Coma-Bau, J.;
Baiget, E.; Segura-Bernal, J. (2022) Analysis Leadership Behaviors
in Professional Handball Players. Revista
Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol.
22 (86) pp. 349-362 Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista86/artdiferencias1366.htm
DOI: https://doi.org/10.15366/rimcafd2022.86.010
ORIGINAL
ANÁLISIS DE LAS CONDUCTAS DE LIDERAZGO EN
JUGADORES PROFESIONALES DE BALONMANO
ANALYSIS LEADERSHIP BEHAVIORS IN
PROFESSIONAL HANDBALL PLAYERS
Coma-Bau,
J.1; Baiget, E.2 y Segura-Bernal, J.3
1 Profesor agregado de Ciencias de la
Actividad Física y el Deporte de la Universidad de Vic-Universidad Central de
Cataluña (UVic-UCC). Miembro del grupo de investigación Sport Performance
Analysis Recearch Group (SPARG), UVic-UCC (España) jordi.coma@uvic.cat
2 Profesor Titular de Ciencias de la Actividad Física y el
Deporte de la Universidad de Vic -Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC).
Investigador del grupo de investigación Sport Performance Analysis Recearch
Group (SPARG), UVic-UCC (España) ernest.baiget@uvic.cat
3 Profesor Titular de Ciencias de la
Actividad Física y el Deporte de la Facultat de Psicología, Ciencias de la
Educación y del Deporte Blanquerna. Universidad de Ramon LLull). Barcelona
(España) jordisb@blanquerna.url.edu
AGRADECIMIENTOS
A los jugadores y
entrenadores que han hecho posible esta investigación.
Código UNESCO /
UNESCO Code: 6199.
Otras especialidades psicológicas
/ Other psychological specialties
Clasificación del Consejo de Europa / Council
of Europe Classification: 15 Psicología del Deporte
/ Sport Psychology
Recibido 9 de abril de 2020 Received April 9, 2020
Aceptado 31 de octubre de 2020 Accepted October 31, 2020
RESUMEN
Los objetivos del presente estudio fueron analizar las
diferencias entre las autopercepciones de las conductas de liderazgo preferido
y percibido en jugadores de balonmano de élite en dos momentos diferenciados de
la temporada. Paralelamente analizar las modificaciones existentes en las
conductas en el transcurso de un periodo competitivo. La muestra estuvo
compuesta por un total de 71 jugadores profesionales a los cuales se les administraron los
cuestionarios Leadership Scale for Sport (LSS1 y LSS2). Los resultados
mostraron diferencias significativas entre la conducta preferida y percibida en
todas las conductas estudiadas a excepción de la democrática en los dos
momentos observados de la temporada y por otro lado se observaron diferencias
significativas entre la conducta preferida (pre-post) y la percibida (pre-post)
en todas las conductas estudiadas.
Concluimos que las autopercepciones de los jugadores
sobre su entrenador difieren entre lo que prefieren y lo que perciben a lo
largo de la temporada.
PALABRAS CLAVE: liderazgo, conducta preferida-percibida, jugador,
entrenador, congruencia.
ABSTRACT
The aim of the study was to analyze the differences
between the self-perceptions of preferred and perceived leadership behaviors in
elite handball players at two different moments of the season and, in parallel,
to analyze the existing modifications in the two behaviors during a competitive
period. The sample was composed by 71 professional ASOBAL league players who
answered the Leadership Scale for Sport questionnaires (LSS1 and LSS2). The
results showed significant differences between the preferred and perceived
behavior in all the studied behaviors except for the democratic one (preseason)
in the two observed moments of the season and, on the other hand, significant
differences were observed between the preferred behavior (pre-post) and the
perceived (pre-post) in all the studied behaviors. We conclude that the
players' self-perceptions of their coach differ between what they prefer and
what they perceive throughout the season.
KEY WORDS: leadership,
preferred-perceived behaviors, player, coach, congruence.
1 INTRODUCCIÓN
Uno de los objetivos fundamentales del entrenamiento en
deportes colectivos de alto nivel es optimizar los diferentes factores de
rendimiento (técnicos, condicionales, tácticos, estratégicos y/o metodológicos)
que pueden hacer mejorar el rendimiento del deportista y consecuentemente del
equipo (Balagué, 2013; Ruiz, 2007; Weineck, 2005). Sobre esta base, debemos considerar
el factor del liderazgo deportivo como un elemento facilitador en la gestión de
las variables psicosociales que pueden ayudar a incrementar el rendimiento
individual y colectivo (Balagué, 2005; Cruickshank y Collins, 2012; Weinberg
y Gould, 2010). El estudio del
liderazgo en el ámbito deportivo ha ido evolucionando en los últimos años
pasando de ser un hecho anecdótico a un aspecto relevante en la evolución del
deporte (Peachey, Zhou, Damon, & Burton, 2015). El modelo Mediacional de Smoll y
Smith (1978, 1990), la teoría Situacional de Fiedler (1967), el Modelo
Multidimensional de liderazgo de Chelladurai (1990), la teoría del liderazgo
Transformacional de Bass (1985) o la teoría de liderazgo Multinivel de gestión
deportiva de Welty (2015), son una muestra significativa del crecimiento de
este fenómeno.
Diferentes autores destacan la importancia del estilo de
liderazgo del entrenador como factor relevante en la mejora del nivel de los
jugadores, del equipo y en consecuencia del rendimiento (Crespo, Balaguer y Atienza, 1994; Riemer y Toon,
2001; Ruiz, 2007; Salminen y Liukkonen, 1996). Concretamente, el estilo de liderazgo y el clima motivacional del entrenador
se han identificado como elementos que inciden en la satisfacción de los
jugadores y el rendimiento del equipo (Alfermann,
2005; Aoyagi & Cox, 2008; Bahrami, 2011). La satisfacción, entendida
como la diferencia entre la percepción de lo que el deportista percibe y lo que
él quiere en realidad (Harold, Riemer y Chelladurai 1995), el rendimiento deportivo
y el estudio conductual del entrenador, son el eje vertebrador del modelo
Multidimensional de Chelladurai (MML) (Chelladurai, 1978, 1984, 2007). Este modelo presenta dos
bloques diferenciados e interconectados: por un lado, se distinguen los
antecedentes (características situacionales, características del líder y
características de los jugadores) y por otro lado las conductas del líder
(conducta requerida, conducta real, conducta preferida). El modelo postula que cuando haya congruencia entre las 3 conductas
se puede esperar un rendimiento y una satisfacción óptimos; si la conducta real
y la requerida son congruentes, pero no la preferida, se puede esperar un
óptimo rendimiento, pero con jugadores insatisfechos; si la preferida y la real
son congruentes, pero no la requerida, se puede dar que los jugadores estén
satisfechos, pero el rendimiento no sea el óptimo; y por último, si no hay
congruencia entre ninguna de las conductas, se tenderá a la dejadez, situación
en la cual cualquier resultado es posible (Riemer y Toon, 2001; Riemer y Chelladurai, 1995).
La visión actual del liderazgo como proceso influyente,
multidimensional, complejo, dinámico e interactivo entre los diferentes
protagonistas (Peachey et al., 2015), pone de manifiesto la importancia de
trabajar en conseguir congruencia entre lo que los jugadores perciben y desean
del técnico, lo que éste espera de los jugadores, y los requerimientos de la
situación (Urra, 2015). El estudio
de la conducta del entrenador es un requisito para comprender la influencia
cognitiva y conductual hacia los jugadores y poder facilitar la consecución de
los objetivos (Urra, 2018). En esta línea de investigación se
han utilizado diferentes versiones del Leadership
Sport Scale (LSS) como instrumento para analizar y caracterizar el liderazgo
del entrenador de alto rendimiento en deportes individuales (Ruiz, 2007) y en deporte formativo (Urra, 2015). Por otro lado, el LSS se ha
relacionado con el clima motivacional (Marcos, 2013) y también se ha utilizado para
analizar las discrepancias entre las conductas percibida y preferida en
deportes colectivos (Harold A. Riemer & Chelladurai, 1995b; Urra,
2018). No obstante,
existe una escasa evidencia científica sobre la implicación de las variables
analizadas mediante el LSS en deportes colectivos de alto rendimiento
deportivo. Considerando que la aplicación del LSS en sus tres versiones, LSS1
(versión preferida), LSS2 (versión percibida) y LSS3 (versión entrenador),
permite analizar la congruencia existente entre las conductas requeridas,
percibidas y preferidas, los objetivos que se proponen en el presente estudio
son:
1. Analizar las diferencias entre las autopercepciones de
las conductas de liderazgo percibido y preferido en jugadores de balonmano de
alto nivel, en dos momentos diferenciados de la temporada.
2. Analizar las modificaciones en las autopercepciones de
las conductas de liderazgo preferido y percibido en jugadores de balonmano de
alto nivel, en el transcurso de un periodo competitivo de 5 meses.
2. MATERIAL Y
MÉTODOS
2.1
Participantes
Los participantes fueron 71 jugadores hombres de la máxima
categoría masculina española de la liga de Asociación de Clubes Españoles de
Balonmano (ASOBAL), correspondiente a un 30% de la totalidad
de jugadores de la liga. La edad media de los jugadores fue de 27 años ± 6 (rango 19 – 43 años). En referencia a
la experiencia competitiva en la categoría, para el 21,9 % de los
jugadores era su primer año, para el 20,5 % su segundo año y para el 57,5 %
eran su tercer o más años en la categoría. Todos los jugadores fueron informados de los objetivos
de la investigación, de la confidencialidad de los datos y del carácter
voluntario de su participación.
2.2
Procedimiento
La temporada anterior a la del
registro se contactó personalmente con todos los entrenadores de la liga ASOBAL
presentándoles el proyecto e invitándoles a participar en él.
Su función fue hacer de intermediarios con los jugadores para que éstos fueran conocedores de la
investigación y pudieran contestar los cuestionarios (LSS1 y LSS2). Los
cuestionarios se administraron vía internet, con la plataforma Google Drive,
pudiéndolos contestar en cualquier aplicativo conectado a internet (móvil,
tablet u ordenador) buscando facilitar su contestación. Los dos primeros
cuestionarios (LSS1 pre y LSS2 pre) se administraron dos semanas antes de
empezar la liga correspondiente al periodo de pretemporada y los dos siguientes
(LSS1 post y LSS2 post) habiendo completado una vuelta del calendario de
competición, aprovechando el período transitorio de Navidad. Los primeros
cuestionarios fueron enviados a partir de la segunda mitad de la pretemporada
con el objetivo de que cuando los jugadores contestaran hubieran trabajado con
el equipo un mínimo de tres semanas.
La condición para formar parte de la muestra fue que los
jugadores hubieran respondido a los cuatro cuestionarios (LSS1 pre y post y
LSS2 pre y post) correctamente y dentro del plazo establecido. El hecho de no
contestar alguno de los cuatro cuestionarios implicaba que el jugador quedara
excluido de la muestra.
2.3 Instrumentos
Se administró la traducción española de la escala de
Liderazgo para el deporte de Chelladurai y Saleh (1980). Concretamente, las
versiones LSS1 (liderazgo preferido; escala de preferencia del estilo de
liderazgo por parte de los jugadores) y LSS2 (liderazgo percibido; escala de
evaluación de los deportistas acerca del estilo de liderazgo expresado por el
técnico), adaptadas al balonmano (Mayo, 1997). Los dos cuestionarios constan de
40 ítems que deben contestarse en una escala tipo Likert de 5 opciones [siempre
(5), a menudo (4), ocasionalmente (3), raras veces (2) y nunca (1)]. La escala
mide 5 dimensiones o factores del comportamiento del líder (conductas): dos
miden el estilo de toma de decisiones del entrenador (democrático y autocrático
// estilos de dirección), dos miden las tendencias motivacionales del
entrenador (apoyo social y feedback positivo // factores motivacionales) y una
mide el comportamiento de instrucción del entrenador (entrenamiento e
instrucción // orientación en la tarea).
Las dos versiones evalúan 5 dimensiones que definen la
conducta del entrenador (Chelladurai y Saleh,1980; Crespo y Balaguer, 1994;
Weinberg y Gould, 2010):
1.
Entrenamiento e instrucción: Dimensión referida a los
comportamientos orientados a la mejora del rendimiento de los deportistas
mediante instrucciones y entrenamientos de carácter técnico, táctico y físicos.
2.
Conducta democrática: Conjunto de comportamientos
orientados a permitir una mayor participación de los deportistas en todas las
decisiones.
3.
Conducta autocrática: Comportamiento encaminado a
enfatizar la toma de decisión unilateral basada básicamente en la
autoridad personal.
4.
Apoyo social: Dimensión referida a la preocupación por el
bienestar de los deportistas, buscando armonía y un clima de trabajo positivo,
mediante el desarrollo de buenas relaciones interpersonales entre los miembros
del grupo.
5.
Feedback positivo: Comportamientos orientados al
reconocimiento y esfuerzo positivo ante el buen rendimiento o ejecución del
deportista.
El LSS se ha identificado como un
instrumento refrendado y con una consistencia interna adecuada (coeficiente α de Cronbach) en todas las conductas en diferentes estudios;
Entrenamiento e instrucción (0.74 – 0.86)
(Crespo, et al., 1994; Dwyer y Fisher,1988; Coma, Baiget, Segura, 2019;
Marcos, 2013); Conducta Democrática (0.48 – 0.78) (Ruiz-Barquín & de la
Vega-Marcos, 2015; Salminen,S.;Liukkonen, 1996; Coma, Baiget, Segura, 2019;
Marcos, 2013);
Conducta Autocrática (0.04 – 0.68) (Dwyer y Fisher, 1998; Ruiz, 2007; Marcos, 2013); Conducta de Apoyo
Social (0.57 – 0.84) (Dwyer y Fisher, 1998; Ruiz, 2007; Coma, Baiget, Segura,
2019; Marcos, 2013); conducta Feedback positivo (0.45 – 0.85) (Crespo, et al., 1994; Salminen y Liukonen,
1994; Coma, Baiget, Segura, 2019; Marcos 2013).
2.4 Análisis de
datos
Los estadísticos descriptivos del estudio se muestran
como media y desviación típica (M ± DT). Las pruebas de
normalidad realizadas mediante el estadístico Shapiro-Wilk revelaron una
distribución no normal, empleándose pruebas no paramétricas. Para analizar la
existencia de diferencias en las medidas pretest – postest y entre liderazgo
preferido y percibido se utilizó́ la prueba de Wilcoxon. El nivel de significación se fijó́ a p ≤
0.05 para las diferentes pruebas. Los análisis fueron llevados a cabo mediante el software
estadístico SPSS (v. 23.0).
3 RESULTADOS
Tabla 1. Diferencias en las conductas de
Liderazgo preferido y percibido (pre-post).
Conductas |
Liderazgo preferido |
Liderazgo percibido |
Diferencias (Sig.) |
|||||
LSS1 pre |
LSS1 post |
LSS2 pre |
LSS2 post |
LSS1 pre vs LSS2 pre |
LSS1 pre vs LSS2 post |
LSS1 pre vs LSS1 post |
LSS2 pre vs LSS2 post |
|
Entrenamiento e Instrucción |
4,08 ± 0,87§‡ |
4,08 ± 0,82 |
3,91 ± 0,87‡ |
3,77 ± 0,95 |
0,000 |
0,000 |
0,079 |
0,000 |
Democrática |
3,14 ± 1,05*‡ |
3,19 ± 1,06 |
3,09 ± 1,07‡ |
2,93 ± 1,09 |
0,212 |
0,000 |
0,025 |
0,000 |
Autocrática |
2,65 ± 1,15§‡ |
2,58 ± 0,99 |
2,98 ± 1,18‡ |
2,83 ± 1,14 |
0,000 |
0,000 |
0,117 |
0,041 |
Apoyo Social |
2,98 ± 1,19§*‡ |
2,81 ± 1,13 |
2.87 ± 1,18‡ |
2.66 ± 1,17 |
0,021 |
0,003 |
0,000 |
0,000 |
Feedback Positivo |
3,61 ± 0,97§‡ |
3,58 ± 0,97 |
3,40 ± 0,93‡ |
3,27 ± 1,04 |
0,000 |
0,000 |
0,733 |
0,018 |
Los resultados se expresan como Media ± Desviación típica (M ± DT). Sig: significación.
*, diferencias significativas con LSS1 post; §, diferencias
significativas con LSS2 pre; ‡, diferencias significativas con LSS2 post.
Se observan diferencias
significativas en los registros de liderazgo preferido (LSS1) y percibido
(LSS2) en la pretemporada (pre-test) en todas las conductas excepto en la
democrática (p > 0,05). En todas ellas, menos en la conducta autocrática (2,65 ± 1,15 vs 2,98 ± 1,18), los registros son menores en las conductas percibidas (LSS2).
Referente a los registros de
liderazgo preferido (LSS1) y percibido (LSS2) por parte de los jugadores en
periodo transitorio (post-test), se observan diferencias significativas en
todas las conductas. Del mismo modo que en el pre-test, los registros obtenidos
en las conductas percibidas (LSS2) son menores que en las preferidas (LSS1)
menos en la conducta autocrática (2,58 ± 0,99 vs 2,83 ± 1,14).
La conducta de entrenamiento e
instrucción es la que obtiene los valores mas elevados tanto en la conducta
preferida pre (4,08 ± 0,87) y post (4,08 ± 0,82) como en la percibida pre (3,91
± 0,87) y post (3,77 ± 0,95), seguida por la conducta de
feedback positivo preferida pre (3,61 ± 0,97 y 3,58 ± 0,97)
y percibida post (3,40 ± 0,93 y 3,27±1,04), respectivamente.
En referencia a la evolución de la autopercepción del
liderazgo preferido (LSS1) a lo largo del periodo competitivo de 5 meses (LSS1
pre vs LSS1 post), se observan diferencias significativas en la conducta democrática
(p < 0.02), que tiene valores superiores en el post, y en la de apoyo social
(p < 0.00), que disminuye en el post. Las conductas que obtienen los
registros más elevados en el pre y en el post-test son las de entrenamiento e
instrucción (4,08 ± 0,87 y 4,08 ± 0,82) seguidas por la de feedback positivo (3,61 ± 0,97 y 3,58 ± 0,97).
En cuanto a la evolución de la autopercepción del
liderazgo percibido (LSS2 pre vs LSS2 post) se observan diferencias
significativas en todas las conductas. Las conductas que obtienen los registros
más elevados en el pre y post test son las de entrenamiento e instrucción (3,91
± 0,87 y 3,77 ± 0,95) y feedback
positivo (3,40 ± 0,93 y 3,27 ± 1,04).
4 DISCUSIÓN
Esta es la primera investigación que analiza
las diferencias entre las autopercepciones de liderazgo preferido y percibido
durante un periodo de competición en jugadores de un deporte colectivo de alto
rendimiento. Al mismo tiempo, se analizan las posibles modificaciones en la
conducta preferida y percibida durante el periodo de tiempo transcurrido entre
la pretemporada y el período transitorio, observando una disminución
significativa en prácticamente todas las conductas estudiadas.
En referencia al primer objetivo, analizando las
diferencias entre la conducta preferida y percibida en el periodo preparatorio
(LSS1 pre vs LSS2 pre) y en el transitorio (LSS1 post vs LSS2 post), los
resultados obtenidos muestran (Tabla 1) diferencias significativas en todas las
conductas (entrenamiento e instrucción, autocrática,
apoyo social, feedback positivo) exceptuando la conducta democrática en el
período preparatorio. Aunque no se han hallado investigaciones que analicen estas diferencias en
deporte de élite, estos resultados coinciden
con los estudios llevados a cabo en un entorno de fútbol formativo (Urra, 2015, 2018).
Existen múltiples factores que podrían dar explicación a las diferencias entre
las conductas preferidas y percibidas del jugador (Chelladurai, 1990; Hanin.Yuri L, 2007; Horne & Carron,
1985; Newell, 2005; H A Riemer & Toon, 2001). Entre
ellos; los factores contextuales y los
relacionados con las características del jugador, pueden influir en la forma de
ser, pensar, actuar e influir en los procesos de formación y desarrollo del
rendimiento del jugador: educación, nivel socioeconómico, nivel del entrenador,
habilidades técnico-tácticas, expectativas, autoconfianza, motivación,
experiencias previas, cohesión y satisfacción (Gimeno, Buceta, & Pérez-Llanta, 2001; Lorenzo
& Sampaio, 2005; Widmeyer & Williams, 1991). De los factores
mencionados nos centraremos en aquellos que muestran más relación con nuestro
estudio. Se ha observado cómo las experiencias previas (positivas o negativas) del
jugador en diferentes equipos y con entrenadores con diferentes estilos de
liderazgo pueden influir en las creencias del jugador respecto a sus
preferencias en relación a la conducta del entrenador actual (Gómez-López, 2020). En este sentido, cabe remarcar la bidireccionalidad de
afectación - influencia entre las conductas del entrenador y del jugador (Smoll
& Smith, 1989).
Otro factor que nos puede ayudar a comprender las
diferencias entre la conducta preferida y la percibida es el ajuste de
expectativas e intereses entre jugador y entrenador. En esta línea, se ha
observado que a mayor semejanza entre la conducta preferida y percibida mayor
compatibilidad psicológica y, por el contrario, a mayor diferencia más
distancia psicológica entre entrenador y jugador, lo cual podría incidir en un
descenso de la satisfacción y rendimiento del jugador (Rosado, Palma, & Otros, 2007). En referencia a nuestra
investigación, las diferencias observadas entre las conductas preferida y
percibida por parte de los jugadores, tanto en pretemporada como en el período
transitorio, pueden interpretarse como indicios de distancia psicológica.
Profundizando en el investigación de las expectativas, un estudio realizado con
deportistas y entrenadores de voleibol amateur concluye que los jugadores se sienten más satisfechos
cuando sus percepciones sobre las conductas de sus entrenadores tienen relación
con las expectativas de éstos (Kao, Chen, Watson, & Halbrook, 2015).
La satisfacción del jugador aparece como un factor clave
como predictor del rendimiento del jugador y del equipo. Al mismo tiempo, es
una de las resultantes en diferentes investigaciones (Chelladurai, 1984; Hanin.Yuri L, 2007; Kim & Cruz, 2016; H A Riemer
& Toon, 2001; Urra, 2018; Weiss & Friedrichs, 1986). En un estudio
realizado con universitarios de diferentes disciplinas deportivas (Ignacio, Montecalbo, & Cardenas, 2017), revelan la
existencia de relación entre las conductas del entrenador y el nivel de
satisfacción de los atletas. Concretamente, concluyen que los
entrenadores que exhiben registros elevados en las conductas de entrenamiento e
instrucción, reconocimiento, feedback positivo y apoyo social, consiguen
aumentar el nivel de satisfacción de sus atletas. Del mismo modo, no encuentran
relación significativa entre registros elevados de liderazgo autocrático y el
nivel de satisfacción de los jugadores. Posiblemente, la gestión por
parte del entrenador de sus propias conductas, será determinante en el proceso
de crecimiento autónomo del jugador y del equipo. De hecho, el apoyo a la
autonomía del jugador, es un predictor de las tres necesidades psicológicas
básicas (competencia, autonomía y relaciones), las cuales influyen a su vez en
el desarrollo y satisfacción del jugador
(Deci & Ryan, 1980; Morillo Baro, Reigal Garrido,
& Hernández-Mendo, 2018).
Paralelamente, en un estudio realizado con universitarios
de diferentes disciplinas deportivas, (Aoyagi, Cox, & McGuire, 2008) ponen de manifiesto que se debería
poner mayor énfasis en desarrollar en los deportistas el deseo de divertirse.
Divertirse, estar feliz manteniendo una alta exigencia, probablemente conducirá
a una mayor satisfacción, efectividad y rendimiento individual y colectivo. Ser
conscientes y gestionar las diferencias existentes entre el liderazgo preferido
y percibido por parte de los jugadores, al tiempo que el entrenador es
congruente en su conducta y decisiones facilitará el rendimiento del equipo (Alonso Urra Tobar, 2015; Chelladurai, 2007;
García-Mas & Bauzá, 1995; Garcia-Mas & Claudia A. Rivas, 2001; Sanchez,
Lorenzo, L. Jiménez, & Lorenzo, 2017; Smoll, Smith, Cruz Feliu, &
Garcia Mas, 2009).
Establecidas diferentes relaciones entre las conductas
(preferida - percibida) con diferentes variables (situacionales,
características del jugador y entrenador, compatibilidad psicológica,
experiencias previas, satisfacción y expectativas), no podemos pasar por alto
la importancia del valor “ganar o perder” en el contexto del alto rendimiento.
Parece ser que cuando el equipo gana, es mucho más sencillo generar y percibir
un aumento en la cohesión de equipo, facilitando en la mayoría de los casos el
buen devenir del jugador y del equipo (Boone, Beitel, & Kuhlman, 1997; Matheson, Mathes,
& Murray, 1997).
Analizando los resultados observamos como la conducta de
entrenamiento e instrucción es la que obtiene los valores más elevados, tanto
en el análisis de la conducta preferida: pre (4,08 ± 0,87) y post (4,08 ± 0,82); como en el de la percibida: pre (3,91 ±
0,87) y post (3,77 ± 0,95). Los resultados
concuerdan con los descritos por otros autores (Alonso Urra Tobar, 2015; Chelladurai & Saleh,
1980; Mayo Santamaría, 1998; Surujlal & Dhurup, 2012; Terry & Howe,
1984), de los cuales se
deduce que los jugadores identifican en la conducta de entrenamiento e
instrucción uno de los pilares de su aprendizaje y rendimiento. Diferentes
estudios ponen de manifiesto que los entrenadores tienen la autopercepción de
utilizar preferentemente conductas de entrenamiento e instrucción y feedback
positivo por encima del resto (Coma, 2019; Crespo et al., 1994; Horne &
Carron, 1985; R. Ruiz, 2007; Salminen,S.;Liukkonen, 1996). Hay pues concordancia entre
jugadores y entrenadores en la relevancia y el uso de las conductas orientadas
a los estilos de interacción (entrenamiento e instrucción, feedback positivo y
apoyo social) en contraposición con los de estilos de decisión (democrática y
autocrática). Posiblemente, la gran
cantidad de horas de trabajo específico en entrenamientos y partidos (trabajo
de pista), combinado con la alta exigencia existente en estos niveles de
competición, favorece el uso preferente de la conducta de entrenamiento e
instrucción por encima del resto (Mahamud, Tuero, & Márquez, 2005; Marcos, 2013).
En relación al segundo objetivo, analizar las diferencias
(pre-post) en la conducta preferida y percibida, respectivamente, los
resultados obtenidos fueron que en la conducta preferida hubo un aumento
significativo en los valores de la conducta democrática; pre (3,14 ± 1,05) vs post (3,19 ± 1,06) y una disminución
significativa en la conducta de apoyo social; pre (2,98 ± 1,19) vs post (2,81 ± 1,13). No se han
encontrado investigaciones que estudien la evolución de estas variables durante
un periodo de competición. Posiblemente, con el avance de la temporada los
jugadores pasan a dar más valor al trato democrático por parte del entrenador
en la gestión del equipo, al mismo tiempo que se continúa con una elevada
demanda en la conducta de entrenamiento e instrucción y se suaviza la voluntad
de la conducta autocrática.
Respecto al análisis de las diferencias en la conducta
percibida pre-post, la disminución en todas las conductas hace evidente cómo el
avance de la temporada y la exigencia de una competición de máximo nivel
(partidos ganados y perdidos, clasificación, carga física y mental, gestión
diaria de los jugadores y del equipo y viajes entre otros) influye de forma
clara en unos valores significativamente más bajos en todas las conductas
estudiadas a medida que avanza la competición.
En relación a las limitaciones de la investigación,
hubiera sido interesante poder analizar los resultados una vez terminada la
temporada. Se decidió, conscientemente,
no pasar los cuestionarios en ese período debido a posibles problemáticas que
pueden surgir a esas alturas de la temporada, tales como; finalización de
contratos, renovaciones, convocatoria selecciones, agotamiento físico y mental,
entre otras.
5 CONCLUSIÓN
Se hacen evidentes diferencias entre las conductas
preferida y percibida (pre-post) en la mayoría de las conductas estudiadas.
Estas diferencias pueden ir en detrimento de la congruencia entre las tres
conductas del modelo MML y consecuentemente afectar al nivel de satisfacción
del equipo. Por otro parte, la disminución de las conductas preferidas y
percibidas en el periodo transitorio, exceptuando la conducta democrática
(conducta preferida), induce a pensar en la alta exigencia del deporte de élite
y en el desgaste psicológico que puede suponer en jugadores y entrenadores de
máximo nivel. Por último, la conducta de entrenamiento e instrucción se
presenta como la que obtiene los valores más elevados en las conductas
preferida y percibida (pre y post), mostrando así la importancia de los
comportamientos orientados a la mejora del rendimiento de los deportistas
mediante instrucciones y entrenamientos de carácter técnico, táctico y físico.
En referencia a las aportaciones prácticas del estudio,
tener información relevante de los jugadores en relación a las conductas
preferidas y percibidas administrando los cuestionarios de forma estratégica y
anónima, podría ayudar al entrenador y al cuerpo técnico a tomar decisiones en
relación al uso de determinadas conductas, metodologías y estilos pudiendo
afrontar con mayor conocimiento las necesidades y requerimientos individuales
de los jugadores.
6 REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
Alonso Urra Tobar, B. (2015). Análisis del liderazgo
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References: 50
(100%)
Número de citas propias de la
revista /Journal´s own references: 1 (2%)
Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte - vol. 22 - número 86 - ISSN: 1577-0354