DOI:
https://doi.org/10.15366/rimcafd2020.80.010
ORIGINAL
EFECTOS DEL EJERCICIO SOBRE LA FLEXIBILIDAD
EN PERSONAS MAYORES DE 65 AÑOS
EFFECTS OF EXERCISE ON FLEXIBILITY IN ADULTS
OVER 65 YEARS OLD
Matos-Duarte, M.1 y Berlanga, L.A.2
1 Doctora en Ciencias de la
Actividad Física y del Deporte. Profesora de la Facultad de Educación de la
Universidad Francisco de Vitoria (UFV) (España) michelle.matos@ufv.es
2 Profesor de la Facultad de
Ciencias de la Salud de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) (España) luis.berlanga@ufv.es
Código UNESCO / UNESCO code: 3212 Salud Pública / Public Health
Clasificación Consejo de Europa / Council of Europe classification: 17 Otros (Actividad Física y Salud)
/ Others (Physical Activity and Health)
Recibido 28 de
noviembre de 2018 Received November,
28, 2018
Aceptado 25 de junio
de 2019 Accepted June 25, 2019
RESUMEN
Es sabido que el envejecimiento provoca el deterioro de la condición
física y sus componentes. Menores niveles de flexibilidad se asocian a una
pérdida de la capacidad funcional, y la participación en
programas de ejercicio físico supervisado podría mantener o mejorar los niveles
de dicha cualidad física. En nuestro estudio, evaluamos la flexibilidad de 53
adultos mayores de 65 años (M=73,74±4,54 años) que participaban en un programa
de ejercicio durante, al menos, 6 meses; utilizando los tests back scratch
(TBS) y chair sit and reach (TCSAR). Al finalizar el programa, los resultados
de flexibilidad resultaron estar dentro de los valores normativos de
referencia; estando, en muchas ocasiones, por encima. En conclusión, mantenerse
físicamente activo minimiza la pérdida de flexibilidad
inherente al proceso de envejecimiento, incluso cuando la actividad física no
está directamente dirigida a mejorar esa capacidad. Este hecho podría tener
importantes repercusiones sobre la capacidad funcional y la calidad de
vida de los adultos mayores.
PALABRAS CLAVE: Flexibilidad, Test
Back Scratch, Test Chair Sit And Reach, Actividad Física, Ejercicio, Personas
Mayores
ABSTRACT
Aging involves physiological
alterations such as detriments in physical fitness and its components. Lower
levels of flexibility are associated to a loss of functional capacity, and
participation in supervised physical exercise programs could maintain or improve
levels of that physical ability. In our study, we analysed flexibility in 53
adults over 65 years old (M=73,74±4,54) who participated in an exercise program
for at least 6 months; using Back Scratch Test (TBS), and Chair Sit and Reach Test
(TCSAR). At the end of the program, the results of flexibility were found to be
within the normative values of reference; being, on many
occasions exceeded them. In conclusion, staying physically active minimises the
loss of flexibility inherent to the aging process, which could has an important
impact on the functional capacity and quality of life of older adults.
KEY
WORDS: Flexibility, Test Back Scratch, Test Chair Sit and Reach, Physical Activity,
Exercise, Older Adults.
INTRODUCCIÓN
El envejecimiento es un proceso inherente al
ser humano que supone cambios fisiológicos, psicológicos y sociales en su vida.
Entre las alteraciones fisiológicas, cabe destacar el deterioro de los
componentes de la condición física, y, en particular, de la flexibilidad. Esta
capacidad física tiende a disminuir con los años (Marques et al., 2014;
Stathokostas, McDonald, Little y Paterson, 2013; Vagetti et al., 2015;
Vaquero-Cristóbal, González-Moro, Ros y Alacid, 2012), pudiendo alcanzar
pérdidas en la amplitud de movimiento de hasta un
40% en determinadas articulaciones (American College of Sports Medicine - ACSM,
2009).
La
pérdida significativa de la flexibilidad se considera un agravante en la salud
y la calidad de vida de las personas mayores (Fabre et al., 2007), siendo
fundamental su mantenimiento para realizar las actividades cotidianas de manera
autónoma y eficaz (Gonçalves, Barata, Varejão y Dantas, 2011). Su conservación
está asociada a la prevención de caídas
(Guimarães y Farinatti, 2005), el desempeño adecuado de las actividades de la
vida diaria (Brach y VanSwearingen, 2002; Geraldes, Albuquerque, Soares,
Carvalho y Farinatti, 2008; Stanziano, Roos, Perry, Lai y Signorile, 2009), el
mantenimiento de la locomoción (Cristopoliski, Sarraf, Dezan, Provensi y
Rodacki, 2008; Schenatto, Milano, Berlezi y Bonamigo, 2009), la prevención de
alteraciones posturales (ACSM, 2005; Da Silva Dias y Gómez-Conesa, 2008) y la
disminución de dolores musculares (King et al., 2000; Ponce, Sempere y Cortés,
2014).
La flexibilidad es una capacidad física imprescindible para el correcto
funcionamiento del organismo y la preservación de la salud, sin embargo, las
investigaciones científicas en torno a esta capacidad física son aún
insuficientes y ciertamente contradictorias, debido a la heterogeneidad
metodológica y de las muestras analizadas (Fiatarone
Singh, 2002; Rikli y Jones, 2013).
Aun así, parece haber un consenso generalizado sobre la importancia de mantener la
extensibilidad de los músculos y las articulaciones ágiles y con buena
movilidad para mantener una buena capacidad funcional. En las personas mayores esta es una
cuestión importante, pues el proceso de envejecimiento interfiere en los
niveles de flexibilidad debido tanto a las alteraciones biológicas propias de
la edad avanzada, como al sedentarismo y la inactividad física que se ven más
acentuados en esta fase de la vida (Guthold, Ono, Strong, Chatterji y Morabia,
2008), empeorando la amplitud de movimiento como consecuencia de la falta de
uso de las articulaciones (Heyward, 2008).
Las recomendaciones actuales de
actividad física sugieren que el aumento de la condición física con la práctica
de ejercicios de flexibilidad combate la tendencia a la pérdida de
amplitud de movimiento (Correa-Bautista, Sandoval-Cuellar, Alfonso-Mora y
Rodríguez-Daza, 2012; Hulya, Sevi, Serap y Ayse, 2015; Toto et al., 2012;
Vieira et al., 2015). En consecuencia, lo más coherente para la tercera edad es
la adopción de
un estilo de vida activo para beneficiarse de articulaciones suficientemente
flexibles como para seguir realizando las acciones básicas de la vida diaria
con autonomía e independencia. De esta manera, que las personas mayores
incluyan en su día a día la reproducción de
movimientos habituales ejecutados en su máxima amplitud podría asegurar un
cierto grado de estiramiento (Andújar, 2010). Asimismo, sería
recomendable su participación en programas estructurados de ejercicio físico
que desarrollen la condición física global, incluyendo el trabajo específico de
la flexibilidad.
Por tanto, el estilo de vida
activo adoptado por cada persona será determinante no solo
para preservar la amplitud de movimientos, sino también para retrasar la pérdida de funcionalidad con los años (Coelho de Farias,
Borba-Pinheiro, Oliveira y Gomes de Souza 2014; Vaquero-Cristóbal,
López-Miñarro, Alacid-Cárceles y Esparza-Ros, 2015). En consecuencia, favorecerá
el buen funcionamiento del cuerpo consiguiendo que la persona experimente un
envejecimiento más exitoso, ya que la flexibilidad está asociada a la calidad
de vida del individuo mayor (Gonçalves et al., 2011; Sławińska,
Posłuszny y Rożek, 2013).
Para determinar los niveles de
flexibilidad existen diversos métodos, siendo los test lineales los que se consideran más
fáciles de aplicar y de ser reproducidos por los sujetos, además de utilizar
materiales simples y económicos en su medición (Geraldes, Cavalcante, Albuquerque, Carvalho y Farinatti, 2007). En las personas de edad avanzada las
pruebas de flexibilidad de la batería Senior Fitness Test (SFT) desarrolladas
por Rikli y Jones (2001) son altamente recomendadas, debido a su seguridad, la
facilidad de ejecución de los movimientos y su buena confiabilidad y validez
comprobada (Rikli y Jones, 1999a). Estas pruebas incluyen el Test Back Scratch
(TBS), que mide la amplitud de movimiento del tren superior, especialmente de
los hombros; y el Test Chair Sit and Reach (TCSAR), que evalúa la del tren
inferior.
Al medir la
flexibilidad con las pruebas TBS y TCSAR, los resultados se pueden comparar con
los valores de referencia estándar, recopilados por las autoras del SFT (Rikli
y Jones, 2001). Esta herramienta de evaluación es importante para que las
personas mayores puedan conocer sus resultados y compararlos con
los valores obtenidos por poblaciones del mismo género y rango de edad. Además, es un
instrumento válido para que los profesionales del área de la salud y de la actividad
física, puedan evaluar con facilidad y precisión el estado en el que se
encuentra la movilidad articular de la población con edad avanzada. El
conocimiento del estado de la salud articular, permitirá estructurar
estrategias y programas de ejercicio físico enfocados específicamente al desarrollo
y mejora de la capacidad funcional de estas personas.
En este contexto, el objetivo de este estudio es conocer el nivel de movilidad
articular del tren superior e inferior en
un grupo de personas mayores físicamente activas para compararlo con los valores de
referencia internacionalmente establecidos.
MATERIAL Y MÉTODOS
Muestra
El presente estudio incluyó a 53 voluntarios brasileños (14 varones y 39
mujeres) mayores de 65 años (M=73,74±4,54 años), todos ellos participantes del
Programa Actividad Física y Salud en Personas Mayores (Programa Atividade Física e Saúde do Idoso,
PAFSI) de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG),
ubicada en la ciudad de Belo Horizonte, Brasil. Para la selección de la muestra
se establecieron como requisitos que los voluntarios tuvieran la edad mínima de 65 años
y que estuvieran participando en el programa PAFSI durante, al menos, los seis
meses anteriores al inicio del estudio. Asimismo,
tomando como referencia la definición de autonomía e independencia sugerida por
Moraes (2012), como criterio de inclusión se consideró que los sujetos de la
muestra fueran funcionalmente independientes; y que contaran con un certificado
médico de conformidad con la realización de actividad física y que no se
apreciaran signos de padecer limitaciones musculoesqueléticas y cognitivas que
pudieran comprometer la ejecución de los movimientos a ser evaluados.
Programa de ejercicio físico
administrado
El PAFSI fue
administrado por profesionales graduados en Ciencias de la Actividad Física y
del Deporte. Además de contar con un programa estructurado de ejercicio físico,
el proyecto contaba con actividades sociales y de ocio fuera del espacio de la
universidad y de los horarios habituales. Asimismo, el programa incluía
seminarios y charlas informativas con la finalidad de orientar
y concienciar a los participantes sobre temas de gran
importancia para la salud y la calidad de vida en el envejecimiento, como la
nutrición o la prevención de caídas.
El programa consistía en tres sesiones semanales de
60 minutos. En general, la estructura de las clases se dividía en un
calentamiento inicial de unos 15 minutos, que incluía caminata, ejercicios de
movilidad articular y estiramientos estáticos. A continuación, se realizaba la
parte principal de la sesión de unos 35 minutos, en la cual se trabajaban los
diversos aspectos de la condición física global a través de actividades globales
variadas (juegos, bailes, deportes adaptados y ejercicios cardiovasculares, de
fuerza, de equilibrio, de coordinación y de flexibilidad). Por último, las
sesiones finalizaban con ejercicios de relajación, respiración y estiramientos
para la vuelta a la calma, durante unos 10 minutos.
Instrumentos
Para la evaluación de la
flexibilidad se utilizaron las pruebas TBS y el TCSAR propuestos por Rikli y Jones
(2001), que son pruebas con buena confiabilidad (r = 0,96 y r = 0,95, respectivamente) y validez comprobada (Rikli y Jones,
1999a), siendo además seguras y fáciles de llevar a cabo. Estas autoras
realizaron un estudio en los Estados Unidos con una muestra de 7.183 sujetos de
entre 60 y 94 años de edad, estableciendo valores de referencia tanto para la
flexibilidad, como para el resto de las capacidades físicas (Rikli y Jones,
1999b), diferenciando entre géneros y franjas de edad de cinco años.
Para la realización de estas pruebas se respetaron todos
los protocolos establecidos por Rikli y Jones (2001), en lo que se refiere al
calentamiento previo, proporcionar la información pertinente a los
participantes sobre la ejecución de los movimientos, y la reproducción de los
mismos por parte de los evaluadores para ejemplificar; así como un breve
período de tiempo para que los participantes pudieran familiarizarse con los
movimientos y elegir el lado de preferencia a ser medido. También se siguieron
los procedimientos estándar específicos en la aplicación de cada prueba, su
puntuación, registro, análisis de los datos y las normas de seguridad para la
ejecución.
Los test fueron
administrados por un solo evaluador con conocimiento sobre los protocolos de cada
prueba y con experiencia en la aplicación de los mismos. La toma de
datos se extendió durante dos días, con la recolección de las medidas siendo realizadas
siempre por la mañana, en la propia universidad y utilizando una sala previamente
acondicionada para el desarrollo óptimo de las valoraciones.
Para
contrastar los datos de la muestra con los valores de referencia internacional, se utilizaron
las tablas de flexibilidad del SFT con sus valores normativos transformados en
centímetros, como se representa en las tablas 1 y 2:
Tabla 1. Valores normativos de referencia para hombres
Edad |
60-64 |
65-69 |
70-74 |
75-79 |
80-84 |
85-89 |
90-94 |
Test chair sit and reach |
-6,4 a +10,2 |
-7,6 a +7,6 |
-7,6 a +7,6 |
-10,2 a +5,1 |
-14,0 a +3,8 |
-14,0 a +1,3 |
-16,5 a -1,3 |
Test back scratch |
-16,5 a +0,0 |
-19,1 a -2,5 |
-20,3 a -2,5 |
-22,9 a -5,1 |
-24,1 a -5,1 |
-24,1 a -7,6 |
-26,7 a -10,2 |
Nota: Valores transformados en
centímetros.
Fuente: Adaptado de Rikli, R. E. y Jones, C.
J. (2001). Senior Fitness Test Manual. Champaign, IL: Human Kinetics. p.143.
Tabla 2. Valores
normativos de referencia para mujeres
Edad |
60-64 |
65-69 |
70-74 |
75-79 |
80-84 |
85-89 |
90-94 |
Test chair sit and reach |
-1,3 a +12,8 |
-1,3 a +11,4 |
-2,5 a +10,2 |
-3,8 a +8,9 |
-5,1 a +7,6 |
-6,4 a +6,4 |
-11,4 a +2,5 |
Test back scratch |
-7,6 a +3,8 |
-8,9 a +3,8 |
-10,2 a +2,5 |
-12,8 a +1,3 |
-14,0 a +0,0 |
-17,8 a -2,5 |
-20,3 a -2,5 |
Nota: Valores transformados en
centímetros.
Fuente: Adaptado de Rikli, R. E. y Jones, C.
J. (2001). Senior Fitness Test Manual. Champaign, IL: Human Kinetics.
p.143.
Para la realización del análisis
estadístico se utilizó el programa estadístico Statistical Package for the
Social Sciences - SPSS para Windows en la versión 22.0. Se realizó un análisis
descriptivo de las variables de la edad de la muestra, además de las variables
investigadas conteniendo los valores medios, máximos, mínimos y desviaciones
estándar. Se aplicaron la prueba de normalidad (Kolmogorov-Smirnov) para las variables y la prueba de Levene para verificar la homogeneidad
de las varianzas. El nivel de significancia adoptado fue p <0,05.
Toda la información pertinente para
el estudio se proporcionó a los participantes, que firmaron el correspondiente consentimiento
informado. La identidad de la muestra fue preservada en anonimato, teniendo los
datos recogidos el único fin de la investigación. Se atendieron las consideraciones
que establece el Comité de Ética de Investigación de la Universidad Autónoma de
Madrid, en asociación con el Departamento de Educación Física, Deporte y
Motricidad Humana y el Departamento de Postgrado en Ciencias del Deporte de la
UFMG. Como en todos los estudios que involucran
seres humanos, se han respetado las normas éticas promulgadas por la Asociación
Médica Mundial en la Declaración de Helsinki.
Los resultados se presentan en tablas
descriptivas, con valores de flexibilidad de la muestra separados por grupos de
edad y género. Las pruebas estadísticas mostraron diferencias significativas
entre hombres y mujeres en el grupo de 70 a 74 años para la prueba TBS, no
observándose diferencias significativas en los demás grupos ni en los
resultados del TCSAR.
Tabla 3. Análisis descriptivo de la
flexibilidad del tren superior a través del TBS y del tren inferior a través
del TCSAR en hombres y mujeres divididos por grupos de edad.
|
|
Hombres |
Mujeres |
|||
|
|
TBS |
TCSAR |
|
TBS |
TCSAR |
Edad |
N |
Media (±SD) |
Media (±SD) |
N |
Media (±SD) |
Media (±SD) |
65-69 |
1 |
1,5±0 |
0,7±0 |
7 |
2,29±3,48 |
0,09±11,51 |
70-74 |
6 |
-10,50±2,57* |
-5,35±5,6 |
20 |
-3,44±8,98* |
-2,08±7,74 |
75-79 |
4 |
-12,15±10,41 |
-11,02±13,68 |
9 |
-3,08±13,73 |
-2,52±12,15 |
80-84 |
3 |
-5,93±2,80 |
-12,37±10,95 |
3 |
-14,6±5,6 |
4,3±5,86 |
SD – desviación estándar; * p<0,05 en relación al test
(diferencia entre hombres y mujeres)
La tabla 4 presenta
los porcentajes de la muestra que se encontraron dentro, por encima y por
debajo de los valores normativos de referencia según la clasificación propuesta
por Rikli y Jones (2001). Los hombres presentaron en su mayoría valores iguales o
superiores a los de referencia internacional en todos los grupos de edad tanto
para el TBS como para el TCSAR, excepto en el grupo 75-79 años, en el cual un
50% estuvo por debajo del valor de referencia y un 50% por encima o dentro de estos
valores normativos. La mayor parte de las mujeres tuvieron valores de
flexibilidad dentro o superiores a los valores normativos de referencia en TBS
y TCSAR, excepto en el grupo 80-84 años en TBS (66,7% por debajo) y 70-74 años
en TCSAR (50% debajo).
Tabla 4. Porcentajes de la muestra en relación
con los valores de referencia para hombres y mujeres en ambas pruebas.
|
Hombres |
Mujeres |
||||||||||
|
TBS |
TCSAR |
TBS |
TCSAR |
||||||||
Edad |
Ref. |
â |
á |
Ref. |
â |
á |
Ref. |
â |
á |
Ref. |
â |
á |
65-69 |
0 |
0 |
100% |
100% |
0 |
0 |
57,1% |
14,3% |
28,6% |
42,9% |
42,9% |
14,2% |
70-74 |
100% |
0 |
0% |
83,3% |
16,7% |
0 |
60% |
15% |
25% |
45% |
50% |
5% |
75-79 |
50% |
25% |
25% |
25% |
50% |
25% |
33,3% |
22,2% |
44,5% |
33,3% |
44,5% |
22,2% |
80-84 |
66,7% |
33,3% |
0% |
66,7% |
0 |
33,3% |
33,3% |
66,7% |
0% |
66,7% |
33,3% |
0 |
Ref. – dentro de los valores de referencia; “â” – por debajo de los valores de
referencia; “á” – por encima de los valores de
referencia
DISCUSIÓN
Sabiendo que el envejecimiento es un proceso inherente en todas las
personas y que supone la disminución de las capacidades fisiológicas,
psicológicas y sociales del individuo; el primer hallazgo a resaltar de nuestro
estudio es que el ejercicio físico supervisado consigue, al menos, mantener los
niveles de flexibilidad en una población mayor de 65 años dentro de los valores
normativos de referencia; consiguiendo, en muchos casos, que estos valores
estén por encima de los normativos. Solo los sujetos de entre 75-79 años para
el TCSAR, y las mujeres de entre 80-84 años para el TBS, estuvieron en su
mayoría por debajo de los valores de referencia.
Estos resultados están en concordancia con los hallazgos de otros
investigadores. Gonçalves et al. (2011) registraron una mejora de la
flexibilidad medida con goniómetro en una muestra de 120 sujetos de 60 años o
mayores, que realizaron dos sesiones de yoga a la semana de 60 minutos durante
14 semanas. Además, estos autores evaluaron pruebas funcionales relacionadas
con las actividades de la vida diaria, donde la flexibilidad y la amplitud de
movimiento son fundamentales para su ejecución, encontrando que el yoga
mejoraba todas las pruebas excepto la de ponerse y quitarse una camiseta;
concluyendo que la práctica regular de esta modalidad de ejercicio mejora la
amplitud de movimiento y el desempeño de las tareas cotidianas, demostrando
además mejoras importantes en la calidad de vida de los sujetos.
En la misma línea, Matos-Duarte,
Martínez-de-Haro, Sanz-Arribas, Andrade y Chagas (2017) hallaron en una
muestra de más de 65 años que la flexibilidad tanto del tren superior como del
tren inferior, evaluada utilizando los mismos instrumentos que en nuestro
estudio (TBS y TCSAR), sigue mejorando a lo largo del tiempo siempre y cuando
los sujetos sigan activos en programas de ejercicio físico global que potencien
el desarrollo de esta cualidad física.
En un estudio observacional donde participaron 74 personas mayores, Fabre
et al. (2007) concluyeron que la pérdida de flexibilidad asociada al
envejecimiento continua incluso al llegar a los 90 años, y supone una merma
importante de la calidad de vida de estas personas. De hecho, la pérdida de
flexibilidad asociada al envejecimiento y su relación con la capacidad
funcional y la calidad de vida fue claramente definida por Sayer et al. (2008),
en cuya revisión hablaban de un umbral de discapacidad relacionado con la
pérdida de masa y fuerza muscular y de la capacidad de movimiento. Marmolejo, Medhanie y Tarleton (2018) afirman que las personas que tienen mayores niveles de flexibilidad
presentan un mejor equilibrio muscular y postura corporal, lo cual se podría
traducir en una mayor productividad y eficiencia muscular que disminuiría el
riesgo de lesión potencialmente.
En cuanto a la diferencia de género observada en el TBS en la franja de
edad de los 70 a los 74 años, Santos et al. (2012) también observaron
diferencias significativas entre géneros a favor de las mujeres, habiendo evaluado
la flexibilidad de 312 sujetos de 65 a 103 años con el empleo tanto del TBS
como del TCSAR. Sin embargo, estos autores no presentaron un análisis detallado
por franjas de edad, tal y como se clasifican los valores normativos de
referencia, por lo que no podemos conocer dónde se presentó esta diferencia
significativa ni si la respuesta al programa de ejercicio físico fue distinta
en función de la edad de los participantes.
Gouveia et al. (2013), en su muestra de 802 portugueses y portuguesas de
entre 60 y 79 años, encontraron que las mujeres obtuvieron puntuaciones
significativamente mejores que los hombres en el TSCAR y el TBS, aunque los
hombres presentaran mejor condición física general que las mujeres. Algo
importante que concluyeron estos autores es que encontraron mayores mejoras de
las variables evaluadas en aquellos sujetos con mayor participación en
programas de actividad y ejercicio físico, con los importantes beneficios sobre
la capacidad funcional y la calidad de vida de los sujetos que esto supone.
Por tanto, analizar la evolución de los niveles de flexibilidad en personas
mayores es de vital importancia por su implicación en el desarrollo de
actividades cotidianas y para ayudarles a preservar su autonomía, previniendo
la discapacidad funcional que afecta a gran parte de la población mayor y a su
calidad de vida. Sin embargo, una limitación de nuestro estudio fue que no
incluimos el registro de esta variable. Además, los valores normativos de
referencia de Rikli y Jones (1999b) se validaron para una muestra
estadounidense; por lo que sería recomendable validar unos valores de
referencia específicos para diferentes países.
CONCLUSIÓN
Concluimos con nuestro estudio que, según los parámetros
internacionalmente establecidos, nuestra muestra de personas mayores de 65 años
que participan en un programa de ejercicio físico supervisado, puede mantener
niveles de movilidad articular y amplitud de movimiento adecuados. Sin embargo,
se recomienda aumentar la carga de trabajo específicamente orientada al
desarrollo de estas cualidades físicas en las personas mayores, con el fin de
mejorar la autonomía y la capacidad funcional de dicha población.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
American College of Sports Medicine (2005). Manual ACSM para la valoración y prescripción
del ejercicio (2ª ed.). Badalona: Paidotribo.
American College of Sports Medicine (2009). ACSM Position stand:
Exercise and physical activity for
older adults. Medicine & Science in
Sports & Exercise, 41(7), 1510-1530. doi: 10.1249/MSS.0b013e3181a0c95c
Andújar, A. J. C. (2010). El desarrollo de la
condición física para la mejora de la salud en adultos y personas mayores. En
V. Martínez de Haro (Comp.), Actividad
física, salud y calidad de vida (pp.
151 -178). Madrid: Fundación Estudiantes, Universidad Autónoma de Madrid y
autores.
Brach, J. S. y VanSwearingen, J. M.
(2002). Physical
impairment and disability: Relationship to performance of activities of daily
living in community-dwelling older men. Physical Therapy, 82(8), 752-761. doi: https://doi.org/10.1093/ptj/82.8.752
Coelho de Farias, M., Borba-Pinheiro,
C., Oliveira, M. y Gomes de Souza, R. (2014). Efectos de un programa de
entrenamiento concurrente sobre la fuerza muscular, flexibilidad y autonomía
funcional de mujeres mayores. Revista
Ciencias de la Actividad Física UCM, 15(2), 13-24.
Correa-Bautista, J. E., Sandoval-Cuellar, C.,
Alfonso- Mora, M. L. y Rodríguez-Daza, K. D. (2012). Cambios en la aptitud física
en un grupo de mujeres adultas mayores bajo el modelo de envejecimiento activo.
Revista de la Facultad de Medicina, 60(1), 21-30.
Cristopoliski, F., Sarraf, T. A., Dezan,
V. H., Provensi, C. L. y Rodacki, A. L. (2008). Efeito transiente de exercícios
de flexibilidade na articulação do quadril sobre a marcha de idosas. Revista Brasileira de Medicina do Esporte,
14(2), 139-144. https://doi.org/10.1590/S1517-86922008000200011
Da Silva Dias, R. y Gómez-Conesa, A.
(2008). Síndrome de los isquiotibiales acortados. Fisioterapia,
30(4), 186-193. doi:
10.1016/j.ft.2008.07.004
Fabre, J. M., Wood, R. H.,
Cherry, K. E., Su, L. J., Cress, M. E., King, C. M., … Jazwinski, S. M. (2007).
Age-related deterioration in flexibility is associated with health-related
quality of life in nonagenarians. Journal
of Geriatric Physical Therapy, 30(1),
16-22. doi: 10.1519/00139143-200704000-00004
Fiatarone Singh, M.A. (2002).
Exercise comes of age: rationale and recommendations for a geriatric exercise
prescription. Journals of Gerontology. Medical Sciences, 57A(5), M262–M282. doi.org/10.1093/gerona/57.5.M262
Geraldes, A. A., Albuquerque, R.,
Soares, R. M., Carvalho, J. y Farinatti, P. T.V. (2008). Correlação entre
flexibilidade das articulações glenoumerais e coxofemorais e o desempenho
funcional de idosas fisicamente ativas. Revista
Brasileira de Fisioterapia, 12(4), 274-282. doi:
https://doi.org/10.1590/S1413-35552008000400005
Geraldes, A. A., Cavalcante, A. P., Albuquerque, R., Carvalho, M. J. y
Farinatti, P. T. V. (2007). Correlação entre a flexibilidade multiarticular e o
desempenho funcional de idosas fisicamente ativas em tarefas motoras
selecionadas. Revista Brasileira de
Cineantropometria & Desempenho Humano,
9(3), 238-243.
Gonçalves, L., Vale, R., Barata, N. J.,
Varejão, R. V. y Dantas, E. H. (2011). Flexibility, functional autonomy and quality of life (QoL) in elderly
yoga practitioners. Archives of
Gerontology and Geriatrics, 53(2), 158–162. doi:
10.1016/j.archger.2010.10.028
Gouveia, E. R., Maia, J. A., Beunen, G. P., Blimkie, C. J., Fena, E. M.
y Freitas, D. L. (2013). Functional fitness and physical activity of portuguese
community-residing older adults. Journal
of Aging and Physical Activity, 21(1), 1-19. doi: https://doi.org/10.1123/japa.21.1.1
Guimarães, J. M. N. y Farinatti, P. T. V. (2005). Análise descritiva de
variáveis teoricamente associadas ao risco de quedas em mulheres idosas. Revista Brasileira de Medicina do Esporte, 11(5), 299-305. doi: https://doi.org/10.1590/S1517-86922005000500011
Guthold, R., Ono, T., Strong, K.
L., Chatterji, S. y Morabia, A. (2008). Worldwide variability in physical
inactivity a 51-country survey. American
Journal of Preventive Medicine, 34(6),
486-494. doi: 10.1016/j.amepre.2008.02.013
Heyward, V. H. (2008). Evaluación de la aptitud física y prescripción del ejercicio (5ªed.).
Madrid: Panamericana.
Hulya, T. D., Sevi, Y., Serap, A. y Ayse, O. (2015). Factors
affecting the benefits of a six-month supervised exercise program on
community-dwelling older adults: Interactions among age, gender, and
participation. Journal of Physical
Therapy Science, 27(5),
1421-1427. doi: 10.1589/jpts.27.1421
King, A. C., Pruitt, L. A., Phillips,
W., Oka, R., Rodenburg, A. y Haskell, W. L. (2000). Comparative effects of two
physical activity programs on measured and perceived physical functioning and
other health-related quality of life outcomes in older adults. Journals of Gerontology Series A: Biological
Sciences and Medical Sciences, 55(2), M74-M83. doi:10.1093/gerona/55.2.M74
Marmolejo, M. A., Medhanie, M. y Tarleton, H. P. (2018). Musculoskeletal flexibility and quality of life: A Feasibility study of
homeless young adults in Los Angeles County. International
Journal of Exercise Science, 11(4), 968-979.
Marques, E. A., Santos, D. A., Silva,
A. M., Baptista, F., Santos, R., Vale, S., ...Sardinha, L. B. (2014). Normative
functional fitness standards and trends of portuguese older adults:
Cross-cultural comparisons. Journal of
Aging and Physical Activity, 22(1), 126-137. doi: 10.1123/JAPA:2012-0203
Matos-Duarte, M.; Martínez-de-Haro, V.;
Sanz-Arribas, I.; Andrade, A.G.P. y Chagas, M.H. (2017). Estudio
longitudinal de la flexibilidad funcional en mayores físicamente activos. Revista
Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, 17(65), 121-137. doi: http://dx.doi.org/10.15366/rimcafd2017.65.008
Moraes, E. N. (2012). Atenção à saúde
do idoso: Aspectos conceituais. Brasília: Organização Pan-Americana da
Saúde.
Ponce, M. J., Sempere, N. y Cortés, S.
(2014). Efectividad de un programa de ejercicios dise-ado para personas con
osteoporosis y osteopenia en el manejo del dolor y la calidad de vida. European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education, 4(3),
169-179. doi: 10.1989/ejihpe.v4i3.64
Rikli, R. E. y Jones, C. J. (1999a). Development and
validation of a functional fitness test for community-residing older adults. Journal of Aging and Physical Activity, 7,
129-161. doi: https://doi.org/10.1123/japa.7.2.129
Rikli, R. E. y Jones, C. J. (1999b). Functional
fitness normative scores for communityresiding older adults, ages 60-94. Journal of Aging and Physical Activity, 7,
162-181.
doi: https://doi.org/10.1123/japa.7.2.162
Rikli, R. E. y Jones, C. J. (2001). Senior
Fitness Test Manual.
Champaign, IL: Human Kinetics.
Rikli, R. E. y Jones, C. J. (2013). Development and
validation of criterion-referenced clinically
relevant fitness standards for maintaining physical independence in later years. Gerontologist, 53(2), 255-267. doi:
10.1093/geront/gns071
Santos, D. A., Silva, A. M., Baptista, F., Santos, R.,
Vale, S., Mota, J. y Sardinha, L. B. (2012). Sedentary
behavior and physical activity are independently related to functional fitness
in older adults. Experimental
Gerontology, 47(12), 908-912. doi: 10.1016/j.exger.2012.07.011
Sayer, A. A., Syddall, H., Martin, H., Patel, H.,
Baylis, D. y Cooper, C. (2008). The developmental origins of sarcopenia. Journal of Nutrition Health and Aging, 12(7), 427-432. doi: 10.1007/BF02982703
Schenatto, P., Milano, D., Berlezi, E. y
Bonamigo, E. (2009). Relação entre aptidão muscular e amplitude articular, por
faixa etária, na marcha do idoso. Revista
Brasileira de Geriatria e Gerontologia, 12(3), 377-389. https://doi.org/10.1590/1809-9823.2009.00006
Sławińska, T., Posłuszny,
P. y Rożek, K. (2013). The
relationship between physical fitness and quality of life in adults and the
elderly. Human Movement, 14(3),
200-204. doi: 10.2478/humo-2013-0023
Stanziano, D. C., Roos, B. A., Perry, A.
C., Lai, S. y Signorile, J. F. (2009). The effects of an active-assisted stretching program on functional
performance in elderly persons: A pilot study. Clinical Interventions in Aging, 4, 115-120. doi: 10.2147/cia.s4152
Stathokostas, L., McDonald, M. W.,
Little, R. M. y Paterson, D. H. (2013). Flexibility of older adults aged 55–86
years and the influence of physical activity. Journal of Aging Research, 2013, 1-8. doi: 10.1155/2013/743843
Toto, P. E., Raina, K. D., Holm, M.
B., Schlenk, E. A., Rubinstein, E. N. y Rogers, J. C. (2012). Outcomes of a
multicomponent physical activity program for sedentary, community-dwelling
older adults. Journal of Aging and Physical
Activity, 20(3), 363-378. https://doi.org/10.1123/japa.20.3.363
Vagetti, G. C., Barbosa Filho, V.,
Oliveira, V., Mazzardo, O., Moreira, N., Gomes, A. C. y Campos, W. (2015). Functional fitness in older women
from southern Brazil: Normative scores and comparison with different countries.
Revista
Brasileira de Cineantropometria & Desempenho Humano, 17(4), 472-484. doi: 10.5007/1980-0037.2015v17n4p472
Vaquero-Cristóbal, R., González-Moro,
I., Ros, E. y Alacid, F. (2012). Evolución de la fuerza, flexibilidad,
equilibrio, resistencia y agilidad de mujeres mayores activas en relación con
la edad. Motricidad. European Journal of
Human Movement, 29, 29-47.
Vaquero-Cristóbal, R., López-Miñarro,
P., Alacid-Cárceles, F. y Esparza-Ros, F. (2015). Efectos del método Pilates
sobre la extensibilidad isquiosural, la inclinación pélvica y la flexión del
tronco. Nutrición Hospitalaria, 32(5),
1967-1986. doi: 10.3305/nh.2015.32.5.9678
Vieira, E., Gurgel, J., Maia, T., Porto,
F., Louro, J., Silva, E. y Alves Junior, E. (2015). Reach capacity in older women
submitted to flexibility training. Revista
Brasileira de Cineantropometria & Desempenho Humano, 17(6), 722-732.
doi: 10.5007/1980-0037.2015v17n6p722
Número de citas
totales / Total references: 39 (100%)
Número de citas propias de la revista / Journal’s own
references: 1 (2,6%)
Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte
-
vol. 20 - número 80 - ISSN: 1577-0354