DOI: https://doi.org/10.15366/rimcafd2021.84.003
ORIGINAL
ESTUDIO DE LAS LESIONES DE LA SELECCIÓN
MASCULINA ABSOLUTA ESPAÑOLA DE FÚTBOL (2008-2015)
STUDY OF INJURIES IN THE SPANISH MEN’S NATIONAL SOCCER TEAM (2008-2015)
Celada,
O.L.1,2; García-Cota, J.1,3; Herrero-González, H.1,
Martínez-Rodríguez, R.1; Galán-del-Rio, F.1,
Rodríguez-Iñigo, E.4; Fernández-Jaén, T.F.4;
Fortoul-García, M.P.4; Guillen-García, P.4 y
Lopez-Alcorocho, J.M.4
1 Servicios Médicos, Real
Federación Española de Fútbol (España) oscarluiscelada@hotmail.com; juancota66@yahoo.es; hherrero@rfef.es; facilitacion2000@yahoo.es; fergalandel@yahoo.es
2 Servicios Médicos, Club
Atlético de Madrid, Madrid (España) oscarluiscelada@hotmail.com
3 Servicios Médicos, Real
Club Celta de Vigo, Vigo (España) juancota66@yahoo.es
4 Departamento de
Traumatología y Unidad de Investigación, Clínica CEMTRO, Madrid (España) e.rodriguez@amplicel.com; tomas.fernandez@clinicacemtro.com; mpfortoul@hotmail.com; pedroguillen612@gmail.com; jm.lopez@amplicel.com
AGRADECIMIENTOS
Nos gustaría
agradecer a Mario Wensell su revisión crítica del
presente manuscrito
CLASIFICACIÓN Código
UNESCO / UNESCO code: 3299 Otras
especialidades médicas: Medicina del Deporte/ Other
medical specialties: Sports Medicine
Clasificación Consejo
de Europa / Council of Europe classification: 11 Medicina del Deporte/ Sports Medicine
Recibido 3 de octubre de
2019 Received October 3, 2019
Aceptado 21 de diciembre de
2019 Accepted December 21, 2019
RESUMEN
La Incidencia Lesional (IL) se define
como el número de lesiones por 1.000 horas de exposición. El objetivo fue
determinar la IL y los posibles factores que pudieran tener alguna influencia
en las lesiones en los jugadores de la selección española de fútbol masculina
absoluta de 2008 a 2015. Durante este periodo se convocaron 85 jugadores. El
tiempo de exposición fue de 10.450 horas de las que 8.800 correspondían a
entrenamiento y 1.650 horas a competición. El IL fue 7,46 lesiones por 1.000
horas de exposición correspondiendo el 76,9% a partidos de competición y el
resto a entrenamientos. Las lesiones musculares fueron las más frecuentes
(52,4%). La severidad de la lesión estaba relacionada con la posición del
jugador y con el mecanismo lesional. En conclusión, la selección española
absoluta de fútbol presentó un IL en la media de otros equipos de la élite del
fútbol mundial.
PALABRAS
CLAVE: Incidencia
lesional, lesiones del fútbol, daño muscular, rotura ligamentosa
ABSTRACT
Lesional Incidence (LI) is known as the lesion number per 1,000 exposure hours.
The aim was to determine the LI and the possible factors that could have any
influence in the lesions of the Spanish male absolute selection soccer players
from 2008 to 2015. During this period 85 players were convened. Exposure time
was 10,450 hours of which, 8,800 hours corresponding to training sessions and
1,650 hours to competition. LI was 7.46 lesions per 1,000 exposure hours of which,
76.9% corresponded to competition matches and the remaining to training
sessions. Muscle impairment was the most frequent injury (52.4%). Injury
severity was significantly related to player position on the field and with
lesion mechanism. In conclusion, Spanish male absolute soccer selection showed
a LI in the average of the remaining top-level soccer teams in the world.
KEY WORDS: Lesional incidence, soccer injuries, muscular impairment, ligament tears
INTRODUCCIÓN
El fútbol es el deporte más popular en
el mundo. Según una encuesta realizada en 2006 por la FIFA (Fédération
Internationale de Football Association), hay casi 270 millones de personas que lo
practican en todos los niveles (1). La práctica de un deporte a cualquier edad
o nivel competitivo está acompañada por el riesgo de sufrir lesiones. A nivel
profesional, las lesiones representan una gran pérdida económica para los
clubes, un gran daño para los jugadores que las sufren y un impacto
significativo en el espectáculo (2). Van Mechelen y
col. (3) consideran que la prevención de las lesiones debería estar precedida
por estudios epidemiológicos que definieran los factores de riesgo más
importantes. La adopción por parte de la FIFA y UEFA (Union
of European Football Associations) de un
consenso internacional para unificar criterios y terminología en este tipo de
estudios epidemiológicos ha sido decisiva para poder comparar los estudios en
todo el mundo (4,5).
Se define incidencia lesional (IL) como
el número de lesiones ocurridas durante sesiones de entrenamiento y
competiciones oficiales o amistosas por 1.000 horas de exposición (3). La IL
total en ligas profesionales de Inglaterra, Estados Unidos o Suecia se
encuentra entre 6 y 9 lesiones por 1.000 horas (6-9). Un estudio del Comité
Médico de la UEFA con datos recogidos de distintos servicios médicos de 27
equipos de 10 países con 11 años de seguimiento (de 2001 a 2012) y un total de
1.743 jugadores, puso de manifiesto la existencia de 8.029 bajas deportivas
debidas a lesiones (10). Por término medio, cada jugador sufrió 2 lesiones por
temporada, con 50 lesiones por equipo (10). Es frecuente en estos estudios
diferenciar entre el tipo de sesión en el que se ha producido la lesión. Por
tanto, podemos distinguir entre el índice lesional de los entrenamientos (ILent) y el índice lesional de la competición (ILcom), e incluso, se podría diferenciar entre el índice
lesional en la competición oficial (ILcomO) del
índice lesional en la competición amistosa (ILcomA). Se ha publicado que el ILcom se encuentra entre 25 y 28 lesiones por 1.000 horas
(8,11,12), e incluso puede alcanzar valores de más de 45 lesiones por 1.000
horas (13), mientras que el ILent varía entre 3 y 6
lesiones por 1.000 horas (8,11,12,14). Resultados publicados por Junge y col. (15,16) en diferentes competiciones
organizadas por la FIFA y el Comité Olímpico Internacional (COI), establecen
que el ILcom es generalmente de 4 a 6 veces mayor que
el ILent (15,16). Estudios epidemiológicos demuestran
que la mayor parte de las lesiones de los jugadores de fútbol ocurrieron en
músculos y ligamentos localizados en el miembro inferior, principalmente en el
muslo (2,5).
La carga económica debida a las lesiones
en los jugadores de fútbol está directamente relacionada con el tiempo que
están fuera de la competición. Este tiempo fuera de la competición es el
criterio que se utiliza para clasificar las lesiones por su severidad de modo
que la severidad es mayor a medida que aumenta el tiempo fuera de la
competición. La recurrencia es otro de los parámetros que influye en la
evolución de la lesión. Se define como la ocurrencia de una lesión del mismo
tipo y localización que ocurre una vez que el jugador ha recibido el alta
médica y dentro de los dos meses siguientes (14).
Este trabajo es un estudio
epidemiológico de las lesiones de los jugadores de la selección española
absoluta masculina de fútbol durante un periodo de 8 años con el objetivo de
estimar el IL y los factores que podrían influir en las lesiones.
MATERIAL
Y MÉTODOS
Este estudio epidemiológico incluye
datos médicos de los jugadores de la selección española masculina absoluta de
fútbol tomados durante el periodo 2008-2015. Este periodo incluye 100 partidos
(60 partidos oficiales y 40 amistosos), empezando el 20 de agosto de 2008 con
un partido amistoso frente a Dinamarca, terminando el 14 de junio de 2015 en Borisov (Bielorrusia) donde España jugaba un partido para
la clasificación del Campeonato de Europa 2016. En el periodo de estudio se
convocaron 85 jugadores de 29 clubes distintos, fundamentalmente de las ligas
española e inglesa (Liga y Premier League). Durante este periodo tuvieron lugar
310 sesiones de entrenamiento programado en hierba artificial. La metodología
para la toma de todos los datos se ha realizado analizando los informes médicos
realizados en cada una de las concentraciones de la Selección Nacional durante
todo el periodo señalado (17). El registro de la información se ha hecho
siguiendo la propuesta realizada por FIFA y UEFA a través del consenso antes
comentado utilizando el sistema OSICS (Orchard Sports Injury
Classification System),
versión 10 (18). En el Anexo se recoge la información relativa a la elaboración
de los informes médicos y recogida de datos (17). Para minimizar la desviación,
los jugadores de fútbol fueron examinados por el mismo equipo médico, compuesto
por los mismos médicos y fisioterapeutas, siguiendo los mismos estándares de
toma de notas y protocolos. Los jugadores de fútbol otorgaron su consentimiento
y permiso para utilizar sus datos en el presente estudio.
Lesión se definió como el
evento que ocurre en una sesión de entrenamiento programado o en un partido
provocando la pérdida del jugador de la siguiente sesión de entrenamiento o
partido. Tras el examen clínico acompañado por rayos X y/o Resonancia Magnética
(cuando era necesario), se clasificaron según el OSICS version
10 (18). Consideramos Tiempo de Exposición como el tiempo
transcurrido durante una sesión de entrenamiento o un partido en el cual los
jugadores podrían sufrir una lesión. Se definió Índice Lesional (IL) como
el número de lesiones ocurridas durante sesiones de entrenamiento o partidos
oficiales y amistosos por 1.000 horas de exposición. Se consideró como Alta
médica cuando tras una lesión, el jugador era capaz de entrenar con el
equipo, ejecutando todos los contenidos propuestos para la sesión de
entrenamiento, completando todas y cada una de las tareas. La Gravedad
de la lesión se determinó de acuerdo al tiempo transcurrido (días) desde que se
produjo la lesión hasta el alta médica. En este sentido, de acuerdo con su
gravedad cada lesión se clasificó como menor
(1 – 3 días), leve (4 – 7 días), moderada (8 – 28 días) o grave (más de 28 días). Se consideró Recurrencia
cuando un jugador sufrió una lesión del mismo tipo y localización que
otra que había sufrido previamente, ocurrida después de la vuelta plena del
jugador a sus actividades, dentro de los dos meses siguientes. Referimos Lateralidad
como el lado del cuerpo en el que el jugador sufrió la lesión, siendo
las opciones lado dominante, no dominante o no aplicable. Como excepción, en jugadores ambidiestros las
lesiones se clasificaron como dominantes. El propio jugador determinó el lado
dominante como aquel que utiliza con mayor frecuencia y habilidad en la
actividad diaria y deportiva.
El análisis estadístico se llevó a cabo
usando el programa IBM SPSS Statistics versión
22.0.0. Las variables cuantitativas se expresaron como la media como medida de
tendencia central y la desviación estándar como medida de dispersión. La
normalidad de las variables cuantitativas se estudió mediante la prueba de Kolmogorov-Smirnov. La comparación de las variables
cuantitativas se realizó con las pruebas no paramétricas de la U de
Mann-Whitney (2 variables independientes) o de Kruskal-Wallis (más de 2
variables independientes). Las variables categóricas se expresaron mediante la
frecuencia absoluta y el porcentaje y se compararon utilizando la prueba de la
χ2 de Pearson. Todos los contrastes de hipótesis fueron
bilaterales y un p-valor<0.05 se consideró estadísticamente significativo
RESULTADOS
Factores
epidemiológicos
Entre 2008 y 2015, la selección española
masculina absoluta de fútbol participó en 100 partidos (60 oficiales y 40 no
oficiales) y 310 sesiones de entrenamiento. El tiempo de exposición fue de
10.450 horas, de las cuales 8.800 horas correspondieron a sesiones de
entrenamiento y 1.650 a competición (990 horas a partidos oficiales y 660
amistosos). Un total de 78 jugadores, 57 de cuales eran debutantes, fueron
convocados. La media de edad era de 26,17 ± 3,02 años (Media ± Desviación
Estándar). Treinta y siete de los 78 jugadores (47,4%) sufrieron al menos una
lesión, sumando un total de 78 lesiones en el periodo de estudio. Sesenta
lesiones (76,9%) tuvieron lugar durante la celebración de partidos [36 (46,2%)
en partidos oficiales y 24 (30,7%) en amistosos] mientras que las 18 restantes
se produjeron durante sesiones de entrenamiento (Figura 1A). En las 60 lesiones
que ocurrieron durante partidos, el porcentaje de lesiones en el primer o segundo tiempo fue muy similar
[26/60 (43,3%) y 29/60: (48,3%); respectivamente] (Figura 1B). El porcentaje de
lesiones era mayor cuando el equipo iba ganando (35/60: 58,3%) que cuando
empataba o perdía (Figura 1C).
Figura 1. Distribución de las lesiones según el tipo de
evento (A). En las lesiones que ocurrieron durante un partido, número de
lesiones según el momento del partido (B). Distribución de las lesiones según
el resultado del partido (C)
En la Figura 2 se muestra la
distribución del número de lesiones entre los jugadores. La mayoría de los
jugadores [20/37 (54,0%)] sufrieron una sola lesión (Figura 2).
Figura 2. Distribución del número de lesiones en
los jugadores de la selección española masculina absoluta de fútbol
Como se muestra en la Tabla 1, la mayor
parte de las lesiones ocurrieron en los centrales [20/78 (25,6%)] mientras que
los porteros fueron los jugadores que menos lesiones sufrieron [5/78 (6,4%)].
En 43/78 (55,1%) la lesión se produjo en el lado dominante.
Tabla 1. Posición en el campo de los jugadores
lesionados
Central |
20 (25,6%) |
Centrocampista defensivo |
14 (17,9%) |
Extremo |
13 (16,7%) |
Defensa |
13 (16,7%) |
Dentrocampista ofensivo |
13 (16,7%) |
Portero |
5 (6,4%) |
TOTAL |
78 (100,0%) |
Incidencia lesional
La IL total y la IL en jugadores con
recurrencia se muestran en la Tabla 2. También se consigna la IL
correspondiente a sesiones de entrenamiento, competición (partidos oficiales y
no oficiales) (Tabla 2). Ambas, la IL total y la de recurrencia era varias
veces más alta durante la competición
que la estimada durante las sesiones de entrenamiento (Tabla 2).
Tabla 2. Incidencia lesional (IL) estimada como el
número de lesiones por 1.000 horas de exposición. La IL se ha calculado para las
78 lesiones ocurridas durante el periodo de estudio (IL total). También se ha
estimado la IL en los pacientes con recurrencia.
|
Tiempo de exposición (h) |
Total |
Recurrencia |
||||
Número de lesiones |
IL |
Número de lesiones |
IL |
||||
Total |
10.450 |
78 |
7.46 |
20 |
1.91 |
||
|
Entrenamiento |
8.800 |
18 |
2.05 |
6 |
0.68 |
|
Competición |
1.650 |
60 |
36.36 |
14 |
8.48 |
||
|
Oficial |
990 |
36 |
36.36 |
6 |
6.06 |
|
Amistoso |
660 |
24 |
36.36 |
8 |
12.12 |
||
Mecanismos de producción y localización de las
lesiones
En 57 casos (73,1%) la lesión tuvo lugar
sin contacto con otros jugadores mientras que en los otros 21 jugadores (26,9%)
sí que hubo contacto con otros jugadores en el momento de producirse la lesión.
El mecanismo de lesión se muestra en la Tabla 3. En algunos casos no pudo
establecerse un mecanismo claro y se clasificaron como lesiones sin especificar
[19/78 (24,4%)]. El mecanismo de lesión conocido más frecuente fue la patada o
el pisotón por parte de un oponente [12/78 (15,4%)] o la sobrecarga muscular (cuando
existe un incremento en la carga o volumen de entrenamiento que condiciona la
existencia de problemas musculares como dolor post-ejercicio, contractura o
DMAT: Dolor Muscular de Aparición Tardía, sin que exista rotura muscular) [12/78 (15,4%)] (Tabla 3).
Tabla 3. Mecanismo
de lesión
Mecanismo |
Número de lesiones |
Porcentaje |
Sin especificar |
19 |
24,4 |
Patada / Pisotón |
12 |
15,4 |
Sobrecarga |
12 |
15,4 |
Cambio de ritmo |
7 |
8,9 |
Cambio de dirección |
5 |
6,4 |
Salto |
4 |
5,1 |
Colisión |
3 |
3,8 |
Apoyo inestable |
3 |
3,8 |
Control del balón |
2 |
2,6 |
Regateando |
2 |
2,6 |
Pateando el balón |
2 |
2,6 |
Otro |
7 |
9,0 |
TOTAL |
78 |
100,0 |
El cambio de ritmo (aceleración o desaceleración)
era otra causa de lesión relativamente frecuente [7/78 (8.9%)]. La distribución
de los distintos tipos de lesión se muestra en la Tabla 4, siendo la lesión
muscular a más frecuente [41/78 (52,4%)].
Tabla 4.Tipos de lesiones sufridas por los jugadores
Tipo de lesión |
Número de jugadores |
Porcentaje |
Muscular |
41 |
52,4 |
Ligamentosa |
13 |
16,6 |
Contusión |
11 |
14,1 |
Edema óseo |
2 |
2,6 |
Lesión en la ingle |
2 |
2,6 |
Entesopatía |
2 |
2,6 |
Tendinitis |
2 |
2,6 |
Conmoción cerebral |
1 |
1,3 |
Lumbago |
1 |
1,3 |
Luxación |
1 |
1,3 |
Fractura ósea |
1 |
1,3 |
Lesión condral |
1 |
1,3 |
TOTAL |
78 |
100,0 |
El segundo tipo de lesión más frecuente en
nuestros jugadores era la ligamentosa, incluyendo roturas y esguinces [13/78
(16,6%)] y la contusión el tercero [11/78 (14,1%)] (Tabla 4). La mayor parte de
las lesiones se localizaban en los isquiotibiales [17/78 (21,8%)], rodilla
[11/78 (14,1%)] y tobillo [10/78 (12,8%)] (Tabla 5).
Tabla 5. Localización anatómica de las lesiones
Localización |
Número de jugadores |
Porcentaje |
Isquiotibiales |
17 |
21,8 |
Rodilla |
11 |
14,1 |
Tobillo |
10 |
12,8 |
Cuádriceps |
8 |
10,3 |
Pie |
6 |
7,7 |
Abductores |
5 |
6,4 |
Pantorrilla |
5 |
6,4 |
Cadera/Ingle |
4 |
5,1 |
Espina
dorsal |
3 |
3,8 |
Caja
torácica |
2 |
2,6 |
Quinto
dedo de la mano |
1 |
1,3 |
Cabeza |
1 |
1,3 |
Cara |
1 |
1,3 |
Espina
dorsolumbar |
1 |
1,3 |
Espina
lumbar |
1 |
1,3 |
Nalgas |
1 |
1,3 |
Hombro |
1 |
1,3 |
Total |
78 |
100,0 |
Gravedad
En la Figura 3 se representa el porcentaje de cada tipo de
lesión atendiendo a su gravedad.
Figura 3. Gravedad de las lesiones en relación con el
tiempo transcurrido (días) desde que ocurrió la lesión hasta el alta médica:
menor (1 – 3 días), leve (4 -7 días), moderada (8 – 28 días) y grave (más de 28
días)
Casi la mitad de las lesiones [38/78
(48,7%)] se consideraron menores y sólo en 2 casos (2,6%) la lesión se
clasificó como grave. No se encontraron diferencias estadísticamente
significativas en la severidad atendiendo a la edad (p=0,421), evento
(competición o entrenamiento) (p=0,680), momento del partido en que se produjo
la lesión (p=0,707), resultado del partido (p=0,137), lateralidad (p=0,428),
contacto con otros jugadores (p=0,258), localización (p=0,454) y tipo de lesión
(p=0,505). Por el contrario, la gravedad estaba relacionada significativamente
con la posición del jugador en el campo (p=0,020) (Figura 4A) y con el
mecanismo lesional (p=0,027) (Figura 4B). Un portero y un central fueron los dos
jugadores que sufrieron las lesiones graves mientras que las lesiones moderadas
estaban más asociadas con extremos y defensas (Figura 4A). Con respecto al
mecanismo lesional, las lesiones graves ocurrieron tras un cambio de ritmo en
un caso o mediante un apoyo inestable en el otro. Las de menor gravedad estaban
relacionadas con una patada de un oponente o con sobrecarga muscular (Figura
4B).
Figure 4. Distribución de la gravedad de las lesiones
según la posición de los jugadores (A) y al mecanismo lesional (B). En ambos
casos la relación era estadísticamente significativa (p=0,020 y p=0,027,
respectivamente; Pruebas de χ2
de Pearson)
Recurrencia
En 20 de las 78 lesiones (25,6%), esta
correspondía a una recurrencia de una lesión previa. No se encontró una
relación estadísticamente significativa entre la recurrencia y la edad
(p=0,691), posición en el campo (p=0,227), tipo de evento (p=0,244), momento
del partido en que se produjo la lesión (p=0,925), resultado del partido
(p=0,464), lateralidad (p=0,283), contacto con otro jugador (p=0,077),
localización (p=0,188) y mecanismo lesional (p=0,233). La recurrencia era estadísticamente significativa en relación
con el tipo de lesión (p=0,030), de modo que eran más frecuentes en lesiones
musculares, edemas óseos, lesiones condrales y luxación (Figura 5).
Figure 5. Distribución de las recurrencias en relación
al mecanismo lesional (p=0,030; Prueba de χ2 de Pearson)
DISCUSIÓN
La prevención de las lesiones en el fútbol
es de vital importancia debido al impacto tan significativo que tienen en el
jugador y en el club (2,3). Este estudio epidemiológico, llevado a cabo en los
jugadores de la selección española masculina absoluta de fútbol durante 8 años
(de 2008 a 2015), representa un primer intento de elucidar los factores
relacionados con las lesiones en un equipo de alto rendimiento. En nuestro
trabajo, la mayor parte del tiempo de exposición, un 84,2%, correspondía a
sesiones de entrenamiento y el restante 15,8% a competición (ratio
entrenamiento/competición de 5,3/1. Esta ratio varía de unos equipos a otros
dependiendo de su nivel. Los equipos de alto rendimiento suelen competir más a
menudo y tener pocas sesiones de entrenamiento, por lo que suelen presentar un ratio
bajo. La selección española absoluta de fútbol suele jugar partidos para o
dentro de una fase final con no más de 3 o 4 días de diferencias para descansar
y/o entrenar. Noya y cols. (19) ha publicado que los equipos de la Liga
Española de primera división que participaron en competiciones europeas
mostraban un ratio entrenamiento / competición de 9,1/1, mientras que ese mismo
parámetro era de 11,5/1 en equipos de primera división que no participaron en
competiciones europeas o en equipos de segunda división. Otros estudios
confirman el hecho de que equipos de alto nivel en España y resto de Europa
presentan una ratio baja y una alta densidad de competiciones (9,20,21).
Algunos estudios realizados en ligas
profesionales de Estados Unidos, Inglaterra y Suecia han reportado un valor de
IL entre 6 y 9 lesiones por 1.000 horas de exposición (6-9,11,22,23). El valor
de 7,46 lesiones por 1.000 horas de exposición encontrado en nuestro estudio se
encuentra en la media de dichos valores. El IL en sesiones de entrenamiento (ILent) en nuestro estudio, de 2,05 lesiones por 1.000 horas
de exposición, es menor comparado con otros estudios en los que este valor
varía entre 3,83 a 9,20 lesiones por 1.000 horas de exposición
(6,8,10-12,24-27). ILent es generalmente bajo en
equipos de alto nivel y una de las razones que puede explicar este hecho podría
ser la alta frecuencia de competiciones de estos equipos. Cuando el número de
partidos se incrementa, el objetivo del entrenamiento es la recuperación del
jugador, motivo por el cual la carga de entrenamiento es normalmente pequeña.
El IL en competición (ILcom) encontrado en nuestro
estudio, 36,36 por 1.000 horas de exposición es muy similar a la publicada en
otros estudios (10,13,18,28). Es interesante remarcar que el mismo IL de 36,36
lesiones por 1.000 horas de exposición se ha estimado para partidos oficiales (ILcomO) y para partidos amistosos (ILcomA). Mallo y cols.
(13) han publicado, en equipos de subélite, un valor
de 55,8 para el ILcomO y de 22,6 para el ILcomA,. Se
ha comprobado que una frecuencia alta de partidos amistosos está relacionada
con un incremento en el riesgo de lesiones (28,29). No existe una explicación
clara para este hecho pero se podría especular en que la diferencia entre ambos
índices, ILcomO e ILcomA
podría descender a medida que aumenta el nivel del equipo, donde los partidos
amistosos suelen tener la misma importancia que los partidos oficiales. Junge y cols. (30,31) han publicado que el ILcom en competiciones organizadas por la FIFA y el Comité
Olímpico Internacional es de 4 a 6 veces mayor que el ILent.
En nuestro estudio hemos comprobado que este ratio es 18 veces mayor. Esta
diferencia podría explicarse por la alta carga de competición y baja densidad
de entrenamiento en los equipos de alto nivel. Otra explicación surge de los
resultados publicados por Ryynänen y cols. (32,33) en
estudios acerca de la relación entre el resultado de los partidos con la
frecuencia de lesiones. Los autores concluyen que los jugadores en un equipo
“ganador” tienen más riesgo de sufrir lesiones durante la competición.
La mayor parte de las lesiones en
nuestro estudio tuvieron lugar sin contacto con otros jugadores, lo cual está
en la línea de lo publicado previamente (26,26,34). Sin embargo, con respecto
al mecanismo de producción de la lesión nuestros resultados difieren de los de
otros autores (26,34,35). El mecanismo de “sobrecarga”, que es el predominante
en otros estudios (27), no es el principal mecanismo lesional en el nuestro.
Una explicación podría ser un adecuado manejo de la fatiga y la carga
competitiva. Está demostrado que las lesiones musculares, seguidas de las
ligamentosas son las más frecuentes en los jugadores de fútbol
(2,5,24-27,35-37). En el presente estudio, además de ser las más frecuentes
entre las lesiones de mecanismo conocido, las lesiones musculares muestran una
mayor incidencia que la encontrada por otros autores que podría explicarse por
la utilización de metodologías distintas para registrar las lesiones. La
conmoción cerebral es una de las lesiones menos frecuentes en el fútbol. Sólo
tuvimos un episodio en el que el jugador no perdió la consciencia. Los miembros
inferiores fueron las localizaciones con mayor frecuencia de lesión (78,2%),
siendo los isquiotibiales, cuádriceps y abductores las regiones anatómicas más
frecuentemente lesionadas en los jugadores. Por tanto, de acuerdo con otros
estudios, el muslo es la parte del cuerpo con mayor incidencia de lesión en los
jugadores, seguida de la rodilla y del tobillo (6,14,26,31,34,35).
En el presente estudio, el 2,6% de las
lesiones se clasificaron como graves y el 28,2% como moderadas. Nuestros
resultados concuerdan con los de unos autores (6,8,11,25) pero son distintos a
los de otros (24,26,34,35). Esta discrepancia se podría explicar por la
distinta metodología y criterios utilizados para registrar los datos, aunque
esta hipótesis debería ser comprobada en estudios futuros. Uno de los aspectos
que hemos considerado en este estudio es la existencia de factores que afectan
a la gravedad de las lesiones. Se ha comprobado que existe una relación
estadísticamente significativa con la posición en el campo y el mecanismo
lesional. Aunque en otros estudios no se ha encontrado dicha relación, existen
numerosas publicaciones que mencionan el papel de la posición en el campo con
la frecuencia y tipo de lesión (2,29,38), aunque los datos no son concluyentes.
Con respecto al mecanismo lesional, la gravedad es menor en las “sobrecargas”,
mientras que en mecanismos como “control del balón” o “cambio de ritmo” están
relacionados con lesiones moderadas y leves. Noya y cols. (19) exponen que las
lesiones severas suelen ocurrir tras el contacto con un oponente. Nuestros
resultados nos hacen pensar que esta afirmación no siempre el cierta, ya que
hemos encontrado algunas lesiones sin contacto graves.
En los deportes, la recurrencia de una
lesión es un gran problema. En el presente estudio, la recurrencia representa
un 25,6% de todas las lesiones. En otros estudios la recurrencia varía del 7%
al 35% (6,7,23,26,27,34,35,39,40). Un regreso a la competición prematuro, a
veces precipitadamente, es uno de los factores de riesgo de la recurrencia
(6,27). En la selección nacional masculina absoluta española de fútbol, los
jugadores convocados normalmente han jugado el día anterior con sus clubes y
han recibido el alta médica para competir. Hemos comprobado que las
recurrencias estaban relacionadas con el tipo de lesión y principalmente con
las lesiones musculares y el edema óseo, y en menor frecuencia con las lesiones condrales y luxación. Sin
embargo, no existe ningún consenso acerca de los factores que podrían afectar
la recurrencia de las lesiones. Hägglund y cols. (41)
han publicado que la recurrencia ha ido disminuyendo desde la pasada década y
la proporción también ha disminuido en los equipos de fútbol de máximo
nivel.
CONCLUSIÓN, en el periodo que va
de 2008 a 2015, la selección española masculina absoluta de fútbol muestra un
IL en la media aunque con lesiones de menor gravedad que lo publicado para
otros equipos de fútbol de alto nivel.
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