DOI: http://doi.org/10.15366/rimcafd2018.72.012
ORIGINAL
INFLUENCIA DE LA LONGITUD DEL VASO SOBRE LAS
PRUEBAS DE SOCORRISMO ACUÁTICO PROFESIONAL
THE EFFECT OF
POOL LENGTH ON THE RESULTS OF PROFESSIONAL LIFEGUARD SAVING TESTS
Sanz-Arribas, I.
Doctor
en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Profesor del Departamento de
Educación Física, Deporte y Motricidad Humana. Universidad Autónoma de Madrid
(España) ismael.sanz@uam.es
AGRADECIMIENTOS
Todos los datos que han
permitido la elaboración de este estudio, han sido facilitados por la
Federación Madrileña de Salvamento y Socorrismo, por lo tanto, en este apartado
se agradece la inestimable colaboración de esta entidad y de su equipo docente.
Clasificación UNESCO /
UNESCO code: 3212 Salud Pública/ Public Health
Clasificación Consejo de
Europa / Council of Europe classification: 17. Otras (Salvamento y
socorrismo) / Other (lifesaving)
Recibido 14 de febrero de
2017 Received February 14, 2017
Aceptado 3 de noviembre de
2017 Accepted November 3, 2017
RESUMEN
En este estudio se ha
seleccionado a 2.528 aspirantes a la certificación de socorrista acuático
(1.798 hombres y 730 mujeres). Todos ellos han realizado las cuatro pruebas
físicas de agua cronometradas que se exigen para trabajar de socorrista en
piscinas, instalaciones acuáticas y medio natural en la Comunidad Autónoma de
Madrid (España). Del total de los participantes, 1.887 aspirantes realizaron
dichas pruebas en vaso de 25 metros y 641 lo hicieron en vaso de 50 metros. El
objetivo de este estudio es conocer la influencia de la longitud del vaso en el
que se desarrollan estas pruebas físicas, sobre el porcentaje de aprobados y
sobre las marcas de tiempo que emplean los participantes para realizarlas. Los
resultados de esta investigación demuestran que la longitud del vaso en el que
se evalúa a los aspirantes a socorrista, influye significativamente sobre las
marcas de tiempo que obtienen y también sobre el número de aprobados.
PALABRAS CLAVE: Socorrista, longitud del vaso, condición física, evaluación.
ABSTRACT
In this study 2.528
aspirants for aquatic lifeguard certification (1.798 men and 730 women) were
selected. All the participants of the study have performed the four physical
tests of chronometric water required in order to work as a lifeguard for
swimming pools, aquatic and open water in the Comunidad Autónoma de Madrid
(Spain). Of the whole participants, 1.887 aspirants were tested in a 25-meter
pool and 641 were done so in a 50-meter pool. The aim of this study is to know
the influence of the length of the pool in which these physical tests are
developed, on the pass rate and on the time needed by the sample to carry them
out. The results of this research show that the length of the pool in which the
aspirants are evaluated, influences on the time marks obtained by them and also
on the number of approved ones.
KEY WORDS: Lifeguard, pool length, physical condition, evaluation.
La bibliografía establece
que los socorristas acuáticos deben conocer y aplicar las medidas de prevención
y vigilancia adecuadas al entorno de baño. También deben dominar los métodos y
técnicas de intervención del rescate acuático, los primeros auxilios y disponer
de un alto nivel de destreza y condición física dentro del agua. Al mismo
tiempo se recomienda que estos conocimientos y destrezas se mantengan
actualizados a lo largo de toda la vida profesional del socorrista (Ellis & Associates, 2002; García Sanz et al.,
2015; International Life Saving Federation, 2000; International Life Saving Federation, 2007; International Life Saving Federation, 2013; Palacios Aguilar,
2008; Real Federación Española Salvameno y Socorrismo, 2003; Sanz Arribas, 2011; Schwebel et al.,
2010; The United States Lifesaving Association, 2016). Por lo tanto, la
adquisición y dominio de estas habilidades y destrezas, es un objetivo
prioritario para la formación del socorrista acuático. Aunque todos estos
parámetros influyen de forma considerable sobre el nivel de competencia del
socorrista, este estudio se centra en las pruebas físicas cronometradas que se
utilizan para la evaluación del nivel de destreza del socorrista dentro del
agua. En relación con esta cuestión, es importante destacar que existen muchas
entidades u organismos públicos y privados, que establecen o recomiendan
objetivos y criterios de evaluación diferentes para la obtención de un mismo
certificado o equivalente (Consejería de Sanidad y Consumo, 2006; Cruz Roja Española,
2017; Federación Madrileña de Salvamento y Socorrismo, 2017; International Life Saving Federation, 2000; International Life Saving Federation, 2013; Ministerio de Trabajo e Inmigración, 2011; The United States Lifesaving Association, 2016). Precisamente la falta
de armonización existente en los objetivos y criterios de evaluación de los
cursos de formación de socorrista acuático, podría provocar diferencias
importantes en el nivel de competencia de los profesionales que trabajan en
entornos similares.
Al margen de esta
importante cuestión, también sucede que algunos de los criterios de evaluación
recomendados o establecidos para examinar a los socorristas acuáticos, no se
protocolizan adecuadamente, o lo hacen de tal forma, que existe la posibilidad
de que los aspirantes a socorrista, puedan ser evaluados en condiciones
diferentes al realizar un mismo test. Un ejemplo de esto que se está señalando,
es la ausencia generalizada de tablas de referencia que establezcan la
influencia de la longitud del vaso, sobre las marcas de tiempo exigidas a los
aspirantes a socorrista en las pruebas físicas de piscina. De hecho, se sabe
que las marcas de tiempo obtenidas en las pruebas de natación disputadas en
vasos de 25 metros, son significativamente mejores que las que se obtienen en
vasos de 50 metros (Keskinen
et al., 2007; Koch-Ziegenbein et al., 2013; Wolfrum et al., 2013; Wolfrum et al., 2014). Esto se debe a que
las pruebas desarrolladas en vaso de 25 metros, permiten que el deportista
realice más virajes y por lo tanto, pueda empujarse más veces en la pared al
recorrer una distancia establecida. Disponer de un mayor número de impulsos
sobre la pared, permite que el nadador se desplace más rápido y con menor gasto
energético durante la fase de deslizamiento posterior al viraje. En esta misma
línea, algunos autores han determinado que nadar una misma distancia en vaso de
25 metros, provoca una frecuencia cardíaca máxima y una acumulación de ácido
láctico en sangre, inferiores a las que se producen en las pruebas disputadas
en vasos de 50 metros (Keskinen
et al., 2007; Lowensteyn
et al., 1994). Por estas razones,
algunas entidades deportivas aplican tablas de conversión que permiten anular o
atenuar, la influencia de la longitud del vaso sobre las marcas de tiempo que
acreditan los deportistas en las diferentes pruebas. Así, las marcas mínimas de
tiempo que exigen estas instituciones deportivas a sus competidores para poder
participar en determinados eventos, dependen del tipo de vaso en el que se han
sido acreditadas previamente (Real Federación Española Natación, 2016; Real Federación Española Salvamento Socorrismo, 2016). No obstante, estas tablas
de conversión están pensadas y diseñadas para ser aplicadas en las
competiciones deportivas de natación y/o salvamento acuático deportivo y por lo
tanto, estos mismos baremos no deberían aplicarse directamente a las marcas de
tiempo exigidas a los aspirantes a socorrista acuático, ya que las pruebas, la
población que las realiza y su finalidad, son completamente distintas. Por otro
lado, hay instituciones que establecen los límites de tiempo de las pruebas
cronometradas de agua, para evaluar a los aspirantes a socorrista en vasos de
25 metros, incluso hay instituciones que también exigen la realización de
pruebas físicas en aguas abiertas (Consejería de Sanidad y Consumo, 2006; International Life Saving Federation, 2007; Ministerio de Trabajo e Inmigración, 2011). Sin embargo, no
parece un acierto prescindir de los vasos de 50 metros para desarrollar cursos
de formación de socorrista, porque estas instalaciones son claramente válidas
para este fin y porque además, actualmente hay una gran disponibilidad de
ellas. Es más, la utilización de vasos de 50 metros parece especialmente adecuada
para formar a socorristas que aspiran a trabajar en aguas abiertas o espacios
acuáticos naturales.
Por todo ello, el
objetivo de este estudio es conocer la influencia de la longitud del vaso en el
que se desarrollan los test que exige la Orden de la Comunidad de Madrid (Consejería de Sanidad y Consumo, 2006), sobre las marcas de tiempo que obtienen los aspirantes a socorrista
acuático. Al mismo tiempo, se pretende conocer si esta variable influye sobre
el número de aspirantes que aprueba o suspende dichas pruebas. La consecución
de estos objetivos permitiría replantear los límites de tiempo exigidos a los
socorristas, dependiendo de la longitud del vaso en el que se desarrolla la
evaluación. De ese modo, los aspirantes a socorrista serían examinados en
igualdad de condiciones, con independencia de la longitud del vaso en el que se
desarrollan las pruebas.
Por
último, se señala que este artículo forma parte de una amplia investigación
vinculada al nivel de condición física y destreza en el agua de los
socorristas.
En relación a las normas éticas y requisitos para la participación en
el estudio, se indica que todos los participantes del estudio son mayores de 16 años y
han superado el 4º curso de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (E.S.O.) o
equivalente. Además, han presentado un certificado médico oficial, en el que
consta que no padecen alguna enfermedad infecto-contagiosa y que son aptos para
realizar ejercicio físico en el agua. En lo referente a las normas éticas, se ha mantenido el anonimato de
todas las personas que han formado parte del estudio. Para la realización de
este estudio, no se ha utilizado ningún método invasivo o lesivo que pudiera
afectar a los participantes. También se señala que se han respetado todas las
normas éticas de investigación y de protección de datos, tanto nacionales como
internacionales. En resumen, en ningún caso se han invadido los límites que la
privacidad y el respeto que las personas exigen.
El
estudio está realizado con 2.528 aspirantes al certificado de socorrista
acuático (1.798 hombres 71,1% y 730 mujeres 28,8%). Todos
los participantes del estudio recibieron la formación necesaria para la
obtención de dicho certificado entre los años 2006 y 2016. Todos ellos fueron
cronometrados al realizar las cuatro pruebas físicas acuáticas que exige la Comunidad de Madrid (Consejería de Sanidad y Consumo, 2006), para poder ejercer de socorrista en piscinas,
instalaciones acuáticas y medio natural en dicho territorio. Del total de
participantes del estudio, 1.887 (74,6%) aspirantes realizaron dichas pruebas
en vaso de 25 metros y los 641 (25,4 %) restantes, lo hicieron en vaso de 50
metros. En relación a la distribución de los sexos
en los diferentes vasos, se indica que el 74,5% de los hombres (1.341) y el
74,7% de las mujeres (546), realizaron las pruebas en vaso de 25 metros,
mientras que 25,4% de los hombres (457) y el 25,2% de las mujeres (184),
realizaron las pruebas en vaso de 50 metros. Para conocer la influencia de la
longitud del vaso, sobre las marcas de tiempo obtenidas en las pruebas físicas
cronometradas, se han comparado las marcas de tiempo logradas por los
aspirantes que superaron todas las pruebas en vaso de 25 metros, con las marcas
de tiempo de todos aquellos que superaron estas mismas pruebas en vaso de 50
metros. Aquellos aspirantes que no superaron alguna de las pruebas exigidas (Consejería de Sanidad y Consumo, 2006), fueron incluidos en el grupo de no aptos y por lo tanto, sólo fueron
considerados para conocer el porcentaje de aprobados y suspensos. Por otro lado,
se ha decidido no valorar la influencia del sexo sobre los resultados de las
pruebas físicas, porque se considera que las personas que hacen uso de los
espacios acuáticos vigilados por socorristas, sólo están interesadas en conocer
que el o la socorrista es competente para ocupar el puesto de trabajo y no en
su sexo.
A
continuación se realiza una breve descripción de las pruebas físicas y sus
límites de tiempo:
I.
Prueba 300 metros de nado crol o braza: El
aspirante a socorrista debe nadar ininterrumpidamente durante 300 metros a
estilo crol y/o braza. El tiempo límite de esta prueba es: 8 minutos.
II.
Prueba combinada I: Entrada al agua con
avistamiento de la víctima con material auxiliar de rescate adecuado a la
víctima. La víctima debe simular que se encuentra en situación de bajo nivel de
estrés acuático. Nado de 50 metros de aproximación, toma de contacto con la
víctima y traslado durante 50 metros con técnica correcta (con valoración
continua de la víctima). El tiempo límite de esta prueba es: 3 minutos 30
segundos. Una vez terminada la parte cronometrada de la prueba, el aspirante
debe extraer a la víctima del agua, realizar la valoración y las maniobras de
reanimación cardio-pulmonar básica (R.C.P.) durante 3 minutos en un maniquí de
R.C.P. Tal y como se puede leer en la descripción de la prueba, el material que
debe emplearse en el rescate no está definido, por lo tanto, el examinador
puede indicar al aspirante que realice la parte cronometrada de esta prueba,
con cualquiera de los materiales de rescate individual habituales (aro
salvavidas, tubo de rescate, boya torpedo…). En esta línea, estudios
precedentes han concluido que el tubo de rescate y el aro salvavidas, son
igualmente rápidos en rescates de 50 y 100 metros, con víctimas inconscientes y
en aguas tranquilas (Sanz Arribas, 2015; Sanz Arribas, 2016), aunque
también hay estudios que difieren en esto (Barcala-Furelos et
al., 2016). Al margen de esta discrepancia en la bibliografía, se indica que los
resultados de esta prueba no serán utilizados para conocer la influencia de la
longitud del vaso sobre las marcas de tiempo, porque se considera que tanto las
características físicas de las sujetos que simularon ser víctimas (peso, complexión,
sexo, talla), como su comportamiento en el momento de ser rescatadas
(consciente, inconsciente), pueden influir de forma considerable sobre los
tiempos acreditados por los aspirantes. Es decir, la prueba no está
normalizada. No obstante, al igual que sucede con el resto de pruebas, todos
los participantes del estudio que no superaron este test, fueron incluidos en
el grupo de no aptos.
III.
Prueba combinada II: Entrada al agua con
avistamiento de la víctima. Nado de 50 metros de aproximación y 15 metros de
buceo ininterrumpido hasta la recogida de una víctima (maniquí) que se
encuentra en el fondo del vaso. Por último, el aspirante debe realizar 35
metros de traslado del maniquí, sin que las vías respiratorias de este se vean
obstaculizadas por el agua o por las manos del aspirante. El tiempo límite de
esta prueba es de 3 minutos. Se destaca que en esta prueba siempre se utiliza
un maniquí normalizado, lleno de agua y estanco, que será descrito en el
apartado de recursos materiales. En consecuencia, todos los participantes del
estudio han realizado la prueba combinada II con el mismo tipo de maniquí. Es
decir, la víctima está estandarizada y es inerte. Por otro lado, la normativa
de Comunidad de Madrid
establece que la profundidad mínima a la que se debe encontrar el maniquí
durante la prueba, es de 180 centímetros (Consejería de Sanidad y Consumo, 2006). Dicho esto, las instalaciones en las que se han
desarrollado los cursos que han permitido obtener los resultados de este
estudio, cumplían con este requisito.
En lo que respecta a las pruebas físicas, según
la normativa referenciada (Consejería de Sanidad y Consumo, 2006), para poder ejercer de socorrista en piscinas,
instalaciones acuáticas de la Comunidad de Madrid, es necesario que el
aspirante supere las anteriores tres pruebas. No obstante, si el aspirante
quiere obtener la certificación para poder trabajar de socorrista en piscinas,
instalaciones acuáticas y medio natural de la Comunidad Autónoma de Madrid, es
necesario superar un cuarto test que requiere el uso de aletas y que no es
demandado para poder trabajar en piscinas. Este criterio tiene bastante
sentido, ya que las distancias y características de los rescates que se
demandan en los espacios naturales, hacen totalmente aconsejables la
utilización de las aletas (Palacios-Aguilar et al., 2012; Palacios Aguilar,
2012; Sanz
Arribas et al., 2017).
IV.
Prueba
100 metros rescate con aletas: De pie en el borde de la piscina o en la orilla
del medio natural, con las aletas en la mano, entrada dentro del agua. Realizar
nado de salvamento durante 50 metros, recoger a una víctima (maniquí)
inconsciente situada en el fondo. Remolcarla otros 50 metros sin que el agua
pase por encima de la cabeza de la víctima. Extracción de la víctima. Todo ello
realizado en un tiempo máximo de dos minutos y treinta segundos. En esta prueba
se utiliza el mismo maniquí normalizado que en la prueba combinada II, por lo
tanto, la víctima está estandarizada y es inerte. Además, todos los
participantes realizaron las pruebas en piscinas. Por otro lado, hay estudios
que demuestran que los diferentes tipos de aletas, influyen sobre el tiempo
necesario para realizar un rescate. En concreto, se afirma que las aletas de fibra y las aletas más largas, aportan mayor velocidad
al rescate que las de goma, especialmente si las aletas son muy cortas (Abraldes
et al., 2010; Palacios Aguilar, 2010). Las aletas utilizadas en este estudio no han sido siempre
las mismas, pero todas ellas se correspondían con el tipo de aleta que
habitualmente se emplean en el entrenamiento de la natación, es decir, las
aletas eran de goma y de longitud y rigidez media. En ningún caso se emplearon
aletas largas o de fibra. Por todo ello, los resultados de esta prueba deben
interpretarse con prudencia, ya que podrían verse influidos por el tipo de
aleta empleado por los aspirantes. Aun así y teniendo en cuenta que las
características de las aletas empleadas en este trabajo son muy similares, se
ha considerado que merece la pena mostrar los resultados de esta prueba.
Además de los matices especificados en la descripción de las cuatro
pruebas utilizadas en esta investigación, a continuación se enumeran las causas
por las que los aspirantes eran calificados con apto, o no apto en las pruebas:
·
Superar el límite de tiempo establecido para
cada prueba.
·
Agarrarse al bordillo o a la corchera durante la
ejecución de la prueba.
·
En aquellas pruebas en las que es necesario
remolcar el maniquí, el agua o las manos del aspirante no deben cubrir las vías
respiratorias del maniquí.
·
Criterio técnico del examinador. Se aclara que
el docente puede llegar a considerar que el aspirante no posee las competencias
o el nivel de destreza necesarios para rescatar a otra persona en el agua, sin
comprometer su propia seguridad o la de la víctima, incluso cuando el aspirante
supera los criterios cuantitativos.
2.1.
RECURSOS MATERIALES
Los recursos materiales necesarios para realizar este estudio han sido
los siguientes:
2.2.
RECURSOS HUMANOS
Para el análisis estadístico se ha utilizado el programa “IBM SPSS
Statistics 19”.
3.1.
DESCRIPTIVOS
De los 2.528 aspirantes a socorrista
que formaron parte de esta investigación, 2.288 (90,5%) superaron las cuatro
pruebas evaluadas en este estudio, mientras que 240 (9,5%) suspendieron al
menos una de las cuatro pruebas. El número y porcentaje de aspirantes aptos y
no aptos que se produjo en los diferentes vasos, se muestran las siguientes
figuras:
Figura 1. Porcentaje de aptos y
no aptos en vaso de 25 metros.
Figura 2. Porcentaje de aptos y
no aptos en vaso de 50 metros
Tabla 1. Estadísticos descriptivos de las pruebas
evaluadas en esta investigación
Estadísticos descriptivos |
||||
Pruebas |
Tiempo en 300 nado libre |
Tiempo
en combinada I** |
Tiempo en combinada II |
Tiempo en 100 aletas |
Total participantes |
2.528
(100%) |
2.528
(100%) |
2.528
(100%) |
2.528
(100%) |
No aptos |
93 (3,7%) |
79 (3,1) |
230 (9,1%) |
69 (2,7%) |
Media * |
366,6 |
163,7 |
149,9 |
136,0 |
Desv. típ. * |
62,2 |
20,6 |
19,4 |
23, |
*Tiempos expresados en segundos.
** Puesto que el test combinada I no está
estandarizada, sólo se mostrarán los estadísticos descriptivos, pero no se
analizará con la prueba t.
Tabla 2. Estadísticos
descriptivos por prueba
|
Estadísticos de grupo |
||||||
|
Tamaño de piscina |
N |
Media en segundos |
Diferencia de medias en % |
Desviación típ. En segundos |
Error típ. de la media |
|
Tiempo en 300 nado libre |
Corta (25 metros) |
1.724 |
360,6 |
6,2% |
61,6 |
1,4 |
|
Larga (50 metros) |
564 |
384,8 |
60,4 |
2,5 |
|||
Tiempo en combinada II |
Corta (25 metros) |
1.724 |
148,8 |
2,8% |
19,4 |
,4 |
|
Larga (50 metros) |
564 |
153,1 |
19,2 |
,8 |
|||
Tiempo en 100 aletas |
Corta (25 metros) |
1.724 |
135,3 |
1,9% |
22,7 |
,5 |
|
Larga (50 metros) |
564 |
138,0 |
23,9 |
1 |
|||
Tabla 3. Pruebas t para comparación de los tiempos de
las pruebas y las marcas de tiempo obtenidas en diferentes vasos.
Prueba de muestras
independientes |
|||||||||
|
Prueba de Levene para la
igualdad de varianzas |
Prueba t para la igualdad de
medias |
|||||||
F |
Sig. |
t |
gl |
Sig. (bilateral) |
Diferencia de medias |
Error típ. de la diferencia |
95% Intervalo de confianza para
la diferencia |
||
Inferior |
Superior |
||||||||
Tiempo en 300 metros nado libre |
0,101 |
.750 |
-8,142 |
2.287 |
,000 |
-24,2 |
2,9 |
-30 |
-18,3 |
Tiempo en 100 metros combinada II |
,182 |
.670 |
-4,611 |
2.287 |
,000 |
-4,3 |
,9 |
-2,4 |
-6,1 |
Tiempo en 100 metros aletas |
2,380 |
.123 |
-2,356 |
2.287 |
,019 |
-2,6 |
1,1 |
-4,8 |
-,4 |
Una vez presentados los
resultados de este estudio, se puede observar que la longitud del vaso en el
que se desarrollan las pruebas físicas cronometradas de agua, condiciona el
porcentaje de aspirantes que suspende alguna de las pruebas físicas exigidas
por la Comunidad de Madrid. De hecho, el 8.6% de los aspirantes a socorrista
que realizaron los cuatro test en vaso de 25 metros, no superó alguna de las
pruebas exigidas. En cambio, cuando estas mismas pruebas se desarrollaron en
vasos de 50 metros, el porcentaje de aspirantes a socorrista que suspendió una
o más de esas mismas pruebas, ascendió al 12%. También se puede afirmar que la
longitud del vaso en el que se desarrollan estos test, influye de forma
significativa sobre las marcas obtenidas por los aspirantes que superaron todas
las pruebas. En concreto, hay diferencias estadísticamente significativas en
las tres pruebas analizadas en esta investigación: (p≤0,001) en la prueba
300 metros crol y/o braza, (p≤0,001) en la prueba combinada II y
(p=0,019) en la prueba 100 metros rescate con aletas. Estos resultados
coinciden con las conclusiones de las investigaciones realizadas en el ámbito
de la natación de competición (Keskinen
et al., 2007; Koch-Ziegenbein et al., 2013; Lowensteyn et al.,
1994; Wolfrum
et al., 2013; Wolfrum
et al., 2014). En este sentido,
resulta paradójico que las instituciones deportivas que organizan sus pruebas
acuáticas en vasos de diferentes tamaños, utilicen tablas de conversión para
limitar la influencia de la longitud del vaso sobre los resultados deportivos (Real Federación Española Natación, 2016; Real Federación Española Salvamento Socorrismo, 2016) y en cambio, no se han encontrado tablas de conversión que
desempeñen esta misma función en el ámbito de la evaluación de los socorristas.
Por otro lado, no parece un acierto utilizar las mismas tablas que se emplean
en el ámbito deportivo para evaluar también a los socorristas. Esto se debe a
que el nivel de destreza (velocidad de nado, técnica y condición física…) de
los deportistas acuáticos, no es, ni es necesario que sea el mismo que el de
las personas que aspiran a ser socorristas. Además hay que añadir, que las
pruebas utilizadas para evaluar a los socorristas, son diferentes y no tienen
la misma finalidad que las pruebas de competición deportiva. Con independencia
de lo anterior, no hay que olvidar que recorrer 300 metros en un vaso de 25
metros, permite tocar y empujarse sobre la pared 6 veces más, que recorrer esa
misma distancia en un vaso de 50 metros. En el caso de las otras dos pruebas
analizadas en este trabajo (100 metros combinada II y 100 metros rescate con
aletas) los aspirantes que realizan el test en vaso de 25 metros, pueden tocar
y empujarse sobre la pared 2 veces más, que aquellos que realizan la prueba en
vaso de 50 metros. Por lo tanto, realizar los test en vasos de 25 metros,
permite que el aspirante disponga de más ocasiones para detener brevemente el
nado, cada vez que llega al bordillo y además, recorrer los metros
correspondientes a la fase de deslizamiento posterior a cada uno de los
virajes, sin apenas consumir energía. Por todo esto, es comprensible que estas
circunstancias generen sentimientos de inequidad entre los aspirantes a
socorrista, ya que algunos aspirantes que son capaces de superar las pruebas en
vaso de 25 metros, posiblemente no puedan superar estos mismos test en un vaso
de 50 metros y viceversa.
En definitiva y como
consecuencia de los resultados de este trabajo, se recomienda que si las
instituciones que otorgan las certificaciones de socorrista consideran que este
tipo de pruebas cronometradas debe mantenerse, es necesario que los baremos de
tiempo de dichas pruebas, se adapten a la longitud del vaso en el que se
evalúan. No obstante, dado el amplio margen de tiempo disponible para realizar
las pruebas estudiadas en esta investigación, también sería deseable que los
aspirantes socorrista dispusieran de un nivel de destreza en el agua lo
suficientemente alto, como para ser capaces de superar holgadamente las
pruebas.
Los resultados de este
estudio demuestran que la longitud del vaso en el que se evalúa a los
aspirantes a socorrista, influye sobre el porcentaje de aspirantes que superan
las pruebas y sobre las marcas de tiempo que se acreditan para su realización.
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte - vol. 18 - número 72 -
ISSN: 1577-0354