DOI:
https://doi.org/10.15366/rimcafd2021.83.013
ORIGINAL
DESARROLLO Y VALIDACIÓN DE LA ESCALA CORPORAL
PARA PREESCOLARES
DEVELOPMENT
AND VALIDATION OF THE PRESCHOOLERS BODY SCALE
León, M.P.1;
González-Martí, I.2 y Contreras, O.R.3
1 Investigadora predoctoral en
formación FPU. Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y
Corporal. Facultad de Educación de Albacete. Universidad de Castilla-La Mancha
(España) MariaPilar.Leon@uclm.es
2 Profesora Contratada Doctora. Departamento
de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal. Facultad de Educación
de Cuenca. Universidad de Castilla-La Mancha (España) Irene.GMarti@uclm.es
3 Catedrático de Universidad.
Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal.
Facultad de Educación de Albacete. Universidad de Castilla-La Mancha (España) Onofre.CJordan@uclm.es
Agradecimientos
/ Acknowledgements: Este estudio fue financiado por los
subprogramas de Formación y de Movilidad incluidos en el Programa Estatal de
Promoción del Talento y su Empleabilidad, en el marco del Plan Estatal de
Investigación Científica y Técnica y de lnnovación
2013-2016.
Código
UNESCO / UNESCO code: 6302.02 Psicología
social / Social psychology
Clasificación
del Consejo de Europa / Council of Europe classification: 17. Otras: / Others: Imagen corporal / Body image
Recibido 23 de julio de 2019 Received July 2019,
23
Aceptado 15 de septiembre de 2019 Accepted September
15, 2019
RESUMEN
El objetivo del estudio fue desarrollar
y validar un instrumento para medir la percepción del tamaño
corporal y la insatisfacción corporal en preescolares. La Escala Corporal para Preescolares (PBS)
estuvo compuesta por cuatro figuras corporales (versiones masculina y femenina)
en posición frontal y lateral, representando cuatro categorías de peso. La
escala fue administrada a 244 preescolares de 4 a 6,4 años, de los cuales 42 participaron
en el estudio piloto y 202 en la fiabilidad del instrumento, la cual se reforzó
con un proceso de validación y fiabilidad con 10 pediatras expertos de entre 50
y 65 años. Los resultados revelaron
una buena validez y una fiabilidad de moderada a alta, que fue mejorando
conforme los niños fueron mayores, especialmente con las figuras de perfil. Se comprobó que PBS es un instrumento
adecuado para evaluar la percepción corporal y la
insatisfacción corporal, particularmente entre participantes mayores de
5 años.
PALABRAS
CLAVE: preescolares, imagen corporal, percepción
corporal, insatisfacción corporal, validez, fiabilidad, instrumento
ABSTRACT
The aim was to develop
and validate an instrument to measure the body size perception and body
dissatisfaction among preschoolers. The Preschoolers Body Scale (PBS) is composed of two sets of
four figures (male and female versions) in front and profile views,
representing four weight categories. The scale was administered to a total of
244 preschoolers aged 4 to 6.4 years, 42 participated
in the pilot study and 202 took part in the instrument’s reliability study.
Also, 10 expert pediatricians aged 50 to 65 years
participated in the validation and reliability process. Results revealed good
validity and moderate-to-high reliability, which improved as children became
older. We conclude that the PBS is a reliable and appropriate instrument to
measure body perception in preschoolers, particularly
among participants older than 5 years.
KEYWORDS: preschoolers,
body image, body size percepction, body
dissatisfaction, validity, reliability, instrument.
1. INTRODUCCIÓN
En
el marco de la imagen corporal, los componentes perceptivo (i.e., estimación de
las dimensiones del cuerpo) y cognitivo-afectivo (i.e., sentimientos, actitudes,
emociones y valoraciones del cuerpo) (Thompson, 1990) han sido ampliamente
estudiados, especialmente entre preadolescentes y adolescentes, dado que se les
considera poblaciones de riesgo para sufrir insatisfacción corporal y trastornos
de la conducta alimentaria (Gómez-Mármol, Sánchez-Alcaraz, Molina-Saorín y Bazaco, 2017; Rodgers,
Paxton y McLean, 2014). Sin embargo, la literatura teórica y empírica indica
que el desarrollo de la imagen corporal y el comienzo de la preocupación con el
cuerpo aparece en edades tempranas (Smolak, 2012),
donde existe una escasez de investigación (Lombardo, Battagliese, Pezzuti y Lucidi, 2014).
Hasta
el momento, estudios previos revelan que la mayoría de los preescolares son
inexactos en la percepción de su tamaño corporal (Ambrosi-Randic
y Tokuda, 2004; Cramer y Steinwert,
1998; Meers, Koball, Wagner, Laurene y Musher-Eizenman, 2011; Ra, Yun y Cho, 2016), especialmente el
género femenino (Ambrosi-Randic, 2000; Holub, 2008) y los niños con exceso de peso (Cramer y Steinwert, 1998; Burgess y Broome, 2012; Tremblay, Lovsin, Zecevic y Larivière, 2011). Teniendo en
cuenta estos resultados, se ha sugerido que la exactitud en la percepción
corporal podría desarrollarse en edades más avanzadas (Ambrosi-Randic
y Tokuda, 2004).
Esta
percepción de sí mismo es complementada con una dimensión valorativa y afectiva
del yo, es decir, en qué medida el niño valora sus características y
competencias, cómo de satisfecho o insatisfecho, de contento o descontento se
siente respecto a cómo es (Palacios, Marchesi y Colll,
1990). En relación a dicha dimensión, algunos estudios previos han demostrado
que un gran porcentaje de niños revelan insatisfacción corporal (Ambrosi-Randic y Tokuda, 2004; Dohnt y Tiggemann, 2006a, 2006b; Li, Hu,
Ma, Wu y Ma, 2005; Musher-Eizenman, Holub, Edwards-Leeper, Persson y Goldstein, 2003; Pallan,
Hiam, Duda y Adab, 2011; Ra et al., 2016; Tremblay et al., 2011,
Wong et al., 2013), mientras que otros han encontrado que la mayoría de niños
estaban contentos con su cuerpo (Burgess y Broome, 2012; Damiano
et al., 2015; Davison, Markey y Birch,
2000; Xu y Nerren, 2008),
demostrando más preocupación con su pelo y ropa que con su tamaño o forma
corporal (Hayes y Tantleff-Dunn, 2010; McCabe et al.,
2007). Por tanto, los resultados son variados y poco concluyentes.
Durante
la etapa de preescolar, la percepción del tamaño corporal y
la insatisfacción corporal suelen medirse con instrumentos visuales de
aplicación fácil y rápida (Gardner, Jappe y Gardner,
2009; Truby y Paxton, 2002), tal y como recomiendan
algunos investigadores (Collins, 1991; Tremblay
et al., 2011),
ya que los niños tan jóvenes pueden tener limitaciones para verbalizar sus
ideas y describir sus representaciones. Los instrumentos visuales más
utilizados son las escalas de figuras o siluetas corporales (Gardner et al.,
2009; Hill, 2012), compuestas por cuerpos de diferentes tamaños ordenados de
más delgado a más obeso (Collins, 1991; Lerner y Gellert,
1969; Stunkard, Sorensen y Schulsinger, 1983; Tiggemann y Pennington,
1990; Truby y Paxton, 2002). Estas escalas normalmente
contienen siete o nueve siluetas o figuras con rostros y alturas idénticas, de
modo que la única dimensión que varía es el tamaño del cuerpo. Para evaluar la
percepción corporal se pregunta a los niños qué figura se parece más a ellos,
obteniéndose una puntuación de discrepancia que compara el Índice de Masa Corporal (IMC) del niño con el IMC de la
figura seleccionada como actual, mientras que para la insatisfacción corporal
se obtiene otra puntuación de discrepancia restando la figura que los niños
seleccionan como percibida a la que les gustaría tener; es decir, la figura deseada
(Collins, 1991; Truby y Paxton, 2002).
Diversos
estudios han señalado que una de las causas de la percepción inexacta del
tamaño corporal podría deberse a la inexactitud de los instrumentos de
evaluación (Collins, 1991; Holub, 2008; Pallan et al., 2011) ya que, al no existir instrumentos
validados para población infantil, se han utilizado escalas diseñadas para
poblaciones de mayor edad, lo cual pone en entredicho su adecuación. En algunos
casos, se han realizado adaptaciones de las escalas para facilitar la tarea a
los preescolares, reduciendo por ejemplo el número de figuras (Meers et al., 2011). La inexactitud de las escalas
corporales también ha sido criticada en tanto que algunas se componen de
dibujos subjetivos que no se corresponden con cuerpos reales, lo cual dificulta
una medición adecuada o exacta del componente perceptivo de la imagen corporal
(Gardner, 2012; Lombardo et al., 2014).
Con
el fin de superar las limitaciones expuestas, el objetivo del estudio fue
desarrollar y validar un instrumento basado en figuras corporales reales
creadas a partir de fotografías de niños para medir la percepción del tamaño corporal y la insatisfacción corporal en preescolares.
De acuerdo con este objetivo, se formuló la hipótesis de que el instrumento
demostraría una validez y fiabilidad adecuadas, siendo más fiable con los niños
de mayor edad.
2. MATERIAL
Y MÉTODO
2.1 Participantes
Un total de 244 preescolares formaron
parte del estudio. De ellos, un subgrupo de 42 niños caucásicos de 4,4 a 6,3
años (22 niñas, 20 niños, Medad
= 5,25 ± 0,54) participó en el estudio piloto, y los 202 niños restantes de 4 a
6,4 años (97 niñas, 105 niños, Medad
= 5,24 ± 0,63) lo hicieron en el proceso de fiabilidad del instrumento. Todos
los participantes fueron seleccionados de 13 colegios de Albacete, España. La
etnia de los niños fue reportada por los padres, siendo el 98% caucásicos, el 1%
Americanos y el 1% restante, Negros. Los niños fueron
divididos en cinco grupos según su edad de la siguiente manera: 4 a 4,4 años (n♀ = 10; n♂ = 19); 4,5 a 4,9 años
(n♀ = 13; n♂ = 24); 5 a 5,4 años (n♀ = 22; n♂ = 22); 5,5 a 5,9 años
(n♀ = 36; n♂ = 29); y 6 a 6,4 años
(n♀= 16; n♂ = 11). Esta
clasificación fue realizada debido a las diferencias cognitivas que existen
entre los niños nacidos en diferentes meses del mismo año natural, lo cual se
conoce como el efecto de la edad relativa (Barnsley, Thompson y Barnsley,
1985). Además de la fiabilidad obtenida con niños, se realizó un proceso de
validación y fiabilidad con 10 pediatras, siete hombres y siete mujeres, de
entre 50 y 65 años (Medad
= 58,7 ± 5,83); todos ellos con más de 10 años de experiencia en su profesión.
2.2 Instrumentos
2.2.1 Escala Corporal
para Preescolares (PBS).
El
instrumento utilizado fue diseñado a partir de fotografías y consta de dos
escalas compuestas por cuatro figuras corporales reales pertenecientes a cuatro
niños y cuatro niñas de 4 a 6 años. Una escala muestra las figuras en posición
lateral y otra en posición frontal. La primera figura corporal corresponde a un
niño con muy bajo peso (percentil 3 -IMCniño
= 13,13 e IMCniña = 13,03-), la figura 2
representa un peso normal (percentil 50 -IMCniño
= 16 e IMCniña = 15,06-), la figura 3
pertenece a un niño con sobrepeso (percentil 85 -IMCniño
= 17,1 e IMCniña = 17,06-) y finalmente,
la figura 4 refleja un niño con obesidad (percentil >99 -IMCniño
= 21,03 e IMCniña = 21,25-). Todas las
figuras tienen la misma altura y están colocadas en orden de más delgada a más
obesa.
Para
evitar la tendencia a elegir la respuesta central (Matas, 2018), la escala
estuvo formada por un número par de figuras. Además, debido a la temprana edad
de los participantes, se eligió un número reducido de figuras, ya que como han
sugerido Lombardo et al. (2014) y Paxton y Damiano
(2017), los preescolares podrían tener dificultades para discriminar las
pequeñas diferencias que existen entre las figuras adyacentes de una escala
numerosa. Aunque se desconoce cuál es el
número ideal de figuras, Gardner y Brown (2010) afirman que, a pesar de que en
algunas escalas se utilizan muchas figuras, realmente sólo se hace uso de tres
o cuatro en la mayoría de los casos.
Con
el objetivo de diseñar el instrumento se obtuvo el peso y la talla de 61
sujetos. Tras ello, se calcularon sus IMC (peso kg/altura m2) y percentiles
de IMC siguiendo los estándares de crecimiento infantil de la Organización Mundial
de la Salud (OMS, 2006) y se agrupó a los niños en cuatro categorías de peso:
muy bajo o bajo peso (percentil ≤ 10), peso normal o normopeso
(percentiles 15-75), sobrepeso (percentiles 85-95) y obesidad (percentil
≥ 97). Finalmente, se seleccionó a un niño de cada sexo y categoría de
peso para ser fotografiados de frente y perfil.
Las
fotografías fueron tomadas individualmente por un investigador en presencia de
los padres y en una sala separada y tranquila. Los niños, vestidos con ropa
interior, se ubicaron de pie a 20 centímetros de la pared y 150 centímetros de
la cámara y el trípode. Las cabezas de los niños no se fotografiaron para
mantener su anonimato y facilitar que durante la evaluación de la percepción
corporal éstos centrasen su atención en el cuerpo de las figuras, y no solo en
los rasgos faciales. Además, tal como apuntan Gardner et al. (2009) la omisión
de dichos rasgos es fundamental para que el instrumento sea apropiado para su
administración con otros grupos étnicos, debido a que las escalas existentes
reflejan la etnia caucásica. Un ejemplo de esta limitación puede verse en el
estudio de Li et al. (2005), quienes adaptaron los rasgos faciales de la escala
de Collins (1991) a su cultura.
Finalmente,
las fotografías obtenidas se editaron con Adobe Photoshop CC 2015 para obtener
la primera versión del instrumento, mostrándose un ejemplo de la escala
femenina en la Figura 1.
Figura 1. Primera versión femenina
de PBS.
Utilizando
la versión femenina y masculina del instrumento, se realizó un estudio piloto para
comprobar su adecuación. Primeramente, la escala estuvo compuesta por cuatro
cuadrados que contenían la figura de perfil y frente de cada niño fotografiado.
Tras el estudio piloto, el instrumento fue modificado, dividiendo la escala en
dos, una con las figuras de perfil y otra con las de frente. Esta modificación
se realizó al comprobar que muchos niños, especialmente los de menor edad,
revelaban dificultades para comprender que las dos figuras de un cuadrado
pertenecían al mismo niño. La versión final del instrumento para el género
masculino y femenino se ilustra en las Figuras 2 y 3.
Figura 2. Versión final
masculina de PBS.
Figura 3. Versión final
femenina de PBS.
A través de
las escalas mostradas y con el propósito de medir la percepción del tamaño corporal y la insatisfacción corporal, se les
pregunta a los niños que identifiquen su figura percibida (i.e., ¿Qué niño
crees que se parece más a ti?) y su figura deseada (i.e., ¿A qué niño te
gustaría parecerte?). Para conocer si la percepción de los niños es exacta, se
calcula una puntuación de discrepancia (figura real – figura percibida),
mientras que para conocer la insatisfacción corporal,
se obtiene otra puntuación de discrepancia restando la figura deseada a la
percibida. Ambas puntuaciones oscilarían entre 3 y -3.
2.3 Medidas
2.3.1 Antropometría
Se
midió y pesó a los niños para calcular su IMC, percentiles y puntaciones z de
IMC. La altura, medida con ropa ligera y sin zapatos, se obtuvo con un
tallímetro portátil con una precisión de 0,1 cm (Tanita
HR-001), y el peso se midió con una báscula digital (Tanita
HD-366) con una precisión de 0,1 kg. Estas medidas fueron tomadas por un
investigador especializado con certificación de antropometría de primer nivel
expedido por la International Society for the Advancement
of Kinanthropometry (ISAK).
2.3.2 Validez y
fiabilidad
Los
niños participaron únicamente en la fiabilidad del instrumento, ya que la
mayoría de los estudios revelan las dificultades de los preescolares para
percibir su tamaño corporal, lo cual podría sesgar la validez del instrumento. Siguiendo
el procedimiento de estudios previos (Collins, 1991; Lerner y Gellert, 1969; Pallan et al.,
2011), se utilizó un diseño test-retest de 72 horas,
preguntando verbalmente a los niños sobre su figura percibida y deseada.
La
fiabilidad del instrumento obtenida con los niños fue reforzada con un proceso
de validez y fiabilidad con 10 pediatras expertos, como también hicieron Wells,
Goldstein y Bentley (2018). El número de expertos fue determinado siguiendo las
recomendaciones de Landeta (2002), quien propone un
mínimo de siete para obtener un juicio o valoración sobre un tema.
La
validez de constructo con los expertos se midió observando el grado de
correspondencia entre el IMC de los niños de las fotografías y el de las
figuras de la escala seleccionadas por los pediatras (Swami,
Salem, Furnham y Tovée, 2008), mientras que la fiabilidad se calculó mediante el
acuerdo interobservador con el fin de obtener el
grado de concordancia entre las respuestas de los participantes (Fleiss, 1981).
2.4 Procedimiento
El
presente estudio fue aprobado por el Comité de Ética de Investigación del
Hospital de Albacete y por la Delegación Provincial de Educación de Castilla-La
Mancha. Asimismo, se contó con la aprobación de los directores de los centros
educativos. Dado que la muestra estuvo compuesta por niños, los padres dieron
su consentimiento por escrito para participar en el estudio, mientras que los
niños dieron su consentimiento verbal antes de la recogida de datos, que se
llevó a cabo en horario escolar.
La
antropometría de los niños se obtuvo en una sala aislada a través de la
medición de altura y peso, siguiendo para ello el protocolo de la ISAK (2001). Para la altura, el sujeto estuvo situado
parado con los pies juntos y las nalgas y parte superior de la espalda descansando
sobre el tallímetro y ubicando la cabeza en el plano Frankfort; mientras que para la medición del peso, el sujeto se colocó en el
centro de la báscula y con el peso distribuido equitativamente sobre ambos
apoyos.
Una
vez obtenidos los datos de antropometría, se tomaron algunas fotografías y se
diseñó la escala anteriormente explicada. Tras ello, cada niño fue entrevistado
muy brevemente por un investigador entrenado para conocer su figura percibida y
deseada. Durante esta tarea, el participante estuvo sentado en una silla
pequeña frente a una pantalla de 17 pulgadas, la cual se ubicó en una mesa a la
altura de los ojos del niño y a una distancia de 30 cm. Se desarrolló un
protocolo para garantizar un procedimiento estandarizado que no influyese a los
niños en sus respuestas.
Las
figuras, cuyo tamaño era de 18 x 7 cm, fueron proyectadas en la pantalla en
orden ascendente, de menor a mayor percentil de IMC, y con un fondo blanco,
mostrando primero la escala de figuras de perfil y posteriormente la escala de
frente. Este proceso se repitió a los tres días para obtener la fiabilidad
test-retest.
Por
otro lado, el mismo investigador llevó a cabo la toma de datos con todos los
pediatras, quienes dieron su consentimiento informado para participar. Se les
mostraron aleatoriamente 14 fotografías correspondientes a siete niños y siete
niñas de diferentes estados de peso. Cada una de estas fotografías, tanto de
frente como de perfil, fue proyectada individualmente durante 30 segundos en
una pantalla de 24 pulgadas, mientras que las escalas de figuras les fueron
entregadas impresas en un documento de tamaño estandarizado. En una hoja de
registro, los pediatras anotaron qué figura de la escala se relacionaba con
cada fotografía. En ningún momento se indicó el estado de peso que representaba
cada figura o fotografía para no condicionar o sesgar sus respuestas.
2.5 Análisis
estadístico
El
análisis fue realizado con SPSS Statistics 24.0,
obteniendo primeramente los estadísticos descriptivos. Para hallar la
fiabilidad test-retest con los niños se realizaron
correlaciones de Spearman y pruebas de los rangos con signo de Wilcoxon,
haciendo un análisis estratificado por sexo y edad. La validez de constructo con
los pediatras se calculó mediante correlaciones de Spearman, mientras que la
Kappa de Fleiss fue utilizada para la fiabilidad interobservador, dada la naturaleza de las variables y la
existencia de más de dos observadores. Por otro lado, los datos antropométricos
de los niños se calcularon con el software AnthroPlus
1.0.4 (OMS, 2007).
3. RESULTADOS
3.1 Antropometría
El IMC de los niños, excluyendo a
aquellos del estudio piloto, varió entre 12,19 y 21,25 (M = 15,45 ± 1,66).
El 13,1% de los participantes tenía bajo peso, el 72,1% normopeso,
8,2% sobrepeso y 6,6% obesidad.
3.2 Validez
y fiabilidad
Respecto
a la validez de constructo, los resultados mostraron una correlación alta y
significativa entre el IMC de los niños de las fotografías y el IMC de las
figuras seleccionadas por los pediatras (ρ
= 0,85, p < ,005). Además, la
fiabilidad interobservador demostró una concordancia
sustancial teniendo en cuenta todas las figuras de la escala, con una Kappa de Fleiss de
0,61 (Fleiss, 1981). Este coeficiente se considera
moderado entre 0,41 y 0,6, mientras que a partir de 0,61 la concordancia es
considerable. Analizando la fiabilidad por figura, los índices oscilan entre 0,49
y 0,81, existiendo mayor concordancia entre los expertos con las fotografías de
niños obesos y menor acuerdo con las de niños con normopeso.
Para la figura con bajo peso, el grado de acuerdo fue de 0,55, mientras que con
la figura de sobrepeso fue de 0,58.
La
fiabilidad test-retest de los niños fue calculada mediante
correlaciones de Spearman, observando así la consistencia temporal entre test
(T1) y retest (T2). Asimismo, se obtuvieron las
medias y desviaciones típicas de las figuras elegidas como percibidas en el T1
y T2 y la prueba de los rangos con signo de Wilcoxon para comparar las medias
entre los dos tiempos. Los resultados por edad y género se muestran en la Tabla
1.
Tabla 1. Fiabilidad test-restest para la
figura percibida con la escala de perfil y frente, según género y edad
|
T1 Figura percibida. |
T2 Figura percibida M (SD) |
Correlación T1-T2 figura percibida |
|||
Grupos |
Perfil |
Frente |
Perfil |
Frente |
Perfil |
Frente |
Todos (N = 202) |
1,68 (1) |
2,05 (1,01) |
1,68 (0,97) |
1,91 (0,98) |
,557** |
,408** |
Chicos (n = 105) |
1,68 (1,07) |
2,14 (1,04) |
1,66 (1,01) |
2,02 (1,09) |
,689** |
,404** |
Chicas (n = 97) |
1,68 (0,91) |
1,95 (0,97) |
1,71 (0,92) |
1,79 (0,85) |
,402** |
,396** |
4 – 4,4 años |
1,93 (1,19) |
2,41 (1,26) |
1,83 (1,10) |
2,03 (1,14) |
,387* |
,216 |
4,5 - 4,9 años |
2,08 (1,22) |
1,89 (0,96) |
2 (1,13) |
2,05 (1,07) |
,600** |
,029 |
5 - 5,4 años |
1,45 (0,79) |
2,16 (0,93) |
1,52 (0,97) |
1,82 (0,92)* |
,458** |
,439** |
5,5 - 6,4 años |
1,51 (0,80) |
1,98 (0,91) |
1,59 (0,79) |
1,88 (0,85) |
,617** |
,592** |
6 - 6,4 años |
1,63 (1) |
1,85 (1,06) |
1,56 (0,93) |
1,81 (1,11) |
,641** |
,718** |
**p < .001
*p < .005
Atendiendo
a la figura percibida, el coeficiente de correlación global para la fiabilidad
test-retest fue de 0,55 con la escala de perfil y 0,40
con la de frente. Esta fiabilidad fue notablemente diferente según el género
con las figuras de perfil, ya que los niños demostraron mayor fiabilidad que
las niñas (ρ = 0,68, p < ,001 vs. ρ = 0,40, p < ,001).
Al
realizar un análisis por edad, se observó un aumento en la fiabilidad.
Siguiendo el criterio de Landis y Koch (2012), antes
de los 4,4 años se observa baja o nula fiabilidad del instrumento, mientras que
ésta fue moderada en los niños de 4,5 a 4,9 años con la escala de perfil (ρ = 0,60, p < ,001) y con ambas escalas entre 5 y 5,4 años. Sin embargo,
es a partir de los 5,5 años cuando los niños
revelaron mayor fiabilidad en ambas escalas (perfil: ρ = 0,61, p < ,001
y frente: ρ = 0,59, p < ,001), la cual aumentó a los 6
años (perfil: ρ = 0,64, p < ,001 y frente: ρ = 0,71, p < ,001).
El test de rangos de Wilcoxon sólo reveló diferencias
de medias significativas entre el T1 y T2 en el grupo de edad de 5 a 5,4 años (Z = −2.060, p = ,039), ya que la puntuación media en el test fue de 1,52 (0,97)
y en el retest de 1,82 (0,92). Teniendo en cuenta a
todos los participantes, no hubo diferencias de medias con las figuras de
perfil (Z = −,071, p = ,943) y de frente (Z = −1.680, p = ,093), así como tampoco las hubo por género con las figuras de
perfil (chicos: Z = −,460, p = ,646; chicas: Z = −,366, p = ,714)
ni con las figuras de frente (chicos: Z
= −1.099, p = ,272; chicas: Z = −1.323, p = ,186).
En
cuanto a la figura ideal, la Tabla 2 refleja una fiabilidad más baja que con la
figura percibida, ya que se obtuvo una correlación de 0,46 y 0,36
respectivamente con la escala de perfil y de frente. La fiabilidad test-retest mejoró a partir de los 5 años con ambas escalas,
alcanzando las puntuaciones más altas a los 6 años (perfil: ρ = 0,73, p < ,001 y frente: ρ
= 0,50, p < ,001). En cuanto al
género, los chicos demostraron mayor fiabilidad que las chicas con ambas
escalas [chicos (perfil: ρ = 0,52,
p < ,001 y frente: ρ = 0,39, p < ,001) vs. chicas (perfil: ρ = 0,37, p < ,001
y frente: ρ = 0,28, p < ,001)].
Con
la figura ideal, la prueba de rangos de Wilcoxon no arrojó ninguna diferencia
significativa entre las medias del T1 y T2 (figuras de perfil: Z = −1.467, p = ,142; figuras de frente: Z
= −0,136, p = ,892).
Tabla 2. Fiabilidad test-restest para la
figura ideal con la escala de perfil y frente, según género y edad
|
T1 Figura ideal M (SD) |
T2 Figura ideal M (SD) |
Correlación T1-T2 figura ideal |
|||
Grupos |
Perfil |
Frente |
Perfil |
Frente |
Perfil |
Frente |
Todos (N = 202) |
1,82 (1,01) |
2 (0,97) |
1,72 (0,96) |
2 (1,01) |
,461** |
,365** |
Chicos (n = 105) |
1,85 (1,09) |
2,15 (1) |
1,71 (1,05) |
2,14 (1,12) |
,527** |
,395** |
Chicas (n = 97) |
1,79 (0,92) |
1,84 (0,90) |
1,72 (0,85) |
1,85 (0,87) |
,377** |
,287** |
4 – 4,4 años |
2,10 (1,20) |
2,34 (1,17) |
1,97 (1,11) |
2,48 (1,05) |
,240 |
,352 |
4,5 - 4,9 años |
2,39 (1,20) |
2,05 (0,97) |
2,14 (1,20) |
2,14 (1,13) |
,495** |
-,032 |
5 - 5,4 años |
1,75 (0,86) |
2,18 (1,04) |
1,73 (0,89) |
2,05 (1,09) |
,347* |
,375* |
5,5 - 6,4 años |
1,54 (0,84) |
1,89 (0,83) |
1,42 (0,73) |
1,85 (0,83) |
,341** |
,456** |
6 - 6,4 años |
1,52 (0,75) |
1,52 (0,75) |
1,56 (0,75) |
1,59 (0,88) |
,735** |
,505** |
**p < .001
*p < .005
4. DISCUSIÓN
Este
estudio tuvo como objetivo desarrollar y validar una escala de figuras
corporales para evaluar la percepción del tamaño corporal y
la insatisfacción corporal en preescolares. Los resultados obtenidos con
los pediatras expertos demostraron una alta correlación para la validez de
constructo y una buena fiabilidad. El nivel de concordancia entre los expertos
fue más alto con las figuras con sobrepeso y obesidad, por lo que el exceso de
peso parece ser más claramente observable en las fotografías y figuras del
instrumento.
Por
otro lado, las correlaciones de Spearman con los niños demostraron una
fiabilidad test-retest moderada-alta a partir de 5
años con ambas escalas, tal y como se hipotetizó, lo cual demuestra que las
respuestas de los niños mayores son más consistentes en el tiempo, especialmente
con las figuras percibidas, mientras que la fiabilidad fue algo menor para las
figuras ideales. Este hecho podría deberse a que en estas edades los niños aún
no tengan formado un ideal corporal, lo cual les lleva
a seleccionar figuras diferentes en distintos días. En este sentido, se ha
argumentado que a estas edades los niños aún no han desarrollado el pensamiento
abstracto que les permite distinguir y comparar entre su yo real y lo que sería
el yo ideal (Dunphy-Lelii, Hooley, McGivern, Guha y Skouteris, 2014; Papalia, Wendkos y Duskin, 2010). Dicho pensamiento
abstracto comienza a emerger a partir de los 11 años y, gracias a él, los niños
consiguen ir más allá de las experiencias concretas y desarrollar imágenes de
circunstancias ideales. Un ejemplo de ello sería que pueden imaginar cómo sería
un padre ideal y compararlo con el real. Por tanto, son capaces de pensar en el
futuro y en lo que podrían ser (Santrock, 2007).
La
escala diseñada por Collins (1991) para niños de mayor edad demostró ser fiable
con índices similares a los obtenidos en este estudio. Por otro lado, Truby y Paxton (2008), con su escala de siete figuras
corporales (Children’s Body
Image Scale –CBIS–) para
niños de 7 a 11 años hallaron una fiabilidad test-restest
superior a la del instrumento del presente estudio, tanto con la figura
percibida como con la ideal.
Este
resultado podría venir explicado por la madurez cognitiva de los participantes,
cuyas ideas y respuestas son más estables en el tiempo. Truby
y Paxton (2008), al igual que Lerner y Gellert (1969)
demostraron que el género femenino era más consistente en sus respuestas,
justificando que ello podría reflejar su superioridad y precocidad en el
desarrollo cognitivo. Sin embargo, en el presente estudio, fueron los chicos
quienes demostraron mayor fiabilidad, tanto en la elección de la figura
percibida como la ideal, lo cual podría sugerir que los chicos de edades muy
tempranas tienen más claras sus elecciones en relación a
la imagen corporal. Esta claridad en sus respuestas podría justificar que sea
el género masculino el que tiene una mayor exactitud en la percepción de su
tamaño corporal (Ambrosi-Randic, 2000; Holub, 2008). Por el contrario, la menor consistencia en
las respuestas de las chicas podría sugerir que éstas son más vulnerables y
están más influidas por factores externos que les hacen modificar sus
respuestas y tener una imagen corporal menos estable. En este sentido, Smolak (2004) afirma que las chicas son más presionadas
socialmente que los chicos para alcanzar un determinado ideal corporal.
La
presente investigación contribuye al campo de la imagen corporal mediante la
aportación de un nuevo instrumento que, según nuestro conocimiento, es el
primero válido y fiable para preescolares. Una fortaleza del PBS es que se
compone de cuerpos y dimensiones antropométricas reales y no de dibujos
subjetivos, lo que nos permite evaluar con precisión el componente perceptivo y
cognifivo-afectivo de la imagen corporal. Además, la
ausencia de rasgos faciales permite ser empleado con diferentes etnias. No
obstante, al ser cuerpos reales, las imágenes no tienen exactamente la misma
posición, las diferentes partes del cuerpo no están ubicadas a la misma
distancia y los cambios de tamaño corporal no son consistentes. Otra fortaleza
del estudio fue la participación de pediatras expertos con el objetivo de
superar la limitación de validar el instrumento con niños. Finalmente, se
destaca como fortaleza del instrumento el limitado rango de edad que incluye
PBS, ya que como señalan Gardner y Brown (2010), los cuerpos de los niños están
continuamente cambiando y es importante que se utilice una escala de figuras
adecuada para su edad.
Como
limitación del estudio cabe señalar el reducido número de participantes
existente en algunos grupos de edad, ya que éstos están divididos por semestres
(e.g., de 4 a 4,4 años) en lugar de por años
completos de edad (e.g., existen 66 niños de 4 años).
Como
prospectiva, sería valioso aplicar el instrumento para analizar la percepción
del tamaño corporal y la insatisfacción corporal en preescolares,
quienes han recibido menos atención en el estudio de imagen coporal.
Para una adecuada comprensión del desarrollo y evolución de la imagen corporal
desde edades tempranas, se requiere el uso de métodos mixtos que aporten tanto
datos cuantitativos como cualitativos en relación con la percepción
corporal y la insatisfacción corporal.
5. CONCLUSIONES
Los
resultados muestran que PBS es un instrumento válido y fiable para
preescolares, siendo recomendable utilizarlo a partir de 5 años. La fácil
aplicación del instrumento permite ser utilizado por investigadores y docentes
de Educación Infantil, con el fin de conocer la imagen corporal en las
poblaciones más jóvenes y evitar problemas futuros de salud o trastornos
relacionados con la imagen corporal como son la anorexia, bulimia o dismorfia
muscular.
6. REFERENCIAS
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte - vol. 21 - número 83 -
ISSN: 1577-0354