González-Silva,
J.; Moreno, A.; Fernández-Echeverría, C.; Claver, F. y Moreno, M.P. (2018) Variables predictoras
de la colocación en el complejo de defensa en voleibol / Variables Predictors
of the Set in the Defence Complex in Volleyball. Revista Internacional de Medicina y
Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol. 18 (71) pp. 423-440 Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista71/artvariables928.htm
DOI: http://dx.doi.org/10.15366/rimcafd2018.71.002
ORIGINAL
VARIABLES
PREDICTORAS DE LA COLOCACIÓN EN EL COMPLEJO DE DEFENSA EN VOLEIBOL
VARIABLES PREDICTORS OF THE SET IN THE
DEFENCE COMPLEX IN VOLLEYBALL
González-Silva, J.1; Moreno, A.2;
Fernández-Echeverría, C.3; Claver, F.2 y Moreno, M.P.4
1 Becaria de Investigación de la Universidad de Extremadura.
Facultad de Ciencias del Deporte de Cáceres (España) gonzalezsilvajara@gmail.com
2 Profesores
Contratados Doctores. Facultad de Ciencias del Deporte de Cáceres (España) amorenod@unex.es, fclaver@uemc.es
3 PDI de la
de la Universidad de Extremadura. Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno.
Facultad de Ciencias del Deporte de Cáceres (España) cafernandeze@unex.es.
4 Profesora Titular de Universidad de la Facultad de Ciencias del
Deporte de Cáceres (España) pmoreno@unex.es
Agradecimientos:
Este estudio se ha realizado gracias a la aportación de
la Consejería de Economía e Infraestructuras de la Junta de Extremadura a
través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
Código UNESCO / UNESCO Code: 5899 Otras
Especialidades Pedagógicas (Educación Física y Deporte) / Other Educational
Specialties (Physical Education and Sport)
Clasificación Consejo de Europa / Classification Council of
Europe: 4
Educación Física y deporte comparado/ Physical Education and sport compared.
Recibido 6 de junio de 2016 Received
June 6, 2016
Aceptado 8 de mayo de 2017 Accepted
May 8, 2017
RESUMEN
El objetivo de la investigación fue conocer las variables
predictoras de la eficacia de colocación en el complejo de defensa (KII), en
ambos géneros, en categorías de formación. La muestra del estudio estuvo
compuesta por 2.404
acciones de juego, 1.104 en género masculino y 1.300 en género femenino,
desarrolladas por los 34 equipos participantes en el
Campeonato de España Under 16. La variable dependiente fue la eficacia de
colocación. Las variables independientes se agruparon en: variables de defensa,
de colocación en KII y de bloqueo. Los resultados determinaron que, en ambos
géneros, la eficacia de defensa, la técnica de colocación y la participación en
bloqueo predecían la eficacia de la colocación; en género masculino, zona de
defensa y tiempo de colocación; ninguna variable fue predictora únicamente en
género femenino. Esta información puede ser relevante para el desarrollo del
proceso de entrenamiento en voleibol.
PALABRAS CLAVE: análisis
del juego, rendimiento, colocación, género, categorías de formación.
ABSTRACT
The objective of the research was to analyse
the variables predictors of the setting efficacy in the defence
complex (KII), in youth athlete, in both genders. The study sample was
comprised of 2404 game actions, 1104 in the male gender and 1300 in the female gender. The actions were carried out by the 34
teams that participated in the Spanish Under-16 Championship. The dependant
variable was the setting efficacy. The results determined that, in both
genders, the dig efficacy, setting technique and the participation in block
predicted the setting efficacy; in male gender, the defence zone and tempo of
set; no predictor variables were exclusive to the female gender. This
information may be relevant when developing training processes in volleyball.
KEY WORDS: match analysis,
performance, set, gender, formative stages.
INTRODUCIÓN
En voleibol, el colocador posee una elevada importancia en el
juego, al ser el encargado de distribuir el juego y de realizar la organización
ofensiva (Castro & Mesquita,
2008; Zetou, Moustakidis, Tsiggilis & Komnonakidou, 2007), lo cual
está relacionado directamente con el rendimiento del juego (Palao, Santos &
Ureña, 2004; Queiroga et al., 2010).
El objetivo de la colocación es situar al atacante en las mejores condiciones para la realización de su ataque, tanto con respecto al balón, como con respecto al equipo contrario (Palao & Martínez, 2013). Para ello, el colocador tiene que valorar las limitaciones con las que se encuentra de acuerdo con el contexto (Afonso, Mesquita, Marcelino & Silva, 2010), buscando con su acción desequilibrar el balance ataque-defensa del equipo contrario (Palao & Martínez, 2013).
El carácter cíclico y secuencial del voleibol (Beal, 1989; Buscá &
Feber, 2012; Ugrinowitsch et al., 2014) deriva en diferentes fases del juego, complejo de
ataque (KI) y complejo de defensa (KII) (Beal, 1989; Cesar & Mesquita,
2006; Palao et al., 2004). Además, este carácter cíclico del juego hace que la colocación esté limitada por las acciones precedentes (Barzouka,
Nikolaidou, Malousaris & Bergeles, 2006; Papadimitriou, Pashali, Sermaki,
Mellas & Papas, 2004).
El KI incluye la organización del
ataque (Afonso et al., 2010). Este complejo está formado por las acciones de
recepción, colocación, ataque (Marelić, Resetar
& Jankovic, 2004; Monteiro, Mesquita & Marcelino, 2009; Silva, Lacerda
& Joao, 2014) y cobertura al ataque (Palao et al., 2004). El KI tiene como
objetivo principal neutralizar el saque rival y, a través de la organización
ofensiva, mediante un buen ataque (Papadimitriou et al., 2004), ganar la
posesión del saque (Monteiro et al., 2009).
El KII es conocido como el complejo
de defensa. En esta fase se incluyen las acciones de bloqueo, defensa en campo,
colocación, contraataque y cobertura al contraataque (Bergeles, Barzouka &
Elissavet, 2009; Joao, Leite & Sampaio, 2010; Marelic et al., 2004; Palao et al., 2004). El objetivo principal del KII
es neutralizar y contrarrestar el ataque del equipo contrario, posibilitando
una óptima construcción del contraataque, que permita la consecución del punto
y la continuidad en la posesión del saque (Ureña, Calvo & Lozano, 2002).
En el KII el balón no llega al colocador en las mejores
condiciones (Costa, Afonso, Brant & Mesquita, 2012), sin embargo, estas
condiciones pueden o no afectar la acción de colocación posterior, dependiendo
del dominio técnico del colocador (Barzouka et
al., 2006; Matias & Greco, 2013; Papadimitriou
et al., 2004). El colocador tiene que realizar la distribución del juego
teniendo en cuenta al bloqueo contrario (Castro, Souza & Mesquita, 2011) y
las diferentes formaciones defensivas del adversario (Matias & Greco, 2011b), creando situaciones ofensivas que desequilibren al bloqueo
(Afonso et al., 2010), y estableciendo una buena relación con
sus atacantes (Coleman, 2002).
Al igual que ocurre en otros deportes, en voleibol también se
producen diferencias en función del género. Por ejemplo, en cuanto a los
complejos de juego, en el
género femenino,
en etapas de formación, el número de jugadas realizadas en el KII es mayor que
el género masculino
(Bergeles et al., 2009; Costa et al., 2012;). En cuanto al tipo de acciones realizadas, por ejemplo, en
la colocación, en el género
masculino se realiza un mayor número de
colocaciones en salto que en el género femenino femenino,
siendo las colocaciones en apoyo, las que más se producen en esta categoría
(Palao & Martínez, 2013). Por último, igualmente, además de las
diferencias evidentes en cuanto a los aspectos fisiológicos, la eficacia de las
acciones de juego varía en función del género (Palao, Manzanares & Ortega, 2009).
Por ser considerado el KI una fase decisiva en el juego (Barzouka et al., 2006;
Palao, Santos & Ureña, 2007), el gran número de estudios
han sido realizados en este complejo (Afonso, Esteves, Araújo, Thomas &
Mesquita, 2012; Hernández, Ureña, Molina & Sánchez, 2013). En la
actualidad, la mayoría de los estudios realizados en el KII se centran en
caracterizar la fase de defensa (Marelić et al., 2004,
Palao et al., 2004, Palao et al., 2009).
La regresión logística multinomial nos permite estimar el
rango predictor de las diferentes variables de las acciones de juego que
predicen aspectos claves de las mismas (Fernández-Echeverría, Gil, Moreno,
Claver & Moreno, 2015). Por este motivo y debido a que
hasta el momento los estudios que han aplicado esta prueba han sido realizados
en alto rendimiento (Afonso et al., 2012; Castro et al., 2011), nuestra
investigación será desarrollada en etapas de formación y con el empleo de la
prueba citada.
Por todo
ello, el objetivo de nuestro estudio fue conocer las variables que predicen la
eficacia de la colocación en el KII, en función del género, en categorías de
formación.
MATERIAL Y MÉTODO
Muestra
La
muestra de estudio estuvo compuesta por un total de 2404 acciones de juego, ejecutadas
por los 34 equipos (16 en el género masculino y 18 en el género femenino) participantes en el Campeonato de España Under 16. El número de acciones observada se muestra en la tabla 1. Las acciones observadas corresponden a un partido de cada uno de los equipos participantes. Esto supone
la observación de un total de 72
sets, 36 sets pertenecían al género masculino y 36 sets pertenecían al género femenino. El campeonato se jugó en campo neutral para los
equipos,
por lo que fue necesario tener en cuenta si los equipos jugaban
en
casa o fuera.
Tabla 1. Acciones de juego observadas por
género.
Acciones de juego observadas |
Acciones
de juego observadas por género |
||
Masculino
(n) |
Femenino
(n) |
Total (n) |
|
Defensa |
440 |
504 |
944 |
Colocación
en KII |
332 |
398 |
730 |
Bloqueo |
332 |
398 |
730 |
Total |
1104 |
1300 |
2404 |
Variables
La variable
dependiente considerada en nuestro estudio fue la eficacia de la colocación, definida como el rendimiento o efecto
obtenido con la colocación (Billat, 2002). Se utilizaron los criterios del
Sistema FIVB, adaptado de Coleman (1975), empleados en estudios precedentes (Palao
& Martínez, 2013). Se diferenció entre: colocación mala
(colocación que no permite realizar el ataque); colocación buena (colocación
que limita las opciones de ataque); colocación perfecta (colocación que permite
todas las opciones de ataque).
Las
variables independientes consideradas en nuestro estudio fueron agrupadas en variables
de cuatro tipos: de la defensa, de la colocación y del bloqueo.
Las
variables de la defensa fueron función
del defensor, definido como el rol en juego del jugador al que es dirigido
el ataque para su defensa. Se han utilizado 3 categorías similares a las
utilizadas por Maía y Mesquita (2006) en recepción: atacante-delantero, líbero y otros. Zona de defensa, definida como la zona donde se realiza la defensa
del ataque. Se ha utilizado una adaptación de los criterios empleadas por Mesquita,
Manso y Palao. (2007), las categorías fueron: pasillo 1, pasillo 6 y pasillo 5. Eficacia de defensa, hace referencia al rendimiento o efecto
obtenido en la defensa. Se han utilizado los criterios del Sistema FIVB,
adaptado de Coleman (1975), se diferenció entre: defensa mala, defensa buena y defensa perfecta.
Las
variables de la colocación fueron origen
de la colocación, definida como la posición en la que se encuentra el
jugador que realiza el segundo pase de colocación. Las categorías fueron: zona
delantera y zona zaguera (Palao & Ahrabi-Fard, 2011). Zona de colocación (Figura 1), definida como el lugar del campo
desde donde se realiza el pase de colocación. Las categorías fueron: zona
excelente/área A (área de 8 m2, 4 metros de largo por 2 metros de ancho, ubicada
a 2 metros de la línea lateral derecha y a 3 metros de la línea lateral izquierda),
zona aceptable/área B (área de 6 m2, a 2 metros de la zona A y 3 metros de
ancho, ubicado a 2 metros de la línea lateral derecha y a 4 metros de la línea
lateral izquierda), y zona no aceptable/área C (que equivale a todo el área de
juego excluidas las zonas A y B), como muestran Castro y Mesquita, (2010).
Figura 1: Zona de
colocación (Castro & Mesquita, 2010)
Tipo de colocación, definida
como la tipología de colocación que realiza el jugador, considerando si el
colocador se encuentra en contacto con el suelo o no en el momento de realizar
la colocación. Las categorías fueron: colocación en apoyo y colocación en salto
(Palao & Martínez, 2013; Palao & Ahrabi-Fard, 2014). Técnica de colocación, definida como el
gesto técnico empleado en el pase de colocación. Las categorías fueron:
colocación de antebrazos y colocación de dedos. Zona hacia donde se envía la colocación, definida como la zona del campo donde se realiza el golpe de
ataque. Las categorías fueron: zona zaguera, zona 2, zona 3, y zona 4 (Papadimitriou
et al., 2004; Tsivika & Papadopoulou, 2008). Tiempo de colocación, definido como la interacción entre el momento
en el que el colocador contacta con la pelota y el inicio de aproximación del
atacante. Las categorías fueron: primer tiempo, segundo tiempo y tercer tiempo (Afonso et al., 2010; Palao et al.,
2009).
La variable
del bloqueo fue: Participación en bloqueo,
definida como el número de jugadores que forman el bloqueo. Se ha utilizado
una adaptación de los criterios planteados por Afonso, Mesquita y Palao (2005),
agrupándolos en las siguientes categorías: cero bloqueadores, un bloqueador, y dos o más bloqueadores.
Medida e instrumentos
Las
grabaciones de los partidos fueron realizadas con una cámara digital SONY
HDR-XR155 (formato M2TS). Dicha cámara se ubicaba en uno de los fondos de la
cancha de juego, a una altura de 5 metros sobre el suelo y a una distancia de 7
metros detrás de la línea de referencia, para obtener un óptimo plano de
visión.
Fiabilidad de la observación
Una vez realizada la recogida de
datos se procedió a la observación de todos los partidos por un único
observador. Para garantizar la fiabilidad de la observación, un observador con
las siguientes características: Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y
el Deporte, entrenador Nacional de Nivel III de voleibol, y con cinco años de experiencia
como entrenador, realizó un proceso de entrenamiento en el que se utilizaron, en
las diferentes sesiones de entrenamiento, muestras con distintas
características, y superando el 10% de la muestra total, indicado por Tabachnick
y Fidell (2007). Se
alcanzaron en la observación de todas las variables unos valores de Kappa de
Cohen intra-observador superiores a .75, valor mínimo
a partir del cual se considera una concordancia casi perfecta (Fleiss,
Levin & Paik, 2003). Para garantizar la fiabilidad temporal
de la medida, se desarrolló la misma codificación en dos ocasiones, con una
diferencia temporal de diez días, obteniendo unos valores de Kappa de Cohen
superiores a .75.
Análisis estadístico
En primer lugar, se realizó un análisis descriptivo de las variables con el objetivo de conocer las frecuencias de cada una de las variables estudiadas. En segundo lugar, se realizó un análisis inferencial para comprobar las asociaciones entre cada una de las variables estudiadas y la eficacia de la colocación. Este análisis se presenta a través de las tablas de contingencia incluyendo los valores de Chi-Cuadrado y V de Cramer. El nivel de significación estadística que se consideró fue de p<.05. Finalmente, en tercer lugar, a través del modelo de regresión logística multinomial, se obtuvieron las predicciones de la variable dependiente respecto de cada una de las variables independientes.
RESULTADOS
Análisis descriptivo
Respecto a las variables de defensa, en el género masculino, el jugador otro es el que defiende en más ocasiones (55,3%), siendo el pasillo 6 donde más se defiende (48,7%) y siendo la eficacia perfecta la que más se produce (48,4%). En el género femenino, la jugadora otra es la que más realiza la defensa (62,7%), realizando esta acción más frecuentemente en el pasillo 6 (47,1%) y siendo la eficacia buena la que más se produce (39,2%).
Respecto a las variables relacionadas con la colocación, en el género masculino, la zona de origen del colocador más frecuente es la zona zaguera (59,6%). La colocación se realiza habitualmente desde una zona excelente (44%), siendo la colocación en apoyo la más efectuada (74,8%), y realizándose frecuentemente colocaciones con una técnica de colocación de dedos (79,6%) y con una eficacia mayoritariamente perfecta (42,1%). Las colocaciones se han realizado con más asiduidad hacia la zona 4 (43,7%), mediante ataques a terceros tiempos (67,3%). En el género femenino, la zona de origen del colocador más frecuente es la zona zaguera (53,5%). La colocación se realiza más frecuentemente desde una zona excelente (38,9%), con un gran predominio de colocación en apoyo (93,8%), y realizándose frecuentemente colocaciones con una técnica de colocación de dedos (67,2%) y con una eficacia mayoritariamente buena (38,9%). La colocación se realiza más frecuentemente hacia zona 4 (45,1%), mediante ataques a terceros tiempos (77,3%).
Finalmente, respecto a la variable de bloqueo, participación en bloqueo, tanto en el género masculino como en el femenino, la situación que más se produce es la de dos bloqueadores o más (59% y 49,7%, respectivamente).
Análisis inferencial
A través
del análisis inferencial se muestran las asociaciones obtenidas, en el género
masculino y en el femenino, entre cada una de las variables independientes y la
variable dependiente, indicando los valores de Chi-cuadrado y V de Cramer.
En el
género masculino (Tabla 2), existe asociación significativa entre la variable
dependiente (eficacia de la colocación) y las siguientes variables
independientes: zona de defensa, eficacia
de defensa, origen del colocador, zona de colocación, tipo de colocación, técnica
de colocación, tiempo de colocación y participación en bloqueo. Por tanto,
se incluirán en el modelo de regresión logística multinomial.
Tabla 2. Asociación de las variables
independientes con la variable dependiente en el género masculino.
Variables |
Sig. |
X2 |
V de
Cramer |
Función
del defensor |
.198 |
6,011ª |
0,097 |
Zona de
defensa |
.011 |
13,748ª |
0,144 |
Eficacia
de defensa |
.000 |
148,827ª |
0,484 |
Origen
del colocador |
.027 |
7,237ª |
0,151 |
Zona de
colocación |
.000 |
41,530ª |
0,256 |
Tipo de
colocación |
.001 |
14,486ª |
0,213 |
Técnica
de colocación |
.000 |
85,909ª |
0,520 |
Zona de
envío de la colocación |
.056 |
12,282ª |
0,139 |
Tiempo de
colocación |
.000 |
35,317ª |
0,236 |
Participación
en bloqueo |
.000 |
94,782ª |
0,388 |
En el
género femenino (Tabla 3), existe asociación significativa entre la variable
dependiente (eficacia de la colocación) y las siguientes variables
independientes: eficacia de defensa, zona
de colocación, técnica de colocación, zona hacia donde se dirige la colocación,
tiempo de colocación y participación en bloqueo. Por tanto, se incluirán en
el modelo de regresión logística multinomial.
Tabla 3. Asociación de las variables
independientes con la variable dependiente en el género femenino.
Variables |
Sig. |
X2 |
V de
Cramer |
Función
del defensor |
.306 |
4,821ª |
0,082 |
Zona de
defensa |
.934 |
0,832ª |
0,034 |
Eficacia
de defensa |
.000 |
200,278ª |
0,530 |
Origen
del colocador |
.199 |
3,229ª |
0,095 |
Zona de
colocación |
.000 |
61,934ª |
0,295 |
Tipo de
colocación |
.492 |
1,420ª |
0,063 |
Técnica
de colocación |
.000 |
109,863ª |
0,555 |
Zona
hacia donde se dirige la colocación |
.000 |
24,496ª |
0,185 |
Tiempo de
colocación |
.000 |
42,326ª |
0,243 |
Participación
en bloqueo |
.000 |
129,263ª |
0,426 |
Análisis
predictivo de la eficacia de la colocación en el género masculino
En la Tabla 4, presentamos
los resultados del análisis de regresión logística multinomial en el género
masculino.
Tabla 4. Regresión logística multinomial:
Eficacia de la colocación en KII, en función de las variables independientes
incluidas en el modelo, en el género masculino.
Variables |
Perfecta %a |
Buena % |
OR Bruto |
OR Ajustado |
P |
Mala % |
OR Bruto |
OR Ajustado |
p |
|
Zona de defensa |
||||||||||
Pasillo 1 |
25 |
44,4 |
2,614 (1,327-5,151)c |
2,570 (1,066-6,196)c |
.035 |
30,6 |
3,161 (1,484-6,733)c |
4,351 (1,083-17,480)c |
.038 |
|
Pasillo 5 |
45,1 |
28,6 |
0,933 (0,508-1,711) |
0,840 (0,394-1,790) |
.651 |
26,4 |
1,514 (0,781-2,933) |
1,129 (0,325-3,925) |
.849 |
|
Pasillo 6b |
|
|
|
|
|
|
|
· |
· |
|
Eficacia de la defensa |
||||||||||
Defensa mala |
3,9 |
11,8 |
6,558 (1,272-33,825) |
2,219 (0,283-17,382) |
.448 |
84,3 |
118,882 (26,290-537,578) |
35,507 (2,569-490,812) |
.008 |
|
Defensa buena |
33,6 |
53,1 |
3,452 (2,005-5,943) |
1,938 (0,831-4,520) |
.126 |
13,3 |
2,183 (0,991-4,809) |
3,175 (0,612-16,470) |
.169 |
|
Defensa perfectab |
|
|
· |
· |
· |
|
· |
· |
· |
|
Origen del colocador |
||||||||||
Zaguero |
48,6 |
30,4 |
0,532 (0,317-0,894) |
0,913 (0,465-1,789) |
.790 |
21 |
0,537 (0,302-0,955) |
1,726 (0,538-5,542) |
.359 |
|
Delanterob |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Zona de colocación |
||||||||||
Aceptable |
46,7 |
35,6 |
1,486 (0,818-2,700) |
1,136 (0,479-2,695) |
.772 |
17,8 |
1,351 (0,641-2,846) |
2,577 (0,501-13,258) |
.257 |
|
No aceptables |
15,9 |
42 |
5,154 (2,500-10,625) |
1,470 (0,488-4,424) |
.493 |
42 |
9,370 (4,313-20,358) |
0,450 (0,056-3,613) |
.453 |
|
Excelenteb |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Tipo de colocación |
||||||||||
Salto |
60 |
26,3 |
0,428 (0,236-0,773) |
1,214 (0,510-2,891) |
.662 |
13,8 |
0,308 (0,148-0,639) |
2,433 (0,462-12,800) |
.294 |
|
Apoyob |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Técnica de colocación |
||||||||||
Antebrazos |
4,6 |
30,8 |
9,813 (2,831-34,011) |
3,063 (0,742-12,648) |
.122 |
64,6 |
55,576 (16,213-190,507) |
6,746 (1,104-41,223) |
.039 |
|
Dedosb |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Tiempo de colocación |
||||||||||
Primer tiempo |
74,4 |
15,4 |
0,165 (0,065-0,421) |
0,082 (0,021-0,323) |
.000 |
10,3 |
0,147 (0,049-0,441) |
0,019 (0,002-0,177) |
.000 |
|
Segundo tiempo |
58,5 |
29,2 |
0,399 (0,211-0,754) |
0,394 0,169-0,918 |
.031 |
12,3 |
0,224 (0,097-0,517) |
0,352 (0,081-1,531) |
.164 |
|
Tercer tiempob |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Participación en bloqueo |
||||||||||
Cero bloqueadores |
15,4 |
20 |
1,477 (0,614-3,549) |
0,836 (0,248-2,824) |
.774 |
64,6 |
29,723 (12,065-73,223) |
1,497 (0,281-7,968) |
.636 |
|
Un bloqueador |
48,4 |
21,9 |
0,513 (0,255-1,031) |
1.064 (0,445-2,541) |
.890 |
29,7 |
4,337 (1,921-9,794) |
10,889 (2,786-42,558) |
.001 |
|
Dos o más bloqueadoresb |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
”a”
categoría de referencia para la variable dependiente “b” categoría de referencia para las
variables independientes
“c” Numbers in brackets refer to the 95% confidence
interval.
Realizar
una defensa en el pasillo 1, en lugar del pasillo 6, aumenta la frecuencia de
la colocación mala o buena (OR= 4,351 y OR=2,570, respectivamente), en lugar de
perfecta.
Realizar
una defensa mala, en lugar de una defensa perfecta, aumenta la frecuencia
(OR=35,507), de la colocación mala en lugar de perfecta.
Realizar
una colocación de antebrazos, en lugar de una colocación de dedos, aumenta la
frecuencia (OR=6,746), de la colocación mala en lugar de perfecta.
Realizar
una colocación a primer tiempo, en lugar de una colocación a tercer tiempo,
reduce la frecuencia de la colocación mala o buena (OR=0,019, OR=0,082,
respectivamente) en lugar de perfecta. Además, realizar una colocación a
segundo tiempo, en lugar de una colocación a tercer tiempo, reduce la frecuencia
de la colocación mala (OR=0,394), en lugar de perfecta.
Un bloqueo
con un bloqueador, en lugar de con tres bloqueadores, suele ser precedido con
mayor frecuencia por una colocación mala (OR=10,889), en lugar de perfecta.
Análisis predictivo de la eficacia de la colocación en el género
femenino
En la Tabla
5, presentamos los resultados del análisis de regresión logística multinomial
en el género femenino.
Realizar
una defensa mala, en lugar de una defensa perfecta, aumenta la frecuencia
(OR=55,739), de una colocación mala en lugar de perfecta. Además, realizar una
defensa buena, en lugar de perfecta, aumenta la frecuencia (OR=3,637), de una
colocación buena en lugar de perfecta.
Realizar
una colocación de antebrazos, en lugar de una colocación de dedos, aumenta la
frecuencia de una colocación mala y buena (OR=41,555, OR=3,537,
respectivamente) en lugar de perfecta.
Un bloqueo
con cero bloqueadores o con un bloqueador, en lugar de con tres bloqueadores,
suele ser precedido con mayor frecuencia por una colocación mala (OR=7,853), en
lugar de perfecta.
Tabla 5. Regresión logística multinomial:
Eficacia de la colocación en KII, en función de las variables independientes
incluidas en el modelo, en el género femenino.
Variables |
Perfecta %a |
Buena % |
OR Bruto |
OR Ajustado |
p |
Mala % |
OR Bruto |
OR Ajustado |
p |
|
Eficacia de la defensa |
||||||||||
Defensa mala |
3,8 |
12,7 |
6,288 (1,645-24,037)c |
2,141 (0,431-10,637)c |
.352 |
83,5 |
166,000 (44,438-619,478)c |
55,739 (5,815-534,285)c |
.000 |
|
Defensa buena |
21,4 |
60,7 |
5,345 (3,072-9,300) |
3,637 (1,717-7,704) |
.001 |
17,9 |
6,288 (2,761-14,319) |
4,968 (0,785-31,417) |
.088 |
|
Defensa perfectab |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
|
Zona de colocación |
||||||||||
Aceptable |
33,6 |
45,8 |
1,788 (1,018-3,129) |
0,868 (0,415-1,816) |
.708 |
20,6 |
1,950 (0,947-4,014) |
0,536 (0,116-2,486) |
.536 |
|
No aceptables |
11,7 |
35,1 |
3,941 (1,907-8,143) |
1.030 (0,383-2,771) |
.953 |
53,2 |
14,480 (6,670-31,435 |
0.312 (0,060-1,612) |
.165 |
|
Excelenteb |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
|
Técnica de colocación |
||||||||||
Antebrazos |
4,3 |
34,2 |
8,970 (3,406-3,623) |
3,537 (1,154-10,840) |
.027 |
61,5 |
53,280 (19,756-143,693) |
41,555 (7,174-240,710) |
.000 |
|
Dedosb |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
|
Zona de envío de la colocación |
||||||||||
Zaguera |
7,3 |
41,5 |
4,144 (1,151-14,9289) |
2,984 (0,739-12,049) |
.125 |
51,2 |
7,622 (2,129-27,294) |
1,955 (0,182-21,043) |
.580 |
|
Zona 2 |
33,3 |
40 |
0,878 (0,436-1,765) |
0,945 (0,416-2,146) |
.892 |
26,7 |
0,871 (0,403-1,885) |
0,686 (0,135-3,488) |
.650 |
|
Zona 3 |
46,3 |
32,6 |
0,515 (0,286-0,929) |
1,023 (0,425-2,462) |
.960 |
21,1 |
0,495 (0,254-0,963) |
0,633 (0,094-4,259) |
.638 |
|
Zona 4b |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
|
Tiempo de colocación |
||||||||||
Primer tiempo |
70,4 |
25,9 |
0,215 (0,086-0,537) |
0,468 (0,129-1,700) |
.249 |
3,7 |
0,038 (0,005-0,287) |
0,041 (0,001-1,382) |
.075 |
|
Segundo tiempo |
16,4 |
5 |
0,330 (0,169-0,643) |
0,538 (0,227-1,276) |
.159 |
1 |
0,166 (0,069-0,401) |
1,630 (0,184-14,427) |
.660 |
|
Tercer tiempob |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
|
Participación en bloqueo |
||||||||||
Cero bloqueadores |
5,7 |
12,9 |
1,914 (0,566-6,469) |
1,555 (0,331-7,292) |
.576 |
81,4 |
65,906 (20,893-207,897) |
7,853 (1,120-55,049) |
.038 |
|
Un bloqueador |
33,9 |
39,4 |
0,989 (0,577-1,693) |
1,158 (0,568-2,363) |
.686 |
26,6 |
3,625 (1,752-7,498) |
2,479 (0,651-9,438) |
.183 |
|
Dos o más bloqueadoresb |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
· |
|
”a”
categoría de referencia para la variable dependiente “b” categoría de referencia para las
variables independientes
“c” Numbers in brackets refer to the 95% confidence
interval.
DISCUSIÓN
El objetivo
de nuestro estudio fue conocer las variables que predicen la eficacia de la
colocación en el KII, en función del género, en categorías de formación.
Las variables que
resultaron predictoras de la eficacia de la colocación, tanto en el género masculino
como en el género femenino, fueron: la eficacia
de la defensa, la técnica de
colocación y la participación en
bloqueo.
Respecto a la eficacia de la defensa, nuestros resultados mostraron que cuando se realizaba una defensa mala o buena, en lugar de perfecta, la eficacia de la colocación disminuía produciéndose un mayor número de colocaciones malas y buenas, y descendiendo las colocaciones perfectas.
En línea
con nuestros resultados, encontramos estudios como el de Mesquita et al.,
(2007), en el que se obtuvo que, en aquellas ocasiones en las que la defensa
era perfecta, se incrementaban las jugadas en las que el atacante disponía de
todas las opciones posibles para ejecutar el ataque, mejorando así la eficacia
de la colocación.
La
inclusión de un jugador especializado en defensa, el líbero (FIVB, 1998), puede
incrementar la eficacia de la defensa (Barzouka et al., 2006; Marelić et al., 2004; Papadimitriu
et al., 2004). Un incremento de la eficacia de la defensa supone mejores
condiciones para la realización de la colocación, lo cual puede afectar al
rendimiento final del partido (Silva, Lacerda & Joao, 2013), debido a que
la base de una buena organización ofensiva es una buena defensa (Zetou,
Tsigilis, Moustakidis & Komninakidou 2006).
En
categorías de formación la calidad del primer contacto es aún más determinante
que en alto nivel (Barzouka et al., 2006; Marelić et al.,
2004; Papadimitriu et al., 2004), debido a
que los colocadores tienen dificultad para realizar una óptima colocación
cuando la eficacia del primer contacto no ha sido elevada (Papadimitrio et al., 2004). Por
tanto, a pesar de que la defensa no es una acción finalista (Palao, Santos & Ureña, 2006), las características
especiales del voleibol hacen que la defensa influya
en las acciones posteriores, colocación y ataque, (Buscà & Feber, 2012; Monteiro et al., 2009; Palao &
Martínez, 2013), siendo recomendable, que en el proceso de entrenamiento, los entrenadores, a la hora de trabajar la defensa en segunda línea,
incidan en que los defensores envíen los balones hacia zonas excelentes de
colocación para así, no condicionar al
colocador en su acción.
Los resultados sobre la técnica de
colocación mostraron que cuando los colocadores realizaban colocaciones
de dedos, en lugar de antebrazos, se producía un mayor
número de colocaciones perfectas.
Palao et al. (2009), en alto nivel, obtuvieron resultados que van en línea con los nuestros, ya que la máxima eficacia en la acción de la colocación se consigue con la colocación de dedos. Por tanto, en alto nivel, donde los colocadores poseen un elevado nivel de dominio de la acción de colocación, la técnica empleada fundamentalmente es el pase de dedos (Palao & Martínez, 2013), siendo esta la forma más precisa de realizar la colocación (Ramos et al., 2004), tanto en etapas de formación como en alto rendimiento.
A pesar de que nuestro estudio se realizó en una fase de gran interferencia contextual, como es el KII (Castro et al., 2011), y que, en estas etapas, los colocadores tienen un bajo dominio técnico, la realización de un pase de colocación a través de la técnica de dedos, mejora la eficacia de esta acción. Por ello, en aquellas ocasiones en las que se den las condiciones necesarias para el uso de la técnica de dedos, esta técnica debe ser seleccionada por los colocadores para incrementar la eficacia de la colocación.
En relación a la variable participación en bloqueo, tanto en categoría masculina como en categoría femenina, nuestro estudio puso de manifiesto que cuando el colocador realizaba colocaciones malas, se producía un incremento de bloqueos del equipo rival con uno o cero jugadores bloqueando.
En voleibol, ante colocaciones óptimas, el atacante suele encontrarse un menor número de jugadores al bloqueo (Palao & Martínez, 2013). En nuestro estudio ante colocaciones de baja calidad hay un menor número de jugadores en el bloqueo, quizás debido a que, la construcción del ataque no genera una elevada incertidumbre en el bloqueo.
Las variables que resultaron predictoras de la eficacia de la colocación, en categoría masculina, y no en categoría femenina, fueron la zona de defensa y el tiempo de colocación.
Respecto a la variable zona de defensa, nuestro estudio mostró que cuando los jugadores defendían en el pasillo de zona uno, en lugar de zona seis, disminuía la eficacia de la colocación, produciéndose un menor número de colocaciones perfectas.
El pasillo de uno es el lugar donde los atacantes mandan el balón con el objetivo de evitar al jugador líbero, y para intentar crear interferencia con la acción del colocador (Mesquita et al., 2007). Esta zona es donde suelen defender el colocador y el opuesto (Gil, Moreno, Moreno, García-González & del Villar, 2010; Mesquita & César, 2007), pudiendo ser esto uno de los motivos de nuestros resultados. A pesar de que el colocador tiene una buena defensa en campo (Gil et al., 2010), es el jugador especializado en la colocación (Afonso et al., 2010), liberándose, en aquellos momentos que sean adecuados, de la defensa para realizar la colocación. Además de ello, hay una mayor dificultad para colocar los balones procedentes de zona uno que de zona cinco o seis ya que, aquellos balones que llegan desde estas zonas (cinco y seis), vienen por delante del colocador, siendo recomendable propiciar, en las sesiones de entrenamiento, defensas en el pasillo de uno.
En cuanto a
la variable tiempo de colocación,
nuestro estudio mostró que cuando los colocadores realizaban tiempos rápidos,
se producía un aumento de la eficacia de la colocación.
La
velocidad de la colocación depende principalmente de las habilidades de los
colocadores (Mesquita & Graça, 2002). A pesar de que en categorías de
formación el dominio técnico de los colocadores no es elevado, las colocaciones
a tiempos rápidos se realizan cuando las condiciones son favorables (Afonso et
al., 2010). Por tanto, al llegar el balón en las mejores condiciones posibles,
los colocadores consiguen realizar colocaciones rápidas, aumentado con ello la
eficacia de la colocación.
Además, uno
de los motivos por el que esta variable fue predictora en categoría masculina y
no en categoría femenina, puede ser que en la categoría masculina los bloqueos son
de un nivel superior (Zetou et al., 2006),
teniendo una mayor necesidad de jugar rápido para evitar la buena formación del
bloqueo (Costa et al., 2012; Palao & Martínez, 2013).
Finalmente, ninguna variable del estudio resultó predictora en el género femenino y no en el género masculino.
CONCLUSIONES
En etapas de formación, tanto en el género masculino como en el género femenino, la eficacia de la colocación en el complejo de defensa se ve afectada por la eficacia de la defensa, la técnica de colocación y la participación en bloqueo. Por lo que sería recomendable que, en el proceso de entrenamiento, se intensifique el trabajo defensivo unido a un trabajo específico de la colocación de dedos, con el fin de que el colocador consiga enviar la colocación a zonas donde exista una menor presencia de bloqueadores rivales, incrementándose así la eficacia de la colocación.
En el género masculino, la defensa en zona uno produce una disminución de la eficacia de la colocación. El mayor nivel de dominio del ataque de los jugadores de categoría masculina, respecto a las jugadoras de categoría femenina, puede provocar que los jugadores traten de buscar con el ataque zonas concretas del campo cuya defensa sea más compleja. En el proceso de entrenamiento de los colocadores para fomentar la mejora de la eficacia de la colocación, sería deseable desarrollar tareas de entrenamiento en las que los jugadores tuvieran que colocador balones procedentes de diferentes zonas del campo.
Igualmente, en el género masculino, la realización de primeros tiempos de ataque produce un incremento de la eficacia de la colocación, aumentando el número de colocaciones perfectas. Debido a que la velocidad del juego depende de la capacidad técnica de los jugadores (Mesquita & Graça, 2002), el mayor nivel de dominio técnico de los jugadores de categoría masculina respecto a las de femenina, puede provocar que los jugadores traten de acelerar en mayor medida la velocidad del juego. En el entrenamiento, sería interesante garantizar que se generan situaciones óptimas para la realización de primeros tiempos de ataque, que posteriormente podrán ser empleados en situaciones de competición, provocando una mejora de la eficacia de la colocación.
Finalmente, podemos decir, que el mejor conocimiento de lo que ocurre de forma específica en cada uno de los género, masculino y femenino, puede ser relevante tanto para jugadores/as como para entrenadores, para optimizar el proceso de entrenamiento en etapas de formación.
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte - vol. 18 - número 71 - ISSN: 1577-0354