los docentes. En porcentajes, un 32,9% del profesorado opta por el valor
3, aunque no se pueda desdeñar el porcentaje similar otorgado por los docentes
al valor 2 (28,9%), muy cerca del porcentaje mayoritario. Esto nos hace pensar
que, si bien el valor medio es el más importante, la tendencia es a la baja por
el alto porcentaje del valor 2, principalmente, pero también del 1 (28,9% y
14,5%, respectivamente) frente a los valores 4 y 5, mucho menores (18,4% y
5,3%, respectivamente).
La mayoría de los profesores universitarios, sin embargo,
no cree que sus alumnos de EF dominen las habilidades comunicativas para
ejercer la tutoría, ya que el porcentaje mayoritario (42,1%) se concentra en el
valor 2 (dominio insuficiente). Destaca también el importante porcentaje
(14,5%) de profesorado que considera este dominio nulo. Aunque tampoco debe
ignorarse el reseñable porcentaje que el profesorado asigna al valor 3, que
representa el dominio suficiente de esta habilidad (32,9%). Por último,
conviene significar que no aparecen frecuencias correspondientes al valor 5
(dominio muy elevado) y que el valor 4 (dominio elevado) solo ha obtenido un
10,5%.
Finalmente, el
profesorado universitario encuestado señala con una evidente mayoría (78,9%) la necesidad de trabajar
esta competencia (valor 5) y piensa,
por tanto, que se debería trabajar en la carrera siempre o frecuentemente
(17,1%). Solo un 2,6% la considera poco relevante. De acuerdo con estos
resultados, es necesario plantearse la oportunidad de implementar en las aulas
acciones específicas que favorezcan el desarrollo de las competencias
comunicativas para el buen desempeño de la labor tutorial. Se ha de subrayar,
por último, que el valor 1 (nulo) ha sido ignorado por el profesorado.
5. Discusión y conclusiones
Se ha determinado, desde la percepción
del profesorado universitario que imparte docencia en la Mención de EF, el
grado de importancia que otorga a la competencia comunicativa para el desempeño
de la función docente, así como el nivel de logro alcanzado por los futuros
maestros de EF en habilidades como emisores, receptores, comunicadores en el
aula, participantes en reuniones y tutores.
Inicialmente, se ha de subrayar que el
profesorado universitario, como ya pusieran de manifiesto diferentes informes
(AGAEVE, 2010; ANECA, 2005; AQU, 2003; Comisión Europea,
2008; Consejo Europeo, 2006;
Gobierno de Chile, 2008; Gobierno de
España, 2009; Gouvernement de Québec,
2001; ITE, 2000; TDA, 2007) y diversos autores
(Camacho y Sáenz, 2000; Danielson, 2011; Domingo et al., 2013; Gauthier, 2006;
Martinet et al., 2004; Perrenoud, 2004b; Triadó, Aparicio y Elasri, 2013), concede una importancia capital
a la necesidad de desarrollar la competencia comunicativa de los estudiantes de
EF (futuros docentes), la cual admite trabajar en sus respectivas materias
aunque de forma desigual y de manera no sistemática.
Los profesores universitarios, sin
embargo, observan y perciben un insuficiente logro o conquista inadecuada de la
competencia comunicativa por los estudiantes de EF, lo que la convertiría en un
objetivo prioritario para la mejora de los próximos planes de estudio y
programaciones didácticas que se acometan en el contexto universitario. Este
hallazgo es consistente con lo recogido en el Documento de la AQU (2003), donde se advierte que los titulados
universitarios revelan evidentes debilidades en competencias interpersonales
básicas (expresión oral y escrita), y también con lo reportado por Domingo et
al. (2013) o Triadó et al. (2013), quienes señalan a tenor de los resultados
obtenidos en sus respectivos estudios que el profesorado universitario duda del
nivel de logro alcanzado por los futuros docentes o que sólo el 22% alcanza plenamente
la capacidad comunicativa en Educación Superior.
Casi la totalidad del profesorado
encuestado estima que las competencias comunicativas resultan ineludibles en la
formación inicial de los futuros docentes de EF, en sintonía con lo propugnado
en otros trabajos (AGAEVE, 2010; AQU, 2003; Camacho y Sáenz, 2000; Danielson, 2011; Domingo et
al., 2013; Gobierno de Chile,
2008; Perrenoud, 2004b; TDA, 2007). Las
respuestas a la cuestión preliminar demandada se focaliza en el valor máximo.
Adicionalmente, para todas las dimensiones del cuestionario referidas a la
trascendencia de la misma se percibe casi unánimemente la valoración más alta,
por parte del profesorado universitario.
En general, aunque con mayor énfasis en
unas dimensiones que en otras, el profesorado universitario que imparte
docencia en EF reconoce que trabaja suficientemente estas competencias, aunque
sea de forma asistemática, lo cual difiere de los datos obtenidos en otro
estudio previo que constató una escasa atención a esta competencia en las aulas
universitarias (Domingo et al., 2013).
A pesar de todo, el profesorado
considera insuficiente el nivel de logro alcanzado por los estudiantes de EF,
especialmente en cuanto a su capacitación para participar como docentes en
reuniones, o para desempeñar las tutorías. Esta percepción del profesorado
coincide, en líneas generales, con la opinión de los propios estudiantes de EF
(futuros docentes), quienes admitieron sus mayores debilidades en su
competencia para desempeñar una tutoría o en sus destrezas para participar en
reuniones (Gallego y Rodríguez, 2014). Las
limitaciones que se señalan, en cuanto al dominio de las habilidades
comunicativas necesarias para desenvolverse en reuniones y las escasas
habilidades para el ejercicio de la función tutorial, son desalentadoras,
máxime cuando diferentes trabajos señalaban como competencias relevantes
aquellas que tienen que ver con el saber implicar a padres y madres en el
aprendizaje de sus hijos (Allan, Clarke y Jopling, 2009; Valdemoros y Lucas,
2014). Estos hallazgos, sin embargo, contrastan con la percepción de los
docentes de EF en Primaria y Secundaria en ejercicio, quienes se consideran muy
competentes para establecer relaciones fluidas con otros miembros de la
comunidad educativa (Del Valle, De la Vega y
Rodríguez, 2015).
De otra parte, el profesorado
universitario considera que los estudiantes de EF poseen un dominio aceptable
de las competencias como emisor, receptor y comunicador en el aula, opinión que
es compartida, en general, por los propios maestros de EF en formación (Gallego
y Rodríguez, 2014).
No
obstante, se recomienda una interpretación
prudente de estos hallazgos, habida cuenta de que del análisis realizado no se puede
desprender una generalización de resultados a cualquier contexto. Se trata de
un primer estudio de carácter exploratorio, y necesitado de otros trabajos
complementarios en los que, por ejemplo, se trabaje con muestras más amplias de
profesorado universitario, se complemente la estrategia de recolección de datos
con instrumentos de corte cualitativo o se desarrollen nuevas estrategias e
instrumentos para monitorizar y corroborar la adquisición efectiva de las
competencias por parte de los futuros docentes de EF.
Sin embargo, pese a la provisionalidad
de estos datos, se puede adelantar
algunas pautas o estrategias
didácticas para mejorar las habilidades comunicativas del futuro docente de EF:
1) incorporar de forma reglada el desarrollo de las competencias comunicativas
en las futuras Guías Docentes; 2) analizar diferentes contextos
comunicativos para implementar estrategias concretas a cada situación
comunicativa; 3) conocer y manejar diferentes recursos lingüísticos y no
lingüísticos para mantener la atención del grupo; 4) orientar a los futuros
docentes de EF acerca de cómo construir y estructurar mensajes orales/escritos;
5) integrar la comunicación no verbal en el proceso total de comunicación.
Por
consiguiente, la mejora de la formación inicial de los profesionales de EF
constituye un reto importante al que habrán de enfrentarse los sistemas
formativos en un futuro próximo, para responder a los cambios y a las
expectativas que la sociedad del conocimiento impone. En este sentido, la
educación basada en competencias se perfila hoy como un potente modelo
alternativo, capaz de permitir a los sistemas educativos, en general, y a la
formación profesional, en particular, modificar sus prácticas de enseñanza,
para privilegiar escenarios de aprendizaje en los que los futuros docentes
puedan desempeñar un papel más activo y ejercitarse en nuevos modos de ser y de
actuar. Desde esta perspectiva, se subraya que la “contextualización, a partir
de situaciones prácticas relacionadas con el desempeño de la profesión, parece
ser la vía más apropiada para favorecer el desarrollo de competencias y
asegurar una mayor coherencia en la formación” (Martinet et al., 2004, p. 218).
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- vol. 18 - número 71 - ISSN: 1577-0354