Tarín
Naranjo, D.; Bayo Tallón, V.; Fernández Gorgojo, M. y Salas Gómez, D.
(2012).
Pubalgia: diagnóstico diferencial / Groin pain: diferential
diagnosis. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y
el Deporte vol. 12 (48) pp. 757-769 Http://cdeporte.rediris.es/revista/revista48/artpubalgia330.htm
Nota de la redacción: En la actualidad
no admitimos artículos de este tipo, sólo aquellos que explícitamente están
relacionados con la Actividad Física y el Deporte y cumplen las normas
Cochrane respecto a las revisiones. |
REVISIÓN
PUBALGIA: DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
GROIN PAIN: DIFERENTIAL DIAGNOSIS
Tarín
Naranjo, D.1; Bayo Tallón, V.2; Fernández Gorgojo, M.3
y Salas Gómez, D.4
1 Fisioterapeuta, Escuelas
Universitarias Gimbernat, España, davidtarinnaranjo@hotmail.com
2 Fisioterapeuta, Escuelas
Universitarias Gimbernat, España, vanesa.bayo@eug.es
3 Fisioterapeuta, España,
Escuelas Universitarias Gimbernat. mario_gorgojo@hotmail.com
4 Fisioterapeuta, Escuelas
Universitarias Gimbernat, diana.salas.@eug.es
Código
UNESCO / UNESCO Code: 3201.04
Patología clínica / Clinical Pathology
Clasificación
Consejo Europa / European Council
Classification: 11 Medicina del deporte / Medicine of Sports
Recibido 22 de diciembre de 2010 Received December 22, 2010
Aceptado 19 de marzo de 2011 Accepted
March 19, 2011
RESUMEN
La pubalgia forma parte de la manifestación clínica de
lesiones de estructuras músculo-esqueléticas, patologías del sistema nervioso
periférico, genitourinario y digestivo, y de enfermedades reumáticas. Las
lesiones más destacadas responsables de la aparición de dolor inguinal en
deportistas son las de la aponeurosis conjunta (en relación con procesos de
herniación inguinal (15%) y de osteoartropatía pubica),
y las de la cadera (especialmente el choque femoroacetabular
y las lesiones del rodete acetabular (22%
pacientes)). Una gran proporción de pacientes con dolor inguinal y púbico
presentan dos o más patologías coexistiendo a la vez, por lo que es necesario
un buen diagnóstico diferencial para elegir el tratamiento adecuado.
PALABRAS
CLAVE: Pubalgia, dolor inguinal,
osteopatía de pubis, diagnóstico diferencial.
ABSTRACT
Pubalgia is a kind of clinical
manifestation of the injury of musculoskeletal structures, diseases of the peripheral
nervous system, genitourinary and digestive system, and rheumatic diseases. The
most common injuries for the onset of inguinal pain in athletes are the injury
of common aponeurosis of the rectus abdominis and adductor longus
muscles (in relation with processes of inguinal hernia (15%) and pubic osteoarthropathy), and hip injuries (especially femoroacetabular impingement and tears of acetabular labrum (22%)). In fact, a
great number of patients with groin and pubic pain suffer two or more injuries
together. In conclusion, a correct differential diagnosis is necessary to
choose the best treatment.
KEY WORDS: Pubalgia, groin pain, osteítis
pubis, diferential diagnosis.
INTRODUCCIÓN
Pubalgia significa literalmente dolor en la zona inguinal
y púbica (alrededor de las ramas púbicas) que puede irradiar a la región de los
aductores y a la región abdominal baja1. Según la bibliografía la pubalgia se presenta con mucha más frecuencia en el género
masculino, en una proporción de 5:1. Esto no es debido a las diferencias
morfológicas existentes entre ambos sexos, sino a la práctica de actividad
deportiva, tradicionalmente asociada al sexo masculino. Existen muchas lesiones
derivadas de la práctica deportiva que son descritas como las principales
fuentes de dolor inguinal y púbico2. En este sentido la pubalgia es considerada una manifestación de un exceso de
solicitación mecánica de diferentes estructuras músculo-esqueléticas
localizadas en la cintura pélvica, sobrepasando su capacidad de regeneración y
predisponiéndolas a lesionarse (lesión por exceso de uso). Renström
ya estableció una clasificación de los diferentes deportes en los que la pubalgia se manifiesta con más frecuencia. En ella el
futbol aparecía en primer lugar seguido por las carreras de larga distancia, el
rugby, la halterofilia y el ciclismo2. En cualquier caso la mayoría
de estudios demuestran la gran incidencia de dolor inguinal en deportistas
sometidos a un entrenamiento intensivo y diario en deportes que requieren
movimientos explosivos de las extremidades inferiores, aceleraciones rápidas,
movimientos de rotación de la columna y la cadera, cambios bruscos de
dirección, el gesto repetitivo del chut y los desplazamientos laterales3,
4. Es importante remarcar que dentro del ámbito deportivo la pubalgia se presenta especialmente en los meses en los que
hay un aumento importante del numero de competiciones,
de la carga y el volumen de entrenamiento, y un disminución de los periodos de
recuperación5. La pubalgia entendida como
dolor inguinal/púbico forma parte de la presentación clínica de una gran
variedad de lesiones. Entre un 27-90% de los pacientes con dolor inguinal
presenta más de una lesión que puede afectar al sistema músculo-esquelético,
nervioso, genitourinario, digestivo3,6,7.
Este
trabajo pretende revisar la bibliografía reciente en la que se han estudiado
las diferentes lesiones músculo-esqueléticas que cursan con dolor inguinal.
Posteriormente se han establecido las relaciones existentes entre ellas en un
diagrama de diagnóstico diferencial, en el que también se han recopilado otras
patologías de tipo visceral o autoinmune que deben tenerse en cuenta. Con este
diagrama pretendemos sintetizar y facilitar la realización del diagnóstico
diferencial de la pubalgia.
MATERIAL
Y MÉTODOS
El marco
teórico de este trabajo se ha realizado mediante la revisión bibliográfica de
las publicaciones más actuales (de temática médica, deportiva y rehabilitadora)
en relación a la pubalgia y a otros términos
relacionados con esta. La recopilación de la información se realizó
mayoritariamente a través de PubMed, un servicio de
búsqueda de información de la U.S. National Library
of Medicine. Para obtener la información deseada se han utilizado palabras
clave como dolor inguinal (groin pain),
pubalgia, osteopatía de pubis (osteítis pubis) y
diagnóstico diferencial. Gran
parte de los artículos se han
extraído de revistas médicas en Internet como British Journal of Sports Medicine, The American Journal of Sports
Medicine, American Journal of Roentgenology, British
Journal of Radiology o The Journal of Bone and Joint Surgery. De la misma manera se
han extraído artículos de páginas webs de acceso libre. En algunos apartados
los datos de estos artículos han sido complementados con información de libros
presentes en la biblioteca de Las Escuelas Universitarias de Enfermería y
Fisioterapia Gimbernat (U.A.B.).
Posteriormente a la
realización del marco teórico se ha elaborado un diagrama de diagnóstico
diferencial de la pubalgia, tomando como referencia
el diagrama titulado The Surgical
Sieve Differential
Diagnosis of Acute Abdomen, publicado por Tom Turmezei en el British Medical Journal. La elaboración de este diagrama pretende
sintetizar y facilitar la comprensión de toda la información recopilada en el
marco teórico.
RESULTADOS
LESIÓN DE
LA APONEUROSIS CONJUNTA Y PUBALGIA
Las
lesiones de estructuras inguinales representan entre el 2 y el 5% de todas las
lesiones padecidas por deportistas y atletas de élite8. En el ámbito
deportivo las lesiones músculo-tendinosas de rectos abdominales y aductores de
muslo, la debilidad de las paredes inguinales, las hernias inguinales y la
osteoartropatía de la sínfisis son propuestas como las principales fuentes
locales de pubalgia o dolor inguinal9.
Debido a que las estructuras articulares y los refuerzos ligamentosos resultan
insuficientes para estabilizar la sínfisis, los aductores de cadera (aductor
largo mayormente) y los rectos del abdomen juegan un papel fundamental en la
estabilización dinámica de la sínfisis púbica. Anatómicamente estos grupos
musculares poseen inserciones cercanas en el pubis que se encuentran
íntimamente relacionadas, mostrando continuidad anatómica a través de fibras
tendinosas y aponeuróticas. Esta estructura, denominada aponeurosis conjunta u
origen común de los rectos abdominales y los aductores largos, es el eje de
estabilización dinámica de la sínfisis del pubis7,10.
La aponeurosis conjunta ofrece también un soporte estructural a la pared
posterior del canal inguinal y se encuentra en íntima relación aponeurótica con
el anillo inguinal externo10.
El
mecanismo de lesión de la aponeurosis conjunta puede ser por micro-traumatismos
de repetición (lesión por exceso de uso), asociados a la práctica de deportes
que someten las estructuras inguinales a un esfuerzo repetitivo o constante
(futbol, gimnasia artística, salto de vallas, etc.)9. En este caso
la primera estructura que se suele verse afectada es el tendón proximal del
aductor largo debido a su escasa vascularización (44-60% de los casos), seguido
de la lesión aislada de los rectos abdominales (27%) y la lesión completa de la
aponeurosis conjunta (15-30%)11. La lesión de uno de estos grupos de
manera aislada altera el equilibrio del sistema de estabilización dinámica de
la sínfisis, sobrecargando el resto de estructuras que lo conforman y
predisponiéndolas también a la lesión7,10.
El segundo mecanismo de lesión es por traumatismo directo, combinando extensión
excesiva de tronco/columna y abducción excesiva de muslo. Son frecuentes las avulsiones
completas de las inserciones de los rectos abdominales y los aductores y diástasis de la sínfisis, lesiones descritas en jinetes de
caballos y toros7.
La lesión
de las estructuras precedentes predispone a la inestabilidad y consecuente
degeneración sinfisaria. La osteoartropatía púbica
(osteopatía de pubis) describe la aparición de signos y síntomas inflamatorios
y degenerativos de la articulación. Ciertos autores la consideran un signo
empírico o un conjunto de hallazgos radiológicos más que una entidad clínica7.
Independientemente se ha demostrado que la osteoartropatía aislada es poco
frecuente, y se encuentra mayoritariamente asociada a lesiones de aductores y/o
rectos del abdomen (aponeurosis conjunta) 8,9,10.
Otro concepto importante es el del complejo articular lumbo-pélvico-femoral,
con el que ciertos autores han demostrado que la limitación de movilidad de la
cadera aumenta la demanda mecánica del anillo pélvico en su conjunto,
facilitando la instauración de una osteoartropatía púbica por estrés mecánico11.
Finalmente
encontramos un conjunto de entidades clínicas como hernia del deportista,
hernia del deporte, ingle de Gilmore, disrupción inguinal, etc. Todas ellas definen
una insuficiencia de una o varias estructuras del canal inguinal asociada a
diferentes estadios de herniación inguinal. Un 98% de los pacientes que
presentan estas alteraciones son hombres, mayoritariamente deportistas. Muchos
estudios citan la presencia de hernias sintomáticas no palpables (hernias
incipientes) en la mayoría de pacientes con dolor inguinal crónico. La debilidad de las paredes del canal
inguinal, presente en el 15% de atletas con dolor inguinal, suele ser adquirida
y secundaria al abuso mecánico de estas en todas aquellas acciones que
solicitan un aumento de la presión intra-abdominal (Valsalva). Este hecho combinado con algunas
particularidades de la pared posterior del canal inguinal (ausencia de
musculatura estriada, una zona de debilidad estructural denominada orificio miopectineo, y el paso del cordón espermático) daría el
inició del desarrollo de una hernia inguinal incipiente. Con la lesión de otras
estructuras como el tendón conjunto (Zimmerman), o de
la aponeurosis del oblicuo externo (Gilmore), se
permite el desarrollo de una hernia inguinal directa, presente en un 24-51% de
los deportistas con dolor inguinal crónico 12,13. Gullmo, Magee e Isrhad relacionan la
lesión de las paredes del abdomen (sea quirúrgica o traumática) y los procesos
herniarios con la compresión y el estiramiento de los nervios ilioinguinal, iliohipogástrico, genitofemoral y sus ramas perforantes
(síndrome inguinal de hockey). Por último es necesario remarcar que la lesión
de la aponeurosis conjunta es un factor que predispone a la lesión de la
aponeurosis del oblicuo externo por proximidad y relación anatómica, lo que
compromete la integridad del anillo inguinal externo y debilita la pared
posterior del canal inguinal, el cual que encuentra inserción en la aponeurosis
anterior de los rectos del abdomen 14,15,16.
OSTEOMIELITIS
DE PUBIS
Entidad
clínica poco descrita en la literatura médica. Infección ósea causada por
bacterias u hongos característica de niños. Puede aparecer también por
inoculación directa después de intervenciones urológicas y ginecológicas, en
partos vaginales y por abuso de drogas vía parenteral. Se ha descrito también
la aparición espontánea y no traumática directa sin origen identificable en
atletas sanos, siendo la principal hipótesis la predisposición a infecciones
secundaría a microtraumatismos de repetición17,18. Los estudios radiológicos muestran un patrón
similar al de la osteoartropatía púbica, de la que se diferencia por la
presentación clínica (no traumática y con episodios de fiebre) y por los
resultados obtenidos en los exámenes de laboratorio y la realización de
cultivos del contenido de la sínfisis púbica, en los que se confirma la
etiología infecciosa18.
TENDINOPATÍA
DEL PSOAS ILÍACO, BURSITIS ILEOPECTÍNEA Y CADERA EN RESORTE
Las tendinopatías del psoas ilíaco y la bursitis ileopectínea son entidades asociadas a microtraumatismos
de repetición en relación a la práctica deportiva. La solicitación repetitiva
del psoas en contracción (flexión y
rotación externa de la cadera) y en estiramiento (extensión de cadera),
característica de la gran mayoría de deportes, genera una gran tensión en la
zona de transición músculo-tendinosa, donde se instauran comúnmente las tendinopatías de tipo degenerativo. Las lesiones agudas
aparecen típicamente por contracción excéntrica del músculo o por traumatismo
directo sobre el vértice superior del triángulo femoral. Es necesario remarcar
la tendencia a la retracción muscular relativa de los flexores de cadera
durante los brotes de crecimiento del adolescente, situación que de por si
aumenta la tensión en la zona de transición músculo-tendinosa y explica muchos
cuadros de dolor inguinal descritos en jóvenes deportistas. Por otro lado, la
excesiva solicitación del psoas ilíaco incrementa la fricción de su tendón
sobre la bursa ileopectínea,
que desarrolla un cuadro inflamatorio por irritación mecánica19.
Allen et all (1984) diferenciaron la cadera en
resorte externa de la interna. La segunda es descrita actualmente en la
literatura médica como una alteración dinámica tendinosa extra-articular,
producida por la subluxación o desplazamiento latero-medial del tendón del
psoas ilíaco sobre la parte anterior de la cabeza femoral, la cápsula articular
o la eminencia ileopectínea al pasar de flexión,
abducción y rotación externa de cadera a extensión y rotación interna. Los
síntomas son similares y difíciles de diferenciar de los de las patologías intra-articulares (dolor profundo de localización
inguinal): en caso de patología intra-articular la
flexión y rotación interna forzada durante la exploración clínica despiertan gran
dolor (signo de impingement o choque positivo).
Ciertos autores encuentran el resalte tendinoso asintomático en un 5-10% de
deportistas durante revisiones pre-competitivas; otros autores afirman que
menos de 1/3 parte de pacientes con un síndrome de cadera en resorte
experimentan dolor durante el resalte. En estos pacientes la etiología del
resalte y la sintomatología dolorosa es la misma, siendo la excesiva
solicitación mecánica el factor desencadenante de dolor20.
CHOQUE
FEMOROACETABULAR Y LESIÓN DEL RODETE ACETABULAR
El choque
femoroacetabular corresponde a una alteración
morfológica de la cabeza femoral, del acetábulo o de ambas estructuras
verificable tras el examen exhaustivo de estudios radiológicos21.
Altera la congruencia de la articulación coxofemoral y se relaciona con la
degeneración del cartílago articular, el rodete acetabular
en la región antero-superior y con los procesos artrósicos
prematuros. El diagnóstico es característico de gente joven de 18 a 35 años,
activa físicamente, que experimenta síntomas mecánicos de bloqueo articular,
sensación de inestabilidad, crepitaciones y resaltes dolorosos en cadera e
ingle durante las rotaciones de cadera, en especial en la rotación interna con
flexión de cadera (signo de impingement o choque
positivo)22,23. La lesión del rodete acetabular se asociaba antiguamente a desplazamientos epifisarios de la cabeza femoral, a luxaciones y
subluxaciones coxofemorales y a la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes entre otras. Lo cierto es que el diagnóstico de
lesiones del rodete acetabular ha crecido durante los
últimos años gracias a la invención de la RMN, y hoy en día se proponen otras
etiologías tales como laxitud capsular y ligamentosa, hipermovilidad
articular, choque femoroacetabular, displasia de cadera
y procesos degenerativos propios de la edad. En el caso de los deportistas, la
lesión puede ser por traumatismo directo con luxación, subluxación o fractura acetabular, o secundario a microtraumatismos
de repetición en deportes que requieren movimientos de pivotage
sobre la cadera o aducción, extensión y rotación externa forzada de la misma.
La lesión se localiza preferentemente en el aspecto antero-superior del rodete
y cursa con unos síntomas mecánicos y álgicos
similares al choque femoroacetabular. Ciertos
estudios muestran que el 22% de pacientes diagnosticados de pubalgia
y el 55% de pacientes diagnosticados de dolor de cadera de etiología
desconocida presentaban lesiones del rodete21. Ciertas displasias de
cadera pasan desapercibidas en las exploraciones médicas y se mantienen
asintomáticas durante cierto tiempo. El inicio del cuadro álgico
inguinal se relaciona con la sobrecarga mecánica y lesión de los tejidos periarticulares (rodete y cartílago) debido a la gran falta
de congruencia24,25. En muchos casos se
descubren displasias de cadera cuando el diagnóstico inicial era de choque femoroacetabular o lesión no traumática del rodete21.
APOFISITIS
Y FRACTURAS POR AVULSIÓN
Este tipo
de lesiones son características de atletas i deportistas jóvenes esqueléticamente
inmaduros, en los que las placas de crecimiento de las apófisis dónde se
insertan los músculos son el punto más débil de la cadena funcional
hueso-tendón-músculo. El 14-40% de los jóvenes que realizan actividad física
intensa tienen muchas posibilidades de desarrollar estas lesiones, y dentro de
este grupo, un 90% de los afectados tienen entre 14 y 17 años19. Las
localizaciones más características descritas en estudios son la tuberosidad
isquiática (53%) por tracción de isquio-tibiales y aductor
mayor (típica en esprinters y saltadores de vallas),
la EIAI (22%) por tracción del recto femoral (típica en futbolistas), la EIAI
(11%) por acción del sartorio (deportes que requieren saltos), trocánter menor
(11%) por acción del psoas, y otras localizaciones
menos frecuentes como la cresta ilíaca por acción de la musculatura abdominal y
la sínfisis púbica por tracción de rectos del abdomen o aductores15,19.
Todas ellas cursan con dolor local en la región inguinal, correspondiente al
relieve óseo afectado y sus alrededores26. Finalizado el proceso de
osificación de estas apófisis, entre los 20-25 años, son más comunes las
lesiones músculo-tendinosas19.
FRACTURAS
POR ESTRÉS DEL PUBIS Y EL CUELLO FEMORAL
Las
fracturas por estrés, o fracturas por fatiga, son resultado de la aplicación
reiterada de cargas mecánicas excesivas sobre huesos sanos hasta sobrepasar el
umbral de su resistencia mecánica y su capacidad de regeneración. Son
características en ámbito deportivo y militar (corredores de larga distancia). Wachsmith describió por primera vez en 1937 la fractura por
estrés de la rama inferior del pubis27. En el caso del pubis, la
rama inferior sufre más fracturas por estrés que la superior, y en un estudio
realizado en jugadores de futbol australiano de élite se demostró que la
fractura por estrés de la rama superior era la principal entidad responsable de
dolor inguinal crónico en este grupo28. Clínicamente aparece dolor
local en región púbica, inguinal y aductora de carácter insidioso durante el
esfuerzo que se calma con el reposo, aunque si se continua con la actividad
física la fractura puede ser completa y el dolor constante. Las fracturas por
estrés del cuello femoral representan el 11% del total de fracturas en
deportistas y el 5% de la población general. El dolor se localiza a nivel
inguinal profundo, siguiendo el mismo patrón que las fracturas de pubis, con la
diferencia de que si no son tratadas a tiempo el riesgo de fractura completa y
su desplazamiento pueden acabar en un proceso necrótico avascular
de la cabeza femoral15,29,30.
ARTROSIS
COXOFEMORAL
Proceso
degenerativo articular. La artrosis coxofemoral primaria es una enfermedad
relativamente frecuente a partir de los 50 años, afectando en este grupo de
edad un 20-30% de la población. La artrosis coxofemoral es secundaria a otras
patologías o defectos articulares previos como la enfermedad de Legg-Calve-Pertes, la displasia
de cadera o la osteonecrosis séptica de la cabeza
femoral. El dolor, de instauración progresiva, se localiza mayoritariamente en
la ingle y sus alrededores, y con menos frecuencia en la región trocantérea, la cara anterior del muslo y la rodilla. La
limitación de la movilidad afecta especialmente a la flexión y las rotaciones
de cadera31.
SÍNDORME HOCKEY GOALIE-BASEBALL PITCHER
Síndrome
poco frecuente descrito en deportistas que ocupan el lugar que le ha dado
nombre. El dolor inguinal aparece como consecuencia de la herniación miofascial y/o del epimisio del
aductor largo, apreciable en RMN, a pocos centímetros de su inserción en el
pubis. Su etiología no es bien conocida; algunos autores proponen que el estrés
repetitivo en las zonas de paso del paquete vascular y nervioso a través de la fascia muscular es uno de los principales factores En
ocasiones se asocia a avulsiones parciales del aductor mayor y largo7,10.
NEUROPATÍA
DE NERVIO FEMORAL Y OBTURADOR
La
neuropatía compresiva del nervio obturador está siendo cada vez más investigada
como fuente de dolor inguinal crónico en atletas32. La lesión suele
ser secundaria a intervenciones quirúrgicas, compresiones tumorales o
hemorragias, aunque en el ámbito deportivo se han descrito otras causas como la
compresión del nervio en su salida del canal obturador, o en su entrada al
compartimento de los aductores del muslo por la gruesa fascia
que recubre el aductor corto32. El dolor inducido por el ejercicio
comienza en la zona de origen de la musculatura aductora, pudiendo irradiar
hasta la parte más distal del muslo. Otras manifestaciones son las parestesias
y la pérdida de sensibilidad en la
ingle y la cara interna del muslo. En estadios avanzados aparece la debilidad
de aductores19,32. La lesión del nervio
femoral es una posible complicación posquirúrgica de intervenciones
urogenitales, pélvicas y abdominales en general. En pacientes hemofílicos con
tratamiento anticoagulante la formación espontánea de un hematoma
retroperitoneal o en el psoas ilíaco es también un cuadro conocido de compresión
del nervio femoral19. En el ámbito deportivo existen pocos casos,
siendo documentados en danza y gimnasia artística, disciplinas en las que la
extensión de cadera y la flexión de rodilla provocan un estiramiento del nervio
y una compresión cerca de su salida de la pelvis por debajo del ligamento
inguinal. Clínicamente los pacientes presentan una falta de fuerza muscular en
cuádriceps con o sin atrofia, sensación de debilidad de rodillas con dificultad
para correr o saltar, y parestesias en la cara antero-medial del muslo. El
dolor, las rampas y las fibrilaciones musculares se extienden por las regiones
inguinal, anterior de la cadera y muslo, y medial de la pierna. El reflejo
rotuliano se muestra débil o abolido. La mejor manera de explorar una neuropatía
es mediante estudios de electromiografía, aunque las demás pruebas
complementarias son de utilidad para descartar lesiones abdominales, pélvicas y
de la columna lumbar que podrían estar implicadas19,33.
CONCLUSIONES
1.
Pubalgia es un
término que describe la presencia de dolor en la zona inguinal y púbica que
puede extenderse a la región abdominal baja y de los aductores de cadera.
2.
Este término como tal no define ninguna entidad patológica porque
forma parte de la manifestación clínica de múltiples lesiones del aparato
locomotor (localizadas en pelvis, cadera, muslo y columna), de patologías del
sistema nervioso periférico, genitourinario y digestivo, y de enfermedades
reumáticas.
3.
En la literatura médica se proponen y se tratan diferentes
entidades patológicas, centradas cada una de ellas en la lesión de estructuras
muy concretas. En la mayoría de los pacientes coexisten dos o más lesiones, lo
que explicaría, en parte, el mal resultado de diferentes intervenciones
realizadas a los pacientes diagnosticados de pubalgia.
4.
No se debe valorar, diagnosticar ni tratar la pubalgia
unificando las lesiones en una misma categoría, por lo que es necesario
realizar un buen diagnóstico diferencial para elegir el tratamiento adecuado.
A partir
de las conclusiones expuestas se ha diseñado un diagrama descriptivo del
diagnóstico diferencial de la pubalgia que puede ser
utilizado tanto para la evaluación clínica como para la docencia (ver figura
1).
Figura 1: Diagrama de
diagnóstico diferencial de Pubalgia.
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Rev.int.med.cienc.act.fís.deporte- vol.12 - número 48 - ISSN: 1577-0354