Rivilla-García, J.; Navarro
Valdivielso, F.; Grande Rodriguez, I. y Sampedro Molinuevo, J. (2012). Capacidad de lanzamiento en
balonmano en función del puesto específico / Handball throwing capacity
according to specific playing position. Revista Internacional de Medicina y
Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol. 12 (48) pp. 699-714 Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista48/artcapacidad316.htm
ORIGINAL
CAPACIDAD
DE LANZAMIENTO EN BALONMANO EN FUNCIÓN DEL PUESTO ESPECÍFICO
HANDBALL THROWING CAPACITY according to
SPECIFIC playing position
Rivilla-García,
J.1;
Navarro Valdivielso, F.2; Grande Rodriguez, I.3 y Sampedro Molinuevo, J.4
1Profesor de
Balonmano, Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte,
Universidad Politécnica de Madrid. España. E-mail: jesus.rivilla@upm.es
2Laboratorio
de Entrenamiento Deportivo, Facultad de Ciencias del Deporte, Universidad de
Castilla – La Mancha. España. E-mail: fernav1@terra.es
3Profesor de
Gimnasia Artística, Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte,
Universidad Politécnica de Madrid. España.
E-mail: ignacio.grande@upm.es
4Decano,
Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Universidad
Politécnica de Madrid. España. E-mail: javier.sampedro@upm.es
Código UNESCO / UNESCO code: 5899 Educación Física y Deportes /
Physical Education and Sport
Clasificación Consejo de Europa: 17. Otras (Control y Valoración
Deportiva) / Others (Control and Sport Rating)
Recibido 8
de noviembre de 2010 Received November 8, 2010
Aceptado: 6
de enero de 2011 Accepted January 6, 2011
RESUMEN
Se
analizaron las diferencias en la capacidad de lanzamiento en función del puesto
en jugadores de balonmano (n=48) de elite y amateurs con cuatro test: lanzamiento
con balón medicinal pesado (LBP) y ligero (LBL), velocidad de lanzamiento sin
(VLSO) y con oposición (VLCO).
Los
laterales lograron los mejores valores mientras los porteros obtuvieron los
peores en los test más específicos, LBL (F4,43=2,886; p<0,05),
VLSO (F4,43=4,857; p<0,05) y VLCO (F4,43=12,828;
p<0,01). El análisis de diferencias reveló que VLSO era mayor que VLCO
(p<0,01) en todos los casos.
Los
resultados sugieren que el puesto es determinante en los lanzamientos
específicos. Igualmente, la oposición influye significativamente disminuyendo la
velocidad de lanzamiento en todos los casos.
PALABRAS
CLAVE: balonmano, procesos de evaluación, velocidad de
lanzamiento, balón medicinal, oposición.
ABSTRACT
The present study analyzed the differences in throwing
capacity among the playing positions in elite and amateur male team handball
players (n=48) in four throwing test: throwing with heavy (THMB) and light
medicine ball (TLMB), throwing velocity without (TV) and with opposition (TVO).
The backs achieved the highest scores while goalkeepers
had the lowest scores in the most specific tests, TLMB (F4,43=2.886;
p<0.05), TV (F4,43=4.857; p<0.05) and TVO (F4,43=12.828;
p<0.01). The analysis of differences revealed that TV was higher than TVO
(p<0.01) in all cases.
The results suggest that the specific position is
determinant in specific throws. Furthermore the influence of opposition is
evident in throwing velocity, decreasing it in all positions.
KEY WORDS: handball,
testing processes, throwing velocity, medicine ball, opposition.
INTRODUCCIÓN
El balonmano es un deporte olímpico de contacto (Gorostiaga et al., 2006) que requiere un elevado nivel de condición física en la ejecución de
acciones relevantes del juego como saltar, fintar, blocar, esprintar y lanzar (Wallace y Cardinale, 1997). De todas ellas, el lanzamiento a portería es
considerado clave para el éxito (Granados
et al., 2007; Hoff y Almasbakk, 1995; Wit y Eliasz, 1998). La
velocidad del balón juega un papel relevante en la consecución del gol (Fleck et al., 1992; López, 2005; Van
den Tillaar y Ettema, 2003).
Este factor de velocidad de lanzamiento cobra mayor importancia conforme
aumenta la distancia de lanzamiento respecto a la portería, considerándose
clave en los lanzamientos realizados más allá de la línea de 9 m. o de larga
distancia (Bayer
y Mauvoisin, 1991).
Los
jugadores de balonmano son clasificados habitualmente de
acuerdo a sus posiciones específicas de juego en ataque: porteros, situados en
la portería, la primera línea, compuesta por laterales y centrales, y la
segunda línea, conformada por los pivotes y extremos (Marczinka,
1993; Pezarat-Correia, Valamatos, Alves y Santos, 2007; Šibila, Vuleta y Pori,
2004).
Existen
varios estudios que evidencian diferencias en las acciones y distancias
recorridas en el juego en función del puesto específico (Cambel, 1985; Luig et al., 2008;
Manchado et al., 2007; Ziv y Lidor, 2009; Šibila et al., 2004). Igualmente, se han constatado diferencias en las características
antropométricas (Cavala, Rogulj, Srhoj, y Katic, 2005; Chaouachi et al., 2009; Rogulj,
Srhoj, Nazor, Srhoj, y Cavala, 2005; Srhoj, Marinovic, y Rogulj, 2002;
Taborsky, 2007),
capacidades físicas y habilidades motoras (Oxyzoglou et al., 2008;
Pezarat-Correia et al., 2007; Vasques et al., 2005; Zapartidis et al., 2009) y características
psicológicas (Rogulj et al., 2005).
Por el contrario, algunos estudios no encontraron diferencias en varias
capacidades fisiológicas (Chaouachi
et al., 2009; Manchado et al., 2007).
Desde hace tiempo, son varios los estudios en los que se ha analizado
la velocidad de lanzamiento (Bayios et al., 2001; Bretagne, 1980;
Cardoso y González-Badillo, 2006; Fleck et al., 1992; Joris et al., 1985;
Marques et al., 2007; Mikkelsen y Olensen, 1985; Prokajac, 1980; Šibila et al.,
2003), algunos de
ellos han constatado diferencias en función del nivel competitivo y edad (Gorostiaga et al., 2005; Granados et
al., 2007; Mohamed et al., 2009).
Sin embargo, los estudios sobre esta variable difieren sustancialmente en las condiciones del
lanzamiento a portería así como en los instrumentos y formas de medición de la
velocidad, ello supone que la comparación de resultados obtenidos deba hacerse
con especial cuidado. Esta variable ha sido también analizada en otros
deportes, como el béisbol, profundizándose en su relación con las características
antropométricas (Padilla, 2010), y en waterpolo, donde se analizaron las
diferencias en la velocidad de lanzamiento entre miembro superior derecho e
izquierdo en waterpolo (Aragón et al., 2010)
Resulta sorprendente
la escasez de estudios comparativos sobre la capacidad de lanzamiento, general
y específica, en función del puesto específico, a pesar de que los entrenadores
de alto nivel han afirmado que la fuerza de lanzamiento es más importante para la
primera línea que para la segunda, siendo poco relevante para los porteros (Moreno, 2004). Dicha opinión ha sido corroborada en
jugadoras jóvenes de balonmano, constatándose que las laterales lanzan a mayor
velocidad que el resto de jugadoras, existiendo diferencias significativas con
la portera (Zapartidis et al., 2009). Contrariamente, no se encontraron diferencias significativas en el
lanzamiento de balón medicinal en jugadoras junior y senior de balonmano, si
bien las porteras obtuvieron los peores valores (Rogulj et al., 2005).
No se encontraron estudios comparativos sobre las diferencias en la velocidad
de lanzamiento entre los puestos específicos en jugadores de élite y amateur.
El
objetivo principal del presente estudio fue determinar las diferencias en la
capacidad de lanzamiento general y específica entre los cinco puestos
específicos en que han sido clasificadas las posiciones de juego. De igual
manera, considerando que la dimensión perceptiva es clave en el lanzamiento (Antúnez, Ureña, Velandrino y García,
2004) y que la velocidad de lanzamiento no
sólo está determinada por factores
físico-técnicos (Joris et al., 1985; Van Muijen et
al., 1991) y por la precisión (Bayios y Boudolos, 1998; Van den
Tillaar y Ettema, 2003; Zapartidis et al., 2007), sino también por
factores cognitivos y oposición, como así lo confirman algunas investigaciones
en balonmano (Fleck
et al., 1992; López, 2005; Pardo et al., 2007; Párraga et al., 2001; Rivilla et
al., 2010) o waterpolo (Van der Wende, 2005; Vila et al., 2009), este
estudio incluyó un test de velocidad de lanzamiento con oposición.
MÉTODO
Muestra
La
muestra se componía de cuarenta y ocho jugadores de balonmano pertenecientes a
cuatro equipos de dos niveles competitivos: elite y amateur. El grupo de élite
(E) es representativo del máximo nivel nacional ya que competía en la máxima
categoría del balonmano español (Asobal) en el momento en que el estudio se
llevó a cabo. Por otro lado, el grupo Amateur (A) estuvo compuesto por tres
equipos senior (mayores de 18 años) que competían en la tercera y cuarta
categoría del balonmano español, denominadas 1ª y 2ª división nacional.
La
muestra fue clasificada en cinco grupos de acuerdo al puesto específico de
juego: laterales (L), centrales (C), pivotes (P), extremos (E) y porteros (G).
Las características de cada grupo son presentadas en la tabla 1.
Procedimiento
Todos los
participantes fueron evaluados en cuatro situaciones de lanzamiento: 1)
lanzamiento con balón medicinal pesado (LBP), 2) lanzamiento con balón
medicinal ligero (LBL), 3) velocidad de lanzamiento sin oposición (VLSO), y 4)
velocidad de lanzamiento con oposición (VLCO). Con objeto de minimizar las
interferencias derivadas contexto y los factores externos, cada equipo realizó los cuatro test de
lanzamiento durante el mismo día y en la misma sesión, y cada sujeto siguió el mismo
orden de realización de los test.
Todos los
participantes fueron informados con detalle del procedimiento y las
características básicas del estudio así como de los posibles riesgos
relacionados con la ejecución de los test, y firmaron un informe de
consentimiento antes de la realización de los mismos. El estudio se llevó a
cabo de acuerdo con la Declaración del Helsinki y aprobado por un comité ético
local de la Universidad.
Se realizó
un calentamiento estándar de 10 minutos, que incluyó desplazamientos
específicos, con especial énfasis en las acciones de aceleración y frenada
características de los pasos previos al lanzamiento, ejercicios específicos de
movilidad y lanzamientos amplios con balones de diferentes pesos, y finalmente,
lanzamientos con los balones que se usaron en cada test. Tras el calentamiento,
se informó a los sujetos del protocolo de cada una de las pruebas y se
familiarizaron con las mismas a través de varios lanzamientos previos a la
evaluación.
En
el lanzamiento con balón medicinal pesado, los participantes siguieron estas
instrucciones: pies colocados a la anchura de los hombros, cuerpo orientado en
la dirección del lanzamiento y balón adaptado con la dos manos simétricamente
debajo de la cadera. El lanzamiento consistía en elevar el balón medicinal con
ambas manos por encima y detrás de la cabeza, extender el tronco flexionando
los codos y rodillas y, finalmente, realizar una movimiento explosivo hacia
delante (flexionando el tronco y extendiendo los hombros, codos y rodillas)
para lanzar el balón a la mayor distancia horizontal posible. Se informó sobre
la importancia de usar una gran cadena cinética mediante el uso de piernas,
tronco y brazos, evitando reducir la acción al uso de los brazos (Reina y
Martínez, 2003). Se permitía elevar los talones pero no despegar los pies del
suelo. El lanzador no podía traspasar la línea de lanzamiento.
En
el lanzamiento con balón medicinal ligero los sujetos podían usar resina, y
lanzar tras tres pasos con el balón adaptado con una sola mano. Se instó a los
participantes a realizar el lanzamiento en apoyo como se ejecuta en el juego
real. Así, los jugadores, se colocaban de pie detrás de la línea de lanzamiento
a la distancia deseada (se permitían tres pasos previos al lanzamiento), con
los pies apoyados en el suelo y el cuerpo orientado en la dirección del
lanzamiento. Descripción del movimiento: primero, realización de tres pasos
específicos empezando y finalizando con el pie opuesto al brazo de lanzamiento;
y segundo, lanzar el balón adaptado con una sola mano. No se permitió a los
lanzadores traspasar la línea de lanzamiento.
Las pruebas
de velocidad de lanzamiento se realizaron bajo las siguientes instrucciones:
lanzar el balón a la mayor velocidad posible, usando una sola mano y con la
técnica propia del lanzamiento a portería; realizar como máximo tres pasos
previos y lanzar detrás de la línea de golpe franco, a 9 m de la portería. Se
permitió el uso de resina en las manos con objeto de simular la acción real de
juego. Los sujetos fueron instruidos a realizar lanzamientos precisos de
acuerdo al criterio de dificultad de intervención del portero establecido por
Zeier (1987), bajo
diferentes instrucciones en cada test: a) En el lanzamiento a portería sin
portero (VLSO), sin oposición, los lanzamientos tenían como objetivo las
esquinas de la portería (unión entre postes y larguero y entre postes y suelo)
y b) En el caso del lanzamiento con presencia del portero (VLCO), con
oposición, los lanzadores tuvieron como objetivo las zonas más alejadas del
portero, siendo prioritarias las esquinas.
El portero
fue instruido a moverse a lo largo de una línea paralela a la línea de portería
a 0,5 m de esta. Se le permitió moverse unicamente en el plano frontal. Un
observador evaluó la actuación del portero, grabando cada acción desde un plano
lateral y visionándolas a cámara lenta. Los entrenadores supervisaron la
técnica de ejecución para asegurar la correcta realización de los lanzamientos.
Cada participante, en cada una de las pruebas,
ejecutó lanzamientos hasta quedar registrados tres valores en cada una de las
pruebas, quedando verificados los dos mejores valores de cada prueba,
escogiéndose el mejor valor de cada prueba para el posterior análisis. El
proceso fue el siguiente (Gorostiaga et al., 2005; Granados et
al., 2007): cada sujeto realizaba una serie de tres
lanzamientos continuados con una pausa entre ellos de 10-15 segundos; si era
preciso efectuar más lanzamientos por no haber obtenido los tres registros, el
jugador realizaba una segunda serie de lanzamientos con un descanso entre
series de 1-2 minutos, estableciéndose un máximo de tres series de lanzamiento.
Con objeto de motivar a los jugadores se les
informó sobre la velocidad del lanzamiento seguidamente después de la ejecución
de cada intento. Posteriormente, se realizó un análisis de los
mejores lanzamientos realizados por cada jugador. El coeficiente de correlación intraclase fue de
0,99 (LBP), 0,98 (LBL), 0,98 (VLSO) y 0,97 (VLCO) y el coeficiente de variación
fue de 3,1% (LBP), 4,9% (LBL), 2,8% (VLSO) y 5,2% (VLCO).
Material
Las pruebas
fueron realizadas en un pabellón cerrado de balonmano. Se utilizaron dos
balones medicinales “Salter”, de 3 y 0,8 kg de peso y 72,22 cm y 58 cm de
circunferencia respectivamente. La distancia se midió con cinta métrica de resolución 0,01 m. La
precisión exacta del lugar de caída del balón medicinal se realizó mediante una
lona (20 x 3 m.) color negro en la cual se marcaba el balón al contacto con la
misma.
Para las pruebas de velocidad de lanzamiento, se
utilizaron balones reglamentarios oficiales, de 480 gr. de peso y 58 cm. de
circunferencia. La
velocidad de lanzamiento fue calculada a través de la medición del tiempo. El registro del tiempo fue realizado con
una precisión de 0,001 s., utilizando un sistema de cronometraje (Sportmetrics, Valencia, España) compuesto por un sensor de paso
integrado por células fotoeléctricas y un sensor de sonido. El sensor de paso,
ubicado en la línea de 6 m., con una separación de 2 m., estaba compuesto por
ocho células fotoeléctricas distribuidas vertical y uniformemente, con una
separación entre ellas de 15 cm (rango de 1,40-2,50 m sobre el suelo). El
sensor de sonido, de intensidad regulable, se instaló en la parte inferior
central de la portería. El cronometraje del tiempo comenzaba automáticamente
cuando el balón pasaba por las fotocélulas y era detenido cuando el balón
contactaba con la portería (6 m) o con el portero (5,5 m), cuestión sólo posible
en el caso del lanzamiento con oposición. Puesto que la distancia a la que
impactó el balón hasta el sensor del sonido no superó en ningún caso a una
distancia superior a 2,5 m, y puesto que el sonido genera un retraso de 0,001
s. cada 30 cm., se estima la existencia de un error de medida no superior a
0,008 s. Para calcular la velocidad de lanzamiento se usaron
las siguientes distancias: cuando el portero está presente en la portería, la
distancia era 5,5 m., si se producía una parada (el portero estaba a 0,5 m de
la portería), mientras que la distancia era de 6 m. si el balón contactaba con
la portería (metálica). Los
movimientos del portero en el plano frontal (VLCO) fueron controlados con una
cámara situada en su prolongación lateral.
Análisis Estadístico
Se calcularon las medias y las desviaciones típicas de
las variables LBP, LBL, VLSO y VLCO. El análisis de diferencias entre puestos
específicos en las variables dependientes se efectuó mediante la prueba Anova
de un Factor, aplicándose un análisis post hoc mediante el método de
Bonferroni. Para analizar las diferencias entre la VLSO y la VLCO en los
puestos se aplicó la prueba T de Student para muestras relacionadas. Los
cálculos estadísticos se llevaron a cabo con el programa estadístico SPSS 10.0.
RESULTADOS
Los
resultados revelaron que los laterales fueron mejores en los cuatro test mientras que los porteros obtuvieron los peores valores
en los tres test de mayor especificidad, constatándose diferencias
significativas en dichos test, LBL
(F 4, 43=2,886; p<0,05), VLSO (F 4, 43=4,857;
p<0,01) y VLCO (F 4, 43=12,828; p<0,01).
Además, en estos test, se observó una misma tendencia de resultados, donde los
laterales consiguieron los valores más altos, seguidos de los centrales, tras
ellos los pivotes y extremos, con escasas diferencias entre ellos en todos los
test, y en último lugar los porteros. No
se encontraron diferencias significativas en LBP (F 4, 43=0,464; p=0,762) y
el orden de valores obtenidos difirió sustancialmente del resto de test (tabla
2).
Los
laterales fueron estadísticamente superiores a los porteros en VLSO (p<0,05) y VLCO (p<0,01), a los pivotes en
VLSO (p<0,05) y en VLCO (p<0,01), a los extremos en LBL (muy cercana a la
significación: p=0,078), en VLSO (p<0,01) y en VLCO (p<0,01). Los
centrales fueron superiores a los porteros en VLCO (p<0,01). No hubo
diferencias significativas entre laterales y centrales en ningún test así como
entre pivotes, extremos y porteros.
Profundizando
en los resultados obtenidos por los dos grupos, los jugadores de élite
mostraron diferencias significativas en VLSO (F 4, 10=23,797; p<0,01) y en VLCO (F 4,
10=23,227; p<0,01), no siendo así en los test más generales de LBP (F14=1,255;
p=0,349) ni de LBL (F14=2,197; p=0,143). La tendencia de valores fue
similar a la citada anteriormente (laterales, centrales, pivotes, extremos y
porteros) en LBL y VLCO, y muy similar en VLSO. Los laterales fueron
significativamente superiores a los porteros en VLSO
(p<0,01) y VLCO (p<0,01), a los extremos en VLSO (p<0,05) y en VLCO
(p<0,01), a los centrales en VLCO (p<0,05). Los centrales obtuvieron
valores significativamente superiores a los porteros en VLSO (p<0,01) y en
VLCO (p<0,01) y a los pivotes en VLSO (p<0,05). Los pivotes lograron
resultados significativamente más elevados que los porteros en VLSO
(p<0,05). Los extremos fueron significativamente superiores a los porteros
en VLSO (p<0,05). No hubo diferencias significativas entre pivotes y
extremos (Fig. 2).
El grupo
amateur reveló, al igual que el grupo de élite, diferencias significativas en
VLSO (F 4, 28=3,181;
p<0,05) y en VLCO (F4, 28=11,324; p<0,01),
no siendo así en LBP (F 4,
28=0,512; p=0,727) ni en LBL (F 4, 28=1,854; p=0,147).
Los laterales una superioridad estadísticamente significativa sobre los
porteros en VLCO (p<0,01), a los pivotes en VLCO
(p<0,01), a los extremos en VLSO (p<0,05) y en VLCO (p<0,01). Los
centrales fueron significativamente mejores que los porteros en VLCO
(p<0,01), a los pivotes en VLSO (p<0,01) y en VLCO (p<0,05). Tal y como
ocurriera en los datos generales, no hubo diferencias significativas entre los
laterales y los centrales en ningún test, como tampoco entre pivotes, extremos
y porteros (Fig. 3).
Por otro
lado, la velocidad de lanzamiento fue significativamente superior sin oposición
que con ella (VLSO-VLCO=1,98±1,72 m•s–1; p<0,01; t=8,317; gl=47). Por puestos
específicos, las diferencias fueron significativas en todos los grupos (Fig. 4), siendo mayores en los porteros
(VLSO-VLCO=3,19±1,48 m•s–1;
p<0,01; t=4,841; gl=4), seguidos de los pivotes (VLSO-VLCO =2,68±1,66 m•s–1;
p<0,01; t=5,098; gl=9) y extremos (VLSO-VLCO =2,55±1,49 m•s–1;
p<0,01; t=5,106; gl=8), y siendo menos acusadas en los centrales
(VLSO-VLCO=1,29±1,59 m•s–1;
p<0,05; t=2,681; gl=10) y en los laterales (VLSO-VLCO =1,11±1,26 m•s–1;
p<0,01; t=3,196; gl=12).
DISCUSIÓN
De
acuerdo a la revisión bibliográfica realizada, se constató que existían
escasas investigaciones que analizaran
las diferencias en la capacidad de lanzamiento entre los puestos específicos en
balonmano. Resulta sorprendente la escasez de estudios que han utilizado
pruebas de lanzamiento con balón medicinal de distinto pesaje, a pesar de su
gran utilización en el ámbito del entrenamiento deportivo, así como pruebas de
velocidad de lanzamiento con oposición.
Sobre
los valores encontrados, destaca el hecho de que en las tres situaciones de
lanzamiento específico evaluadas se observó una tendencia similar en el orden
de los valores: laterales, centrales, pivotes, extremos y porteros. Las diferencias
significativas se encontraron fundamentalmente entre los jugadores de primera
línea (laterales y centrales) y el portero, así como entre jugadores de primera
línea y los de la segunda línea (extremos y pivotes). Tanto el grupo de élite
como el amateur mostraron dichas diferencias en la VLSO y VLCO. Estos
resultados se encuentran en consonancia con los obtenidos en jóvenes jugadoras de balonmano (Zapartidis et al., 2009), corroborando igualmente la opinión mostrada por los entrenadores de
alto nivel que afirmaron que la fuerza de lanzamiento es más importante para la
primera línea que para la segunda, siendo poco relevante para los porteros (Moreno,
2004).
Con
respecto a los lanzamientos con balón medicinal las diferencias encontradas no
fueron significativas en ambos grupos, y corroboran los resultados hallados en
jugadoras de balonmano de élite junior y sénior (Rogulj
et al., 2005).
Estos resultados, unidos a las diferencias encontradas en los test más
específicos de velocidad de lanzamiento, podrían indicar que las diferencias en
función de los puestos específicos se encuentran en mayor medida en capacidades
específicas del juego y no tanto en la condición física general. En este
sentido, varias investigaciones han constatado diferencias en las acciones
técnicas, intensidad y distancias recorridas en el juego (Cambel,
1985; Luig et al., 2008; Manchado et al., 2007; Ziv y Lidor, 2009; Šibila et
al., 2004).
Asimismo se ha corroborado la ausencia de diferencias en función del puesto
específico en pruebas fisiológicas (Chaouachi
et al., 2009; Manchado et al., 2007). En
contraposición, existen otros estudios, aunque no referidos al lanzamiento, que
han encontrado diferencias significativas en otras cualidades físicas y habilidades
motrices básicas (Oxyzoglou et al., 2008; Pezarat-Correia et al.,
2007; Vasques et al., 2005; Zapartidis et al., 2009) y características psicológicas (Rogulj et al., 2005),
existiendo también diferencias en las capacidades físicas generales en función
de los puestos específicos defensivos (Vasques
et al., 2005).
Por
otro lado, el valor de velocidad de lanzamiento fue significativamente superior
en los casos de ser realizado sin oposición frente a los ejecutados con
oposición en todos los puestos. Estos resultados parecen estar en consonancia
con varias investigaciones que han analizado la velocidad de lanzamiento sin y
con oposición, tanto en balonmano (Pardo
et al., 2007)
como en waterpolo (Van
der Wende, 2005; Vila et al., 2009). Igualmente
ocurre en el lanzamiento en salto con toma de decisión y oposición del portero (Párraga
et al., 2001)
donde los valores de velocidad fueron inferiores a otras investigaciones
realizadas sobre el mismo tipo de lanzamiento en un período cercano a la misma (Bayios
et al., 2001; Šibila et al., 2003). No
obstante esto podría deberse a que, al tratarse de un análisis bidimensional
(2D), despreciándose la componente transversal de la velocidad. En
contradicción con estos datos se observó que no existían diferencias
significativas en la velocidad de lanzamiento en salto sin y con oposición con
jugadores de División de Honor B (López,
2005).
Profundizando
en las diferencias entre VLSO y VLCO según los puestos específicos, las mayores
diferencias se encontraron en los porteros, seguidos de los pivotes y extremos,
y las menores en los laterales y centrales. Esta diferente influencia de la
oposición en la velocidad de lanzamiento podría estar relacionada con los
requerimientos específicos de lanzamientos desde larga distancia. Así, los
jugadores que realizan con frecuencia lanzamientos de máximo requerimiento de
velocidad de balón, la primera línea ofensiva, obtuvieron las menores
diferencias; los pivotes y extremos, que no requieren lanzar a la máxima
velocidad ya que sus lanzamientos suelen realizarse en zonas próximas a
portería, mostraron mayores diferencias; mientras que la influencia de la
oposición fue mayor en los porteros, que apenas realizan algún tipo de
lanzamiento.
Por último,
la media de velocidad de lanzamiento obtenida por el grupo de élite es superior
a la que aportan otros estudios llevados a cabo con jugadores masculinos de
alto nivel y utilizando el lanzamiento en apoyo (Bayios
y Boudolos, 1998; Cardoso y González-Badillo, 2006; Gorostiaga et al., 2005;
Marques et al., 2007). No
obstante, esta comparación debe realizarse con cautela ya que los estudios
realizados poseen marcadas diferencias tanto en los instrumentos de medición de
la velocidad como en el proceso.
CONCLUSIONES
Los
resultados confirman la existencia de diferencias en la capacidad de
lanzamiento específica entre las posiciones de juego, no así en la capacidad de
lanzamiento general. Por lo cual, el puesto específico podría ser determinante
en esta relevante acción del juego y, de la misma manera, el nivel mostrado en
esta capacidad podría ser una variable importante en la selección del puesto
específico que debe ocupar un jugador.
El hecho de
que las mayores diferencias entre puestos fueran encontradas en los test
específicos podría significar que los requerimientos específicos para
seleccionar los puestos específicos deberían realizarse con test específicos y
oposición. Aunque esta hipótesis debería ser estudiada profundamente en futuros
estudios
La oposición
influye en la velocidad de lanzamiento a portería en balonmano, disminuyendo la
misma en todos los puestos específicos. Dicha influencia es menor conforme
aumenta la necesidad de lanzar desde larga distancia en el juego.
REFERENCES
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol.12
- número 48 - ISSN: 1577-0354