DOI: https://doi.org/10.15366/rimcafd2021.84.006
ORIGINAL
EFECTO DE LA ORIENTACIÓN DE LAS
TAREAS DE ENTRENAMIENTO EN FÚTBOL FEMENINO
EFFECT OF THE
TRAINING TASKS ORIENTATION IN FEMALE FOOTBALL
Ponce-Bordón, J.C.¹; López-Gajardo, M.A.²; Leo, F.M.³; Pulido, J.J.⁴ y García-Calvo, T.⁵
¹ Graduado en Ciencias de
la Actividad Física y del Deporte. Facultad de Ciencias del Deporte,
Universidad de Extremadura (España) jponcebo@gmail.com
² Becario FPU, Facultad de
Ciencias del Deporte, Universidad de Extremadura (España) malopezgajardo@unex.es
³ Profesor Contratado
Doctor, Facultad de Formación del Profesorado, Universidad de Extremadura
(España) franmilema@unex.es
⁴ Becario Posdoctoral, Facultad de Ciencias del
Deporte, Universidad de Extremadura (España) jjpulido@unex.es
⁵ Profesor Titular, Facultad de Ciencias del Deporte,
Universidad de Extremadura (España) tgarcíacalvo@unex.es
AGRADECIMIENTOS
Y/O FINANCIACIÓN
Este
trabajo ha sido financiado por la Cátedra Real Madrid-UEM, en la convocatoria
2017-2018. Además, ha sido subvencionado por la Ayuda a los Grupos de
Investigación (GR18102) de la Junta de Extremadura (Consejería de Empleo e
Infraestructuras); con la aportación de la Unión Europea a través de los Fondos
Europeos de Desarrollo Regional (FEDER).
Código
UNESCO / UNESCO Code:
6199 Otras especialidades psicológicas “Psicología del Deporte” / Other
psychological specialties "Sports Psychology".
Clasificación
Consejo de Europa / Council of Europe classification: 15 Psicología del
deporte / Sport Psychology.
Recibido 10 de septiembre de 2019 Received September 10, 2019
Aceptado 23 de febrero de 2020 Accepted February 23, 2020
RESUMEN
El objetivo de este estudio ha sido analizar si la
modificación de las tareas de entrenamiento, en concreto la orientación del
espacio, tiene consecuencias en los diferentes parámetros que identifican la
carga de trabajo en el fútbol femenino. En el estudio participaron 18 jugadoras
de fútbol femenino (M = 21.89; DT = 6.20), que realizaron dos sesiones
con cuatro tareas cada una. Las tareas estaban contrabalanceadas para cada
sesión para evitar el efecto del orden de las mismas. Se utilizaron GPS Polar
Team Pro para medir la carga física y cuestionarios para la carga mental. Para
comparar los resultados de cada sesión se llevó a cabo una prueba T de medidas
relacionadas. Los resultados muestran que la carga física fue mayor en las
tareas donde no hubo orientación, al igual que la carga mental. Por tanto, el
espacio en el que se desarrollan las tareas de entrenamiento resulta
determinante en la carga mental percibida en fútbol femenino.
PALABRAS CLAVE: fútbol profesional, entrenamiento de fútbol, fatiga, carga mental.
ABSTRACT
The aim of this study has
been to analyze whether the modification of training tasks, specifically the
orientation of space, has consequences on the different parameters that
identify the training load in women's football. 18 female soccer players were
participated (M = 21.89; SD = 6.20), who carried out two sessions
with four tasks each. The tasks were counterbalanced for each session, to avoid
the effect of their order. GPS Polar Team Pro was used to measure physical load
and questionnaires for mental load. To compare the results of each session, a T
test of related measures was carried out. The results show that the physical
load was higher in tasks where there was no orientation, as was the mental
load. Therefore, the space in which the training tasks are carried out is
decisive in the mental load perceived in women's football.
KEY
WORDS: professional football, soccer training, fatigue, cognitive load.
INTRODUCCIÓN
La
bibliografía actual se ha encargado de analizar la gestión de la carga física,
pero pocas investigaciones se han parado a tratar la carga mental (Alarcón, Castillo-Díaz, Madinabeitia, Castillo-Rodríguez, y Cárdenas,
2018), más específicamente,
relacionada con la orientación que se le da a las tareas de entrenamiento (Casamichana, Castellano, Blanco-Villasenor, y Usabiaga, 2012). Por tanto, con este estudio se pretende analizar el
efecto que se produce al modificar aspectos relacionados con las tareas de
entrenamiento sobre la carga mental y física en el fútbol femenino.
Desde
su origen, el fútbol ha sufrido una gran evolución hasta nuestros días (Rodenas
et al., 2020). En un principio, la metodología del entrenamiento se basaba en
el paradigma científico, apareciendo las diferentes dimensiones de manera
individual, manifestadas de forma mecanicista en los entrenamientos (Álvarez Del Villar, 1987). Poco a poco fue evolucionando hacia un modelo holístico,
donde todas sus partes se interrelacionan entre sí. Actualmente, en el proceso
de entrenamiento se unifica todo, donde sus partes suman uno en sí, dando lugar
a sesiones donde las diferentes estructuras aparecen unificadas e
interrelacionadas (Seirul-lo Vargas, 2017). Sin embargo, se considera necesario entender qué ocurre
en cada una de las estructuras del jugador para optimizar dicho proceso y la
correcta preparación del deportista. En este sentido, y para un mejor control
del proceso de entrenamiento, se debe tener en cuenta que existen varias
estructuras emergentes en el jugador, (estructura condicional, creativa,
cognitiva, etc.; Seirul-lo Vargas, 2017), las cuales pueden ser cuantificadas para su control y
seguimiento.
En
este proceso, la carga de entrenamiento es una variable que se manipula para
obtener una respuesta deseada (Impellizzeri, Marcora, y Coutts, 2019) en las diferentes estructuras del jugador, siendo una
posible respuesta la fatiga generada en el propio deportista. Esta fatiga que se
produce en el jugador ha sido generalmente estudiada desde un punto de vista
fisiológico, sin embargo, algunas investigaciones recientes han comenzado a
ampliar el concepto de su estudio para comprenderla desde la psicología (Smith et al., 2018). Por tanto, atendiendo a las diferentes estructuras del
jugador y la carga de entrenamiento, podemos optar por la cuantificación de la
estructura física y psicológica o cognitiva, dando lugar a dos tipos de cargas,
la carga física y mental (García-Calvo, 2017).
La
carga física puede entenderse como los diferentes estímulos de movimiento o
ejercicios de entrenamiento generales, especiales y competitivos, que producen
adaptaciones morfológicas, funcionales, bioquímicas y psíquicas (Pareja, 2010).
Teniendo en cuenta esto, se considera necesario controlar esta carga, la cual
se puede dividir en dos subtipos, incidiendo de forma diferente en cada
jugador. Hablamos entonces de carga externa y carga interna. Se entiende por
carga externa la cantidad de trabajo realizado por el deportista medido de
forma independiente a sus características internas (Lee, Wallace, y Coutts, 2009; Toscano-Bendala, Campos-Vázquez,
Moreno-Arrones, y Sánchez-Núñez, 2020), pudiendo ser un ejemplo de ella la velocidad alcanzada
por un jugador en un esfuerzo de alta intensidad. Para el análisis de estas
variables, existen herramientas que nos permiten monitorizar y cuantificar de
forma objetiva esta carga, como son los sistemas de posicionamiento global (GPS; Sánchez-Núñez, Toscano-Bendala, Moreno-Arrones,
Martínez-Cabrera, y de Hoyo, 2019). Con respecto a la carga interna, nos
referimos al estrés fisiológico impuesto al deportista por la tarea que
desempeña (Halson, 2014), siendo esta la que
nos informa del grado de adaptación y recuperación de la fatiga al proceso de
entrenamiento del jugador (Romero-Caballero y Campos-Vázquez, 2020) y, como
consecuencia, la que nos permite modular la carga de entrenamiento (Tapia-López, 2017). Para cuantificar esta carga, existen en la actualidad
numerosos métodos que se fundamentan en la relación lineal establecida entre la
frecuencia cardíaca y el VO2máx. (Lambert y Borresen, 2010).
Para
describir la carga mental, podemos encontrar varias definiciones. Ceballos-Vásquez et al. (2015) la definen como la exigencia cognitiva y emocional
existente en una tarea determinada. Además, esta carga depende de diferentes
factores psicosociales y contextuales y existen determinadas variables las
cuales se pueden modificar para aumentarla o disminuirla (García-Calvo, 2017). Concretamente existen cinco subtipos de carga que hacen
incidencia sobre el efecto de la carga mental: carga cognitiva, que hace
referencia al nivel de exigencia cognitiva que tiene el entrenamiento y se
asocia principalmente a las necesidades tácticas de la tarea; la carga
emocional, siendo este constructo uno de los principales elementos que
determinan la carga mental, y que depende de las emociones que nos genere una
situación determinada; la carga afectivo-social, la cual incide sobre la
interdependencia de los jugadores en las tareas de entrenamiento y el nivel de
carga afectiva y social que generan; la carga motivacional, que está
relacionada con el nivel de motivación que generan las tareas de entrenamiento
en el jugador y su implicación sobre el esfuerzo percibido y; por último, la
carga condicional, la cual ha sido anteriormente
explicada. Así, un mayor
nivel de exigencia física, se refleja con una mayor carga
mental (García-Calvo, 2017).
Se
considera necesario atender a estos constructos a la hora de diseñar tareas de
entrenamiento, ya que necesitamos saber qué carga supondrá al deportista su
ejecución y su respectiva fatiga. De forma específica, en el fútbol, la fatiga
es definida como la reducción mecánica (fuerza/potencia) y fisiológica en el
rendimiento de los jugadores (Barrett, 2017). Además, hay que atender a la fatiga mental, puesto que la
carga mental también va a producir un tipo de fatiga diferente. En este
sentido, se define como un estado psicobiológico caracterizado por la sensación
de cansancio y falta de energía y es inducido por periodos prolongados de
actividad cognitiva y/o emocional exigente (Badin, Conte, y Coutts, 2016).
Por
otra parte, para un correcto diseño de las tareas de entrenamiento es necesario
saber que las diferentes modificaciones pueden afectar a parámetros físicos y mentales
del jugador. Por tanto, para cuantificar la carga física y mental es necesario
conocer qué modificaciones pueden realizarse en las tareas de entrenamiento y
cómo afectarán a los jugadores para gestionar estas cargas de forma adecuada.
En este sentido, hay estudios que revelan cómo estos constreñimientos afectan a
los jugadores y sus posibles consecuencias en los diferentes parámetros (Vilar, Araújo, Keith, y Button, 2012).
De
forma más concreta, la modificación de la orientación de la tarea es uno de los
constreñimientos que se pueden utilizar para la modificación de la misma.
Atendiendo a esto, en un estudio se analizó la Percepción Subjetiva del
Esfuerzo (RPE, en inglés) de los jugadores durante juegos reducidos incluyendo
modificaciones, hallando que la modificación en la orientación espacial y el
número de jugadores afectan a la percepción de la intensidad de la tarea,
percibiendo, de esta manera, más intensas las situaciones donde el espacio no
está orientado con respecto a las que sí está orientado. Además, se establece
que la orientación de la tarea es una variable relevante a la hora de diseñar
tareas de entrenamiento, influyendo de forma significativa en la percepción
subjetiva del esfuerzo del jugador (Casamichana et al., 2012).
Otros
autores corroboran que la adición de referencias espaciales a la modificación de
la tarea supone una menor demanda física para el jugador, sin embargo, aumenta
el número de aceleraciones cuando el juego reducido se juega sin líneas de
referencias (Coutinho et al., 2017). Si tenemos en cuenta la demanda mental, añadir líneas de
referencia a una tarea aumenta la información disponible para el deportista, lo
que hace que haya una mayor demanda en sus habilidades perceptivas haciendo que
sea más difícil tomar decisiones para actuar y, por tanto, aumentando la carga
mental de la tarea (Vaeyens, Lenoir, Williams, Mazyn, y Philippaerts, 2007). De forma similar, Coutinho et al. (2018) hallaron que añadir
referencias espaciales a la tarea disminuía el nivel de entropía de la misma,
estableciendo una regularidad en los movimientos de los jugadores. Por su
parte, Barte, Nieuwenhuys, Geurts, y Kompier
(2018) demostraron que la aplicación de un protocolo motivacional supuso
a los jugadores un mayor rendimiento físico, así como también les permitió
evitar descensos en el rendimiento de la tarea desempeñada. Además, otras
investigaciones recientes han demostrado que modificar el sistema de puntuación
en una tarea de entrenamiento supone una mayor carga mental, encontrándose
diferencias significativas en los resultados. De tal forma que, la introducción
de este tipo de reglas incide de forma diferente sobre la carga física y mental
de los jugadores (García-Calvo, González-Ponce, Ponce, Tomé, y Vales-Vázquez, 2019).
Así
pues y teniendo en cuenta todo lo anterior, el objetivo
de este estudio era analizar si la modificación de las tareas de entrenamiento,
concretamente la orientación del espacio, tenía consecuencias en los diferentes
parámetros que identifican la carga de trabajo en el fútbol femenino, en especial la
carga mental. Esto se
considera interesante porque se trata el fútbol femenino y, además, se incluyen
variables de carga mental. Derivado del objetivo principal del estudio y
considerando otros estudios previos relacionados, la hipótesis que se plantea
es que añadir orientación a la tarea supondrá una menor carga física y mental
en las jugadoras.
MÉTODO
Participantes
En el estudio participaron un total de 18 jugadoras de
fútbol femenino (M = 21.89; DT = 6.20), pertenecientes a un equipo español de
Segunda División Nacional (Grupo IV). Además, las jugadoras contaban con una
experiencia media de práctica en el fútbol de 8.23 ± 2.2 años y una frecuencia
de entrenamiento semanal de tres días más partido.
Instrumentos
Carga física. Para
valorar la carga física de las tareas de entrenamiento, se utilizó el sistema
Polar Team Pro (Polar
Electro, Finlandia, 2015). Esta tecnología se basa en un sistema de
concentración de señales de diferentes sensores de la marca Polar, diseñado
para el control y monitorización de la actividad física en deportes colectivos (Coutts
y Duffield, 2010). Las variables que se midieron
fueron: Frecuencia Cardíaca Media (FCMed), Frecuencia Cardíaca Máxima (FCMáx),
Velocidad Media (VelMed), Distancia Total recorrida (DT), Distancia recorrida
por minuto (Distancia/min), Velocidad Máxima (VelMáx) y número de esprines
(Sprints).
Percepción subjetiva del esfuerzo. Para valorar la percepción del esfuerzo realizado por las jugadoras en las
diferentes tareas, se utilizó la Escala de Percepción de Esfuerzo (Impellizzeri,
Rampinini, Coutts, Sassi, y Marcora, 2004). Esta escala comprende los valores de 0
a 10, donde 0 corresponde al descanso y 10 a la exigencia máxima.
Carga mental. Para la
cuantificación de la carga mental de las tareas se utilizó una adaptación del
cuestionario NASA-TLX (García-Calvo, González-Ponce, Ponce-Bordón, Candela,
y Leo, 2021). En esta adaptación las jugadoras hicieron una
valoración sobre las diferentes cuestiones: exigencia mental, exigencia física,
exigencia temporal, satisfacción con el rendimiento, nivel de esfuerzo
desarrollado, inseguridad durante la tarea e interacción con los compañeros.
Además, se añadió la variable motivación. El rango de respuesta va de 0 a 100,
donde 0 significa nada y 100 exigencia máxima.
Fatiga mental. Para
valorar la fatiga mental se utilizó la escala VAS (Visual Analog Scale, en
inglés), que analiza la fatiga mental que conlleva una tarea y que se ha
aplicado al contexto del entrenamiento e investigación en el fútbol (Smith,
Fransen, Deprez, Lenoir, y Coutts, 2017). Ésta nos ha permitido conocer el grado de
fatiga mental de la jugadora en ese momento. La escala contiene valores de 0 a
100, donde la jugadora indica el nivel de fatiga mental que le ha supuesto una
determinada tarea.
Diseño y procedimiento
En
primer lugar, se informó a las participantes y cuerpo técnico del tipo de
pruebas a realizar para obtener su consentimiento, sin explicar los objetivos
del estudio para que no interfirieran en la validez de los resultados. Todos
los datos fueron tratados de acuerdo a las políticas de privacidad, ética y
protección de American Psychological Association (2009).
El
diseño de la investigación fue cuasiexperimental contrabalanceado, donde se
llevaron a cabo dos sesiones con cuatro tareas de entrenamiento, siempre
organizadas por estrategias que determinaban el objetivo a seguir.
Concretamente, una de las tareas tenía una orientación espacial y la otra no,
para evitar el efecto de la fatiga continuada entre las mismas. Se mantuvo el
diseño de las tareas, de tal forma que siempre se respetaban las premisas
metodológicas y las modificaciones en cada tarea para que fueran idénticas,
además de mantener el mismo equipo y participantes en cada tarea. Entre cada
tarea hubo un tiempo de recuperación de 3 minutos entre las tareas 1 y 2,
siendo de 5 minutos entre las tareas 3 y 4.
Las sesiones y sus respectivas tareas se
representan en la Tabla 1.
Tabla 1. Diseño de la investigación.
Sesión 1 |
Sesión 2 |
Posesión
normal (4 vs 4). Se consigue gol cada 5 pases. Campo 20m x 20m. Duración de 5
minutos (T1). |
Posesión
orientada (4 vs 4). Cada equipo está orientado para atacar un lateral. Se
consigue gol pasando la línea de fondo. Campo 20m x 20m. Duración de 5
minutos (T2). |
Posesión
orientada (4 vs 4). Cada equipo está orientado para atacar un lateral. Se
consigue gol pasando la línea de fondo. Campo 20m x 20m. Duración de 5
minutos (T2). |
Posesión
normal (4 vs 4). Se consigue gol cada 5 pases. Campo 20m x 20m. Duración de 5
minutos (T1). |
Posesión
normal (8 vs 8). Se consigue gol cada 8 pases. Campo 50m x 30m. Duración de
10 minutos (T3). |
Posesión
orientada (8 vs 8). Se consigue gol pasando líneas de fondo. Campo 50m x 30m.
Duración de 10 minutos (T4). |
Posesión
orientada (8 vs 8). Se consigue gol pasando líneas de fondo. Campo 50m x 30m.
Duración de 10 minutos (T4). |
Posesión
normal (8 vs 8). Se consigue gol cada 8 pases. Campo 50m x 30m. Duración de
10 minutos (T3). |
Nota. T1 = Tarea 1; T2 =
Tarea 2; T3 = Tarea 3; T4 = Tarea 4.
En
cuanto al procedimiento, antes de iniciar cada sesión, todas las jugadoras se
ponían los GPS. Al finalizar cada tarea, se rellenaron los cuestionarios VAS,
NASA TLX y RPE. Tras el entrenamiento, después de haber realizado los
estiramientos, las jugadoras se quitaban los GPS. Por último, todas las tareas
fueron grabadas con una cámara de vídeo (Sony HDR-PJ30VE). Además, el
comportamiento del cuerpo técnico fue similar durante todas las tareas, es
decir, no mostraron ningún tipo de feedback específico, ni enfatizaron en
ninguna tarea o jugadora.
Análisis de
datos
Para
el tratamiento y análisis de los datos se utilizó el programa estadístico SPSS
25.0 (IBM SPSS Statistics for Windows, Version 25.0. Armonk, NY: IBM Corp.). En
primer lugar, se empleó una prueba de Shapiro Wilk para evaluar la normalidad
de los datos. De acuerdo con esta prueba y los resultados obtenidos, se
diferenciaron la carga mental y la carga física. A su vez, la carga física se
diferenció en carga interna y externa. Seguidamente, se realizó un análisis
descriptivo de cada una de las variables y se llevó a cabo una comparación de
las medias. Posteriormente, se realizó una agrupación de los datos por tareas
para analizarlos en función de las mismas, de tal forma que las Tareas 1 (T1)
de ambas sesiones estuvieron agrupadas, lo mismo pasó con las demás tareas. Por
último, se realizó la Prueba T de muestras relacionadas para comparar los datos
obtenidos en cada sesión.
RESULTADOS
Análisis de las
diferencias con respecto a la carga interna
En
la Tabla 2 aparecen las medias, desviación típica y las diferencias
significativas en la carga física interna de las diferentes tareas. En ella, se
puede ver cómo el RPE es menor en las tareas orientadas, existiendo diferencias
significativas en las tareas 4 vs 4 con respecto a las tareas con posesión
estándar. Con respecto a las variables de
FCMed y FCMáx, éstas son siempre mayores en las tareas que no hay orientación,
existiendo además diferencias significativas.
Tabla 2. Medias de las tareas respecto a la carga
interna.
Tareas
/ Variables |
T1 (Normal) |
T2 (Orientada) |
|
T3 (Normal) |
T4 (Orientada) |
|
||||
|
M |
DT |
M |
DT |
p |
M |
DT |
M |
DT |
p |
FCMed |
167.94 |
9.91 |
163.05 |
9.25 |
*** |
170.94 |
8.69 |
166.72 |
9.36 |
.123 |
FCMáx |
179.61 |
8.73 |
177.27 |
8.97 |
*** |
182.88 |
8.31 |
179.72 |
8.69 |
* |
RPE |
8.33 |
1.14 |
7.77 |
.71 |
* |
8.69 |
.82 |
8.02 |
.83 |
.065 |
Nota.
T = Tarea; Normal = posesión estándar; Orientada = posesión con orientación;
***p < .001; **p < .01; *p <
.05.
Análisis de las
diferencias con respecto a la carga externa
Con
respecto a la carga externa, en la Tabla 3 aparecen los resultados de las variables
distribuidas de forma idéntica a la tabla anterior. Atendiendo a las variables
de Distancia Total, Distancia/min., VelMáx, VelMed y Sprints, se puede observar
como la distancia total es siempre mayor en las tareas en las que no hay
orientación, existiendo diferencias significativas en las tareas de 8 vs 8. La
distancia media se comporta de forma similar, alcanzando valores mayores en las
tareas normales. En cuanto a la VelMáx, ésta es mayor en las tareas con
orientación, existiendo diferencias significativas entre las tareas. Por el
contrario, la VelMed registra valores mayores en las tareas sin orientación. Si
tenemos en cuenta los Sprints, el número de éstos es siempre mayor cuando la
tarea está orientada, encontrándose diferencias significativas (p < .05).
Tabla 3. Medias de las tareas respecto a la carga
externa.
Tareas
/ Variables |
T1 (Normal) |
T2 (Orientada) |
|
T3 (Normal) |
T4 (Orientada) |
|
||||
|
M |
DT |
M |
DT |
p |
M |
DT |
M |
DT |
p |
Distancia
Total |
415.33 |
25.55 |
406.61 |
24.44 |
.291 |
918.55 |
59.46 |
876.33 |
51.48 |
* |
Distancia/min |
80.83 |
5.01 |
78.88 |
4.76 |
.238 |
92.00 |
5.88 |
85.27 |
4.13 |
*** |
VelMáx |
15.19 |
1.28 |
16.62 |
1.65 |
** |
19.08 |
1.34 |
21.10 |
1.39 |
** |
VelMed |
5.26 |
.28 |
5.12 |
.27 |
.155 |
5.85 |
.36 |
5.39 |
.25 |
*** |
Sprints |
.22 |
.50 |
.94 |
.80 |
** |
1.33 |
.96 |
1.55 |
1.04 |
.498 |
Nota.
T = Tarea; Normal = posesión estándar; Orientada = posesión con orientación;
*** = p < .001; ** = p < .01. * p < .05.
Análisis de las
diferencias con respecto a la carga mental
Por
último, con respecto a la carga mental, en la Tabla 4 se pueden observar las
medias obtenidas en la cuantificación de las variables que registran dicha
carga en las diferentes tareas que conformaron las sesiones. A pesar de no
haberse encontrado diferencias significativas en este tipo de variables, sí es
cierto que en las tareas 4 vs 4, en las variables de exigencia mental,
exigencia física, presión temporal, esfuerzo, inseguridad e interacción se
hallan mayores puntuaciones cuando la tarea no tiene orientación, encontrando
diferencias significativas en la variable interacción. Por el contrario, y de
forma específica, la variable motivación es mayor cuando la tarea está
orientada. En las tareas 8 vs 8, se encuentran diferencias significativas en
las variables de exigencia mental y exigencia física. Además, la fatiga mental
es mayor cuando la tarea no tiene orientación. Por el contrario, las variables
inseguridad e interacción son mayores cuando la tarea está orientada.
Tabla 4. Medias de las tareas respecto a la carga
mental.
Tareas
/ Variables |
T1 (Normal) |
T2 (Orientada) |
|
T3 (Normal) |
T4 (Orientada) |
|
||||
|
M |
DT |
M |
DT |
p |
M |
DT |
M |
DT |
p |
Mental |
71.11 |
16.35 |
67.77 |
10.34 |
.262 |
78.05 |
12.10 |
72.50 |
14.79 |
* |
Física |
81.11 |
15.36 |
75.55 |
9.16 |
.128 |
85.00 |
7.18 |
79.16 |
7.50 |
* |
Temporal |
76.38 |
12.06 |
73.88 |
7.81 |
.347 |
76.38 |
8.39 |
74.44 |
10.73 |
.244 |
Satisfacción |
67.22 |
6.05 |
69.16 |
6.84 |
.367 |
73.05 |
7.04 |
71.94 |
14.01 |
.786 |
Esfuerzo |
75.00 |
13.97 |
72.77 |
9.63 |
.396 |
81.66 |
8.75 |
76.38 |
10.39 |
.139 |
Inseguro |
53.61 |
22.74 |
43.61 |
16.35 |
.081 |
50.00 |
14.79 |
58.05 |
26.97 |
.350 |
Interacción |
71.11 |
17.77 |
65.27 |
16.69 |
** |
68.88 |
12.44 |
69.16 |
12.37 |
.799 |
Fatiga |
61.94 |
16.76 |
60.00 |
18.37 |
.402 |
69.44 |
14.88 |
63.61 |
15.16 |
.083 |
Motivación |
64.16 |
21.13 |
67.50 |
16.00 |
.262 |
64.16 |
19.36 |
62.50 |
17.04 |
.804 |
Nota.
T = Tarea; Normal = posesión estándar; Orientada = posesión con orientación;
*** = p < .001; ** = p < .01. * p < .05.
DISCUSIÓN
El
objetivo de este estudio consistía en analizar si la modificación de las tareas
de entrenamiento, concretamente la orientación del espacio, tenían
consecuencias en los diferentes parámetros que identifican la carga de trabajo
en el fútbol femenino, en especial la carga mental. Los principales resultados
muestran que la modificación de la orientación de la tarea se podría considerar
como una variable a tener en cuenta en el proceso de entrenamiento, ya que
ofrece estímulos diferentes a los jugadores y, además, modifica el RPE en la
tarea por parte del jugador, como se ha podido comprobar en los resultados y,
según afirman algunos autores (Casamichana et al., 2012).
Considerando
las variables de la carga física, se encontraron valores menores en el RPE, la
DT y la VelMed cuando se añadía orientación a la tarea. De forma específica, se
puede comprobar cómo, tanto en las tareas 4 vs 4 como en las tareas 8 vs 8, la
carga física ha sido menor en la tarea donde había orientación espacial,
corroborando lo que aportan algunos estudios, donde encontraron que añadir
referencias espaciales disminuye la demanda física de la tarea (Coutinho et al., 2017). Además, estos resultados se asemejan a los que se
encontraron en un estudio en el que añadieron referencias espaciales a la
tarea, y comprobaron que en presencia de este tipo de modificaciones se
alcanzaban valores más bajos de VelMed y DT por parte de los jugadores (Coutinho et al., 2018).
La
explicación a estos resultados puede deberse al establecimiento de una
autoorganización por parte del equipo cuando se modifica la tarea, debido a que
tener una orientación para atacar hace que los jugadores tengan claro el
objetivo y sepan hacia donde correr, mientras que si no hay orientación los
jugadores correrán más y cubrirán mayores distancias recorridas, además de
haber una mayor irregularidad en los patrones de movimiento. En este sentido, Gonçalves et al. (2017), demostraron que el hecho de añadir zonas restringidas a
la tarea supuso una menor exigencia física en cuanto a valores de velocidad y
distancia recorrida, así como una mayor organización de movimientos por parte
de los jugadores. Sin embargo, cuando no hubo restricciones en la tarea, hubo
una mayor variabilidad de movimientos, así como velocidades registradas más
altas. Esta irregularidad de movimientos y complejidad de la tarea cuando no
hay modificaciones puede suponer una mayor carga mental, como se ha visto en
nuestros resultados, de tal forma que una mayor entropía supone una mayor carga
mental (Cárdenas, Conde-González, y Perales, 2015). Así pues, teniendo en cuenta la hipótesis planteada, que
establecía que las tareas que no tienen orientación suponen una mayor carga
mental, tras los resultados obtenidos se puede decir que esta hipótesis se
cumple satisfactoriamente.
Por
otra parte, si analizamos las variables de la carga mental, se puede ver cómo,
también, todas las variables varían de forma diferente tras añadir orientación
en las tareas. El hecho de que la exigencia mental de la tarea sea mayor cuando
no hay orientación puede ser explicado, en parte, según lo desarrollado
anteriormente cuando se dice que al no haber referencias espaciales hay una
mayor entropía y, por otra parte, según lo que comentan algunos autores sobre
que añadir referencias perceptivas a la tarea reduce el foco de atención (Lind, Welch, y Ekkekakis, 2009), teniendo la tarea un único objetivo: llevar el balón
hacia un lado. En cambio, cuando no hay orientación, el jugador no sabe hacia
dónde debe orientar su foco atencional, puesto que tiene todo el campo para
defender o atacar y la exigencia mental de la tarea es mayor.
Además,
se ha comprobado que la exigencia física era menor cuando había orientación en
la tarea, encontrándose diferencias significativas en las tareas 4 vs 4.
Nuestros resultados van en relación con otros autores, cuando afirman que el
hecho de añadir modificaciones espaciales a la tarea supone una menor
percepción de esfuerzo (Casamichana et al., 2012). En concreto, en las tareas 4 vs 4 encontramos que la
motivación era mayor en las tareas orientadas, pudiendo estar relacionado esto
con el RPE obtenido, de tal forma que una tarea motivante puede suponer una
menor percepción del esfuerzo, corroborando, además, las diferencias
significativas encontradas. Según Barte et al. (2018), los jugadores que fueron inducidos por un protocolo
motivacional tuvieron un menor descenso del rendimiento físico, así como
también pudieron mantener este nivel de rendimiento, lo cual puede relacionarse
con nuestros resultados. Por tanto, tener un nivel alto de motivación o que las
tareas supongan una mayor motivación a los jugadores hace que su rendimiento
físico se vea menos perjudicado. Además, y en relación a esto, se puede ver
cómo diferentes variables están relacionadas entre sí, de tal forma que la
motivación afecta a la satisfacción y a la inseguridad de la tarea. En
concreto, en las tareas 4 vs 4 la motivación es mayor en las tareas orientadas,
suponiendo esto una mayor satisfacción para el jugador y una menor inseguridad.
Esto puede ser debido al tipo de tarea desarrollada, donde el jugador tiene una
mayor participación y, al ser motivante, se siente más seguro. Por el
contrario, en las tareas 8 vs 8, la motivación es menor en las tareas
orientadas derivando a una menor satisfacción y mayor inseguridad. En este
caso, estos resultados se pueden deber al mismo motivo anterior, el tipo de
tarea, más real y similar a un partido y generando el propio estrés o
inseguridad de competición. Por último, la motivación también influye sobre la
carga y fatiga mental generada, en concreto, en las tareas 4 vs 4, una mayor
motivación hace que la carga mental disminuya y su respectiva fatiga también
disminuya. Encontrando aquí una posible herramienta para manipular la carga de
este tipo de tareas. Con respecto a la presión temporal, se ha comprobado que
era mayor en las tareas que no tenían una orientación espacial, pudiéndose
deber esto al objetivo que determina la tarea. De tal forma que en las tareas
donde no existe una orientación el jugador debe mantener la pelota generándole
esto una mayor presión, sin embargo, cuando tiene que llevar la pelota a un
fondo del campo está más tranquilo porque es capaz de identificar mejor el
objetivo.
Por
último, se puede observar cómo los niveles de fatiga mental se comportan de
forma similar a los niveles de carga mental, estableciéndose una lógica
relación causa efecto, debido a que este tipo de fatiga es consecuente de dicha
carga. En concreto, en las tareas orientadas existe una menor carga mental y,
como consecuencia de ello, una menor fatiga mental.
CONCLUSIONES,
LIMITACIONES Y PROSPECTIVAS DE FUTURO
Como
conclusión, según lo obtenido en este estudio, podemos comprobar cómo la carga
mental y la carga física se comportan de forma diferente, existiendo la
necesidad de considerarlas de forma independientes a cada una de ellas para
tenerlas en cuenta a la hora de planificar las tareas de entrenamiento. Además,
se considera necesario atender a la carga mental como un constructo
independiente de la carga física, la cual supone al jugador un tipo de fatiga
diferente. Después de haber realizado esta investigación, se puede decir que
los constreñimientos utilizados en el desarrollo de las tareas de
entrenamiento, concretamente la modificación de la orientación de la tarea,
pueden afectar de manera significativa a la carga del entrenamiento.
Finalmente, se puede afirmar que las modificaciones realizadas afectan de
manera diferente a cada una de las cargas, tanto física como mental, por tanto,
es necesario atender a cada una de ellas de forma independiente para el
correcto control y cuantificación de la carga de entrenamiento.
Teniendo
en cuenta las características de este estudio, en el que se comparan la carga
mental y física donde se modifica la orientación de la tarea, y la novedad de
la temática desarrollada, es necesario tener en cuenta que presenta una serie
de limitaciones que demandan la realización de nuevas investigaciones
orientadas a obtener una mayor solidez empírica. Una de las principales
limitaciones que presenta esta investigación es que se ha llevado a cabo con
pocos participantes. Por tanto, podría valorarse la necesidad de realizarla con
más equipos y en contextos diferentes. Además, se han realizado pocas sesiones,
por lo que existe la necesidad de proponer más sesiones y diferentes tipos de
tareas. Por último, se plantea la posibilidad, para futuras investigaciones, de
abordar nuevos sistemas de modificación de las tareas para un mejor
conocimiento de la carga, en concreto de la carga mental, como, por ejemplo,
manipular el tiempo disponible, la complejidad técnica o la dificultad para
resolver una tarea, todo ello para atender a una correcta planificación de los
jugadores.
APLICACIONES PRÁCTICAS
A
partir de los resultados obtenidos en esta investigación se extraen
aportaciones didácticas: (i) mostrar la importancia que tiene para entrenadores
y preparadores físicos, del fútbol en concreto, el control y la cuantificación
de la carga a través de la estrategia planteada, (ii) dar a conocer los efectos
de la manipulación de las tareas sobre la carga mental y física en el fútbol
femenino, con la finalidad de poder tratarlos desde una lógica para una
correcta planificación y control de la carga del entrenamiento con la
consecuente optimización del rendimiento, y (iii) saber cómo afecta el hecho de
añadir orientación a la tarea sobre las futbolistas.
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de citas totales / Total references: 31 (100%)
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte - vol. 21 - número 84 - ISSN: 1577-0354